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Leccion 17 Control social y relaciones con la Iglesia Contemporanea Jorge J Montes Salguero I, LA ADMINISTRACION DE JUSTICIA A) Caracteres generales Bn todos los textos de las Constituciones hist6ricas se dedica un titulo a regular Jas directrices que deben marcar la forma de administrar justicia, diferenciéndola de la labor legislativa y del ejecutivo. En el Estatuto de Bayona se decia que era independiente el orden judicial en sus funciones, Las constituciones posteriores no hicieron declatacién expresa de esa independencia, dejando por sentado la se- paracién de poderes. Los textos de 1812, 1837, 1845, 1856 y 1869, se limitan a afirmar que la potestad de aplicar las leyes en los asuntos civiles y criminales co- rresponde a los Tribunales de Justicia En las Constituciones de 1837 y de 1869 se destaca que el Rey y las Cortes tenian expresamente prohibido ejercer funciones judiciales ya que éstas corresponde a los tribunales, los cuales no tenfan mas mi- sion que la de juzgar y hacer que se ejecutase lo juzgado. ‘También se va a producir en este periodo una reduccién importante de lasju- risdicciones especiales. En 1834 se suprimié Ja Inquisicién y sus tribunales. La ju- risdiccion mercantil y las correspondientes a tribunales especiales fueron supri- midas por la unificacion de fueros en Diciembre de 1868, desapareciendo incluso los tribunales especiales de Hacienda. En la Constitucién de CAdiz se establecié la unidad de legistacion al declararse que las Espafias y las Indias se gobernarian por un solo cddigo, asi como la unidad de fueros en las causas civiles y criminales, aunque se mantuvo la jurisdiccion eclesidstica y la de guerra. La Jurisdiccién sefiorial qued6 abolida por el Decreto de 6 de Agosto de 1811 que suprimié los sefiorios jurisdiccionales. Cultura Huropea en Espaia B) El planteamiento reformista de Cadiz Ya el Bstatuto de Bayona, declaraba la independencia del orden judicial aunque Ja justicia se administraba en nombre del Rey, principio que fue reiterado por to- das las Constituciones, hasta llegar a la de 1931. El hecho de que la justicia se ad- ministre en nombre del rey determina que el orden o pader judicial se ha des. membrado del poder ejecutivo. Sin embargo, el poder judicial es orden separado del ejecutivo por la indepencencia que ejerce en sus atribaciones. La Justicia, aunque emanada del rey, no era un érgano del mismo; se administra en su nom- bre pero cl monarca no es su administrador. El rey era considerado como origen o fuente, aunque los ciudadanos no la reciben de él de una manera inmediata, sino mediata a través de los jueces que nombre. Las reformas que se introducen en la Constitucién de Cadiz pueden calificarse de efimeras como los avatares que sufie el texto de 1812. Una de las reformas pro- puestas en el texto fuc la unidad de fueros, con el que se pretendfa poner fin alamul- tiplicided de fircros especiales y privilegios que venfan del Antiguo Régimen. Se abo- lieron los sefiorfos jurisdiccioneles, lo que implicaba una reforma de los Tribunales. Enel Titulo V se recogia la organizacion judicial en lo relativo alo civil y lo Criminal, creando una pirdmide judicial, que luego se retoma en Ja Constitucién de 1837. Se propone crear las Audiencias, que conocian de las sentencias dictadas por los jueces de partido. Como institucién susrema encargada de velar por la rec! administracién de justicia se encontraba un "Tribunal Supremo. Este, en un orin- cipio, no fue concebido como un tribunal de revision de las sentencias dictadas por las Audiencias, sino como el encargado de exigir responsabilidad a jueces y altos cargos de la administracién. Estas reformas se plasmaron en los Decretos de 9 de octubre de 1812 y de 13 de marzo de 1814. En el primero sc reglamentaban las Audiencias y los juzgados de primera instancia, modificando la planta de tribunales, con normas encami- nadas a garantizar su independencia, con diversas demarcaciones tertitoriales, y la creacion de cuatro Audiencias: Madrid, Valladolid, Pamplona y Granada, mas una en Ultramar, estableciendo que todas ellas tendrian el mismo rango, con au- tonomfa jurisdiccional, prohibiendo su interferencia en asuntos econémicos y gubernativos. Se planteé también que, junto con las Audiencias, se distribuyeran los partidos judiciales dentro de cada terrivorio y se regulasen las competencias de los jueces de primera instancia en materia civil y penal, Rn el segundo Decreto se contenia el Reglamento sobre el Tribunal Supremo. Como hemos dicho, la eficacia y aplicacién de estas medidas no se reflejaron hasta afios mas tarde y en especial a raiz de la division provincial administrativa 292 Control soctal y relaciones con la iglesia Conterpordnea. del granadino Javier de Burgos en 1833, los motivos de esta demora son de sobra conocidos: guerra y vuelta del absolutismo con Fernando VIL. C) La organizacion de los tribunales La divisién territorial en provincias de 30 de noviembre de 1833 no era sufi- ciente para llevar a cabo la organizadién judicial: Eso lleva a que en el gobierno de Martinez de la Rosa en enero se 1834 dispuso que todes los Tribunales Supe~ riores de las provincias pasarian a tener la denominacién de Reales Audiencias, a excepcién de Consejo Real de Navarra y las Audiencias de Canarias y Mallorca, y por Real Decreto de 21 de abril de 1834 las provincias quedaron subdivididas en partidos judiciales. Por Real Decreto de 24 de marzo de 1834, quedaron su- primidos los Consejos que habian venido desempefiando hasta entonces las su- premas jurisdicciones en sus respectivas esferas. Lareforma de la Administracién de Justicia se plasmé en diversas disposicio- nes: en un Reglamento provisional de 26 de septiembre de 1835, donde se reco- nocian una serie de garantias procesalcs a los ciudadanos, junto con normas de derecho procesal penal, y una serie de disposicianes sobre los jueces. Y la mas importante, el Reglamento por Real Decreto de 17 de octubre de 1835. Segin esta normativa rescatada de la constitucién de 1812, Ja justicia se implantara a través de: Juzgados Municipales y de Primera Instancia. En 1835 se establece que, en los pueblos, cada alcalde o jos tenientes alcaldes harin el oficio de jueces de paz 0 conciliadores. Ante ellos deberian dilucidarse aquellas causas de naturaleza civil 0 por injurias. Ademés conocian como jueces ordinarios de las demandas de los negocios inferiores a 200 reales, y de los temas penales de injurias o faltas livianas En 1855 se crearon los Jueces de Paz quitandole la competencia a los Alcaldes de los pueblos Las Audiencias Territoriales. Eran Jos tribunales superiores de cada territotio, no s6lo de la jurisdiccién comin ordinar‘a, sino también de los juzgados com: prendidos en algunas jurisdicciones especiales. Bl reglamento provisional de 1835 dispuso que las Audiencias de Madrid, Aragon, Cataluiia, Galicia, Granada, Se- villa, Valladolid y Valencia se distribuyeran en tres salas: dos de lo civil y una de Io penal y en las restantcs Audiencias una sala de los civil y owa de lo penal, ex- cepto las de Cuba y Puczto Rico que tendrian una sola sala. Las Audiencias. Revisaban en segunda y tercera instancia las sentencias dictadas por los jueces inferiores; conocian sobre los recussos de nulidad en la Peninsula 193

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