You are on page 1of 6
Resefias 759 Menayatan, Joun Henry—La Tradicidn Juridica Romano Canénica, Breviario del Fondo de Cultura Econémica. No. 218, Traduccién de Carlos Sierta. México, 1971, P. 258. Se trata de un atractivo manuel que destaca y explica con vives colores y de un Yo ameno lo que une entre si a los sistemas juridieos de Europa Qecidental y de la América Latina y Jo que los distingue del mundo angloamericano. Explica el traductor que en yirtud de que el titulo original del libro de John Henry Merryman es “Civil Law” y en atencién a que no pucde ser traducido simple- mente como Derecho Civil por Ta diferente seméntica de esos dos mundos juridicos, se ha empleado en cambio esa extensa denominacién que subraya la diferencia con e! sistema juridico del common law (en donde por cierto Ia expresién “civil law" se aseteja més al sentido que se encervaba en el ins civile de los Romanos) vigente en los pafses anglosajones, en el ctta] se reconoce distinto valot a las diversas fuentes del Derecho: La Tey escrita, la costambre, la doctrina y Ja jurispradencia, Indica el autor en el Prefacio, que et libro va dirigido en especial a los aficionados y no a los profesionales, Que se ditige al lector en general... a los que no son abogados y deseen saber algo acerca del aspecto legal de las eulturas europea: y latino-ameri- canas, a los estudiantes que se interesan por lecturas adicionales a sus cursos de his- toria, de politica, de socinlogia, de Mosofia, de relaciones internacionales 0 de derecho. En ulteriores pérrafos del mismo Prefacio indica el profesor Merryman que en el curso de la obra sélo +e refiere a lay actitudes prevalecientes sin descender 2 los deta- Hes sino por Io contrario, generalizando, Formalmente, la obra se presenta dividida en XIX capitulos que en efecto se len con facilidad ya que la pluma del autor logea generalizor, mostrando vivos contrastes y explicands con alguna frecuencia las razones de las divergencias que se aprecian entre nuestio sistema juridico y el de common law. Es verdad que no pocas veces, como podré apreriar cl lector —-especialmente en los capitulos XIL, XVI y XVII, de- dicados al Proeeso— se toma wna posicién decididamente favorable al sistema del precedente judicial, aun reconociéndose el mérito que puede asistir a la estructura continental. En forma més equilibrada y por ende més cientffica, hace a ese propésito ul autor un balance en el capitulo final del libro “Perspectivas”, en donde se opone a emplenr Tos calificativos de comparacién a los sistemas juridicos estudiados, ense- fando sabiamente que al responder dichas estructuras a una situacién histérica y sociolégica propias, no procede hacer esa reflexién sino en el interior de un mismo sistema juridico, A este propésito vale la pena poner de manifiesto que es precisa- mente a través de este tipo de estudio de conjunto comparative que podemos contern- plar en forma més critica nuestra realidad jurédica y podemos por lo mismo, intentat lus correcciones que puedan corresponder en cada caso sin perder de vista las nece- sidades domésticas y las particularidades individuales. Es por este motivo, sumamente recomendable la lectura de obras como la que en esta ocasién nos ocupa, ya que debido a la falta de desarrollo y aceptacién del Derecho Comparado en nuestros medios uni versitarios, los estudiantes de Derecho, les abogados tmismos y aun Ios que han alcan- zado un grado superior, carecen en la mayorfa de les ocasiones de un conocimiento minimo de la problemética y de la temética juridica de los derechos que no pertenccen a nuestra érbita romano-germana, Lo anterior no sélo es grave en tanto que coloca @ uestro jutista en una situacién de notoria desventaja frente a otros profesionales extranjeros, sino que les priva de esa visidn de conjunto que es hoy en dia tan im- portante no s6lo para conocer el A.B.C. de otros sistemas juridicos, pues elo a través 760 del Derecho Comparado, aunque sea en forma por demas somera, se logra que el profesionista adquiera el sentido de Ja relatividad que se deriva del conocimiento del verdadero medio ambiente en el que vive y convive nuestro derecho, En este sentido el estudio y conocimiento de esta disciplina es tan importante —al menos en sus lineas generales— desde el punto de vista del criterio espacial, coma Jo es Ia historia juridica bajo Ja visual de lo cronolésico, En verdad, no dcheria eon eebirse jurista alguno que en nuestro tiempo no supiece localizar en un mapa de muestro planeta a grandes rasgos cuando menos, los grandes sistemas juridicos en los que se distribuye el mundo. La obra que comentamos, es una buena introduccién en cl apuntado sentido cuando menos, en el campo de esos dos sistemas juridicos, mismos que al fin y al cabo son los predominantes en el mundo de occidente. Es verdad que el libro carece de referencias bibliograficas y explicativas a pesat de contener a manera de apéndice un elenco de obras cuya lectura recomienda el autor en torno a diversos tépicos de lo tratado, es verdad también que el nivel de la diser- tacién y de las comparaciones sélo pocas veces alcanzan profundidad, mas es preciso aceptar que a menudo estas caracteristicas corresponden més a un mérito que a una omisién, especificamente, dadas las carencias y necesidades que un libro de verdadera divulgacién puede contribuir a satisfacer en un momento y en un medio determinades. En el primer capitulo se explica que Jas Tres Tradiciones juridicas que han con- formado al mundo contemporéneo son derecho civil en tanto sistema, derecho anglo- sajén y derecho socialista, Afirma el autor que el libro verearé del ms antiguo, del mas difundido y del que mayor influencia ha tenido entre todos ellos: de la tradicién del derecho civil o escrito. Hemos de considerar que si se han dejado a un Indo los derechos orientales y el derecho de tradicién islémica 9 musulmana, ha de entenderse que el autor consideré que su influencia ha sido y es en realidad poco operante y poco definitiva sobre nues- tra realided occidental entendids de un modo actual, ‘ Contimta ¢l autor sefialando que una tradicién juridica, como ef término Jo indica, ha de verse como “...un conjunto de actitudes profundamente arraigadas y condicio- nadas histéricamente acerca de In naturaleza de Ia ley, acerca de Ia funcién del derecho en Ia sociedad y en Ia forma de gobiemno, acerca de la organizacién y opera- cién apropiadas de un sistema juridico y acerca del modo como el derecho debe erearse, aplicarse, estudiarse, perfeccionarse y ensefiarse...” Se concluye el capitulo con esta clara indicacién “...El propésita de este libro es decir algo inteligible para el lector general culto acerce de In més antigua, mis difundida y més influsente tradicién de todas, la del derecho civ En el capitulo siguiente —el I— sostiene el autor que el sistema por el Namado de derecho civil se ha formado a través de tres importantes factores que son el Derecho Civil Romano, el Derecho Canénico y el Derecho Mercantil, Pot mis que tal postura se acerca er mucho a la realidad histérica, no debemos pasar por alto la importancia de los derechos germanos que no sélo a través del eanénico y del meveantil, sino a través de un campo mucho més vasto, comienzan a incidir en los nuevos derechos europeas desde la mas temprana Edad Media. A este propésito recuérdese silo a ma. nera de ilustracién cémo el derecho del centro y especialmente del norte de Francia fue Hamado de Les Coutumes para diferenciarle de aquel otro que surgide en el me- Giodia de Ia misma Francia, descendia mucho mis del romano, En el sistema de les coutasnes. en el derecho suizo ¢ incluso, aunque en menor medida. en el que ya po- Resefias 761 demos conocer en el Fucto Juzgo de los primeros visigodos © hispano-romanos, a presencia de las costumbires germanas es por demas patente y no sélo en el terreno del Derecho Procesal ino en el de le Familia y en el Derecho Pablico mismo. Sostiene Merryman —pag, 22— “El Derecho Civil sigue siendo el derecho funda- mental para Ja mayorfa de los civilistas. De alli se deriva un problema de terminologia. Los abogados del derecho comin anglosajén usan el término derecho civil para refe- tirse al sistema juridico total de las naciones que caen dentro de la tradicién del derecho escrito (civil). Pero la terminologia legal de loz ahogudos que caen dentro de esta jurisdiceién usa el término derecho civil para referivse a Ja parte civil del sistema legal ya descrito, El problema lo resolveremos en este libro usando el término ‘derecho civil romano’ para referirnos a esta parte del derecho”. ‘Ya en otra ocasién, pero en esta misma Revista de la Facultad de Derecho ~Ver el uiimero dedicado al Congreso Interamericano de Derecho Romano o sea el 89-90 en a ponencia que hemos sostenido “Contribucién de Roma a la Formacién de los Con- ceptos Juridicos Fundamentales— hemos sostenido que en el fondo de Ia expresion “derecho civil” se agita un problema de caracter seméntico, pues mientras que para Jos romanos la vor “ius civile”, cargada, por cierto de emotividad —se roferia al derecho interno, es decir at derecho propio de la civitas y por tanto de los cives—, nuestra actual manera de significar 0 entender 4 toda esa poreién del derecho que sélo excluye al externo, es empleando el té:mino de Derecho Interno, No deja de ser inte- resante volver a encontrar el mismo asuinta shora hajo otro punto de vista que ¢s por cierto cl de los juristas del sittema inglés que proceden a este respecto repitiendo en huena medida In actitud de los romanos cuando se refieren a nosotros. Sélo incidentalmente se refiere el autor al Derecho Canénico, pues sion este capitulo Io toma muy en consideranién como componente indiscutido de nuestro sis tems de derecho, casi mo mnelve a onparce de él. No deja de ser um tanto desconsola- dor este olsido, jes al menos en algunos acpectos —Proceso, Familia, Posesién, Heren- clas, la presencia de ese derecho ilumina mas el sentido de nuestra tradicién juridica, La principal tesis de Merryman en el expitule IIT es en el sentido de que "... el derecho publico en las naciones de derecho civil contemporgnea es en gran parte el producto de una revelucién que tuve lugar en Oceidente,.. en 1776", La aveveracién €s exacta. no obstante, es conveniente no exagerar por inercia como desde el pasado suele hacerse, respecto a ciertos movimientos que surlen desumbrarnos. Es recomen- dable de vez en vz someter nuestras afirmuciones a cierto examen eritice, En cl aso que nos ecupa, no ba de olvidarse que nociones como la de coberania, repiblica —es- pecialmente en [talin— i yenian elaborando de siglos anteriores. Uno de los temas que de modo més interesante aborda el autor ex el que desarrolla en el Capitulo V que titula Cédigos y Colificacién. Con muy buen tine explicase que el volumen de Ja legislacién y de antoridad legislativa no son critcrios ftiles para dis. tinguir los sistemas de derecho civil de los sistemas de derecho comin anglosajén. jades ciudadanas, Jimitaciones al poder polities, otc. <¢ Se agrega después que tampoco es un criterio vélido para distinguislos Ia. existen- cia de eso que se Hama eédigo. En efecto California tiene abundantes cédigos, més que otras naciones que pertenecen al sistema de derecho civil, sin embargo, no perte- nece a este grupo. Trata en seguida el autor de explicar of sentido con el que ¢! emperador Justiniano expidié su compilacién en el siglo VI de nuestra era a fin de entender la verdadera ideologia que se encuentra presente en el sistema de derecho ccerito. esta ideologis se

You might also like