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Los docentes, ante las demandas del mundo actual y del futuro deben desarrollar
un conjunto de habilidades y actitudes para estar muy bien preparados y saber
cómo actuar en las diversas situaciones que se le presentan en su práctica
docente, esta preparación los ayudará a buscar soluciones adecuada a cada
caso sin tener que faltar a su ética profesional.
Las necesidades sociales exigen ceda vez más la preparación profesional de las
personas que fungen esta importante labor ya que, es una responsabilidad que
se debe asumir con madurez, porque se trata de formar individuos con mejores
aspiraciones, de calidad personal y social.
4- Narra 3 situaciones que evidencien desapego a los principios éticos por parte de la
maestra.
1- La falta de humildad, cuando ella se expresaba lo hacía con altanería.
2- Cuando la maestra le dijo a Lito: que si era tonto oh que le pasaba.
3- Cuando la maestra le dijo al sacerdote: que no sabía qué hacer con Lito.
A forma muy personal puedo decir que la acción del sacerdote fue digna de
admiración, porque éste pudo ver más allá, se preocupó por el niño el porqué de
los conflicto de Lito para cumplir con sus asignaciones, el sacerdote se hizo
amigo del niño para conocer su historia, acción que debió hacer la profesora
desde el principio. Y algo sumamente importante logró hacerle ver a la maestra
que las metodologías de trabajo en el aula no tienen ni deben ser las mismas en
todos los contextos sociales. Y lo mejor de todo logró que la maestra se
interesara verdaderamente por sus estudiantes.
Es por ello que la acción del sacerdote fue muy buena y a tiempo para hacer
reflexionar a la maestra.
Conclusión
La realización de esta tarea fue muy satisfactoria para mí ya que, a través de la
película La Mancha de Grasa, pude darme cuenta de que muchas veces como
docentes en la práctica pensamos que estamos utilizando las estrategia
indicadas que necesitan nuestros alumnos para adquirir aprendizaje significativo
y de calidad que los pueda preparar para la vida, sin darnos cuenta que lo que
estamos haciendo es dañando al estudiante.
También aprendí que debemos cuidar mucho nuestra forma de dirigirnos a los
alumnos ya que, una sola palabra que le diga un profesor a un estudiante basta
para cambiarle la vida para bien o para mal.