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MAÑANA, MEDIADÍA Y NOCHE

Y el verde de la mañana y la congestión del tiempo y mis cejas


No las han peinado nunca, ni lo harán, las brisas de la divinidad.
Esto está claro, al menos para mí, pero ayer me di cuenta
De algo que flotaba entre las nubes, algo como un pájaro,
Pero también como un hombre, con un traje negro, con los
brazos extendidos.
Y pensé que podía ser una señal de que me había equivocado.
Entonces me desperté
Y la sombra del futuro cayó sobre mi cama y sobre las
líquidas ruinas
Del mar y sobre las cáscaras de los edificios al borde del mar.
Volaba rápido un nubarrón, doblando los árboles y allanando
los campos. Me quedé en la cama,
Con la esperanza de que pasara. Aún esperaba su
oportunidad lo que podría haber sido.

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