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EL VERDADERO Preso en el dilema entre individuo y sociedad, Ibsen eligid al primero, descontando que todo ser viviente es ala vez tinico e irrepetible, obligado a no abandonar la elemental . solidaridad por el otro. Los conflictos de sus personajes se centran, precisamente, en la necesidad de liberarse como individuos, de rebelarse contra la tirania de quien se presenta como el mas fuerte. Por ERNESTO SCHOO INDIVIDUALISTA uote decrse que el mo mento fundamental en I historia del teatro rmoderno,supartda de icimiento,es cuando Nora fsbandona, al final de Casa de musecas, a $0 mado y Sushijos;yelescindalo sus sitado en el publico de en | tonces (1879) por semejante fonducta, se considera sine toma revelador de que algo seciivoacababa de oeurtis. INo es ast. No del todo, por lo menos. EI momento fulminante, desisvo, ocu fre en realidad poco antes ‘el desenlace. ¥ es cuando [Nora te dice a su mario: “Sicntate, Thorvald. Va ros a hablae”. Es fa pri mera vez que enna socie- lad machista y patriareal, tana expose, una mujer atreve s proponerieal hom be -su amo y seo, segin 1a norma biblica~ [a com frontacion de igual a igual EE sobreslto y Ja airada eaccén de pio yeritica igualan alos susitados, més (© menos. contemporines. ‘mente, por la asiracién al ‘oto feminine yal divorci. [a sociedad al borde del abismo ese gto de alama te fos eternos bienpensan- tes, los defensores dela fa ails en publico y sus des tructores en privado, al so | meter a quienes la inteyean sdogmasy prejuiciosances- trales Pero por mas que las fe sminstas lo hayan incorpo: ado desde hace més de un siglo asus reivindicaciones, juzgar el comportamiento ‘de Nova dnicamente deste 3 punto de vista de la ibe scion femenina equvale & tempotrecer el genio de 1b- Sen, reduce sus grandiosas miras, Porque es cierto que Nora se libera a si misma como mujer, aque la com icion de esposa (y madre) equiva tradiionalmente Y pricticamente al hecho baiolgiea y social de ser: jer (recuétdese el oprobio Tanzado contra Ia “soltero= na), Pero no olvidemos ‘que Nora se libera sobre {odo como individuo, como persona, al ebelarse contra Tn odiosa tirana de quien es supusstamente ms fuerte. Enel eontexto de la paca, cl dul de los sexos ad ‘quiere los rasgos de una dscaradel ema etemo del imo yl eslvo; ya genia Tidad de Ibsen en Casa de muricas es la de hacernos soncientes de que esa rel tion es fundamentalmente ambigua, mines admite ura Sola diesen de aciba ha ta abajo, sina que implica tambien la digeccion opues ta, Eleselavo encuentra en su condicia na forma de Seguridad; como el siero medieval, acepta pertene- cer aun senor a cambio de Ia proteccion de éte. Nova reconoce, mediante su his torica decision, su cardeter individual y nico, y encom secuencia, st desamparo en fel mundo a partir de ese momento elle responsa- be, ya ao depend de nadie sino de s mikma, En el de Samporo esté el comienzo de wr existencia personal ‘Aqui legamos al tema fundamental de Tbsea, t= gamentedebatido hasta hoy porcomentarstasyeritios, | Setractores ) partidatios, Estos dltimos suelen apo case frente a aquellos por- ‘ave les cuesa Tevantar ln feusaeién & menudo 3170 jada al rostro enfurrufado. 4 las excesivas patillas del ‘nonucgo: Ia de ser un reac lonario, o sea, un enemigo {el pueblo, comosuoslebre Y Pattico doctor Stockman, 'Y es verdad que, indivi- duaista a ultranza, Thsen Getesta a la mlited y ene sala al solitario nadador onira In coriente, ate yendo a éte a unica posi Fidad de lograr Ia efectiva redenciin del hombre. Un andlisis mis profundo de- muestra, sin embargo, que ‘momento in iseniano quiere sbandonsar Ia elemental so- Tidaridad humana: €) que- ia en cambio, que todos cada compisculo anénimo ea multitad despersonai Yada partciparan desu ffi de una vida ética, no- ble yclevada, Hasta Hedda Gabler, simbolo de mons- troso egoismo, desea que su medioere marido pueda ola alto, que sv antguo y decaido amanteejecute un Solo acto de grandeza pa justitcar su existencia, ‘Ate la imposiilidad de fo rar exo fines, considera dose fracasada y temerosa e prolongar la medioct- dad’ en una descendencia ‘anunciada, perdidas las es ‘peranras, Hedda Gabler se Soci {Cumbre de epoismo? gore? jAlarde de su- ‘prema vanidad, de quien Sente excepcional? (0 ‘Ssuncién fandtica de una in- ividualidad evade al ex: ‘remo del sterifcio? Como feds obra de arte, Hedda Gabler se envuelve en la ‘ambiguedad dela que na ‘Sr riqueza de sentidos, su ister poético (con segue ‘dad, su protagonist es fis poctica criatura de Ib- f2espropcios de lida, Ia ‘Dams del Mae, cus feaimente tan prosaca al spar conden burguts) Tosen era defensor delanoci6n aristocratica de una existencia en la que se reconoce y respeta al ser excepcional. Sdio que, para él, cada ser humano es excepcional y capaz de grandeza. Para alcanzar ese estado, pide la més dificil de todas las revoluciones: la que el individuo opera en st mismo. Henrik Ibsen era, sin dda, defensor de a nocion lrstocrética de una existen- cia en Ia que se reconoce ¥ se respeta al Ser excepcion nal, Solo que, para dl, cada fer humano es excepsional Yy capa de grandeca, Para Aleanzar ese estado, no pide [a reboidn de las masas, ni ree on ella: pide Ta més tfc de todas ls revolue cones, fa que el individuo ‘opera cn si mismo -como "Nora, como el doctor Stock- ‘man para liberarse del hombre viejo. y_renacer ‘camo el hombre nuevo (1a ‘etacristiana de Ibsen, pose ‘aus alardes de Hbrepensa- dor, esinnegable). Un mero individualist hednico absorto en sf mismo, jamis hhubiera podido escribir el reproche magnifico que Ela Rentheim arroja su ant fgu0 amante, Juan Gabriel ‘Borkman: “Mataste en mi Tasimiente del amor”, Frase ‘que noaludesstoalhijoque 1 no fe eapaz de concebir fen ella -pues prefirié, por interés, casarse con la her~ mana de Ele sino, sobre todo, & la mutlacién afc tivadelarmujerque,no obs tante, sigue amndoo. 2Como.armonizst, en fin, los dos términos inelu- Aibles de la ecuacién social: individuo y sociedad? Preso cn las fauces dal dilemay sen opta por el individuo, ‘como previendo que en po- os aflos ms Europa vera suit cl colectvismo como una peligrosa encamnacion de [aoa igualitaria, 2Que no. dirfa ahora, Cuando Ta locurs homicida el terrorism internacional folpea_indisriminada ‘mente @ cituras por com pleto ajenas alos confitos ‘queen forma tan eruentase protende llevaralaatencon ‘el mundo? Thsen sabfa que ‘ada ser vivente, s¢a cial Tere su ugar en el catalogo de la eeacién, es tinico, in ‘dividual e irepeible: y en defender esta nocién em les algo mis que el cau de su genio: empled el eau- dal inagotabe de su compa sion, la mis specifica ‘mente humana de las cual- ddades, Es la mirada compa- siva ls que nos permite ad vertr que los grandes ind vidos solitarios de Ibsen — Borkman, Stockman, Sol- nes, la formidable Rebeca West de Rormersholm= también viven dentro de no- Sottos mismos,y que suas lamiento orgulloso no eset frutonicamente del opols- mo. Pues ;qué es un gran pois, sind una persona smuerta de miedo? ——— C1

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