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Campus: Tegucigalpa
Asignatura: Redacción: EOE-1615
Catedrático: Lic. Luz Virginia Bueno
No. De cuenta: 201810060244
Alumna: Sandra Elizabeth Lanza B.
Tarea: Análisis del poema Lo esencial
del Autor Alfonso Guillen
Zelaya
ÍNDICE
Página
I. Introducción……………………..…………..…. 3
III. Conclusión…………………………….……...… 13
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LA COMUNICACIÓN
I. INTRODUCCIÓN
El presente trabajo tiene como propósito destacar lo magnifica que es esta obra poética escrita por el
Poeta, Escritor y Periodista Hondureño Alfonso Guillén Zelaya, considerado uno de los mejores poetas
de la historia de Honduras y el que más se destacó por su auténtica, singular y profunda manera de
expresar sus sentimientos y pensamientos a través de la poesía. Este Poeta nació en la ciudad de
Juticalpa, Olancho el 27 de junio de 1887 y murió en la ciudad de México el 4 de Septiembre de 1947.
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LA COMUNICACIÓN
II. OBJETIVOS
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LA COMUNICACIÓN
III. CONTENIDO
Lo esencial no está en ser poeta, ni artista ni filósofo. Lo esencial es que cada uno tenga
la dignidad de su trabajo, la conciencia de su trabajo.
Dentro de los sagrados números de la naturaleza, ninguna labor bien hecha vale menos,
ninguna vale más. Todos representamos fuerzas capaces de crear. Todos somos algo
necesario y valioso en la marcha del mundo, desde el momento en que entramos a librar
la batalla del porvenir.
El que construye la torre y el que construye la cabaña; el que siembra ideas y el que
siembra trigo; el que teje los mantos imperiales y el que cose el traje humilde del obrero,
el que fabrica la sandalia de sedas imponderables y el que fabrica la ruda suela que
protege en la heredad el pie del jornalero, son elementos de progreso, factores de
superación, expresiones fecundas y honrosas del trabajo.
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LA COMUNICACIÓN
El que siembra el grano que sustenta nuestro cuerpo, vale tanto como el que siembra la
semilla que nutre nuestro espíritu. Ambos son sembradores, y en la labor de ambos va
in vivito algo trascendental, noble y humano: dilatar y engrandecer la vida.
Tallar una estatua, pulir una joya, aprisionar un ritmo, animar un lienzo, son cosas
admirables. Tener un hijo y luego cultivarlo y amarle, enseñándole a desnudarse el
corazón y a vivir a tono con la armonía del mundo, es también algo magnífico y eterno.
Tiene toda la eternidad que es dable conquistar al hombre, cualquiera que sea su
capacidad.
Nadie envidie a nadie, que ninguno podrá regalarle el don ajeno. Lo único necesario es
batallar porque las condiciones del mundo sean propicias a todos nuestros semejantes y
a nosotros mismos para hacer que florezca y fructifique cuanto hay en ellos y en
nosotros.
La envidia es una carcoma de las maderas podridas, nunca de los árboles lozanos.
Ensanche y eleve cada uno lo suyo, defendiéndose y luche contra la injusticia
predominante, en la batalla están la satisfacción y la victoria.
No tenemos derecho a sentirnos abatidos por lo que somos. Abatirse es perecer, dejar
que la maldad nos arrastre impune al desprecio, a la miseria y a la muerte. Necesitamos
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vivir en pie de lucha, sin desfallecimientos ni cobardías. Ese es nuestro deber y esa es
la mayor gloria del hombre.
Preguntas
-Haga un cuadro sinóptico del tema
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comprender.
Deseos del Autor 2.-Que reflexionemos internamente
trabajo.
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Dentro de los sagrados números de la naturaleza, ninguna labor bien hecha vale menos, ni una
vale más. Todos representamos fuerzas capaces de crear. somos algo necesario y valioso en la
marcha del mundo, desde el momento en que entramos a librar la batalla del porvenir.
El que construye la torre y la cabaña; el que siembra ideas y el trigo; el que teje los mantos
imperiales y el que cose el traje humilde del obrero, el que fabrica la sandalia de sedas
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Imponderables y el que fabrica la ruda suela que protege el pie del jornalero, son elementos de
progreso, factores de superación, expresiones fecundas y honrosas del trabajo.
Dentro de la justicia no pueden existir aristocracias del trabajo. Dentro de la acción laboriosa
todos estamos nivelados por esa fuerza reguladora de la vida que reparte los dones e impulsa
actividades. Solamente la organización inicua del mundo estanca y provoca el fracaso transitorio
del esfuerzo humano.
El que siembra el grano que sustenta nuestro cuerpo, vale tanto como el que siembra la semilla
que nutre nuestro espíritu. Ambos son sembradores, y en la labor de ambos va algo
trascendental, noble y humano: dilatar y agrandar la vida.
Tallar una estatua, pulir una joya, aprisionar un ritmo, animar un lienzo, son cosas admirables.
Tener un hijo cultivarlo y amarle, enseñándole a desnudarse el corazón y a vivir a tono con la
armonía del mundo, es también algo magnífico y eterno. Tiene toda la eternidad que es dable
conquistar al hombre, cualquiera que sea su capacidad.
Nadie envidie a nadie, que ninguno podrá regalarle el don ajeno. Lo único necesario es batallar
porque las condiciones del mundo sean propicias a todos nuestros semejantes y a nosotros
mismos para hacer que florezca y fructifique cuanto hay en ellos y en nosotros.
La envidia es una carcoma de las maderas podridas, nunca de los árboles lozanos. Ensanche y
eleve cada uno lo suyo, defendiéndose y luche contra la injusticia predominante, en la batalla
están la satisfacción y la victoria.
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Lo triste, lo malo, lo criminal es el enjuto del alma, el parásito, el incapaz de admirar y querer, el
inmodesto, el necio, el tonto, el que nunca ha hecho nada y niega todo, el que obstinado y torpe
cierra a la vida y caminos; pero el que trabaja, el que gana su pan y nutre con su esfuerzo su
alegría y la de los suyos, el noble, el bueno, para esa clase de hombre tarde o temprano dirá su
palabra de justicia el porvenir.
No tenemos derecho a sentirnos abatidos por lo que somos. Abatirse es perecer, dejar que la
maldad nos arrastre impune al desprecio, a la miseria y a la muerte. Necesitamos vivir en pie de
lucha, sin desfallecimientos ni cobardías. Ese es nuestro deber y esa es la mayor gloria del
hombre.
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IV. CONCLUSION
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Para concluir con este trabajo Guillén Zelaya uso párrafos y oraciones breves. Mediante este
estilo de escritura se puede afirmar que la lectura de su obra será más fácil de comprender, pero,
no por eso, que tenga menos carácter significativo. Con este estilo consigue que el lector tenga
una comprensión más rápida y definida sobre lo que en realidad quiere dar a entender en su obra.
Consigue que su obra pueda ser comprensible para personas que no tengan un nivel alto de
expresión y comprensión lingüística, y que están acostumbrados a una expresión lingüística
coloquial y más sencilla. En síntesis, la forma en que su obra está escrita hace que sea más fácil
de comprender para todo el público en general.
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V. FUENTES BIBLIOGRAFICAS
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