Oraciones sobre el arte conceptual

por Sol Lewitt

Los artistas conceptuales son místicos más que racionalistas. Saltan a conclusiones que la lógica no
puede alcanzar.
Los juicios racionales repiten los juicios racionales.
Los juicios irracionales conducen a una nueva experiencia.
El arte formal es esencialmente racional.
Los pensamientos irracionales deben seguirse de manera absoluta y lógica.
Si el artista cambia de opinión a la mitad de la ejecución de la pieza, compromete el resultado y
repite los resultados anteriores.
La voluntad del artista es secundaria al proceso que inicia desde la idea hasta su finalización. Su
voluntad solo puede ser ego.
Cuando se usan palabras como pintura y escultura, connotan toda una tradición e implican una
aceptación consecuente de esta tradición, poniendo así limitaciones al artista que se mostraría
reacio a hacer un arte que vaya más allá de las limitaciones.
El concepto y la idea son diferentes. Lo primero implica una dirección general, mientras que lo
segundo es el componente. Las ideas implementan el concepto.
Las ideas pueden ser obras de arte; están en una cadena de desarrollo que eventualmente puede
encontrar alguna forma. Todas las ideas no necesitan hacerse físicas.
Las ideas no proceden necesariamente en orden lógico. Pueden poner uno en direcciones
inesperadas, pero una idea debe completarse necesariamente en la mente antes de que se forme
la siguiente.
Para cada obra de arte que se vuelve física hay muchas variaciones que no lo hacen.
Una obra de arte puede entenderse como un conductor desde la mente del artista hasta el
espectador. Pero puede que nunca llegue al espectador, o que nunca deje la mente del artista.
Las palabras de un artista a otro pueden inducir una cadena de ideas, si comparten el mismo
concepto.
Como ninguna forma es intrínsecamente superior a otra, el artista puede usar cualquier forma,
desde una expresión de palabras (escrita o hablada) hasta la realidad física, por igual.
Si se usan palabras y proceden de ideas sobre arte, entonces son arte y no literatura; Los números
no son matemáticas.
Todas las ideas son arte si están relacionadas con el arte y caen dentro de las convenciones del
arte.
Por lo general, uno entiende el arte del pasado aplicando la convención del presente, por lo que
malinterpreta el arte del pasado.
Las convenciones del arte son alteradas por obras de arte.
El arte exitoso cambia nuestra comprensión de las convenciones al alterar nuestras percepciones.
La percepción de las ideas conduce a nuevas ideas.
El artista no puede imaginar su arte, y no puede percibirlo hasta que esté completo.
El artista puede percibir erróneamente una obra de arte (entenderla de manera diferente a la del
artista), pero aún así puede ser puesto en marcha en su propia cadena de pensamiento por ese
concepto erróneo.
La percepción es subjetiva.
El artista puede no entender necesariamente su propio arte. Su percepción no es mejor ni peor
que la de los demás.
Un artista puede percibir el arte de otros mejor que el suyo.
El concepto de una obra de arte puede implicar la materia de la pieza o el proceso en el que se
realiza.
Una vez que la idea de la pieza se establece en la mente del artista y se decide la forma final, el
proceso se lleva a cabo a ciegas. Hay muchos efectos secundarios que el artista no puede
imaginar. Estos pueden ser utilizados como ideas para nuevos trabajos.
El proceso es mecánico y no debe ser manipulado. Debería seguir su curso.
Hay muchos elementos involucrados en una obra de arte. Los más importantes son los más obvios.
Si un artista usa la misma forma en un grupo de obras y cambia el material, uno asumirá que el
concepto del artista involucró al material.
Las ideas banales no pueden ser rescatadas por una bella ejecución.
Es difícil desechar una buena idea.
Cuando un artista aprende su oficio demasiado bien, hace arte pulido.
Estas oraciones comentan sobre el arte, pero no son arte.
Publicado por primera vez en 0-9 (Nueva York), 1969, y Art-Language (Inglaterra), mayo de 1969.