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CONTENCIOSO ADMINISTRATIVA.-
I.- DE LA PROVISORIEDAD
Si hay una expresión que para los que se han dedicado al Derecho
Administrativo en los últimos 40 años ha sido repetitiva, es la indicada en
diversos cuerpos normativos referida a la transitoriedad de las normas que
habrían de regir la materia, indicada en la siguiente frase: “mientras se dicta la
ley que organice la jurisdicción contencioso –administrativa”, contenida en la
Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia.
1
Profesor de pre y postgrado en la Universidad Central de Venezuela
1
mención a los reclamos por servicios públicos como posibilidad del particular
frente al prestador del servicio, aún cuando dicha mención resultaba quizás
innecesaria, toda vez que el reclamo que puede hacer el usuario del servicio
público frente al prestador, resulta de una posibilidad intrínseca derivada de la
propia naturaleza del contenido de la actividad.
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Gaceta Oficial Extraordinaria No. 1.893 del 30 de julio de 1976
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Artículo 181 de la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia: Mientras se dicta la Ley que organice la
jurisdicción contencioso-administrativa, los Tribunales Superiores que tengan atribuida competencia en
lo Civil, conocerán, en primera instancia en sus respectivas circunscripciones, de las acciones o recursos
de nulidad contra los actos administrativos de efectos generales o particulares, emanados de
autoridades estadales o municipales de su jurisdicción, sin son impugnados por razones de ilegalidad.
Cuando la acción o el recurso se funde en razones de inconstitucionalidad, el Tribunal declinará su
competencia en la Corte Suprema de Justicia.
2
Esa provisoriedad de la ley, en cuanto se refiere a la asignación de
competencia a los juzgados superiores civiles mutó en la creación de tribunales
superiores contencioso administrativos con competencia única y exclusiva en la
materia, mientras que en otros casos se trataba de tribunales promiscuos que
conocían de la materia civil ordinaria y otras materias de competencia como
tribunales de segunda instancia, con el agregado de la materia contencioso
administrativa en primera instancia, que con el tiempo la pauta ha sido la
separación de la materia contencioso administrativa en tribunales
especializados y exclusivos para su atención.
En la tramitación de dichos juicios los Tribunales Superiores aplicarán en sus casos, las normas
establecidas en las Secciones Segunda, Tercera y Cuarta del Capítulo II, Título V, de esta Ley.
Contra las decisiones dictadas con arreglo a este artículo, podrá interponerse apelación dentro del
término de cinco días, para ante la Corte Primera de lo Contencioso-Administrativo a que se refiere el
artículo 184 de esta Ley.
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Gaceta Oficial de la República de Venezuela Extraordinaria No. 1428 del 04 de septiembre de 1970,
reformada según publicación de la Gaceta Oficial 1.746 del 23 de mayo de 1975
3
Nacional, Servicio Exterior, Poder Judicial, Ministerio Público, Consejo Nacional
Electoral, personal de Universidades Nacionales y FFAA y cuerpos de
seguridad del Estado).
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normativa, al igual que la Ley Nacional, la exigencia del agotamiento de las
gestiones conciliatorias o juntas de avenimiento, o la situación que podía
presentarse en cuanto a las prohibiciones e incompatibilidades con respecto a
funcionarios estadales o municipales, cuando sus propias normas nada referían
al respecto; o peor aún, en aquellos casos en que existía ausencia de
normativa propia (lo cual era una situación generalizada), como podían
aplicarse prohibiciones, limitaciones o incluso cargas o sanciones por vía
analógica o supletoria.
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La entrada en vigencia de la Constitución de 1999, trajo un importante
cambio en la redacción del artículo referido a la carrera administrativa,
ubicándolo en el Título del Poder Público, Capítulo I de las Disposiciones
generales, sección tercera “de la Función Pública”, en cuyo artículo 144 indica
textualmente:
5
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela No. 37.482 de fecha 11 de julio de 2002,
reimpresa por “error material” en fecha 6 de septiembre de 2002, publicada en Gaceta Oficial 37.522
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jerarcas individualmente considerado, no serán aplicables a los estados y
municipios.
2.- Por otro lado, quienes sostienen que dicha unificación tiene su
soporte incluso en la Constitución, mal podría pretenderse que exista alguna
violación a la autonomía, por cuanto, dicha autonomía no es absoluta, sino
tiene sus propios límites contenidos en la norma que otorga la autonomía.
Siendo ello así, conforme el mandato constitucional tanto de la autonomía
como de la regulación de la función pública, permite la regulación en un mismo
cuerpo normativo, de todo lo relacionado a la función pública, tanto en el
ámbito nacional, como en el estadal y municipal.
“En este sentido, observa la Sala que ciertamente, el mero contraste del texto
de los artículos 144 y 147 de la Constitución de 1999 respecto de las normas
de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal objeto de la pretensión de
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nulidad, hace afirmar a esta Sala, de manera presuntiva y sin que ello merme
el análisis de constitucionalidad que deberá realizarse durante el debate
judicial, la existencia de una dicotomía normativa que sustenta
suficientemente la presunción de buen derecho.
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En consecuencia, considera la Sala que, por cuanto podría haber dicotomía
entre la regulación de las normas fundamentales señaladas y las normas
legales que se impugnaron, se cumple con el requisito de la presunción del
derecho reclamado en este caso. Así se decide.
Por tanto, considera la Sala que se cumplen los dos requisitos que
concurrentemente se exigen para que se acuerde la medida de suspensión de
efectos de las normas que se impugnaron, a cuyo favor abona también la
ponderación de los intereses generales en juego, los cuales se verán
ciertamente más favorecidos con la suspensión de dichos preceptos, pues ello
propenderá al mantenimiento del status quo y a la preservación de la
seguridad jurídica. Así se declara.
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relación de empleo público, independientemente de su fuente o regulación,
habría de corresponder a la querella funcionarial.
Por otro lado, el mismo artículo 93, continúa con situaciones en las que
particularmente su trámite procesal corresponde a las querellas, tales como:
“El dispositivo legal trascrito ut supra, nos precisa de forma clara que la
controversia corresponde a los tribunales competentes en materia
contencioso administrativo funcionarial, conocerlas y decidirlas por ser
formuladas por los funcionarios o funcionarias públicos[as] cuando
consideren que les ha sido lesionados sus derechos por actos o hechos de los
órganos o entes de la Administración Pública, y que las controversias se
iniciarán a través del recurso contencioso administrativo funcionarial, como
se desprende de la querella, la relación es de tipo funcionarial, ya que de la
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misma se evidencia que la controversia se deriva de derechos que reclama un
funcionario público bajo dependencia del Instituto Autónomo de Policía
adscrito a la Gobernación del estado Falcón.
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tal como sucede en el caso de funcionarios militares, o de personal de órganos
excluidos por la Ley y que no han sido incluidos en el mismo proceso y
competencia jurisprudencialmente, tal como ha sucedido con el personal de
servicio exterior.
3.- Ante la ausencia de acto administrativo y sin que se trate de una vía
de hecho o situación similar, el elemento que determinará la competencia
territorial es la sede del organismo o ente. Como ejemplo podemos indicar las
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omisiones o abstenciones, la falta de pago oportuno de prestaciones sociales u
otras reclamaciones.
Cabe destacar que las referidas, son las únicas normas expresas
atributivas de competencia conforme a la ley; sin embargo, en su
interpretación, el Tribunal Supremo de Justicia, especialmente en cabeza de la
Sala Político Administrativa, ha ampliado el espectro de posibilidades, a los
cuales hemos tratado de hacer referencia en anterior trabajo6, el cual trata de
recoger la mayoría de los criterios que afectaban o se encontraban
involucrados con lo referido a la competencia en el contencioso funcionarial, y
que en el presente trabajo resumiremos; sin embargo, para la fecha de
elaboración del referido trabajo (octubre 2009), no teníamos referencia de una
decisión que aisladamente atribuyó competencia en razón de la cuantía en la
materia funcionarial7, el cual fue posteriormente ratificado en la sentencia
00018 del 13 de enero de 2010, expediente 2009-1031, dictada por la Sala
Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, en la cual, de manera
expresa, analizando los principios contenidos en la propia Ley del Estatuto de
la Función Pública, señala:
6
José Gregorio Silva Bocaney: “LA COMPETENCIA CONTENCIOSO FUNCIONARIAL A TRAVÉS DE LA
JURISPRUDENCIA”. Colección Cuadernos de Derecho Público No. 5, Fundación de Estudios de Derecho
Administrativo. Caracas 2010.
7
Sentencia de la sala Político administrativa del Tribunal Supremo de Justicia No. 1237 del 12 de agosto
de 2009
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de reclamaciones funcionariales ejercidas contra la referida
Administración Pública Municipal.” (resaltados propios).
“Ahora bien, esta Sala observa que en el presente caso el Juzgado Superior en
lo Civil y Contencioso Administrativo de la Región Norte se declaró
incompetente para conocer de la presente causa por considerar que su
cuantía excedía el límite de las diez mil unidades tributarias (10.000 U.T.) que
esta Sala ha regulado para el caso de las competencias atribuidas por vía
jurisprudencial a los Juzgados Superiores Contencioso Administrativos en
materia de demandas contra los Municipios, entre otras personas de Derecho
Público.
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“Era”, en tanto y cuanto la Ley del Estatuto de la Función Pública, atribuyó competencia a los jueces
superiores con competencia contencioso administrativo, mientras se dicte la ley que regule la
jurisdicción contencioso administrativa (disposición transitoria primera); y una vez dictada la ley
orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, mantiene la atribución de competencia, por lo
que sigue siendo y “es” competente a tales fines.
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Extraña la redacción, por cuanto pudiera darse a entender que si bien es
cierto, la competencia se encuentra aislada del criterio cuantía cuando en
materia funcionarial se trata, el hecho que una querella superara las 10.000
unidades tributarias, pudiera eventualmente modificar el criterio. En este hilo
argumentativo, la misma Sala, luego de exponer los criterios de atribución de
competencia, recogidas en las decisiones Marlon Rodríguez y Yes Card,
señaló:
Siendo ello así, esta Sala declara excepcionalmente competente para conocer
del caso en razón de la cuantía, en primera instancia, a las Cortes de lo
Contencioso Administrativo, de conformidad con la mencionada sentencia.
Por tanto, se ordena remitir el expediente a la Corte Primera de lo
Contencioso Administrativo. Así se establece.” (Resaltados propios).
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incompetentes de acuerdo a la cuantía que ahora recoge la Ley Orgánica de la
Jurisdicción Contencioso Administrativa.
Tal criterio ha sido acogido por la Sala Plena del Tribunal Supremo de
Justicia, en la sentencia anteriormente indicada No. 16 del 28 de junio de
2011, en la cual se decide la competencia para conocer de una reclamación de
un funcionario público ejercido contra la administración a la cual labora como
funcionario policial, en virtud de un accidente laboral o infortunio del trabajo, en
el cual resultó lesionado al colapsar una litera en la cual descansaba y aplastó
algunas vertebras. En virtud de la acción interpuesta, por ante el juzgado
contencioso regional, la representación del ente querellado solicitó la
declinatoria de competencia por ante los tribunales laborales, quienes a su vez
plantearon el conflicto negativo de competencia, por tratarse de un asunto
contencioso administrativo.
“Una vez asumida la competencia, esta Sala Plena pasa a determinar cuál es
la naturaleza del empleo entre el demandante y el demandado; de lo cual se
observa que en el presente caso se ha interpuesto demanda (querella) por
indemnización de daños y perjuicios, con ocasión del accidente de trabajo
sufrido por el ciudadano DENNY RAFAEL CASTRO MONTOLLA, quien se
encontraba en el Comando de las Fuerzas Armadas Policiales del estado
Falcón, en su condición de agente policial perteneciente al Instituto Autónomo
de Policía adscrito a la Gobernación de dicho estado, verificándose con ello
que el empleado tiene condición de funcionario, siendo su empleador un ente
de la administración pública (la Gobernación del estado Falcón), suficiente
condición para estimar que la relación de empleo no es ordinaria, y sus
características se encuentran bajo los supuestos de una relación
funcionarial, por lo que se entiende que la querella es de tal índole,
considerándose bajo los principios de la querella funcionarial.”
(resaltados propios)
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Por tratarse entonces de una relación funcionarial y teniendo que se
trata de una querella funcionarial, a lo cual la Sala determinó en consecuencia,
que resulta apropiada la aplicación de la Ley del Estatuto de la Función
Pública, reconociendo expresamente que serían los tribunales contenciosos
funcionariales los competentes para conocer de la acción; sin embargo, en su
posterior análisis y en razón del “juez natural”, acogiendo el criterio de la Sala
Político Administrativa, que anteriormente había tomado para sí la propia Sala
Plena, concluyó:
Esta Sala Plena, considera necesario acotar que, la resolución del caso
sub examine, se ventilará bajo la situación fáctica existente para el momento
o fecha en que se presentó el escrito libelar, toda vez que como es sabido se
encuentra vigente la Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso
Administrativa, publicada en Gaceta Oficial de la República Bolivariana de
Venezuela bajo el Nº 39.447 de fecha 16 de junio de 2010, empero, el presente
conflicto de competencia se resolverá de acuerdo a la normativa y a la
jurisprudencia imperante para la fecha, como se dijo, al momento de
presentación del libelo de la demanda, el cual data del 1° de octubre de 2007,
razón por la cual no le será aplicable la referida ley orgánica. Tal
razonamiento se justifica con base a la sentencia Nº 94, de fecha 29 de julio de
2009, publicada el 24 de septiembre de 2009, la cual ha dejado sentado que:
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cuya máxima expresión la encontramos en el artículo 3 del Código de
Procedimiento Civil, que dispone: ‘La jurisdicción y la competencia se
determinan conforme a la situación de hecho existente para el momento de la
presentación de la demanda, y no tienen efecto respecto de ellas los cambios
posteriores de dicha situación, salvo que la ley disponga otra cosa.’ Dicho
texto legal refleja que al competencia del Tribunal se determina con base en la
situación fáctica y normativa existente para el momento de interposición de la
demanda, sin que pueda alterarse durante el transcurso del proceso por
cambios sobrevenidos en las circunstancias de hecho o por modificaciones en
la legislación vigente (…)”.
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cual se ordena remitir las actuaciones, a los fines legales consiguientes. Así se
decide.”
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La redacción anterior llama a la confusión, en tanto y en cuanto, la
nulidad de actos administrativos de efectos particulares que se dicten en el
marco de una relación de empleo público, es una de las pretensiones que
pueden ser tramitadas a través de la querella funcionarial; sin embargo, al
concretarla de manera tan específica, dejaría por fuera al resto de las
pretensiones que pueden ser bastante amplias y que no derivan
necesariamente de un acto administrativo, tales como abstenciones u
omisiones, moobing, vías de hecho, reclamaciones pecuniarias, reconocimiento
de status, y una plétora de otras pretensiones, que igualmente deberían ser
conocidas por el órgano jurisdiccional a través de la querella.
Sin embargo, toda vez que la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia, sustituyó y derogó la Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, se
consideró en su oportunidad que se aplicaba en consecuencia, como fuente
9
Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela No. 37.942 del 19 de mayo de 2004.
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para determinar las causales de inadmisibilidad por remisión de la Ley del
Estatuto de la Función Pública.
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Artículo 128 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia.
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Estatuto de la Función Pública, que señala: En las materias no reguladas
expresamente en este Título, se aplicará supletoriamente el procedimiento breve
previsto en el Código de Procedimiento Civil, siempre que sus normas no resulten
incompatibles con lo dispuesto en esta ley”. La redacción de dicho artículo luce
un poco infortunado, toda vez que el procedimiento de la querella se encuentra
regulado en la Ley del Estatuto de la Función Pública, siendo que en todo caso,
a lo no regulado se aplicará las disposiciones sobre el punto que regula el
capítulo referido al procedimiento breve, más no se aplicará el procedimiento
en sí.
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Contencioso Administrativa, la regulación del juicio breve sigue siendo la
primera opción.
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que la perención implica la extinción del proceso, como carga que
sólo puede estar regulada de manera expresa en la ley que ha de
aplicarse por vía principal. Lejos de dársele el tratamiento de laguna,
ante la prohibición de aplicación de cargas y sanciones por vía
analógica o supletoria, debe considerarse que se trata de un punto
que el legislador consideró inaplicable al proceso de que se trata.
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tal sentido, ratificando lo que largamente se ha expresado, no puede ser
aplicado sino en razón de la normativa expresa que lo contenga, sin que sea
dable aplicarla supletoria o analógicamente. Así, toda vez que dicha institución
no se encuentra establecida en la Ley del Estatuto de la Función Pública, no
resulta aplicable en las querellas funcionariales, como tampoco lo es en
materia del contencioso general, al no establecerse en la Ley Orgánica de la
Jurisdicción Contencioso Administrativa.
Por lo tanto, considero que por cuanto la aplicación del criterio es sólo a
los fines del procedimiento a seguir; cuando se ejerce una acción por parte de
un funcionario público, contra cualesquiera de los órganos excluidos a que
hace referencia el parágrafo único del artículo 1 de la Ley del Estatuto de la
Función Pública, ha de admitirse la acción para posteriormente acordar seguir
el procedimiento que de conformidad con el artículo 31 de la Ley Orgánica de
la Jurisdicción Contencioso Administrativa, se considera más conveniente para
12
Sentencia No. 2263 dictada por la Sala Político Administrativo del Tribunal Supremo de Justicia, en
ponencia conjunta del 20 de diciembre de 2000, y reiterado en innumerables fallos
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la realización de la justicia.13 Así, no podría aseverarse que se trate per se dé
una querella funcionarial, sino de una acción general ejercida en el contencioso
administrativo, que independientemente del órgano que lo dicta, tiene cabida
en el supuesto previsto en el numeral 6 del artículo 25 de la Ley Orgánica de la
Jurisdicción Administrativa, y sólo en el auto de admisión, puede ordenarse la
remisión y seguimiento por el procedimiento previsto en la Ley del Estatuto de
la Función Pública, del que originalmente se encuentra excluido.
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Redactado de manera similar, encontramos el artículo 102 de la derogada Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia, siempre presente a partir de dicha mención expresa en nuestro ordenamiento que
rige la materia contencioso administrativa.
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Tal pronunciamiento ha sido categórico en materia funcionarial,
independientemente de la pretensión y el hecho que la motive; sin embargo, en
otros casos, acogiendo los principios generales sobre eficacia del acto
administrativo y las consecuencias sobre la defectuosa notificación, ha
indicado14 la misma Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia que:
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Entre otras, podemos observar la sentencia 1867 del 20 de octubre de 2006, expediente 06-1058
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Administrativo de la Región Capital (folio 26) no hizo mención expresa al
recurso que procedía en su contra, así como tampoco del lapso para su
interposición y el tribunal con competencia para el conocimiento de la
demanda. La consecuencia de tales omisiones en el acto de notificación, es la
que establece el artículo 74 de la Ley Orgánica de Procedimientos
Administrativos, cual es que la notificación es defectuosa y no produce ningún
efecto, razón por la cual, en el caso de autos, el lapso de caducidad de la
pretensión contenciosa funcionarial no comenzó su transcurso.”
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suceder en el juicio ordinario del Código de Procedimiento Civil, referido a las
cuestiones previas de falta de legitimidad, cualidad o interés, en aplicación del
principio pro actione, deben resolverse a través de una articulación probatoria,
siendo que en muchos casos resultaría subsanable el vicio. Así, dejarlo a la
decisión de fondo, impediría a la parte poder subsanar, afectando el derecho a
la defensa, en cuyo caso, la solución encuentra cabida en el artículo 40 de la
Ley Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, que no hace más
que calcar la regulación de “Otras Incidencias” que contrae los artículos 607 y
siguientes del Código de Procedimiento Civil. Así, dando cabida a dicha
incidencia, puede resolverse la situación planteada, permitiendo –en casos en
que las circunstancias lo permitan- subsanar alguna falla, permitiendo la
continuación del trámite de la acción.
“El juez o jueza, en cualquier estado del proceso podrá a solicitud de las
partes, dictar medidas cautelares si considerase que las mismas son
necesarias para evitar perjuicios irreparables o de difícil reparación por la
definitiva, tomando en consideración las circunstancias del caso”
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derechos constitucionales, no ha de esperar abrirse el cuaderno separado, sino
que el pronunciamiento ha de sobrevenir en la misma admisión, en caso que la
solicitud se haya efectuado en el mismo libelo de la demanda.
IV A TÍTULO DE COLOFÓN.-
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algo transitorio o temporal que algún momento ha de desaparecer 15, y
convivimos pacíficamente con esa transitoriedad, hasta llegar a
acostumbrarnos y olvidar que es transitorio.
Por otra parte, dentro de esa elaboración del derecho, entra también la
colaboración jurisprudencial, sustituyendo a veces la obligación de legislación
expresa y otras a la propia legislación, con el peligro que puede acarrear la
debilidad del criterio y que nuevamente nos sumerge en otro tipo de
transitoriedad, que depende, no de lo engorroso y esclerótico que puede
resultar a veces el legislador, sino de lo dinámico que puede llegar a ser o lo
errático de la jurisprudencia.
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El mejor ejemplo lo tenemos con los elevados que atraviesan algunas de nuestras principales arterias,
siendo que el primero se levantó en sólo 48 horas, indicando que se trataba de una solución temporal y
transitoria, que datan del segundo quinquenio de la década de los setenta y aún se encuentran en uso,
con algún tipo de maquillaje que se le ha dado en este tiempo.
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Dentro de toda esta provisoriedad, la Ley del Estatuto de la Función
Pública, se había servido por expreso mandato de ley, del capítulo referido al
procedimiento breve regulado en el Código de Procedimiento Civil; sin
embargo, ante la ambigüedad y poca profusión del mismo, fue necesario acudir
a la normativa general del mismo Código. Con la entrada en vigencia de la Ley
Orgánica de la Jurisdicción Contencioso Administrativa, pasando ésta a cubrir
la primera supletoriedad, el único nuncio aporte que nos hace –hasta el
momento- es el referido a las causales de inadmisibilidad –el cual pudiere estar
cuestionado dada la aplicación de cargas analógica o supletoriamente-, o el
trámite de incidencias y de medidas cautelares, razón por la cual, el Código de
Procedimiento Civil, sigue siendo la fuente para cubrir las lagunas que puedan
presentarse en el procedimiento propio de las querellas funcionariales.
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