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GOLPE DE ESTADO EN

ARGENTINA (1976/1983):
CONSECUENCIAS SOCIALES,
CULTURALES Y PSICOLÓGICAS

Elio Rodolfo Parisí*


Adrián Carlos Manzi**

Resumen

En Argentina, entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983, el poder político estuvo


en manos de militares y civiles que tomaron el gobierno tras derrocar a un gobierno democrático.
Siete años en el poder dejaron consecuencias en la sociedad, la economía y la cultura. Prueba de
esto son los 30 000 desaparecidos, los 400 niños robados –que a la fecha no han sido devueltos a
sus familias–, los efectos en los excombatientes de la guerra de Malvinas, así como deterioros en
las tramas subjetivas de las víctimas directas y sus familiares. Este ensayo intenta abarcar las conse-
cuencias citadas, debido a que –muchas de estas– aún mantienen perdurabilidad.

Palabras clave: dictadura, desaparecidos, consecuencias psicológicas, cultura.

Abstract

In Argentina, between March 24, 1976 and December 10, 1983 political power was in hands of militaries
and civilians who took over the government after overthrowing a democratic one. Seven years in power left
an impact on society, economy and culture. Proofs of this are the 30,000 disappeared, 400 stolen children
-who have not been returned to their families to date -, the effects on veterans of Malvinas’ War, as well as
deterioration in the subjective patterns of the direct victims and their families. This paper attempts to cover
the mentioned consequences, because -many of these- still maintain durability.

Keywords: dictatorship, missing, psychological, cultural consequences.

Recibido: 28/11/2011 • Aceptado: 3/9/2013


* Argentino. Dr. en Psicología. Profesor e investigador de Psicología Política, Facultad de Ciencias Humanas,
Universidad Nacional de San Luis.
** Argentino. Magíster en Filosofía y Ciencias Sociales. Profesor e Investigador de Psicología Política, Facultad de
Ciencias Humanas, Universidad Nacional de San Luis, Argentina.

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Volumen 24 (1-2), I-II Semestre 2013 (ISSN: 1659-4304)
Elio Rodolfo Parisí y Adrián Carlos Manzi

Introducción inmediatamente, nosotras, nacemos”


(D’alosio y Nápoli, 2006:31). Y esa es
“Si la libertad significa algo, será, sobre todo, el de- una parte de la trama subjetiva que se
recho a decirle a la gente aquello que no quiere oír.”
George Orwell
entreteje entre las víctimas directas de
la dictadura.
A los efectos de poder analizar algunas
de las consecuencias que afectaron a la También hay muertes que va dejando la
población en Argentina, luego del Pro- muerte de manera silenciosa: en la “Re-
ceso de Reorganización Nacional, nom- belión de las madres. Historia de las Madres
bre con el que se denominó al golpe de de Plaza de Mayo” (Gorini, 2006), se en-
Estado que gobernó al país entre el 24 de cuentran los relatos de varias madres con
marzo de 1976 y el 10 de diciembre de hijos desaparecidos donde hacen men-
1983 –luego de derrocar al gobierno de- ción de cómo algunos padres morían de
mocrático de Isabel Martínez de Perón– tristeza por no saber nada de sus hijos.
es que las dividiremos en dos categorías: Igualmente, esa trama subjetiva, atra-
sociales y psicológicas. La intención es vesada por el espanto de que la institu-
ahondar en el conocimiento de lo ocu- cionalidad estaba en manos de asesinos,
rrido, no solo como parte del saber que que afectaba a la población, en general,
debería incorporar cualquier ciudadano, tanto como a víctimas directas e indirec-
sino también para que ese saber se cons- tas, llevó a la negación y renegación de
tituya en una herramienta que permita lo sucedido, cuyo costo personal fue muy
el análisis de las implicaciones de las alto y se evidenció en familias diezmadas,
interrupciones democráticas, indepen- suicidios no esclarecidos, ruptura de pro-
dientemente del contexto en que se den. yectos vitales, procesos de despersonali-
zación, entre otras conductas.
A pesar de que han pasado 30 años de
que el golpe finalizó por una serie de Consecuencias culturales, sociales y
variables, entre las que podemos desta- psicológicas
car su propia corrupción, las atrocida-
Dentro de las consecuencias sociales,
des cometidas y la resistencia política
vamos a incluir las consecuencias eco-
y cultural de una parte considerable de
nómicas, políticas y culturales. No es
la población, hay consecuencias que si-
posible diferenciar de manera acabada
guen estables, que siguen teniendo un
unas consecuencias de otras, especial-
peso oculto sobre la subjetividad de los
mente cuando nos referimos a las con-
argentinos, y que varían de acuerdo con
secuencias sociales y las psicológicas, ya
el espacio que ocupó cada persona en la
que el destinatario fue la población en
trama social.
general, pero si es posible decir que las
Hebe de Bonafini, presidente de Madres consecuencias sociales tejieron tramas
de Plaza de Mayo, expresa: “Yo siempre en gran parte de la población, en mu-
digo que nuestros hijos nos parieron a chos casos sin que la gente pudiera ra-
esta lucha porque ellos desaparecen, e zonar acerca de ellas, en tanto que las

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consecuencias psicológicas impactaron Aislamiento internacional


más en las víctimas directas, en el caso
de los sobrevivientes, y en sus familiares, A pesar de que los militares buscaron
como víctimas indirectas. no quedar aislados (luego de ver la ex-
periencia de Pinochet, que fusilaba a sus
Es necesario señalar, como ejemplo, para “enemigos” en un estadio de fútbol y que
comprender la contemporaneidad y la esto le había costado un gran reproche
vigencia que esos hechos tienen en la internacional), no lo consiguieron. Para
actualidad, que las “Abuelas de Plaza de no repetir la experiencia chilena crearon
Mayo” buscan denodadamente a unos los centros clandestinos de detención
393 nietos apropiados durante la dictadu- (fueron más de 360) y una gran cantidad
ra, se llevan recuperados 107, y que esos de detenidos y desaparecidos carecían de
nietos apropiados, personas enajenadas entidad legal. No obstante, las denun-
de su propia historia e identidad, son la cias de los exiliados llegaron a todo el
metáfora viva de las consecuencias de un mundo y esto trajo costos al gobierno,
golpe que no termina de cerrar, a pesar de que se tradujeron en aislamiento.
las décadas que han pasado.
La visita de CIHD (Comisión Interame-
1. Consecuencias económicas, ricana de Derechos Humanos) en 1978
políticas y culturales y 1979 implicó un costó demasiado alto,
así como las presiones del gobierno es-
Tal como sosteníamos anteriormente, tadounidense de Carter (presidente de
las consecuencias sociales han tejido los EE.UU. entre 1977 y 1981) para que
tramas en gran parte de la población sin se frenaran la violaciones a los derechos
que esta notara. Los hechos fácticos y humanos. Esto trajo aparejado que Ar-
sus consecuencias han sido tan arrasado- gentina se quedara sin crédito, sin so-
res y tan voluptuosos, que es necesario cios, amén de los socios latinoamerica-
tomar distancia para poder analizarlos. nos con los que formó el Plan Cóndor,
Hay algunas consecuencias que, para con los cuales la amistad se fue termi-
que no se asimilen a los hechos en sí y nando cuando en el año 1978 se estuvo
se conviertan en irreversibles –como la a punto de entrar en guerra con Chile.
desaparición de personas por la cicatriz
social que deja en un país– es necesario Otro episodio que aumentó el aisla-
tomar muchas medidas, tales como la miento fue la fallida guerra de Malvi-
implementación de un sistema de jus- nas. Desde la década del sesenta, con
ticia, conjuntamente con el soporte de la presidencia de Arturo Illia, se venía
una construcción cultural y con la recu- trabajando diplomáticamente para la re-
peración histórica de la memoria. cuperación de las islas, con buenos resul-
tados. La guerra de Malvinas, que fue un
Podríamos citar las siguientes conse- intento desesperado de los militares de
cuencias, que tienen diferentes niveles aferrarse a un poder que no podían sos-
de gravedad: tener ya que tenían muchos problemas

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para manejar al Estado, implicó la rup- estar con vida. La metáfora del desapare-
tura de la vía diplomática, hecho que se cido, anclada en certezas fácticas, circu-
viene tratando de recuperar desde hacen la en el imaginario argentino como una
unos 25 años. deuda histórica pendiente. D’alosio y Ná-
poli (2006:24) sostienen,
Menoscabo en las relaciones sociales
La desaparición de sus ciudadanos como
El Estado de sitio que no permitía que plan de exterminio del Estado argenti-
los ciudadanos gozarán de sus derechos no, la no aparición de 30 000 personas
constitucionales, conjuntamente con constituye en sí el descentramiento de
la persecución política indiscriminada nuestro devenir histórico. En el geno-
frente a un enemigo generalizado, ca- cidio no hay patria, no hay lugar, es
lificado como guerrillero, que incluía a el acontecimiento como brecha en el
sujetos que actuaban fuera de la ley, así tiempo donde ya nada podrá volver a
como a obreros, militantes de organiza- ser como era.
ciones de la sociedad civil, estudiantes,
intelectuales, políticos, religiosos, perio- Probablemente, los juicios a los que in-
distas, fue haciendo que creciera la des- tervinieron en las desapariciones con-
confianza en la población y esto llevó a tribuyan a ir cerrando algunas heridas.
la rotura del tejido social. Toda persona Pero es probable que cuando la justicia
podía ser sospechosa y toda persona po- avance en los responsables civiles, esto
día ser delatora. También contribuyeron aminore el daño inmenso generado ha-
a ese deterioro otros factores tales como cia la población.
la propaganda y la construcción de un
aparato represivo ilegal. El gran incremento de la deuda
pública (también llamada externa)
Los desaparecidos
Cuando la institucionalidad argentina
Si bien los organismos de derechos huma- fue tomada por la fuerza, la deuda públi-
nos contabilizan 30 000, la CONADEP1 ca rondaba los 5000 millones de dóla-
registra unos 10 000. La desaparición y el res. Una vez recuperado el poder por la
plan sistemático de desaparición de los democracia (7 años después), la deuda
datos y los restos de esas personas conlle- ascendía a 50 000 millones de dólares
van la gran dificultad de cargar a cuestas, (Vázquez, 1985). Cabe destacar, como
en la historia reciente y en la cotidianei- dato altamente significativo, que el
dad, el destino que tuvieron esas perso- 30% de esa deuda pertenecía al sector
nas, más allá de que la discusión actual privado, que tenía gran poderío econó-
no ronda sobre el hecho de que pudieran mico, cómplice de la dictadura, que se
1 Comisión Nacional para la Desaparición de Perso- vio beneficiado por el Estado en manos
nas, creada en 1983, por el presidente democrático del golpe militar. Eso implicó una gran
Raúl Alfonsín, con el objetivo de investigar las dependencia económica hacia los cená-
graves, reiteradas y planificadas violaciones a los de-
rechos humanos durante el terrorismo de Estado culos del poder capitalista, lo que generó
entre 1976 y 1983.

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una pérdida significativa de la soberanía inseguridad jurídica. Llegó a tal punto, que
política, que se vio claramente en los si- los abogados que presentaban habeas corpus
guientes gobiernos democráticos, al ser ante la detención de personas, solían ter-
afectados por una deuda inmanejable. minar detenidos, e incluso, desaparecidos.

El ensanchamiento de la brecha En marzo del 2006, la Corte Suprema bo-


entre los más ricos de los más pobres naerense desclasificó 4295 habeas corpus
que estaban guardados desde comienzos
Las políticas económicas llevadas a de la última dictadura, estos prueban la
cabo por la dictadura privilegiaron un complicidad del Poder Judicial con el
modelo de Estado que beneficiaba al terrorismo de Estado (Dandan, 2006).
capital extranjero y al local, y puso en Muchos de sus personeros aún son cama-
marcha el neoliberalismo, envilecieron ristas, jueces de primera y segunda ins-
derechos adquiridos de los trabajadores, tancia y ejercen poder de presión frente
generaron una notable cantidad de des- a la posibilidad de ser investigados en su
ocupados, de subocupados y la caída del complicidad con el golpe militar.
salario real.
Guerra de las Malvinas
Modificación de las instituciones civiles
El saldo que dejó la guerra fue de 649
Está modificación comenzó con los mis- muertos argentinos en combate (323
mos militares que dejaron sus tareas para durante el hundimiento del crucero
inmiscuirse en las actividades políticas General Belgrano y 326 en el archipié-
de peso, a partir de la violación siste- lago) y más de 700 suicidios por parte
mática de la Constitución Nacional. La de excombatientes. Esta guerra, que im-
exclusión de la política en las prácticas plicó la atrocidad de enviar al frente a
educativas, la prohibición de las activi- soldados de 18 años de edad, que eran
dades gremiales y partidarias, la sujeción civiles y que cumplían con el servicio
del poder judicial al poder de turno, la militar obligatorio, aún no ha tenido su
colaboración de las cúpulas religiosas “Núremberg”, ni el juicio ni la condena
católicas con los militares y la desvirtua- que merecen quienes la llevaron a cabo.
ción del uso de la fuerza pública, fueron De hecho, continúa “guerreando” en el
atrofiando a las instituciones civiles. interior de miles de excombatientes que
en la actualidad cuentan con 50 años, a
La inseguridad jurídica los que rompió sus proyectos vitales.
Al haberse afectado el contrato social 500 nietos robados
entre la sociedad y el Estado (Rouseeau,
1762) frente a la desarticulación de la A pesar de la restitución de 103 nietos
Corte Suprema de Justicia y la inacción a la fecha por el trabajo extraordinario
de la justicia frente al inconmensurable de la Asociación “Abuelas de Plaza de
poder desplegado en todas las esferas por Mayo”, la cifra nos indica la atrocidad
los militares, se edificó una perturbable cometida, con un grado de impunidad

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inconmensurable, a partir de la atribu- Alteración de la memoria colectiva


ción de los militares de considerar que
no tenían límites en sus acciones. Des- Al construir un discurso único, en co-
pojaban a la gente de su vida, de sus hi- rrespondencia con la historia, impuesto
jos, de sus bienes. por la fuerza, avalado por la impunidad y
consentido por otras instituciones, tales
Daño a los productos culturales como la educación, la religión y aquellas
que representaban a los sectores conser-
Una sociedad censurada, con sus insti- vadores de la sociedad, la construcción
tuciones amenazadas, con prohibiciones de la memoria colectiva se convirtió en
para la difusión cultural, con libros que- una cuestión generadora de confusión y
mados y artistas e intelectuales expulsa- disenso en la población, al verse pertur-
dos al exilio o a la censura, con cientos bada por la negación y distorsión de gran
de carreras de nivel terciario y universi- parte de los hechos políticos y sociales
tarias cerradas, vio afectada su vitalidad que acaecían. De hecho, la tarea de la
cultural. Uno de los emblemas de la cen- construcción de la memoria colectiva
sura, que dañó a la cultura, fue un cen- es parte de todo un trabajo minucioso
surador ultramontano llamado Miguel al que van aportando diferentes actores
Paulino Tato, que decidía qué conteni- sociales, así como también, determina-
dos y películas podían verse y cuáles no. dos estamentos sociales. Efectivamente,
ha sido muy significativo el papel que
Afectación en los principios sociales ha tenido la “amnesia histórica” de las
instituciones civiles para dificultar la re-
La dictadura que embistió contra todo
construcción de la historia social y polí-
proyecto colectivo y se erigió como el
tica (Parisí y Rodríguez, 2006).
ejemplo moral a partir instituirse como
la salvadora de la patria, no permitió Desmembramiento del Estado de
ninguna expresión de tipo colectiva, bienestar
anuló las otras discursividades que po-
dían poner en discusión las políticas que Este Estado de Bienestar, que fue gene-
se están llevando, oprimió el ejercicio de rado por las primeras presidencias pe-
la libertad de acción y de decisión, e im- ronistas (1946-1955) y que implicó la
puso sus valores como los legítimos. No generación de una fuerte clase media
fue posible, así, la construcción de otros heterogénea, que incluyó al 70% de la
proyectos de tipo colectivo que transi- población (Minujin y Kesller, 1995),
taran desde otros lugares ideológicos. La si bien ya venía siendo lentamente
excepción fueron algunas organizacio- desmembrado a partir de la Revolu-
nes que conformaron una resistencia, ción libertadora (1955), el impulso
ligadas a la defensa de los derechos hu- que tuvieron las políticas económicas
manos, tales como “Madres de Plaza de llevadas a cabo por Martínez de Hoz
Mayo” y “Abuelas de Plaza de Mayo”. le dieron ingreso al neoliberalismo,
lo que implicó que el Estado fuese

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dejando que el mercado avanzara en muchos casos, la muerte, su participa-


imponer sus políticas de achicamien- ción política. Por otra parte, la no par-
to, con una trascendental disminución ticipación era instigada desde muchos
de la inversión social. sectores, incluidos los familiares, como
forma de protección. Si bien, a la fecha,
Corrupción la apatía ha mermado significativamen-
te, esto podría estar relacionado con la
El asalto al poder, la impunidad desple- necesidad de tomar las riendas del de-
gada en todos los ámbitos ocupados por venir histórico por parte de la sociedad,
los militares, los diferentes niveles de así como el hecho de que se terminara la
delincuencia, que iban desde “vaciar” impunidad cuando la Corte Suprema de
los domicilios de los que eran detenidos, Justicia de la Nación declaró inconstitu-
hasta el robo a las arcas del Estado, ge- cionales las leyes que detuvieron los jui-
neraron un estado de corrupción incon- cios hacia los militares, durante la presi-
trastable con el discurso de orden que dencia de Alfonsín –Ley de Obediencia
pretendían imponer los militares (Parisí Debida y Ley de Punto Final–, lo que
y Rodríguez, 2006). ha acarreado a que, en la actualidad, se
estén llevando a cabo juicios históricos
Creación de una cultura de la contra los responsables de las detencio-
impunidad nes/desapariciones de personas durante
la dictadura militar.
Esta surgió como causa y como conse-
cuencia de los ítems descritos anterior-
2. Consecuencias psicológicas
mente. La impunidad llevó al extremo
sus pretensiones, cuando el último dic- Al referirnos a las consecuencias psico-
tador, Reynaldo Bignone, sacó una au- lógicas no podemos dejar de establecer
toamnistía para evitar la condena propia que son inseparables de las consecuen-
y la de sus camaradas, la que rápidamen- cias culturales, sociales y económicas,
te fue derogada por el Gobierno de Raúl debido a que los individuos construyen
Alfonsín (1983/1989). su subjetividad en un medio atravesado
por una historicidad determinada.
Apatía política
Tal como sustentamos líneas atrás, las
Se observó, durante el periodo que fue
consecuencias psicológicas serían más
desde 1983 al 2001, un marcado rechazo
determinantes en las víctimas direc-
a la participación política, tanto con-
tas e indirectas inmediatas (familiares,
vencional como no convencional (Cue-
compañeros de trabajo, entre otros) de
llo, 2010), ya que la política se constitu-
la represión política. No obstante, otras
yó en un verdadero peligro. Esto había
consecuencias van a estar presentes en
que entenderlo en el hecho de que los
diferentes niveles sociales. En ese senti-
30 000 desaparecidos eran, en su gran
do, el orden de las descripciones no re-
mayoría, militantes políticos y habían
mite a su nivel de gravedad.
pagado con detenciones, tortura y, en

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Efectos psicológicos del silenciamiento colegio como una modalidad de de-


social en relación con la existencia de fensa que les permitía cumplimentar la
desaparecidos exigencia familiar de silencio” (Kor-
don y Edelman, 1986:29).
Al circular la información de la desa-
parición forzada de personas de boca Sentimientos de culpa inducidos
en boca, por la imposición de la norma
represiva oficial, los destinatarios de las Se generan como consecuencia de las
noticias, o las víctimas indirectas –fa- campañas propagandísticas que soste-
miliares, amigos, compañeros de traba- nían: ¿Usted educó bien a su hijo? ¿Sabe
jo– sufren situaciones de pánico, con usted que está haciendo su hijo en este
vivencias alucinatorias y una atmósfera momento? Esto llevaba el mensaje su-
cargada de peligro. Se supone que el si- brepticio de hacer responsable de las
lencio es, por una parte, una condición desapariciones o detenciones a los pa-
para la supervivencia personal y, tam- dres, ya que ellos son los que realizan
bién, para la supervivencia del desapare- la socialización primaria y tienen a su
cido (Kordon y Edelman, 1986). cargo el cuidado de los hijos (Kordon y
Edelman, 1986).
Aislamiento y dificultades para
constituir grupos de pertenencia Inducción de dar por muerto al
desaparecido
Esto se observó en familiares de desa-
parecidos, especialmente en hermanos La dictadura modificó el Código Civil
menores-adolescentes: “En la mayoría para forzar a los familiares de los desa-
de los casos, los padres depositaban to- parecidos a darlos por muertos, aprove-
das sus expectativas y temores en ese chando los problemas que aparecían en
hijo que les queda. Así, en un perio- las familias, como tal, la necesidad de
do de su vida en que la comunicación disponer de los bienes. Esto conllevaba el
con sus pares es una de las necesidades hecho de hacer cómplice legal al familiar
evolutivas normales, los jóvenes re- en la negación de los motivos de la desa-
ciben la orden de no hablar del des- parición (Kordon y Edelman, 1986).
aparecido y de ningún tema que ten-
ga relación con él. Se induce, de este Estigmatizar de enfermo mental a los
modo, a una combinatoria de ansieda- que tenían disidencia política con la
des paranoides con fobias de contacto. dictadura
Muchos jóvenes explicaban que para
Esto se observó claramente con el mote
tener amigos, necesitaban (de acuerdo
de “locas” con el que se llamó durante
con los requisitos de ese periodo evo-
años a las “Madres de Plaza de Mayo”
lutivo) compartir todas sus aflicciones,
(Saidón, 2011). Se da acá un llamativo
pero hemos visto que utilizaban me-
mecanismo que estaba inducido desde
canismos de aislamiento esquizoide
las mismas usinas del poder y que apun-
en relación con sus compañeros de
taba a desprestigiar toda mirada, opinión

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o crítica que se tuviera con las acciones de un sentimiento de desconfianza en


que llevaba adelante la dictadura mili- cualquier gobierno y, cuando los datos
tar, poniendo en ridículo o descalifican- de la realidad indican, a saber, una reali-
do a la fuente. Por un lado, estaba la dad diferente, existe una negación cons-
práctica deliberada de ubicar al opositor tante y se produce, efectivamente, una
como subversivo. Ahora bien, cuando el sensación de frustración que impide un
opositor no entraba en los cánones que adecuado contacto con la realidad.
respondían a la categoría de subversivo
creada por la dictadura –porque no era Enfermedades de diferentes tipos
de izquierda, porque no era barbudo, (mentales y físicas) y un gran
porque no era peronista, porque no era malestar individual
estudiante universitario, porque no era
militante social, por ejemplo– la forma Estos resultaron como producto de si-
de denigrar sus críticas era el calificarlo tuaciones altamente conflictivas, con
como enfermo mental. Curiosamente, una realidad muy compleja, con situa-
se daba la situación paradójica de que, ciones inauditas e impredecibles –casos
por ejemplo en el caso de las “Madres de detenidos-desaparecidos–, producto del
Plaza de Mayo”, ellas denunciaban una silenciamiento, la negación y la renega-
situación que existía y que era aberrante, ción de lo que estaba ocurriendo frente
pero la forma de que su verdad no fuera a tanto escenario de terror. Una de las
escuchada, era el tildarlas de locas. enfermedades que asoló a los argentinos
fue la depresión que, en muchos casos,
Redefiniciones de los proyectos vitales se presentó con su cara contrapuesta –la
manía– como fue la reacción maníaca de
Gran parte de la población tuvo que la población frente al mundial de fútbol
readecuarse a las condiciones vigentes. de 1978 que se desarrolló en Argentina;
En los casos más graves, hubo que gente frente al “deme dos” (frase repetida por
que sufrió la muerte, otros la cárcel y los aquellos que compraban productos en
vejámenes, otros el exilio. Pero también el exterior mientras la industria nacio-
estuvieron aquellos que debieron dejar sus nal estaba siendo destruida); y frente a
carreras universitarias, pues se cerraron. la invasión a las Malvinas en 1982, que
produjo una reacción espontánea de la
Temor a la ruptura institucional gente en Plaza de Mayo y en las plazas
céntricas de todas las provincias argenti-
Una historia de golpes de Estado, de nas, reacción en sí de euforia –altamen-
inestabilidad democrática, lleva a que te “patriótica”– que luego fue dejada de
muchas personas manifiesten una suer- lado para “seguir” al mundial de fútbol
te de trauma referido a las condiciones que se desarrolló en España y al que,
de institucionalidad en este país. Esto vergonzosamente, asistió la selección ar-
trae aparejada la sensación permanente gentina (Kon, 1982).
de que en cualquier momento “todo se
sale de bruces”. Esto va acompañando

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Sensación ficticia de que la Hubo casos de militantes que formaron


desaparición de una persona sería pareja con sus torturadores; también
prueba de su culpabilidad de activistas políticos o miembros de
grupos armados que trabajaron para los
En la frase “en algo andaría” se resume el militares identificando compañeros o
mecanismo de seguridad propia de que, realizando actividades estratégicas, que
al no estar una persona en nada “raro”, llegaron, incluso, a viajar al exterior
nada le iba a pasar, a la vez que se inten- para delatar a excompañeros (Larraquy
ta lograr consenso acerca de la legalidad y Caballero, 2001; Bonasso, 1994).
del sistema de desapariciones (Kordon y
Edelman, 1986). Conclusión

Necesidad del olvido Para comenzar esta conclusión, repro-


duciremos palabras de Fernando Ulloa
Se refiere a la necesidad por parte de (1997:13):
los involucrados en la maquinaria ase-
sina para evitar la justicia, por parte de El área de los ddhh no es un área có-
sus cómplices y también en aquellos que moda en la realidad argentina. Nadie
han sido atravesados por el mandato del pretende comodidad en materia tan
silencio, la negación y la renegación, necesariamente militante. Se dirá más
que aún niegan lo ocurrido o tratan de bien que es incómoda por lo menos en
minimizarlo (No fueron 30 000, ni fue- dos sentidos. En primer término, somos
ron inocentes, rezaba una leyenda escrita los que no queremos olvidar, los que im-
frente a esta universidad, firmado por portunamos con la memoria de hechos
una agrupación denominada “memoria terribles contra la condición humana.
completa”). Pero es también incómodo sostenerse y
sostener nuestras tareas. ¡Quién quiere
Dilución de responsabilidades convivir próximo al horror y sus efec-
tos! Solamente desde una convicción
Aún se puede escuchar a personas decir ética podemos hacerlo. Aquí no valen
“todos fuimos culpables” como forma de voluntarismos ni curiosidades más o
encubrir responsabilidades, intentando menos macabras. Son de corto aliento
igualar a los que resistieron, a los que para una permanencia.
fueron víctimas, a los que guardaron si-
lencio el terror, a los que crearon silen- Cuando se reflexiona sobre las con-
cio cómplice y a los responsables (Kor- secuencias de un golpe de Estado que
don y Edelman, 1986). estuvo en el poder durante siete años
y uno menciona el tiempo en años, po-
Identificación con el agresor dría dar la sensación de que no fue tanto
tiempo. Si uno lo contara sumando los
Aquello que algunos autores sindican días, serían unos 2590 días. Durante to-
como el “síndrome de Estocolmo” ocu- dos esos días hubo, entre otros hechos
rrió con víctimas directas e indirectas.

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Golpe de Estado en Argentina (1976/1983): consecuencias sociales, culturales y psicológicas

aberrantes, desapariciones, que no fue- Cuando a una persona se le roba su iden-


ron una por día, sino que llegaron a las tidad también se le está robando su futu-
once desapariciones diarias durante esos ro. Se están dejando cicatrices sociales
interminables siete años. Años en que la abiertas que devendrán en sufrimientos
justicia fue solo un anhelo, años en que posteriores y que se expresarán en iden-
la libertad no le pertenecía a nadie, solo tificaciones con los agresores, o en la
al terrorismo de Estado. necesidad del olvido sin la reflexión sufi-
ciente, lo que conlleva la posibilidad de
En esos años hubo más de 360 Centros la repetición de las historias.
Clandestinos de Detención y trabajaron
para la represión unas 100 000 personas La gran deuda pública y la enajenación
que pertenecían a las distintas fuerzas del de la economía afectaron la vida de mi-
Estado- Ejército, Marina, Fuerza Aérea, llones de personas y los proyectos vitales
Gendarmería, Prefectura, Policía Fede- de otros tantos.
ral, Policías provinciales, entre otros.
Ese endeudamiento fue el ingreso en
La vida de la mayoría de la población fue Argentina del modelo neoliberal eco-
perturbada, ya sea porque fue afectada nómico, que conllevó –durante el año
en lo social, en lo cultural, en lo laboral, 2001– la mayor crisis en la historia del
en lo personal o en lo familiar. país, situación que provocó que la mi-
tad de la población se sumergiera en la
Por otra parte, se socavaron sus derechos pobreza.
constitucionales y se construyó un rela-
to en el que la política y la democracia De los que sufrieron el exilio, muchos
eran algo sucio. Ese relato incluía al otro retornaron, otros murieron en el des-
como sospechoso, como amenazador. tierro y otros regresaron. Pero tal como
Esto facilitó la ruptura de lazos sociales y señala Galeano (1993), el exilio nunca
fue útil para un poder omnímodo. termina, ya que cuando se puede volver
al país, los hijos han crecido y no quie-
Las tramas sociales y psicológicas frutos ren volver a un país que desconocen y al
de los efectos del golpe de Estado perdu- que viven como amenazador.
rarán por años.
Solo la justicia y un sistema político que
De los 500 niños apropiados a los dete- priorice la búsqueda de la verdad, con el
nidos-desaparecidos, solo se han recupe- acompañamiento de la sociedad en ge-
rado 107 por el trabajo incansable de la neral y en particular, lograrán amortizar
Agrupación Abuelas de Plaza de Mayo muchas de las consecuencias mencio-
con la colaboración de la Agrupación nadas. Pero no todas. Hay marcas, tales
Hijos y de la justicia argentina. Quedan como las del exilio, la cárcel, las torturas
aún 393 personas que desconocen su pa- o la desaparición de personas, que suelen
sado y su identidad. ser perennes.

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Volumen 24 (1-2), I-II Semestre 2013 (ISSN: 1659-4304)
Elio Rodolfo Parisí y Adrián Carlos Manzi

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