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COMUNIÓN ANGLICANA
ESCUELA BÍBLICA
SETIEMBRE 2018
ORACIÓN INICIAL:
1
JESÚS A LA VERA DEL CAMINO, JUNTO
AL POZO Y EN LA ORILLA DEL MAR
PARA MEDITAR
1. ¿Qué me impide ver cercano y seguir a Jesús? ¿En qué se lo
puedo impedir yo a otros?
2. ¿En qué debo «tocar fondo»?
3. De cara a mi compromiso cristiano ¿a qué debo animarme
para superar estancamientos o, incluso, retrocesos en mi
seguimiento de Jesús?
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IGLESIA ANGLICANA DEL PERÚ
COMUNIÓN ANGLICANA
ESCUELA BÍBLICA
SETIEMBRE 2018
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JESÚS A LA VERA DEL CAMINO, JUNTO
AL POZO Y EN LA ORILLA DEL MAR
ESCUELA BÍBLICA
SETIEMBRE 2018
ORACIÓN INICIAL:
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JESÚS A LA VERA DEL CAMINO, JUNTO
AL POZO Y EN LA ORILLA DEL MAR
PARA MEDITAR
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IGLESIA ANGLICANA DEL PERÚ
COMUNIÓN ANGLICANA
ESCUELA BÍBLICA
SETIEMBRE 2018
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Y curar, curar y curar... la actividad de Jesús tiene una frenética
continuidad, una ininterrumpida constancia que debiera hacernos
pensar. No es el activismo del que cuanto más hace más gana, más
produce. Más bien es la urgencia del que sabe cuánto bien puede
llevar a tantas y tan profundas necesidades. Son el dolor, el hambre,
la pregunta, la orfandad, la soledad... los que azuzan la tenacidad
con la que el Maestro se dedica a curar, saciar, responder, llamar,
acompañar...
Los malos espíritus, como los problemas y hasta los errores y
defectos de nuestra frágil condición, hacen de sombra cuyos
contornos delatan, por contraste, la calidad y la altura que ofrece
Jesús con su palabra y acción, con toda su misión que es, también, la
de sus discípulos. Toda una sugerencia para que sepamos leer como
signos o consignas las dificultades que en el tiempo presente tiene
seguir a Jesús y, con Él, anunciar el Evangelio que como discípulos
suyos vivimos en comunidad.
PARA MEDITAR
1. ¿Qué circunstancias del momento presente de la sociedad y
de la Iglesia son para mí llamada a ocupar mi lugar en la
tarea de vivir y anunciar el Evangelio?
2. ¿Y a qué me siento llamado? ¿Qué compromisos creo que
debo asumir? ¿Con quiénes, en qué equipos de acción
pastoral y con qué actitud?
3. ¿Cómo relaciono mi vida de oración con el compromiso
pastoral, eclesial, evangelizador... y viceversa?
ORACIÓN FINAL:
16
Para que tu fe se vuelva activa
Meditación de la carta de San Pablo
a Filemón
1Pablo, prisionero de Cristo Jesús, y el hermano Timoteo, te
saludamos a ti, Filemón,
nuestro querido amigo y colaborador, 2y a la Iglesia que se
reúne en tu casa, así como
también a la hermana Apia y a nuestro compañero de lucha
Arquipo. 3Llegue a
vosotros la gracia y la paz que proceden de Dios, nuestro
Padre, y del Señor
Jesucristo.
4No dejo de dar gracias a Dios siempre que me acuerdo de ti
en mis oraciones,
5porque he oído hablar del amor y de la fe que manifiestas
hacia el Señor Jesús y en
favor de todos los santos. 6Que tu participación en nuestra fe
común te lleve al perfecto
conocimiento de todo el bien que poseéis por la unión con
Cristo. 7Por mi parte, yo he
experimentado una gran alegría y me he sentido reconfortado
por tu amor, viendo
cómo tú, querido hermano, aliviabas las necesidades de los
santos. 8Por eso, aunque
tengo absoluta libertad en Cristo para ordenarte lo que debes
hacer, 9prefiero
suplicarte en nombre del amor. Yo, Pablo, ya anciano y
ahora prisionero a causa de Cristo Jesús, 10te suplico en
favor de mi hijo Onésimo, al que engendré en la prisión.
11Antes, él no te prestó ninguna utilidad, pero ahora te será
muy útil, como lo es para
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mí. 12Te lo envío como si fuera yo mismo. 13Con gusto lo
hubiera retenido a mi lado,
para que me sirviera en tu nombre mientras estoy prisionero a
causa del Evangelio.
14Pero no he querido realizar nada sin tu consentimiento,
para que el beneficio que me
haces no sea forzado, sino voluntario. 15Tal vez, él se apartó
de ti por un instante, a fin
de que lo recuperes para siempre, 16no ya como un esclavo,
sino como algo mucho
mejor, como un hermano querido. Si es tan querido para mí,
cuánto más lo será para
ti, que estás unido a él por lazos humanos y en el Señor.
17Por eso, si me consideras un
amigo, recíbelo como a mí mismo. 18Y si él te ha hecho
algún daño o te debe algo,
anótalo a mi cuenta. 19Lo pagaré yo, Pablo, que firmo esta
carta de mi puño y letra.
No quiero recordarte que tú también eres mi deudor, y la
deuda eres tú mismo. 20Sí,
hermano, préstame ese servicio por amor al Señor y
tranquiliza mi corazón en Cristo.
21Te escribo confiando plenamente en tu docilidad y
sabiendo que tú harás más todavía
de lo que yo te pido.
22Prepárame también un lugar donde alojarme, porque
espero que, por vuestras
oraciones, se os concederá la gracia de que yo vaya a veros.
23Te saluda Epafras, mi compañero de prisión en Cristo
Jesús, 24así como también
Marcos, Aristarco, Demas y Lucas, mis colaboradores.
25La gracia del Señor Jesucristo permanezca con tu espíritu.
18
La Iglesia que se reúne en tu casa
San Pablo inicia su carta saludando a Filemón «y a la Iglesia
que se reúne en tu casa»,
prueba de la hospitalidad del anfitrión, garantía de su
compromiso con la fe y muestra de
que aquella Iglesia era «doméstica». Hoy ya no es tan casera
la Iglesia pero, sin
embargo, esta consecuencia comunitaria de la fe, esta
implicación fraterna de la vida de
fe, sigue siendo tan intrínseca al hecho de ser cristiano que,
como seguidores de Jesús,
nos tendremos que plantear cómo y cuánto nuestra fe vive y
hace vivir la Iglesia. Tal vez
El modo más preciso de preguntárnoslo sería: ¿Es la Iglesia
mi casa?, o ¿cómo hago de la
Iglesia la casa de mi fe?
Esta reflexión sobre nuestra vida en la casa de la fe debiera
ayudarnos a reconocernos
partícipes de la misma fe con todos los que la comparten con
nosotros y, desde esa
mutualidad, podemos preguntarnos por las tareas pastorales,
los estilos, las actitudes...
pero tal vez la pregunta más importante, al menos como
cristianos que se sienten
corresponsables del estado y el destino de su Iglesia, sería por
nuestras opciones: ¿por
qué acciones, presencias, apoyos, compañías eclesiales...
apuesto? Si quiero que la
Iglesia sea más fiel a su propia razón de ser, que sea
verdadera casa de la fe, hogar de los
creyentes, iglesia doméstica, cada uno deberemos asumir una
forma de hacer Iglesia y
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