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jViva el bajo pueblo! LA PLEBE URBANA DE BUENOS AIRES Y LA POLITICA ENTRE LA REVOLUCION DE MAYO Y EL ROSISMO Gabriel Di Meglio rometeo? iF ib ro % DiMeglo, Gabrie! \Vivaelhajo pueblo! : I plebe urbana de Buenos Aires y la politica entre ls revelucion de mayo yelrosismo - La ed. - Buenos Aires Prometeo bros, 2007. 365 p.; 21x em, ISBN 987-574-103-5 1, Historia Politica Argentina. 1. Tilo cDD 320.982 ‘©De esta edicion, Prometeo Libros, 2007 Pringles 522 (C11183AEJ),Cludad de Buenos Aires, Argentina, Tel: (54-11) 4862.6704 / Fax: (54-11) 4864-3297 Info@prometeolibros.com www prometeseditorial.com Diseio y Diagramacion: R&S ISBN: 987-574-103-5 Hecho el depesito que marca la Ley 11.723 Prohibida su teproduccidn total o parcial Derechos reservados || sae . oreazon, 1497 Indice Agradecimientos u Btlned ceca acearaneaantnscat Capitulo Lcludad ylaplebe 2 Capitulo Trl ie SE SSN sme politica plebeya (1806-1811) 7 Capinulo mt “Nuestro sistema’ politica y guerra (1812-1818) 223 Capitulo IV iculotes despiadados”: el verano de 1819 y los conflictos FE iranian anaaiaiaaeaaonnlal Capitulo *Muera el mal gobierno”: la plebe ante el orden (1821-1823) 221 Capitulo VI *Vivael bajo pueblo" los aos del partido popular (1823-1830) 255 Conclusion 309 Apéndice si Fuenues y bibliografia : ot || sae A mis viejo, Cristina y Rafael || sae Agradecimientos Como suele ocurrir, este libro tuvo un proceso de gestacién muy Lar go. Comenz6 con una investigacien estudiantil en la carrera de Historia de la Universidad de Buenos Aires que devino tesis de licenciatura y que mas tarde fue considerablemente ampliada y profundizada, convintién dose en tesis de doctorado en le misma universidad. El libro es una adapiacién de esa tesis. En estos afios mucha gente fue fundamental para que estas paginas pudieran escribirse. Recién cuando empecé a pensar las lineas de agradecimiento tomé conciencia de cudntas personas apor- taron de diverso modo en ese proceso y hasta donde es cierto que el solitario trabajo del historiador no es tal sino que tiene un componente colectivo decisive Mi primer agradecimiento es para Noemi Goldman, quien fue mi di: rectora de tesis, mi jela de catedra y directora de becas a lo largo de una Aécala, Doy gracias su constante estimulo intelectual, sus recomenda: ciones, sus atentas lecturas y su paciencia hacia mi desorden, El segundo «5 para Raul Carioli con haberse entusiastado por la publicacidn de este libro y haber tolerade sin ningiin problema mis atrases, La investigacion que aqui se presenta pudo realizatse gracias @ una beca de formacién de posgrado del Conicet y también @ mi participacion en proyectos UBACYT. Mi sede de trabajo ha sido el Instituro de Historia Argentina y Americana «Dr. Emilio Ravignani», de la Facultad de Filoso- fia y Letras, UBA. Quiero agradecer a sus integrantes: 2 Susana Yazbek y Fabiana Arbia por el permanente buen clima, y a los bibliotecarios Mar- celina Jarma, Margarita Sampictro y especialmente Abel Roth, porsu ayuda inestimable. Agradezco también a los trabajadores del Archivo General de la Nacion (en particular a Fabian Alonso), la Academia Nacional de la Historla,el Museo Mise y el Archivo Historico de la Provineia de Buenos Aires. La colaboracién en el relevamiento documental de Miranda Cassino y, principalmente, de Selva Ciotti, fue esencial para completar el corpus de fuentes de Ia investigacién. Asimismo, el aporte de Daniel Santilli fue sustancial para el anilisis de los censos que se abordan en el primer Gaon Dr Meu capitulo del libro; agradezeo su paciencia y predisposicion para guiar mis primeros pasos en las complejidades de la demografia historica Hay ocho personas @ les que quiero hacer un agradecimiento especial 4 Fabio Wasserman, quien fue mi «gufax en los primeros pasos en el mundo académico y siempre me transmitié un admirable optimismo, a Carlos Cansanello, cuyos consejos fueron muy importantes para iniciar este camino, a Retl Fradkin y Jorge Gelman, que con sus sugerencias y fuerte esiimulo fueron ericiales en el tltimo tramo del trabajo, a Hilda Sabato y Marcela Ternavasio por sus entusiastas y agudas observaciones a lo largo de los aftos, 2 José Carlos Chizramonte, quien con sus opiniones me obligé siempre a hacer un prevechoso replanteo de los problemas, y a la memoria de Enrique Tandeter, cuyos comentarios en la etapa final de mi investigacién fueron fandamentales. Otro aporte clave fue el de quienes leyeron partes de la tesis o del libra y me brindaron observaciones de gran provecho para modificar distintos aspectos o advirtiendo cosas interesantes en las que yo no habia reparado, Agradezco por ello a Laura Cutrers, Judith Farberman, Juan Pablo Fasano, Flavia Macias, Julian Giglio, Ana Wilde y Marisa Balda- sarre (cuya ayude fue ademas importante mientras «sufriamosy la redac- cién simulténea de nuestras respectivas tesis) En espacios institacionales como seminarios y jomadas, pero tam bien en charlas de pasillo 0 en mesas de café, amigos y colegas -0 ambas cosas a la vez— contribuyeron con sugerentes comentarios, ctiticas pro- ductivas y recomendaciones de fuentes y bibliografia, Quiero agradecer por ello « Roy Hora, Nora Souto, Luis Alberto Romero, Silvia Raito, Klaus Gallo, Gustavo Paz, Maria Elena Barral, Roberto Di Stefano, Juan Carlos Garavaglia, Roberto Schmit, Julio Djenderdjian, Nicolas Kwiatkowski, Omar Acha, Inés Rojkind, Fabian Herrero, Valentina Ayrolo, Javier Trim boli, José Emilio Buructia, Ezequiel Abasolo, Gabriela Martinez Doug. nac, jorge Myers, Alejandra Irigoin, Marisa Pineau, Maria Eugenia Nés- polo, Maria Inés Shroeder, Alejandro Rico, Fernando Boro, Ariel de la Fuente y Juan José Santos. La carrera de Historia genera grandes amistades surgidas en cientos de horas dedicadas a preparar finales kilométricos, a consumir litros de calé, mate y otras bebidas, a bailar 0 a discutir apasionadamente sobre los ma variados asuntos. Mi grupo de la facultad fue fundamental para el desa rrollo de esta investigacién, ayudindome con los documentos, leyendo partes, haciendo comentarios importantes © simplemente alentende, Por 50 expreso mi agradecimiento a Gustavo Alvatez, Pablo Palomino, Maria- na Pérez, Marina Franco, Leandro Castagnari, Silvina Silva Aras, Monica || see 2 oreazon, 1497 {Viva el bajo pucble! Corominas, Maria Paula Gonzélez, Ricardo Watson y Lucas Rentero. 4 estos dos tiltimos, mis compafieros “eternautas”, les agradezco particular mente su paciencia Un agradecimiento especial es para Natalia Pineau, con quien com parti todos los aftos de investigacién y tedaccién, Sin su permanente ayuda, sus opiniones y su paciencia dudo que este trabajo hubiese llega: do a buen puerto. Por ultimo, tambien mi familia fue importante en este proceso, Por eso va mi agradecimiento total a mis padres Cristina y Rafael y a mis hermanas Valeria y Marina. Espero que a todos les guste el libro que ayudaron a construir. || sae Introduccién E125 de mayo de 1979 las escuelas de la Capital Federal realizaron ~ come todos los atos~ el acto conmemorativo de la Revolucién de 1810. Ese dia, en un colegio pablico del barrio de Colegiales, un grupo de alumnos de primer grado hizo su debut en acontecimientos de ese tipo, interpretando a un grupo de personajes de la Buenos Aires colonial, Un negrto que vendia velas, una mazamorrera, un sereno, un vendedor de plumeros y alguno que otro mas bailsron en el escenario una suere de candombe para festejar que se acababa de producir la destitucién del Ultimo virrey del Rio de la Plata. La pobre tentativa actoral fue saludada con aplausos por docentes, madres y padres con la usual indulgencia con que se suele juzgar el accionar de los nifios. Uno de ellos, e! que represento el papel del negrito vendedor de velas con un convincente color otorgado por un abundante uso de corcho quemado sobre la cara~ es ahora el autor de este libro, quien en ese momento ni sospechaba, come es logico, que algiin dia iba a ser historiador y se ibaa interesar en cémo el negrto, la mazamorrera, el sereno y les otros vendedores ambu. lantes participaron en el proceso politico al que aquella jornada de mayo dio comienzo. {Tan sélo festejaron lo que otros habian hecho, como se presentaba en el acto de la escuela, o jugaron un papel mas activo, inclu so decisivo para entender un periodo crucial en la conformacién de la Argentina? Ese es precisamente el objetivo de este libro: analizar en las dos decadas que siguen a la Revolucion de Mayo la relacion con la pol tiea de aquellos que ocupaban ta franja inferior de la piramide social de la ciudad de Buenos Aires, la plebe urbana Li iniencion del andlisis es mostrar que el papel de Ia plebe en la politica entre 1810 y 1830 fue muy destacado y que ese grupo no fue una caja de resonancia de las decisiones y acciones de la elite portena sino que también coniribuyo a delinear ef destino de Buenos Aires. Es mas, no es posible comprender la politica portena de la época si no se atlende 4 la participacion plebeya. El libro reconstruye cémo experimentaron los plebeyos la irrupcién de la puja politica, la guerra, y la aparicién de nuevos fundamentos de gobierno. Para ello se exploran las diversas for Gaon Dr Meu mas de participacion plebeya, como la intervencién en las disputas entre las facciones revolucionarias, la presencia masiva en manifestaciones publicas, la propagacién de rumores, la circulacién de ideas, periddicos, pasquines y canciones patridticas en calles, mereados, plazas y pulperias, la realizacion de motines liderados pot plebeyos en el ejéreito y la mil: cia, Se observan también la fuerte identificacién de la plebe con la patria, la iniransigencia mostrada hacia sus enemigos, la construccion de lide razgos populares y la existencia de una conflictividad social al interior de la vida politica El desarrollo de la narcacién es cronoldgico y se estructura en el vin- culo entre la plebe y la elite politica de Buenos Aires, las acciones y reacciones de una y de otra. Se presta atencién también a la presencia de Ia elite econémica y los sectores medics de la sociedad portefa, asi como al papel fundamental del espacio urbano como transmisor de tradiciones y novedades Asi, el libro relata un proceso que ya ha sido abordado desde otras épticas en muchas ocasiones, pero esta vez el ee esta puesto en la actuacion de la plebe en él Piche es una definisign en cierta medida arbitraria ~come lo son siem: pre las definiciones~ que engloba a todos los que compartian una posi- cion subaltemna en la sociedad por su color, su ocupacién, su falta de ‘respetabilidad” -el titulo donfdona hasta que se democratizé, como ex- plicaremos mas adelante-, su pobreza material, su situacion de depen: dencia, su imposibilidad de acceso a las areas de decisién politica, su analfabetismo, los espacios residenciales, los lugates de sociabilided, la inestabilidad laboral. la movilidad espacial frecuente. y en muchos casos la imposibilidad de formar un hogar, Estas caracteristicas uaian a indivi- duos muy diversos y también a los esclavos, a quienes aqui consideramos come parte de la plebe, més allé de la fundamental diferencia con el resto por la falta de libertad. Casi la totalidad de los no considerados blancos ~negros, pardes, trigueios eran parte de ls plebe, pero también habia muchos blances en ella. Aquellos que se dedicaban a tareas sin calificacién eran asimismo principalmente plebeyos. incluyendo a los artesanos pobres y a la gran mayoria de los oficiales y aprendices de las artesanias. Los que no tenian una ocupacion y se ganaban la vida como podian, los mendigos y los pobres que vivian de la caridad y la limosna ~ salvo una pequefa porcién- eran miembros de la plebe. Una buena par te de aquellos que vivian en casas de otros eran plebeyos, asi como la mayor parte de los que residian en convents. Ahora bien, la poblacién que se encontraba en esta situacién, la parte mas baja de la sociedad portena, era un grupo sumamente heterogeneo, 6 || see 6 oreazon, 1497 {Viva el bajo pucble! multiocupacional y multiétnico, ¢ internamente jerarquizado (un artesa no pobre y un mendigo sin duda no se pensaban como parte de un mismo conjunto social). Las mujeres estaban mayoritariamente subordi nadas @ sus padres y maridos. Nadie en este conjunto -9 s6lo unos pocos con el correr del tiempo- se identificaba como pane de él, Cémo estu- diar entonces a este conglomerado, cue segin un historiador solo era coherente para la elite que lo agiurinaba con les términos plebe y a veces chusma, populacho, vulgo 0 bajo pueblo? ! Tomando precitamente esa unifi cacién que se hacia “desde arnba” pero otorgandole otro sentido. Aqui se «ligid utilizar el termino plebe, empleado por la lite, por ser el que mejor se ajusta a los requerimientos de la investigacién. Otros vocsblos han sido utilizados por la historiografia para referirse al mismo grupo social: sectores populares, clase obrera, cases populares, clase baja, capas populares, po- pulacho, multiud, pueblo, clases trabajadoras, grupos subalternos, mases. La vaguedad de nociones como masas, capas 0 multitudes poco itil para un andlisis, lo que es extensible a la muy utilizada pueblo, particularmente confusa dada su polisemia en el lenguaje politico hispano de la época Gencralmente se utilisabs para significar « “toda la sociedad” y a la vez era empleado para nombrar a una ciudad como un cuerpo politico sobe- rano de los que formaban la monarquia hispana. Por su parte, la nocion de clase y sus diferentes derivados son diffeiles de aplicer en una ciudad decimonénica preindustrial Si se interta la categorizaciOn mediante la clasificacién de los lugares de los habitantes de Buenos Aires en la estructura productiva no s¢ podria pasar de un analisis ocupacional, dada la gran variedad de relaciones de produccién coexistentes: asalariados, esclavos, vendedores cuentapropistas, artesa- nos. Es muy dificil defender que cada uno de estos pequefios grupos JL Romero. Latinoaménca, Las cudadks y ls ideos, Buenos Aires, Siglo XX, 1986, p 140 (1% ed. 1075) Ademsedecia que "nadie sabia qn era quién en loeseetores medioe populares” p. 139. Deni del marxismo la dlicltad la planted Georg Lukses: “la relacion de la conscien- «ia declase conta istoriaes completamente dstints en los tiempos pre-captalistas de lo que esen el captalismo. Fues en aquellos las casesno pueden identificarse mas que por mnediodelainterpretaion dela historia por obre del matetalismo historico, prtiendo de la realidad histéricainmediatamente dada, mientras queen e captalismo las clases son la realidad histerica mista inmediaamente dada” (bastadilas originales). En Lukes, Histora-yconsciencia de clas, Barcelona, Grijalbo, 1969, p. 63. Elargumento fue reto- mado por E. Hobsbawm, ‘Notas sobre laconciencit de case”, en Hobsbawm, El mundo

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