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LOS PRINCIPIOS DE LA CIENCIA®* do crisis de prineipios en Ia ciencia actual ha acen- jento humano. Desde la Fenomenologia de Husterl, ninguna filosofia ha intentado presentar una «teoria del campo unificado » del conocimiento, Inclusive Ia misma Fenomenologia mantenia Ia tradicional separacién entre el ‘couocimiento precientifieo y el conocimiento ciemtifico, Una teoria de los principios que Iogre establecer Ja unidad fundamental de Ia iencia tiene que revelar al mismo tiempo la continuidad del ‘conocimiento, desde Ias aprehensiones més primarias hasta las cons- trucciones simbélicas mis elaboradas. La eiencia en muestros dias progresa de hecho sin fundamento de derecho. Los propios cientificos se han ocupado de este problema del fundamento; pero ninguna ciencia particular puede establecer los fundamentos de eu legitimidad ‘en su propio campo. Los principios de la ciencia son comunes a todas Jas ciencias. El problema tiene que plantearse por tanto en el campo de una ciencia primera o universal, o sea en el eampo de una metafisica renovad: Los métodos ciemificos son particulares y cambiantes. Los prin cipios son universales, comunes, inalterables. Por esto es necesario distinguir también entre los verdaderos principios y aquellas otras proposiciones de alto rango, con las cuales culmina la construccién te6riea de cada eiencia positiva, y a las cuales suele darse el nombre de prineipios. El hecho de que estos supu rricos ya permite reconocer que no son auténticos prineipios. Justa- mente, el descubrimiento de Ia historicidad en general de toda cons- truccién tedrica, de todo sistema categorial, es lo que ha producido Ja situacién do crisis en Ia ciencia contemporanea: el avance en los descubrimientos positives de una ciencia pone en crisis el sistema eategorial que sirvié de fundamento teérieo para esos mismos desci- brimientos. La disyuntiva que presenta la situacién de crisis es Ia siguiente: 0 bien no existe un euerpo de principios universales y permanentes, y entonces la ciencia se constraye sobre la base de un “tema de convenciones transitorias y arbitrarias, vigentes mientras son iitiles para el trabajo; 0 bien existe ese euerpo de p pero es imposible descubrirlo con los métodos de trabajo esperificos de ninguna ciencia particular. Si el examen de los hechos nos obliga a aceptar esta segunda . EDUARDO NICOL alternativa, entonces el renacimiento de Ia metafisica (como ciencia fenomenologica del ser y el conocer) no servird para contraponerla a Ja «ciencia », sino para resolver justamente la situacién de crisis que te ha producide en el campo de la ciencia misma, La metafisies renovada sélo sera posible y legitima en tanto que ciencia, y que jencia primera, aunque su plan y su desarrollo no coincidan con el de Aristételes, que fué quien le dié su auténtive nombre. Los principios, para serlo rigurosa y auténticamente, han de cumplir algunos requisitos que pueden establecerse @ priori: han de ser 1° primarios, y por tanto comunes; 2° objectivos y reales, no subjectivos ni teoréticos; 3° apodieticos, y por ello necesarios en el orden del ser y en el orden del conocer; 4° fundamento de Ia exis tencia, y no sélo de la ciencia. Para comprender el sentido y el aleance de estos requisites es oportuno examinar primeramente los hhechos ciemtifieos, y después las proposiciones cientifieas que, de tuna manera u otra, han podido ser consideradas como principios: los axiomas, postulados, leyes © hipstesis teoréticas (1). Los principios son inmutables porque son verdades de hecho. No son teorias ni hipdtesis, sino que expresan situaciones reales y objetivas de un orden fundamental y universal. Por ello constituyen las condiciones sine qua non del conocimiento en general, lo mismo el cientifico que el precientifico. A la ciencia no le corresponde por tanto instituirlos. Los principios no se inventan, o se forjan, 0 se cream, como se crea una teoria; no tienen patente de originalidad, asignable a un fildsofo determinado. A Ia cioncia Ie corresponde solamente manifestarlos, tomar conciencia de ellos reflexivamente y expresarlos conceptualmente. 4Cémo puede un hecho ser principio? Es fieil advertir que mo todos los hechos tienen el mismo rango. Hay hechos que son privie Jegiados, por su propia y manifiesta eminencia principal. Desde Tuego, ninguno de ellos es lo que se ha Hamado un fait brut, un fenémeno completamente aislado, sin relacién objetiva con otros fenémenos reales. Los hechos se dan en conjuntos, podemos decir en campos. Ni siquiera os hechos histérieos, cuya singularidad irreproducible parece distinguirlos de los hechos naturales, aparecen jamais desco- nectadlos unos de otros, sino que aparecen integrados en conexiones de sentido y en drdenes de sucesidn, Cuales sean efectivamente Tas formas de esa interconexién, o miso en la naturaleza que en la historia, es cosa que corresponde a las respectivas ciencias averiguar. Pero, que Ia interconexién existe y que el campo tiene una realidad propia, independiente de los casos individuales, esto es un dato 1s evidente como pueda serlo el hecho mismo singular. Toda ciencia se constituye justamente acotando para si misma un campo especial, Sin la integracién real del campo Ja ciencia no seria posible: la

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