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Tópicos del Seminario
9
Índice
El erotismo en el arte
Elena Bossi .. .. .. .. .......... .... .... .. .... .. .. ... ....... .... ... ...... ..... .... ........ . 11
La estética y lo sagrado .
"Entrada en materia", de Octavio Paz
Rita Imboden ..................... ...... ........ ...... .......... .... .. .... ...... .. .. ... 25
El trazo de la escritura
Raúl Dorra ............................... ......... ..................................... 1O1
jadas entre sí: La flagelación de Cristo, de Piero della Frances- su propio trazo y con el
ca, La noche estrellada, de Vincent Van Gogh y un fotograma ca? ¿Qué grado d a ·
del video Motus vivendi, de Carmen E. Kreis. En cada caso se factores? En este artí-
muestra una precisa orgartización del espacio en donde tal or- escala en la que el obje
ganización no se presenta como geométrica per se sino por la lidad- cobra un pro=or
incorporación de un sujeto que percibe también las fugas hacia que el tacto cede su e
lugares de invisibilidad. mándose en símbolo.
Un inolvidable momento del filme La mirada de Ulises, de Finalmente, el artí
Theo Angelopoulos da pie a una demorada meditación de Pi erre una inter-estésica de la·
Ouellet sobre el tiempo -existencial e histórico- sobre los resueltamente en el an
lugares. sobre la transformación la permanencia, sobre la iden- Ya desde el primer p ·
tidad y la otredad. Se trata de la secuencia en que una vieja, casi "inscribe en el mar o
inmóvil barcaza traslada en silencio los fragmentos de una gi- semiótica que tiene
gantesca escultura de Lenin. Como si arrastrara los fragmentos po''. He ahí, enton e .
de la Historia, la barcaza se va acercando al puerto donde se
objeto de estudio. En
reúnen hombres inmóviles. Esta escena de clausura, de final,
sensoriales para sug
abre, sin embargo, el espacio y muestra las formas de la tempo-
no sólo de los sen i
ralidad. El espacio es una suerte de khora platónica: más que
los sentidos, esto e
extensión, una profundidad donde las cosas interminablemente
la contabilidad tra
se congregan y se transforman. Pero, sobre todo, el espacio es
una socialización, un habitus donde los hombres se reúnen pues
el espacio es, esencialmente, lo que está habitado. De esta re-
unión nacen las distintas formas de la temporalidad, ligadas al
traslado, al movimiento, al alejamiento y al retorno. Estas tem-
poralidades dan lugar al mundo, es decir, vuelven a ser, y al
mismo tiempo fundan, el espacio socializado. Por su parte, los
fragmentos que nunca terminan de llegar son un icono de la anterior de e ta
transformación en el espacio y en el tiempo. son de naturaleza ·· •
En '·EJ trazo de la escritura", Raúl Dorra muestra a ésta misma. A la ri :z2 ~-
Existe un gén r
erótico : li tera
neral , se suele
placer que im
Bataille:
Semiótica y estética.
Tópicos del Seminario, 9.
Enero-junio 2003 , pp. 11-23.
El erotismo en el arte
Elena Bossi
Universidad Nacional de Jujuy
7 Loe. cit.
16 Elena Bossi El erotismo en el arte
19
Pauline Réage. Htstoire d'O. Paris. France Loisirs, 1975 (Sabemos que el
nombre de la autora e un seudónimo. igual que el de Emmanu elle Arsan).
20 Tanto la edición francesa como la española, (Barcelona. Tusquets, 1983) se
.:ncuentran precedidas por el prólogo de Jean Pau lhan. ·'Le bonheur dan s l'ecl a-
vage ··(La dicha en la escla\ itud).
El erotismo en el arte 23
La estética y lo sagrado.
"Entrada en materia", de Octavio Paz
Rita Jmboden
Universidad Autónoma de Puebla y Universidad de Zürich
de cumplir el sujeto (y el lector) del poema para poder captar en reconocer o nombrar
este efecto. Pero, ¿qué tipo de captura es la captura estética? una relación -inespera...
instaura entre el sujeto ~
tivo, no puede fijarse en
t. Pluralidad y solidaridad de los sentidos interrupción de la rutina
la exclusividad del fenóf"
Partiendo de la definición -retomada y sistematizada por Aris-
ción de un sentido que. s
tóteles- de estesis como ''conocimiento sensible" podemos
procuraría un sentimient -
entenderla como el efecto de una impresión del mundo exterior
otro. Es justamente esta
sobre nuestro cuerpo sensible; sin embargo, no cualquier impre-
buscar, por ejemplo en ,
sión nos causa un efecto que luego evaluamos como placentero
apropiadas para entrar e '1
y que asociamos con la idea de la belleza. " La experiencia es-
ritmo (discernible en lo
tética'', afirma Raúl Dorra, " tiene lugar en el momento en que
En una estrategia de coht:
lo sensible -insignificante en sí mismo- se hace forma, es
ca, esta totalidad rítmic...
decir, se recorta sobre el caos originario para inducir la signifi-
los elementos textuales e
cación en la conciencia del sujeto." (Dorra, 1997: 75). El frag-
mo logaciones.3 Enconrr.:
mento textual de Octavio Paz que encabeza el presente trabajo
jeto y andar nosotros a s
sugiere que incluso se conciben varias funciones del hacer es-
!ación de equivalencia e
tético o de la poesía: decorativa, ética y transformadora (o tota-
instauramos como un L
lizadora). ¿Cómo es posible que un encuentro sentido como ac-
como un todo coherente
cidental y efímero -un roce, una mirada, un sonido- pueda
zac ión jerárquica.4 El m
' ·cambiar la vida" en unos casos y, sin embargo, en otros sólo
logre " embellecerla"? Las distintas actitudes frente a la poesía,
3 La racionalidad corre:.po:
que se establecen en este texto de Octavio Paz, nos hacen supo- "'aro/e littérmre. a .. toute mane!
ner que nuestra percepción del mundo está condicionada por ces en ramenant la mu ltiphcll!!
cierto tipo de racionalidad, de pertenencia a un determinado sis- -.e la significación en la opos •
a dos tipos de rac ionalidad la
tema de valores.2 Por consiguiente, la sensibilidad estética sólo ··co¡-ncide avec une conception
sería posible sobre la base de un aprendizaje cultural, en el cual du langage··. miemrasque 1arx
el sujeto adquiriría una predisposición a la percepción del objeto ar nrerieur de la structure de:;dis
sensible. No obstante, este objeto no existe de por sí, no es an- 1teraria no se agotan en una fUI"!:
necesidad de significar) prcctS<-
terior a la mirada del sujeto (la aprehensión estética no consiste J La belleza clásica se coo~
panes. sirviéndole de modelo •
2 Es interesante comparar al respecto las reflexiones de Octavio Paz en La discurso debía responder a e5t3
llama doble sobre la percepción) su condicionam iento por los valores: "Aquello coherente a un cuerpo monstrc
que:: sentimos y perci bimos no es únican1ente una sensación o una representación de mujer un cuello de caballo
sino algo ya dotado de una dirección, un' alar o una inminencia de significación. " de peL En un discurso. p1es ~
todc o demás ..sueños 'anos
(Paz, 1993: 192).
La estética y lo sagrado 27
2. La ciudad en el poema
co m" en a cstn.ctura de
"Entrada en materia" es un poema extenso que despliega, a lo
adelante nus sen irá de
largo de sus cinco páginas. la temática de la ciudad. La isotopía
urbana está presente, en la creación lírica de Octavio Paz, en
di fe rentes e pocas. expresándose a menudo de forma extensa y
3. Do Yer ione de .. Entra
en combinacion con el ambiente nocturno 6 La ciudad hace su
Ex· sten dos 'ersiones de
~ 1.a 1dca de lo, :.cntldo.smr. nores ~a~ encuentra. segun nos informa Octavio tr"' de 199 . ~) la~ di ti re
Prtl en 1 a llama doble. en la Edad medra~ ~el Renacrmiento, y serian: '"el sentido
común. la estimatl\ a, la im gmama. la memona) la fantil$ía. encargados de reco-
ger y purificar los dato, de lo:. cmco sentido:> exteriores) transmitirlos. como for-
mas inteligihlcs. al alma racional. La imagen o forma que recibe el entendimiento
no es el dato crudo de los ;,entido:.". De ello se deduce que "cada percepción es un
acto de creación··. ) a que "al perc1b1r la realidad le imponemos inmediatnmente
una fonnn ··(Paz, 1993 192) \le parece igualmente útil comparar, a propósito de
la relación entre lo scnsibk} el senllllv. el artículo "El soplo y el sentido" de Raúl
Dorra. donde Icemos que ··1a transtorm.~ción d.: lo ~.:n~ible en sentido se realiza
una) otra \CZ en los distintos ni\eles de proceso) ello quiere decir que en cada
caso lo sens1blt: es convertido en sentido al incorporarse a una forma bás1ca. Si el
mundo scnsible es uhicuo } multiforme. el sujcto no puede aprehenderlo smo a
u aH'" d.: su cuerpo y dotándolo de torma... (La w=) la letra. 1997: 74-75)
b Pertenecen. según nos refiere Pere Gimferrer en su ensa)o Lecturas de Oc-
tai'IO Pa=. a una constante en Paz: "Los nocturnos ciudadanos responden a uno
llc los paradigmas ma) ores de los poemas largos de Paz: la contemplación de la
c1udad nocturna es un tema pri\'ilegiado, porque tal escenario actualiza uno de los
La estética y lo sagrado 29
Bramar de motores
río en crecida
silbidos latigazos
chirriar de frenos
algarabías
El neón se desgrana
Noche multicolor
ataviada de signos
5 letras parpadeantes
obsceno guiño de los números
Noche de innumerables tetas
y una sola boca carnicera
[... J
lO En el articulo refendo en
r-ecurren cía es un princtpio car
4. La organización textual ~ m~tdente:. que se repnen e
mar~ qut: subrayan la cont
Para la segmentación del te>..to que analizamos. o sea. la versión amows. las m"cncion•> ~- ~
de 1990 de ··Entrada en materia ... ta genetica del texto nos ayuda .., .: •..mlamos desarrollo no es
visiblemente a proceder delante de un poema extenso, donde fa- ción ~ tepcticion. ruptura~ •
11 De aqUI en adelan e..
lla la memoria inmediata de los somdos -entre otros motivos, :u-.:aré la ·cesura· entre
por la ausencia de rima-. donde no encontrarnos una puntuación mzono de comodidad.
convencional ) donde nuestro ojo es incapaz de abarcar el texto
de una sola mirada. Como constatamos arriba, la separación en
lO En el artículo referido en la nota ante!rior. dice Pa1.: ·'En todos los poemas la
rccurrencia es un principio cardinal. El metro :r sus acentos. la rima( ... ]. las fra:;e~
e incidentes que se repiten como motivos y temas musicales. son como signos o
marcas que subrayan la continuidad. En el otro extremo están las rupturas, los
cambios. las tm encioncs ) . l!n fin. lo inesperado: el dominio de la sorpresa. 1 o
que llamamos desarrollo no es smo la alianta entre sorpresa) recurrencia. tn' cn-
ción) repetición. ruptura y continuidad." (Paz, 1990c: 12-13).
11 De aquí en adelante. al citar un verso partido en el interior de mi te11.to.
marcaré la ·cesura· entre los dos hemistiquios por un blanco de 5 puntos Por
razones de comodidad. llamo verso a las líneas del texto. estén o no par11das ~
distribuidas en dos espacios horizontales diferentes. del mismo modo que me
permito llamar hemistiquios a las panes espacialmente disociadas de este verso.
t2 En lo que conc1erne al cierre del poema. me parece significati' o el cambio
operado entre las dos \Crstones textuales: ·'El sagrano del cuerpo El arca del
espíritu 1 Los labios de la herida la herida de los labios". de la versión pnmera
(que repiten literalmente tres líneas de la estrofa 1). se reduce. en la segunda ver-
sión. a "el sagrario del cuerpo el arca del espíritu" (no se retoma el verso ··Los
labios de la herida"-. que figura abreviado en la estrofa 1). El significado se
desplaza de ··los labios de la herida", repetido con insistencia en la versión de
1962. hacia los objetos figurativos englobantes (sagrario y arca) y sus respccti>os
·contenidos' (cuerpo) espíritu)
Rita lmboden La estética y lo sagrado
34
11: Ciudad
(la ciudad, la noche, la luna. el reloj) que, en el fondo, son reduci-
bles a un solo actor colectivo, la ciudad, y cuyas múltiples voces
son dispersas e ininteligibles.13 En el plano espacial, la estrofa VI lll: Ciudad
indica el paso de un espacio exterior urbano y abierto, a otro, in-
terior e íntimo. La fonna verbal "se cierran", repetida tres veces
(vv. 59-60), nos indica la impottancia de este cambio espacial: Si en la primera est-
rectamente, a tra\ és ae
Ya es hora en la segunda y tercera
las ventanas se cierran
arquitectónicos (esta e
los muros se cierran las bocas se cierran
tizado. La ciudad se m ...
Y si en la primera parte del poema (estrofas 1-V, que de aquí mar. río). inmóvil-m. "lt.
en adelante llamaré A) predominan el discurso descriptivo y la muslos). Las primera;)
dimensión figurativa -las figuras arquitectónicas y corpora- En las estrofas lV ~ \ ;)
les- , en la segunda (estrofas Vl-X. parte B) será la dimensión que remite al orden de 1
simbólica del lenguaje - la reflexión. la palabra y el decir-la ~lientras que la ciudad
que caracterizará el discurso del sujeto. En A nos.encontramos del romanticismo~ de
con un espacio no organizado. fragmentario -y un sujeto de- tictos de un fuerte sigr
sintegrado-, donde los valores morales se sustituyen por co- ;r..dicion literaria e .,.s
merciales (la publicidad, la prostitución). En B, en cambio, asis- mento a:!.
timos a la (re-)construcción del mundo) del sujeto mediante la En el interior de ..
palabra. Aunque el sujeto es consciente de que la experiencia mento b 1) se enun~.~
estética está limitada a un bre\e momento y no puede repetirse, dimensión del dectr ~
sabe también que su disponibilidad encierra virtualmente lapo-
sibilidad de una experiencia siempre renovable . VI: ¿que d
En el interior de la parte A. el inicio de las tres primeras no :;ah!
estrofas están centradas en el actor colectivo /ciudad/ :
\"ll: Ho~ ¡x
1: Bramar de motores
río en crecida \ lll:
13 Si bien es verdad que, en cierto momento de la estrofa lll, el sujeto hace a ezan con h enu . .
la ciudad una débil llamada al diálogo ("tu discurso demente tejido de razones creas antitéticas o
1 corre por mis arterias 1 y repica en mis tímpanos"), este intento -<jue es más
·· estrofa IX
queja q ue diálogo- fracasa.
La estética y lo sagrado 35
11: Ciudad
montón de piedras
lll : Ciudad
entre tus muslos
~~ Así. ..gatos en celo y pánico de monos" encarnan también esta pasión am-
mal. no civilizada o refinada.
15 Esta expresión remite, por metonimia. a la mítica mujer devoradora que. al
mismo tiempo. es metáfora de la ciudad.
38 Rita Jmboden La estética y lo sagrado
'
el sentido natural en la actividad lingüística, esto es, desde den- sus luces y !'uidos agre::.
tro hacia afuera; en cambio, los "navajazos" del monstruo-ciu- mente tejido de razones
dad amenazan la integridad del sujeto al penetrar desde ajitera en en mis tímpanos .. (lll:-
el interior de su cuerpo. La violencia puesta en escena en la primera Será sólo en el se;rr
estrofa no procede de fuerzas cósmicas -los dioses y monstruos en sujeto con voz proni
de l discurso mítico- y tampoco funciona como complemento an- directo, de verbos ca":
tagónico de las fuerzas creativas. Se basa. por el contrario, en un ..callo", "podría dec·,.
discurso deshumanizado que pertenece a la sociedad moderna e -1ue. en la estrofa fma •. ~
industrializada, y cuyos valores son el rendimiento económico y en mayúscula. Suces:·
la acumulación de bienes materiales.l 6 En este discurso, los ob- poder y un deber. traJ''
jetos dejan de significar, porque son degradados a su valor de uso, del hacer poético. Para
o sea. reducidos a hacer referencia a una gananc ia o utilidad la ciudad y desplazarse
comercial virtual. La mención de la prostitución ("innumera- configura la transforrn
bles tetas' ') remite a la comercialización incluso de la pasión e1on tres veces de la fa
erótica. Volvemos a encontrar la misma inversión de sentido una vez en su buhardil
hacia afuera -desde afuera en los espacios de ''el sagrario del ;xx!ta -que se ha dad
cuerpo" y "el arca del espíritu··: para poder revelar, en un momen- >Jero se vuelven palpa
to privilegiado, su secreto. el espacio sagrado debería primero "teriorización que n::.
permanecer cerrado: sin embargo. sufre la invasión agresiva de dd .. ~o ... La bl.ÍSqtJeda
la luz artificial, de "los reflectores [que] palpan tus plazas más una limitación o re~..- . . . .
secretas··. quedando de este modo profanado. Con todo e ll o, en o ·ra dimensión. ps •.:;-.
A se evidencia que el actor JO forma parte implícitamente del ia erica ("el tribunal·
actor .. ella/tú ... la ciudad nocturna.: que la relación queman- En la estrofa vm ~
tienen no es un diálogo. sino una relación de dependencia uni- ~ que pueden leerse
lateral. En ésta. el yo es im adido ) englobado por el otro: por nto que elementos :.r
tr-· r un nue\ o edificio
16 Sobre esta decadencia de los \aJores reflc\iona el propio Octavio Paz en su -n.:sa ..... puerta ... Per
articulo .. Ruptura y convergencia .. (incluido en La otra vo:): ·' La antigua natu- ~...-se con partes del ..
raleza desaparece y con ella sus sel\'ac;. valles. océanos y montes poblados de vs que cargan :.in e-
monstruos. dioses, demonios) otras maravillas: en su lugar. la ciudad abstracta
y. entre los vit<jos monumentos y las plazas venerables. la terrible novedad de las s embargo. indlC..i la
máquinas. Cambio de realidad: cambio de mitologías. Antes, el hombre hablaba C:!z:::l os elememos-non:
l:On el universo; o creía que hablaba: si no era su interlocutor, era su espejo. En el
siglo XX el interlocutor mítico y sus voces misteriosas se evaporan. El hombre se
ha quedado solo en la ciudad inmensa y su soledad es la de millones como él. ( ... ]
Descubrimos que estamos solos en el universo. Solos con nuestras máquinas."
(Paz. 1990c: 42).
39
La estética y lo sagrado
~o pesa el nempo
es pesadumbre
o están las cosas en su sitio
no tienen sitio
No se mue\ en
y se mueven
echan alas
echan raíces
garras dientes
tienen ojos y uñas uñas uñas
Son reales son fantasmas son corpóreas
están aquí
son intocables
La estética y lo sagrado
Aparece,
entre tinacos, antenas, azoteas,
columna líquida,
más mental que corpórea,
cascada de silencio:
la luna.
Ni fantasma ni idea:
fue diosa y es hoy claridad errante.
1- y de Jos marginados (borrachos y animales ' domésticos' sin Sin embargo. e'"'
hogar). La imagen del cielo que desaparece detrás de los anun- poema. el tiempo se
cios publicitarios simboliza, en el contexto presente, la pérd ida tidad abstracta. aun ..
de los valores transcendentales en nuestro mundo. Todo se sitúa aquel expresado en 1
en e l nivel del deshumanizado ·acá abajo', cuyo escenario es el tiempo da cabida.
iluminado por luces artificiales -encendidas ya desde el prin- implícito yo (en la IX-
cipio del poema- en vez de serlo por la mirada estética. El aparición en la es~
poeta deberá constituirse, a continuación. sin esa instancia que
garantiza el valor de los valores y buscar humi ldemente, a tien- V: Un reloj da la
tas, un nuevo camino. De ahí la lucha ) la vac ilación que tras-
lucen las estrofas VI a VIII.
Ciudad
entre tus muslos
un reloj da la hora
demasiado tarde
demasiado pronto
En tu cráneo
pelean las edades de humo
en tu cama
fornican los siglos en pena
La estética y lo sagrado 45
V: Un reloj da la hora
ya es hora
no es hora
ahora es ahora
ya es hora de acabar con las horas
ahora no es hora
es hora y no ahora
la hora se come al ahora
VI: Ya es hora
B
A
uempo subjetivo
tiempo objetÍ\ o
c'rcular ("Vuelve ... ", v. 88)
lineal (decadencia)
~:l~nirud que " no pesa" ( 98)
magnitud medible
~..mamzado (personificado, v. 67)
mecánico ( .. reloj'·. -. . 5.!)
fijo ("petrificado··.'. 20) ¡¡mico r·pesadumbre"' v. 98)
i . -.erbal. presente, indefinido, ' futuro '
tiempo verbal· presente
simultaneidad 'poética' (ritmo)
simultaneidad ·,acLa·
8. La imagen final
En la imagen final se reprod..Jcen literalmente dos líneas de la
estrofa inicial. que ~a come'ltamos brevemente con respecto a
los efectos de (./erre: .. e1 sagrario del cuerpo el arca del espí-
ritu··. Pero ha~ más en este\ erso partido: no significa lo mismo
en las situaciones inicial ~ final. del mismo modo que nuestra
visión tampoco sigue siendo la misma antes de emprender y
después de terminar la lectura del poema. ¿Cómo se transforma,
Lo di' ino afecta de una manera acaso aún más decisiva las Consciente de que k
nociones de espacio ) tiempo. fundamentos y límites de nues- se realiza plenamente. e
tro pensar. La experiencia de lo sagrado afirma: aquí es allá;
los cuerpos son ubicuos: el espacio no es una extensión, sino :4 En el diccionario de M
una cualidad: ayer es ho): el pasado regresa; lo futuro ya , que designa el ..Tronco
aconteció. (El arco y la lira. 1986: 126) partes seria perfecta
.en
La estética y lo sagrado
51
n-
--a- Si nos remontamos en la tradición literaria hasta los relatos
lr bíblicos. vernos que allí. el arca es el receptáculo que contiene
.Je las tablas de la ley (los mandamientos), o sea, la palabra escrita
l- de Dios, y que es un espacio situado en el interior del sagrario
..el o tabernáculo, que en aquel remoto tiempo era una tienda. Tras-
e- ladando esta imagen originaria a un nivel metapoético, pode-
mos decir que el ''cuerpo·· en el poema de Octavio Paz, en tanto
.... - que sagrario o tabernáculo, configura la superficie, la forma ex-
3) terior y sensible del poema, mientras que ·'el arca del espíritu·· .
englobada por aquel, constituye el sentido interior.24 O dicho
de otro modo: el decir poético --el espíritu entendido como
soplo divino, como inspiración- se manifiesta en las palabras.
y las palabras remiten, a su vez. al decir poético.
Por lo que respecta al contexto inmediato del verso. que tam-
bién determina su significado, hay que señalar que en la situa-
ción inicial, éste queda enmarcado por dos versos que expresan.
respectivamente, la idea de una transgresión agresiva ("los re-
flectores palpan tus plazas más secretas'') y de una violencia
sufrida (''los labios de la her ida"). En cambio, en la situación
final. el sujeto del verso preceden te se yergue en portavoz del
espacio sagrado. asumiendo plenamente la misión de poeta. que
será la de decir, con sus palabras precarias y humanas. lo inde-
cible y divino:
su voluntad de "deci r lo que dicen .. las cosas, de actualizar con- salir \ene~
tinuamente lo sagrado en su labor poética.25 palabra_··. Pe
~on .. lo maesw
salir vencedor del conflicto, ya que "Hoy podría decir todas las
palabras". Pero, en realidad, entra en un nuevo diálogo, esta vez
con "los maestros·· y "los venerables inmortales" que "te hi-
cieron lengua de los hombres 1 galimatías" (Vll: 82-85), para,
finalmente, rechazar el modelo de Babel, aquella ciudad bíblica
-"monumento grandioso incoherente" (v. 79)-cuyas preten-
siones megalómanas la llevaron a la confusión de los lengua-
jes.27 Tampoco los "nombres", estos signos que hacen refe-
rencia a una realidad objetiva, encarnan la palabra poética a
cuya búsqueda se ha lanzado el sujeto; no le abren la ''puerta
puerta condenada" (VllJ: 96) y revelan ser "verdades desfon-
dadas" (v. 97). En la conclusión final, el sujeto descalifica esta
función referencial del lenguaje, que se limita a designar las
cosas del mundo en vez de decirlas: "Los nombres no son nom-
bres" y "no dicen lo que dicen''; con ello sostiene que los sig-
nificantes nunca llegarán a ser idénticos a sus significados o a
sus referentes extralingüísticos, como pretende la racionalidad
práctica. El compromiso poético consiste en afirmar la voluntad
de '·decir lo que no dicen" los nombres, y de "decir lo que dicen"
las cosas ("piedra'', "ira", "pánico", etc.), o sea, de colmar esta
laguna del lenguaje cotidiano y utilitario para que el mundo
vuelva a significar.
Y es justamente en la estrofa que no nombra el decir, en la
que éste se nos revela: la estrofa lX efectúa un salto del enun-
ciado a la enunciación y. con ello, hacia la dimensión performa-
tiva del lenguaje. Los medios poéticos específicos que condi-
cionan la transformación del decir en un hacer son:
a) en el nivel semántico: la imagen poética, en la que se reú-
nen los contrarios;
b) en el nivel métrico: el ritmo y la prosodia, que ponen en
diálogo las unidades equivalentes del verso o de la estrofa;
Bibliografb
Apéndice
Entrada en materia
Octavio Pa:
1: Bramar de motores
no en crectda Ul:
silbidos latigazos
chirriar de frenos
algarabías
El neón se de~grana
la luz eléctrica } sus navajazo!>
S Noche multicolor
ata,iada de ignos.
letras parpadeantes
obsceno guiño de Jo~ numeras
Noche de innumerables tetaS
y una sola boca carnicera :;::
10 gatos en celo ~ pánico de monos
oche en los hueso
ooc~ cala\ era
los reflectores palpan tus plazas ecretaS
el sagrario del cuerpo
el arca del e~ptritu
los labios de la hertd3
15 la bosco:>a hendtd ra de la proíecta
ll : Ciudad
monton de p edra:>
en el saco del m' temo
Crece la noche
crece su marea
tOrres cc:ñudas con el mtedo al cuello
20 casas templo~ rotondas
tiempo petrificado
gra,es molt!s ae sueno~ de orgullo
el im iemo las marca con sus armas crueles
piedras recomidas hasta el hueso
La estética y lo sagrado 57
Hl: Ciudad
entre tus muslos
un reloj da la hora
demasiado tarde
30 demasiado pronto
En tu cráneo
pelean las edades de humo
en tu cama
fornican los siglos en pena
Ciudad de frente indescifrable
memoria que se desmorona
35 tu discurso demente
tejido de razones
corre por mis arterias
y repica en mis tímpanos tu silaba
tu frase inacabada
otros te hicieron
los maestros
los venerables inmortales
sentados en sus tronos de cascajo
85 otros te hicieron lengua de los hombres
galimatías
palabras que se desmoronan
60 Rita Imboden
l. Un trabajo prec1
Han pasado veinte :1
sora de Felix Thür.
los " Preliminares
" análisis semióticc
considera el forma·
posicional" que. a
instauración de la t
Habida cuenta
su propósito a un
cuyos lados están
nes fundamentale::-
que generalmente
bordinadas a esta!>
gonales -dos par
la posición del !u
Medianas y diagc
1 Felix Thür1ems:~
sanne. L ' Age d'hotr-::
.en
Semiótica y estética.
Tópicos del Seminario, 9.
Enero-junio 2003. pp. 61-8 J.
l. Un trabajo precursor
Han pasado veinte años desde que vio la luz la reflexión precur-
sora de Felix Thürlemann sobre las ·'virtudes del formato" en
los '·Preliminares metodológicos" de la obra que dedica al
··análisis semiótico de tres pinturas" de Paul Klee.I Este autor
considera el formato un campo vacío solidario de una "rejilla
posicional" que, aunque invisible, resulta determinante para la
instauración de la totalidad significante del cuadro.
Habida cuenta del objeto de su estud io, Thürlemann limita
su propósito a un "soporte pictórico ... de forma rectangular"
cuyos lados están orientados de dos en dos, según las direccio-
nes fundamentales de la vertical -la dirección del plano ere·
que generalmente se cuelga el cuadro- y de la horizoma: ...-
bordinadas a estas mismas direcciones, las medianas ~ as d._-
gonales -<los parejas de ejes cuyas intersecciones determinan
la posición del lugar central- articulan el campo del formato.
~1edianas y diagonales, por consiguiente. com ergen en e~e ··fu-
Siendo así. es posible imaginar las razones por las que los so-
portes rectangulares son tan frecuentes en la historia de la pin-
tura occidental. Se caracterizan por el hecho de proponer en el
espacio físico un modelo de la forma invariante de aquella re-
presentación mental en que consiste el "formato" .
Al estar subordinado a la existencia de las direcciones fun-
damentales del espacio para el sujeto y ser independiente de las
propiedades geométricas del campo que lo informa, el formato
corresponde al rectángulo invisible circunscrito en el soporte
material.
A partir de entonces, todo elemento pictórico inscrito en la
superficie del soporte material (configuración perceptiva, su-
perficie. punto, trazado, intersección de líneas) se define con
respecto a la periferia. al centro y a los ejes de una estructura
mental invariante. Esta estructura es la de un campo de formato
caracterizado. además, por el coeficiente de proporción que de-
fine la relación de sus lados.
De ello se deduce que la articulación del campo vacío del
formato es, en cuanto a su principio, independiente de la forma
del soporte pictórico. La forma invisible del formato, determi-
nante para la composición de la obra, es siempre la de un cua-
drilátero rectángulo, sea cual fuere la forma visible del soporte
material: si se trata de un cuadrado o de un rectángulo, el for-
mato se amolda a sus contornos; en el caso del rombo, del tra-
pecio o de la elipse (o de una figura geométrica compuesta
como, por ejemplo, un rectángulo rematado por un semi-círcu-
lo) Jo circunscribe.
66 Jacques Geninasca El logos delformatv
Es, pues, posible generalizar las reflexiones que Felix Thür- el objeto percibí ...
Jemann dedica a la articulación del campo vacío del formato percibido.
cuyo soporte material es rectangular.
5. Hacia una orga
4. La realidad paradójica del formato del formato
A una concepción exclusivamente informativa de la visión (la La atención presta
percepción visual tiene como vocación permitir el reconoci- ciones más varia~
miento y la identificación de Jugares. objetos y personas, con- revela la existenc _
diciones necesarias para una acción eficaz) opondremos, con el tángulo no perm·ro
fin de hacer justicia a las propiedades de una mirada contem- Una vez que e.
plativa o estética, la hipótesis de que existe una pluralidad de cia, se le impond.
modos de percepción. sal iencias visuales
Pueden distinguirse, en efecto, dos formas de percepción vi- secciones de línea
sual. Decir que las medianas coinciden con este " lugar cero a dos verticalmente
partir del cual todos los demás son considerados desvíos en dos recha del cuadr\.
direcciones opuestas .. (hacia arriba, hacia abajo, a la izquierda, paralelas a la me
a la derecha), equivale a subordinar su posicionamiento a la pequeños del forn
evaluación, hic et nunc, de un sujeto percibiente. El pintor no con el lado de U'l
procede geometrico modo. Para él. el centro, las medianas y las del campo del fo
diagonales, o sea, el conjunto de los ejes que estructuran lato- Cada uno de
talidad del campo del formato. no son tanto el objeto de una como era previs1b
búsqueda como una evidencia que orienta su mirada o imanta es parecida en tcx!
su gesto. dró. Sólo las resr-
El artista )' el agrimensor operan en terrenos distintos y de un límite al crect'!"
modo diferente. Tienen en común la precisión de su trabajo, de las mismas o~
pero si las determinaciones del uno son exactas, las del otro son ceptivo.
justas. Aunque no exclu) a recurrir a la regla y al compás, el La relación esp
primero procede según la ponderación. que remite a la presencia tribuidos sobre el
de un sujeto percibiente: el segundo. en cambio, recurre nece- evidentemente er
sariamente a la medida. a la vez objetivante e instrumental. lados. Cuando es
Determinante con respecto a la composición de la obra, la un cuadrado. Cn ~
estructura que informa el espacio representante de un cuadro no drados (en posici
es observable como tal, y su realidad es paradójica: el fonnato, sentante) cuya su:
constitutivo del interfaz entre el sujeto de la mirada estética y otros casos de .1=
67
a Ellogos del formato
El famoso cuad
6. El cuadrado, una figura percepth·amente privilegiada rectángulo cu~
1,41): la longit..
Parece ser que la emergencia de os cuadrados construidos sobre
la proyección c.
los lados pequeños del campo del formato se debe a las propieda-
lado pequeño.
des intrínsecas de la figura misma del cuadrado. Dado un cuadrado
Pintor y mar
cualquiera, una rotación de 90°/o ( 180° o para el rectángulo) res ti -
perspecti va). Pi
tuye su imagen idéntica - pues todos sus espacios parciales
1ineal rigurOS3.
complementarios, determinados por las medianas y/o las diago-
precisamente d ..
nales, son superponibles entre sí- en una relación inalterada
campo estructu.
de las direcciones fundamentales de la verticalidad y de la ho-
El mode lo .......
rizontalidad. De todos los cuadriláteros rectángulos, el cuadrado
ter privilegiado
Ellogos del formato
7. Tres ejemplos
Algunos ejemplos bastarán para ilustrar un propósito que. qu -
riendo ser general, ha podido parecer hasta aquí purameme es-
peculativo. He retenido , en primer lugar, dos obras situada en
dos periodos estratégicos de la historia de la pintura occident.. '
La flagelación de Cristo, de Piero della Francesca. compues~
entre 1450 y 1457. y la primera versión ( 1888) de La noc/ ._
estrellada. de Vincent Van Gogh (figs. 2 y 3). Sus fechas coin-
ciden con un momento de transformación radical de la relación
entre la representación pictórica, por un lado. y una imagen com-
partida de las cosas y del mundo, propia del sentido común. por
otro. La flagelación corresponde a una etapa decisiva del pro-
ceso de sujeción de la pintura occidental a una representación
perspectiva del espacio, mientras que La noche estrellada par-
ticipa del movimiento de liberación, iniciado por los impresio-
nistas. de la tiranía exclusiva del espacio cartesiano.
La flagelación de Cristo
estética del cuadro: ¿en virtud de qué implicaciones perceptivas piar las dificultades e
habría que prescribir imperativamente a los pintores que desean vista de la composicic
escoger el "buen formato", a que recurran, como hace Piero samente subordinada .,
della Francesca, a la receta del ·'rectángulo armónico" o al "nú- Posicionado de es¡
mero de oro"? muy bajo. Resulta de ...
Además, las propiedades del espacio representado -aque- y, por consiguiente. l,¡
llas del espacio euclidiano. por ejemplo- no ponen en duda la perspectiva del suelo •
pregnancia del soporte perceptivo (el campo estructurado del mitido la reconstituc;..,
formato) que informa el espacio representante. La flagelación, cío virtual del palacio
de Piero della Francesca tiene. sobre este punto, valor demos- rente- y de sus alrede
trativo. su parte, es ortogonalrr
que el observador pre:
con respecto al aline::.
mite del espacio exter
la reducción del núme
de fuga, necesarias p:1.
En cuanto a la est
ción de la columna e
temente central respec
mente desplazada ha-:
que definen las columr
po que -en el punto t1
dro- coincide con e 1
cuadrado de izquierd..
eje central del cuerpo
remata la columna de'
desde este punto de '
A /!\ o 8 B'
el espacio delimitado
do, se sitúa en la prox
Fig. 2 De manera genera
La flagelación de Cristo, de Piero della Francesca
métricamente dispues
pe! decisivo en relac
Al poner el único punto de fuga en la intersección de la me- parciales, así como d(
diana del cuadro y de las diagonales simétricas de los cuadrados tiempo, contribuyen ....
de izquierda y de derecha, el pintor supo evitar de manera ejem- el verdugo de cabeza
Ellogos del formato
F•g 3
La noch<' estrellada. de Vincent Van Gogh
jo. De modo singular e inesperado, los dos reflejos, disociados * B' coincide ccr
en su origen, se juntan, sin embargo, en su extremo, como para derecha, el rere_
señalar el estatuto dual que comparten con el duo de luces que po que revela !1
los engendra. cuarta estrella .:J
A lo largo de la descripción hecha hasta ahora, nos hemos * de todos los eJI!'
contentado con situar los elementos del espacio representado de algún modv.
en el espacio geométrico del soporte material del lienzo, sin observable a la
referirnos a la estructura perceptiva que supuestamente informa todo, un punto d
-según nuestra hipótesis- el espacio representante. que, junto con t
Un examen rápido de la organización espacial de este cuadro gulo principal.
confirma la tesis de que la estructura de los campos del formato las cuatro estre.
es independiente de las propiedades de la espacialidad del es- * finalmente, el e
pacio representado. Descubrimos, al contrario de lo que sería izquierda con -
de esperar, que La noche estrellada y La flagelación de Cristo reflejo pálido. <
articulan su composición en una misma red de ejes virtuales. bría, no domina
Volvemos a encontrar aquí las medianas y las diagonales pro- ma de la pan:j
pias del rectángulo del campo del formato, así como el conjunto extremo izquie1
la existencia de
de los ejes verticales, ligados a la zona de intersección de los
cuadrados: a un lado y a otro del eje mediano. simétricamente Dos oblicuas-
dispuestos, la pareja de las medianas de los cuadrados y la de mato- determina..
sus lados internos. primer plano: el e_.e
Asignemos una letra a cada uno de estos ejes virtuales, cuya con el ángulo infe!'
pregnancia se impone en las composiciones que separan las épo- más claramente d:
cas, los estilos, así como la naturaleza de los espacios repre- Mucho menos def
sentados. terrestre --culmir_
parece orientarse s
* El eje O aparece tangente a lo que podría ser la figura de un rior izquierdo e inf
montículo de arena. Coincide con el segundo de los tres En su mayoría "¡'
mástiles cuya función es la de recordar, en una zona donde pacio representam
predominan las oblicuas, las direcciones fundamentales de la mediana del rectar
verticalidad y de la horizontalidad; arco circular de :::
* El eje A' corta la punta extrema de las barcas de la izquierda hecho , la línea ide:
para costear después el de los reflejos, vinculando éstos a la can la presencia de
segunda estrella del timón del Carro Mayor; diana (tan débil es.
l
Ellogos del formato 75
ón
Jo-
Je,
. .a-
10-
?a- A o a· B
jet Fig. 4
.IIOIIIl \'irendl, de Carmen E. Kr~b
ue
.n-
ue 8. La imagen de un estado diná mico
Je
lr- Ante la pregunta sobre las ra7ones que la condujeron a privile-
te
giar este videograma más que otro para condensar. e n un solo
78 Jacques Geninasca Ellogos del forma:
cliché, lo esencial de su\ ideo. Cannen E. Kreis evoca sin vaci- magnitude!> r::-
lar el .. dinamismo·· intrínseco de la imagen retenida. Ello nos ¡ejido que pan..
brindará la ocasión de abordar la problemática -hasta aquí de- e puede . . b
satendida y, no obstante. esencial- de los efectos de orienta- desborda la z...
ción y de movimiento. asociado!> a la organización de configu- .u} e el lado del ...
raciones perceptivas inscrita en el Opr'rte material. unto con los d ...
Los ejes de la estructura mental que el campo del formato nferior. El efect
supuestamente informa. e definen con respecto a una dirección fiere al .. mO\ im
abajo·· y .. haciq
y a una posición. Por si mismos carecen de orientación: un eje
vertical no es ni ascendente ni descendente, como señalaba ya ..rnites franquea
')ie o con el t ....z:
Fe lix Thürlemann en 1982. De ello re u taque la red estructu-
;üidad del pr m
rada a la que hacen refere'lcia es. por de• mción, ajena a la ca-
Es notable e
tegoría estático/dinámu
resale hacia la
Conviene no confundir el mo\ imiento representado con el
elativamente re
dinamismo de las configuraciones perce.,tJ\as del espacio re-
'ltennedia- de
presentante: la imagen de una explosión""' es más animada que
elación con una
la de una montaña. ;\adie e insensable. P' r otro lado, a los efec- -nina el sent do
tos dinámicos que gene!Gll cienas o ras no figurativas. estido o de ~ie
¿En qué consiste el misterio de la coreografia secreta de Mo- no el de su-.
Jus vivendi. o del fotc;-.:una q e nos ofrece una imagen conden-
sada del video? Sin duda se debe a la comO' sición de la imagen,
es decir, a las relaciones que se mstauran entre las configuracio-
nes percepti\aS ~ la red im is be del campo del formato.
El cliché se articula percepmamente e'1 dos semi-rectángu-
los. delimitados por la mecf"ana horizontal: la superficie del rec-
tángulo superior. predominantemente ombría y contrastado, se
opone a la superticie del emi-rectángulo inferior, en modula-
ciones grises. Considerada con respecto a la dimensión de la
lateralidad. la compo.:ición obedece a una di\ isión ya no binaria
sino tripartita. con una zona central (q..ae corresponde a la su-
perficie definida por la inter::,e ción de os cuadrados apoyados
en los lados pequeños del campo del fonnato) flanqueada por
dos zonas laterales simétrica:>. b'le dispositivo tiene como efec-
to el de poner en e\ idencia la posición central de las únicas
79
Ellogos del formato
Ellogos de/formato
Jacques Geninasca
80 plicaciones que podn:;.
campo del formato, respectivamente, es decir, se amolda a su de cuasi-verticales. d-=
dirección, sin por ello respetar su posición. darían cuenta de una~
La última oblicua, o cuasi-oblicua (tan débil es su inclina- de la geometría eucli...
ción), tiene su inicio en la cima del limite exterior izquierdo de la posición de las me~.
la zona central, alejándose progresivamente hacia la derecha (se aproximación. ¿Cua e
trataría entonces de una cuasi-vertical). Esta línea destaca por perceptiva o "geome
más de una razón: distinta de la vertical, su inclinación tampoco articularía tres térmi:-
permite asociarla al sistema limitado de las oblicuas propias del aún, mismo, no mis,..
formato, por lo que viene a ser la única línea recta que no está Por ahora, el modt.
sometida al dispositivo ortogonal de la composición en la que nes que éste mantie"
se inscribe. De ahí que sea percibida como la respuesta imper- el espacio represem:r
fecta al trazado horizontal observable en la mitad superior de en términos que fah.
la zona lateral derecha, que comunica el contorno del pie con la comenzar- la neces
vertical del lado del cliché. y de las ciencias de
Percibida como un desvío respecto al sistema de regularida- excluyen el imperia.
des y al sistema de las expectativas propias de la organización
del espacio representante, la posición y la dirección de la línea
singular (que delimita, a la izquierda. el rep11egue del tejido), al
parecer girar sobre su punto de anclaje supenor. produce el efec-
to de un movimiento oscilante.
De este modo. la composición del fotograma genera doble-
mente la impresión de un estado dinámtco. CU) a metáfora sería
el pie de una bailarina que se apo}a en su pWlta para asegurar
mejor un nuevo paso, o la especie de \acilación de un péndulo
llegado al término de su trayecto. antes de inic1ar el movimiento
de regreso.
9. ¿Cómo concluir?
Sería inoportuno extraer conclusiones. la redetinición propues-
ta del formato. o sea, el modelo que -e propone para él, podría
procurar los elementos de una teor a semiouca de la totalidad
significante del cuadro. más genera meme. de la imagen.
Varias cuestiones apenas e\ ocadas merecerían que se les de-
dicase otras investigaciones. Pienso particularmente en las im-
El lagos del formato 81
esperanzas, en adelante hecha añicos, tal y como se nos aparece lo hemos vi;:,to e
él mismo en efigie. sus miembros desarticulados, tendidos y borra todo, pas..._
amontonados en el fondo de una cala que tiene toda la pinta de visible y de lo pr
una tumba flotante; en lo sucesivo, portador de los últimos ves- dido indefinidrur
tigios de un naufragio del tiempo, cuyos restos reensamblados nombran la eterr
vuelven a tomar su cauce hacia una fuente improbable. En el los títulos del g
carguero, sentado entre los miembros deshechos de este gigante Geo: la tierra e~
de la historia, un extraño personaje, cineasta él mismo y que materia o gleba.
responde al nombre de Ulises, mira el horizonte con insistencia, bre, terruño } te
aunque a primera vista no aparezca nada delante suyo, perma- vida, si nónimo
neciendo atrás o, más bien. debajo, en los pedazos de historia la palabra remn
que yacen a su espalda o bajo su peso. Como su primo lejano misma; esta Pe.
de Ítaca, este Ulises cineasta regresa a su región natal luego de cido, designa e'
un largo exilio, aproximadamente diez años después del que- de vida colectt·
branto de la cortina de hierro y la caída previsible del muro de El topos, de
Berlín. Su periplo no tuvo lugar en el Mar Mediterráneo, antiguo puro ni un lugac
centro geopolítico del mundo, donde el héroe de Homero fue ción, filme o nc
uno de los semidioses, sino en el Danubio, cuyas aguas mojan polis en el sent
la mayoría de los países de la Europa del Este y de la Central bitado o habita~
que. en otros tiempos. formaron parte del Pacto de Varsovia una historia en;
-Ucrania, ex-República de la URSS, Bulgaria, Rumania, Yu- tualrnente com
goslavia. Hungría y Eslovaquia- , vasta región que pertenece a mapa del muna
un mundo caído. cuyos restos o secuelas están franqueando una hende una part~;
nueva frontera histórica, en la que se bosqueja otra Geopolis, en un espaciO
decididamente descentrada. Es todo un mundo que nuestro Uli- ras que descr1r
ses atraviesa así y toda una historia que este río acarrea -no nuestro lugar 1..
solamente en el cargamento de miles de navíos que emprenden lugar en el m~
su curso cada año, sino también en sus centenas de kilómetros parte de espac
de riberas que pertenecen a una decena de pueblos. de los que delimitar y apr
se lleva hacia el mar un poco de sol y de sangre, de tierra y de do en La min.._
carne convertidas en cenizas o en polvo. la Historia. qu
He aquí la geopolítica de La mirada de Ulises, esta epopeya secuencia de.
fílmica, cuyos lugares de acción y de pasión só lo sobrevivirán como sus figu_
desmembrados, esta Geopolis cinematográfica que el movi- dad. ya sea l...
miento va a llevarse -muy pronto, fuera de la imagen, como nuestra coexis
Topos. ethos, eikon. Geopolítica de la imagen
pacio secundario. un espacio otro. el filme del tiempo y del con su propia c.in:
espacio: es. sin duda. esta superficie pelicular del territorio y de movimiento. m".:11
la historia reducidos a un plano o a una secuencia que nuestro un grupo de per::. 11
Ulises cineasta intenta encontrar en los campos devastados de vimienlo para a-n
la otra Europa. aquélla cuya' ida geopolítica tan frecuentemen- que se ponen c.e n
te se ha bifurcado, ha errado y, luego, se ha perdido; aquélla en un cortejo fúnebre
et Topos, ethos, eikon. Geopolílica de la imagen 89
\a mu) rápido. mu) lejos para sus pobres piernas ... que se aflo- la historia en un
jan. muy pronto. dejándolas arrodilladas. Y, sin embargo. esta llegada a Belgrél.d
historia que boga a la deri\ a.) que las sobrepasa a pesar de su muy viejo amigl
supuesta lentitud. parece completamente muerta y seguirá así toque continúa en
por mucho tiempo: sus monumentos en ruinas son llevados para numento leninia-,
ser demolidos. o a alguna morgue u osario. que la misma historia tando muy de cer~
habrá creado. o bien a algún museo secreto que un coleccionista que me interesa e
un poco necróftlo amueble y decore con su fantasma o su fósil. minutos y muest
El tiempo pasa, pero es un tiempo muerto, como las aguas muer- nancia campo. Cl
tas. o profundamente heridas, que atraviesan Europa como una de la orilla, de L.
cuchillada en la cara. una cicatriz que nunca llega a cerrar, el y de la mucheduM
río estancado como la historia se estanca, descansando en sus se apiñan en la 1
propios fondos lodosos. fangosos, llenos de remolinos que nos na VIO.
hacen girar en redondo antes que llevarnos a algún punto de
destino.
El filme no avanza más que el río o la historia, parado ahí
por un largo momento. el más largo de La mirada de Ulises.
tiempo estirado que da la impresión de que todo se atasca en
una interminable secuencia. de la que se cree que no habrá con-
tinuación, pues estamos después de todo. incluso después del
filme. no al final. sino en el final, empapados en el después.
nadando en las aguas. no del comienzo o de cualquier bautismo,
d de la historia moderna o de la cinematografía, como lo sugiere
la búsqueda del filme original de los hermanos Manakis. sino
de un término o de un agotamiento del tiempo humano, cuyo
dios muerto, bajo su máscara de piedra) tendido a todo su largo,
con su gran mano amputada volteando al ciclo burlonamente
desde el fondo del navío, parecido a una tumba abierta. es, sin
duda. el signo o el símbolo más flagrante y más turbador.
En su conjunto, la secuencia dura cerca de quince minutos,
entre el momento en que se carga la barca con el último pedazo
de la estatua, la cabeza decapitada del gran héroe, coincidiendo
con la separación de los amantes -el personaje actuado por
llarvey Keitel confesando a su amante de apenas hace unos días
que llora porque no puede amarla, fracaso de amor y fracaso de
Topos, ethos. eikon. Geopolítica de la imagen 91
Fotograma 1
La mirada de Ulises
.~e
Topos, ethos, eikun
Pierre Ouellet
92
polis y topos d...
Esta secuencia se articula en cinco planos. El primero per- primero remite ...
mite ver el barco entrando y avanzando en diagonal hacia la tierra, el planeta
cámara, que toma el eje del movimiento de derecha a izquierda esfera habitable
y de arriba hacia abajo. El segundo nos muestra, desde el barco,
en un lento travelling lateral. la gente que corre y se agrupa en
la ribera. El tercero presenta nuevamente la barca en un plano espacio abstract
medio, también lateralmente. desde un punto fijo de la ribera nen lugar sin q
donde está el objeto que se mueve horizontalmente frente a la actúe en su deS!l
cámara. El cuarto nos vuelve a mostrar la muchedumbre en Como lo herr
la orilla, desde el punto de vista del na' ío. Finalmente, el último existe otro térm
plano perm ite ver la barca que se aleja desde un ángulo oblicuo en la d i námica~...
en el que el eje del movimiento se inscribe siempre de derecha bién del reemp:
a izquierda, pero esta vez de abajo hacia arriba desde un punto los griegos llarr
de vista situado al extremo derecho. Este plano secuencia dibuja gar en lugar. Es
otro espacio, donde se ve dialogar el río y la ribera, la barca de Platón. pero
cargada con el dios muerto y la barca llena de gente viva, el diálogos en Jos
hombre solo y la muchedumbre, la forma en movimiento del paso de lo inte
navío y la fijeza de la ribera, el paso del tiempo y la estabilidad morphé a la h.
del lugar, en un intermedio espacial que hace la esencia de las sustancia, del s
imágenes cinematográficas, es decir. iconos animados, a los que más lúcidos hk
un alma, o un soplo. reviven y remueven ... Con un movimiento Patocka hasta =
que esposa la forma de un triple movimiento en el que vemos Agustín Berqut
primero cómo vienen las cosas y entran en el plano, de frente término del cua
pero sesgadas; luego, cómo se desplazan lateralmente a la altura con una matriz.
del horizonte de la mirada que las sigue o las recorre; y,final- confiriéndole ts-
mente, cómo salen del plano de espaldas, ligeramente en ángulo, más que lógica
como si ascendieran ahí en donde nos han caído encima un poco puesto o el e
antes. o sea, desde lo alto del espacio, hacia el cual no cesa de comarca, por e
apuntar la mano inválida de Lenin. Este espacio-tiempo rítmico, a la Oikos, per
que da su esencia a esta secuencia, se añade o se sustrae de la o debe ocupar
geopolis y del topos, ya sea del espacio geohistórico en el que se hay un lugar p
desarrolla la escena, en el mapa de un mundo en mutación, de la una concepcic
misma forma que del espacio geométrico en el que el episodio se sentido en el a
inscribe, en la configuración física de los lugares que le sirven de en el movimie
soporte. como el tablero sirve de soporte al juego de ajedrez. Geo,
Topos, ethos, eikon. Geopolítica de la imagen 93
let
polis y topos designan en conjunto una porción de espacio: el
er- primero remite a la idea de una totalidad espacial, el mundo, la
la tierra. el planeta, el lugar como un todo; el segundo denota una
~da esfera habitable de este espacio, necesariamente plural y múltiple
..o, -si no hay más que una tierra, una Geo, hay varias ciudades o
en muchas Polis-; mientras que el tercero hace referencia a un
JlO espacio abstracto, más o menos amplio, en el que las cosas tie-
era nen lugar sin que, sin embargo, la naturaleza de este soporte
la actúe en su desarrollo.
en Como lo hemos visto varias veces en los capítulos anteriores,
110 existe otro término para denotar el espacio y significar el puesto
.uo en la dinámica del emplazamiento y del desplazamiento -tam-
..ha bién del reemplazo- , del "cambio de puesto o de lugar" que
'1t0 los griegos llaman metaphora, transporte, mudanza, paso de lu-
Jja gar en lugar. Es el término khora, que encontramos en el Timeo
·ca de Platón. pero también bajo la forma de khorismos, en diversos
el diálogos en los que Sócrates y sus interlocutores discuten del
.~el paso de lo inteligible a lo sensible, del eidos al eidolon, de la
_ad morphé a la hylé, de la ousía como esencia a la ousía como
as sustancia, del ser al ente o viceversa. Varios críticos de entre los
o.~ e más lúcidos hicieron un alto en esta noción, desde Heidegger y
1t0 Patocka hasta Derrida y Kristeva, pasando por Luc Brisson y
os Agustín Berque, expusieron cada uno la riqueza metafórica del
"te término del cual el propio Platón comparaba el referente, un molde
ra con una matriz, una nodriza mecánica con un molde de imprenta.
11- confiriéndole también un contenido filosófico de naturaleza mítica
o, más que lógica. En el vocabulario común, la khora designa el
to puesto o el emplazamiento, incluso a menudo la región o la
de comarca, por ello se aproxima a la Geo y a la Polis, y también
.o, a la Oikos, pero es también la idea de que todo debe tener lugar
la o debe ocupar un puesto en la extensión, no en el sentido en que
se hay un lugar para cada cosa y que cada cosa tiene su lugar, en
la una concepción que tiende a fijar el ser y el ente, sino en el
se sentido en el que todo toma lugar, luego lo pierde o lo cambia
de en el movimiento mismo de su aparición y en el proceso de su
o,
Pierre Ouel/et Topos, ethos, eikon. Geopo
94
la 4. El icono de la aparición
es
as Las imágenes simples, como los clichés, los lugares comunes o
·or- los estereotipos, ponen en escena un topos o una geopolis: de
. no hecho, una situación, de la que se toma nota en la mimesis por
de medio de la reproducción o de la representación de los espacios
co, concretos, realizados bajo la forma de habitat para la geopolíti-
ca, o de soporte y de sustrato para lo topológico. Éstos son es-
pacios propios del ente, de los cuales consiste la base. Pero tam-
bién hay la donación o la dación, que es movimiento en el
sentido fuerte, que depende de un cambio de puesto, ya que
donar hace pasar una cosa de un lugar y de una persona a otros:
lo que es dado; lo es siempre de x a y y en un recorrido dirigido.
No hay donación sin un espacio khoraico que dependa de un
desplazamiento; sin una aparición de la que dependan todas las
apariencias, ya sea las cosas tal y como son en su ente, que
ocupan un puesto en el mundo , en el topos o la geopolis del
mundo, pero que el movimiento por el que tienen lugar las trans-
porte, más allá de el las mismas, más allá de sus apariencias,
conduciéndolas a partir de entonces a mundanizar, más que a
ser simplemente en el mundo, es decir, a dar lugar al mundo
haciéndolo aparecer bajo todas las formas y en todas las clases
de puestos, más que de tener lugar ahí solamente en su propia
forma y en su propio puesto.
Una imagen que se coloca del lado de la donación más que
de lo donado: he aquí lo que yo llamo un icono en el sentido
fuerte; es decir, una imagen que no es una simple imagen con
el rol de reproducir miméticamente los espacios dados, sino una
fuerza mundanizante y donadora que literalmente da lugar al
mundo; mundo en el que participa manteniéndose aparte, antes
que reproducirlo y haciéndose pasar por él o representándolo
pretendiendo servirse de él -<le modo que extrañamos cada vez
más el mundo como el espectáculo en que la imagen nos lo
escenifica, en lugar de ponerlo en el mundo dentro del movi-
miento mismo de sus cambios de puesto, de su transporte o de
98
Pien·e Ouel!et
Topos, ethos, eikon. Geopoléi
su metáfora, que es mucho más que un desplazamiento históri-
co, ya que pone en juego el espacio de la khora como lugar de cuasi musical, en todo l:::.
recepción del propio devenir, y no como receptáculo del ser en su mirada embelesada y el ~
paso al ente, o del eidos en su manifestación en eidolon, en que sigue de cerca y de·
fantasma o en ídolo, como lo postulaba Platón. como lo muestra ejempla
Las imágenes de Angelopoulos no son ídolos ni imágenes !izar, largo travelling que
miméticas; son iconos cinemáticos que muestran la aparición tiempo, como si la Hi stor
del mundo desapareciendo, cambiando de puesto o dejando su bato no designa solamem
puesto en cada nuevo puesto que toman. porque el mundo sólo otro en el curso de un r:~
ocurre en el movimiento de mundanización que lo hace mundo puede ser que sobretodo e
a cada instante. No es el conjunto fij o de datos o de entes, ni la de nuestro siglo, la de la ci
colección finita de las cosas y de las personas, que son, en efecto, después los dioses, seráJl
datos de una vez por todas, cada una en su puesto y un puesto mente a nuestros pies. ame
para cada una, sino el propio movim iento de donación por me- parroquiano, que se persi;
dio del cual nada tiene lugar si no se le da lugar en alguna parte, volver a levantarse.
en una parle del mundo que no toma nunca por un todo, cam- Por supuesto que esta im
biando de partes o compartiéndolas según las casualidades del de la aparición espacio-te
devenir, antes que de la historia. Esto es lo que muestra y dice ver otro Jugar además de
el icono animado que he calificado de historial porque me pa- muestra en el campo/coma.
rece la huella del movimiento mismo. por medio de la cual el de espacio dados a cada
m un do se da retirándose. Encarna un espacio khoraico -antes vimiento o corriendo en la
que tópico y geopolítico-, donde nada ocurre más que en el el territorio del hombre no o
cambio de puesto o en el transporte metafórico que se encarga suelo de donde viene. sino 1
de lo insensato, lo insituable, lo no Jocalizable. lo impropio o lo aparecen y desaparecen los
no literal. llegada. Estos momentos e
El icono historial es la geopolis pasada al estado de khora. verdadera epoché, en la que
Nuestro espacio habitable, resultado de nuestro terreno empíri- que es la khora se desliga. a
co o de nuestro soporte tópico, de pronto des-realizado o des- ferial y de su forma idelJ.· -
materializado -sin, por ello, conYertirse en idea o idealidad, natural que nos hace co11s ....
forma pura o simple eidos-. transfo rmándose de golpe en es- todo presupuesto, idealis¡a_
paciaJ~iento propio del cambio de puesto; en lugar rítmico y sombra de una idea que n
dinámico de la aparición como tal. desde el momento incoativo dadero icono en movÍIP e
de su llegada a lo visible hasta el instante terminativo de su aparición sin fin ni fi nal.
alejamiento, entre los cuales se estira hasta el infinito el periodo mundo mundanizante. n
de tiempo del puro acompañamiento ... De un acompañami ento hace sentir y presentir en ~
porte lleno de imágenes.
!let Topos. ethos. eikon. Geopolítica de la imagen 99
~n
cuasi musical, en todo caso rítmico y plástico, a través de la
de mirada embelesada y el paso apresurado de la muchedumbre
su que sigue de cerca y devotamente esta misteriosa aparición;
en como lo muestra ejemplarmente la escena que acabamos de ana-
lizar, largo travelling que nos lleva en todos los sentidos del
"les tiempo, como si la Historia misma fuera arrastrada. Este arre-
ón bato no designa solamente el hecho de mudarse de un lugar a
su otro en el curso de un río convertido en mito, sino también y
olo puede ser que sobretodo esta gran molestia que fue la historia
~do
de nuestro siglo, la de la cinematografía, en la que los ídolos, y
la después los dioses, serán den·umbados, muertos casi directa-
:to, mente a nuestros pies, ante la vista maravillada del curioso y de l
~sro
parroquiano, que se persigna y cae de rodillas para nunca más
volver a levantarse.
'le, Por supuesto que esta imagen animada es la puesta en abismo
11- de la aparición espacio-temporal propia de la khora, que hace
del ver otro lugar además del geopolítico, en la medida en la que
.Ice muestra en el campo/contracampo espacios separados -partes
de espacio dados a cada uno, inmóviles en la barca en mo-
vimiento o corriendo en la barca detenida- y que la historia y
tes el territorio del hombre no obedecen a un plano fijo, fundido en el
el suelo de donde viene, sino tomando extraños caminos en los que
-ga aparecen y desaparecen Jos lugares mismos de la partida y de la
lo llegada. Estos momentos cinematográficos son el fruto de una
verdadera epoché, en la que esta especie de película de espacio
que es la khora se desliga, al mismo tiempo, de su sustrato ma-
terial y de su forma ideal para constituir, lejos de toda actitud
natural que nos hace considerar el mundo como dado y, desde
todo presupuesto, idealista. que nos conduce a verlo como la
sombra de una idea que no se realiza en ninguna parte, un ver-
dadero icono en movimiento en el cual el mundo se da en su
aparición sin fin ni finalidad, porque es desde este momento un
mundo mundanizante, no un emblema mundanizado, que se
hace sentir y presentir en cualquier imagen , o en cualquier trans-
porte lleno de imágenes. cualquier metáfora fílmica. La mirada
Pierre Ouellet
100
l. Espac1
En ..La f
la relacié
Semiótica ~ esuna
TópiCOS del Se
Enero-junio 2003, pp 10 - •
El trazo de la escritura
Raúl Dorra
Universidad Autónoma de Puebla
l. Espacio e inscripción
En "La figura que reside en el poema", 1 Noé Jitrik ha analizado
la relación que entabla la escritura con el espacio en que ésta se
asienta. La escritura - una letra en una página, una incisión en
un tronco, una grabación en una piedra- hace que el espacio
se convierta en un lugar significante, un blanco que " pugna por
no ceder a la inscripción" y por eso presiona, a su vez, sobre
aquélla para crear "un ritmo específico" por virtud del cual tan-
to el blanco circundante como la grafía circundada dialogan,
resignificándose el uno y la otra y mostrando que ahí, en reali-
dad, "el ritmo es lo que significa". La relación entre la página
y la inscripción sería, de este modo, una relación de presuposi-
ción recíproca: la una no puede existir sin la otra y viceversa.
Podríamos, tal vez, postular que el momento inaugural de esta
relación es aquél en que una mano ejecuta un trazo o, ¿por qué
no?, una mirada selecciona un objeto para convertirlo en signo,
en escritura del mundo. Ese signo trazado por la mano o selec-
que la abre. Vista en su dimensión plástica, la escritura es ma- entendido como f!'
teria abierta por el trazo. materia) hasta el rr
en sustancia al ad
2. El muro y el acero por la punta de un
rabie, el dibujo de
Podemos de ese modo adivinar que, más allá de lo que el men- al encuentro de e
saje escrito en abstracto denota, existen otros modos de la sig- el tronco, fuese e
nificación que se incorporan al mensaje cuando el soporte ma-
por la pasión, y pe
terial en que éste se inscribe deviene sustancia. Estos otros
la corteza para pe
modos no tienen, como la letra, un sustrato fónico sino que son
fuera la respuesta
pura extensión visual y por ello no alcanzan la precisión de las
articulaciones de la lengua, no se gramatical izan y su capacidad una o de otra man
s ignificante, aleatoria, proviene de la intervención y las decisio- o del tronco con
nes del sujeto. Es la mirada la que extrae la significación y la como un acto súb
organiza no como lengua, en el sentido saussuriano, sino como diato la apariciór
lenguaje. Estaríamos ~esplazánd onos, de ese modo, de un sis- trazo de las letras
tema homogéneo e idéntico a sí mismo, a otro abierto, plural, podría ser imagin~
en transformación, que tiene al primero como matriz y a la vez rosidad, que oblif
como un límite al que siempre supera y al que siempre regresa. pero esto no camb.
Estaríamos, dicho con otras palabras, moviéndonos entre el sig- En ambos casos.
no y el símbolo. acción no previ sta
Ahora bien; hemos tomado dos ejemplos de inscripción del En este segund
mensaje: la que realiza el estilo sobre una tableta de arcilla, y la sujeto. Aquí las p
que deja la punta de un puñal sobre la superficie de un tronco. miradas, son men:
Obviamente, los dos soportes materiales de la inscripción tienen huella, persistenc.
características diferentes. Mientras la tableta de arcilla ha sido ominoso, se perpc:-
concebida y trabajada para servir de espacio a la inscripción y provocar eso que .
por lo tanto ha tenido como causa a la escritura, la habilitación
a su pesar: un non'
del tronco como espacio de escritura ha sido fruto de un azar,
todas maneras me
de una súbita inspiración o incluso de un accidente que, por
decirlo así, ha producido un desvío en su naturaleza. La tableta
3 Eric LandowskJ
de arcilla ya era sustancia incluso antes de alcanzar a ser mate- y las distintas formas e
ria, pues la escritura destinada a asentarse sobre ella en cierto "Sabor del otro" en T
modo existía desde antes: aristotélicamente hablando, era su Landowski lo recuerdL
puede invadir, con su ~
causa final. El tronco no, el tronco era un objeto del mundo el extremo de "la náuS(.
105
El rra:o de la escritura
5 Para ampliar esra reflexión puede consultarse el artículo de Raúl Dorra "Poé-
tica de la voz··, en Entre la vo=y la letra, BUAP-Plaza y Valdés, México, 1996.
Raúl Dorra
- JOS
3. El cielo y la paloma
mo tiempo que ese sujeto pudo, al ver ese paisaje y al sentirse ·'ascensión··, "pa::
iluminado por la felicidad, haber recordado ese verso de Hui- teria inmaterial-
dobro, haberlo leido también en ese paisaje; o bien haber leído que, en el diálogo
algo semejante, es decir. haber advertido que ese estado de co- tome la forma de -
sas es causa de un estado de ánimo que puede tomar aquella significan entre s:
forma en la palabra. El sujeto habría alcanzado ese súbito estado cionan, diríamos.
" de conjunción con el objeto .. al que repetidamente alude Grei- Es cierto que .
mas en De la imperfección.& pero no habría sido anonadado por por el blanco 'ue
él, al contrario, le habría dado un nombre y, al dárselo, lo habría jeto puesto en cie
incorporado a la cambiante multitud de estados por los que, des- riencia de lo desp
de el extremo de la disyunción hasta el extremo de la conjun- ble; pero lo innor
ción, transita el sujeto en su cotidiana relación con los objetos. alguien para quie
¿Podría también el hombre alcanzar ese estado de conjunción de la posibilidad
con el objeto sin que la experiencia lo anonadara y sin, tampoco, trabajo del espine
recurrir a la mediación de la palabra? ¿Pudo haber ocurrido que mundo no termir
la sola relación de la mirada con lo mirado causaran ese efecto, siempre hay un
que la felicidad atenta, morosa aun si la experiencia no se ex- situaría- preci~
tendiera demasiado en el tiempo. se explayara y aun se recono- que resulta de t3.
ciera sin que en el espíritu del sujeto asomara un nombre que nido como ''con'-
designara o bien al objeto -estado de cosas- o bien a la ex- autor, implica si
periencia -estado del ánimo- que ahí tienen lugar? Rápida- El nombre, pues
mente podría responderse que sí, pero un examen más detenido dota al objeto de
de la situación nos advertiría que el objeto, tanto como la expe- De tal modo.
riencia, están entretejidos con la palabra. Aunque la palabra no su extensión os
emergiera en la conciencia del sujeto. no habría ni vuelo ni her- o, si se quiere. ~
mosura ni cielo ni paloma si una vasta tradición diseminada en experiencia a Q..
la cultura no hubiera atribuido, por ejemplo a esa bóveda azul ello ocurra en ur
y a ese animalito volátil -que casi no podemos imaginar sino mos entonces q ..
de color blanco, como la blancura misma-respectivamente un aunque no se pe
nombre, un valor ético y/o estético, una capacidad para repre- los intersticios
sentar cierto estado del espíritu que, por otra parte, es tal en la a hacer sentido
medida en que la palabra lo significa: "belleza", " felic\dad ",
9 Roland Bart!':-
El análisis tentatJ\
una semio-estésic..,
jeto la sensorialid~d
se plantea se refier~
dos registros sens
voz. La operaciór. ...
\ ino se analiza en e
aprehensión cua Jt_
meta es bosquejar aJ
comparando, inclu o
nes. Comparar ) ,.
tarea que surge de
cinco sentidos pro;
olfato, el gusto ) el
cilmente en sines.es
dición colorida: . e
··sentidos íntiml. s ••.
sas experiencias \..
de un vaso de ror..
rra Semiótica y estética.
Tópicos del Seminario, 9.
Enero-junio 2003, pp. 115-l 35.
..or-
: de
-\SÍ,
es-
Jn- Vino y voz:
'110 hacia una inter-estésica de las cualidades sensoriales
ore
· el Herman Parret
Universidad de Lovaina
Traducción de Georgina Gamboa
temporalida<i tambier
un gran número de poetas sensualistas.! Evidentemente, la gas-
un texto que aquí cita
tronomía cultiva estas s inestesias "fáciles" y nadie duda que
ciación en la experit.
nos proporcionan goces ardientes y sutiles. Sin embargo, la vista
ción de un vino:3
y el oído, por una parte, y el olfato, el gusto y el tacto, por el
otro, parecen separados por un abismo difícil de cruzar. No obs- Es de observarse
tante, esto es lo que nos proponemos al construir una inter-es- tamente comp
tésica de lo auditivo y de lo gustativo, de la voz y del vino. Esta perfumistas. En e
inter-estésica "compara'·, por lo tanto, la evaluación de la cal i- visuales o táctiles
dad del vino y la apreciación de la calidad de la voz. gusto, el olfato~
Brillat-Savarin, en su Fisiología del gusto, en efecto, com- objeto: la vista ~
tez. En los tres pr.
para el gusto y el oído, subrayando que "el gusto no está tan
bir una percepcio
ricamente dotado como el oído".2 Explica esta observación de-
bido a que el gusto es "simple en su actividad", es decir que no Con seguridad, se
puede ser impresionado por dos sabores al mismo tiempo; mien- tienen una dimensio
tras que el oído puede oír y comparar varios sonidos simultá- cificar estas dos exp
neamente. Es decir que el gusto sólo es lineal, mientras que e l mos en el análisis q-..
oído es, a la vez, tanto lineal como armónico. Esta linealidad o tativa del vino y el ~
voz son de naturale~
1 Encontramos una bella descripción de esta alianza en un artículo de Le Mon- Proseguimos del~
de consagrado a Alejandro Robaina. '·fumador cubano de leyenda":" ... Le ha van e se presentará brevew
et le rhum se respiren! et s'évaluent a l'oeil et au nez. lis se toisent et se tfttent,
avant d'etre tetés. Un chromatisme commun les apparente. [... ] Un rhum cuban del vino y, a continu
sur un corona. c'est un parfum de femme au regard noir quijaillit, avec l'expres- pectos de una califi~..
sion mcme de la douceur matinée de ce rien de ointu daos la tripe... C'est ici que cera sección "comp
commence le voyage de noces. Des que vous avez trempé la tete d'un cigare dans
le verre el aspiré la do uce chaleur de 1'un avec la fraicheur odoriférante et nerveuse ·'calificaciones''. m
de l'autre, VOUS quittez la table pour le salon de musí que intérieure. Vous etes dans logación parcial se t-
le lit d'une riviere et vous faites la planche" (Le Monde, 18 décembre 200 l. p.
Vil). [ ..... El habano y el ron se respiran y se evalúan a ojo y nariz. Se tallan y se
catan, antes de chuparse. Un cromatismo común los emparenta... Un ron cubano l. La sintaxis figu nJ
sobre un corona es un perfume de mujer ante la mirada dura que brota, con la
misma expresión de la suave mañana. de esta pequeñez ungida en la tripa del puro. Esta sintaxis ha sidc
Aquí es donde empieza el viaje de bodas. Desde el momento en que haya usted
empapado la cabeza de un puro en el vaso y haya aspirado el dulce calor del Bordron en el artícu
primero con la frescura fragante y nerviosa del segundo, deja usted la mesa para él algunos elementili
ir al salón de música interior. Está usted en el lecho de un río y nada de a muerti-
lo. "l
J En Tópicos del Se
2 Brillat-Savarin, La physiologie du goíit, [ 1825], París: Flammarion, 1986, p.
4 Art. cit., p. 37.
54 y ss. [Versión espailola: Fisiología del gusto, Ed. AguiJar, Madrid, 1964, p. 60].
117
Vino y voz
'arret
temporalidacl también es señalada por Jean Franyois Bordron en
un texto que aquí citaremos con frecuencia, Percepcion y enun-
ciación en la experiencia gustativa. El ejemplo de la degusta-
ción de un vino:3
cis figurativa'' esté prefi- anuncia y, por lo tanto, los predicados de este grupo apuntan
Wla taxonomía lexical o hacia la presencia de alguna cosa que todavía no está verdade-
-de etiquetas para ciertas ramente aquí.
degustar. Si hay una sin- El gusto se constituye en una segunda fase aspectual, aquélla
es .. lineal", se desarrolla en donde la sensación se completa (Brillat-Savari n), "se vuelve
crualizada. Los predica- difusa" (Fontanille/Zilberberg). explota una cierta duratividad.
nos semióticos" canóni- La constitución del gusto se realiza como un balanceo de los
·erminatividad, que Sor- sabores o de las cualidades sensibles basic.:as. siempre según su
Otras tríadas han sido grado relativo de presencia. La distribucton se hace. por conse-
s Brillat-Savarin, sin ser cuencia. en función de un cierto equiltbrio entre los sabores bá-
e!lte: sensación directa, sicos que son lo ácido, lo dulce:> lo amarg Bordron habla con
5 La sensación directa no felicidad de "desarrollo de las cualidades sensibles·· ~ de ··ex-
iara. La sensación com- foliación de datos indiciales'' consideradvs en el momento del
¡erndo de sabores básicos. ataque. Algunos predicados de los sabores ácidos son: \erde.
ro.. del gusto que, al des- nervioso. acidulado, fresco, redondo; de los abores dulces: sua-
2 dtima evaluación refle- ve, meloso, untuoso, pastoso, graso; de los sabores amar~o~ as-
. a merece, por supuesto, tringentes: áspero, basto, rudo, tánico. robusto. Jean Fran9ois
p ...esta, la de Fontanille y Bordron, a partir de estas taxonomías. introduce algunas gene-
-acion.6 Las cuatro tríadas ralizaciones semióticas interesantes. Es as t. afirma. que el re-
sicionamiento semiótico, gistro de la acidez proporciona el léxico de la intensidad. de la
o ogables, tampoco son
tonicidad, de la velocidad y del tempo: verde. 'Í\ o. etc.: el re-
ataque, evolución, final,
gistro de lo dulce proporciona el léxico de la lentitud. del espa-
rer evolución por consti-
ciamiento, pero también de sustancialidad: graso. pastoso. etc.:
ecuado.
el registro de lo amargo. el léxico del estrechamiento. del con-
:q:.e en la degustación se
tacto con una materia resistente: áspero, etc. Pero. sobre todo.
:redicados) que implican
es necesario constatar que después de la mde:ncalldad del ata-
er!lo). una idea de inten-
que, la constitución, segundo aspecto constituti\o de la degus-
lido. poderoso, fino, del-
tación. nos entrega la iconización del objeto dinámico del gusto.
uc. . ión (áspero, carismá-
Sigue, para concluir, el aspecto de la nota final que, en la
imo grupo de predicados
taxonomía de Bordron, se expresa con el léxico de la duración:
Ha~ que considerar que
larga, corta, interminable: el léxico de la fineza y de la sutilidad
Je como indicia!: algo se
cuando se indique una cualidad sensible tal como evanescente.
entre otras; el léxico de la decadencia y del deslecho, cuando se
10n. Lieja: Mardaga, 1998. llama a la nota final arenosa o polvorienta, por ejemplo.
120 Herman Parret Vino y voz
referencia el rango de
proceso de producción vocal. Un primer grupo está formado por
e la altura (pitch move-
términos técnicos que indican los tipos de voz del canto: tenor,
empo, la continuidad y
barítono. bajo, soprano, alto, contralto. etc. El segundo grupo
ange) es una escala en
ofrece términos que se refieren a la locación y al fundamento
:posiciones: muy pro-
físico de la producción vocal, tal es como el modo de vibración
. muy alto. Evidente-
de las cuerdas vocales y la tensión muscular. Locaciónfisioló-
s canónicas con regís-
gica de producción: zumbante, nasal, sonoro. gimiente, llorón,
eme, el registro de una
sarcástico. estrangulado, re lajado, distendido. Tenstón muscu-
can altura (high pitch).
lar: desvergonzado, impúdico, embrutecido. estúpido. pesado,
-e. Tesitura: balante,
aburrido, duro, metálico, ridiculizado, velado. abrigado. retum-
... !lillón, rico, atiplado,
bante. estridente, chirriante, áspero, ronco. resonante. sonoro,
e agrio, argentino, os-
suave, delicado, dulce, estridente, minúsculc. \!t do de nbra-
·•ente, sin brillo, apa-
ción de las cuerdas vocales: pajarero, soplante. que respira. ja-
escabroso,grave,pe-
deante. resquebrajado, timbrado, cascado. chirriante. gutural.
iento de la altura:
ronco, dulce. armonioso, atiplado, afrutado. con cuerpo. chi-
1 tembloroso, trému-
rriante, desagradable, chocante, escabroso. tosco. bru!)co. rudo.
lzón. Volumen: grue-
hosco, áspero, rudo. duro, gutural, ronco, meloso. dulzón. mu-
:e. que llega lejos, es- llido, que se fund e, maduro, mel odioso, metálic"'. abrigado. en-
gutural, fuerte, alto,
sordecedor, musicaL s ilbante, agitado, rasposo. espeso. grueso.
mpu loso, penetrante,
só lido, delgado, débil, menudo, aterciopelado. cu'"h.cheante.
te. gorgoteante, agu-
Dos observaciones a guisa de conclusión de estas taxonomías.
sonoro, staccato, es-
Las predicaciones más interesantes son, s in duda. realizadas por
~do. Ternpo: cansino,
los términos icónicos, como en inglés booming. rumbling. scac-
L suelto, oscuro , in- cato, tínkling, twittering, o en francés, chuchotam (cuchichean-
.1esgarrante, desfigu-
te), soufllant (que sopla), grinryant (chirriante). bélant (balante).
dulce, pulido, liso,
sifflant (si lbante); así como los términos metaf~ricos en los que
do. Registro fonato-
la calificación empleada transpone sinestésicamente un canal
..~ebrajado, cascado,
sensorial, la visión o el tacto en particular, hac1a le. auditi\o. en
...ral. ronco, chirrian-
expresiones tales como voz dorada, vo= apagada (o en inglés,
scabroso, grumoso,
bleary, golden, colourless), para la visión, o l·o= dura. líquida,
gaña, gorgoteante,
rasposa, de seda, suave, aterciopelada (o en inglés birllle, hard,
aterciopelado, cu-
liquid, rough, silky, soft, velvety), para el tacto. Y. además. al
menos no nos olvidemos de que toda~ estas calificaciones son
. resionistas es la de
culturalmente determinadas, de modo que la aprehensión de lo
.,ase fisiológica del
específico de una voz, con la ayuda de estas etiquetas impresio-
Herman Parrel Vino y voz
124
i.le la v.oz gimiente está auto-regulatoria. La entonación es una tercera propiedad y es,
p~ado , sumiso y débil. s in duda, menos "natural" que la altura y el volumen; más " cul-
~ la calidad fono-esté- tural", más motivada por el carácter específico de la lengua más
~ os en el plano de la que por el carácter específico de la \'OZ de un individuo. Este
.... n término de la estra- dominio, tan estudiado en lingüística. ti y recientemente por la
~mes que conciernen al lingüística pragmática, manifiesta regularidades que no pueden
L ·on vocal no son perti- ser descritas adecuadamente sin tomar en consideración una
ste mecanismo vocal se cierta intencionalidad comunicativa en el locutor. Que el acto
:ion, la fonación , la re- de plantear una pregunta realice una entonación com encional
... e estos cuatro compo- tiene la fuerza de una regla, pero las secuenc1as com ersaciona-
l::>icas: la belleza de una les comprenden, a veces, entonaciones que nada más son cua-
:-espirar, de la fisiol ogía si-sistemáticas, algunas difíciles de decodificar. ~ qlie po::,een.
he todo de las cuerdas con seguridad, efectos estéticos. Podemos calificar ... me od"a
e todo, de la resonancia. como la entonación radicalmente subjetivada: la intenención
Sin embargo, si nos co- del sujeto, y de sus estados intencionales } emoci"'nales. e::, nv
- ··sustancia'' de la voz, cesaría para que podamos hablar de melodía. lnc -"SO i ~.:epta
,. ..unen (loudness), la al- ramos que una lengua específica fuera particu larmente melodiosa.
el acento, el ritmo . El como el inglés británico y el portugués de Bras1l. por ejemplo.
la amplificación o de la habría que admitir, al menos, que la " melodificac~~.:n ··del bbla.
mponente que puede ser por medio de la explotación de ciertas virtualidade:; , o~. .... e ....
tor} decodificado fácil- depende grandemente de la actitud intencional ) 'oliti' a de •'-'"
••· comparada con la voz interlocutores, aun cuando la intención y la \'orc·Ó" no ean
st.ules detalles en el vo- globalmente conscientes. A la propiedad melódica se a;regan
de ópera.! O La altura es todavía el ritmo, el acento y el tempo, los cuales uene'l. Mas
llf; wdas las voces tienen menos, el mi smo estatus subjetivo, aun cuando ha~ a u..,a n rma
r-.hhual, y están limitadas ideal de ritmización y de acentuación dictada por los gramático::,
n ..ede definirse como la de las lenguas.
'Cala musical. Digamos No obstante, una voz no es descrita por el obsenador ni.
r¡sico-fisiológicas son de- sobre todo, "analizada" por el oído con la totalidad de sus pro-
llar una cierta disciplina piedades, tomando en cuenta sólo los componentes menc10na-
lz ~~eh phoniatrie, París: Maloi- 11 A. Cruttendcn lntonation, Cambridge/New York: Cambridge U.P .. 1986
;::mo de vista. [V crsión en espa- (Versión española: Entonación. Barcelona, Teide, 1990]; M. Ros~• et al. L nro-
Jris. faloine; 1981 J. a
nation. De l'acouslique la sémantique, París: Klienchsicck. 1981 : D Bohnger.
~..o;tc. .,'New York: Ro utledge, lntonalion and 1/s Uses. Melody in Grammar and Discourse, S1anford: Sranford
U. P.. 1989.
J·moyvo:
Herman Parret
128
"ace resonar
dos (volumen, altura, entonación, melodía, ritmo, acento). Ade- oz significa
más, está la calidad de la voz, este aspecto de la sonoridad y de :.as sirenas s.:.:
la tonalidad de una voz que la vuelve distinta de todas las otras. J,.mque el er2
Esta calidad también es llamada el color o el timbre de una voz. malwn.} e!
La calidad vocal es el producto tonal complejo que resulta de .. timbrada··
una serie de factores heterogéneos, que van desde la anatomía mo del fenc
más objetiva (las cavidades faríngeas, por ejemplo, que deter- también se e
minan la riqueza de las resonancias) hasta la estética más intui- curación. e ..
tiva. Sin embargo, en fonética experimental se ha indicado que 5amente eSt
ninguna anatomía específica predispone una voz a la calidad. obstaculiza
En cambio, hay obligaciones fisiológicas evidentes, como la riamos que
coordinación muscular, e incluso el simple movimiento muscu- los enamora
lar que corrige la longitud y la amplitud de las cuerdas vocales.
De la misma forma, se acepta que, sobre todo, la resonancia es
la responsable del "color" (metálica, cálida, melosa, oscura, 3. Algunas
dulce, aguda). Aunque esta resonancia esté anclada en un físico La eno-est~
extremadamente complejo, para que haya calidad, se requieren
igualmente determinantes psicológicos que conciernen a la per-
sonalidad, la emotividad, el temperamento, el gusto e, incluso, para el ata..,
una cierta evaluación estética ampliamente influenciada por la na para la"'
norma cultural. Sin embargo, esta calidad es percibida y "sen- la identi
tida" como el elemento más "natural" de la voz, el elemento sión de su
que es el menos manipulable y el menos controlado de la voz. por otra p:..
La calidad de la voz, o su timbre, consiste, con seguridad, en ta. tal ) c0
rasgos supra-segmentales y paralingüísticos.l2 El interpretante puesto que
percibe el timbre como el estilo de un cuerpo-hecho-voz. En la mayor e
este sentido, el timbre no pertenece a la "sustancia de la expre- liferaciór-
sión". sino a su "materia", para retomar la terminología de nos obli~
Hjelmslev. Reconocer un timbre es proyectar una fuente detrás voz y. soo
de la voz, el cuerpo animado de una persona, y no se sabe muy se manifie
bien si el estilo es el estilo de la voz o el estilo de la persona que zación. Es
12 l. Fonagy es. entre los lingüistas. el más sensible en este nivel musical y 13 VerC -
··¡imbrico" del lenguaje en acto. Ver su libro La vive voix. Essai de psychopho- na: 11 Mu!
nétique. Paris: Payo!, 1983.
Vino y voz 129
Herman Parret
15 Art. cir. p. 28, y Bordron continúa: "Su lógica, por otra parte, se emparenta
mucho más (...) con la de una constitución en diagrama, que con un esquema
narrativo tradicionalmente programático."
Herman Parret Vino y voz 133
e presencias,
emos permi-
cinco diapa-
• significante
Resúmene
Elena Bossi
El erotismo en el arte
d ' art, cet élément qui permet l'interprétation, qui attire sur lui ferentes
le discours de la critique, est sa défense contre la mort.
Eroticism in Art
Rita Jmboden
qui attire sur lui diferentes tipos de relación que el sujeto mantiene con las di-
la mort. mensiones espacial, temporal ) figurativa. Se presta especial
atención a la imagen de lo sagrado y al uso de la palabra poética.
to show, on the one hand, the poetic procedures and means witb e; ión. de
which the text creates a specific aesthetic effect (linked with the ndenle ~
notion of the sacred) and on the other, the conditions that the
subject of the poem must o bey (along with the reader) in arder
to be able to grasp this effect. After a theoretical reflection on L.e looo du
aesthetic grasping and an introduction to the subject of the cit}
in Paz' s longer poems, we discuss the two versions ofthe poem
from 1962 and 1990 in relation with its textual organization.
The second part of the artic le offers a textual analysis of the
poem, centering on the different types of relationships that the
subject maintains with the spacial, temporal and figurative di-
mensions. Special attention is paid to the image of the sacred
and the use of the poetic word.
Jacques Genínasca
e procedures and means with ración, de las que dependen efectos de sentido (tales como "as-
sthetic effect (linked with the cendente y ligero" o "descendente y pesado'') de naturaleza
iher, the conditions that the impresiva.
cng with the reader) in order
er a theoretical reflection on Le logos du format
tion to the subject ofthe city
the two versions ofthe poem La totalité signifiante d ' un tableau, d ' une fresque ou d'une pho-
,-=m its textual organization. tographie présuppose 1' intégration d'un ensemble d'espaces
ers a textual analysis of the distincts et néanmoins solidaires. Une fois définie la nature des
pes of relationships that the relations qui articulent l'espace visible d'un support matériel
temporal and figurative di- quelconque et le champ structuré invisible, par h~ pothese rec-
.: to the image of the sacred tangulaire, d'un format que spécifie le rapport de ses cótes, on
aborde la description de l'"espace représentant" de rrois reu\ res
séparées par le temps et l'espace et relevam d'esthétiques aussi
différentes que poss ible.
Les op~rations qui assurent l'émergence d'un champ de for-
mat, sous-jacent a l'espace représentant, relevent d'une "géo-
métrie naturelle", non euclidienne. Géométrie euclidienne et
géométrie perceptive sont corrélables a deux logiques distinc-
dro. de un fresco o bien de
tes, binaire et ternaire, dés lors que la seconde admet. a cóté des
í . . n de un conjunto de espa-
relations d'identité et d'altérité, celle de proximité. S1 r one fan
f2.!tos. Una vez que se haya
appel a la mesure, l'autre présuppose des opérations de pnnde-
n~s que articulan el espacio
ration, dont dépendent des effets de sens (tels que "ascendant et
;era ) el campo estructurado
e un formato que especifica léger" ou "descendant et pesant") de nature impress1\·e
a descripción del "espacio
~en el tiempo y el espacio,
The Logos of format
~ -e'ltes como se pueda.
~rnergenc ia del campo de
The signifying totality of a painting, fresco or even a photograph
t> · entante, dependen de una
presupposes the integration of a set of different }et common
Geometría eucl idiana y spaces. Once we have defined the nature of the relarionships
~- con dos lógicas distin- that arti culate visible space of any material support and the
~gunda admite, al lado de structured invisible fie ld, by rectangular hypothesis. of a format
d. la de proximidad. Si una that specifies the relationship of its sides, we take on the des-
one operaciones de ponde- cription of the "representing space" of three works separated
Resúmenes
142
Pierre Ouellet
Raúl Dorra
El trazo de la escritura
Le dessin de l'écriture
Th e Stroke of W r iting
esics
SeS
Seminario de Estudios de la Significación
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla