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Rosario meditado

Misterios Gozosos

Primer misterio: La Anunciación

Texto evangélico
Lc 1:26,28,31,35,38: "Al sexto mes envió Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada
Nazaret, … Y, entrando, le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo." … vas a
concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo a quien pondrás por nombre Jesús. … El ángel le
respondió: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra;
por eso el que ha de nacer será santo y se le llamará Hijo de Dios. … Dijo María: "He aquí la
esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Y el ángel, dejándola, se fue."

Reflexión
Al anuncio de que ella dará a luz al "Hijo del Altísimo" sin conocer varón, por la virtud del
Espíritu Santo, María respondió por "la obediencia de la fe" , segura de que "nada hay
imposible para Dios": "He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra" ). Así,
dando su consentimiento a la palabra de Dios, María llegó a ser Madre de Jesús y, aceptando
de todo corazón la voluntad divina de salvación, sin que ningún pecado se lo impidiera, se
entregó a sí misma por entero a la persona y a la obra de su Hijo, para servir, en su
dependencia y con él, por la gracia de Dios, al Misterio de la Redención.

Segundo misterio: La Visitación

Texto evangélico
Lc 1:41-43: "En cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, Isabel
quedó llena de Espíritu Santo y exclamó a gritos: "Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto
de tu seno; y¿de dónde a mí que venga a verme la madre de mi Señor?"

Reflexión
Con Isabel, nos maravillamos y decimos: “¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a
mí?” (Lc 1, 43). Porque nos da a Jesús su hijo, María es madre de Dios y madre nuestra;
podemos confiarle todos nuestros cuidados y nuestras peticiones: ora por nosotros como oró
por sí misma: “Hágase en mí según tu palabra” (Lc 1, 38). Confiándonos a su oración, nos
abandonamos con ella en la voluntad de Dios: “Hágase tu voluntad”.
Rosario meditado
Misterios Gozosos

Tercer misterio: Nacimiento de Jesús

Texto evangélico
Lc 2:8-11,15-16,20: "Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y
vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el ángel del Señor, la gloria del
Señor los envolvió en su luz y se llenaron de temor. El ángel les dijo: "No temáis, pues os
anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de
David, un salvador, que es el Cristo Señor; … Cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al
cielo, los pastores se decían unos a otros: "Vamos a Belén a ver lo que ha sucedido y el Señor
nos ha manifestado." Fueron a toda prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en
el pesebre. … Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían
oído y visto, tal como se les había dicho."

Reflexión
Jesús nació en la humildad de un establo, de una familia pobre (cf. Lc 2, 6-7); unos sencillos
pastores son los primeros testigos del acontecimiento. En esta pobreza se manifiesta la gloria
del cielo (cf. Lc 2, 8-20). La Iglesia no se cansa de cantar la gloria de esta noche:

«Hoy la Virgen da a luz al Eterno.


Y la tierra ofrece una cueva al Inaccesible.
Los ángeles y los pastores le alaban.
Los magos caminan con la estrella:
Porque ha nacido para nosotros,
Niño pequeñito
el Dios eterno»

Cuarto misterio: La presentación de Jesús en el


templo

Texto evangélico
Lc 2:22,25,28-32,34-35: "Cuando se cumplieron los días en que debían purificarse, según la
Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, … Vivía entonces en
Jerusalén un hombre llamado Simeón. Era un hombre justo y piadoso, y esperaba la
consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo. … le tomó en brazos y bendijo a Dios
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diciendo: "Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz; porque
han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para
iluminar a las gentes y gloria de tu pueblo Israel." … Simeón les bendijo y dijo a María, su
madre: "Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y como signo de
contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al
descubierto las intenciones de muchos corazones.""

Reflexión
Jesús es mostrado como el Primogénito que pertenece al Señor (cf. Ex 13,2.12-13). Con
Simeón y Ana, toda la expectación de Israel es la que viene al Encuentro de su Salvador. Jesús
es reconocido como el Mesías tan esperado, "luz de las naciones" y "gloria de Israel", pero
también "signo de contradicción". La espada de dolor predicha a María anuncia otra oblación,
perfecta y única, la de la Cruz que dará la salvación que Dios ha preparado "ante todos los
pueblos".

Quinto misterio: El hallazgo de Jesús en el Templo

Texto evangélico
Lc 2:42-43,46,48-51: "Cuando cumplió los doce años, subieron como de costumbre a la fiesta.
Al volverse ellos pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo su padres.
… Al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros,
escuchándoles y haciéndoles preguntas; … Cuando le vieron quedaron sorprendidos y su
madre le dijo: "Hijo,¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te
andábamos buscando." Él les dijo: "Y¿por qué me buscabais?¿No sabíais que yo debía estar
en la casa de mi Padre?" Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dio. Bajó con ellos,
vino a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en
su corazón."

Reflexión
Es el único suceso que rompe el silencio de los Evangelios sobre los años ocultos de Jesús.
Jesús deja entrever en ello el misterio de su consagración total a una misión derivada de su
filiación divina: "¿No sabíais que me debo a los asuntos de mi Padre?" María y José "no
comprendieron" esta palabra, pero la acogieron en la fe, y María "conservaba cuidadosamente
todas las cosas en su corazón", a lo largo de todos los años en que Jesús permaneció oculto
en el silencio de una vida ordinaria.

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