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Activismo

Performance feminista

Desde la década de los sesenta, consecuencia de la asociación y pacto producido


entre teorías feministas y prácticas activistas y de liberación, las mujeres comenzaron a
utilizar sus propios cuerpos como elementos detonantes desde donde poder reivindicar y
denunciar las políticas de sometimiento que sobre ellos recaían, los dispositivos
tradicionales de dominación y la estructura de poder imperante en la sociedad del
momento.
Esta concienciación reivindicativa contribuirá, no sólo a la visibilidad de las
mujeres en la esfera pública y en el mundo del arte, sino la constitución del propio
lenguaje de la performance como herramienta y estrategia reflexiva, definiendo un
campo de acción y conocimiento que, en la actualidad, debe aún a estos primeros
momentos gran parte de sus características y posibilidades.

En su intento por actuar sobre sus propias realidades, utilizarán sus propios
cuerpos como argumento causante de la opresión, espacio sobre el que recae la
discriminación y como herramienta de resistencia ante invisibilidad y el sometimiento.
Elementos detonantes desde donde poder actuar, reivindicar y denunciar las políticas
opresivas que sobre ellos recaen. Desde el cuerpo, como soporte, sujeto y discurso,
evidenciaron y condenaron la subordinación y la estructura de poder en busca de un
cambio cultural y social, que conllevara una transformación personal sobre sus vidas.
Cuerpo, acción y reivindicación hicieron del lenguaje de la performance, un elemento
eficaz, "un campo fundamental de intervención política feminista" (Sichel y Villaplana,
2005, pág. 255) desde donde poder reivindicar la experiencia femenina y poner en entre
dicho el tormentoso discurso patriarcal que las oprimía.

Ana Mendieta

Una de las artistas hispanas más reconocidas dentro del Arte Contemporáneo es Ana
Mendieta (1948-1985), una cubana exiliada en los Estados Unidos que dedicó su obra a
desarrollar movimientos como el performance y el Body Art, tendencias que la llevaron a
expresarse de formas no convencionales . A través de su cuerpo representó y creó obras
con las que mostró su personalidad luchadora, reivindicativa y provocadora con un
enfoque eminentemente feminista. Marcada por el exilio que le arrancó parte de sus
raíces al separarla de sus padres y de su tierra, y la llegada en los sesenta a una población
aún racista, Mendieta dedicó su producción a mirar críticamente la sociedad que le
rodeaba para después gritar corporalmente el rechazo y el sufrimiento causado por temas
como el racismo, la política, la violencia, la marginación y el exilio. En muchas de sus
obras recurrió al entorno natural para mostrar la conexión entre lo humano y lo natural,
de ahí que también sea un referente en el movimiento del Land Art. Toda su obra
encuentra un denominador común en el cuerpo de la mujer, sello que utilizó para acercar
la crueldad de la violencia de género, defender la identidad de quienes ocupaban los
márgenes sociales de aquella época y la dimensión espiritual que tanto interés le
suscitaba, junto con la esfera de la religión y el rito. Su cuerpo fue su herramienta, el
canal por el que sus vivencias, opiniones y preocupaciones, junto con su fragmentada
identidad y su doble marginación –por ser mujer y por ser exiliada cubana- brotaron hacia
la luz.

Perfomance: Rape Scene (1973).

Obra marcada por la influencia en acción en la que Mendieta reacciona ante la


violación de una joven en el campus de la universidad en la que estudiaba. La artista
aparece semidesnuda y cubierta de sangre, con signos de violencia a su alrededor,
recreando en su propio apartamento la vulnerabilidad de la mujer ante el descontrol y la
atrocidad humana, denunciando contundentemente la utilización de la mujer como objeto
sexual. Una obra que detalla la crudeza de un instante.

Faith Wilding

Faith Wilding (Primavera, Paraguay, 6 de junio de 1943)12 es una artista


multidisciplinaria, escritora y docente paraguayo-estadounidense, que se destaca por su
contribución al desarrollo del arte feminista.

Proyecto Womanhouse
Si hay un proyecto en el que la hibridación de teoría y performance se convierten en los
pilares fundamentales de ejecución para desmantelar y trasformar el discurso patriarcal,
ese fue el proyecto artístico de la Womanhouse, realizado en 1972 en Los Ángeles
(California), dirigido por Judy Chicago y Shapiro. Dicho proyecto, realizado en una casa
abandonada, pretendía situar la experiencia feminista en una casa real, es decir, dar
cabida a una comunidad de mujeres artistas que a través del lenguaje de la performance ,y
otras actividades de carácter feministas, hicieran prácticos los presupuestos teóricos del
feminismo de estos años.

Performance: Waiting (1971)

Una de las acciones más destacadas fue Waiting . En esta performance, la artista se
balancea monótonamente en una mecedora mientras recita, en voz baja, una letanía
interminable. "Esperando…esperando…esperando [...] Esperando a que alguien me tomé
en brazos […] Esperando a tener novio [...] Esperando a casarme […] Esperando a
quedarme embarazada […] Esperando a que me visiten mis hijos […] Esperando a que
acabe la lucha… Esperando…"(Phelan, 2010, pág. 86). Waiting recogía el padecimiento
que sufre la mujer en términos de espera en las distintas facetas de su vida. Una espera
interminable de entrega total a los otros, una vida impuesta por una sociedad que hace de
la mujer una extensión del espacio de lo doméstico y que la encierra y disciplina en el
matrimonio, de igual modo que el mito de Penélope, símbolo de la fidelidad femenina y
de la eterna espera.
Es evidente que el proyecto de la Womanhouse traspasó las fronteras de lo privado para
hacer del hogar un espacio público desde donde criticar las estrategias de
territorialización del género femenino. Para las artistas, liberar a las mujeres de los
estereotipos, de la mirada masculina, de la arquitectura institucional que impregnan sus
cuerpos, de sus biografías o de la memoria traumátia, fue posible gracias a la estrategia
de trasladar la teoría y metodología de actuación (sesiones de autoconciencia) del
feminismo radical al campo de la representación artística, haciéndose latente, una vez
más, que "lo personal es político"

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