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NACIONALES:
Polanco (2018), en su estudio de investigación titulado: “La inteligencia
emocional y el aprendizaje de las matemáticas en niños de 4 años en Lima”. Cuyo
objetivo fue conocer si existe relación entre las variables de estudio, para ello el
diseño de investigación realizado fue descriptivo correlacional de corte
transversal; utilizándose como instrumentos la escala CIEMPRE, para medir la
inteligencia emocional y la escala IDEAM, para medir el aprendizaje de las
matemáticas, siendo esta última elaborada por la autora y validada por juicios de
expertos; la población de estudio fue 102 niños de 4 años, mientras que su muestra
estuvo conformada por 81 niños. Los resultados encontrados arrojan que en la
dimensión actitud de compartir (36%), identificación de sentimiento (68%),
solución creativa de conflictos (61%), empatía (53%), independencia (57%),
persistencia (73%) lograron un nivel medio alto, mientras que en la dimensión
amabilidad (53%) obtuvo un nivel medio bajo; por otro lado, en el aprendizaje de
las matemáticas el 56% de los niños lograron un adecuado desempeño. Al
momento de correlacional las dos variables se observó que no existe relación
directa entre la inteligencia emocional y el aprendizaje de las matemáticas.
LOCALES:
Gutiérrez (2015) en su estudio de investigación titulado: “Relación entre la
inteligencia emocional y el aprendizaje de la matemática de los niños de cuatro
años de una institución educativa en Trujillo”, la población estuvo conformada
por 28 niños, el diseño fue de tipo correlacional, para la variable inteligencia
emocional se utilizó una guía de observación y para la variable aprendizaje de las
matemáticas se empleó una lista de cotejo. Los resultados obtenidos refieren que
existe una correlación positiva muy fuerte entre ambas variables (Pearson r =
0,941), por lo tanto, se concluye que si un niño posee un nivel de inteligencia
emocional adecuado va a generar resultados favorables en el aprendizaje de las
matemáticas.