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EL TEXTO COMO PALIMPSESTO: LECTURA INTERTEXTUAL DE BORGES JAIME ALAZRAKI Reprinted from Hispanic Review, Vol. 62, No. 3, Summer 1984 EL TEXTO COMO PALIMPSESTO: LECTURA INTERTEXTUAL DE BORGES EX mi breve estudio Versiones. Inversiones. Reversiones' he in- tentado definir la mecanica del relato en los cuentos de Borges en lo que toca a su composicién. Alli me preguntaba: ;Hay un principio estructurador del relato? ,Cémo estan hechos sus cuentos? {De qué manera estan organizados y qué sentidos proponen mas alla de sus contenidos explicitos? La respuesta a esos interrogantes esté ya sugerida desde el subtitulo: “el espejo como modelo es- tructural del relato.” Si la literatura es “la diversa entonacién de unas cuantas metaforas” y si “es verosimil conjeturar que desde Homero todas las metdforas intimas, necesarias, fueron ya ad- vertidas y escritas”? es razonable concluir que la tarea de la lite- ratura esta limitada a “los modos de indicar o insinuar esas me- taforas” (HE, pag. 74). Escribir es releer un texto anterior, es reescribirlo. Es lo que hace Pierre Menard con la novela de Cer- vantes. Es lo que hace Borges con la literatura: “Cuatro son las historias—dice en la prosa breve “Los cuatro ciclos” de El oro de los tigres. Durante el tiempo que nos queda seguiremos narrandolas, transformadas” (OT, pag. 129). El cuento “El Zahir” es la rees- critura del Poema de los Nibelungos, el relato “El fin” rehace el final del Martin Fierro de Hernandez, “La casa de Asterién” es 1 Versiones. Inversiones. Reversiones: El espejo como modelo estructural del relato en los cuentos de Borges (Madrid, 1977). 2 Jorge Luis Borges, Historia de la eternidad (Buenos Aires, 1953), pag. 74. En adelante se emplean las siguientes abreviaturas para las obras de Borges: HE = Historia de la eternidad; OT = El oro de los tigres; OI = Otras inquisiciones; I = Inquisiciones; IA = El idioma de los argentinos; A = El Aleph; LA = El libro de arena; F = Ficciones; MF = Martin Fierro; D = Discusion. 281 282 Jaime Alazraki HB, 52 (1984) una versién mas de la antigua leyenda del minotauro de Apolodoro. Los textos de sus cuentos funcionan como un espejo que invierte o revierte historias ya contadas, imagenes ya advertidas. En dltima instancia, concluye Borges, “una literatura difiere de otra, ulterior o anterior, menos por el texto que por la manera de ser lefda; si pudiéramos leer cualquier pagina actual como la leeran en el aiio dos mil, sabriamos c6mo seré la literatura en el aiio dos mil” (OF, pag. 218). En ese librito he intentado demostrar que sus narraciones responden a una estructura especular: versiones de un texto an- terior que el relato invierte o revierte desde sus significantes lite- rarios. Desde el lenguaje, los cuentos de Borges presentan violentas historias de compadres, guerreros, tedlogos, gauchos, reyes, biblio- tecarios, héroes y traidores; desde la escritura, esas historias de- sorbitadas ceden a un significado segundo que no es sino su modo de problematizar en torno a las acciones alli presentadas. Los interrogantes y basquedas que plantean los relatos a partir de sus significantes linguisticos estan respondidos desde los significantes troquelados por la escritura como la reflexion del escritor ante el tema de sus cuentos. iPero qué podemos decir del texto mismo de sus cuentos? Es decir, no tanto del acto de contar una historia en lo que toca a su organizacién narrativa como de la operacién que formula esa his- toria en un lenguaje. No me refiero al estilo en sus miltiples fun- ciones expresivas sino a una funcién singular, a ese momento en que un texto dialoga con otro, ese momento en que un texto emerge como el reflejo de otro, como si uno contuviera, explicita o impli- citamente, al otro. En otra época hubiéramos llamado a esta re- lacién entre dos textos “estudio de las fuentes”; hoy la llamamos “intertextualidad.” No es lo mismo, sin embargo. Asi como hay una clara diferencia entre la disciplina retérica como la entendia Quintiliano, la estilistica de Spitzer y la poética de Jakobson, aunque compartan algunos elementos, la nocién de intertextualidad repre- senta un refinamiento y un cambio de estrategia respecto al manejo y estudio de las fuentes. Donde el estudio de las fuentes buscaba la huella de una idea, de un motivo, de un tema, de un personaje o de una imagen, la intertextualidad, se limita a establecer, pero sobre todo, a estudiar la relacién creadora entre dos o mas textos en su condicién de lenguaje. Fijado el modelo, la tarea del estudio de las fuentes cesaba. La intertextualidad comienza donde la de- finicién de fuentes concluye. La existencia de un modelo es, para

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