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C3
1883
HISTORIA ANTIGUA
DF.
Y U C A T A IN
POR
D. C R E S C E N C I O C A R R I L L O Y A N C O N A
CANÓNIGO
DE LA C A T E D R A L DE M E R I D A D E Y U C A T A N , Y SOCIO
DF. V A R I A S C O R P O R A C I O N E S C I E N T I F I C A S
- NACIONALES Y EXTRANJERAS
MERIDA D E YUCATAN.
Plaza d e la I n d e p e n d e n c i a , N ú m . 3.
I883.
c
3 PROLOGO DE LOS EDITORES.
im
Hace a h o r a más de doce años que con el pro-
pósito de 1111 plan vasto y completo sobre la
Historia de Yucatan, publicó el Sr. Canónigo
D. Crescendo Carrillo y Ancona casi toda la
antigua de esta Península. Si la publicación
entonces se interrumpió, todos saben que fué
por el repentino destierro de que se hizo vícti-
ma al autor, en el luctuoso mes de Febrero de
1869, en compañía de otros varios señores; y al
tiempo que esta ciudad era triste teatro de san-
grientas ejecuciones, sin n i n g u n a de las formas
tutelares de la h u m a n i d a d y de la civilización.
Posteriormente, esto es, en 1871, el Sr. Carrillo
publicó su «Compendio de la Historia de Yu-
catan,» dando á ésta la metódica forma de arte,
de que hasta entónces carecía, y refundió en su
nueva obra todo el dicho plan que en mayor
escala se había propuesto en la anterior; pero
quedó siempre con el designio de pompletar la
FONDO HISTORICO
RICARDO COVARRUBIAS sección de la Historia Antigua y hacer de ella
un libro y u n a edición especiales. H é aquí la
155496
razón porqué le hemos suplicado quiera favore-
cer á la empresa del Semanario Yncateco, dándo-
le, para publicar, dicha obra especial, pues nos
hemos propuesto formar u n a BIBLIOTECA DE
HISTORIA TIGUA
DE YUCATAN.
NOCIONES PRELIMINARES.
§ I.
E l Nuevo-Mundo.— Circunstancias del antiguo, al descu-
brirse aquél.—Cristóbal Colon.—España y los Keyes
Católicos.—El descubrimiento.
¡urn.
país; u n a gran compañía d e aquellas gentes, que reinó sobre los mayas. Pero no es esto sólo:
por tanto tiempo acostumbradas á a n d a r erran- al ver la unidad de raza y de lengua en el pue-
tes, se propone honrarlo y mostrarle su amor, blo maya, á pesar de la duplicidad de su origen,
siguiéndole; llega á Cholula donde permane- y al ver, sobre todo, cómo Quetzalcoatl es reci-
ce por algún tiempo, y se h a c e a m a r por sus bido por este mismo pueblo, no como un extran-
virtudes, por las buenas leyes que les da y pol- jero, sino como un antiguo compatriota, debe-
las artes que él y los suyos les enseñan; conti- mos entender que a u n q u e h a y a aparente du-
n ú a en seguida su camino con la colonia tulteca plicidad de procedencia, en cuanto al tiempo y
que le sigue, y ademas aquellos cuatro jóvenes los lugares clel tránsito, no hay, sin embargo,
choluleses que á orillas del m a r le dejan y re- más que u n solo y mismo origen. López de Co-
gresan á su país; atraviesa el mar, y aporta á golludo y T o r q u e m a d a dicen que según los re-
las playas del imaginario T l a p a l l a n , Yucatan latos de los antiguos indios, los primeros po-
en realidad. bladores que vinieron del Oriente, debieron
¿Pero hay también, entre los mayas, funda- proceder de Cuba. Y bien: siendo t a n propen-
mentos históricos, para d e d u c i r que el célebre sos á las continuas peregrinaciones aquellas
Quetzalcoatl, y probablemente la colonia que gentes, ¿no podía haber en Cuba, como de trán-
le acompañaba, hubiesen v e n i d o á Y u c a t a n ? sito, u n a colonia tulteca que hablase la lengua
Los hay, tan explícitos y terminantes, como maya, y que dejando aquella isla viniese á la
se ve por los manuscritos históricos, los docu- Península de Yucatan, donde se estableciese y
mentos públicos, las tradiciones y monumen- se gobernase, en relaciones con la masa princi-
tos, en que los historiadores d e Yucatan se han pal de sus conacionales en el Occidente? Ade-
f u n d a d o para decirlo así. 1 Es, pues, seguro y mas de esto, como luego veremos en su lugar
respectivo, es. u n hecho histórico que á la r u i n a
constante que á u n cuando se i g n o r a r a absoluta-
de la nación tulteca, sus principales restos vi-
mente qué pueblo fuese el q u e vino del Oriente
nieron á Yucatan, y no por esto se encontró di-
á poblar á Yucatan, el que d e la parte de Occi-
ferencia de idioma, de leyes y de costumbres.
dente vino, fué tulteca, y t u l t e c a fué la dinastía
E n cuanto á darse alguna explicación acerca
del tránsito de los primeros pobladores de estas
1 Véase á López de Cogolludo, Historia de Yucatan, lib.
I V , cap. V I H ; á Landa, Relación de las cosas de Yucatan, regiones que, originarios todos del antiguo m u n -
§ V I ; y á Herrera, Década IV, lib. X , cap I I . do, los encontramos pasando á Yucatan, vinien-
do unos de C u b a y otros bajando de Méjico ó Estados del Ohío, ocupar el litoral de la Caro-
Anábuac, h é a q u í la que conviene dar, y que es lina, extenderse hasta la península de Florida,
por cierto m u y satisfactoria: "Separado (el con- reconocer la isla de Cuba, y poco despues Yu-
tinente americano), dice un autor, de Europa catan." i
y Africa por u n a parte, y por otra de los confi- Ningún inconveniente hay, pues, en que, a u n
nes de Asia p o r dos Océanos, toca casi á la en los tiempos primitivos de la poblacion de
Europa, al Nordeste, por la Groelandia; y al América, y suponiendo hipótesis más avanza-
Asia, al Nordoeste, por el estrecho de Behring. das que las primeras, pero no infundadas, el
H a c i a el O c é a n o Pacífico, u n a cadena de mon- pueblo destinado á tener por patria la penín-
tañas no i n t e r r u m p i d a , como un inmenso plie- sula de Yucatan, hubiese sido desde entonces
gue, corriendo de Norte á Sur, domina las dos u n a colonia tulteca que separada desde el Asia
Américas, d e s d e las regiones habitadas por los de su nación principal, entrase al continente
Esquimales h a s t a el estrecho de Magallanes. americano por distinto camino que ésta, y to-
Esa cadena d e montañas no deja entre ella y el masen ambas posesion de Yucatan, viniendo
Océano Pacífico, al Oeste, más que u n a lengua por opuestos rumbos, como dos ríos que tenien-
de tierra r e l a t i v a m e n t e estrecha, miéntras que do un origen común, se separan, se cruzan, se
del lado del Este, al contrario, el continente se precipitan en opuestos cauces, y vuelven á j u n -
tarse.
extiende, se recorta, está surcado por anchos
ríos y d o m i n a d o por grupos de montañas secun- Mas despues de todas estas conjeturas histó-
d a r i a s . — A d m i t i e n d o á priori que las Américas ricas más ó ménos plausibles, la verdad en el
h a y a n sido o c u p a d a s por gentes que vinieron fondo es que 110 hay memoria de que Yucatan
del Norte, l a s q u e se hubiesen presentado por hubiese tenido en su seno otra raza que la ma-
el estrecho d e Behring debían naturalmente se- y a ; que ésta h a hablado siempre u n mismo
guir el país s i t u a d o al Oeste entre las monta- idioma; y que según la tradición y los monu-
ñas y la m a r , y descender poco á poco, á fin de mentos, a u n q u e se ignorase el modo, ello es
encontrar c l i m a s favorables, hasta la altura del históricamente cierto que la poblacion es de
grado 20, es decir, de Méjico; y las que habiendo origen tulteca. Saber de u n a m a n e r a clara y
salido de G r o e l a n d i a , hubiesen desembarcado explícita quiénes hubiesen sido los primeros
en la t i e r r a d e Labrador, debían siempre, bus-
1 Violet Le Duc, Antigüedades americanas.
cando u n c i e l o más dulce, descender hacia los
pobladores de Yucatan; qué inmigraciones pos-
cateco D. J u a n Pío Pérez, la primera colonia
teriores hubiesen sobrevenido, j u n t a m e n t e con
tulteca que ocupó la Península vino, cuando
otras circunstancias, para desaparecer ó modifi-
menos, en el segundo siglo de la era cristiana.
car, tal vez, la primera raza; cómo hubiese sido Pero ántes de continuar, transcribamos el ma-
que en todo el territorio y áun en los pueblos nuscrito mismo que acabamos de citar, y que
é islas adyacentes se hablase un solo idioma, habiéndoselo como apropiado el Sr. D. J u a n
cuando asegura la tradición que los primeros Pío Pérez, traduciéndolo y anotándolo, tiene
pobladores vinieron unos del Oriente y otros esta circunstancia demás, que excita toda nues-
del Occidente, y cuando en las demás partes de tra atención.
América se ve tan prodigiosa diferencia de
Este precioso manuscrito que se conserva ba-
idiomas y dialectos, m u c h a s veces en tanto nú-
jo la letra y firma del mismo Sr. Pérez, quien
mero cuantas son las tribus que habitan u n re-
le copió en Maní del libro de "Chilam Balam,"
ducido espacio de tierra, cuestiones h a n sido
que es para los Mayas el Libro Divino, es en
éstas, hasta el día de hoy, que h a n motivado
sustancia m u y conforme con otro manuscrito
mil conjeturas sobre datos que han parecido
antiguo en lengua maya cuyo interesante au-
poco concordantes ú opuestos entre sí, y en que
tógrafo se halla en nuestro poder. E l Sr. Pérez
muchas veces apénas h a podido lograrse algu-
hizo la traducción que reproducimos, para de-
na verosimilitud. Examinemos, sin embargo,
dicarla á Mr. J o h n L. Stephens, y ha sido pu-
todas estas cuestiones, y recojamos como e n n m
blicada en los Estados Unidos de América, y
loco, las ráfagas de luz que trabajosamente se
en Europa, j u n t o con el original maya, en espa-
encuentran en los densos velos que cubren la
ñol, francés é inglés. El repetido Sr. Pérez, que
tan importante como antigua historia de los
tan competente era, como m u y instruido en la
primeros pobladores de Yucatan, cuyos monu-
cronología yucateca, no solo vertió, sino tam-
mentos de civilización, la más avanzada entre
bién corrigió y analizó el manuscrito referido,
a de los otros pueblos del Nuevo-Mundo, está
y todo j u n t o lo insertamos aquí bajo el título
lamando profundamente la atención de todos que lleva de "Principales Épocas de la Historia
los sabios.
Antigua de Yucatan," tanto porque debe ocu-
Según la inteligencia que al manuscrito ma- par u n lugar preferente en esta historia, cuan-
ya Principales épocas de la historia antigua de Yu- to porque este importante documento relativo
catán' pretende darle el célebre arqueólogo vu- á nuestras antigüedades, que h a entrado bajo el
- 5 0 -
§ II. Que estuvieron a q u í en Chacnovitan á Bacalar, al principio de los tres Katunes di-
acaudillados por Ahmekat-Tutulxiu, el resto chos, reinaron en él 72 años, y no 60; porque
del 13? ajau, hasta el 29 siguiente. Estos ajahues, los Katunes son, repito, de 24 años y no de 20.
según el orden expuesto al principio, deben ser § IV. Que estuvieron y reinaron en Chichen-
el 13-11-9-7 y 5, y no el 13-8-6 y 2, pues estos Itzá, hasta que se destruyó ó despobló, y fueron
últimos hasta el 2° son los mismos anteriores, á establecerse en Champoton, donde fabricaron
y siendo épocas diferentes no pudieron contar- sus casas en los ajahues 11-9-7-5-3-1. Pero
se los mismos números, sino hasta pasados 312 corregida esta numeración por la secuela esta-
años, por lo que el yerro es m u y patente. Tam- blecida, son los ajahues 10-8-6-4-2-13, esto es,
bién se asegura que permanecieron en Chacno- desde el año 432 de Cristo, hasta el de 576 en
vitan 99 años; pero no deben ser sino 129,695, que acabó el 13 ajau, habiendo principiado los
si sólo se cuentan 4 ajahues, y no hasta el 29 La dichos, en los años siguientes 10? ajau (132),
razón es porque si se nota bien el orden de ellos, 8 - 6 - 4 - 2 - 1 3 - (456-480-504-528 y 552.)
falta el 49, que por olvido no numeró. Pero él § V. Que en el 6? ajau ocuparon Champo-
no cuenta 4 ajahues, sino 5, porque como sólo se ton, y reinaron en él los 12 ajahues siguientes,
* # cuenta de á 20 años, los 5 a j a h u e s ménos un año, hasta que se destruyó y volvieron en busca de
contados á 20 años, h a c e n los 99 que fija. sus casas, habiendo pasado algunos Katunes en
Concordados los Katunes referidos con la cro- el despoblado ó bajo los montes. Estos fueron
nología de la E r a Cristiana, el 29 año del 139 los ajahues 1 1 - 9 - 7 - 5 - 3 - 1 - 1 2 - 1 0 - 8 - 6 - 4 - 2 - 1 3 .
ajau comenzó en 218, y el 11, el 9, 7 y 5 ajau Según parece, fué un siglo completo de 312 años
en 264-286-312 y 336, t e r m i n a n d o en 360 este (siglo maya) que comenzó en 576 de la era vul-
último. gar, y acabó en 888, siendo cada ajau de 24 años.
§ I I I . Que en los a j a h u e s 4-2 y 13 sucedió Por esto, pues, fué el 119 a j a u y no el 6? su lle-
que se descubriese la provincia de Ziyan-Caan gada á Champoton.
Bakhalal (Bacalar) en d o n d e reinaron por 60 § VI. Que el 69 y 49 ajau volvieron á asen-
años, hasta que el 139 a j a u descubrieron á Chi- tar sus casas, despues de perdido Champoton,
chen-Itzá y bajaron á él. Según el orden ex- esto es, á los 48 años. Corregida la numeración,
puesto de los ajahues, n o son el 4-2 y 13 sino el son 11 y 9, que fueron los años de la era cris-
3 - 1 y 12 que pasaron en los años de Cristo 360- tiana 888 hasta 936, porque comenzó el 119 ajau
384 y 408 hasta el 432. Habiendo descubierto en 888, y el 99 en 912, que terminó en 936.
•
§ V I L Que en el 2? ajau se.pobló Ahcuitok- m i n ó en el ajau siguiente, habiendo d u r a d o
T u t u l x i u en U x m a l , y reinó en él con el go- treinta y cuatro años, sin d u d a sería el vigésimo
bernador de Chichen-Itzá y el de M a y a p a n el año del 5?, que fué el año del Señor 1292, por-
2 - 1 3 - 1 1 - 9 - 7 - 5 - 3 - 1 - 1 2 - 1 0 ajau. Corregida la que el 5? ajau comenzó en 1272 y acabó en 1296.
numeración, fueron l o s a j a h u e s 7 - 5 - 3 - 1 - 1 2 - 1 0 § X. Que el 6 - 4 - 2 - 1 3 y 11 ajau fué invadi-
- 8 - 6 - 4 - 2 , y arreglados los ajahues á la crono- da por los de Itzá, con su rey Ulmil, la ciudad
logía de la era vulgar, fueron en los años 9 3 6 - fortificada de Mayapan, porque tenía murallas
960-984-1008-1032-1056-1080-1104-1128-1152, y porque gobernaba en común el pueblo; y al
habiendo terminado el 2? ajau en 1176, á los principio del 11? ajau fué destruida la ciudad
doscientos cuarenta años de f u n d a d a , porque por los señores de los uitzes (cerros ó montañas),
su poblacion fué en 936 en que principió el 7? así como también fué destruida T a n c a h de Ma-
ajau, que es el primero de la corrección. yapan. Corregida la numeración, son los aja-
§ V I I I . Que corrieron los ajahues 11-9-6-8, hues 5-3-1-12-10. Yá se dijo que el 5? ajau co-
y en este último, Hunac-eel, gobernador ó jefe menzó en 1272 y los demás en 1296, 1320, 1344
de Mayapan, derrotó á Chacxib-Chac, goberna- y 1368 el 10? ajau que terminó en 1392.
dor de Chichen-Itzá que era enemigo de aquél, § X I . Que el 8? ajau fué destruido Mayapan,
y en el 10? año del último ajau referido, los siete que éstos son los I í a t u n e s que pasaron, 6-4-2^
capitanes de Hunac-eel vencieron á Chacxib- y que en este ajau pasaron por la primera vez
Chac. Corregida la numeración, son los ajahues los españoles y le pusieron por nombre á este
13-11-9-7, que principiaron en 1176, 1200, país, Yucatan. A q u í vuelven á tomar su curso
1224, 1248 que terminó en 1272. Así es que el los ajahues, a u n q u e h a y la contradicción de que
10? año del 7? ajau, en que f u é derrotado Chac- en el párrafo anterior se dijo que en 11? ajau
xib-Chac, fué el de 1258. (6 sea 10? corregido) fué destruido M a y a p a n ;
§ IX. Que en esta misma época del 8? a j a u mas podía decirse que lo fué por segunda vez,
(continúa el MS.), fueron á destruir al rey Ul- quizá al quererla reedificar. Principió el 8?
mil, porque hacía la g u e r r a á Ulil rey de Iza- ajau en 1392, el 6, 4 y 2 ajau, en 1416, 1440 y
mal. Que Hunac-eel (jefe de M a y a p á n ) derrotó 1464, t e r m i n a n d o en 1488 de la era vulgar.
las trece divisiones del ejército de Ulmil, el 6? § X I I . Que en las épocas del 13? y l i ? ajau,
ajau. Corregida la numeración, es despues del hubo peste y también epidemia de viruelas.
décimo año del 7? ajau, y según se dice que ter- Que en el 6? año, ántes que terminase el 13?
a j a u m u r i ó Ahpulá, cuando se contaban 4 Kanes 11? a j a u ; y si estos 1392 se rebajan de 1536,
a l oriente de la R u e d a (del calendario maya), a ñ o en que acabó el 119 a j a u , sólo quedarán de
el día 18 del mes Zip en 9 Imix. Esta fecha residuo 144, que es el año de la era vulgar en
está errada, según mi cómputo; porque el año que es presumible vinieron los tultecas á po-
de 4 Kanes pasó al principio, y no al fin del pe- blar esta tierra.
ríodo, pues entonces h u b i e r a sido el de 4 MuLuc. Mas si se quieren dejar subsistentes las épocas
E n el p r i m e r caso el año de 4 Kanes fué el de y la numeración original del manuscrito, aña-
1496, y en el segundo sería 1506; mas n u n c a el diendo las q u e faltan p a r a i n t e g r a r debidamen-
d e 15-36, porque en éste principió el 9? ajau. te los siglos, según el orden progresivo que de
§ X I I I . Que á u n no había terminado el 11? aquellas épocas se h a puesto al principio de es-
a j a u cuando llegaron los conquistadores, y que tas observaciones, resultará que transcurrieron
en el 9? comenzó el cristianismo, y llegó el pri- noventa y siete épocas de á 24 años, hasta el 1536
m e r Obispo. El 11*? ajau comenzó el año de de la era vulgar, y cuya suma total de años se-
1512 y acabó en 1536, y habiendo llegado los r á la de 2328, tiempo s u m a m e n t e excesivo para
conquistadores en 1527, solamente habían pasa- concordarlo con la historia mejicana, pues h a r í a
do 15 años desde su principio. El primer Obis- que la poblacion de esta provincia fuese cua-
po llegó en el 9 o ajau, porque vino en 1560, y el r e n t a años más a n t i g u a que la fundación de
catequismo de los indios había comenzado des- Roma, y á u n diez y siete años anterior al esta-
d e pocos años despues de su conquista, que ter- blecimiento de las Olimpiadas, lo que me pare-
m i n ó en 1541, en el año 4? del 99 ajau, como ce no probable.
dice el MS. De lo que resulta que la conquista Si alguno m u y escrupuloso no diese crédito
d u r ó 13 años, t e r m i n a n d o en Enero de 1542. á las épocas, por la falta de rigurosa exactitud
Recapitulación. De todo lo expuesto se infiere, en su denominación, a u n q u e y á corregida, á m í
c o n t i n ú a el Sr. Pérez, que si sólo se toma en con- me parecen m u y probables. No juzgo se deba
sideración el n ú m e r o de épocas que se citan y negar entera fe al relato histórico de los acon-
pasaron de u n o á otro acontecimiento, restau- tecimientos, porque al ménos demuestra cierto
r a d a su denominación, según el órdeñ progresi- origen tradicional que existe en todas las his-
vo de ellas, resulta que todos los sucesos referi- torias primitivas de los pueblos, principalmente
dos pasaron en cincuenta y ocho épocas de á 24 cuando no h a y otras tradiciones que las contra-
años, haciendo la s u m a de 1392 hasta fin del digan, y siendo la presente (la del manuscrito
maya) la ú n i c a que hasta aquí se ha hallado. 1 saron tres épocas más, y al décimo año de la si-
E l manuscrito en resúmen pudiera reducirse guiente, fué derrotado Chacxib-Chac, goberna-
del modo siguiente: dor de Chichen-Itzá, por el de Mayapan, H u n a c -
Cuatro épocas gastaron en salir los tulteeas eel, por medio de sus siete célebres generales.
de su ciudad y llegar á esta provincia de Cliac- En esta misma época 9 de la derrota del gober-
novitan. 2 Llegaron á ella el primer año de la nador de Chichen-Itzá, fueron á destruir á Ul-
época siguiente, y permanecieron cuatro más mil, rey del mismo Chichen-Itzá, porque hacía
con su capitan A h m e k a t T u t u l x i u . 3 Descu- la guerra á Ulil, rey de Izamal, y lo verificó
brieron á Ziyan-Caan (Bacalar), donde gober- - Ilunac-eel en la época siguiente. 10 Sin embar-
go de la derrota de Ulmil, rey de Chichen-Itzá,
liaron tres épocas, hasta que descubrieron á Chi-
este fué á invadir á Mayapan en la época inme-
chen-Itzá. 4 Estuvieron en Chichen-Itzá, hasta
diata. Y pasadas dos épocas más, al tercer a ñ o
que fueron á poblar á Champoton, seis épocas. 5
de la que seguía, fué destruida Mayapan pol-
Del descubrimiento de Champoton, en donde los señores de los uitzes (sierras). 11 Corrieron
poblaron y reinaron, hasta que se perdió y se tres épocas sobre las dichas, y en la ú l t i m a de
arruinó, pasaron trece épocas. 6 Anduvieron ellas, pasaron los españoles que pusieron el
errantes bajo los montes, hasta que se estable- n o m b r e de Yucatan á la provincia. 12 E n la
cieron segunda vez en Chichen-Itzá, dos épo- época siguiente hubo peste hasta en los templos
cas. 7 E n la época siguiente Ahcuitok-Tutulxiu y castillos, y en el sexto año de ella m u r i ó Ah-
pobló á U x m a l , y reinó con el gobernador de pulá, el 11 de Setiembre del año 1493 de Cris-
Chichen-Itzá y el de Mayapan diez épocas. 8 Pa- to. 13 E n la undécima época (última), llegaron
los conquistadores, esto es en 1527, y en la si-
1 P o s t e r i o r m e n t e se han descubierto, en poder de algu- guiente se acabó la conquista (1541) y vino el
nas personas, p r i n c i p a l m e n t e de la clase indígena, varios
documentos manuscritos que pertenecen, á nuestra historia.
p r i m e r Obispo (1560). 1 4
2 Desde el año de 144 de la era vulgar hasta 217. (Eíta
y las otras notas inmediatas, por orden numérico, son del 9 Desde 1176 hasta 1258.
autor del Análisis del Manuscrito Maya). . 10 Desde 1258 hasta 1272.
3 Desde 218 h a s t a 360. ' 11 Desde 1272 ó siguientes próximos; y por los años de
4 Desde 360 h a s t a 432. 1368 fué destruido Mayapan por los de la Sierra,
5 Desde 432 h a s t a 576. 12 Desde 1392 hasta 1488.
6 Desde 576 h a s t a 888. 13 Desde 1488 hasta 1512.
7 Desde 888 h a s t a 936. 14 Desde 1512 hasta 1536 en que acabó la undécima épo-
8 Desde 936 h a s t a 1176. c a ; y la siguiente comenzó desde 1536 y acabó en 1570.
Todo lo expuesto es c u a n t o puede dilucidarse
sobre la materia." gar que los primeros tultecas vinieron á esta
Península desde el año de la creación del m u n -
Hasta aquí el manuscrito del Sr. Pérez, que
do 8291, y ántes de Jesucristo 793. Verdad es
se ocupa del a n t i g u o manuscrito maya.
que D. J u a n Pío Pérez, cuya autoridad es m u y
Por medio de este r a r o y precioso documento,
respetable, dice que si se quisiesen dejar subsis-
que se halla de acuerdo en lo sustancial con to-
tentes las épocas y la numeración marcadas en
do lo que al principio de este capítulo hemos
el manuscrito, resultarían noventa y siete épo-
expuesto y con todos los datos que se despren-
cas de á 24 años hasta 1536 de la era vulgar,
den de la historia g e n e r a l de los indios ameri-
cuya suma total sería la de 2328 años, tiempo,
canos, se ponen de manifiesto principalmente
dice, sumamente excesivo para concordarlo con
dos cosas: la remota a n t i g ü e d a d de la historia
la historia mejicana, pues h a r í a que la pobla-
de Yucatan y la clase ó raza de sus pobladores,
cion de esta provincia fuese cuarenta años más
á todas luces tulteca.
antigua que la fundación de Roma, y á u n diez
y siete años anterior al establecimiento de las
CAPITULO II. Olimpiadas, lo cual no le parece probable; pero
Epoca de la primera poblacion — Concordancia es evidente que el Sr. Pérez padeció u n a gran-
de antiguas tradiciones. de equivocación en el fundamento de sus apre-
ciaciones. Confiesa que haciéndose la adición
Sobre la demarcación de la época en que Yu- íntegra, ó puesta la inteligencia correspondien-
catan comenzó á t e n e r pobladores, parece muy te al orden cronológico del manuscrito, y dejan-
expuesto á error el j u z g a r que fué en el siglo do subsistentes, como es debido, las épocas y su
segundo de la era cristiana, como pretende D. numeración original, resultan evidentemente
J u a n Pío Pérez, pues debe atenderse á que hay noventa y siete épocas, á contar retrocediendo
f u n d a m e n t o s m u y sólidos para j u z g a r que debe desde el año de Jesucristo 1536, que es la últi-
remontarse el origen d e la poblacion á tiempo m a fecha del referido manuscrito, lo que da por
m u c h o más remoto. A c a b a m o s de ver, por el consecuencia (contando, conforme al calendario
manuscrito m a y a d e l a s tradiciones históricas, maya, cada Katun ó época, por 24 años), u n a
que conciliada la cronología yucateca con la de serie de 2328 años, de que se infiere que la po-
la era cristiana, hay u n p u n t o de apoyo (y no blacion primera de Yucatan antecedió 753 años
aislado, como luego demostraremos), p a r a juz- al nacimiento de Jesucristo, y 40 á la fundación
Todo lo expuesto es c u a n t o puede dilucidarse
sobre la materia." gar que los primeros tultecas vinieron á esta
Península desde el año de la creación del m u n -
Hasta aquí el manuscrito del Sr. Pérez, que
do 8291, y antes de Jesucristo 793. Verdad es
se ocupa del a n t i g u o manuscrito maya.
que D. J u a n Pío Pérez, cuya autoridad es m u y
Por medio de este r a r o y precioso documento,
respetable, dice que si se quisiesen dejar subsis-
que se halla de acuerdo en lo sustancial con to-
tentes las épocas y la numeración marcadas en
do lo que al principio de este capítulo hemos
el manuscrito, resultarían noventa y siete épo-
expuesto y con todos los datos que se despren-
cas de á 24 años hasta 1536 de la era vulgar,
den de la historia g e n e r a l de los indios ameri-
cuya suma total sería la de 2328 años, tiempo,
canos, se ponen de manifiesto principalmente
dice, sumamente excesivo para concordarlo con
dos cosas: la remota a n t i g ü e d a d de la historia
la historia mejicana, pues h a r í a que la pobla-
de Yucatan y la clase ó raza de sus pobladores,
cion de esta provincia fuese cuarenta años más
á todas luces tulteca.
antigua que la fundación de Roma, y á u n diez
y siete años anterior a l establecimiento de las
CAPITULO II. Olimpiadas, lo cual no le parece probable; pero
Epoca de la primera poblacion — Concordancia es evidente que el Sr. Pérez padeció u n a gran-
de antiguas tradiciones. de equivocación en el fundamento de sus apre-
ciaciones. Confiesa que haciéndose la adición
Sobre la demarcación de la época en que Yu- íntegra, ó puesta la inteligencia correspondien-
catan comenzó á t e n e r pobladores, parece m u y te al orden cronológico del manuscrito, y dejan-
expuesto á error el j u z g a r que fué en el siglo do subsistentes, como es debido, las épocas y su
segundo de la era cristiana, como pretende D. numeración original, resultan evidentemente
J u a n Pío Pérez, pues debe atenderse á que hay noventa y siete épocas, á contar retrocediendo
f u n d a m e n t o s m u y sólidos para j u z g a r que debe desde el año de Jesucristo 1536, que es la últi-
remontarse el origen d e la poblacion á tiempo m a fecha del referido manuscrito, lo que da por
m u c h o más remoto. A c a b a m o s de ver, por el consecuencia (contando, conforme al calendario
manuscrito m a y a d e l a s tradiciones históricas, maya, cada Katun ó época, por 24 años), u n a
que conciliada la cronología yucateca con la de serie de 2328 años, de que se infiere que la po-
la era cristiana, hay u n p u n t o de apoyo (y no blacion primera de Yucatan antecedió 753 años
aislado, como luego demostraremos), p a r a juz- al nacimiento de Jesucristo, y 40 á la fundación
de Roma; pero añade que esto 110 le parece pro- cuya capital era I l u e h u e t l a p a l l a n . q u e s e halla-
bable sólo por razón de ser u n tiempo suma- ba en otro punto del mismo continente y que,
mente excesivo para concordarlo con la historia me- según algunos, está al Nordeste de Nuevo Méjico.
jicana. Esta razón es inénos que débil, puesto Ahora bien, el documento maya dice: «que en
que la historia mejicana es la ménos antigua el 8? ajau salió de Tulapan la colonia de tul-
entre las de todas las naciones que habitaron tecos, capitaneada de Holon-Chanté, 1 que des-
en el Anábuac, miéntras que la tulteca es la pues de emplear cuatro ajahues, llegó á esta tie-
más antigua entre todas las que se conocen de r r a de Chacnovitan (Yucatan) en el primer año
esta parte del mundo. del 13? ajau, 40 años áutes de la fundación de
Puede esto demostrarse con autoridades las Roma y 753 ántes de Jesucristo; luego si la his-
más competentes. Según los testimonios de Bo- toria de los tultecas, que despues de peregrinar
t u r i n i y de Clavijero, fundados en documentos largo tiempo hubieron de f u n d a r por patria
irrecusables, los tultecas son los más antiguos primitiva á T u l a p a n ó Huehuetlapallan, se re-
de entre todos los pueblos cuya historia se ha monta en efecto á muchos años ántes del naci-
alcanzado en América. E n el año 700 de la era miento del Señor, de Roma y de las Olimpia-
cristiana se estableció el pueblo tulteca en la das, la verdad textual ú original del manuscri-
región mejicana, pero hacía muchísimos siglos to maya es irrecusable. Pues b i e n : todos los
que habitaba en el continente americano. Así eruditos en la historia antigua americana sa-
fué que al fundar en Anáhuac su ciudad capi- ben que los tultecas, yá despues de m u y ade-
tal, le dieron el nombre de Tolan ó Tula, to- lantados en civilización, formaron u n a como
Academia de todos sus sabios, con el objeto de
mándolo de T U L A - P A N , SU patria primitiva, 1
arreglar el calendario tulteca. Este suceso q u e
1 Los nombres propios de Tutul, de Tul, Xiu, Tolon y
otros, que son de la lengua maya ó yucateca, son, á lo que
vemos, propios también del idioma de los tultecas, cual- la misma m a n e r a : M a y a - P a n , esto es, pendón de la nación
quiera que éste h a y a sido. Tulan, Tulun, Tolon, Tutul, Xiu, M a y a , ó la Bandera de la Maya. L a palabra Pan es ente-
y otros m u y notables, juegan igualmente en la a n t i g u a his- r a m e n t e yucateca ó maya, con el mismo significado de Pen-
t o r i a tulteca que en la maya. Tula era el n o m b r e de la pa- dón ó Bandera.
t r i a de los Tultecas, y Tula-Parc decían por su nacionalidad 1 En algunos manuscritos se lee Tolon en lugar de Holon;
ó ciudad capital. De modo que la adición Pan indica el ca- v á j u z g a r por la raíz de ciertas palabras tultecas, parece
rácter nacional, el pendón <5 bandera. Los Mayas, como en que es preferible Tolon. L a célebre ciudad de Tula, llamá-
su lugar se verá, llamaron á su ciudad principal ó corte, de base también Tolan.
por su g r a n importancia marcó u n a época en ántes de Jesucristo y áun de la fundación
la historia ó p i n t u r a s tultecas, con exactitud ri- de Roma y del establecimiento de las Olim-
gurosamente cronológica se verificó más de piadas? Antes bien, si así no fuera, toda la
cien años á n t e s de Jesucristo. El caballero de historia se trastornaría, porque si los tulte-
Boturini dice: «Y estando en ella (en Huehuetla- cas fueron, como verdaderamente consta por la
pallan) convocaron á los sabios, ciento y tantos historia más conocida, los primeros que pasa-
años ántes d e l nacimiento de Cristo, vida nues- ron del antiguo al nuevo mundo, indispensable
tra, y viendo q u e el año civil no se ajustaba se hace que éste fuese u n suceso m u y antiguo é
con el astronómico, y que iban alterados los inmediato á la confusion de las lenguas en Ba-
equinoccios, d e t e r m i n a r o n cada cuatro años aña- bel, para que los moradores del Viejo-Mundo
dir u n día m á s que recogiese las horas que se hubiesen olvidado, como olvidaron, ó descono-
desperdiciaban etc.» 1 Clavijero, de n o ménos ciesen, como desconocieron, la r a m a de la fami-
autoridad, y q u e también había estudiado la lia h u m a n a que apartándose del Asia, desapa-
historia a n t i g u a en documentos autógrafos, di- reció en regiones enteramente ignoradas. Los
ce lo mismo, 2 citando y reproduciendo á Bo- sabios y los poetas griegos, que fueron anterio-
turini; y todos los modernos arqueólogos están res á los romanos, apénas conservaban, con el
de acuerdo e n reconocer en el Nuevo-Mundo nombre de Atlántida, la vaga tradición de
otro tan a n t i g u o que rivaliza con el viejo. Si u n a tierra habitada que había desaparecido, co-
más de u n siglo ántes de Jesucristo, los tulte- mo envuelta en el misterio; con lo cual cierta-
cas daban en América, en su yá antigua y cé- mente parece que se halla conforme, de u n a ma-
lebre ciudad d e Huehuetlapallan, u n a prueba nera explícita, la autoridad de la Historia Sa-
de avanzada civilización y experiencia, arre- grada, 1 al referirse uno de los Profetas á cierta
glando el calendario cuyo uso prevaleció en
todos los pueblos posteriores de este continen-
te, ¿ n o se d e d u c e con claridad que debie- 1 «¡ A. y de la tierra que hace ruido con las alas de sus
ron haber a p o r t a d o á América mucho tiempo címbalos, que está del otro lado de los ríos de E t i o p í a !
Habitadores del mundo oiréis El pueblo terrible
más que otro, la nación que aguarda y es hollada, CUTA TIE-
1 Boturini, Idea de una nueva historia general de la Amé- KRA FÜÉ ROBADA POR LOS RÍOS, ofrecerá su frente al Señor,
rica Septentrional, % X X , pág. 137. Madrid, imp. de J u a n y vendrá al lugar en que es invocado el nombre del Señor,
de Zúñiga, 1746. á la montaña de Sion.» Vce terree eymbalo alarum, quee est
transfiumina ¿Elhiopice,... Habitatores orbis... audietis... de-
2 Clavijero, Historia Antigua de Méjico, T. 1? L i b . I I .
parte del m u n d o que había sido como robada de dificultades, 110 hallé otra luz, otra calma,
por las a g u a s que ocultaron sus caminos. No otro puerto, que en las historias de los mismos
diremos como algunos, aunque no faltan pa- indios, y entre ellas busqué las más antiguas
r a ello autoridades y razones, que las ruinas tultecas. Yá dije de esta nación los primores
americanas que en efecto llevan el carácter de artes mecánicas Quedan todavía por re-
de ser t a n prodigiosamente antiguas, lo sean ferirse sus excelencias en la ciencia astronómi-
tanto q u e deban suponerse anteriores al dilu- ca y por lo que toca á la historia, fué cui-
vio universal; pero sí creemos que son tan dadosa de conservar á la posteridad las memo-
inmediatas á la confusion de las lenguas, rias de las cosas antiguas, con mapas pintados
que puede decirse que la célebre torre de Babel en figuras, símbolos, caracteres y geroglífieos.
Uno de éstos (que sería probablemente sacado
es el p u n t o de partida de la historia yucateca y
del Teoamoxtli) 1 tuvo en su poder D. F e r n a n d o
de la historia americana, no por u n enlace ge-
de Alba Ixtlüxochitt, 2 con otras muchas de la
neral de la historia, sino porconexion inmedia-
nación cbichimeca, según consta del testimonio
ta y bien definida.
que yo vi, y pára original en poder de los caci-
Las razones que hay para esto son las de la
ques de su l i n a j e ; y confiesa dicho autor que
historia m i s m a en toda la fuerza de su razón
con la a y u d a de ellos, pudo escribir ambas his-
filosófica. Oigamos á uno de los más célebres
torias, tulteca y chichimeca, las que tengo en
escritores, que h a puesto todo su estudio en
mi archivo. Dice, pues, que por el referido ori-
la antigüedad americana; que tuvo en su poder ginal mapa tulteco, constan memorias antiquísi-
el más copioso archivo de documentos origina- mas, y en particular la confusion de las len-
les y auténticos; y cuya autoridad, en fin, es de guas de la torre de Babel, que sucedió, según el
gran peso. Hablamos del yá citado caballero calendario tulteca, el año Ce Télpatl " u n Pe-
Boturini. dernal, " EN CUYA OCASIOX siete tultecos que asis-
" E n u n a noche tan oscura, dice, en un m a r tían á la fábrica de dicha tome, viendo que no se
de tantas literarias tormentas, en tantos escollos
y social de los habitantes. Si como Cogolludo 1 de gentes, fué también regido de señores parti-
y Torquemada dicen, h u b o alguna colonia chi- culares, que es el estado de los reyes. Goberná-
cbimeca ó acolhua que aportase á Yucatan, só- banse por leyes y costumbres buenas; vivían en
lo en el sentido q u e hemos explicado es como paz y en justicia, que es argumento de su buen
la debemos considerar, y no como u n a gente gobierno; y alude mucho á esto ser todos de UNA
que viniese especial y principalmente á poblar LENGUA, que no admira poco que tanto gentío y tan
iu íl .1
esta tierra. Es incontestable argumento, á este extendido, en término de tantas leguas, se entendie-
respecto, el de la l e n g u a yucateca ó maya, siem- se con UN PROPIO LENGUAJE."
pre antigua, siempre invariable. Cogolludo ci- Y bien, este único y propio lenguaje, está ya
tando á T o r q u e m a d a , dice lo siguiente: "de tal dicho, siempre fué y es el yucateco ó maya.
suerte fueron aumentándose (los chichimecas) y Así, pues, á la raza maya no la encontramos de-
i ¿
ocupando la tierra, que en poco más de trescien- rivándose de ésta ó aquella otra (á no ser de la
tos años se extendieron por la mayor parte de la tulteca), ni alterándose ó vanándose por otras,
Nueva España, desde la una costa del Norte hasta sino que es enteramente original y antigua, y
la otra del Sur, corriendo todas las tierras medias pertenece por consiguiente á la clase de los pue-
que hay al Oriente, en que se incluye esta de blos más principales y típicos de la g r a n familia
Yucatan, hasta la de Ilibueras ú Honduras: que h u m a n a , acaso desde los tiempos primitivos.
por esta parte la gente yucateca parece ser des-
cendiente de las familias chichimecas y acol-
huas, que v i n i e n d o del Poniente, por las man- CAPITULO IV.
!¡ '
siones que el P. T o r q u e m a d a refiere, poblaron
Idioma de los mayas.
la Nueva E s p a ñ a . " Pero este mismo Torque-
mada, nos proporciona el argumento contra- A causa de la antigüedad histórica de los yu-
rio de la lengua, p u e s él, citado por Pimentel, 2 catecos ó mayas, su idioma es hoy u n o de los
dice así: " E l r e i n o de Yucatan, que corre por más interesantes para el estudio de los sabios,
más de trescientas leguas, así como fué poblado y la ciencia espera mucho para la historia y la
filosofía, del estudio filológico de él.
1 Cogolludo. Historia de Yucatan, lib. I V , cap. I I I .
2 P i m e n t e l . Cuadro descriptivo y comparativo de las len-
A causa de la inmensa utilidad de la locu-
guas indígenas de Méjico, tom. I I , pág. 4. P r i m e r a edición, ción humana, y con motivo de su clasificación
er. Méjico, año de 1862. en tantos y t a n distintos idiomas y dialectos
HM
— 100 —
y social de los habitantes. Si como Cogolludo 1 de gentes, fué también regido de señores parti-
y Torquemada dicen, h u b o alguna colonia clii- culares, que es el estado de los reyes. Goberná-
chimeca ó acolhua que aportase á Yucatan, só- banse por leyes y costumbres buenas; vivían en
lo en el sentido q u e hemos explicado es como paz y en justicia, que es argumento de su buen
la debemos considerar, y no como u n a gente gobierno; y alude mucho á esto ser todos de UNA
que viniese especial y principalmente á poblar LENGUA, que no admira poco que tanto gentío y tan
iu íl .1
esta tierra. Es incontestable argumento, á este extendido, en término de tantas leguas, se entendie-
respecto, el de la l e n g u a yucateca ó maya, siem- se con UN PROPIO LENGUAJE."
pre antigua, siempre invariable. Cogolludo ci- Y bien, este único y propio lenguaje, está ya
tando á T o r q u e m a d a , dice lo siguiente: "de tal dicho, siempre fué y es el yucateco ó maya.
suerte fueron aumentándose (los chichimecas) y Así, pues, á la raza maya no la encontramos de-
i ¿
ocupando la tierra, que en poco más de trescien- rivándose de ésta ó aquella otra (á no ser de la
tos años se extendieron por la mayor parte de la tulteca), ni alterándose ó vanándose por otras,
Nueva España, desde la una costa del Norte hasta sino que es enteramente original y antigua, y
la otra del Sur, corriendo todas las tierras medias pertenece por consiguiente á la clase de los pue-
que hay al Oriente, en que se incluye esta de blos más principales y típicos de la g r a n familia
Yucatan, hasta la de Ilibueras ú Honduras: que h u m a n a , acaso desde los tiempos primitivos.
por esta parte la gente yucateca parece ser des-
cendiente de las familias chichimecas y acol-
huas, que v i n i e n d o del Poniente, por las man- CAPITULO IV.
!¡ '
siones que el P. T o r q u e m a d a refiere, poblaron
Idioma de los mayas.
la Nueva E s p a ñ a . " Pero este mismo Torque-
mada, nos proporciona el argumento contra- A causa de la antigüedad histórica de los yu-
rio de la lengua, p u e s él, citado por Pimentel, 2 catecos ó mayas, su idioma es hoy u n o de los
dice así: " E l r e i n o de Yucatan, que corre por más interesantes p a r a el estudio de los sabios,
más de trescientas leguas, así como fué poblado y la ciencia espera mucho para la historia y la
filosofía, del estudio filológico de él.
1 Cogolludo. Historia de Yucatan, lib. I V , cap. I I I .
2 P i m e n t e l . Cuadro descriptivo y comparativo de las len-
A causa de la inmensa utilidad de la locu-
guas indígenas de Méjico, tom. I I , pág. 4. P r i m e r a edición, ción humana, y con motivo de su clasificación
er. Méjico, año de 1862. en tantos y t a n distintos idiomas y dialectos
HM
cuantos son los pueblos ó naciones en que se lia ria de todos los pueblos, sus peregrinaciones,
ramificado la familia h u m a n a , ha venido á ser, sus separaciones y sus mezclas, su respectivo
desde época inmemorial, para las investigacio- engrandecimiento y degradación, sus monu-
nes científicas, uno de los más importantes y mentos, sus tradiciones, sus misterios todos en
más curiosos objetos. El idioma q u e hablaba fin. T a n filosófico objeto hace hoy en día toda,
la h u m a n i d a d ¿fué siempre múltiple, ó primi- la nobleza é importancia de la lingüística, que
tivamente fué uno solo? Si fué siempre múlti- •se denomina también filología ó etnografía, ha-
ple ¿cuáles son, por decirlo así, las lenguas ma- biendo sido Leibnitz el primero que tuvo la
dres? Si fué uno solo al principio ¿cuál h a sido gloria de señalar á esta ciencia su verdadero
éste? ¿cómo se formaron los demás? H é a q u í camino y objeto. " En vez de reducir el estudio
las cuestiones que desde m u y a n t i g u o se h a n de las lenguas, dice Viseman, hablando de Leib-
empeñado en resolver los filólogos. Pero la filo- nitz, al inútil objeto seguido por los primeros
logía, así considerada, constituía u n a ciencia de filólogos, descubrió é indicó su utilidad con re-
m u y estériles frutos, y cuando más, d e sólo cu- lación á la historia, para seguir el rastro de las
riosas investigaciones, habiéndose fijado su em- emigraciones de los primeros pueblos, y para
peño, principalmente y por mucho tiempo en penetrar la oscuridad en que están envueltos
llegar á descubrir cuál había sido el idioma sus documentos más antiguos y más ciertos."
primitivo, toda vez que la autoridad venerable Y en verdad que para tan grandioso fin, no po-
de la Historia Sagrada y de la tradición unáni- día señalarse vía más fiel y segura que la len-
me de los pueblos, asegura la u n i d a d primiti- gua, y hé aquí la razón por qué los sabios d a n
va del lenguaje y de su confusion ó multiplica- actualmente á la lingüística u n a preferencia
ción posterior. m u y notable y extraordinaria. " L a s lenguas,
dice u n autor, son los mejores retratos de las
H a cambiado de dirección y de objeto, en los
naciones que las hablan. U n a nación altamen-
tiempos modernos, la lingüistica, llevando á u n
te civilizada no puede hablar u n idioma pobre
punto más elevado y verdaderamente impor-
y rudo, y cuando vemos á naciones bárbaras
tante sus afanes y sus miras. Se h a propuesto h a b l a r idiomas cuya estructura gramatical es
ahora conocer prácticamente los idiomas todos perfeccionada en sumo grado, la conclusion na-
del m u n d o y compararlos entre sí, n o yá preci- tural será que estas naciones h a n tenido otros
samente para descubrir el idioma primitivo, si- tiempos más felices, y que por desgracias nació-
no para llegar á fijar por este camino la histo-
nales, por conquistas, opresiones ó aislamiento,
Méjico. ¿Cómo conocer las familias que le ha-
h a n olvidado el uso de aquel instrumento que
b i t a n ? ¿cómo clasificarlas? ¿cómo saber su ori-
sólo pudo hacerse tan perfecto por medio de su
g e n ? No hay otro medio sino el estudio y clasi-
alta civilización pasada. L a l e n g u a es, [mes, el
ficación de sus lenguas, y lo mismo sucede res-
mejor y más fiel m o n u m e n t o histórico, áun des-
pectivamente en los otros países." i
pues de la muerte de las naciones, y cuando
Mr. Balbi, cuyas palabras reproduce el autor
contemplamos las obras d e Demóstenes y de
que acabamos de citar 2, dice así, con incontes-
Cicerón, sentimos la desaparición de aquellas table y sencilla elocuencia: " Q u é es nación? No
naciones La lengua es la p r u e b a infalible se puede responder de u n a m a n e r a convenien-
de la civilización presente ó p a s a d a de las na- te á esta pregunta tan interesante para el geó-
ciones." 1 grafo, el filólogo y el historiador, sin a y u d a de
Es indudable, por los datos q u e suministran la lingüística, pues es la única ciencia que su-
la razón y la experiencia, q u e el mejor y más ministra los elementos que determinan el ca-
verídico monumento de u n p u e b l o es la lengua rácter más constante que distingue u n a nación
que habla, y tiene por consiguiente para la his- de otra.... El n o m b r e de nación, en el sentido
toria u n mérito de i n m e n s a valía. Por eso la político ó histórico, es t a n variable como los
historia es, como h a dicho u n filólogo mejicano, acontecimientos q u e c a m b i a n tan frecuente-
la primera ciencia q u e r e c i b e poderosos auxi- m e n t e la faz de la tierra La lengua es el
lios de la filología. "Los h o m b r e s , dice, no con- signo característico q u e distingue u n a nación
servan yá el recuerdo de u n a g r a n parte de los de otra, y á veces es el único, porque todos las
acontecimientos pasados; los documentos que otras diferencias producidas por la diversidad
acreditan el origen de m u c h a s naciones se han de raza, de gobierno, de usos, de costumbres y
perdido, ó se h a l l a n t a n confusos, que es preci- de religión, ó no existen, ó bien ofrecen matices
sa u n a nueva luz que los i l u m i n e : muchos pue- casi imperceptibles. ¿Qué diferencia esencial
blos se encuentran m e z c l a d o s unos con otros, presentan entre sí las principales naciones de
sin saber si fueron h e r m a n o s ó huéspedes, ami- E u r o p a si no es la de la lengua?.... Sólo, pues,
gos ó enemigos, c o n q u i s t a d o r e s ó conquistados. por el exámeu de los idiomas que h a b l a n los
Basta fijar la vista en n u e s t r o propio suelo, en
1 Pimentel. Cuadro descriptivo i/ comparativo de las len-
guas indígenas de Méjico. Introducción.
1 Hassey. Estudio de la literatura alemana, IV. 2 Op. loe. cit.
—106 —
despreciable q u e parezca, cuya habla 110 cons-
diversos pueblos de la tierra, se puede llegar al
tituya para el verdadero sabio, u n a fuente de
origen primitivo de las naciones que la habi-
especulación científica. Es, pues, indudable, por
tan. L a historia no puede guiarnos en esta in-
estos antecedentes, q u e poseyendo el pueblo ma-
vestigación, sino hasta los tiempos á que alcan-
ya u n idioma tan especial y notable por mil tí-
za, y áun eso no es posible sino respecto al cor-
tulos, presenta t a m b i é n bajo este aspecto todo
to n ú m e r o de las naciones que poseen anales, ó el Ínteres que es común á todos los pueblos que
aquellas d e las q u e se conservan algunos re- poseen un idioma propio y especial. Pero fue-
cuerdos p o r historiadores extranjeros. El ma- ra de esto, tiene el idioma yucateco ó m a y a
yor n ú m e r o de las naciones del m u n d o está fue- otros motivos especiales de consideración histó-
r a de su alcance; pero se presenta la etnografía rica y filosófica, y á la verdad, en un grado de
p a r a ayudarnos, por medio de la sabia aplica- a l t u r a poco común á otras lenguas. Hemos di-
ción de los hechos que h a recogido, á llegar cho que a n t i g u a m e n t e la lingüística sólo tenía
hasta el origen primitivo de las diferentes na- u n objeto casi del todo estéril, pues en lo gene-
ciones. Si se ha dicho con razón que la geogra- ral, sin dársele ninguna, importancia propia á
fía y la cronología son los dos ojos de la histo- las diferentes lenguas de los pueblos, no se las
ria, m e parece que la etnografía es para ambos estudiaba sino p a r a pasar por encima de ellas,
lo q u e la cronología es para la historia. Sin abandonándoselas luego, con la sola idea domi-
u n a división bien distinta de las fechas y de las n a n t e de proseguir hasta llegar al descubrimien-
épocas, todo es confusion en esta ú l t i m a : sin la to de la lengua p r i m i t i v a : no merecían, por tan-
distinción bien precisa de los pueblos, la histo- to, la predilección de los filósofos, sino m u y con-
ria y la geografía se vuelven u n verdadero cáos, tados idiomas, como eran aquellos que te-
,un laberinto donde se pierden los más claros n í a n extraordinario mérito por su carácter de
talentos, los sabios dotados de la más vasta eru- venerable antigüedad ó por su riqueza. Y es
dición." cosa rara, que no dejaremos de hacer notar de
Y bien, si la lingüística, como por lo expues- paso, que á u n dentro de los límites de esta es-
to se ve, está l l a m a d a á hacer u n a t a n impor- fera, tan poco filosófica como reducida y estéril,
encontramos al idioma yucateco, á este idioma
t a n t e revolución en el m u n d o científico, por la
americano, capaz de obtener aquella importan-
m i s m a razón 110 h a y en el globo lengua algu-
cia que por m u c h o tiempo reclamaron para sí
n a ó dialecto que 110 merezca u n atento estu-
dio; n o h a y pueblo en la tierra, por ínfimo y
los idiomas más clásicos de la antigüedad: la tal y exclusivamente la atención universal. En-
aproximación á la lengua primitiva del hom- tonces Yucatan, la pobre península que se avan-
bre. "Es m u y probable, dice un autor, con mo- za á la entrada del Seno Mejicano, y la primera
tivo de exponer los estériles trabajos de los filó- por donde entraron los europeos para dirigirse
logos antiguos, y la necesaria consecuencia á hasta el corazon del g r a n imperio de los Moc-
que da lugar la certidumbre de un primer idio- tezumas, destituida como se halla de minas de
m a f u n d a m e n t a l , es m u y probable, según docu- • oro y plata, de n i n g u n a m a n e r a obtuvo el g r a n
mentos recientemente hallados en las misiones prestigio y f a m a que los ricos suelos de Méjico y
de la Alta California y Yucatan, que existía del Perú. Pero discurriendo al través de sus *
realmente aquel continente fabuloso de Atlan- silenciosas florestas, y observando los tesoros
tis, del cual dice la historia llegaron los prime- grandiosos de otro género, que entre ellas se
ros habitantes á E s p a ñ a , y que Yucatan, país ocultaban, un sabio misionero, u n observa-
de u n a civilización probablemente tan antigua dor á quien no deslumhraba el brillo del oro
como la de Persia y Egipto, nos presenta en la que los conquistadores buscaban en las entra-
hermosa lengua m a y a un verdadero y ménos ñas del Nuevo-Mundo, absorto en presencia
corrompido vástago del idioma de A d á n . " 1 de unas majestuosas ruinas, verídicos monu-
Pero puesto q u e u n a mejor y más sabia filo- mentos de u n a antiquísima civilización, abrió
sofía ha señalado el blanco y la ruta que debe se- el libro de sus apuntaciones, y más noble-
guir la verdadera ciencia filológica, principal- m e n t e gozoso con su ignorado hallazgo, q u e
mente en pró d e la historia de la humani- los nuevos poseedores del oro americano, escri-
dad, bajo este respecto es en el que debemos bió estas p a l a b r a s : «Si Yucatan hubiere de co-
buscar toda la i m p o r t a n c i a especial que el idio- b r a r nombre y reputación con m u c h e d u m -
m a m a y a pueda tener. bre, grandeza y hermosura de edificios, como
lo han alcanzado otras partes de las I n d i a s con
Cuando Colon a b r i ó para el m u n d o las puer-
su oro, plata y riquezas, ella hubiera extendí-
tas de otro n u e v o y desconocido, las riquezas ele
dose tanto como el Perú y la Nueva-España,
Méjico y del P e r ú se presentaron de tal mane-
porque es así, en esto de edificios y muchedum-
ra valiosas y espléndidas en las imaginaciones
bre de ellos, la más señalada cosa de cuantas
ardientes de aquel siglo, que se llevaron casi to-
hasta hoy en las I n d i a s se h a n descubierto, por-
que son tantos, y tantas las partes donde los hay
I Hassey. Estudio de la literatura alemana. I I , pág. 12.
- H i -
y tan tiene edificados, de cantería, á su modo,
q u e espanta." 1 laría ó superaría á la f a m a del oro y la plata de
E l célebre F r . Bartolomé de las Casas, citado Méjico y del Perú, á causa de la originalidad
por el historiador López d e Cogolludo, dice en grandiosa y estupenda de u n a arquitectura é
inscripciones que en otra ninguna parte se encuen-
su historia apologética: «Ciertamente, la tierra
tran, como dice Las Casas, y que cansan admira-
de Y u c a t a n da á entender cosas m u y especiales
ción, como dice H u m b o l d t , ese renombre, deci-
y de mayor antigüedad, p o r las grandes, admi-
mos, ha aparecido por fin con todo su esplen-
rables y excesivas m a n e r a s de edificios, y letre-
dor en el horizonte del m u n d o sabio, y está #
,ros de ciertos caracteres q u e en otra n i n g u n a
dando hoy á Yucatan más gloria y reputación,
parte se encuentran.» ¿
que el que en los días de la conquista dieran á
E l barón de H u m b o l d t , h a dicho «La Penín- Méjico y al Perú sus ricas minas de oro y pla-
sula de Yucatan n u n c a estuvo sujeta á los reyes ta. L a ciencia arqueológica h a hallado en Yu-
mejicanos ó aztecas; y con todo, los primeros catan u n rico campo á sus tareas, y al encon-
conquistadores Bernal Díaz, Hernández de Cór- trarse sin clave cierta y segura p a r a descifrar
doba y el valeroso J u a n d e Grijalva, se queda- u n a historia tan interesante, f u n d a con razón
ron admirados de lo civilizados que estaban los en el estudio de la lengua m a y a todas sus espe-
habitantes de esta p e n í n s u l a . H a l l a r o n casas ranzas, porque conforme al pensamiento de
construidas de piedra con a r g a m a s a de cal, edi- Leibnitz, la g r a n utilidad de la lingüística es
ficios piramidales (teocalis) que ellos compara- p a r a la historia el guía más seguro p a r a seguir
ron con las mezquitas de los moros, campos cer- el rastro de las emigraciones de los primeros
cados, la gente vestida, civil y m u y diferente de pueblos, y para penetrar la oscuridad en que
los indígenas de la isla de Cuba.» 3 están envueltos sus documentos más antiguos
Pues bien, aquel r e n o m b r e que dice el Illmo. y más ciertos.
Sr. L a n d a , que si llegara á obtener Yucatan por Yed así cómo la importancia del idioma yu-
el prestigio de sus m o n u m e n t o s históricos, igua- cateco está en razón directa de la alta importan-
cia de la historia yucateca, de la que, hallán-
1 F r . Diego de Landa, Relación délas cosas de Yucatan,
apud Brasseur. dose hoy m u y directamente ocupados los sabios
2 Cogolludo, Historia de Yucatan, lib. I V . cap. I I . de ambos mundos, hacen también u n a estima-
3 Humboldt, Ensayo político sobre la Nueva España, lib. ción especial de todo cuanto atañe al idioma. 1
III, cap. V I I I .
1 E n t r e otros muchos sabios filólogos de A m é r i c a v E u -
P a r a asignar hoy el origen de la lengua maya
puede decir de dónde toma origen. Éste será el
ó yucateca, sea q u e se d e m a r q u e la lengua ó
último resultado de las investigaciones filológi-
lenguas en q u e encuentre sus raíces y de que se
cas, á cuyo término, la historia yucateca, la his-
hubiese ido formando, ó sea que se designe el
toria americana, la historia de la h u m a n i d a d ,
origen del p r i m e r pueblo ó familia que le hu-
dejará caer muchos de los tupidos velos que áun
biese hablado, del u n o ó del otro modo, h a b r á
la cubren.
siempre de procederse por u n a demostración á
Sin embargo, la historia, en cuanto se alcan-
posteriori. P o r q u e hasta que la filología haya
za, designa, como se h a visto, al pueblo maya,
• terminado sus trabajos, si es posible, acerca
u n origen tulteca, Y si de las investigaciones*
de este idioma, hasta que, por haberse alcan-
etnográficas h a de llegar á obtenerse un resul-
zado de él u n conocimiento exacto y perfec-
tado histórico, 110 por eso los pocos precedentes
to, pueda h a b e r sido comparado con los de- históricos dejan también de servir de guías á
mas idiomas del m u n d o , será cuando se llegue las investigaciones de los filólogos. Así, las tra-
á designar el v e r d a d e r o origen de este tan an- diciones históricas e n c a m i n a n á la filología, y
tiguo como rico y m o n u m e n t a l idioma, como ésta acabará por ampliar y asegurar la historia.
se desciende desde las r a m a s de un árbol corpu- Ateniéndonos á ésta, la lengua maya parece, á
lento hasta las p r o f u n d a s entrañas de la tierra, no dudarlo, que debe ser hija de la tulteca;
para ver d ó n d e tienen su asiento las dilatadas y ¿quién sabe si no originariamente la tulteca
raíces, y de d o n d e procede la savia de que se nu- m i s m a ? Pues si muchos tienen á la azteca por
tre. No es, pues, ahora, no es á priori como se tulteca, debe tenerse en cuenta que h a y muchas
d u d a s y cuest iones sobre si el azteca fué el idioma
ropa, y á más de nuestros sabios nacionales los señores Ieaz- propio, n a t u r a l y exclusivo de los antiguos tul-
balceta y P i m e n t e l , sabemos que se ocupan rauy especial-
tecas, ó si fué otro que desapareció como desapa-
m e n t e de la lengua m a y a el Abate Brasseur de Bourbourg,
francés, y el D r . D. H. Berendt, aleman, y nos constan reció aquella célebre nación. Verdad es que D.
personalmente los extensos trabajos de este último. El pro- Francisco Pimentel en su «Cuadro descriptivo y
greso de la ciencia espera mucho de ellos, y el primero ha comparativo de las lenguas indígenas de Mé-
publicado y á obras q u e contienen apuntaciones y documen- jico,» dice: «Las noticias históricas que tene-
tos de g r a n Ínteres — E s t o decíamos hace doce años, pero
hoy, 1881, la m u e r t e nos h a arrebatado á los dos sabios ci-
mos sobre esos pueblos (los nahualtecas) están
tados Brasseur y B e r e n d t . Este último parece que ha deja- conformes en que los antiguos tultecas y las sie-
do inéditas sus o b r a s sobre la lengua yucateca te tribus nahualtecas tenían un mismo origen
y h a b l a b a n la m i s m a lengua que era el meji- tigüedad tan remota que se pierde en la oscura
cano, n a h u a t l ó azteca;» 1 pero el célebre histo- noche de los tiempos; ser la nación tulteca la
riador D. Francisco Javier Clavijero, á pesar más antigua y la más civilizada de la América;
de haber llevado con Boturini esta misma opi- haber ella desaparecido de la tierra de Aná-
nion, que despues h a n seguido los más escrito- huac; haber en ésta ciertas tradiciones de un
res mejicanos, revela como existente y difundi- lenguaje olvidado; ser los monumentos de los
da entre la g e n e r a l i d a d de los autores, la opi- m a y a s los más grandiosos, los más abundantes
nion contraria, con estas palabras: «Yo no dudo y los más perfectos y originales ó especiales que
que la lengua p r o p i a de los chichimecas anti- llaman a h o r a la atención de todos los sabios; y
guos fuese la m i s m a de los acolhuas y los na- ser, en fin, su idioma maya, tan antiguo, tan
huatlaques, esto es, la mejicana (ó azteca). Lo monumental y por innumerables títulos tan no-
mismo me parece d e los tultecas, por más q\Le di- table; argumentos son todos estos que bastan
gan otros autores, n i h e podido convencerme de para despertar á lo ménos la duda, sobre si se-
lo contrario despues del más diligente estudio rá este idioma, más bien que el azteca, el pro-
de la historia No hallamos u n solo argu- pio y original de la antiquísima nación de los
mento en que p u e d a apoyarse la opinion con- tultecas. Y si comparamos con estas poderosas
traria, aunque tan común entre los autores.» 2 La razones, la más fuerte que se ha hecho pasar en
fuerza con que este ilustre escritor defiende su favor de la opinion que defiende que el idioma
parecer, prueba n o sólo la existencia de la duda, mejicano fué el de los tultecas, la duda queda-
sino el calor de la cuestión que acabamos de ría, no sólo m u y arraigada, sino más distante de
indicar. Hay, en efecto, tradiciones m u y sólidas poderse resolverse en favor del mejicano. Esta
y respetables sobre u n idioma antiguo america- razón, la más fuerte, consiste en que el mejica-
no que desapareció de la región de Anáhuac, no ó azteca es poseído por algunos pueblos de
asi como que de esta desapareció la antigua na- Nicaragua y Guatemala, y que puesto que sólo
ción de los tultecas. Ser pues el pueblo maya se sabe la inmigración de los restos de la na-
de origen conocidamente tulteca; ser de una an- ción tulteca á aquellos lugares, debe presumir-
se que ellos llevaron aquel idioma, y que por
consiguiente era el suyo. Pero es seguro y cons-
1 Pimental, Cuadro descriptivo y comparativo de las len-
tante, como se ve por pruebas y testimonios irre-
guas indígenas de Méjico, tom. I. pag. 154 fragables, que los restos de la nación tulteca
2 Clavijero, Historia antigua de Méjico, lib. I I .
emigraron 110 sólo á Nicaragua y Guatemala-, tiempo se hizo la común lengua de las cortes
sino especialmente á Yucatan, y q u e por consi- indianas." 1
guiente, el mejicano se hablaría también en El Sr. Pimentel combate á Clavijero, á fin de
esta Península, siquiera por alguna tribu, ó por probar que los chichimecas no eran de la mis-
lo menos se encontrarían sus vestigios, puesto m a lengua que los tultecas. 2
que le habrían t r a í d o los tultecas, como le lleva-
La cuestión indicada es, pues, palpitante en-
ron á Guatemala. Mas nada de esto, sino todo
tre los autores, y es necesario que la lengua
lo contrario. Mientras que en Guatemala, en
m a y a comience á ocupar en ella su lugar, como
el Palenque, en H o n d u r a s , en Tabasco y otras
en efecto yá lo ocupa de poco acá. de u n a mane-
partes en donde se encuentran huellas de los
ra extraordinaria. Esta noble contienda, cual-
tultecas, se observa u n notable rastro de la len-
quiera que llegara á ser su último resultado, va
gua maya, en Y u c a t a n , fuente nativa de esta
desde luego aclarando la historia y encaminán-
lengua, no se e n c u e n t r a más rastro del azteca
donos al conocimiento del origen de la lengua
ó mejicano que de u n a s cuantas palabras, que
yucateca. 3
fueron introducidas despues de la conquista es-
E n cuanto á las propiedades de esta lengua,
pañola.
diremos que es enteramente expresiva y abun-
Clavijero, como se ve por las palabras que de dante. Para la expresión (le las ideas é impre-
él hemos transcrito, entiende que el n a h u a t l ó siones imaginativas y patéticas, para las de
azteca fué no sólo el idioma propio y natural g r a n movimiento y de descripción, para los
de los tultecas, sino t a m b i é n de las siete nacio- asuntos tristes y aflictivos, así como también
nes nahuatlaques, de los chichimecas y de los para rogar y para ultrajar y deprimir, cierta-
acolhuas. Mas el caballero Boturini difiere de
esta opinion, pues a u n q u e supone que el na-
1 Boturini, Idea de una nueva historia general de la
huatl ó azteca fué el idioma de los tultecas, ase- América Septentrional, ¿j X V .
vera que no lo fué d e los aztecas y de las otras 2 Pimentel, Diccionario de Historia, tom. V I I , art.
naciones, sino que éstas hubieron de abandonar Texcoco, y en el Cuadro descriptivo y comparativo de las len-
el suyo, adoptando el de los tultecas. " Las na- guas indígenas de Méjico, tom. 1, pág. 155.
ciones chichimeca, mejicana, teochichimeca y 3 P o d r á verse en el Apéndice nuestro artículo ''Sobre la
historia de la lengua maya," acerca del " E n s a y o sobre la an-
otras muchas, dice, r e p u d i a r o n sus lenguas na-
tigüedad de la m i s m a , " por el Sr. Dr. Augustus Le Plon-
tivas para ornarse d e la nahuatl, que en breve geon.
— lis —
mente acaso no h a y a otro idioma superior. Al-
gunos han creído, erróneamente, que para las de u n pueblo de cuya elevada inteligencia te-
ideas abstractas y metafísicas es pobre y escaso, nemos á la vista los más estupendos monumen-
pero este juicio es por lo ménos enteramente tos que la acreditan. Ignoramos ahora hasta
precipitado. " H a b l a n d o de la riqueza de u n dónde llegó á penetrar la filosofía de ese pue-
idioma comparado con otro, dice u n autor, de- blo, y ¿podrémos vanagloriarnos de saber todo
bíamos atender t a n sólo á la mayor ó menor fa- aquello de que f u é y es capaz la hermosa fecun-
cilidad de u n o ú otro en procrear palabras nue- didad de su rico idioma? En las imágenes, en
vas p a r a expresar con precisión los pensamien- lo patético, en lo descriptivo, se confiesa su fe-
tos. Todas las lenguas prominentes de Europa, cundidad y positiva abundancia, porque todo
siendo el t r a b a j o intelectual de muchos siglos, esto se experimenta en las notables reliquias
tienen esta cualidad en alto grado." 1 Estas pa- de esas admirables generaciones que pasaron.
labras envuelven u n a verdad confirmada con Y porque no se ha experimentado lo demás, y
mil hechos, y por lo mismo no podemos decir que sin embargo se deja entender, como por sí
que en este ó aquel ramo sea pobre y escaso el solo, á la primera observación que de aquel
maya, cuya m a y o r ó menor facilidad 110 sólo idioma se hace, ¿se tendrá razón en negarlo ?
en procrear palabras nuevas, sino en haberlas Fijemos la m i r a d a en lo que nos queda de la
tenido antes, p a r a expresar con precisión los antigua civilización m a y a : veamos lo que se
pensamientos, á u n no h a sido e x a m i n a d a , pues- alcanza de su mitología, de su astronomía, de
to que no se ha empleado con respecto á él el su cronología, de su política y de su soberbia y
trabajo y esmero que en las lenguas sabias ha original arquitectura, y entonces reconoceremos
sido el empeño y el fruto del trabajo intelectual con cuánta razón el barón Fridrichssal, al me-
de muchos siglos. ¿Quién se atreve á fijar hoy ditar sobre el antiguo pueblo yucateco, dice:
hasta dónde llegó la perfección del idioma yu- " Nada se ha hecho hasta ahora para resucitar
cateco en la expresión de las ideas abstractas y el espíritu de la nación que desapareció, y de
metafísicas? Y antes bien, nos vemos precisa- cuya existencia únicamente han quedado esos
dos á conjeturar lo mucho que en perfección hermosos monumentos, mudos epitafios coloca-
debió haber avanzado este idioma en los labios dos sobre el sepulcro de un pueblo que fué. Es-
tos testigos son, sin embargo,bastante válidos y
hábiles para probar que Yucatan estuvo u n a
1 Hassey, Estudio de la literatura alemana, IV. vez en manos de hombres muy adelantados en
todo respecto y siempre el progreso en una necesidad de explicar rudamente los pensamien-
parte, trae el m i s m o adelanto en los demás ra- tos, sino al buen gusto de la elocucion.
mos de la vida social." 1 " P o r q u e en este idioma, dice el mismo Bel-
El maya, que es d e una expresión varonil, tran, no se habla en todo como se escribe, ni se
esto es, fuerte y en a l g u n o s casos gutural, cuan- pronuncian muchas voces conforme lo piden las
do su pronunciación tiene la propiedad y el reglas ( y es lo que causa que algunos que lo
acento que de suyo t r a e el genio y la estructura hablan parezcan forasteros, ó se juzgue que n o
de la lengua, es n o t a b l e m e n t e armonioso y eu- pronuncian como deben, siendo así que hablan
fónico. Es polisilábica, y tiene tantas palabras, según las reglas del arte), se advierta q ue es tan
sílabas, síncopas, y tal variedad de acento ó pro- necesario el uso de las sinalefas y síncopas, que
nunciación especial, cuantas son las variedades sin hipérbole se puede afirmar que todo el ser
y más imperceptibles modificaciones del pen- y hermosura de esta lengua, es el uso de ellas, y
samiento. Los g r a m á t i c o s y filólogos tienen mu- la parte más principal del arte es su explica-
cho qué estudiar en este rico y monumental ción." 1
idioma; pero lo que m á s particularmente ha de
Concíbese, pues, por lo dicho, cuánta es la
llamar la atención es el acento, el verbo y la
precisión, propiedad, a b u n d a n c i a y fecundidad
síncopa. " E n el v e r b o h a y más que saber, dice
de este idioma. Vasto y p r o f u n d o como es en su
Beltran, porque m e parece que el blanco de es-
aprendizaje, por esta inmensa variedad de nom-
te idioma es el verbo y unas partículas ya ad-
bres que como en el español y francés son in-
verbiales, y ya compositivas, que á veces sólo
declinables; por la semiconjugacion de sus in-
sirven de ornato; p u e s con aquél y con la di-
numerables verbos; por sus artículos y pronom-
versidad de éstas, a y u d a n d o los pronombres, ex-
bres; por sus tan peculiares partículas composi-
plica con elegante s o n i d o los conceptos, y mu-
tivas, adverbiales y eufónicas; por su coloca-
cho mejor si se usa en él de síncopas y sinalefas. 2 "
r o n y supresión de letras; por sus contraccio-
E n efecto, la e s t r u c t u r a de este idioma nos in-
nes ó figuras, y en fin, por su pronunciación
dica que no sólo se h a atendido en él á la simple
y acento; vasto y profundo como es, repetimos,
por todo esto, es, sin embargo, natural, sencillo
y facilísimo á la par. Es tan natural, sencillo y
1 Fridrichssal, Carta á D. Justo Sierra, de 20 de Abril
de 1842.
2 Beltran, Arte del idioma maya. A r t . I I I . 1 Beltran Op, c.it. A r t . I V .
propio para expresarse, que hermanándose en San Buenaventura en el siglo diez y siete—per-
él la dificultad para el estudioso con la senci- la es, y digna de toda estimación, el ¡ r t e de la len
llez y naturalidad para el niño, se experimenta g u a maya, general idioma de todos los indios
á primera vista en Yucatan su poderosa influen- de las Provincias de Yucatan ó Campeche; tan
cia y predominio de trescientos años en todas fecundo, que casi no padece equivocación en
las clases d e la sociedad. Hicimos yá mérito sus voces propiamente pronunciadas; tan pro-
de la observación, no nuestra, sino de Hassey, fuso, que no mendiga de otro alguno las pro-
sobre que si debiéramos a n d a r como los anti- piedades; tan propio, que áun sus voces expli-
guos filólogos, en busca del idioma primitivo, can la naturaleza y propiedades de sus objetos,
deberíamos advertir que " Yucatan nos presen- que parece fué el más semejante al que en los
ta en la hermosa lengua m a y a u n verdadero y labios de nuestro primer padre dió á cada cosa
ménos corrompido vástago del idioma de A d á n / ' su esencial y nativo nombre.» 1
L a actual sociedad yucatecaque usa el maya «Es el yucateco idioma, d i c e B e l t r a n á n t e s c i -
como idioma vulgar, si bien marcándole con el tado, garboso en sus dicciones, elegante en sus
sello ignominioso de la esclavitud y del despre- periodos y en a m b a s cosas conciso, pues con po-
cio, tiene á la mano, hasta hoy, la frecuente cas palabras y breves sílabas explica á veces
oportunidad de comparar sus dos idiomas, esto profundas sentencias.» 2
es, el yucateco ó maya, con el más rico, más fe-
, P o r e s o e s q«e se h a n escrito de él trece Artes
cundo y m á s armonioso de los idiomas con que
o Gramáticas, y diez y siete Diccionarios. H é
la vieja E u r o p a ba regalado al Xuevo-Mundo: a q u í u n cuadro por orden cronológico:
el idioma español. Y haciendo esta compara-
ción, ¡cuántas palabras y cuántos giros de la SIGLO XVI.
más expresiva locucion echamos de ménos en Gaspar Antonio Xiu, noble indio yucateco,
fue autor de u n
este rico y civilizado idioma, al querer expre-
sar algún concepto con la naturalidad, conci- Vocabulario m a y a ó de la lengua de Yuca-
sion y perfecta propiedad con que, con u n a sola tan.
palabra, lo expresamos en el idioma indígena 1 F r . Gabriel
d e Y u c a t a n ! «Perla es, y digna de toda estima- n a y a , p r e h m . Dedicat. de D. Alonso de Mondragon. Mé-
ción—decía en Méjico el editor de la Gramáti- jico, 8 de Mayo de 1684. I m p r e n t a de la viuda de Calderón.
ca de lengua m a y a escrita por Fr. Gabriel de Beltran, Gramática deI idioma maya y semilexicon
yucateco, prólogo.
Fr. Luis de Villalpando, misionero español en Fr. Juan Coronel, misionero español en Yu-
catan, fué autor de u n
Yucatan, fué a u t o r d e las obras siguientes:
1. Arte de la l e n g u a maya, Vocabulario maya.
2. Vocabulario m a y a , Fr. Gabriel de San Buenaventura, misionero en
Yucatan, francés de nación, fué autor de las
Fr. Diego de Landa, misionero español y se-
obras siguientes :
g u n d o obispo d e Y u c a c a n , fue autor de u n
1. Arte de la lengua maya. (Impresa). 1
Arte perfeccionado de la lengua maya.
2. Diccionario maya-hispano é hispano-ma-
Fr. Luis Vidales, misionero en Yucatan, fué
ya, médico-botánico regional.
autor de las obras siguientes:
Fr. Andrés de Avendaño, misionero español en
1. Sintaxis d e la lengua maya.
Yucatan, fué autor de las obras siguientes:
2. Vocabulario bispano-maya.
1. Arte de la lengua maya.
3. Vocabulario maya-hispano.
2. Diccionario de la lengua m a y a .
Fr. Alonso de Soolana, misionero español en
3. Diccionario abreviado de los adverbios de
Yucatan, fué a u t o r de u n
tiempo y lugar del idioma maya.
Vocabulario m a y a ,
4. Diccionario de nombres de personas, ído-
los, danzas y otras antigüedades de Yucatan.
SIGLO XVII. 5. Diccionario botánico y médico conforme
á los usos y costumbres de los indios de Yu-
catan.
Fr. Julián de Cuartas, misionero español en
Yucatan, fué a u t o r de u n
SIGLO X V I I I .
Arte c o m p e n d i a d o de la lengua maya,
Fr. Antonio de Ciudad-Real, misionero espa- Fr. Pedro Beltran, franciscano yucateco, fué au-
ñol en Y u c a t a n , f u é autor de las obras siguientes: tor de u n
1. Diccionario bispano-maya. Arte del idioma m a y a reducido á suscintas
2. Diccionario maya-hispano. reglas y semilexicon yucateco, esto es, u n bre-
Fr. Juan de Acevedo, misionero español en
Yucatan, fué a u t o r d é l o s 1 Dos solos ejemplares quedan de esta interesante obra
Principios e l e m e n t a l e s de la gramática yu- en todo Yucatan y en todo el mundo, de modo que si no se
reimprime, pronto desaparecerá.
cateca.
ve Diccionario. (Dos veces impreso: la última 2. Cartilla de lengua maya para la enseñanza
edición fué hecha en Mérida por D. J. D. Espi- délos indígenas. (Impresa en Yucatan,en 1871.)
nosa, el año de 1859). Dr. Avgustus Le Plongeon, de Ñor te-America,
es autor de un pequeño
SIGLO X I X . Ensayo sobre la antigüedad de la lengua
maya. (Opúsculo publicado en Yucatan y en
Fr. Joaquín Ruz, franciscano yucateco, fué Méjico, en los periódicos intitulados La Revista
autor de las obras siguientes: de Mérida y El Republicano, el año de 1880). 1
1. Gramática yucateca, formada para la ins- Ademas, varios de los mismos autores cita-
trucción de los indígenas. (Impresa en 1844.) dos y otros muchos, escribieron g r a n variedad
2. Cartilla ó silabario y explicación de la de obras en lengua, yucateca ó con relación á
pronunciación m a y a , (Impresa en 1845.) ella, pero que por desgracia se h a n perdido las
3. E l Análisis de la lengua maya. (Impresa.) más ó casi todas. -
I). Juan Pío Pérez, seglar, literato yucateco, No es de poca importancia concluir este ca-
f u é autor de l a s obras siguientes: pítulo, advirtiendo que la palabra maya, áun así
1. Gramática d e la lengua maya. (MS.) pronunciada, es del género masculino, uniéndo-
2. Diccionario de la lengua maya. (Impre-
sa 1877.) 1 Nuestra Disertación sobre la historia de la lengua ma-
Mr. Brasseur de Bourbourg, sacerdote francés, ya que se ocupa de una manera especial de todos estos auto-
res, y que debería formar parte del Apéndice oue hemos de
m i e m b r o de la comision científica de Paris res-
añadir á la presente obra, tendrá que f o r m a r un volumen se-
pecto de Méjico, f u é autor délas obras siguientes: parado, así por su extensión, como porque entonces le aña-
1. «Manuscrit Troano. Etudes sur le Systè- diremos el Arte de la lengua maya por Fr. Gabriel de San
m e g r a p h i q u e et la langue des mayas, que in- Buenaventura, á fin de salvarlo para la posteridad, pues
como dejamos referido, no quedan de él más que dos ejem-
cluyela G r a m a i r e e t Chrestomathie,etun Voca-
plares. El volumen indicado será, pues, el tomo segundo
bulaire general maya, français et espagnol.» que daremos á la luz pública sobre la historia antigua y la
(Impresa en P a r i s , 1869). lengua de Yucatan.
Dr. Carlos Hermán Berendt, de Prusia, fué au- 2 De entre los autores modernos citados, el Sr. D. J u a n
tor de las obras siguientes: Pío Pérez publicó también, como sabe el lector, su diserta-
ción i n t i t u l a d a : Cronología antigua yucateca, que juzgamos
1. Diccionario de la lengua maya y su com- indispensable añadir á nuestra presente obra en un A p é n d i -
paración con otros idiomas americanos. (Inédita.) ce especial.
la á la voz idioma, á distinción de otro idioma, "Semejante costumbre se nota desde luego
también americano, que lleva en Sonora el nom- que tiene su origen en el idioma castellano; se
bre de mayo, porque el pueblo que lo habla tie- ve que á la radical may se le adaptan las termi-
ne el mismo n o m b r e de mayo, á causa del río de naciones de a, o, que en nuestra lengua sirven
este nombre con que fué conocido su país. Mas generalmente p a r a marcar el género masculino
ó femenino.
el idioma de Y u c a t a n ó de la Maya, tiene el
n o m b r e de el maya, á u n en significación mascu- " Veamos, pues, si ese uso autoriza semejante
lina, por f u n d a m e n t o s históricos y por el uso modo de h a b l a r ; veamos si la palabra maya,
antiguo y moderno de las personas instruidas. usada con nombres masculinos, debe cambiar
en castellano, considerada no yá como palabra
Con buenos fundamentos, pues, y con motivo
de lengua extraña, sino como hija adoptiva de
de una d u d a suscitada á este respecto en la
nuestro idioma.
Sociedad Mejicana de Geografía y Estadística,
D. Francisco Pimentel, se explicó en este sen- "Sobre el primer punto, ocurre desde luego
tido, diciendo así: que el uso es el juez supremo de los idiomas;
que de n a d a sirve el esfuerzo de algunos lin-
« H a y dos idiomas m u y diferentes en la Re-
güistas para desterrar u n a voz que u n pueblo
pública Mejicana, por su sistema gramatical, por
entero se empeña en adoptar; que es perder el
su diccionario y hasta por la posicion geográfi-
tiempo ocuparse en cuestiones de esta clase,
ca de los pueblos que los h a b l a n ; pero m u y se-
cuando las palabras son signos convencionales
mejantes por los nombres q u e llevan, pues uno
y no necesarios de nuestras ideas.
se l l a m a mayo y otro maya. Esa semejanza lle-
"Todo esto parece m u y exacto; pero tiene
ga hasta la igualdad m i s m a , en ciertos casos
contestaciones fáciles y concluyentes. El uso es,
pues, según se asegura, en Y u c a t a n l l a m a n ma-
en efecto, el juez supremo de los idiomas; pero
yo al maya,1 cuando se aplica á a l g ú n sustan-
no el uso caprichoso y vulgar, sino el uso fun-
tivo masculino, así es que, por ejemplo, se dice
dado en la razón, en la conveniencia, ó por lo
el indio mayo y la i n d i a maya, el idioma mayo y
ménos en el gusto, como cuando se quiere con-
la lengua maya. tribuir á la belleza, á la eufonía de u n a lengua.
Por esto es que u n distinguido gramático espa-
1 Tal costumbre sólo es de personas poco instruidas; ñol ha definido m u y exactamente la gramá-
pero esta corruptela está c o n d e n a d a por el uso contrario de tica castellana, diciendo que «es el conjunto or-
las gentes ilustradas.
denado de las reglas del lenguaje que vemos critores, n a d a importa que el pueblo la estropee,
observadas en los escritos ó conversaciones de porque, en primer lugar, el h o m b r e ilustrado
las personas doctas,» lo cual es conforme con lo domina con el tiempo y hace e n t r a r en razón
al que n a d a sabe; y en segundo, el que un igno-
que decía Quintiliano: Consuetudinem servionis
rante cometa u n error no es razón para q u e la
vocabo consensum eruditorum.
imite u n entendido.
" Esto supuesto, busquemos qué nombre apli-
caron á la lengua que nos ocupa, los escritores " P e r o áun suponiendo que los más doctos
que h a n t r a t a d o ó hablado de ella, es decir, las autores se hubieran empeñado en usar la pala-
personas doctas en la materia, y encontrare- bra mayo, en vez de maya, no por esto estaría
mos que nacionales y extranjeros le dan el nom- bien, porque a u n q u e el docto debe guiar al ig-
bre de maya, pudiéndome servir de apoyo los norante, de la misma m a n e r a la razón debe
nombres de Herrera, Clavijero, Fr. Gabriel de S. guiar al docto.
Buenaventura, Pedro Beltran de Santa Rosa,
" En el caso que nos ocupa, preguntaré: ¿Cuál
Fr. Joaquín Ruz, Beristain, Stephens, y Gui-
es el objeto del lenguaje? ¿qué es lo que le hace
llermo I i u m b o l d t . Algunos de estos ú otros au-
más propio? El objeto del lenguaje es dar á co-
tores no sólo usan el nombre maya con lengua,
nocer nuestras ideas; y así, será más propio un
es decir, con un nombre femenino, sino tam-
idioma cuanto sea más claro, cuanto más abun-
bién con la palabra idioma que es masculino.
de en signos perspicuos que respondan á cada
Vemos, en efecto, que el P. Beltran de Santa
u n o de nuestros pensamientos. Si, pues, h a y
Rosa intitula su g r a m á t i c a : «Arte del idioma
dos idiomas, dos pueblos en nuestro país dife-
maya-,» vemos también que el Br. Felipe San-
rentes en todo, ¿por qué no asignarles á cada
tiago de la Madera dice: «Arte y Semilexicon
uno su nombre propio y decir á aquél mayo y
del idioma maya;» y vemos igualmente que
á éste maya, y no á los dos del primer mod¿,
adopta ese modo de hablar D. F r . Mateo, obis-
causando mil dudas y anfibologías?
po de Yucatan. 1 E l P. Ruz, en su Silabario y u-
cateco, (pág. 5) dice también idioma maya. " N o creo que n i n g u n a persona de buen sen-
tido pueda i m p u g n a r seriamente estos argu-
"Establecida la forma de u n a voz por los es- mentos, de m a n e r a que n o queda en pié más
que la resistencia que u n oído castellano expe-
r i m e n t a al usar la terminación a con u n nom-
1 U n o y otro en la censura á la Gramática de Beltran.
bre masculino. Vov, pues, á t r a t a r este último
punto.
CAPITULO V
" La regla general en castellano, como ántes El nombre de Yucatan.
he indicado, es que los adjetivos masculinos se
terminen en o, y los femeninos en a, y asi es Hemos dicho en el capítulo primero que esta
que decimos hombre alto y mujer alta; pero no Península era designada por los naturales con
obstante esto, vemos adjetivos que con sólo la el nombre de Maya, Yucalpeten y Chacnovitan, y
terminación a se usan para los dos géneros, co- que le l l a m a b a n Onohualco los indios de los
mo idioma persa y lengua persa, hombre mos- otros pueblos del continente: ofrécese ahora la
covita, y m u j e r moscovita, caballo emta y yegua d u d a sobre si el nombre Yucatan es antiguo ó
escita. No se aparta, pues, del génio del idioma moderno. A juzgar por los historiadores, pare-
español el decir indio viaya é india maya, len- ce que el nombre de Yucatan es nuevo, y aun-
gua maya é idioma maya, consiguiéndose á la que al dar razón de su origen se encuentran em-
vez dar claridad y precisión al lenguaje. Aun barazados, todos convienen al ménos en que es
por razones ménos poderosas que la claridad la adulteración de a l g u n a palabra india, pro-
del discurso, y sin más objeto que la eufonía, n u n c i a d a al tiempo que los conquistadores exa-
vemos nombres de terminación femenina usa- m i n a b a n ó pretendían saber qué país era éste y
dos como masculinos, como c u a n d o decimos el cómo se llamaba.
alma y el águila, en lugar de la a l m a y la águila. En efecto, los nombres con que son conocidos
"Creo, pues, que todo b u e n escritor debe usar muchos lugares del continente americano, h a n
el nombre maya para designar el idioma que tomado su origen etimológico de palabras adul-
se habla en Yucatan, y mayo p a r a el de Sonora; teradas que al tiempo de pronunciarse por los
tanto más cuánto que esos n o m b r e s tienen u n a indígenas ó por los europeos, en ésta ó aquella
razón en sí mismos, y es q u e maya es palabra circunstancia, fueron tomadas como verdaderas
propia del idioma yucateco, y mayo se dice (del denominaciones que, si bien bastardas, despues,
de Sonora) porque el pueblo q u e h a b l a ese idio- con el curso del tiempo, se fueron legitimando,
m a vive á las orillas del río Mayo. 1 pues es u n a verdad práctica q u é en ésto el uso
decide como juez, y de a q u í el poeta: "Qu.erri penes
arbitrium est, et jus et norma loquendi." Esto
1 Pimentel. Cuadro descriptivo y comparativo de las
ha acontecido n o solo en América, pues q u e
lenguas indígenas de Méjico. T o m o I I , pág. 35.
bre masculino. Vov, pues, á t r a t a r este último
punto.
CAPITULO V
" La regla general en castellano, como ántes El nombre de Yucatan.
be indicado, es que los adjetivos masculinos se
terminen en o, y los femeninos en a, y así es Hemos dicho en el capítulo primero que esta
que decimos hombre alto y mujer alta; pero no Península era designada por los naturales con
obstante esto, vemos adjetivos que con sólo la el nombre de Maya, Yucalpeten y Chacnoiñtan, y
terminación a se usan para los dos géneros, co- que le l l a m a b a n Omhwlco los indios de los
mo idioma persa y lengua persa, hombre mos- otros pueblos del continente: ofrécese ahora la
covita, y m u j e r moscovita, caballo escita y yegua d u d a sobre si el nombre Yucatan es antiguo ó
escita. No se aparta, pues, del génio del idioma moderno. A juzgar por los historiadores, pare-
español el decir indio viaya é india maya, len- ce que el nombre de Yucatan es nuevo, y aun-
gua maya é idioma maya, consiguiéndose á la que al dar razón de su origen se encuentran em-
vez dar claridad y precisión al lenguaje. Aun barazados, todos convienen al ménos en que es
por razones ménos poderosas que la claridad la adulteración de a l g u n a palabra india, pro-
del discurso, y sin más objeto que la eufonía, n u n c i a d a al tiempo que los conquistadores exa-
vemos nombres de terminación femenina usa- m i n a b a n ó pretendían saber qué país era éste y
dos como masculinos, como c u a n d o decimos el cómo se llamaba.
alma y el águila, en lugar de la a l m a y la águila. En efecto, los nombres con que son conocidos
"Creo, pues, que todo b u e n escritor debe usar muchos lugares del continente americano, h a n
el nombre maya para designar el idioma que tomado su origen etimológico de palabras adul-
se habla en Yucatan, y mayo p a r a el de Sonora; teradas que al tiempo de pronunciarse por los
tanto más cuánto que esos n o m b r e s tienen u n a indígenas ó por los europeos, en ésta ó aquella
razón en sí mismos, y es q u e maya es palabra circunstancia, fueron tomadas como verdaderas
propia del idioma yucateco, y mayo se dice (del denominaciones que, si bien bastardas, despues,
de Sonora) porque el pueblo q u e h a b l a ese idio- con el curso del tiempo, se fueron legitimando,
m a vive á las orillas del río Mayo. 1 pues es u n a verdad práctica q u é en ésto el uso
dccide como juez, y de a q u í el poeta: "Qu.erri penes
arbitrium est, et jus et norma loquendi." Esto
1 Pimentel. Cuadro descriptivo y comparativo de las
ha acontecido n o solo en América, pues q u e
lenguas indígenas de Méjico. T o m o I I , pág. 35.
en E u r o p a vemos también el uso común y
que los indios tenían en las manos las garganti-
recibido de algunos nombres que no han teni-
llas desús mujeres, los españoles p r e g u n t a r o n :
do otro principio que el de las adulteraciones ó
¿Cómo se llama esta provincia? Los indios, que
contracciones del lenguaje. Galicia, por ejem-
por el modo conocieron que preguntaban, pen-
plo, es u n a adulteración de la palabra compues-
sando que era por lo que tenían en la mano, di-
ta Galo- Greda.
jeron: U Yu c atan: "son las gargantillas de nues-
Dícese q u e cuando el descubridor H e r n á n d e z tras esposas." Y los españoles, creyendo que Yu
de Córdoba llegó á las costas de esta Península, calan era el nombre de la provincia, a p u n t a r o n
p r e g u n t ó á los naturales cómo se llamaba la ó escribieron en su libro: YUCATAN, como por
tierra; y q u e sonando el lenguaje español como Chicheo-Itzá dijeron "Chichinizá," por Coz c-
u n a pronunciación m u y rápida al oído de los otoch " Cabo Catoche etc."
indios, éstos lo manifestaron así con estas pala-
Si recordamos que los europeos cambiaban
bras del idioma indiano: Tetec dtan; y con estas
sus baratijas de vidrio con las alhajas de oro,
otras: Ma t-natic a dtan, esto es: Habláis con ra-
plata y piedras preciosas de los indios, no pa-
pidez, no os comprendemos. Y los españoles, to-
recerá m u y fuera de caso, sino ciertamente m u y
m a n d o la respuesta como el nombre del país
verosímil, que entre los mayas y los españoles
q u e acababan de descubrir, se esforzaban á re-
se haya cruzado algún coloquio en que hubie-
petirla, a u n q u e adulterándola, por la dificultad
se algo de gargantillas de mujeres, de las que
que encontraban en pronunciarla con exacti-
en idioma indígena literalmente los maridos
t u d , proviniendo de a h í que dijeran Yucatan,
dicen: " Y u c-atan."
como si fuese éste el nombre que buscaban.
El moderno historiador Presc-ott, citando al
Otros dicen que a n d a n d o los españoles por
también moderno viajero Mr. Waldeck, preten-
la costa, cuando preguntaban algo, respondían
de encontrar un derivado más probable en la
los indios: Tolo qnin dtan, señalando algún lu-
palabra india Ouyouckatan. Pero Mr. Waldeck
gar, como si dijeran, para alejar del suelo pa-
copió mal á los historiadores primitivos, no
trio á los huéspedes: Mas allá os digo, marchaos.
existe tal palabra en la lengua yucateca; es sí,
U n o de los manuscritos de nuestra coleccion, una corrupción de esta frase: Uyac u dtan, esto
firmado por el P. Zúñiga, dice á este respecto es, Oigan su hablar, lo que viene á reducirse á
lo siguiente: ''Este nombre Yucatan lo pusieron lo que yá expusimos respecto de la conversa-
los españoles conquistadores, porque al tiempo ción que deberían haber tenido los primeros
descubridores con los indios, repitiendo sin bra Yucatan, el cual no es otro que u n a adul-
duda, á cada paso, estos últimos, las palabras: teración ó contracción de Yucalpeten, que era el
Tdec dtan, Ma tan c-nuctic a iltan, Tolo quin dtan; verdadero n o m b r e con que los m a y a s designa-
esto es: Hablan rápidamente estos hombres; no los ban su país. E n t r e las colecciones de manus-
entendemos ó no os entendemos; idos mas allá, y critos antiguos que hemos ido recogiendo cui-
probablemente entre estas frases, también di- dadosamente, para nuestro museo, h u b o de lle-
rían Uyae u dtan:" Oigan su hablar," y otras por gar á nuestras manos u n ejemplar de u n «Chi-
el estilo, con la notable particularidad de ter- l a m B a l a m » (Libro divino de los Mayas), que,
m i n a r todas aquellas frases con la sílaba y nom- por el l u g a r de su procedencia, clasificamos con
bre dtan, q u e significa nombre, palabra, idio- la denominación de Códice Chumayel, y en él
ma, lengua, plática, etc., siendo por lo mismo encontramos repetidas veces el nombre de Yu-
fácil y verosímil, según todos han juzgado, que calpeten unido al de Yucatan y como sinónimo
cualquiera d e ellas, ó todas juntas, hubiesen de él, digámoslo a s í . 1
motivado el n o m b r e de Yucatan. Ademas, se H é a q u í las palabras de dicho manuscrito, en
debe en tales suposiciones entender que aun- las páginas 30 y 34, que copiamos á la letra, con
que en particular b a y a tomado origen este sus defectos de escritura: en la página 30 dice
n o m b r e de a l g u n a de las frases indicadas, no hu- así: «Milcinientos treinta y nueve años; bailá:
biera permanecido, si otra circunstancia igual «1539 años, l i k i n bail u hol yotoch Don J u a n
ó semejante, y luego otra y otra, no la hubie- «Montejo, oces christianoil uay tipetenlae Y Ü C A L -
sen ido confirmando, por el motivo indicado de
que atan significa esposa y dtan la palabra ó el
1 A los señores que gusten ver con sus propios ojos el im -
idioma.
p o r t a n t e MS. citado en el texto, y que es un libro en 4.° me-
Todo esto pone en evidencia que no se h a co- nor, verdadero tesoro histórico, los recibiremos con placer
en nuestro estudio particular, en el que nos h a n h o n r a d o
nocido de u n a m a n e r a cierta é indubitable el
sabios extranjeros, p r i n c i p a l m e n t e de P a r i s , Berlin y N e w
origen del moderno nombre de Yucatan con Y o r k , así como también d e la capital de Méjico. E n él
que ha sido sustituido el antiguo de esta Penín- no hemos tenido n u n c a el gusto de ver á n i n g u n o d e
sula. Pero nosotros hemos tenido la fortuna de nuestros compatriotas que, como el Sr. D. Eligió Ancona, se
ocupan con la historia yucateca, y que suelen complacerse
hacer recientemente á este respecto u n descu-
en j u z g a r con d u r e z a nuestros escritos, presentándolos como
brimiento q u e viene á disipar toda cuestión y destituidos de los f u n d a m e n t o s que prestan las fuentes y los
duda, señalando el verdadero origen de la pala- documentos de la historia.
/
1 Landa. Relación de las cosas de Yucatan,, apud Bras- 1 Landa. Relación de las cosas de Yucatan, $ XI.
seur, § V I I y sig. 2 Cogolludo. Historia de Yucatan, lib. I V . cap. V I I .
Aguilar, i en su informe, lo de u n a m u j e r sola, cortado y tratado (el matrimonio,) concertaban
diciendo que t e n í a n muchas, y aun que con di- las arras y dote, lo cual era m u y poco, y dábalo
ficultad, en su conversión á la fe, las dejaron, el padre del mozo al consuegro, y hacía la sue-
quedándose con sólo la primera." EISr. L a n d a , gra, allende del dote, vestidos á la nuera é hi-
mejor informado evidentemente que el Sr. Sán- jo; y, venido el día, se juntaban en casa del pa-
chez de Aguilar, asegura lo que el P. L i z a n a : dre de la novia, y allí, aparejada la comida, ve-
que nunca los yucatecos tomaron más de una. 2 nían los convidados y el sacerdote; y j u n t a n d o
los casados y consuegros, trataba el sacerdote
El sacerdote hacía una plática sobre el matri-
cuadrarles, pues lo habían bien mirado los sue-
monio, s a h u m a b a la casa y bendecía con ora-
gros, y estarles bien, y así le daban su m u j e r
ciones á los novios: esto y el acto de dar de co-
al mozo esta noche, si era para ello, y luego se
mer y beber la m u j e r al hombre era en lo que
hacía la comida y convite, y de ahí en adelan-
consistían las ceremonias del matrimonio.
te quedaba en casa del suegro el yerno, traba-
N i n g ú n h o m b r e se podía casar con m u j e r que
jando cinco ó seis años por el suegro, y si no lo
tuviese el mismo nombre que él, porque, según
hacía, echábanle de casa, y las madres trabaja-
el exacto arreglo de sus genealogías, esto era
ban diese siempre la mujer de comer y beber
prueba de que aquélla era su pariente por par-
al marido en señal de casamiento. Los viudos
te de padre, y era ley que nadie se desposara con
y viudas sin fiesta ni solemnidad se concerta-
parientes paternos, si bien podían enlazarse
ban: con sólo ir ellos á casa de ellas, y admitir-
hasta primos hermanos cuyo parentezco proce-
los, y darles de comer, se hacía el casamiento ;
diese de parte materna. " N i n g u n o tomaba mu-
de lo cual nacía que se dejaban con tanta faci-
jer de su nombre, dice el P. Landa, de parte de
lidad como se tomaban. Nunca los yucatecos
su padre; era cosa muy fea entre ellos, y si al-
tomaron más de una, como se h a hallado en
gunos se casaban con las cuñadas, mujeres de
otras partes tener muchas juntas; y los padres
sus hermanos, era tenido por malo. No se casa-
algunas veces contraen matrimonio por sus hi-
ban con sus madrastras, ni cuñadas, h e r m a n a s
jos niños, hasta que sean venidos en edad, y se
de sus mujeres, ni tías, hermanas de sus madres,
tratan como suegros." 1
y si alguno lo hacía, era tenido por malo. Con-
P
dada en toda civilización pagana, que ni como
bles, q u e podían enajenar conforme á las leyes,
hija, ni como esposa, ni como h e r m a n a y ni
vendiendo, donando ó dejando en herencia. Se
áun como madre, tenía derecho alguno ni sobre
nota, sin embargo, que á la mujer, por sólo ser-
la hacienda, ni áun sobre sus propios hijos.
lo, n o se le consideraba como persona con dere-
chos, pues no era admitida en la herencia, de tal
1 Landa. Relación de las Cotas de Yucatán, ? XXIV.
Los objetos de su comercio e r a n estatuas de
La hacienda pública ó tesoro real, se forma-
ídolos, esclavos, telas de algodon y de henequen,
ba de u n a parte de los tributos q u e pagaba el
diversidad de obras de barro, de estuco, de pie-
pueblo, y se destinaba á los gastos de utilidad
d r a y madera, armas é instrumentos, cacao,
general, como el culto, el gobierno, la milicia,
m a d e r a , sal, maíz, frijoles, frutas y otras mu-
la educación, los caminos, etc., debiendo notar-
chas cosas.
se especialmente, que sostenían t a m b i é n estable-
Usaban por moneda cuentas de piedra, plan-
cimientos públicos de amparo, en q u e eran man-
chuelas de metal, granos de cacao, y conchas
tenidos los mancos, los ciegos y demás personas
raras y preciosas. "Que los oficios de los in-
inútiles, como en otra parte dejamos dicho, so-
dios, dice Landa, eran obreros y carpinteros,
bre la autoridad de los historiadores. 1
los cuales, por hacer los ídolos de b a r r o y m a -
Conocían y practicaban los m a y a s el comer- dera, con muchos ayunos y observancias, gana-
cio, como un elemento m u y principal de la ri- b a n mucho. H a b í a también cirujanos, ó por
queza publica, pues que dándole valor á los mejor decir hechiceros, los cuales c u r a b a n con
productos de la agricultura y de la iudustria, yerbas y muchas supersticiones, y así de todos
estimulaba al trabajo. Comerciaban por tierra, los demás oficios.
siendo los mismos hombres los cargadores, pues
"El oficio en que más inclinados estaban es
no tenían animales de carga, y p o r lo cual, y
mercadería, llevando sal, ropa y esclavos á tie-
por los motivos de religión que atrás hemos
r r a de U l ú a y Tabasco, trocándolo todo por ca-
apuntado, había m u y buenos caminos, ó más
cao y cuentas de piedra que era su moneda, y
bien calzadas, no solo suficientes á su objeto, si-
con ésta solían comprar esclavos, ú otras cuen-
no de gran comodidad, gusto y elegancia, y tan
tas, con razón que eran finas y buenas, las cua-
sólidamente construidas, que a u n a h o r a , despues
les por joyas traían sobre sí en las fiestas los
del trascurso de tantos siglos, se a d m i r a n en
señores. Y tenían otras hechas de ciertas con-
diferentes puntos de la Península los restos de
chas colocadas por monedas y joyas de sus per-
ellas. Comerciaban por mar, sirviéndose de ca-
sonas. Y lo traían en sus bolsas de red que te-
noas admirablemente grandes, y q u e se dirigían
nían, y en los mercados t r a t a b a n de todas cuan-
no solo á las islas adyacentes, sino también á
tas cosas había en esta tierra. F i a b a n , presta-
las d e las Antillas, á Honduras, y á las costas
ban, y pagaban cortesmente.
de Veracruz y Tabasco.
"Y sobre todos eran los labradores y los que
1 Herrera. Dec. IV, cap. X , lib. I I .
ponen á coger maíz y las demás semillas, lo
cual g u a r d a n en m u y lindos sitios y trojes, pa-
ra vender á sus tiempos." 1
Adelantos.—Gérm en de ruina.—Escritura—Ciencias.
Esta civilidad y cultura respecto de ese gran —Astronomía y cronología —Calendario.—Aritmé-
movimiento social que se llama comercio, agri- tica.—Literatura.—Bellas artes.
cultura é industria, dá una prueba evidente, á
pesar de ciertos defectos, del grado de civiliza- Constituido en camino de progresivos ade-
ción á que llegaron los antiguos yucatecos. lantos el pueblo maya, las ciencias y las artes
Pero supersticiosos en todo, el comercio tenía se cultivaban con verdadero empeño, y estaba
sus deidades tutelares, y los mercaderes les ofre- en costumbre no solo el justo respeto, sino a u n
cían sacrificios conforme á ritos especiales. Por la supersticiosa veneración de los hombres sa-
eso en la isla adyacente del Carmen ó L a g u n a bios, tenidos más bien que como hombres ex-
traordinarios, como unos semidioses. Aquella
de Términos, como puerto que es, liabía tem-
era una sociedad bastante bien organizada, y
plos consagrados á los númenes del comercio,
por consiguiente, la policía, por poco adelanta-
de modo que los mercaderes pudiesen cumplir
da que estuviera, no debe ser ahora desprecia-
con sus ofrendas entrando ó saliendo de la Pe-
ble para nosotros, cuando observamos que ha-
nínsula. Por eso también los adoratorios de la
bía podido formar un pueblo culto hasta donde
Isla de Cozumel llegaron á tener g r a n fama,
las peculiares circunstancias podían permi-
concurriendo á ellos frecuentes y numerosas ro-
tirlo, produciendo u n a civilización tanto más
merías, pues probablemente, esta f a m a se ori-
notable cuanto más propia era, exclusiva y ori-
ginó de las prácticas de los mercaderes. ginal.
E n sus mejores tiempos llegó el imperio yu-
cateco á tal grado de población, que hubo épo-
ca en que la Península, á pesar de su tan dila-
tada área 1 viniese á parecerse como á una sola
y gran ciudad. " H u b o tal gentío en el país,
dice u n notable historiador que hemos citado,
y se multiplicó tanto el pueblo, que los anti-
1 L a n d a . Relación de las cosas de Tucalan. \ XXIII
apud Brasseur.
1 Veánse atrás las Nociones preliminares. § I I I . pág. 27
ponen á coger maíz y las demás semillas, lo
cual g u a r d a n en m u y lindos sitios y trojes, pa-
ra vender á sus tiempos." 1
Adelantos.—Gérm en de ruina.—Escritura—Ciencias.
Esta civilidad y cultura respecto de ese gran —Astronomía y cronología —Calendario.—Aritmé-
movimiento social que se llama comercio, agri- tica.—Literatura.—Bellas artes.
cultura é industria, dá una prueba evidente, á
pesar de ciertos defectos, del grado de civiliza- Constituido en camino de progresivos ade-
ción á que llegaron los antiguos yucatecos. lantos el pueblo maya, las ciencias y las artes
Pero supersticiosos en todo, el comercio tenía se cultivaban con verdadero empeño, y estaba
sus deidades tutelares, y los mercaderes les ofre- en costumbre no solo el justo respeto, sino a u n
cían sacrificios conforme á ritos especiales. Por la supersticiosa veneración de los hombres sa-
eso en la isla adyacente del Carmen ó L a g u n a bios, tenidos más bien que como hombres ex-
traordinarios, como unos semidioses. Aquella
de Términos, como puerto que es, liabía tem-
era una sociedad bastante bien organizada, y
plos consagrados á los númenes del comercio,
por consiguiente, la policía, por poco adelanta-
de modo que los mercaderes pudiesen cumplir
da que estuviera, no debe ser ahora desprecia-
con sus ofrendas entrando ó saliendo de la Pe-
ble para nosotros, cuando observamos que ha-
nínsula. Por eso también los adoratorios de la
bía podido formar un pueblo culto hasta donde
Isla de Cozumel llegaron á tener g r a n fama,
las peculiares circunstancias podían permi-
concurriendo á ellos frecuentes y numerosas ro-
tirlo, produciendo u n a civilización tanto más
merías, pues probablemente, esta f a m a se ori-
notable cuanto más propia era, exclusiva y ori-
ginó de las prácticas de los mercaderes. ginal.
E n sus mejores tiempos llegó el imperio yu-
cateco á tal grado de población, que hubo épo-
ca en que la Península, á pesar de su tan dila-
tada área 1 viniese á parecerse como á una sola
y gran ciudad. " H u b o tal gentío en el país,
dice u n notable historiador que hemos citado,
y se multiplicó tanto el pueblo, que los anti-
1 L a n d a . Relación de las cosas de Yucalan. \ XXIII
apud Brasseur.
1 Veánse atrás las Nociones preliminares. § I I I . pág. 27
guos decían que toda la provincia parecía u n a presidir é impulsar todo este movimiento so-
sola ciudad, y que entonces se dedicaron á cial, u n a buena administración pública, que
construir más templos, lo cual produjo tan g r a n supiese encaminar todos aquellos adelantos, ga-
número de ellos." 1 rantizando á la vez la educación de las inteli-
Pues bien; ese prodigioso censo que necesita- gencias, el cultivo de los campos y el respeto
ba leyes adecuadas á la vida material y moral, de las creencias y prácticas religiosas. De todo
exigía de toda necesidad muchos y m u y gran- esto había á su manera, y eso nos hace ver las
des adelantos en todo género de ciencias, de excelentes condiciones de aquel pueblo, n o obs-
artes y oficios. L a religión y la agricultura de- tante que llevaba en la misma constitución de
m a n d a b a n perfectos conocimientos astronómi- su ser social, el gérmen de r u i n a y aniquila-
cos para el orden cronológico de las ritualida- miento, que es inseparable de la presión aho-
des del culto, y para la seguridad de las siem- gante de u n a religión falsa, y de u n absolutis-
bras y cosechas. Los dioses, los héroes, los gran- mo bárbaro, de u n a tiranía irresponsable, con
des señores requerían el adelanto de las artes la consiguiente inmoralidad que corrompe y
mata á todos los pueblos que carecen del único
p a r a la arquitectura de los templos y de los pa-
y legítimo f u n d a m e n t o de la perfecta civiliza-
lacios, para la escultura de las estatuas y gero-
ción: la verdadera religión y la verdadera mo-
glíficos, y para su consiguiente p i n t u r a y orna-
ral evangélica. ¡Cuán cierto es que toda la his-
to. Requerían no solo escritura geroglífica que
toria se condensa en este solo y único pensa-
es tarda y complicada, sino además la fonética
miento: el cristianismo vino á salvar y civili-
que es sencilla, perfecta y completa. R e q u e r í a n
zar á la h u m a n i d a d entera, que, desviada de
historiadores y poetas que trasmitiesen á la pos-
las tradiciones divinas de su primitivo origen,
teridad los memorables acontecimientos, las
corría precipitada á su más completa y univer-
grandes hazañas, las apoteosis, las fiestas katú- sal ruina!
nicas, y los h i m n o s y cánticos así religiosos co-
mo bélicos y populares. Talento, pues, estudio L a escritura y el cultivo de las ciencias ha-
y verdadera instrucción eran ya en el apogeo de cían u n a de las principales profesiones del sa-
la civilización yucateca, u n a necesidad imperio- cerdocio, como se h a indicado al hablar de éste
sa, siendo a d e m á s sobremanera necesaria para y al hablar de lo que constituía la filosofía y la
religión de este pueblo. Fuera de la religión y
1 Herrera. Dec. I V , lib. X , cap. I I I . de la filosofía así consideradas en general, las
1 ¡Jfl a 10
i9 k l á p
ciencias que más especialmente atendían, con-
0D
servándolas, adelantándolas y enseñándolas á
2 [ | a 11 ca PP
la juventud, eran la historia, el derecho, la as-
tronomía, la aritmética y la medicina. Tenían
c 20
(CALKNDARIO MAYA.)
1 Landa. Relación ele lus cosas de Tucatan, \ V I I , apud
Brasseur. SIGNOS DE LOS VEIftTE DIAS.
logia y calendario. Tenían su año perfecto de
trescientos sesenta y cinco días, de los que ex-
cluían y tenían como no existentes los cinco
últimos, juzgándolos como aciagos, kazil kin.
Componíase el año de veintiocho semanas de
á trece días, las cuales distribuían en diez y
ocho meses de á veinte días cada uno, con sus
nombres especiales y signos con que se repre-
sentaban : también observaban en el calenda-
rio el mes l u n a r de 30 días.
Véase el siguiente cuadro, que con otros que
se acompañan y algunas estampas de los sig-
nos de los días, de los meses y de sus combina-
ciones en círculos, con que también ilustrare-
mos este capítulo, podrá dar u n a idea del ca-
lendario maya tan admirablemente ingenioso
y perfecto.
Viai=12-Eoero.
Poop=16=Julio.
CALENDARIO MAYA.
Sicl.sfebrero.
a
Voo=5=A¡rosio
N O M B R E S D E LOS 2 0 D I A S D E L M E S .
jOs-y/ZttMH*»
6
7
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8 Chnen. 18 Irnix.
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10 Beeb. 20 Akbal.
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N O M B R E S D E LOS 18 M E S E S D E L ANO.
D I A S.
I KAN. I 8 2 9 3 10 4 II 5 12 6 13 7 I 8 2 9 3
II CHICHAN. 2 9 3 IO 4 ÍI 5 12 6 13 7 I 8 2 3 IO 4
9
III CIMIH. 3 IO 4 11 5 12 6 13 7 I 8 2 9 3 io 4 II 5
IV MANIK. 4 II 5 12 6 13 7 I 8 2 9 3 io 4 LI 5 12 6
V LAMAT. 5 12 6 13 7 I 8 2 9 3 IO 4 II 5 12 6 13 7
VI MÜLUC. 6 13 7 i 8 2 9 3 IO 4 ii 5 12 6 13 7 i 8
VII Oc. 7 i 8 2 9 3 10 4 11 5 12 6 13 7 i 8 2 9
VIII CHIEX. 8 2 9 3 10 4 ii 5 12 6 13 7 i 8 2 9 3 IO
IX EB. 9 3 lo 4 ii 5 12 '6 13 7 i 8 2 9 3 IO 4 11
X BEEN. IO 4 ii 5 12 6 13 7 i. 8 2 9 3 IO 4 11 5 12
XI HIX. ii 5 12 6 13 7 i 8 2 9 3 IO 4 ii 5 12 6 13
XII MÉX. 12 6 13 7 I 8 2 9 3 IO 4 II 5 12 6 13 7 i
XIII CIB. 13 I 8 2 9 3 IO 4 II 5 12 6 13 7 i 8 2
7
XIV CABAX. I 8 2 9 3 IO 4 il 5 12 6 13 7 i 8 .2 9 3
XV EDZNAB. 2 10 4 II 5 12 6 13 7 i 8 2 9 3 10 4
9 3
12 6 13 I 8 2 IO ii
XVI CAVAC. 3 10 4 II 5 7 9 3 4 5
XVII AHAU. 4 II 5 12 6 13 7 i 8 2 9 3 IO 4 II 5 12 6
X V I I I YMIX. 12 6 13 7 i 8 2 .9 3 IO 4 ii 5 12 6 13
5 7
X I X YK. 6 13 7 i 8 2 9 3 IO 4 II 5 12 6 13 7 i 8
X X AKBAL. 7 i 8 2 9 3 IO 4 II 5 12 6 13 7 I 8 2 9
' Kan 10
Chichan ii
Manik 13
Lamat i
CALENDARIO MAYA.
2
13 de D Clembre
t ' ^ 1879, inserta en los Anales déla ñas, torrentes, valles, sin historia, sin nombre; que los tou-
f S n í nÜmer
° 31
°' —P-ndltÍT. ristas no han recorrido, que los poetas no han cantado. B»jo
el encanto de esta naturaleza grandiosa, creía estar comple-
tamente fuera del mundo Divisamos por la primera
¡
los, (esto es en lo de Uxmal), y allí se hacían
hizo justa y oportuna oposicion á la depravada
los sacrificios así de hombres, mujeres y niños,
política de Cocom, todos los aduladores y men-
como de las demás cosas. Tienen algunos de
guados parciales de este tirano procuraron ha-
: . ellos altura de más de cien gradas, de poco más
cer odiosos á aquel digno rey y á sus vasallos,
de medio pié de ancho cada una. Yo subí u n a
bajo el pretexto de que, siendo comparativa-
vez al de Uxmal, y cuando hube de bajar, me
m e n t e nuevos moradores del país, debían s e r t e -
arrepentí, porque como los escalones son t a n
nidos más bien como extranjeros y como sos-
angostos, y tantos en número, sube el edificio
pechosos al celo que todos debían tener por la
m u y derecho, y siendo la altura 110 pequeña,
independencia nacional, l Esto dividió los
al bajar desvanece la vista y tiene gran peli-
ánimos de la generalidad, porque unos acepta-
gro."i
ron aquellas sujestiones, miéntras que otros se
Cocom, el soberano de Mayapan, era quien, á
J Oogolludo. Historia de Yucatan. Lib. IV, cap. V I I . 1 Landa. Relación de las cosas de Yucatan, § IX.
pusieron de parte de losTutul Xius, en virtud Llevado, pues, de esta mira, celebró alianza
de que no veían en ellos sino verdaderos h e r . con el soberano del Anáhnac (México), quien
manos, como que eran de la misma raza y len- dispuso que pasaran á Yucatan todas las fuer-
gua, á la vez que en Cocom descubrían sobra- zas necesarias de Tabasco y Jicalango. Latida
dos fundamentos de un despotismo que tenía y Herrera dicen, cotí este motivo, hablando del
trazas de hacerse enteramente ilimitado y ab- rey de Mayapan, que " trató con la gente de
soluto. Además, la dinastía Cocom ¿ n o se en- guarnición que los reyes de México tenían en
orgullecía de reconocer por tronco á Kukulcan Tabasco y Jicalango, y que así trajo gente me-
(Quetzalcoatl), que era tulteca, lo mismo que xicana y oprimió los pobres y hizo muchos es-
los Tutul Xius, tanto los primitivos como los clavos; pero que el Señor de los Tutul Xius
nuevos pobladores de Yucatan ? 1 no lo consintió entre los suyos, con lo que se
Temiendo Cocom que del odio que sus malas ganó el amor de la tierra." i
acciones le habían concitado, resultase una ad- De estos datos tan explícitos de la historia se
hesión decidida en la mayoría hácia el rey de infiere f u n d a d a m e n t e que ésta fué la ocasion
Uxmal, Tutul X i u , y que haciéndole éste la gue- en que el soberano de Mayapan hizo contra
rra con el beneplácito y la cooperacion de to- Uxtnal la guerra cruel (cuyos vestigios claros
dos, triunfase y viniese á quedar único señor y patentes hasta hoy estamos todos mirando),
del imperio, se propuso arruinarle. Levantó antes que estallara contra él en revolución po-
al efecto y organizó un gran ejército, infun- derosa é irresistible el amor de toda la tiena
diendo en todos un gran terror y reduciendo á que ya se hacía notar en favor del rey de
esclavitud á numerosos ciudadanos por cual- Uxmal.
quier motivo, pretexto ó capricho que se le pre- No sabremos decir ahora ciertamente cuán-
sentaba. S e g u r o de que los habitantes ignora- tas y cuáles fueron las peripecias de esta gue-
ban por completo el arte de la guerra, previo rra; pero debió extenderse á muchos años y á
un triunfo cierto si reforzaba su novel ejército varios reinados así de los reyes de Mayapan co-
haciendo venir tropas extranjeras formadas de mo de los de Uxmal, que llevaban todos los
soldados prácticos y aguerridos. primeros el nombre de Cocom y todos los se-
gundos el de Tutul X i u , como hemos advertido.
1 Recuérdese que los primitivos pobladores de Yucatan,
antes de la era cristiana, fueron tultecas. Véanse los prime- 1 Landa. Relación de las cosas de Yucatan, {¡ V I I . —
ros capítulos de esta obra. Herrera, Década IV, Lib. X, Cap. I I .
Ello es verdad que un cierto Cocom, en pos de pan. Esto explica por qué la ciudad de Uxmal,
otro, fué peor tirano que su antecesor,y que hi- aunque habitable, y tan bella y tan grandiosa,
zo nuevas alianzas con ios mexicanos para ani- estaba sin embargo abandonada, solitaria y
quilar el poder de Uxmal y para hacer nuevos misteriosa, como un magnífico pero silencioso
esclavos, resultandode a q u í n n continuo estado cementerio, en medio de tantos y tan numero-
de guerra intestina. "Aquel Cocom, dice el Sr. sos habitantes que por d o n d e q u i e r a se veían en
L a n d a del primero que se hizo tirano, fué pri- la Península en los días del descubrimiento y
mero el que hizo esclavos; pero de este mal se de la conquista española. No solo en aquellos
siguió usar las armas con que se defendieron días, sino aun también en los nuestros, puede
para que no fuesen todos esclavos. Que entre calificarse de habitable la ciudad de Uxmal,
los sucesores de la casa cocomina hubo (otro) puesto que en sus edificios se han hospedado
uno, muy orgulloso y imitador de Cocom (el en el presente siglo algunos de los sabios via-
primer tirano), y que hizo otra liga con los de jeros que la hau visitado. Uno de ellos f u é el
Tabasco y que metió más mexicanos dentro de Sr. Stephens, á quien tantas veces hemos cita-
la ciudad y que comenzó á tiranizar y hacer do, y quien aseguró que "con unos pocos miles
esclavos á la gente m e n u d a (el pueblo), y que de pesos quedaría completamente restaurado
por e s t o s e juntaron los señores á la parte de el Palacio del Gobernador." i
Tutul X i u . " i
Consta, por datos fidedignos que consigna
Cayó, pues, este Cocom sobre Tutul Xiu con D. Antonio de Herrera, que Tutul Xiu, despues
su ejército; arruinó la gran ciudad de Uxmal, de vencido y obligado, como hemos visto, á
objeto de su encono y de su envidia; prohibió hacer abandono de su graude y favorita ciu-
que de nuevo se poblara por ninguna clase de dad, fundó otra nueva, que por ser tan inferior
gente, obligando á sus moradores á hacer com- á la que dejara, y para expresar la pasada gran-
pleto abandono de ella, aun c u a n d o p e r m a u e c í a deza de su libertad y poderío, llamóla con el
habitable, poniéndoles así en el duro extremo n o m b r e de Maní, palabra que en la lengua ma-
de retirarse para siempre de su ciudad tan sun-
tuosa y tan querida, é ir á habitar en ciudades 1 E l Sr. D. F e r n a n d o Ramírez también habitó varios
inferiores, de modo que ya no hubiese ninguna días en las ruinas de U x m a l , en la época en que la E m p e r a -
quepudiera contemplarse superior á la de Mava- triz Carlota, esposa de Maximiliano, visitó aquéllas, año
de 186-5; y posteriormente han hecho lo mismo, y por más
1 Landa. Relación de las cosas de Yucatan, § V I I . tie mpo, nuestros amigos, los esposos Le Plongeon.
ya quiere literalmente d e c i r : Ya pasó, como
diciendo así: " l asó mi época." 1 Y nuestro Sierra, D. Justo, con motivo de
creer que se había hecho imposible penetrar los
Este hecho llama grandemente la atención,
misterios de la historia antigua yueateca, por
y entre otras circunstancias que le son peen lia-
haber recogido Fr. Diego de L a n d a todos los li-
res, es gran parte á probar de una manera con-
bros y caracteres antiguos para entregarlos á
cluiente, que los tultecas de Uxmal que pasa-
las llamas como contaminados de superstición
ron á fundar la ciudad de Maní, hablaban la
y de idolatría, dice: " Así desaparecieron para
lengua maya, lo mismo que los tultecas ante-
siempre los únicos documentos que podrían ilus-
riores ó mayas antiguos.
trar hoy sobre el origen y construcción de esos
La grande y hermosa pero desgraciada ciu- monumentos que admiramos sin comprender, y
dad de Uxmal, pasó en verdad, al dominio de así también desapareció la memoria de los más
la historia, y de una historia llena de oscuri- importantes sucesos de la historia antigua."
dad, de la que ahora venimos á descorrer los Son suyas también estas palabras: " H a y a s i d o
densos velos, pues todos cuantos de ella han obra (la de las ciudades antiguas) de una raza
hablado, lo han hecho como de un inexplica- ya extinguida, ó de las primeras generaciones
ble misterio. El mismo arqueólogo Mr. Ste- de la que encontraron nuestros p a d r e s al tiem-
phens que la ha visitado y admirado, decía al po de ocupar este país, lo cierto es, que la me-
contemplar sus ruinas, estas palabras: "El lu- moria de los primitivos constructores estaba
gar de que voy hablando fué en su tiempo, sin perdida, y que las ruinas, ruinas eran aun pa-
duda, una grande, populosa y m u y civilizada ra los indios de la conquista. E n la gran lagu-
ciudad, sobre la cual nada encontrará el lector na que encontramos en la historia americana,
escrito en las páginas de la historia. Nadie pue- ó por mejor decir, la casiabsoluta carencia de ella,
de decir quiénes la edificaron, por qué la situación difícil es explicar hoy niel motivo de haberlos
en lugar tan desprovisto de agua y de todas las abandonado." 1
ventajas naturales que han determinado la si-
tuación de las ciudades cuya historia conoce- Sin embargode todo esto, ahora ven nuestros
mos, ni qué condujo d su abandono y destruc- lectores descorridos aquellos misteriosos velos;
ción." 2 porque, afortunadamente, la memoria de los
primitivos constructores de nuestros monumen-
1 Herrera. Década IV. Lib. X. Cap. I I I .
Stephens. "Incidents of travel in Central America,
Chiapas and Yucatan." 1 Sierra. Los indios de Yucatan, cap. V.
tos no está p e r d i d a , aunque sí bastante oculta y tos incompletos, inseguros y confusos con res-
velada; porque si bien esas ruinas eran siem- pecto á la historia antigua, por no haber teni-
pre ruinas para los indios del tiempo de la con- do á la vista la copia de documentos que pos-
quista, los datos que sobre ellas poseían los sa- teriormente se han descubierto, y á pesar de ha-
bios de entre los mismos indios, I03 trasmitie- ber consignado minuciosamente la biografía
ron en sus manuscritos, de que hemos tenido del célebre Fr. Diego de Landa, ni siquiera ha-
nosotros la inestimable fortuna de encontrar los ce mención de que éste hubiera dejado una «Re-
ejemplares auténticos que coustituyen nuestra lación Histórica» sobre Yucatan, considerado
coleccion de códices mayas; y porque el Illmo. ántes de la conquista. Así, los que han toma-
Sr. L a u d a que poseyó algunos de los mejores, do sólo á Cogolludo por guía, han llevado un
más ciertos y originales documentos d é l a anti- camino lleno de confusion y de equivocaciones,
g ü e d a d yucateca, no los quemó, si es que todos con respecto á la historia antigua.
los q u e m ó , sin ántesaprovecharse de ellos y es- Por esto, nosotros, siguiendo una nueva pero
cribir esa importantísima "Relación de las cosas más segura vía, hemos podido discurrir con
de Yucatan" que, merced á las muchas y muy mejor luz sobre quiénes fueron los constructo-
curiosas apuntaciones que contieue, ha veni- res de U x m a l , y de dónde, cómo y por qué vi-
do á ser u n a de las mejores f u e n t e s de la his- nieron. H e m o s visto su íntimo parentesco de
toria a m e r i c a n a . Esta fuente, unida á la que consanguinidad con los antiguos pobladores de
nos proporcionan las celebradas Décadas de la Peníusula y su unidad de lenguaje con los
D. A n t o n i o d e Herrera, viene á dar grande mismos. Podemos explicar, en fin, aun ese
fuerza y autoridad á las vagas é inconexas no- otro misterio de la historia, que tan j u s t a m e n t e
ticias que otros autores recogieron, pues que, á llama la atención del viajero americano, Sr. Ste-
la luz de ellas y á la de los manuscritos mayas, phens, acerca de la situación de Uxmal «en un
hemos podido ordenar ahora, eslabón por es- lugar tan desprovisto de agua y de todas las
labón, las épocas y los sucesos siquiera más veutajas naturales que han determinado la si-
principales de la cadena histórica. El inolvi- tuación de las ciudades cuya historia conoce-
dable F r . Diego López de Cogolludo, á quien mos.» ¿Por qué? P o r q u e habiendo venido los
Y u c a t a n debe el beneficio de una historia espe- nuevos colonos cuaudo toda la parte más ha-
cial, n o p u d o desgraciadamente salir del oscu- bitable de la Península, como mejor provista
ro laberinto de tradiciones inconexas y de da- de agua, así de pozos como de cenotes, estaba ya
totalmente o c u p a d a hacía tantos siglos por el estupendas ruinas de sus ciudades, se encuen-
desarrollo de las multiplicadas generaciones de tran como elocuentes testimonios de esta ver-
los primitivos pobladores; y, estando aquéllos dad histórica, y son conocidos bajo la denomi-
firmes en la resolución tomada desde que em- nación vulgar de aguadas.
prendieron en Tula su peregrinación de venir Hállause situadas las ruinas de Uxmal en
á parar en esta tierra de sus hermanos, Ono- los 20° 27' 30" de latitud Norte, según observa-
hualco ó Y u c a t á n , hubieron de fijar en ésta su ción hecha por Mr. Cathervood, que las visitó
mansión, a c e p t a n d o para el efecto, la única en unión de Mr. Stephens. A la vista de ellas
parte que sus dichos cohermanos podían ofre- qneda uno sorprendido, como dice el último de
cerles tan de b u e n a voluntad, y la cual no era estos viajeros, al contemplar un vasto campo
otra que la m o n t u o s a del Sur, aunque tan des- «cubierto de montones de ruinas de edificios so-
provista de a g u a . Si no hubiesen venido tam- bretcrrados y estructuras grandes, piramidales,
bién por su p a r t e corno hermanos, sino que en en buen estado, ricamente adornados, y produ-
son de guerra hubiesen invadido el país como ciendo un efecto pintoresco casi igual á las rui-
conquistadores, habrían sido rechazados por nas de Tébas.» Como este mismo viajero y
completo, si hubiesen sido vencidos, ó si resul- anticuario f u é el primero en describir con más
taran vencedores, hubiesen despojado á los ha- exactitud la mayor parte de las ruinas yucate-
bitantes de los mejores trerenos, para colocarse cas, es necesario que extractemos de él la par-
ellos, r e d u c i e n d o á la esclavitud á los antiguos te relativa á Uxmal.
dueños. P e r o nada de esto; los recien llegados «El primer objeto, dice, que se mira al salu-
se presentan c o m o nuevos compatriotas, y si el de los bosques, es el edificio llamado Casa del
único t e r r i t o r i o que puede ofrecérse'es carece de Enano, sobresaliendo entre montones de ruinas
todas las ventajas naturales que determinan la situa- y grupos de edificios gigantescos: el ojo vuelve
ción de las ciudades, ellos, por lo dicho, se ven en á fijarse en esta elevada estructura: fué el pri-
la precisión d e aceptarle, y con su g r a n d e y po- mer edificio en que entré. Desde la puerta
derosa i n d u s t r i a levantan admirables ciuda- del frente, conté diez y seis elevaciones, con pa-
des, supliendo la falta de fuentes y pozos con redes rotas, montones de piedras y vastos edifi-
sorpredentes obras hidráulicas q u e realizan, cios que á semejante distancia parecían intactos
como un maravilloso esfuerzo de su poder y de y como desafiando á los siglos. Estaba en pié
sus adelantos, y cuyos restos hoy, al par de las en el punto mencionado, cuando el sol tocaba
á su ocaso y echaba de los edificios una ancha
piedra, de cuatro y medio piés de ancho, que
faja de sombra sobre los terrados en que esta-
corre en toda su extensión la parte posterior
ban situados, ofreciendo una escena bastante
del edificio: no hay puerta ninguna en el cen-
extraña, como para una obra de encanto.
tro; sino una á cada extremidad, que conduceu
«Este edificio tiene de largo sesenta y ocho á cuartos de diez y ocho piés de largo y nueve
piés: la elevación en que está situado está cons- de ancho, y entre estos dos, hay otro cuarto que
t r u i d a con solidez sobre la misma llanura, y tiene el mismo ancho y treinta y cuatro piés
es enteramente artificial: su forma no es pira- de largo. Todo el edificio es de piedra: en la
midal, sino oblonga y redondeada; tiene de lar- parte interior las paredes son d e un pulimento
go en su base doscientos cuarenta piés, y está terso, y de la parte exterior hasta la altura de las
protejido en todo el rededor hasta la misma puertas, las piedras son lisas y cuadradas: sobro
cima por una pared de piedras cuadradas. Tal esta línea hay una rica cornisa ó moldura, y de
vez las elevadas y arruinadas estructuras del aquí hasta la cima del edificio todos los lados
Palenque que hemos llamado piramidales, y están cubiertos de ricos y elaborados adornos
que no pudimos observar con exactitud por esculpidos, f o r m a n d o una especie de arabesco.
estar tan arruiadas, eran originariamente de E l estilo y carácter de estos adornos eran ente-
la misma forma, l Sobre el lado oriental de ramente diferentes de los que habíamos visto
la estructura está una ancha escalera de piedra hasta entonces, tanto en aquel país, como en
con escalones de ocho á nueve pulgadas de al- cualquiera otro: no tenía semejanza ninguna
to; pero tan pendiente, que se necesita m u c h o con los de Copan ó Palanque, y eran enteramen-
cuidado para subirla y bajarla: contamos cien- te únicos y peculiares. Los diseños eran extra-
to un escalones en su lugar: faltaban nueve en ños é incomprensibles, m u y elaborados, algu-
la cumbre y tal vez veinte estarían cubiertos de nas veces grotescos, pero más c o m u n m e n t e sim-
tierra en la base. Sobre la cima ó parte supe- ples, graciosos y bellos. Entre los objetos inte-
rior de los escalones hay una plataforma de ligibles había piedras cuadradas y de figura
1 Indudablemente, las ruinas del Palenque son del mismo diamantina y con bustos de seres humanos, ca-
género de arquitectura, como construidas por los mismos bezas de leopardos y composiciones de hojas y
constructores de Uxmal. Y aquéllas estaban ó están tanto
más arruinadas, cuanto que son anteriores á la época de flores, y los adornos conocidos en todas partes
éstas, como hemos visto, pues pasando los T u t u l Xius por
Chiapas y Guatemala, vinieron finalmente á Yucatán, tér-
con el nombre de grecques. Los adornos que se
mino de sü peregrinación. suceden unos á otros son todos diferentes: el
todo forma nna extraordinaria masa de rique- dras cuadradas pulidas, y no se encontraba otra
za y complicación, y el efecto es magnífico y cu- p u e r t a ni medio de comunicación con los de-
rioso. La construcción de estos adornos no es más lugares. Los escalones que conducían del
ménos peculiar y sorprendente que el efecto ge- paso de la puerta al pié de la estructura, esta-
neral. No había piedras de una pieza que re- b a n enteramente destruidos
presentasen separadamente una sola materia; «El otro edificio se llama la Casa de las Mon-
sino que todas las combinaciones se forman de jas,, ó el convento. 1 Está situado sobre u n a
piedras distintas, sobre cada una de las cuales elevación artificial de unos quince piés. Su
está esculpida parte del objeto que se quiere forma es c u a d r a n g l a r , y u n lado, según mi me-
representar, y colocada en el lugar que le co- dida, tiene noventa y cinco piés de largo: no fué
rresponde en la pared: cada piedra por sí sola posible a n d a r toda la distancia por los monto-
era una fracción sin significado, pero unida á nes de piedras caídas que obstruyen el paso;
otras, ayudaba á formar un todo, que sin ella pero puede afirmarse con seguridad que tiene
hubiera sido incompleto: acaso puede llamárse- doscientos cincuenta piés cuadrados. Del mis-
le con propiedad un mosaico esculpido. mo modo que la Casa del Enano está construida
« D e la puerta del frente de este edificio enteramente de piedras cortadas, y todo el ex-
extraordinario, un suelo de cal y canto duro, de terior está lleno de los mismos ricos, elaborados
veinte y dos piés de largo y quince de ancho, é incomprensibles ornamentos esculpidos. L a
conduce á la azotea de otro edificio construido entrada principal es por un gran pasadizo que
más abajo sobre la estructura artificial. No hay de la puerta conduce á un hermoso patio de
escalera alguna ni comunicación visible entre yerba crecida, pero limpio de árboles, y toda la
los dos; pero bajando un monton de tierra que fachada interior está a d o r n a d a con más riqueza
está á lo largo de un lado del edificio bajo y y curiosidad que la exterior, y se halla en 1111
dando vuelta por un ángulo del mismo, entra- estado más perfecto de conservación. En u n
mos por una puerta de cuatro piés de ancho lado, la combinación era u n a forma simple, pu-
que está al frente, á un cuarto de doce piés de ra, graciosa; y en el frente del patio dos ser-
alto con corredores que recorrían todo el ancho: pientes gigantescas, con sus cabezas rotas y cai-
el que estaba al frente, tema siete piés y tres
pulgadas de fondo, y el otro tres pié« y nueve
pulgadas. Las paredes interiores eran de pie- 1 Son las ruinas do un colegio de vestales ó vírgenes
del Fuego Sagrado.
das, rodeaban toda la fachada en direcciones por lo que se llamaba la Casa de las palomas, y
opuestas. á cierta distancia, más bien parecía un palomar
que Otra cosa.
«En el frente y en línea recta de la puerta
"Al frente se extiende u n a gran calle con u n a
del convento, hay otro edificio del mismo ca-
línea de ruinas por cada lado, la que conduce
rácter general, llamado la Casa de las tortugas,
de las paredes exteriores del convento ( Casa de
por unas tortugas esculpidas sobre el pasadizo
las Vestales), á un monton de ruinas, que pro-
de la puerta: este edificio está cuarteado en va-
bablemente h a b r á n sido algún edificio unido á
rios lugares, como si hubiera sido sacudido por
él; y u n poco más adelante, se encuentra un ele-
a l g ú n terremoto: se encuentra casi en el centro
vado edificio de que aquél parecía un vestíbu-
de las ruinas, y desde arriba se presenta la vis- lo ó habitación de portero. Entre los dos había
ta de u n a magnificencia singular. u n gran patio con corredores á los lados, y el
«Un poco más á la derecha, pasando sobre piso sonaba h u e c o : en u n lugar la superficie es-
montones de ruinas, h a y otro edificio que tá rota, y baja á u n a gran excavación cubierta
desde u n a gran distancia llamó nuestra aten- de cal y canto, y era probablemente algún gra-
ción por sus adornos claros y elegantes. Lle- nero. Hácia la parte posterior del edificio, so-
gamos á él subiendo por los altos terrados. E l bre u n alto y desmoronado terrado á que era
edificio general, era semejante á los demás, y á difícil subir, había otro edificio mucho más
lo largo de su parte superior corría u n a pared arruinado que los demás; pero debe haber sido
alta, adornada en esta f o r m a : uno de los más importantes de la ciudad, y tal
vez el templo principal, si se considera el estilo
de su arquitectura y situación dominante, pues
exceptuando la Casa del Enano, era más eleva-
do y parecía haber estado unido á u n monton
de ruinas algo distantes que se hallaban al f r e n -
te: los indios (de hoy) le d a b a n el nombre de
Cuartel. Desde allí se divisaban otras ruinas que
no se incluyen en la enumeración de las que
se veían desde la Casa del Enano, presentando
un aspecto de magnificencia bárbara, que con-
fundía del todo cualquiera nocion previa, con
de como unos cien piés de largo de la platafor-
respectoá los habitantes aborígenas de este país,
m a . . . En el centro de la plataforma, hácia su
y excitaba emociones, que no habían sido cau-
frente, á una distancia de ciento cinco piés del
sadas por cosa a l g u n a de los que habíamos vis-
borde, hay una escalera de piedra de más de
to hasta a q u í
cien piés de ancho y de treinta y cinco escalo-
"Mientras yo recorría esas ruinas, Mr nes que sube á un tercer terrado, elevado quin-
Cathervood f u é á la Casu del Gobernador, cuyo ce piés sobre el segundo, y treinta y cinco del
título, según el nombre que le dan los indios suelo, y como está situado en u n a llanura des-
(actuales), indica el principal edificio de la anti- nuda, tenía u n a posicion m u y dominante. So-
g u a ciudad, la residencia del Gobernador ó el lamente la construcción de estos terrados, debe
palacio: su posicion es la más magnífica; su ar- haber costado u n inmenso trabajo : sobre este
quitectura la m á s grandiosa, y es el que se con- tercer terrado está colocada la noble estructura
serva con más perfección entre todos los edifi- de la Casa del Gobernador, con su principal en-
cios que existen en Uxmal. Está situado sobre trada, enfrentando la escalera. La fachada mi-
tres terrados; el primero tiene seiscientos piés de trescientos veinte piés: separada de la región
de largo y cinco de alto: está rodeado de u n a de las copiosas aguas y de la vegetación lozana
pared t r a b a j a d a con piedras cortadas, y sobre de las florestas que circundan las ruinas del
su cima hay u n a plataforma de veinte piés dé Palanque, permanece con sus paredes erguidas
alto, de donde se levanta otro terrado de quin- y casi tan perfecta, como cuando la abandona-
ce piés de a l t u r a ; está sostenido en sus extremi- ron sus habitantes. Todo el edificio está cons-
dades por p a r e d e s de piedra, y sus ángulos tie- truido de piedra lisa, hasta el alto de la moldu-
nen u n a figura redondeada, de m a n e r a que ra que está sobre la puerta, y de allí para arri-
presentan m e j o r remate que si sus ángulos fue- ba, lleno de ricas, extrañas y bien trabajadas
ran agudos. L a gran plataforma que está so- esculturas, entre las cuales sobresale particu-
bre él es llana y libre de árboles, pero a b u n d a larmente el ornamento á la grecque de que he-
en troncos verdes, del bosque que acababa de mos hecho mención. No h a y rudeza ó tosque-
ser d e s m o n t a d o . . . E n la extremidad S. E. de dad en el diseño y proporciones, ántes al con-
esta plataforma, se halla u u a hilera de pilares trario, el todo presenta un aspecto de grandio-
redondos de diez y ocho pulgadas de diámetro sidad y simetría arquitectónica; y cuando el
y de tres ó c u a t r o piés de alto, la que se extien- viajero sube los escalones y dirige su vistaasom-
b r a d a á las abiertas y desoladas puertas, apenas pecto del lugar de donde se trajo la madera,
cree q u e vé delante la obra de u n a raza en cu- cada una de las vigas debió haber sido condu-
yo epitafio, según han escrito los historiadores, cida en hombros de ocho indios con las remu-
se les llama ignorantes del arte, y se dice que das necesarias en u n a distancia de trescientas
h a n perecido enmedio de la grosería, aspereza millas; por consiguiente deben haber sido cos-
é ignorancia de una vida salvaje. Si estuviese to-as, raras y curiosas; y por esta razón debie-
este edificio con sus grandes terrados artificia- ron ser consideradas como mero lujo. Los din-
les situado en H y d e Parle, ó en el j a r d i n de las teles, era preciso que fueran de mucha fortale-
Tullerías, formaría u n nuevo orden, no digo za, pues sostenían u n a sólida masa de pared de
igual, pero sí digno de permanecer al lado de piedra de catorce ó diez y seis piés d e alto, y
los restos del arte egipcio, griego y romano. tres ó cuatro de grueso: tal vez ántes estaban
" H a b í a u n a cosa en que aparecía u n a falta fuertes como la misma piedra; pero entonces
e x t r a ñ a de conformidad con todo el resto: fué manifestaban que no eran tan durables, pues
el primer objeto que atrajo mi atención en la contenían dentro de sí mismos el gérmen de
Casa del Gobernador, y que observé en todos los destrucción. Verdad es que muchos de ellos
demás edificios: todos los dinteles eran de ma- estaban en sus lugares más fuertes y duros que
£ dera y, en todos los edificios, los más de ellos
estaban en sus lugares sobre las puertas: estos
el lignum vitce; pero otros estaban perforados por
les hecbas en las elevaciones del suelo calcáreo gulo Noroeste de dos hileras de colinas de la
que parecen conducir á cenotes profundamente
ocultos bajo el terrado. U n a de ellas que exis-
I Sierra: la primera, corriendo de Nornoreste á
Essureste, la segunda de Nornoroeste á Sursur-
te de la parte del Sur, a u n q u e obstruida de pie- este. Todo este plano es más ó ménos ondula-
dras y espinas, se parecía á la abertura de u n do como las otras porciones de la Península,
pozo trabajado artificialmente, y, habiendo ba- que había recorrido ántes de llegar allí, y las
jado á ella, reconocí dos caminos que se exten- elevaciones que se ven encima de las ondula-
dían bajo la roca, el uno al Sur y el otro al ciones del suelo, me parecen haber estado ocu-
Norte, quedando convencido de que este último padas todas a n t i g u a m e n t e por edificios cuya
comunicaba con las entrañas de la eminencia. antigüedad relativa disminuye, según me h a
Por lo demás, reflexionando acerca de esto, parecido, á m e d i d a que uno se aleja de la ha-
creo inadmisible que los constructores de esos cienda, yendo al Sur y al Sureste.
edificios puestos sobre la cima del cerro, se h u - r r a . . . y debajo se ve la roca viva que los cubre, porque la
biesen fijado allí sin estar ántes seguros de los m a y o r parte tienen grandes aberturas y luz suficiente. A l -
medios de procurarse agua. 1 Esta era, pues, gunos son tan g r a n d e s como una plaza ó una manzana de
r casas, y mirando desde abajo se llena uno de terror al pen-
1 Mis previsiones á este respecto, se han realizado des- sar lo que resultaría si se hundiese la roca. Pero la n a t u -
pues enteramente. He descubierto hace poco tiempo un li- raleza las ha fijado con tanta solidez, que sobre estas rocas
bro m u y raro sobre Yucatan, escrito por un hijo de esta se elevan casas y templos construidos con piedras y cal, co-
provincia, nacido en Valladolid de Yucatan, y Dean de la mo el monasterio de San Francisco de esta ciudad (Valla-
Catedral de Mérida: hé aquí lo que dice bajo el título: "Ca- dolid), el cual está situado sobre un estanque semejante que
vernas y balisas de agua, que llaman cenotes." " H a y tantas tiene pocas aberturas, por lo que es oscuro, y los que han
(cavernas) en este territorio, que os admiran y llenan de es- bajado allí con una cuerda, porque no tiene entrada, me
panto: la mayor parte encierra un g r a n estanque de agua han asegurado que es del tamaño como de dos cuadras."
fría, cristalina y m u y salubre, que se llama cenote: casi
todos tienen una profundidad de veinte, treinta y cuarenta
brazas, bajando hasta doce y catorce estados bajo de tie-
i I n f o r m e contra idolorum cultores del Obispado de Yucatan,
por el Dr. D. P e d r o Sánchez de Aguilar.—Madrid, 1639.)
—Esta nota es del mismo Sr. Brasseur.
"Desde lo alto del m o n u m e n t o llamado del
Adivino, yo h u b i e r a podido tomar un pequeño
plano, más ó ménos exacto, ayudado, como es- ffWtltfBSSSsf
Estos receptáculos, llevan hoy el nombre de
t a b a entonces para el desmonte de los bosques,
hecho en varios lugares con el objeto de prepa-
r a r las semillas de maíz; y allí en donde la arbo-
r r e yn parecen
r" a st delr plano ias
vistas desde la cima
leda estaba todavía en pié, las depresiones del te-
rreno y la altura de los edificios me hubieran enl S barrancos
l Í i T , I T ° natura-
permitido reconocer suficientemente su situa- S beran0S de
hecho de ° ^bían
ción, para poder dirigirme allí enseguida en mis Jiecho de ellas unos verdaderos depósitos do
diversas incursiones. Lo que llamó desde luego agua cavando la roca calcárea que a r r i s a
ban despues con piedras y cal, en t o d o f CZ~
m i atención, al e x a m i n a r la naturaleza acciden-
tada del plano, f u é el partido que los antiguos d T j J ' i / 0
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habitantes de U x m a l habían sabido sacar p a r a
" T ™ 1 0 ' AI presente, están rodeados de u n a
proveer de agua su gran ciudad. Los espacios
vegetación rica y exuberante que contrasta
q u e mediaban entre las eminencias habían si-
con los bosquecillos de los alrededores
do transformados cuidadosamente en canales,
gigantescos suspenden sobre las aguaTsu V e r d e
y otras obras cuyos restos no sabía cómo admi-
ramaje, y es n n a verdadera m a r l v i l l a el pen-
r a r : habían sido emprendidas para reunir y
sar que estos estanques sean obra de los l u m -
conservar las aguas llovedizas d u r a n t e la esta-
bres que los h a n construido p a r a su u t i l i Z
ción de las lluvias. Se derramaban por las 7 para la de sus descendientes en u n a
pendientes naturales del terreno, cuyas sinuo- totalmente desprovista de ríos y riachuelT?
sidades seguían los pequeños caños, se reunían S. sus orillas son reputadas malsanas, no deben
á los grandes que estaban cavados en las ba- su insalubridad sino 4 la descomposi ion de las
rrancas más profundas, circulando alrededor materias vegetales que se a c u m u l a n allí desde
de las eminencias más elevadas, y todo el con- ~ o s siglos, al abandono de sus h a b S
j u n t o de las aguas, despues de haber recorrido es actuales, y á la negligencia de sus propieta-
la ciudad entera y llenado sus cisternas, se reu- nos que n u n c a se h a n tomado e H r a b ^ o de
hacerlos Bajo u n ^ ^
nía en u n a s vastas pilas ó receptáculos más ó
ménos regulares que se extendían á u n a dis- P otector, el antiguo sistema de aguadas n o tar
d a n a en ser puesto de nuevo en vigor y en vol-
ver á Y u c a t a n , por un medio sabio de conser- recorrido el suelo de Yucatan, pocos hay que,
vación, con el agua potable y abundante, la al ver las aguadas, h a y a n podido imaginarse
a n t i g u a salubridad de que gozaba la Península. desde luego, que estos receptáculos fuesen en
" H e h a b l a d o á V. E . de los cenotes ó depó- realidad otra cosa que lo que denota su apa-
sitos de aguas naturales que existen en el fondo riencia, á pesar de la seguridad con que los indios
de las cavernas subterráneas. A pesar de las les decían que eran depósitos de agua, construidos
dificultades p a r a la entrada y la bajada en al- por sus antepasados. 1 Nada parecía capaz de
g u n a s de estas grutas, sus aguas bastaron pro- confirmar la veracidad de sus asertos, si la ca-
bablemente á los habitantes primitivos de este sualidad no hubiese hecho descubrir su justicia.
país. Pero, posteriormente, luego que la pobla- " H a b i e n d o llegado á faltar u n a vez u n a fuen-
ción fué creciendo, y que, bajo las dinastías rea- te n a t u r a l d u r a n t e un estío m u y caluroso, u n o
les de los Cocomes y de los Tutulxius, hubo to- d e los principales habitantes de la aldea de
m a d o el inmenso desarrollo que atestigua, con N o h y a x c h é , fijó su atención en una antigua
la tradición, la existencia de tantas ciudades, a g u a a b a n d o n a d a y llena de cieno, como la
cuyos recuerdos nos traen á la memoria sus rui- m a y o r parte de las de U x m a l : pensando, con
nas, los cenotes llegaron á ser insuficientes é razón, q u e ella había podido servir en otro tiem-
inútiles á u n gran número de lugares q u e se po á los indígenas, quiso aprovechar la esta-
encontraban demasiado léjos para poder pro- ción de la seca para limpiarla y utilizarla m á s
veerse de a g u a d u r a n t e la estación de la seca. t a r d e , si conseguía restituirla á su antiguo uso.
F u é necesario entonces pensar en medios a r t i . H a b i e n d o hecho quitar todo el lodo que se en-
ficiales, no solamente para conservar las aguas c o n t r a b a allí, descubrió u n lecho artificial com-
llovedizas en l a época de las lluvias, sino tam- puesto de grandes piedras planas ó chatas, so-
bién para los años en que la seca se prolongase b r e p u e s t a s de esta manera, estando llenos los
más allá del tiempo ordinario. Los Mayas al-
canzaron este doble fin, y no sabe u n o cómo ad-
m i r a r las obras hidráulicas que emprendieron
con este objeto. Las aguadas de U x m a l , sin ha-
blar de tocias aquellas que existen en el resto
1 Subrayamos estas palabras para que se vea cómo los
de la Península, están allí para atestiguar su indios conservan una verdadera tradición de su antigua
grandeza y utilidad. Entre los viajeros que h a n historia, y que desmienten á tantos escritores lijeros que
h a n creido poder asegurar lo contrario.
intersticios de u n a arcilla roja y oscura entera- las espaldas y sobre mulos, y esto d u r ó todo el
mente diferente de la que h a b í a en los alrede- tiempo de la seca.
dores. Los lechos de piedra eran muy nume- "A corta distancia de este lugar, habia otra
rosos, pero no se atrevió á ir hasta el fondo, por aguada llena de cieno y a b a n d o n a d a como la
temor de que sobreviniese a l g ú n accidente, y primera Los indios, que habían conservado
se le echase la culpa. Encontró hácia el centro todavía la costumbre de hacer allí agujeros para
cuatro antiguas cisternas, igualmente artificia- recoger el agua que se infiltraba, dieron en una
les, teniendo cada u n a cerca de cinco pies de de esas excavaciones con u n a especie de cis-
diámetro, y veinticuatro de profundidad; las terna, de la clase de las que acabo de hablar.
paredes estaban cubiertas de piedras pulidas, Se limpio de m a n e r a que se pudo examinar su
pero sin mezcla, y el fondo igualmemte lleno de orma, que no era ménos singular que su cons-
lodo. Además, en todo el largo de los bordes trucción. E l fondo era plano, con aberturas
de la aguada se descubrieron más de 400 ca- que formaban los cuellos de varias cisternas
simbas, especie de agujeros hechos en la roca, redondas, de paredes cubiertas de piedras lisas
en los que se infiltraba el agua, y que estaban y de veinte á veinticinco piés de profundidad.
destinados, así como las cisternas á proporcio- Debajo de estas cisternas, había otro fondo
nar qué beber, cuando la aguada estuviese seca. semejante y casi de igual profundidad. Este
"Se limpiaron enteramente las cisternas y descubrimiento trajo otras pesquisas: intere-
sado en esto todo el cantón, se concluyó por
los agujeros, así como el lecho de la a g u a d a :
encontrar más allá de cuarenta cisternas, todas
se las distribuyó entre las diversas familias del
de diferente forma y construcción, pero de i^ual
cantón, á quienes se les dió el cuidado de tener-
comodidad. Se limpiaron todas estas cisternas
las en buen estado, y desde que llegó la esta-
asi como la aguada, y luego que estuvieron
ción de las lluvias, la aguada se encontró vuel-
secas, despues de la estación de las lluvias, los
t a á su uso primitivo. Sucedió precisamente
habitantes tuvieron la ventaja de poder sacar
que el estío siguiente fué extremadamente seco;
constantemente a g u a de las cisternas de abajo.
el agua llegó á ser m u y rara en el país pero la
a g u a d a se encontró a b u n d a n t e m e n t e provista. "La disposición particular del suelo de Ux-
Millares de cuadrúpedos y de béstias de carga mal, dió lugar á cavar un gran número de
acudieron allí con sus dueños, de más de seis aguadas de este género, de donde se puede con-
leguas á la redonda; se le condujo hasta sobre cluir que esta ciudad h a debido contener una
población m u y considerable. El nombre gené- ven vestigios, en todo el trayecto de las agua-
rico de acal que tienen boy en lengua maya, das, sobre todo, de la calzada que conduce á los
garganta ó conducto de agua, parece hacer alu- magníficos palacios de Nohpat y de Ivabah,
sión á los cuellos de las cisternas más bien q u e cerca de Nohcacab, á dos ó tres leguas de Ux-
á la a g u a d a misma. Este nombre recuerda mal. Del lado occidental de las ruinas, las
igualmente un origen e x t r a n j e r o ; 1 así como dá aguadas se extienden en Uxmal entre eminen-
también motivo para pensar que los Tutul- cias elevadas cubiertas de grandes edificios, y
xius, que hicieron de U x m a l su capital y que todo parece a n u n c i a r allí un sistema de defen-
la embellecieron con tantos edificios suntuosos, sa combinada con las obras de hidráulica, rei-
trabajaron igualmente en multiplicar estos de- nando sobre el conjunto de la ciudad. Lo que
pósitos de a g u a que t a n t a s ventajas reportaban no me a d m i r ó ménos, entre estas obras, son los
á sus habitantes. A d e m á s de la de abastecer- puentes q u e en diversos lugares pasan sóbrelas
los abundantemente, las aguas habrían podido barrancas p o r donde las aguas corren de u n
servir probablemente de defensa á los edificios canal á otro, habiendo llamado sobre todo in-
vecinos y al conjunto d e la ciudad. El mayor- atención la notable m a n e r a con que habían
domo de la hacienda me aseguró, en efecto, que sido construidos, no habiendo sido ántes más
no se puede entrar en U x m a l , ni salir, más que que obstrucciones formadas por la roca calcá-
por el lado del Norte, en donde se reúnen de- rea entre l a s diferentes barrancas que n o po-
lante de la ciudad antigua, los tres caminos dían c o m u n i c a r las unas con las otras ántes
que conducen á Muña, hácia el Norte, á Bécal, que los h a b i t a n t e s de Uxmal, aprovechándose
hácia el Oeste y á Nohcacab, hácia el Sureste. de esas b a r r e r a s puestas por la naturaleza,
hubiesen practicado allí aberturas. P a r a ase-
"Grandes vías, semejantes á la calzada de gurarlos, h a b í a n añadido piedras y mezcla, y
Aké en I z a m a l , ponian á Uxmal en comunica- así, lo que n o era más que un obstáculo, llegó
ción con todas las ciudades vecinas, y aun se á ser un p u e n t e perfectamente arqueado como
\ Acal es igualmente una palabra de la lengua Nahuatl,
que significa barro ó navio, compuesto de a (atl) agua, y de los nuestros
callí, casa; también h a b r í a podido ser atribuida, bajo los "A corta distancia del lugar que he desig-
Tutulxius, á las fuentes ó aguadas de Uxmal, aunque en nado, se d i r i g e á la barranca sobre que está
u n sentido bastante diferente. Su nombre antiguo en len-
echado este puente, u n canal que debe recibir
gua maya, según Beltran, es Pekchentun ó Paa.— [ Esta es
nota del mismo Sr. Brasseur.J
las aguas d e un conducto subterráneo que pa-
rece tener su origen en el fondo de una g r u t a servar maíz. Esta opinion es no obstante, in-
y que servía quizá de desaguadero á las aguas sostenible. ¿Cómo los indígenas, que tenían tan-
de los edificios superiores. Este sistema de to cuidado de la conservación de sus granos, los
obras hidráulicas, repartido por toda la ciudad, habían de colocar en lugares en donde la aber-
tenía por objeto proporcionar agua á sus habi- tura más lijera hubiera dejado infiltrar el a g u a
tantes, cuyas casas debían ocupar de una ma- y dañarlos? Pero al observar estas cisternas con
nera más ó menos regular las pendientes de las atención, he encontrado allí circunstancias que
diversas eminencias, así como las depresiones el Sr. Stephens no había notado, y que confir-
ordinarias del plano. En cuanto á los grandes maban enteramente su opinion, así como la
edificios y á los palacios de la nobleza, estaban mía. Advertí, en efecto, que esas cisternas cu-
provistos de a g u a de otra manera. E n los pa- yas aberturas se encontraban en la superficie
tios interiores y sobre las diferentes terrazas en del suelo de los patios en donde estaban cava,
donde se elevan esos monumentos, he recono- das^ tenían ademés conductos de piedra de 12
cido numerosas cisternas análogas á las de que á 15 centímetros de ancho sobre u n a altura
hablamos arriba : son generalmente de forma análoga, haciendo el mismo oficio que nuestras
redonda, bastante parecida á unos garrafones, goteras ó caños, es decir, llevando las aguas del
variando en cuanto á sus dimensiones, de cin- cielo, de los techos de los edificios por el inte-
co á seis metros de diámetro sobre u n a altura rior de los muros bajo la superficie del patio, y
casi igual. Están cubiertas en lo interior de comunicando con el cuello de cada botellon,
u n a mezcla m u y dura, y el cuello, como el de en su parte media, desde donde caían á la cis-
u n a botella grande, varía de 70 á 90 centíme- terna. En la superficie misma del patio, exis-
tros de ancho : todas estas cisternas se tapaban tían otros conductos descubiertos, u n poco más
en su origen con el auxilio de u n a piedra re- anchos que los precedentes, á donde refluía el
donda parecida á u n a piedra de molino. agua de las cisternas que rebosaba y que su-
" E l primer descubrimiento de estas cisternas biendo y pasando por agujeros practicados en
había dado mucho en qué p e n s a r á los viajeros las piedras que les servía de cubiertas, descen-
que habían visitado á U x m a l hácia la misma dían, j u n t o con el resto de las aguas llovedizas,
época que el Sr. Stephens; a u n q u e este último de terraza en terraza hasta los patios inferiores.
creyó reconocer allí cisternas, los otros en su "Yo he reconocido cisternas, no solo en los
mayor parte, no veían sino cuartos para con- patios y sobre las terrazas de los principales
edificios de U x m a l , sino también en las plazas "Si la necesidad, empero, de proveer de agua
que lo separan, h a s t a en medió de los bosques á una poblacion numerosa había inspirado á
en donde servían igualmente á los habitantes loa f u n d a d o r e s de Uxmal trabajos tan conside-
de la c i u d a d ; h e seguido en muchos lugares las rables, n a d a se había omitido tampoco para re-
huellas de los canales, sobre todo, entre el Pa- c o r d a r á sus habitantes la idea de ladivinidad,
lacio de las Vestales y el Palacio de los Reyes, á quien, según ellos, eran deudores de este be-
entre los restos de las construcciones que se ex- neficio en su principio: en efecto, el dios que
tienden desde allí hacia los edificios del Oeste, adoraban como autor de la generación univer-
sal y d e la germinación, el productor por exce-
y he descubierto que, cuando todas las cister-
lencia, el dispensador de los bienes de la tierra,
nas estaban llenas por el desbordamiento de
y, por consiguiente, de las lluvias fecundantes,
las más altas, sobre las que estaban abajo, todas
representado bajo tan diversos símbolos, se en-
las aguas supérfluas ó sobrantes debían, por
cuentra p o r todas partes en Uxmal, bajo la for-
conductos subterráneos ó por salidas naturales
m a de phalus, símbolo de la fertilidad: se le vé
abiertas en la roca, llegar á las diversas agua-
en u n a m u l t i t u d de edificios, y el palacio que
das que rodean esta gran ciudad. Stephens ha-
está en el fondo del patio de las Vestales lo pre-
bía igualmente reconocido la multitud de cis-
senta en u n a variedad de actitudes de las que,
ternas existentes bajo el suelo desde la hacien- sin e m b a r g o , n i n g u n a es obscena: la fachada
da hasta los palacios: n a d a tendría, pues, de septentrional que está frente á la gran entrada
extraño que existiesen bajo los principales edi- reproducida en parto por el Sr. Charnay, ofre-
ficios, en el interior de las elevaciones del te- ce varias figuras que parecen haber servido ó
rreno formadas por la naturaleza en esa costra simulado servir de caños ó goteras. E l simula-
calcárea, cenotes en donde los jefes hubieran cro más g r a n d e de este género existía en el
podido proveerse a u n en defecto de las cister- centro del m i s m o patio, esculpido groseramen-
nas: así lo he llegado á creer, atendida la vasta te, de t r e s metros de circunferencia y de siete
extensión de Uxmal, el número y la grandeza á ocho d e a l t u r a por loménos: susrestos se en-
de sus edificios, y los medios admirables que cuentran precisamente sobre el cuello de una
se habían puesto en obra para no carecer de de las más g r a n d e s cisternas, delante de la cual
agua en ningún tiempo en que la cifra de la había sido e r i g i d o , lo que probaría además al-
poblacion hubiese subido á muchos centenares guna c o n e x i ó n de ideas entre la abundancia
de miles de almas.
producida por las aguas y el signo de la gene- transversal mente casi á la mitad de su altura
ración. Se encuentra también un gran número Ln el centro de este cuerpo se abre la entrada
de estos símbolos en las esculturas de la mole principal, formando u n arco saliente casi trian-
del Adivino, en la plaza que precede á este mo- gular de 10 ú 8 pulgadas de abertura, por el
numento y en la mayor parte de los patios; y que se penetra al patio de las cisternas. De cada
sobre la gran terraza del Palacio de los Reyes lado de esta puerta, a! Norte y al Sur, se abren
existe un simulacro casi délas dimensiones del cuatro cuartos de puertas cuadradas con sus
que está en el Palacio de las Vestales, designa- dinteles de madera y abovedados como la gran
do en Stepbens con el nombre de la Picota, y entrada: á cada extremidad del mismo edificio
existe una pequeña ala compuesta de dos cuar-
que Charnay intitula la Piedra del castigo.
tos, abiertos por afuera, sin comunicación con
" Al bacer aquí una lijera descripción de los
el patio
edificios que h e visto en Uxrnal, daré las medi.
das en piés ingleses, según Catherwood, que las " El cuerpo principal de la derecha, al Este
había tomado con mucho cuidado. El palacio del patio, ofrece una extensión de 158 piés- el
llamado de las Vestales ó de las Normas, y que de la derecha, al Oeste, de 163; y el del fondo
Cogolludo dice haber sido la habitación de las a Norte, de 264. Estos tres cuerpos, separados'
vírgenes destinadas á couservar el Fuego sa- el uno del otro, están enteramente privados de
grado, estaba formado por cuatro cuerpos prin- salida al exterior, y sus fachadas están cubier-
cipales, que encerraban el gran patio de las cis- tas dentro y fuera, de adornos, en donde figu-
ran hombres desnudos, r u d a m e n t e esculpidos
ternas del simulacro gigantesco de que acabo
v entre los que hay algunos que tocan instru-
de hablar, levautados sobre tres terrazas sobre-
mentos. El interior del patio, suficientemente
puestas; pero cuyo conjunto no tiene más que
descrito por los señores Stephens y Charnay
17 piés de altura. L a segunda, que tiene 12
presenta todavía, á pesar de su estado de ruina'
piés de alto y 45 de ancho, se presentaba de-
laute del cuerpo de entrada como una vasta una escena de extraordinaria magnificencia v
espíanada á donde se subía por escaleras hoy de que ninguna descripción podría dar una
enteramente arruinadas. La primera fachada idea satisfactoria: no son solamente admirables
situada al Sur, se exteudía sobre una longitud las esplendidas decoraciones de estas cuatro fa-
de 269 piés, cubierta de adornos esculpidos de chadas sino más aún la disposición particu-
un extremo á otro sobre la cornisa que la corta ar d e los cuatro cuerpos principales colocados
unos sobre otros en una excelente g r a d u a - cora la fachada del Oeste, forman el lado sa-
ción por un hábil cálculo de arquitectura, con liente de toda esta decoración; añadiré, además,
el objeto de bacer resaltar los adornos y de que lasserpientesrecuerdan ei mito deQuetzal-
producir una impresión más viva. cohuatl (Kukulcan en lengua maya) y que el
" E s t a n d o situado el primero al nivel de la título de Ahaucan,serpiente real, nombre de la
terraza, se encuentra excedido unos 10 ó 12 serpiente de cascabel en Yucatan, era el del
piés por los dos edificios que forman las alas gran sacerdote de Mayapan. 1 En cuanto á la
del patio, levantados intencional mente sobre cabeza humana que se presenta en la boca de
la gran serpiente de la fachada del Oeste, tiene
terrazas más elevadas, y á donde se subía por
la apariencia de una horrible calavera irritada.
escaleras de una docena de escalones; en el
fondo, el cuerpo principal habitado quizá en " O t r a particularidad digna de atención en
otro tiempo por la gran sacerdotisa, se presenta- el palacio de las Vestales son las antiguas
ba por detrás sobre otro edificio (pie le servía construcciones subterráneas que seencuentran,
corno de cuarto bajo, cerca de 25 piés de altura, sobre todo entre los restos de la escalera de la
levantando todos los otros su fachada coro- f a c h a d a del fondo, hácia el Mediodía: estos res-
tos, d e los cuales algunos están todavía bien
nada de picos fantásticos y cubierta de ador-
conservados, son una prueba más de la existen-
nos de un efecto el más sorprendente. E s una
cia d e un arte anterior á los edificios conoci-
verdadera decoración de teatro de que pue-
dos en Uxmal, y que merece ser atentamente
de uno juzgar mejor desde los palacios situados
e s t u d i a d o por los hombres prácticos. Yo me
en frente, sin que nada se oponga al golpe de
contento aquí con hacer la observación, coii la
vista. No me extenderé aquí sobre los detalles
de los adornos de este patio magnífico, de que
1 Así el ürceus es igualmente en Egipto, la serpiente
dan una idea suficiente los dibujos del se- real, y según Champollion, [Precis, etc., 2* edit., pág. 124]
ñor Catherwood y las fotografías del señor una insignia y un título de la dignidad real entre los F a -
Charnay; solamente diré que la imágen del raones. Lo que hay de particular aquí, es que el título de
Ahaucan ha quedado para los obispos de Yucatan, en len-
Sol, con la aureola, la lengua pendiente, los
gua m a y a , y el Áhavman, señor del cielo, que había creído
anillos de serpiente de cascabel fuera de la bo- desde luego ser el del obispo, era atribuido al provincial de
ca y que el señor Charnay llama cuadro al es- la Orden de los Franciscanos, ántes de la supresión, en esta
tilo egipcio (encadrée á 1' egiptienne) en la fa- P e n í n s u l a . [Beltran, Arte del idioma maya, etc.] Nota
del 8r. Brameur.
chada del Este, así como la serpiente que de-
esperanza d e q u e algún día, arquitectos envia- dal, á causa de su forma elíptica, y aunque el
dos por V. E., puedan t r a b a j a r en descubrir to- señor Stephons haya estado inclinado á pensar
das las antigüedades d e esta gran ciudad. que era una masa sólida, yo teugo muchos
" P e r o no es allí solamente en donde un ar- motivos para creer lo contrario.
quitecto encontraría m a t e r i a para estudiar las " E n la opinion de este escritor, la mole del
diversas épocas del arte en Uxmal; existe tam- Adivino era un santuario dedicado á los dioses
bién un gran número de edificios evidentemen- del país. "Sin duda n i n g u n a , dice, este monu-
te más antiguos que los palacios reconocidos mento imponente era un teocalli, el grande de
por los viajeros, y en donde se descubren algu- los Kues, el gran templo de los ídolos adorados
nas veces, como en el Palacio de las Vestales, por el pueblo de Uxmal, consagrado por sus
construcciones subterráneas de un gran inte- ritos más misteriosos como el más sagrado de
rés. Saliendo por el ángulo Sureste del patio, sus lugares santos " Estas románticas lí-
para llegar al m o n u m e n t o elíptico conocido neas nada prueban desgraciadamente, bien que
Stephens parecía querer apoyarse en algunas
con el nombre de la Pirámide de Nain ó del
palabras de Cogolludo p a r a hacer un templo
Adivino, se atraviesa u n cúmulo confuso de es-
de este edificio. Un atento exámen de esta mo-
combros y de galerías arruinadas, entre las
le demuestra, por el contrario, que en lugar de
cuales figuran los restos del edificio, al cualdió
una masa enteramente sólida, está compuesto
el señor Stephens el n o m b r e de Casa de las aves.
de cuatro ó cuíco órdenes de cuartos de dife-
Grandes cuerpos elevados sobre altas terrazas,
rentes tamaños sobrepuestos por detrás, aunque
pero sólo en ruinas al presente, unían el patio
del lado oriental, en donde existe en gran par-
de las Vestales al que servíaaparentemente de
te la escalera que sube al plano superior del
peristilo á l a mole del A d i v i n o , y en medio del monumento, está apoyado contra u n a masa en
cual se ven los restos d e otro phallus colosal. apariencia sólida. Esta escalera tiene 70 piés
Los escombros amontonados en la base de este de ancho, y abajo se c o m p o n e de 90 escalones;
monumento permitieron apénas á Catherwood pero el hecho de que por esta parte no se ve en
tomar una medida exacta: le dió aproximada- lo alto del monumento m á s que piezas estre-
mente 235 pié3 de largo sobre 150 de ancho ; chas sin salida directa sobre la escalera, y nin-
pero le encontró 105 de la base á la cima. Aun- guna terraza en donde h u b i e s e podido cele-
que disminuye de espesor á medida que se ele- brarse el sacrificio, p r u e b a q u e no era ésta la
va, este edificio es más bien cónico que pirami-
detrás, de manera que formase una especie de
escalera principal, y que no había hácia el
arbotante inmenso.
Oriente ningún santuario público. Lo que hay
de curioso es que estas piezas i n m e d i a t a m e n t e «El e x á m e n de estos cuartos es precisamente
puestas sobre el departamento principal, están lo que me ha llevado á reconocer que el monu-
coronadas de otras pequeñas, mostrando varias mento del Adivino no podía ser enteramente
pequeñas ventanas que, desde lejos, hacen el macizo: el mismo exámen me ha dado motivo
efecto de ventanas italianas de la edad media. para pensar que su destino debía haber sido do-
Lo que llamo el departamento principal, se ble, de acuerdo, por consiguiente, con los em-
abre del lado del Oeste, y su fachada represen- blemas de la vida v de la muerte que lleva so-
tada en una de las fotografías de M. Charnay, bre el frontis de la puerta del departamento
es uno de los más bellos trozos de arquitectura principal; es decir, que habría servido simultá-
que yo conozco en Uxmal. n e a m e n t e de sepulcro para los muertos y de
morada para los vivos. l i é aquí precisamente lo
" L a s proporciones elegantes de la entrada, que á este respecto dice Landa: «Una vez muer-
los adornos tan característicos de que está car- tos (los Mayas), los amortajaban, les llenaban
gada, y entre estos adornos los emblemas de la la boca de maíz molido que les sirve de bebida
vida y de la muerte, puestos unos al lado de y comida, y que ellos llaman keyem; j u n t o con
otros, son de una naturaleza capaz de llamar esto les ponían unas pequeñas piedras que les
vivamente la atención de los arqueólogos. Es- servían de moneda, con el fin de que tuviesen
te departamento está dividido en dos hermosas que comer en la otra vida. Los enterraban en
piezas que parecen haber servido de habitación; el interior de sus casas ó en la parte de atrás,
las que la rodean ó la sobresalen, hubieran po- encerrando con ellos en la t u m b a algunos de
dido abrigar á los oficiales del príncipe que ha- sus ídolos, y si era un sacerdote, algunos de sus
bitaba este noble retrete. Una plataforma de 18 libros; si era un hechicero, algunos objetos de
á 20 piés cuadrados se extiende al Oeste delante los que servían para la adivinación y algunas
de este departamento, dominando, á u n a altura chucherías mezcladas con estaño. Entonces
de 60 piés, el patio y los edificios del Palacio abandonaban, por lo común, la casa, y la deja-
de las Vestales. l ) e este laclo existía la escalera ban inmediatamente despuesdel entierro, á n o
principal que debía elevarse de piso en piso ser que se encontrase allí mucha gente habi-
apoyada sobre cuartos abovedados como los tando j u n t a , de manera que los que se queda-
otros, y cuyos asientos estaban edificados por
sen pudiesen animarse unos á otros contra el Stephens había encontrado en otras partes de
peligro de la m u e r t e . En cuanto á los se- Yucatan, edificios cerrados de la misma mane-
ñores y á las g e n t e s de condición superior, ra y habla de ellos sin podérselos explicar. En
quemaban sus cadáveres y depositaban en se- cuanto á mí, creo de todo punto que los diver-
guida sus cenizas en g r a n d e s u r n a s , y despues sos pisos del monumento del Adivino, son la
de esto edificaban t e m p l o s encima, como se ve obra de épocas diferentes: son probablemente
que lo hacían a n t i g u a m e n t e en Izamal. Se ha tumbas sobrepuestas y construidas sucesiva-
descubierto en nuestro t i e m p o que cuando eran mente, á medida que la muerte hería á los prín-
príucipes de alto rango, se encerraban sus ceni- cipes cuyas cenizas reposan allí. Los cuartos
zas en estátuas hechas de tierra cocida (barro.)» de la terraza superior son los únicos que pare-
cen haber servido de habitación á los vivos y
«Los cuartos edificados unos sobre otros en
que 110 presentan nada de obstrucciones siste-
este curioso edificio, y de q u e había recono-
máticas como la* que los sostienen. Tales como
cido al Oeste los dos primeros pisos, á partir de
ahora se les ve, habrían sido corno un lugar de
la terraza que les sirve de base, habían sido to-
retiro sagrado y como una especie de observa-
dos amurallados o r i g i n a r i a m e n t e ; la mayor par-
torio desde donde el que los ocupaba vigilaba
te están aún obstruidos de escombros, de ma-
toda la ciudad, y en particular el Palacio de las
nera que sería difícil, á ménos de practicar una
Vestales y los alrededares del Palacio real. En
excavación eu regla, saber lo que ellos encerra-
su conjunto, el monumento del Adivino ofrece
ban: todo lo que yo h e visto me lleva no obs- la apariencia de un magnífico túmulo, ó, si se
t a n t e á creer que h a n servido y sirven aún de quiere, de un mausoleo, el más grandioso que
lugares de sepultura, así como también los que existió tal vez en América.
forman, por medio de sus bóvedas puestas
unas detrás de las otras b a j o la escalera, la ver- «La exploración que yo he hecho del segun-
dadera espalda (epaulsment) del edificio central. do piso de este edificio, hasta donde me era po-
El modo particular con que estos últimos cuar- sible, me ha revelado un sistema de adorno ar-
tos están dispuestos, p a r e c e anunciar que han quitectural que me ha llamado vivamente la
sido construidos con posteridad, y ántes de atención. U n a especie de cornisa, formada de
las bóvedas y de la escalera, con el fin de ocul- piedras esculpidas en alto relieve encajadas las
tar mejor la entrada de la mansión de los muer- Unas en las otras, como las vértebras (le una
serpiente, de cerca de 20 centímetros de espe-
tos á las miradas y á la curiosidad de los vivos.
sor rodea el m o n u m e n t o pasando bajo las bó- un tipo de una raza hoy rara en Yucatan, y que
vedas de los cuartos d e la escalera; debajo vie- no ofrece analogía sino con las cabezas esculpi-
ne una s e g u n d a cornisa h e c h a de una especie das en el Palenque. ¿Será este af.aso un retrato
de balastres, sobrepuesto un friso compuesto de y corresponderá á la raza entonces reinante so-
grecas, cada una de 40 á 42 centímetros de lar- bre los Mayas y destronada por los Tutul
Xius? 1 Esto es lo que no se podría decir. Así
So sobre 16 6 18 de a n c h o , de una elegancia y
como una pequeña mano dibujada con no rué-
de una variedad q u e no sabe uno como ad-
nos delicadeza, este bosquejo salía de los es-
mirar A ñ a d i r é aquí otra particularidad ar-
combros, fresco como el día en que había sido
queológica interesante. Bajo esta bóveda, asi
trazado. P e r o ¿en dónde estaba su autor? ¡Cuán-
como en todo el largo del piso, aparecen como
tos siglos han pasado desde que su polvo desa-
unas columnas p e g a d a s unas á otras. Cuando
pareció con el polvo de los que él ayudaba á
yo hice desembarazar la abertura que se ve
sepultar! Yo sentía más que nunca en este mo-
aquí se descubrió detrás del muro que la ce-
mento no poder continuar el trabajo que había
rraba otra especie d e bóveda llena de arriba & comenzado; pero me prometo volver allí alguu
abajo, de piedras y de mezcla que hacían del día, si me fuere posible.
todo una masa compacta. Habiendo sido levan-
tadas estas piedras, aparecieron las columnas «De este edificio paso al Palacio de los Reyes,
cubiertas de una lijera capa de yeso de una
blancura tan brillante, que parecía que habían
1 Aquí supone el autor del Informe que los Tutul Xius
Bido ensayadas la víspera: una prueba mas de destronaron á la raza reinante sobre los mayas; pero esta
que los cuartos que se ocultan detrás han per- suposición es infundada y contraria á los datos históricos que
manecido intactos y sin haber sido violados por hemos presentado en esta obra. Por otra parte, y como él
mismo dice, puesto que el bosquejo aludido no ofrece ana-
ninguna m a n o profana desde que fueron tapia-
logía sino con las cabezas esculpidas en el Palenque, al paso
dos Otra particularidad no rnénos curiosa es el que ya nosotros demostramos que los Tutul Xius que edifica-
pequeño perfil que descubrió el Sr. Burgeois, ron á Uxmal eran tultecas, los mismos que en su peregrina-
bosquejado, según pudimos juzgar, probable- ción á Yucatan moraron en el Palenque, podemos entender
que el citado bosquejo era el retrato de alguno de los anti-
mente por uno de los obreros que habían sido guos progenitores de este pueblo, pero que con el curso de
empleados eu tapiar el sepulcro ántes que se hi- los siglos, la influencia del clima y otras circunstancias, su
c i e s e l a bóveda y la escalera. Este bosquejo es tipo se fué modificando hasta venir á hacerse hoy raro, aun-
que ciertamente aún se encuentra en Yucatan.
tanto más interesante en cuanto que recuerda
v piés de altura, y las puertas estaban sostenidas
(casa del Gobernador) que desde lo alto de sus por dinteles de madera de chulul ó de zapote
gigantescas terrazas ostenta á las miradas ató- que casi han desaparecido. Estas puertas no
nitas los espléndidos adornos de sus fachadas. tenían hojas, los anillos de piedra de que se ven
La principal que mira hacia el levante, con al- restos en el interior de los cuartos de cada lado
guna inclín ación al Sur, tiene 332piés ingleses de la abertura y á igual distancia de los dinte-
de extensión; su altura, contando la cornisa les de la puerta, servían para sostener rodillos
que ha desaparecido, hubiera podido avaluarse de m a d e r a á los cuales estaban suspendidas
en 30 á 35 piés. Este edificio, lo mismo que to- cortinas de tela más ó menos tupida, algunas
dos los demás, está enteramente construido con veces rollos de estera, según el uso de estos
piedras de sillería. Hasta cerca de la mitad de países. Las aberturas redondas ó cuadradas,
su altura, las fachadas, así como los lados, pre- todavía visibles en las paredes dentro ó fuera
sentan u n a superficie lisa que t e r m i n a una cor- de estas habitaciones servían para darles ven-
nisa, encima d e la cual parecen reposar las ri- tilación; el aire circulaba igualmente por los
cas esculturas de que se compone el adorno del intersticios practicados entre las baldosas que
Palacio hasta la cornisa superior. Este adorno formaban la clave de la bóveda, en donde esta-
ha sido ya suficientemente descrito por los Sres. ban sobrepuestas de manera que se pudiese re-
Stephens y Charnay; yo no emprenderé, pues, novar allí el aire como se quisiese, y es lo que
el hacer los detalles despues de ellos. A ñ a d i r é al presente nadie había observado. Yo he des-
solamente que ni las fotografías de este último, cubierto estos intesticiosen varios lugares, prin-
ni los dibujos hechos por el Sr. Catherwood, cipalmente en ei Palacio real, y si Stephens no
compañero de viaje del Sr. Stephens, pueden los ha notado, es porque aparentemente estaban
dar una idea de la belleza de este maravilloso obstruidos entonces por los escombros ó las
conjunto, á pesar del cuidado con que han sido plantas salvajes que crecen sobre la techumbre.
ejecutados. El interior se compone de veinte
y dos cuartos ó salas, que casi todas se abren «En el Palacio de los Reyes, así como en
de dos en dos 3obre la fachada oriental: las dos otros edificios, se ven también, eu más de un lu-
más grandes tienen cada una la extensión de 60 gar, rodillos de madera de zapote colocados en
piés, teniendo la primera tres puertas en f r e n t e las aberturas de la muralla de que se trata más
de la gran escalera. Todos estos departamen- arriba. El Sr. Charnay había creido que ser-
tos están abovedados triangularmente á 22 ó 25 vían para sostener las hamacas de sus habitan-
tes, de donde concluye que la hamaca es un ñosamente á los españoles, tendido en su ha-
mueble de invención americana, en lo que tie- maca, á la entrada de su Palacio
ne razón. L a hamaca era el lecho ordinario de " E n cuanto á los rodillos de madera que he
las poblaciones de las Antillas y de las diversas advertido, lo mismo que el Sr. Charnay, no sa-
tribus de la América meridional. No era inénos bría decir exactamente para qué h a n podido
conocida de los Mayas que tenían relaciones co- servir: están m u y poco desbastados para haber
merciales muy frecuentes con las islas vecinas; sido puestos allí por los elegantes arquitectos
pero no se servían habitualmente de hamacas de estos Palacios, y estaría m u y bien tentado á
para dormir, excepto tal vez, los de la costa del atribuírselos á los invasores extranjeros que
Este y del Norte, entre quienes se la encuentra h a n hecho irrupciones en Uxmal y otros luga-
usada, según las relaciones de los primeros con- res, en tiempo de la decadencia de los Tutul-
quistadores. Oviedo, entre otros, señala á este xius. Sin contar á los Quichés, que parece ha-
respecto una ciudad importante entonces por ber hecho u n a incursión en Yucatan del X I I I
su comercio de gomas preciosas, usada en los al X I V siglo, he creído encontrar además las
templos: la de Loche 1 situada á 4 ó 5 leguas huellas de otra invasión, del lado del Noreste,
de Holkoben [Boca de Lagartos] sobre el mar de bárbaros que entraron desde entonces en la
del Norte, y en donde el jefe recibió tan desde- posesion de u n a parte del litoral. ¿Por qué esos
bárbaros no habían de ser de la raza de los Ca-
1 Con el nombre de Loche no se conoce actualmente ribes, como los que se hicieron dueños de va-
más que un miserable pueblo de menos de 800 almas, del rias de las Antillas, cuyos habitantes esclavi-
partido de Tizimin, uno de los más pobres de Yucatan. Se zaron u n siglo ó dos ántes del descubrimiento
le llamaba en otro tiempo provincia de Kupul, de una fami- de la América ? Esto quizá explicaría la pre-
lia poderosa que reinaba en Ghuvachaa [ó Chuaca] que era
la ciudad principal. Tenía más de diez mil casas, casi to-
sencia de los rodillos de madera que sirven pa-
das de piedras talladas, mercados considerables, admirable- ra sostener las hamacas en los Palacios de Ux-
mente organizados, templos soberbios, y era tan vasta, dice mal. 1 Entre las familias poderosas que se divi-
Oviedo, según Alonso de L u j a n , uno de los compañeros de
Montejo, que habiendo entrado allí los españoles, c a m i n a n -
1 El gran calor propio de esta tierra baja y tropical exi-
do constantemente, no llegaron sino hasta á la noche al Pa-
ge el uso de la hamaca, y nada tiene por esto de extraño
lacio del príncipe. Esta provincia es, sin embargo, un de- que los más elegantes constructores y primitivos propieta-
sierto, sembrado de innumerables y magníficas ruinas hasta rios de estas ricas habitaciones hubiesen colocado, siquiera
en los estuarios pantanosos de la costa.—[Nota del Sr. Bras- sacrificando el buen gusto, los rodillos ó hamaqueros que
tanto dan qué pensar al Sr. Brasseur, hasta obligarle á
eeur. ]
traer á la Península extraños dominadores.
dieron, en la época de la conquista, el litoral si- queños cuartos, cuyas paredes son de una cons-
tuado entre Dzilam y Campeche, estaban los trucción m u y inferior al resto, y cuya idea
Peches, señores en otro tiempo de Chicxulub y
mezquina está léjos de corresponder al pla-
de Conkal, no lejos de Mérida, que se vanaglo-
no primitivo de esta magnífica morada. E n
riaban de haber sido los conquistadores de sus
más de u n lugar, las piedras esculpidas mal
tierras, y entre los que, así como entre algunas
anidas, adornos fuera de su lugar, ó colocados
otras poblaciones marítimas al Este de Yuca-
á la inversa, otros tomados de edificios extra-
tan, se notaban señales de antropofagia. 1 Es de
ños, indican reparaciones ejecutadas por obre-
sentirse que los españoles no nos hubiesen de-
ros inhábiles ó que habían perdido el recuerdo
jado n i n g ú n documento sobre las diferentes
de sus antiguos señores. ¿ Quién nos revelará
tribus que poblaban entonces la Península; h u -
biéramos sabido si los Peches eran ó no de los los destinos antiguos de esta real habitación y
descendientes de los caníbales que infestaban las causas de su r u i n a ?
las islas y las costas vecinas, y si fueron ellos "Lo que dá al Palacio de los Reyes el sello
los que empezaron á destruir á Uxmal y otras más extraordinario y más grandioso, son las
ciuda'des de los Mayas. tres terrazas sobre cuya cima está construido, y
de que n i n g u n a descripción podría representar
" Otras señales existen por lo demás en Ux- su majestad. La primera, que se eleva 3 piésso-
mal que parecen indicar una dominación mé- bre el suelo, tiene 15 de ancho sobre una longi-
_ o
nos inteligente que la de los fundadores de sus
tud ele 575. La segunda tiene 20 piés de alto,
Palacios. 2 E n el Palacio de los Reyes, dos vas-
250 de ancho y 545 de longitud. La tercera, en
tos corredores de bóvedas triangulares condu-
fin, sobre la cual h a sido erigido el Palacio,
cían en otro tiempo de u n a fachada á otra, sin
tiene 19 piés de altura y 30 de ancho sobre u n a
que fuese necesario dar la vuelta como ahora.
extensión de 360. La segunda terraza forma al
Habiendo sido cerrados despues estos corredo-
Este del edificio una esplanada magnífica, en
res, fueron reemplazados cada uno por dos pe-
el centro de la cual se elevaba el Pliallus colo-
1 Los indios mexicanos fueron los que introdujeron la
sal de que he hablado más arriba, hoy destrui-
antropofagia en Yucatan, en la época de la tiranía de Ma-
yapan. do, pero cuyos restos yacen en el mismo lugar;
2 Son los vestigios que necesariamente dejaron las gue- m u y cerca de allí está el lince de dos cabezas
rras de los mayalpaneses y de sus aliados los mexicanos con- de. que se hace mención en las obras de los se-
tra U x m a l .
ñores Stephens y Charnay. Parece que h a n
existido otros edificios ú los dos lados de esta "Este edificio, que hace frente con el Palacio
terraza, formando probablemente como dos álas de las Vestales, tiene 94 piésde longitud sobre 34
pegadas al cuerpo principal; pero apenas son de ancho: está dividido interiormente en dos
visibles algunos restos al presente. Por lo que órdenes de cuartos; pero contrasta por su pe-
puede juzgarse de lo que actualmente se ve, se queñez con la grandeza y la riqueza de ornato
subía de la primera á la segunda terraza por del presente, al cual forma como un apéndice;
pendientes suaves, fabricadas al Norte y al S u r , en recompensa se distingue por la belleza y la
v la sola escalera que se distingue un poco de regularidad de sus proporciones y por la noble
este lado, es aquella cuyos restos existen de la sencillez de su arquitectura. Todo el adorno
segunda á la tercera terraza, de 130 piés de an- de su fachada consiste en la parte superior, en
cho, compuesta de 35 escalones y terminando un orden de columnatas unidas, que parecen
en la fachada principal del Palacio. Estas te- bambúes, coronada por u n a cornisa decorada
rrazas, edificadas sobre u n a de las elevaciones de tortugas esculpidas de diferente especie, al-
ternadas con conchas, de donde h a tomado el
naturales del suelo, son todas de piedras y de
nombre de Casa de las Tortugas, bajo el cual es
mezcla, y encierran varias cisternas del lado
más generalmente conocido este edificio.
oriental: pero del lado opuesto descansan sobre
aposentos abovedados como el Palacio, y cuyos "Desde la triple entrada de este Palacio, que
restos son perfectamente visibles; dos inmensas dá sobre la orilla septentrional de la gran te-
fachadas, retirada la una sobre la otra, soste- rraza, sus habitantes dominaban todo el espa-
nían la morada real que se ostentaba igual- cio que se extiende hasta el Palacio de las Yes-
mente detrás sobre la segunda, en donde for- tales, y podían asistir desde allí sin molestarse,
maba como un tercer piso; varias escaleras, de como desde un balcón elevado, á las diversio-
que he encontrado vestigios bastante bien con- nes del Juego de Pelota, cuyos edificios se ven
todavía en parte en esta arena. Yo reconocí en
servados, ponían en comunicación estos dife-
ellos, lo mismo que lo había hecho Stephens
rentes pisos, cuyo plano inferior encerraba di-
ántes de mí, los restos de dos grandes anillos
versos patios interiores; una de estas escaleras
encajados en el muro de cada lado, é hice dibu-
subía de allí al pequeño Palacio, llamado el
jar en el de la derecha los restos de un bajo re-
Falacia déla Reina ó la Casa de las Tortugas, que
lieve, representando dos grandes serpientes en-
se eleva á la extremidad Noroeste de la segun-
lazadas á la manera de las que se ven aun en
da terraza.
el patio del Palacio de las Vestales. Los lecto-
de Mayapan, de 65 piés de altura, midiendo en
res que conocen la obra de Stephens tienen ya
su base 300 piés de Este á Oeste, y 200 de Nor-
noticia del edificio Casa de las Palomas, llama-
te á Sur. Encontré allí, al Este y al Oeste, los
do así á causa de los picos, casi á la flamenca,
restos de dos grandes escaleras, y subí hasta la
adornados de p e q u e ñ a s ventanas que coronan
cima, por la que desciende cerca del patio de
las dos grandes fachadas Sur y Norte de este
las Palomas. Allí existe u n a plataforma de 75
Palacio: encierra u n patio casi tan grande co-
piés de ancho, y, á cerca de 15 piés de la orilla,
mo el de las Vestales, á donde se penetra igual-
se elevan los restos de u n edificio que ofrece
mente por u n a g r a n puerta arqueada traingu-
m u c h a semejanza con el de la pirámide de Chi-
larmente del lado del N o r t e ; e n frente se abre
chen-Itzá llamado el Castillo. Sus muros están
otra puerta por d o n d e se sale al Sur. Se en-
cubiertos de los mismos adornos que se encuen-
cuentran en seguida, á algunos pasos de distan-
tran en otras partes en U x m a l ; pero los palos
cia, escaleras q u e conducen á otro patio ó terra-
y los escombros en que está en cierta m a n e r a ,
za limitada á la derecha y á la izquierda por
sumerjido, así como el cuerpo de la pirámide,
edificios m u y arruinados, y á la extremidad de
me pusieron en la imposibilidad de hacer u n
la cual se eleva u n monumento análogo al del
reconocimiento más completo. Este m o n u m e n -
Adivino, pero m u c h o más arruinado y de u n
to, enclavado en parte en el ángulo de la se-
estilo mucho m é n o s escogido. Quizá h a y a teni-
g u n d a terraza del Palacio de los Reyes, era evi-
do u n destino análogo y sus cimientos inferio-
dentemente u n templo, y es probable que la
res encerrarían la sepultura délos sacerdotes,
casa de las Palomas, de cuyo patio se subía á
como el primero p o d í a haber sido el mausoleo
la escalera occidental, era la habitación de los
de los Reyes. T r e p é las ruinas con varios in-
sacerdotes.
dios, y desde lo alto, así como desde la mole del
Adivino, mis ojos abrazaron todo el magnífico "Desde la última plataforma de esta pirámide,
panorama del c o n j u n t o de Uxmal. así como desde el edificio vecino, distinguí u n
gran número de otras ruinas diseminadas en
" E n la parte oriental del patio de las Palo- medio del llano, sepultadas en su mayor parte
mas, enteramente abierto en apariencia en esta bajo su manto de bosquecillos, pero siempre co-
dirección, se eleva sobre u n a vasta terraza otro nocibles por su forma cónica que se levanta so-
monumento no m é n o s importante que todos los bre la uniformidad de la vegetación. Algunas
demás: es una p i r á m i d e en todo semejante á la h a n sido designadas por el Sr. Stephens, tales
eomo el monumento' llamado la Casa de la Vieja, la muerte con inscripciones desgraciadamente
m a d r e del Adivino, según la tradición ; pero borradas para que se las pudiese descifrar. En-
h a y muchas que 110 han sido visitadas proba- cima de esta base se elevaba probablemente el
blemente por n i n g ú n viajero antes de mí. De altar de los sacrificios, destruido sin d u d a pol-
este número es u n a vasta plaza, encerrada en- las mismas manos que h a b í a n hecho pedazos
tre dos hileras de inmensas terrazas casi para- el phattus gigantesco, cuyos trozos cubren el
lelas á las del Palacio real, y que corre ele Nor- suelo, á algunos pasos más léjos. El Sr. Stephens
te á Sur sobre u n a longitud de más de 800 menciona vagamente este lugar como u n a es-
piés. E l Sr. Stephens había notado u n a de es- pecie de cementerio antiguo; habla también de
tas terrazas; pero la espesura de los bosques en u n profundo valle que había percibido, estando
este lugar le impidió reconocer las ruinas que en lo alto de uno de los grandes monumentos
las cubren, así como la plaza y los edificios ve- del centro, en conexion con el cementerio.
cinos, de los .cuales u n o se eleva más allá, de- Este valle que visité una m a ñ a n a , pudo haber
trás de la terraza occidental. Este es u n gran estado rodeado de tumbas, a u n q u e tengo duda,
edificio de dos pisos, uno detrás de otro, pero porque el fondo está enteramente ocupado por
en u n triste estado de ruina; puede ser que sea u n a de las aguadas de que he dado más arriba
al que el Sr. Charnay dá el nombre de la Pri- u n a descripción á Y. E., y á la que se dá hoy
sión. Hice echar abajo, en parte, el bosque que el nombre de Chen Chan-akal, ó el pequeño
quitaba la vista, y descubrí que la extremidad receptáculo de las canoas. Esta aguada, según
Norte de esta plaza terminaba con la base de el mayordomo de la hacienda, era la principal
u n a gran pirámide, toda semejante á la del del vecindario. Quizá era allí adonde los re-
patio de las Palomas y de dimensiones iguales. yes de U x m a l iban á recrearse. A u n q u e cu-
" Este era, á no dudarlo, otro templo, de lo bierta de bosques por todos lados, se vé allí, sin
que me aseguré m u y pronto por los restos de embargo, como la forma de u n cuadrado largo
u n pequeño monumento arruinado, á algunos rodeado de terrazas todavía conocibles en al-
metros de distancia del pié de la pirámide. E r a gunos lugares, y que me recordaron involun-
como una base de cerca de 60 centímetros de tariamente la fuente de los suizos en Yersalles.
alto sobre una superficie de 5 metros cuadra- L a vejetacion tan uniforme en el resto del pla-
dos: estaba formada de piedras esculpidas, pre- no es aquí rica y variada, de m a n e r a que po-
sentaban en todo el rededor los emblemas de dría u n o imaginarse que era en otro tiempo el
sitio de los j a r d i n e s de los reyes de U x m a l .
Continuando del Suroeste de esta aguada há- Fiano (le Uxmal; no se ven más que ruinas que
cia el Norte, se descubre, entre las otras agua- pertenecen á diferentes épocas, pardeando en-
das que parecían unirse en esta dirección, va- cima del verde tinte de los bosques, ó reconoci-
rias eminencias m u y elevadas con restos de bles, á pesar de la vejetacion, por sus formas
cónicas... Arquitectos tan hábiles como inteli-
edificios análogos á los precedentes
gentes (los constructores y artistas de estos edi-
"En los pequeños bosques que cubren el pla-
ficios) comprendían admirablemente, con el
no, al Norte del Palacio de las Vestales, sobre
género de adorno y de perspectiva de que esta-
u n a alta colina redeada de barrancos forma-
ban tan bien dotados, la pureza y armonía de
dos por las depresiones del terreno, se elevan
las líneas. Esto es, sobre todo, lo que me h a
con las r u i n a s de u n a fortaleza ías de u n a ter-
llamado la atención en los alrededores del Pa-
cera pirámide religiosa m u y antigua, pero tam-
bién m u y destruida, y desde cuya cima se
acerca de los tiempos anteriores al descubrimiento y á la
abarca todo el conjunto de las aguadas del
conquista, consolándose no más con la m u d a contemplación
Oeste. A cualquier lado, en fin, que se dirija de los misteriosos monumentos.
la vista, desde la c i m a de estos monumentos, se " L a historia antigua de nuestro país, dice, está envuelta
encuentran siempre eminencias con terrazas y entre misterios impenetrables, y no ha llegado á nosotros
palacios, tumbas d e u n a altura prodigiosa, ó ni la incierta aunque hermosa luz de las tradiciones popu-
lares Careciendo, pues, de historia, conformémonos con
pirámides que se extienden hasta perderse de
admirar estos monumentos, visitándolos Voy á comuni-
vista, á varias leguas de distancia, i en el gran car lo más notable que encontré en mi visita á Nolipat
ruinas distantes legua y media al Occidente de Nohcacab...
Cuatro columnas con figuras de guerreros, una esfera de
1 Nuestro arqueólogo y u c a teco, el memorable F r . Es- piedra de dos varas de circunferencia y una p i l a — fueron
tanislao Carrillo, observó ántes que el arqueólogo francés, las cosas más notables que me manifestó mi guía. Segui-
la gran extensión de las r u i n a s de Uxmal, á cuyo respecto mos visitando esta gran ciudad asolada, admirando los ob-
hace el siguiente relato en que el lector advertirá, empero, jetos con que en otro tiempo ostentaba un lujo igual al que
que, como D. Justo S i e r r a y otros sabios y aficionados de todavía se percibe en las casas de Ivabah y de U x m a l
la primera mitad del p r e s e n t e siglo, no conoció ciertos da- H a y por estas inmediaciones una calzada que un sabio via-
tos históricos, ni algunos documentos mayas que después se jero, amigo mío, (el Sr. Stephens), no pudo encontrar, y
han descubierto, ó mejor dicho, no se habían estudiado,
cuentan que corre desde Kabah hasta U x m a l pasando
como no lo habían sido n i el texto de Herrera, ni el de
por Nohpat.... N o me queda duda sobre la existencia de
L a n d a ; pues su lenguaje está como inspirado CD el justo
esta calzada, y la he recorrido en varios puntos que son: en
sentimiento que resulta d e la más completa ignorancia
la medianía del camino que vá de Chetulix á U x m a l , le-
lacio de los Reyes, en donde todo está destinado tría. Por paradógica que pueda parecer m i
á atraer y á fijar las miradas. Este edificio me aserción y esperando de antemano el ser tacha-
había parecido bajo y mezquino en las plan- do de exageración, debo á la verdad el decla-
chas de Stephens y de Catherwood, en donde r a r á Y. E. que n i n g u n a habitación real en
le hacía falta la perspectiva; pero me llené de Europa, es comparable, bajo este aspecto, al Pa-
admiración cuando pude contemplarlo con mis lacio de los reyes de Uxmal. Al Este, en don-
propios ojos. Elevado sobre tres órdenes de de estaba hecho p a r a ser visto sobre todo desde
terrazas, formando en conjunto u n a altura de la ciudad, d o m i n a todo el plano. Al Norte, al
más de 40 piés, adquiere así en u n aislamiento Sur, al Oeste, los m u n u m e n t o s que lo rodean,
lleno de majestad, proporciones de que ningún sin hacerlo pequeño y sin perder n a d a de su
cuadro podría mostrar la elegancia y la sime- propia belleza, se elevan en anfiteatro osten-
tando al rededor del Palacio real sus picos y
g u a y media de Nohcacab, camino del mismo Chetulix; y sus bizarras cornisas, con esa profusion de ador-
desde Nohpat, dirigiéndome á K a b a h , he recorrido más nos que los Sres. Catherwood y Charnay nos
de un cuarto de legua. En todos estos puntos es la calzada h a n hecho conocer, y cuya riqueza y variedad
del mismo ancho, que es el de cuatro varas tres cuartas;
su foma una misma; su dirección línea recta... Nos pusi-
difícilmente se p o d r á n figurar nuestos artistas
mos á andar.... E n efecto, corría (la calzada) con dirección europeos. Nada está demasiado cerca, n a d a
á K a b a h : su forma y sus direcciones dan á conocer que es demasiado léjos. Y a sea que de lo alto de la
la continuación de la que sale de U x m a l : recorrí más de un
tercera terraza del Palacio real se dé la vuelta
cuarto de legua, y sólo observé que de trecho en trecho
había un aljibe al lado de dicha calzada."—Registro Yuca- á este p a n o r a m a , sea que desde abajo, ó que
teco, tomo I I , artículo intitulado: '-Dos dias en Nohpat," desde los otros edificios se contemple esta ha-
suscrito por Un curioso, bajo cuya modesta firma tiene F r . bitación verdaderamente regia, de cualquier
Estanislao Carrillo en dicho Registro varios artículos de
lado que se mire, cada paso que se dá, ofrece
verdadera importancia arqueológica sobre nuestras ciudades
antiguas. Kabah, Nohpat, Nohcacab y Chacchob, ciudad u n nuevo cuadro; por todas partes las perspec-
murada como Mayapan y perteneciente al dominio de U x - tivas más halagadoras á la vista, las proporcio-
mal, son, con otras varias d é l a misma dependencia de Ux" nes más grandiosas, la simetría más elegante,
mal, célebres restos de antiguas ciudades con cuyos nom-
bres históricos está enlazado el del humilde franciscano la nobleza de líneas en u n conjunto arrebata-
yucateco que los hizo conocer á los sabios extranjeros que dor. La desviación misma del Palacio de los
han comunicado despues la noticia á todos los sabios del reyes, edificado con sus terrazas fuera de la
inundo.
orientación t a n exacta habitualmente entre las
naciones antiguas de estas regiones, parece ha- cierta y exacta, considerándola solamente como
ber sido calculada á propósito por un arquitec- descripción, pues en cuanto á las apreciaciones,
to de genio p a r a d a r u n efecto más completo á ya manifestamos no estar del todo conformes
sus bellas fachadas. con el autor del "Informe." Pero nadie más
"Establecido, durante el día, con mis ense- competente que él para decir á la faz del mun-
res en u n a de las salas del Palacio de las Ves- do que las fotografías que h a n sido sacadas de
tales, cuando salía á caballo por la tarde por las espléndidas ruinas yucatecas, por más her-
el gran arco triangular para volver ántes de mosas y admirables que parezcan, son bajas y
la noche á la hacienda, me a d m i r a b a cada mezquinas, si se comparan con la realidad.
vez más el conjunto maravilloso que se ofrecía E n cuanto al Palacio del Adivino ó Casa del
á mi vista. E l sol, al ponerse detrás de los ár- Enano, h a y entre los indios u n a fábula que por
boles de la g r a n plaza del altar de los sacrifi- despreciable que sea en opinion de algunos,
cios, i l u m i n a b a con sus postreros rayos los merece consignarse y a u n estudiarse; porque
agudos picos de la Casa de las Palomas, envol- 110 es p u r a m e n t e u n a conseja cualquiera, sino
viendo en sus reflejos de oro y de fuego el mau- la historia misma encubierta bajo los velos de
soleo de los sacerdotes, la pirámide del templo la fábula, por más que muchas veces no lo com-
y las espléndidas fachadas del Palacio de los prendan así ni el narrador, ni el oyente. Ello
reyes. Jamás u n a decoración de teatro me pre- es u n a verdad que sentado el viajero á la som-
sentó u n espectáculo más grande; yo la con- bra que las mágicas ruinas del Palacio del
templaba cada tarde con u n a nueva admira- Enano-Adivino proyectan á la luz del sol ó de
ción, y c u a n d o me fué preciso decir adiós por la luna, algún indígena del lugar le habla en
última vez á todas estas maravillas, tuve u n estos ó semejantes términos:
momento de angustia, al pensar que no las vol-
— H a b í a u n a m u j e r anciana que habitaba
vería á ver quizá, y que el tiempo, como la ma-
u n pobre hogar, aquí mismo donde hoy se le-
no del hombre, no tardaría en acabar su des-
v a n t a este suntuoso edificio, opuesto al Palacio
trucción.»
del Rey. Cuando esta pobre m u j e r estaba, llena
Hasta aquí el Sr. Brasseur: n a d a tenemos de años y próxima al sepulcro, tomó cierto día
nosotros que a ñ a d i r á esa hermosa y científica u n huevo, lo cubrió con u n paño y lo guardó
descripción q u e hace de las magníficas ruinas con diligencia maternal en el más escondido y
de Uxraal, sino decir que es t a n belia como abrigado rincón de su choza: iba todos los días
que acreditando con otras m u c b a s pruebas l a
á verlo, hasta q u e u n a m a ñ a n a encontró que p u j a n z a y fuerza de su regio brazo, en todas
se había empollado, con la maravillosa cir- era al punto imitado por el Enano. E n el col-
cunstancia de q u e en vez de brotar u n pollue- mo, pues, de su furor, el rey le dijo q u e si en el
lo, nació del dichoso huevo u n a criatura hu- breve espacio de u n a noche no fabricaba u n
mana. La a n c i a n a se llenó de regocijo, y se palacio mejor y más alto que cualquiera otro
consideró como verdadera m a d r e . Proveyó á del país, al siguiente día le haría morir. El
su hijo de nodriza y se encargó de cuidarle ella confundido m u c h a c h o se a p r e s u r a á manifestar
misma. Sucedió que al año el párvulo a n d a b a á su m a d r e lleno de desconsuelo el apuro en
y h a b l a b a como u n hombre, pero entonces dejó q u e se halla, pero ella con serenidad le dice
de crecer: era u n Enano. La a n c i a n a n u n c a q u e no se aflija, y que ya vería realizada la
estuvo t a n contenta, y vaticinó, pues era adivi- obra. Y ¡cuál no fué su admiración cuando,
na, que el muchacho seria con el tiempo un en efecto, al despertar á la m a ñ a n a siguiente,
gran señor y u n adivino. Llegó el tiempo se encuentra con su choza trasformada, por
oportuno y díjole un día que fuese á casa del obra de encanto, en el más magnífico alcázar
Rey y le provocase á u n desafio de fuerza, y q u e pudiera imaginarse, y tan elevado como
a u n q u e el E n a n o temía, la m a d r e le obligó, y a h o r a lo estamos nosotros m i r a n d o ! El rey,
h u b o de obedecer. A d m i t i d o en palacio, desa- viéndolo desde la puerta de su palacio, se
fió'al Rey, y éste, sonriéndose, le dijo con pro- llenó de asombro, y previno que le trajesen ai
tectora bondad, que levantase u n a piedra que maravilloso E n a n o . Apenas se presentó éste,
le designó; ésta era de tres arrobas de peso. El le dijo q u e fuese á recojer dos medidas ó por-
tímido joven echó á llorar y desapareció aver- ciones de cocoyoles, con u n a de las cuales el
gonzado de la presencia del monarca, corriendo mismo rey le golpearía en la cabeza, r o m p i e n d o
á manifestar á la madre el conflicto en que ella sobre ella cada cocoyol con un martillo, y q u e
le pusiera. Mas ésta, entre cariñosa y severa, le despues el joven h a r í a otro t a n t o con el rey,
reprendió su cobardía, y le añadió: vuelve al sirviéndose de la otra porcion ó medida. E l
Rey, y dile que si él levanta primero la piedra, joven, instruido por su m a d r e , ( q u i e n practicó
tú en seguida la levantarás. Y sucedió así, sobre su cabeza u n a ceremonia y le dejó adhe-
porque tan luego como el soberano la levantó, el r i d a en la coronilla cierta placa misteriosa), sin
E n a n o hizo otro tanto. Esto excitó primero la temor alguno se prestó á cuanto de él exigía
curiosidad del Rey, y despues su ira y enojo, por
el monarca. R e u n i d a la corte en forma de g r a n
ceremonia, aquél dijo que el que de los dos Tal es la fábula aludida, de que hay varian-
contendientes saliese vencedor, ese sería el tes más ó ménos fantásticas y hasta ridiculas.
único y verdadero soberano de todo el reino; Pero a u u q u e las poéticas ficciones de la fábula
al efecto, procedió inmediatamente y con todas oscurecen la historia, sirven, sin embargo, para
sus fuerzas á romper los cocoyoles en la cabeza conservar ésta de alguna manera, y nosotros
del E n a n o , con manifiesta intención de matar- creemos por eso que la tradición legendaria, en
l e ; pero gastó la medida señalada, sin haber los términos que la acabamos de consignar, 110
conseguido lastimarle en lo más mínimo. Bien carece de cierta utilidad, porque eucubre, á no
hubiera querido, en vista de esto, eludir el cum- dudarlo, la verdadera historia de Uxmal y a u n
plimiento de su real palabra, pero no era posi- de casi toda la nación yucateca, hasta su pos-
ble en medio de la corte reunida, testigo y de- trer período. Los fundadores de Uxmal, pobres
positaría de aquel compromiso tan solemne. y débiles restos de la célebre nación tulteca,
Resignóse, pues, á su dura suerte, y á los pri- q u e desapareció por completo del Anáhuac,
meros golpes q u e le dió el Enano, el cráneo se le vienen á nacer, por decirlo así, como un tierno
hizo pedazos. Todos proclamaron veucedor y y delicado hijo para la antigua patria yucate-
adivino al m a n c e b o á quien j u r a r o n obediencia, ca, al venir á regenerarse en ella, buscando la
poniéndole en posesion del gobierno. Al mismo sombra fraternal que la otra r a m a del único
tiempo, ó poco despues, la anciana murió ó des- tronco de su común y primitivo origen nacio-
apareció, pues q u e en la ciudad de Maní, dis- nal les ofrecía en el pueblo maya, entonces
tante diez y siete leguas, h a y u n profundo pozo grande á la sazón, floreciente y poderoso. De
de donde nace u n a misteriosa cueva que bajo aquí es que Mayapan, la gran ciudad de los
de tierra conduce hasta la ciudad de Mérida mayas, es la que permite y consiente, con aire
( B ó ) , y en esta cueva, á las orillas de u n ria- de'protectora bondad, la fundación de U x m a l .
chuelo, bajo l a sombra de un g r a n árbol, está E r a el gran rey que permitía al pigmeo (al ena-
sentada la a n c i a n a con una serpiente á su lado, no de la fábula maya), no solo la erección de
vendiendo a g u a en pequeñas cantidades, no su morada, sino hombrear con él. El Rey de
por dinero sino en cambio de criaturas h u m a - Mayapan queda, empero, como herido de muer-
nas ó tiernos niños que dá á la serpiente para te en la cerviz por la m a n o de u n niño, cuando
comer.— ve levantarse con celeridad i u creíble, porten-
tosa, en lugar de las pobres tiendas de campa-
en capital de la colonia, y con la que celebra
ña de los emigrados, la grandiosa ciudad de
. alianza la ciudad india de M a n í ) es sepultada,
los T u t u l Xius, que sólo obtuvieron como u n
al decir de los antiguos indios, bajo la domi-
favor el permiso de situarse en los terrenos
nación castellana, como en oscuro calabozo (la
montuosos y desprovistos de agua. Mayapan
cueva subterránea que diz que va de Maní á
pide al punto en paz y sin desdeñarse, arqui-
Mérida), donde, como la anciana madre de la
tectos de los recieu llegados, para hermosearse fábula referida, compra criaturas para dar de
á su vez; pues ella, como la hidalga ciudad, comer á la serpiente insaciable que tiene á su
cabeza y señora de todo el imperio, no quiere lado, porque tuvieron para si, desde entonces,
permitir que sea superada por n i n g u n a otra. aquellos indios, que sus hijos ya no nacerían
Pero el tiempo avanza, los acontecimientos se para la antigua patria aborígena, sino para el
desarrollan; suscítanse rivalidades, enciéndese nuevo poder que les había venido á subyugar.
la horrible tea de la civil discordia; 1 los Coco- Cada casa tiene su tiempo, y el suyo había te-
mes de Mayapan se hacen tiranos; los T u t u l - nido aquella raza, aquella civilización especial
Xius de Uxmal se ponen de parte del pueblo que hubo de ceder el puesto á la raza actual
oprimido, y venciendo al déspota, quedan triun- yucateca y á la civilización moderna.
fantes los que eran débiles, y se ven humilla-
Pero la fábula simbólica nos h a hecho avan-
dos para siempre los que eran poderosos. Mas
zar hasta á tiempos y á cosas que no son aquí
á vuelta de todo esto, la anciana muere, porque
de nuestro objeto: retrocedamos, pues, á tomar
ella era propiamente la madre patria que ordi-
el hilo de nuestra relación histórica.
nariamente agoniza y sucumbe en las guerras
intestinas. Pero hay aún algo más que esto: esa
patria antigua, esa patria ó autonomía indígena
que vencida y subyugada poco despues por el
poder incontrastable de la conquista española,
(cuyo cuartel general es Hó, Mérida, erigida
1 E s frase hasta hoy muy usual en Yucatan, acaso pro-
veniente de los antiguos habitantes, refiriéndose á un alter-
cado 6 á una contienda tenazmente sostenida por u n a y otra
parte, decir que se dan coco con cocoyol, oque se rompen coco-
yoles en la cabeza, exactamente como la fábula maya nos
pinta la lucha del Rey y del Enano.
la numeración, fueron los Ajau es 7, 5, 3, 1,
CAPITULO XVI. 12, 10, 8, 6, 4, 2; y arreglados los Ajaues á la
cronología de la era vulgar, fueron en los años
Dificultad sobre la fecha en que precisamente comen- 936, 960, 984, 1008, 1032, 1056, 1080, 1104,
zó á existir y en que fué abandonada la ciudad de
TTxmaL—El Manuscrito maya, de que procede la 1128, 1152, habiendo terminado el 2? Ajau en
dificultad, confirma, por otra parte, la verdad y el 1176, á los 240 años de f u n d a d a (Uxmal), por-
órden cronológico de los sucesos.-Otras importan- que su poblacion fué en 936 en que principió
tes revelaciones del Manuscrito—El rey de Chichen
el 7? Ajau, que es el primero de la corrección." 1
Itzá.-El rey de Izamal.-Independencia de Chichen
Itzá—Guerra de Mayapan contra Chichen.-El ejér- Pero esta dificultad nos llena verdaderamen-
cito : número de sus divisiones y de sus generales. te de la más grata satisfacción ; porque en la
—Los nombres de siete de éstos—El rey Ulmil de m a y o r y de la más suprema importancia de
Chichen hace la guerra á Ulil, rey de Izamal, cuya
ciudad destruye.-Mayapan favorece á Izamal y fijar la clave y de descubrir los sucesos por el
destruye á Chichen—Epoca de estos sucesos.-Emi- órden cronológico de la verdadera historia an-
gracion de los Itzáes.—Laguna de Peten Itzá—El t i g u a yucateca, aquella dificultad nos viene á
nombre de TJxmal.
mostrar con sola su presencia y por el documen-
to de que procede, la exactitud f u n d a m e n t a l
U n a dificultad aparece en la divergencia que de nuestras aserciones con respecto á los he-
h a y entre la época en que nosotros hemos fijado chos considerados en sí mismos. Además,
la fundación y la r u i n a de Uxmal y la que se- nos muestra que n a d a ménos que con u n docu-
ñ a l a el manuscrito maya "Principales épocas mento MAYA están de tal m a n e r a conformes los
de la historia antigua de Yucatan," pues noso- más auténticos y conocidos datos de la historia
tros hemos dicho que probablemente fué f u n - tulteca que hemos aducido; las relaciones y
dada en el siglo once ó doce de la era cristiana, apuntaciones publicadas por los historiadores
y el manuscrito dice que lo fué en el siglo diez, de nota de que nos servimos; y las observa-
según el Juicio amlítico que del documento ha- ciones y conjeturas de los arqueólogos, q u e
ce el Sr. D. J u a u Pío Pérez, cuyas palabras son en género de dificultades, sólo viene el dicho
éstas: "Que en el 2? Ajau se pobló Ah-Cuitok documento á ofrecer la de fijar, con más ó
T u t u l Xiu en Uxmal, y reinó en él con el go- ménos exactitud, la fecha de los sucesos que
bernador de Chichen Itzá y el de Mayapan el 1 " J u i c i o analítico del Manuscrito m a y a " por D. P í o
2, 13, 11, 9, 7, 5, 3, 1, 12, 10 Ajau. Corregida P é r e z . I V I I , Véase atrás en la p á g i n a 58.
históricamente, á vuelta de todo, deja con- concluir, pues que de todos modos, en el perío-
firmados el propio ducumento, y son : 1? el de do que se forma del siglo décimo al décimo-
la fundación de Uxmal en el periodo de la era cuarto, está contenida la época del principio y
cristiana, ya despues del siglo noveno; 2? el de fin de la célebre ciudad de Uxmal.
haber sido los fundadores los Tutul Xius, sien- Debemos, sin embargo, advertir además, que
do su jefe Ah-Cuitok-Tutul Xiu, y 3? el de el documento maya, por importante que sea con
haber sido arruinada la ciudad á los 240 años respecto á los hechos y ordenada sucesión de
de su fundación. 1 ellos, no lo es en cuanto á la exactitud del sen-
Si nosotros hemos preferido fijar la funda- tido é inteligencia que se le da por lo que mira
ción en el siglo once ó doce de la era cristiana, á las fechas, así por la gran dificultad que hay
es porque en la historia vemos que poco más en comprender bien la cronología indígena,
ó ménos fué por aquel tiempo la destrucción como por las equivocaciones que los mismos au-
tores indios cometían al escribir con nuestro al-
del imperio tulteca, cuyos restos, peregrinando,
fabeto sus documentos históricos, equivocacio-
vinieron á Yucatan hasta establecerse en la
nes que son precisamente el motivo de la co-
Sierra y echar los cimientos de su ciudad á
rrección practicada por el Sr. D. J u a n Pío Pérez,
diez leguas de Mayapan; y ya el lector verá,
con el rubro de Juicio analítico del manuscrito.
que del siglo once ó doce que con t a n buenos
^ Dejemos, pues, la cuestión de precisar las fe-
fundamentos señalamos, al diez que fija el do-
chas, conforme al precioso documento aludido,
cumento maya, hay una diferencia que en esta
pero sirvámonos del mismo eu cuanto vale y
ocasión y circunstancia casi puede calificarse
merece para el conocimiento y enlace de los
de imperceptible. Perfectamente venimos á sucesos, pues no sólo nos revela claramente la
1 D. Eligió A n c o n a en su « Historia de Y u c a t a n , desde
la época más r e m o t a hasta nuestros días,» L i b . 1.°, Capí- ^ l ^ T f o í z a r el sentido del documento ó quitarle el
tulo V I I , manifiesta la opinion de que casi puede asegu-
n a t u r a l que nosotros le damos, y que como se ve en el tex-
r a r s e que no f u é A h - C u i t o k T u t u l X i u el f u n d a d o r de la
to le dio el Sr. D. P í o P é r e z , quien habiendo no solo a n a -
célebre ciudad de U x m a l en el siglo X , y p a r a deshacerse
libado dicho documento, sino traducidolo del original m a y a ,
de la dificultad que le presenta el documento m a y a Princi- nadie m e j o r que él puede fijarle la v e r d a d e r a inteligencia,
pales épocas, que t a n c l a r a m e n t e señala en el § V I I el tiem- V en efecto c l a r a m e n t e l a fija, t o m a n d o la p a l a b r a pabla,
po de dicha fundación y el n o m b r e del f u n d a d o r , dice, que don en el sentido de fundación, lo que m u e s t r a evidente-
a u n q u e es la p r i m e r a vez que en aquel documento se habla
m e n t e que nuestro sabio filólogo ley6 fundación en el texto
de aquella ciudad, n o por eso se refiere á la fundación, sino
maya. Véase el " J u i c i o analítico," § V I I citado.
solamente á haber ido á establecerse en ella los Tutul Xius.
g u e r r a del Soberano de Mayapan contra los
grandes del I m p e r i o y contra sus respectivos de alianza ó tratado la unidad del Imperio yu-
pueblos, sino otros pormenores importantes, cateco, por consiguiente reinaron juntos, en
en los cuales es a h o r a ocasion de que nos fije- efecto, como indica el documento. Izamal era
mos. también u n a gran ciudad y cabeza de u n reino
ó provincia, pero debemos entender que como
E n efecto, no solo nos revela el verdadero
su jefe ó soberano especial era el Sumo Sacer-
origen, principio y fin de Uxmal, sino también
dote, que por su carácter de tal, residía en la
nos indica claramente la tiranía cruel que el
corte de Mayapan, según hemos tenido ocasion
Soberano de M a y a p a n se propuso ejercer, y estos
de ver en otra parte, su dominio estaba como
datos los encontramos enteramente conformes
identificado con el d e e s t a poderosa capital, mo-
con las apuntaciones que consignan L a n d a y
tivo por el que, indudablemente, el manuscrito
Herrera. Nos hace saber que por aquel tiempo
m a y a no lo expresa respecto de Uxmal, como
había reyes en Chichen-Itzá y en Izamal, y
lo hace con los otros dos.
que, dependientes éstos del de Mayapan, venían
á ser con sus vasallos, como los principales con- Nos pone por último e s t e manuscrito en estado
des del Imperio, ó como sus feudatarios. de poder comprender que abierta la malhadada
época de la tiranía, y d e s p u e s de vencido Tutul
Vemos por él, q u e l o s T u t u l X i u , estaban án-
X i u y de arruinada la ciudad de Uxmal, el rey
tes en tan buena paz y armonía con el Empe-
de Chichen-Itzá temió con sobrado f u n d a m e n -
rador de M a y a p a n y con el Rey de Chichen-
to que el despotismo del vencedor ya no con-
Itzá, aun cuando m á s ántes acaso hubiesen vi-
sentiría la permanencia de otro soberano que,
vido éstos últimos en cuestiones y guerras, q u e
si bien dependiente de él, era al fin u n rey y
el indio, autor del manuscrito, dice que reina- señor de vasallos del que debía recelarse en su
ron (los Tutul X i u ) en Uxmal doscientos años con afán de esclavizar á todos. Por tanto, el dicho
el Gobernador de Chichen-Itzá y el de Mayapan. rey itzalano tomó la arriesgada y atrevida re-
es
1 u e ' c o m o el Emperador de Mayapan y solución de declararse enemigo del Emperador,
el rey de Chichen, eran sin duda los señores manifestando con los hechos que sacudía el
más grandes de t o d a la Península, en el tiempo despótico dominio de Mayapan, que constituía
en que vinieron á establecerse en ella las nue- su reino en estado independiente, y que se
vos T u t u l Xius, es claro que al confederarse aprestaba al combate. Pero Cocom Hunac-Eel
estos con aquéllos, formaron en una especie le castigó, porque dirigiendo sus poderosas hues-.
tes contra Chac-Xib-Chaac, que así se llamaba las coutemplan, y cuya historia se decía com-
el rey de Itzá, le venció y derrotó. H é aquí las pletamente ignorada.
palabras textuales del manuscrito: " Pasados Sea de muerte natural, ó acaso violenta con
los Katunes del 11? Ajau, 9? Ajau, 6? Ajau, ocasión del triunfo de Hunac-Eel, el caso era
en el 8° fué vencido ó derrotado el gobernador que poco despues ya no existía Chac-Xib-Chaac (
de Chichen-Itzá, porque era enemigo de Hunac- el digno y valeroso rey de Chichen, pues que ya
Eel, gobernador de la fortaleza de Mayapan, su sucesor, era Ulmil, quien lo mismo que su
ciudad m u r a d a , y esto sucedió á Chac-Xib- autecesor resistía fuerte y constantemente al
Chaac de Chichen-Itzá." * tiránico domiuio de Mayapan. Organizó su
Los números siete y trece eran de g r a n signi- ejército compuesto de trece divisiones como el
ficación misteriosa, y sin d u d a por esta razón de Cocom Hunac-Eel, y con él cayó como uu
el ejército ó los ejércitos mayas se dividían ca- torrente devastador sobre la histórica y magní-
da uno en trece grandes divisiones, bajo el fica ciudad de Izamal, por ser del dominio sa-
m a n d o de siete grandes caudillos ó generales cerdotal de Mayapan, 1 y cuyo rey (y Sumo Sa-
(Xacones), que en la época á la que nos referi-
mos, eran á m á s del Cocom Hunac-Eel, autó- 1 Los Itzáes eran llamados «hombres sagrados,« ah Itzaob
Kuyen uincob lae, lo que suponemos de ladiuastía desús so-
crata de M a y a p a n , los siguientes, según los beranos. Y como Izamal era la ciudad santa ó sacerdotal
nombres que n o s conserva el precioso manus- de la jurisdicción especial de Mayapan, que é r a l a metrópo-
crito: A h - Z i n t e y u t Chan, Tezumtecum, Taxcal, li de todo el Imperio, es claro que cuestiones de rivalidad
religiosa dividían á las ciudades de Izamal y de Chichen-
Pante-Mit, Xuch-Uecut, Itztecuat y Kakalte-
Itzá, y de aquí otro motivo de enojo ó casus belli.—Es de
Cat. 2 Con estos datos, ¡ qué fortuna para la advertir que la gerarquía sacerdotal no tenía vasallos t r i -
historia hasta e n sus más notables y curiosos butarios, sino que todos le acudían para su manutención y
pormenores! y a podemos decir cómo, cuándo, elevado rango, según refiere Landa; pero es indudable,
según el testimonio del mismo Landa y de todos los demás
por quiénes y p o r qué se destruyeron las gran- historiadores y monumentos, que Izamal era ciudad sacer-
des y principales ciudades yucatecas, cuyas rui- dotal, y que los Itzáes eran tenidos como reyes y como hom-
nas llenan de pasmo y admiración á cuantos bres sagrados. Estos eran de la misma familia dinástica y
sacerdotal que los soberanos de Izamal, descendientes de
I t z a m a t u l , antiguo patriarca del pueblo maya; pero divi-
1 " P r i n c i p a l e s épocas de la Historia de Yucatan." didos despues, se conservaron en perpetuas guerras hasta
§ V I I I . Véase a t r á s en la pág. 52. haber desaparecido una de las partes contendientes, que es
2 Id. la que emigró para el P e t e n - I t z á .
na,- si bien nosotros por las razones que dejamos
cerdote á la vez, según debemos entender), era
expuestas, creemos que más bien pueden ade-
á la sazón Ulil. Gran devastación causaría en
lantarse un poco, de manera que se conforme
la santa ciudad, pues son grandes y muchas
con el que procede del de la fundación de Ux-
las célebres ruinas de ella, y de que hemos ha-
mal (siglo once ó doce), cuya ruina, seguu todos
blado en otra parte de esta obra, habiendo sido
los datos, fué anterior á la postrera de Chichen
ésta, á no dudarlo, la época en que pasó, para
y de Izamal. H é aquí las palabras del Sr. Pérez
n o volver, su antigua grandeza y poderío. Mas
respecto de dicho tiempo: " Q u e IIunac-Eel (Je-
bien pronto, el ejército de Mayapan vino sobre
fe de Mayapan) derrotó las trece divisiones del
TJlmil para castigar la que entonces segura- ejército de Ulmil, rey de Chichen) el 6? Ajau.
m e n t e se habrá llamado sacrilega osadía. " E u Corregida la numeración, es despues del déci-
este mismo período ó Katuu del 8? Ajau, dice mo año del 7? Ajau, y según se dice, que ter-
el documeuto maya, fueron á destruir al rey minó en el Ajau siguiente, habiendo durado
Ulmil, porque le hacía la guerra al rey de Iza- treinta y cuatro años, sin duda sería el vigési-
mal Ulil. Trece divisiones de combatientes mo año del 5? y fué el año del Señor 1292,
tenía, cuando los dispersó Hunac-Eel para es- porque el 5<? A j a u comenzó en 1272 y acabó
carmentarlos: la g u e r r a se coucluyó en el 6? en 1296. l
A j a u á los treinta y cuatro años." 1 Esto es, en
Debemos j u z g a r que en el tiempo de estas
el año del Señor 1292, según el Juicio analítico
grandes guerras y del triunfo de Mayapan sobre
de Pérez. Chichen Itzá, emigraron en gran parte los mí-
Con esta asoladora guerra vino, pues, á que- seros restos de esta última ciudad y provincia,
dar arruinada en pos de Izamal, la n o ménos dirigiéndose á la región meridional de la Pe-
histórica y magnífica ciudad de Chichen, ha- nínsula eu los extensos despoblados que hay
biendo sido destruida aquélla por ésta y ésta entre Guatemala y Yucatan, deteniéndose en
por Mayapan, como por ella misma casi acaba- la Laguna conocida hasta hoy con el nombre
ba de serlo Uxmal. de Peten Itzá (Isla ó tierra de los Itzaes), bus-
Según el Juicio analítico de D. Pío Pérez, el cando aquellos valientes y decididos indígenas,
tiempo á que corresponden éstos sucesos parece un país libre y seguro dónde poner á cubierto
que debe fijarse al siglo trece de la era cristia-
I "Juicio analítico" por Pérez," § I X .
1 "Principales épocas," \ I X .
Edades mayas (principales épocas), en la V I I I
d e la tiranía de Cocom su independencia y so-
de éstas, con grata sorpresa la encontramos per-
beranía. T a n t o más debemos creerlo así, como
fectamente verificada, pues leemos allí, como
cierto, cuanto que, según el documento maya,
puede hacerlo por sí mismo el lector, precisa-
los Itzáes eran de e n t r e los mayas los más pro-
mente la derrota de los Itzáes por IIunac-Eel,
pensos á la vida n ó m a d a , pasando en diferen-
y no hay más diferencia que l a q u e resulta de
tes épocas del extremo Sureste de la Península
las diferentes opiniones que existen sobre el
(Bakhalal) á Chichen, en el centro de ella, de modo de concordar las edades mayas con los
aquí al extremo Occidental eu Champoton, y años de la era cristiana, puesto que Pérez fija
de éste otra vezá C h í c b e n . 1 Nos confirman tam- la derrota de los Itzáes por Hunac-Eel en el
bién en nuestro aserto estas palabras de Cogo- 10.° año del 7°ajau, que interpreta ser el del Se-
lludo, refiriéndose á los habitantes de Peten- ñor 1258, miéntras que Euensalida pone la emi-
Itzá: "Estos indios itzáes, dice, son de naci- gración de aquéllos, y por consiguiente su de-
miento yucatecos y originarios de esta tierra de rrota, cien años ántes de que vinieran los espa-
Yucatan; y así, h a b l a n la misma lengua maya ñoles á esta tierra, quienes habiendo venido eu
que ellos. Dícase que salieron del territorio y los primeros años del siglo X V I (1517), resulta
jurisdicción que hoy es la villa de Valladolid que aquella emigración y por consiguiente la
y del pueblo Chichen-Itzá, donde hoy perma- derrota de la Octava Edad, f u é en los primeros
n e c e n ' u n o s de los g r a n d e s edificios antiguos del siglo X V , allá por los años de 1417. Todo
q u e se ven en esta tierra, y tanto admiraron esto servirá, de paso, para hacer v e r l o que de-
cuando se descubrieron estos reinos... Dice el jamos expuesto sobre la gran dificultad que hay
P . Fnensalida, que cien años ántes que vinie- de concordar la cronología maya cou la de la
sen los españoles á estos reinos, se huyeron de era cristiana, y por lo mismo la nulidad de to-
Chichen-Itzá en la e d a d que llaman ellos Octa- do argumento que eu ella pretendiera estable-
va, y en su lengua Uazacojau,y poblaron aque- cerse; pero los sucesos y su orden y desarro-
llas tierras que hoy v i v e n . " 2 llo quedan confirmados de uu modo satisfac-
Comparaudo la cita que hace el P . Euensali- torio.
da de la Octava E d a d , con el manuscrito, las Nos confirma igualmente en nuestro aserto la
indecisión de los historiadores en designar de
1 Documento maya, Principales épocas. una manera fijay unánime el origen de aquel pe-
2 Cogolludo. Historia d e Yucatan. Lib. IX. Cap. 14.
queño reino maya del P e t e n , i segregado d é l a
propios momentos de estarse celebrando laa bo-
m a d r e p a t r i a y engastado entre las ásperas
das, h u y ó á la indicada laguna, donde iguo-
montañas d e una región despoblada. Unos ase-
rado del mundo se estableció con sus parciales;
g u r a n que u n rey de Chichen Itzá, con motivo
y otros dicen que con motivo de los vaticinios
del rapto d e una joven, á la que audazmente
que los Ghilames (Sacerdotes Mayas), hicieron
arrebató p a r a sí de la presencia misma de otro
de la próxima invasión de los europeos, se an-
rey vecino, q u e era el esposo de aquélla, en los ticiparon los Itzáes á esconderse en las márge-
nes de aquella salvaje laguna, donde no por eso
1 Villagutierre en su Historia de la conquista y reducción dejaron de ser descubiertos y visitados nada
de los Itzáes y Lacandones en la América Septentrional, Lib. menos que por Hernán Cortés, con motivo de
I, Cap. V I , dice así: " La verdadera causa que dio motivo
la famosa expedición de éste á Honduras. 1
á los itzáes ó itzalanos para retirarse y desamparar la tierra
de Yucatan en q u e habitaban, no fué la que se dijo [del rap- Eu cuanto al nombre de Itzá, es como saben
to de una •mujer'], sino el que más de cien años antes que los nuestros lectores, por lo expuesto en el Capítu-
españoles descubriesen aquel reino, ocupando estos itzáes ó
lo V I I de esta obra, (página 1G0), un nombre na-
itzalanos) su provincia de Chichen Itzá, sus sacerdotes idó-
latras les profetizaron la ocupacion que los españoles habían cional de la raza maya y no el de otra diferen-
de hacer de aquellas tierras, la sujeción en que los habían te, como algunos han llegado á suponer, sin fun-
de poner, y la mudanza de su ley y destierro de sus falsos damento alguno sólido. La denominación de
dioses
mayas y la de itzalanos, aparecen como pala-
bras enteramente sinónimas en documeutos his-
E n lugar de condescender los de Chichen Itzá con las amo-
nestaciones de sus sacerdotes, de que recibiesen bien á sus tóricos de que pueden citarse, como ejemplos de
huéspedes, pareciéndoles que estaban ya á la puerta, y te- los más conocidos, las profecías que se atribu-
niendo por s u m a infelicidad los copiosos bienes que con su yen á los sacerdotes mayas y de que en su lugar
entrada h a b í a n de adquirir, ejecutaron su retirada, más de nos ocuparémos. El mismo documento maya
cien años antes q u e llegasen los primeros, como ya dije, y co-
mo dijo el P. F r . Bartolomé de Fuensalida, Religioso del
"Principales épocas" al hablar de itzáes, rnayal-
Orden de San Francisco, que años despues hizo como misio- paneses y tutulxiús, no lo hace como de nacio-
nero y gran operario de la ley de Dios diferentes e n t r a d a s . . nes difereutes, sino como de secciones ó tribus
y éste será sin duda el tiempo en que se ausentaron, porque, de una misma raza y pueblo, y sus épocas las
por las predicciones referidas y cuenta de edades que seña-
lan, no se puede hacer el cómputo fijo, por no decirse en
resume precisamente, nótese bien, bajo el úni-
qué tiempo lo profetizaron ó predijeron cada uno de estos
1 Véase en el Apéndice nuestro artículo i n t i t u l a d o : L a
sacerdotes ( C h ü a n Bálcm.)"
apoteosis de un caballo."
mal, como de constructores extraños que al-
co rubro de E-pocas mayas ó "Principales épo-
teraron con obras sobreañadidas y toscas los
cas de la historia maya ó antigua." En el ori-
edificios primitivos y originales, y que han to-
ginal indígena dado á conocer por el Sr. Pé-
mado como indicios de irrupciones de algunos
rez, se lee a s í : «Lelo lai ú tzolan Katunil ti
pueblos, como caribes ú otros, ya nuestros lec-
mayab.» Si los tutul xiús, los itzáes y los ma-
tores saben, tan bien como nosotros, á qué
yas hubiesen sido naciones diferentes, no hu-
atribuir esto recta y sencillamente, sin andar
bieran abrazado los autores indios su historia
rebuscando : todo ello, no es otra cosa que los
bajo el solo título de Katunil ti Mayab. • Esta-
inevitables efectos de las grandes y prolonga-
mos por esto en la más firme convicción de
das guerras que aquella ciudad sufrió de parte
que el pueblo maya en toda la Península ha
de Mayapan, eu las que ya hemos visto cómo
sido siempre solo y uno, como sola y una ha
venían contra ella, á más del enemigo domés-
sido siempre su habla, y confirmamos aquí, á
tico, las tropas aliadas de Tabasco, Jicalango
la vez que nos apoya á nosotros, el principio
y ü l ú a , las cuales necesariamente, (como quie-
ó regla que la ciencia filológica ha formulado
n e s principalmente sosteníanla lucha), habita-
diciendo : «Que la lengua es la nación, y que
ron aquellos palacios despues de la victoria, y
por consiguiente, donde la lengua es una, la
a u n tal vez se hubieran quedado allí para siem-
nación también loes.» Si en el curso de tan-
pre si no se hubiera dispuesto, como se dis-
tos siglos anteriores al descubrimiento del Nue-
puso, su total y absoluto abandono.
vo Mundo vinieron á Yucatan razas diferentes
P o r lo que toca al origen y significación
de la maya, cosa que ciertamente no pudo rué-
del n o m b r e de Uxmal, hay u n a gran incer-
nos que haber sucedido, vendrían como indivi-
tidumbre; pero como este nombre es eviden-
duos, ó como partidas más ó menos pequeñas de
t e m e n t e maya y la raíz es el verbo üx, que
inmigrantes que presto se encrustarían en la
significa bajar los frutos de un árbol, si aten-
masa de la sociedad indígena, pero n u n c a y de
demos que los indígenas denominaban sus
ninguna manera, ni como irrupción de bárba-
ciudades regularmente expresando la circuns-
ros, ni como ejércitos conquistadores más fuer-
tancia principal que determinaba la fundación
t e s ó civilizados que vinieran á cambiar las con-
de ella, debemos tener como cierto, que al
diciones sociales de Yucatan. Las huellas que
llegar los T u t u l Xius de la m a n e r a que llega-
el Sr. Brasseur de Bourbourg y algunos otros
ron, y que hemos r e f e r i d o , bajando de las mou-
han visto en las ruinas monumentales de Ux-
tañas para detenerse en las faldas de ellas, esta- yaxché (ceiba) era sagrado y misterioso para
bleciéndose á diez leguas de Mayapan para f u n - estos indios, de modo que siendo como el emble-
dar su capital, ellos mismos y sus cohermanos ma y símbolo de su nación, y viendo en aque-
que los recibían, debieron comparar aquel des- llos recieu llegados unos verdaderos hermanos,
censo á la abundancia de los frutos que se ba- porque procedían todos del común tronco tulte-
jan de un árbol. E r a n , en efecto, los recien lle- ca, encontrarían un motivo más para dar á su
gados, como i n m i g r a n t e s y nuevos hijos d é l a gran ciudad aquel nombre de Uxmal, estoes, la
nación, verdaderos y útiles frutos bajados en sa- bajada de los nuevos frutos, (hijos), producidos por
zón, todo lo cual expresa la palabra üxmal en el árbol de su común familia.
el lenguaje a n t i g u o . En la propia f o r m a s e dice El Dr. Sánchez de Aguilar y el P . Cogolludo
hasta hoy por los hacinamientos ó montones; escriben algunas veces Uxumual, lo que toma-
Bcincabal, de la raíz ban, echar por tierra rían de los indios antiguos y que no altera la
amontonar, eachacbal, por la quebrada ó lo que- raíz Ux, ni la probable significación que expo-
brado, de la raíz cach; Tacumbal por la alacena nemos. A n t e s bien, en todo caso, la dicha
ó escaparate, de la raíz taac; Sansamal, por lo palabra Uxumual aclara más y f u n d a mejor
que se hace quotidianamente, de la raíz sam, nuestra conjetura; porque Uxumual ó Uxumal
la mañana ó el día, etc. l (Uxum-ual Uxum-al) significa metafóricamen-
Hemos dicho en otra parte que el árbol del te la m u j e r en gran manera fecunda, la madre
de numerosa prole, derivándose este uombre
siempre déla raíz Ux, y siempre fundándose en
1 Consignaremos aquí, á propósito de lo que decimos en
el texto, que un indio m u y ilustrado de nuestros días, el Sr la metáfora del árbol que produce abundante
Cura que fué de Maxcanú, D. J u a n de la Cruz Caam'al nos fruto. Con esto, ninguno dejará de ver cuán
dijo repetidas ocasiones, que aunque el nombre de aquella apropiada está nuestra interpretación, y cuán
villa muchos lo hacían derivarse de las palabras Mex y Ca-
nvl, él prefería como m á s fundada, la opinion de que el
dicho nombre Maxcanú significa el término de la monta-
ña, expresando conforme á la antigua costumbre de los in- neracion que le conoció y trató. La Emperatriz Carlota,
dios la configuración topográfica del lugar, y seguramente esposa de Maximiliano de Austria, en su visita á Yucatán
recordando a la vez la historia de la bajada allá de los pri- el año de 1865, sentó á su mesa, en la villa de Hecelchakan
meros fundadores de la antigua poblacion. E l venerable á dicho Sr. Cura, lo mismo que á otro de la propia raza, D-
párroco de que hablamos, era de la raza indígena p u r a : ha José Asunción Tzuc, para tener el gusto de tratarlos. A m -
muerto no hace mucho, pero todavía existe la presente ge* bos poseían perfectamente la lengua d e s ú s antepasados.
aplicable es el nombre U x m a l y su literal sig-
dos fueron y tradicionales franquicias, si eran
nificado, á la circunstancia que determinó la
de la de Mayapan y de Izamal.
fundación de la más célebre de las ciudades
Tutul Xiu, el rey de Uxmal que, como ya di-
antiguas yucatecas y á u u de todo el muudo
jimos, erigió su nueva Capital en Maní, porque
americano.
si bien perdió su antigua grandeza, 110 por eso
perdió su dignidad ui su soberanía, siguió sos-
CAPITULO XVII.
teniéndose en perpetuo estado de guerra con
Envanecimiento del tirano de Mayapan.-Actitud de el de Mayapan, y formando por consiguiente y
Tutul Xiúy de los otros soberanos.—Levantamiento disciplinando su ejército. Natural era también
general.—Ejército de represalia.—Temores del tira-
no.—Pide nuevo auxilio á los mexicanos.—Asedio que no solo sus vasallos y amigos, sino aun los
de Mayapan—Rápido triunfo de los sitiadores — que eran del dominio contrario, se fueran á afi-
Destrucción de la ciudad.—Muerte del tirano.—Tes- liar poco á poco en sus banderas, para huir de
timonio del documento maya.—Fin de la 3'.1 época. la esclavitud, y para luchar por lo mismo con
—Orden cronológico.—Estudio y comparación de
documentos y de autores.—Certidumbre de los he- extraordinario valor entre sus combatientes.
chos.—Justo castigo de Mayapan y de sus tiranos- Sin embargo,como el pueblo en general de que
—Testimonio de los historiadores—Las ruinas de había salido aquel ejército de represalia no es-
Mayapan.—Su posicion geográfica-—Descripción de taba todavía diestro en el manejo de las armas
ellas por Mr. Stephens—Informe sobre las mismas
por el Abate Brasseur de Bourbourg. de guerra, las ventajas de la lucha estaban, en
la mayor parte de las veces, en los primeros
L a tiranía del rey de Mayapan n o recouoció años,por el tirano de Mayapan á causa del ejér-
límite alguno cuando vió destruido el poder de cito aliado. P e r o el uso ya perenne de las ar-
Uxmal y de Cinchen I t z á , y seguramente en la mas, el continuo combatir, fué haciendo ague-
r u i n a de las espléndidas cortes de Tutul Xiu y rridos y diestros á los yucatecos todos, pues el
de Ulmil, envolvió la de otras ciudades, cuyos empeño de sostenerse, en cuyo éxito iban com-
restos hasta hoy descubre el viajero en todas di- prometidos el honor, la libertad y la vida, era
recciones, castigando de aquella manera la fide- indudablemente la mejor escuela que podían
lidad con que se condujeran respecto de su me- tener, aprendiendo el arte de la guerra de sus
trópoli, si eran de la dependencia de Uxmal y mismos enemigos los aztecas ó mejicanos. «Que
viéndose así los de Yucatán, dice el Sr. Lauda,
de Chichen, ó la adhesión que mostraran por
aprendieron de los mejicanos el arte de las ar-
el generoso T u t u l X i ú q u e protejiera sus boga-
aplicable es el nombre U x m a l y su literal sig-
dos fueron y tradicionales franquicias, si eran
nificado, á la circunstancia que determinó la
de la de Mayapan y de Izamal.
fundación de la más célebre de las ciudades
Tutul Xiu, el rey de Uxmal que, como ya di-
antiguas yucatecas y á u n de todo el mundo
jimos, erigió su nueva Capital en Maní, porque
americano.
si bien perdió su antigua grandeza, 110 por eso
perdió su dignidad ui su soberanía, siguió sos-
CAPITULO XVII.
teniéndose en perpetuo estado de guerra con
Envanecimiento del tirano de Mayapan.-Actitud de el de Mayapan, y formando por consiguiente y
Tutul Xiúy de los otros soberanos.—Levantamiento disciplinando su ejército. Natural era también
general.—Ejército de represalia.—Temores del tira-
no.—Pide nuevo auxilio á los mexicanos.—Asedio que no solo sus vasallos y amigos, sino aun los
de Mayapan—Sápido triunfo de los sitiadores — que eran del dominio contrario, se fueran á afi-
Destrucción de la ciudad.—Muerte del tirano.—Tes- liar poco á poco en sus banderas, para huir de
timonio del documento maya.—Fin de la 3'.1 época. la esclavitud, y para luchar por lo mismo con
—Orden cronológico.—Estudio y comparación de
documentos y de autores.—Certidumbre de los he- extraordinario valor entre sus combatientes.
chos.—Justo castigo de Mayapan y de sus tiranos- Sin embargo,como el pueblo en general de que
—Testimonio de los historiadores.—Las ruinas de había salido aquel ejército de represalia no es-
Mayapan.—Su posicion geográfica-—Descripción de taba todavía diestro en el manejo de las armas
ellas por Mr. Stephens—Informe sobre las mismas
por el Abate Brasseur de Bourbourg. de guerra, las ventajas de la lucha estaban, en
la mayor parte de las veces, en los primeros
L a tiranía del rey de Mayapan n o recouoció años,por el tirano de Mayapan á causa del ejér-
límite alguno cuando vió destruido el poder de cito aliado. P e r o el uso ya perenne de las ar-
Uxmal y de Cinchen I t z á , y seguramente en la mas, el continuo combatir, fué haciendo ague-
r u i n a de las espléndidas cortes de Tutul Xiu y rridos y diestros á los yucatecos todos, pues el
de Ulmil, envolvió la de otras ciudades, cuyos empeño de sostenerse, en cuyo éxito iban com-
restos hasta hoy descubre el viajero en todas di- prometidos el honor, la libertad y la vida, era
recciones, castigando de aquella manera la fide- indudablemente la mejor escuela que podían
lidad con que se condujeran respecto de su me- tener, aprendiendo el arte de la guerra de sus
trópoli, si eran de la dependencia de Uxmal y mismos enemigos los aztecas ó mejicanos. «Que
viéndose así los de Yucatán, dice el Sr. Landa,
de Chichen, ó la adhesión que mostraran por
aprendieron de los mejicanos el arte de las ar-
el generoso T u t u l X i ú q u e protejiera sus boga-
mas, y así salieron maestros del arco y flecha, y Tutul 5 i u en Maní, y por otra las de Ulrnil en
ele la lanza y hachnela, y sus rodelas y jacos Chichen, j u n t a m e n t e con las de todos los Bata-
fuertes de sal y algodon, y de otros pertrechos bes ó jefes de las diferentes provincias ó caci-
de guerra, y que ya no se admiraban de los me- cazgos, no solo de lajurisdiccion respectiva de
jicanos, ni los temían, ántes hacían poca cuenta estos dos reyes, sino de la de Cocom mismo,
de ellos, y que en esto pasaron muchos años.» 1 con áuimo y plan de acabar de una vez y para
Y D. Antonio de Herrera dice: «Metió (Co- siempre con la dinastía y ciudad del tirano.
com) en Mayapan gente de guerra (que los re- Sitiaron, pues, á Mayapan aquellos tan nume-
yes de Méjico tenían en Tabasco y Jicalango), rosos y valientes como ofendidos guerreros,
con que tiranizó la República y con la co- bajo el mando del rey Tutul Xiu, y se propu-
municación de los mejicanos, los naturales sieron asaltar los fuertes de la ciudad. Cruzá-
aprendieron el uso de las armas, que hasta en- ronse de una y otra parte las agudas flechas,
tonces no sabían.» 2 las pesadas mazas, las piedras de las hondas,
Así fué cómo, despues de algún número de las lanzas de durísima madera y hachas y es-
años, que no podemos fijar por falta de datos padas de pedernal.
sobre esta circunstancia, llegó el caso de que En hombros de sacerdotes iban las estátua3
las asalariadas tropas del tirano se redujesen de los dioses de la guerra, en el centro de los
á u n puñado de impotentes advenedizos, fren- batallones.
te á frente de todo un pueblo trasformado en Los guerreadores, además de su aljaba y arco,
ejército de batalla, que iba á vengar el opro- llevaban sobre su dibujado cuerpo, junto con
bio del despotismo y de la esclavitud. Com- su escudo de algodon, caretas que semejaban á
prendió Cocom el inminente peligro en que se fieras salvajes, peuachos de plumas en la cabe-
encontraba, y mandó un hijo suyo ante el za, y pintas de vivos y simbólicos colores gra-
Soberano de Méjico, á fin de arreglar un nue- bados en la desnuda piel: llevaban también es-
vo convenio, por el cual vinieran otras t r o p a s tandartes de guerra ó banderas, cuyo uso fué
en auxilio de Mayapan; pero ántes de que inmemorial entre los mayas en todas las gran-
este convenio llegara á producir su efecto, ha- des solemnidades. 1 A la espantosa grita de
bíanse reunido por una parte las fuerzas d e 1 • E l nombre de Mayapan significa, como en su lugar
hemos dicho, « L a bandera de la Maya» y en las pinturas
1 Landa. Relación de las cosas de Yucatán. g V I I I .
que se descubren en algunos muros de las ruinas se ven
2 Herrera. Década I V . Libro X . Cap. I I .
banderas, armas, escudos, etc.
aquella muchedumbre de tropas sedientas de que dice así: «En el 6? Ajau, el 4? Ajau, 2?
sangre, y al son del tuukul ó atabal de guerra, Ajau, 13° Ajau, 11 ? Ajau, fué invadido por los
de las trompetillas de caracol marino, y de la hombres ele Itzá y su rey Ulmil, el territorio
concha de tortuga repicada con el ramoso cuer- fortificado de Mayapan, porque tenía murallas
n o de ciervo, las grandes murallas, los magní- y porque gobernaba en común el pueblo de
ficos edificios y las altas torres de Mayapan? aquella c i u d a d . 1 Ochenta y tres años habían
hundieron su frente en el polvo, bajo una llu- transcurrido y al principio del 11° Ajau, fué
via de piedras y al golpe de mazas, de hachas destruido Mayapan por los señores delosUitzes,
y de picas de granito y pedernal. Dióse fuego (los que tenían sus ciudades en la parte mon-
á todo el caserío de techumbres de palmas que tañosa), y también fué destruido Tancah de
en arrabales inmensos rodeaban á aquella Babi- Mayalpan. 83 años.» 2
lonia india, y fácil es comprender que al sinies- El orden con que en su acostumbrado laco-
t r o resplandor de un mar de fuego cuyo humo nismo se explica el documento maya, dá á en-
subía á las nubes, se veía á los pies correr la tender, cou suficiente claridad, que las tropas de
h u m e a n t e sangre, como en ríos, llevando entre Ulmil, rey de Ohichen-Itzá, fueron las primeras
sus corrientes los mutilados restos de las víc- en invadir las murallas de Mayapan en el 11°
timas, los cadáveres y los lamentos de los he-
ridos y moribundos. Si en tiempos y en países 1 Puede decirse que el pueblo de la ciudad de Mayapan
m á s civilizados es un acontecimiento de inex- era un pueblo de reyes, porque en toda l a parte amurallada
residían todos y solos los nobles y señores de vasallos corres-
plicable barbarie la ruina de una ciudad que pondientes á la obediencia de Mayapan. Véase el Cap.
cae en manos de incontables y furiosos enemi- V I I I , pág. 181. Como en el tiempo de esta guerra perma-
gos, ¿quiéu podrá hoy describir cómo sería de necían en aquella ciudad todos los del bando del tirano,
creemos que por eso dice el manuscrito que gobernaba en
espantoso y trágico aquel día en que los indios
común el pueblo de ella, y no en el sentido de una demo-
m a y a s se levantaron como un solo hombre cracia. El texto m a y a dice así: Tumenel multe-pal ich cok
contra la ciudad en que veían representada la Mayalpan, que hubiera traducido mejor el Sr. Pérez dicien-
más aborrecida tiranía? do así: «por causa de que todos cuantos moraban entre los
muros de Mayapan habían hecho una sola cabeza con el rey
Mas dejemos estas consideraciones que pue- tirano» ó «porque compartían el reino con él.» Según el
den tacharse de románticas, y volvamos al es- Diccionario maya del mismo Sr. Pérez, muí es reunión, y
t u d i o d e los hechos en sí mismos. tepal, rey ó reinar.
fué, en justo castigo de su tiranía y de la des- el orgullo, el fruto que se recoge es la humilla-
trucción de tantas ciudades, entregada al furor ción más vergonzosa en el polvo ó ceniza, y en
de los vencedores. En ella casi no ha quedado el triste silencio de las ruinas y de los sepulcros.
piedra sobre piedra, sino sólo para testificar á A poca distancia de la actual ciudad de Méri-
las generaciones venideras que cuando la gran- da, en el distrito parroquial de Tecoh, donde
deza h u m a n a tiene por término la iniquidad y existió aquella célebre ciudad, se ven sus mo-
numentales restos, que, perteneciendo como los
de U x m a l á u n a misma época y á pueblos de
d e n o t a , habla de dicho señorío de Cocom en M a y a p a n . n o
de paso ó incidental mente, sino de una m a n e r a directa,
idéntico origen en raza y lengua, presentan á
repetida, continua y constante. Si este Cronista, que vista de los arqueólogos u n mismo carácter, y
escribió en España, no hubiese encontrado en perfecto hasta indican, de conformidad con los datos
acuerdo con las apuntaciones de Lunda todas las otras que históricos, cuál de ellas fué más anteriormente
se le remitían del lugar mismo de los sucesos, ¿hubiera
construida y cuál más severamente tratada por
asegurado, como asegura invariablemente, que la familia
Cocom era la dinástica de Mayapan? Además, recordemos
la m a n o del hombre, haciéndose á este respecto
que Clavijero, otro historiador de nota, ha dicho: " Los sobre m a n e r a notables estas palabras de Mr.
yucatanenses se gloriaban de que sus señores descendían Stephens, que nos vemos obligados á repetir
de Quetzalcoatl," esto es, Kukulcan, f u n d a d o r de Mayapan con gusto : Las ruinas de esta ciudad (de Maya-
y de la dinastía Cocom. (Historia antigua de Méjico Lib. pan) eran del mismo carácter general que las de
V I . ) Añade el señor Ancona, como otro argumento contra
Uxmal, construida por los mismos artífices, proba-
aquel señorío, la circunstancia de que el manuscrito de bis
Epocas Mayas solamente habla una vez del jefe ó goberna- blemente 1 de fecha anterior, y que habían sido
dor de aquella antigua provincia (de Mayapan) y le llama tratadas con más dureza por la mano destructora
H u n a c Eel;" pero no tuvo presente, ó no quiso estimar, que del hombre.
esto no excluye la denominación de COCOM, que era gene-
»*• ral á todos aquellos reyes, así como el de TDTUL XIU lo era E l tirano de Mayapan, que era el Cocom
% p a r a los de U x u i a l y Maní, aun cuando tuviesen en parti- H u n a c Eel, como hemos visto, sucumbió bajo
cular otro nombre. A este respecto dirémos, que son del las ruinas de su palacio y corte, pereciendo á la
mismo señor A n c o n a estas palabras: " U n j e f e de la fa- vez todos sus hijos y parientes, con la única
milia T u t u l X i ú llamado H - C u i Tok & . " Op. loe. cit en
excepción del que se había ido á Méjico, quien
que se ve que el nombre dinástico Tutul Xiú no excluye
el particular II-Cui Tok. E n fin, el citado Sr. L a n d a testi- se encontraba en Ulúa (Veracruz) al tiempo de
fica haber conocido y tratado á un Cocom, descendiente de
dichos antiguos soberanos. Relación de las cosas de Yucatan, 1 N o probable sino ciertamente.
L XI.
la catástrofe, y quien, 110 habiendo conseguido restos monumentales de las murallas y edifi-
el auxilio q u e deseaba, ó tal vez obtenido sólo cios de ésta que antiguamente fué la gran ciu-
u n débil refuerzo, se encontró á su vuelta huér- dad de Mayapan, poco más ó ménos en los 20°
fano y destronado é impotente para vengar 36' Norte, 1 encubiertos bajo u n a vegetación
la r u i n a del imperio cuyo cetro hubiera de he- boscosa y el polvo de los siglos que les sirven
redar. Acabamos de ver, cómo D. Antonio como de velo funerario casi impenetrable.
de H e r r e r a dice que acudiendo los conjurados « Por siglos h a b í a n estado ocultos, dice el ar-
en día señalado á la casa de Cocom, le mata- queólogo americano Stephens, desconocidos y
ron á él y á sus hijos, salvo uno que estaba au- abandonados al impulso de la vegetación tro-
sente, y q u e le saquearon la casa y le tomaron pical A poca distancia, c o n t i n ú a ,
sus heredades y desampararon la ciudad. 1 de la hacienda, eleva su cima el gran cerro
L a n d a d i c e : «Se juntaron los señores á la que aunque invisible por los árboles desde
parte de T u t u l Xiú, el cual era gran republi- aquel lugar, ántes le habíamos visto desde lo
cano como s u s pasados, y que concertaron de alto de la Iglesia de Tecoh, tres leguas distan-
m a t a r á Cocom, y que así lo hicieron, matando te. Tiene sesenta piés de altura y ciento, cua-
también á todos sus hijos, sin dejar más de drados, en su base; y como los del Palenque y
uno que estaba ausente Y que el hijo de 1 Aunque nosotros hemos visitado las ruinas de Maya-
Cocom, el q u e escapó de la muerte, (era) por pan, lo mismo que las de U x m a l y otras, ocurrimos recien-
estar a u s e n t e en sus contrataciones en tierra temente á nuestro amigo el Sr. Le-Plongeon, cuando últi-
mamente se hallaba en esta ciudad de Mérida, de vuelta de
de Ulúa.» 2 su última excursión á Mayapan, suplicándole nos dijese, si
E11 la q u e hoy es u n a finca rústica denomi- había fijado la situación geográfica de las ruinas y cuál
fuese, y nos contestó con la siguiente c a r t a : — " Mérida,
nada San Joaquín, anexa de u n a principal co-
Lunes 15 de Agosto de 1881.—Sr. Canónigo D. Crescendo
nocida con el nombre indígena Xcanchakan, Carrillo y Ancona.—Querido Sr. y amigo. —Me habéis pe-
en el distrito parroquial de Tecoh, y á diez le- dido que os dé la latitud de las ruinas de Mayapan calcu-
guas de d i s t a n c i a de la ciudad de Mérida, se lada por mí. He hallado, quizá con un pequeño error de
unos minutos, ser la latitud de ese lugar ¿0 o 3fi' Norte.
encuentran diseminados en u n g r a n llano los Digo que puede haber un pequeño error de uno ó dos mi-
nutos. p o r q u e al tiempo de calcular sólo tomé la declina-
ción del sol aproximadamente, por no tener á la mano efe-
1 Herrera. D é c a d a I V . Lib. X. Cap. I I . antes citado.
mérides para 1881.—Quedo respetuosamente su amigo y
2 Landa. Rclacion de las cosas de Yucatan. §. V I I I
y IX. S. S. Q. S. M. B.—Augustas Le-Plongeon."
U x m a l , es de construcción artificial, sólida- piedras estaban desgastadas por el tiempo, y
mente trabajado en el llano Cuatro gran- m u c h a s yacían medio enterradas. Dos nos
des escaleras, cada u n a de veinte y cinco pies llamaron más la atención: la una tiene cuatro
de ancho daban acceso á u n a esplanada, á seis piés de altura, y la otra, trece. La mayor pare-
piés de la c i m a : esta esplanada tenía seis piés ce representar un guerrero con su escudo. Tie-
de ancho, y en c a d a lado babía otra escalera ne los brazos quebrados... Todos los cerros eran
más pequeña que g u i a b a á la cima La par- del mismo carácter general, y los edificios ha-
te superior era una planicie de piedra llana, de bían desaparecido enteramente, á excepción de
quince piés cuadrados, sin n i n g u n a estructura uno, y éste era enteramente de diferente cons-
ni vestigios de h a b e r l a tenido; y probablemen- trucción de los que hasta entonces habíamos
te era el gran cerro de los sacrificios La visto, a u n q u e en lo sucesivo bailamos otros se-
vista q u e d o m i n a b a este cerro era un gran lla- mejantes.
n o desolado, con algunos cerros desmoronados «Hallábase sobre u n cerro arruinado de unos
que en esta parte y la otra se elevaban sobre treinta piés de elevación. La forma que h a b í a
los árboles, y á, lo léjos se percibían las torres tenido este cerro era difícil de explicar, pero
de la Iglesia de Tecoh En rededor de la el edificio es circular. E l exterior es de pie-
base de este cerro, y esparcidas por todo el dra lisa y llana, de diez piés de elevación
campo, tropezábamos constantemente con pie- hasta la cornisa inferior, y catorce de ésta á la
d r a s esculpidas. Casi todas eran cuadradas, superior. L a puerta m i r a al occidente y su din-
talladas en la superficie y con u n a punta ó tel es de piedra. L a pared exterior tiene cinco
a g a r r a d u r a en el extremo opuesto. Induda- piés de espesor: la puerta se abre á u n paso cir-
blemente h a b í a n estado fijadas en las paredes, cular de tres piés de ancho, y en el centro hay
formando a l g u n a obra ó combinación de orna- u n a masa sólida de piedra de forma cilindrica,
sin n i n g u n a puerta ó entrada de n i n g u n a cla-
mentos en la fachada, semejantes en todo á las
se. Todo el diámetro del edificio tiene veinte
de U x m a l A d e m á s de estos fragmentos, ha-
y cinco piés; de modo que deduciendo el doble
bía otros a u n más curiosos. E r a n éstos la re-
ancho del muro y paso, esta masa céntrica de-
presentación de figuras h u m a n a s y de anima-
be tener nueve piés de espesor. Las paredes
les, con expresiones y figuras horrorosas, en
tenían cuatro ó cinco capas de estuco, y queda-
que parece q u e el artista empleó toda su habi-
b a n vestigios de las pinturas, cuyos principales
lidad. El trabajo de estas figuras era tosco, las
colores, c l a r a m e n t e visibles, eran el rojo, amari- nos paramos en apartamientos exactamente
llo, azul y blanco. semejantes á los de Uxmal, con el arco formado
«Por el l a d o Sudoeste del edificio, y sobre de piedras que sobresalían las unas á las otras,
u n t e r r a p l e n que sale del lado del cerro, ha- y u n a piedra llana que servía de techo.» 1
bía u n a d o b l e fila de columnas, á ocho pies Aquellos de nuestros lectores que apetezcan
de distancia u n a s de otras, de las que solo todavía algunos de los detalles que los arqueólo-
quedaban ocho, aunque según los fragmen- gos y sabios viajeros han dado sobre estas intere-
tos q u e las rodeaban, es probable que hubiese santes ruinas, podrán recorrer los siguientes pá-
habido m a y o r número, y cortando los árboles rrafos del «Informe,» que en parte ya conocen,
h a b r í a m o s encontrado otras en pié todavía... del Sr. Brasseur de Bourbourg al Sr. Ministro
T e n í a n dos y medio piés de diámetro, y se com- francés, acerca de ellas y de las de Uxmal; si
ponían de c i n c o partes redondas de ocho á diez bien pueden omitir su lectura y pasar al capí-
pulgadas d e espesor colocadas u n a s sobre otras. tulo siguiente aquellos que desearen continuar
No tenían capiteles y no parecía la conexion y concluir el hilo de la narración histórica, m a s
particular q u e hubiesen tenido con el edificio. bien que detenerse en las descripciones arqueo-
«Aunque los fragmentos de escultura eran lógicas, que son sin embargo la parte comple-
mentaria de esta Historia Antigua.
del m i s m o carácter general que los de Uxmal,
no h a b í a m o s hallado, entre todos, u n edificio «Si en n i n g u n a parte de la Península de Yu-
bastante e n t e r o que nos ilustrara para peder catan, dice el Sr. Brasseur, desarrolla la natu-
identificar a q u e l arco particular 1 que había- raleza esas escenas grandiosas que se a d m i r a n
mos visto e n todos los edificios arruinados de en las cordilleras, en cambio esa tierra mo-
este país. A poca distancia de ese lugar y al nótona está llena de monumentos de lo pasado,
otro lado d e la hacienda, había largas filas de de que no h a y ahora más que m u y débiles re-
cerros. E s t o s h a b í a n sido edificios en otro tiem- cuerdos; pero en que los arqueólogos de Eu-
ropa entera tendrían ámplia cosecha para mu-
po, cuyos techos se habían desplomado y casi
chos años.
h a b í a n e n t e r r a d o la estructura. E n el extre-
mo h a b í a u n a puerta, embarazada y casi tapia- «El bosque no es bastante para ocultar los
da con los escombros; y arrastrándonos por ella,
1 Stepliens. Incidenis of travel in Fucatan. Vol. I.
1 El arco t r i a n g u l a r característico de la arquitectura
yucateca. Cap. V I .
restos de sus a n t i g u a s ciudades; y no se pasa yapan medio cuarto de legua, más ó menos; 1
u n a hora sin que, caminando, se perciba algu- pero no dice si se trata de media legua de cir-
n a forma piramidal, en medio de los árboles, y cunferencia, lo que no es probable. Háblase
fragmentos esculpidos diseminados á orillas del de u n gran número de templos, y hubiera sido
camino. imposible que todos los señores entre quienes
«Nadie, sin embargo, fija la atención en ello. se dividieron, como en feudo, las ciudades y
A medida que se aleja uno de Mérida en la di- provincias de la Península, hubiesen tenido sus
rección del Sur, el terreno, hasta entonces casi viviendas en tan estrecho recinto.
plano, presenta ondulaciones más marcadas, y «Lo que da á entender, según las apariencias,
las elevaciones que se notan, semejan á un prin- es que la muralla existía á medio cuarto de le-
cipio de colinas. Al acercarse á Mayapan, esas gua más ó menos del centro de la ciudad, en
elevaciones son más sensibles, y todo hace creer que estaba el templo principal, porque, á diez
que los fundadores d e esa poblacion escogieron minutos de la pirámide, encontré los restos de
de propósito, para establecerla, los puntos más u n a gran m u r a l l a cuyas dimensiones vienen
altos de la llanura comarcana perfectamente con la descripción que hace el
«Según Landa, K u k u l c a n principió sus tra- cronista.
bajos (al fundar la ciudad), haciendo rodear el «Este escritor agrega que era m u y gruesa,
terreno destinado á la nueva poblacion, con pero de poca elevación, y que no tenía más que
u n a gruesa a l b a r r a d a , en cuyo centro constru- dos entradas m u y estrechas. Los restos de la
yó u n templo de su nombre, con las habitacio- muralla que vi, corren en línea recta de N. á S.,
nes de los sacerdotes y de los grandes, así como siguiendo las ondulaciones del terreno á los dos
otros muchos de dimensiones ó formas diversas. lados del camino abierto en el bosque, entre
U n o de ellos, entre otros, era circular, entera- la hacienda Xcanchakan y el rancho San Joa-
m e n t e diferente de los que había en Yuca-tan,
con cuatro puertas en derredor: su forma es 1 E n mi traducción del texto de Landa, escribí medio
precisamente la d e los santuarios especiales cuarto de legua de circunferencia; pero esas dos palabras no
existen en el original español, lo que deja una duda acerca
dedicados á Quetzalcohuatl en Cholula y Mé- del sentido de la frase que creí poder aclarar de esa manera,
jico, bajo el símbolo de Ehecatl ó el viento despues del examen personal que he hecho de las ruinas de
precursor de Tlaloc, delante del cual barre las Mayapan. Creo ahora que el sentido verdadero es el que
doy.—Nota del Sr. Brasseur.
nubes. El texto de L a n d a da al recinto de Ma-
quin, situado poco más ó menos eu el centro de en U x m a l u n sistema tan notable de trabajos
las ruinas de la antigua ciudad, lo que me liaee hidráulicos.
creer que este recinto consistía en u n cuadrilon- «Solo al acercarme al rancho fué cuando pu-
go como el de otras muchas antiguas poblacio- de empezar á j u z g a r del carácter de los edifi-
nes de Y u c a t a n . cios que había encerrado Mayapan. El más
«Habiéndola medido lo mejor que pude, me considerable de todos, que había yo percibido
pareció q u e t e n d r í a de dos á dos y medio me- desde el día de m i llegada á Xeanchakan, de
tros de alto, p o r cuatro de ancho, construida lo alto de las azoteas de la hacienda, es la pirá-
con piedras g r a n d e s y mezcla. mide mencionada por Landa, y que domina á
«El m a y o r d o m o del rancho San Joaquín, en lo léjos todo el monte en contorno. Consagra-
u n a de sus correrías por los montes que cubren da á K u k u l c a n , cuyo nombre llevaba, así como
casi e n t e r a m e n t e el asiento de esa antigua ca- la pirámide de Chichen, es idéntica por la for-
pital, había descubierto u n a de las puertas de m a á ésta, según el mismo autor; pero las di-
que habla L a n d a : me condujo á ella con sus mensiones de la pirámide de Chichen son el
compañeros d e viaje, pero desgraciadamente doble de las del monumento de Mayapan, en
ese día h a b í a olvidado llevar conmigo u n me- la base y cúspide, según las. medidas que d a
tro, y tuve q u é conformarme con medirla como Stephens Es u n edificio todo construido con
se pudo. Su f o r m a es la siguiente: tiene poco piedras de sillería, por gradas, con ángulos re-
más ó ménos u n metro de abertura en la en- dondeados, cada u n a de l m 77 de alto, y sobre-
trada, en u n espesor igual de muro, y cerca de puestas y metidas 0m 15 u n a tras de otra, en
tres metros en el resto. Partiendo de allí para número de diez, sin contar con la base, que las
llegar al centro de la antigua ciudad, encontré yerbas y los escombros me impidieron recono-
m u y á m e n u d o montículos naturales, realzados cer. L a grada occidental inferior, que medí lo
por medio d e terrazas de piedras de sillería; mejor que pude, tiene cerca de 36 metros de ex-
pero que no e r a n ya más que montones de rui- tensión; las del N. y el Sur tienen cerca de 7
metros ménos; pero no pude t o m a r sino imper-
nas. Desde ese punto, que está al N. O. de la
fectamente estas medidas, á causa de los escom-
pirámide, n o t é algunas hondonadas considera-
bros y árboles acumulados al pié del monu-
bles, cubiertas e n algunos lugares de cañas, que
mento. L a g r a d a superior tiene 13m 70 al Este
me parecieron ser restos de aguadas antiguas
y al Oeste, y l l m al N. y al S. La base del edi-
cavadas entre l a s alturas, como las que forman
ficio que la coronaba, tiene l m 15 de altura y
líos de la corona, ávidos de independencia per-
6m 6 de anclio al E. y al O.
sonal, sacudieron los lazos de la obediencia que
«Cuatro escaleras gigantescas que se avanzan debían á los Tutul Xiues, 1 y desmantelaron di-
muchos metros sobre las faces de la pirámide, cha metrópoli. La primera vez que subí los
pero m u y a r r u i n a d a s boy, permitían subir con destruidos escalones de la pirámide, el viento
facilidad á la c u m b r e : la del Oeste, que subí, Norte, siempre húmedo en este país, soplaba
tiene 3 m 40 de a n c h o en la parte superior y 4m tristemente: en vez del cielo puro y brillante
40 en la inferior, s i n contar las dos rampas, for- de otros días, u n a b r u m a gris destilaba por rá-
m a d a s en otro tiempo por dos cuerpos de ser- fagas u n a lluvia fina y penetrante, cuya glacial
pientes gigantescas, con l a ' cabeza hácia abajo, temperatura nos hacía d u d a r que estuviésemos
de la que se encuentran los restos, y cada una bajo los trópicos. A pesar del mal tiempo di-
de las cuales tiene c u a n d o menos, u n metro de visaba yo al rededor, desde lo alto de la plata-
espesor. forma, todo el campo cubierto de bosque, del
«Lo que Stephens hace notar respecto de la que surgían de distancia en distancia numero-
pirámide de Chichen, sucede igualmente en la sas formas cónicas, cubiertas con un manto ver-
de Mayapan y en g r a n número de otros monu- de, indicios de las ruinas que allí debían encon-
mentos de Y u c a t a n : es que no están orientados trarse. U n a de ellas se veía al S. E. á u n a al-
con rigurosa exactitud. Por una razón ú otra, t u r a considerable, y el mayordomo de San Joa-
de que no podemos darnos cuenta, pero que quín me aseguró que era u n a pirámide tan
puede atribuirse á a l g u n a idea mística, más grande, al ménos, como la en que estábamos,
bien q u e á falta d e observaciones, bay una di- llamada X u l u n t o k , existente en la hacienda
ferencia de diez grados en algunos edificios, Luch, á cuatro leguas de Mayapan. Más léjos,
miéntras que en otros es de doce ó trece grados. á siete ú ocho leguas de distancia, reconocí, por
«El templo de K u k u l c a n , edificado antigua- primera vez, la línea azulosa de los montes de
Tekax, destacándose ligeramente sobre la su-
m e n t e sobre la planicie que corona la grada
perficie ondulada de la Península
superior, ba desaparecido del todo; pero puede
conjeturarse que debía parecerse al de Chichen, «Para llegar á la pirámide de Mayapan, se ve
a u n q u e más pequeño en u n a mitad. F u é arrui-
nado, probablemente, lo mismo que los otros 1 A los Cocomes y no á los Tutul Xiues, y no probable
edificios de Mayapan, cuando los grandes vasa- sino ciertamente, según Herrera y otros ya presentados.
u n o obligado, al salir del rancho San Joaquín, cornisa y cuatro en la parte superior. E s ente-
á escalar montones de escombros que parecen ramente de piedras de sillería: el muro exterior,
haber formado otro recinto, como de medio ki- tiene metro y medio de espesor, y la puerta for-
lómetro de circunferencia, al rededor de ese g r a n m a d a de dinteles de piedra, como lo demás, se
edificio. Despues de todo, quizá sea la m u r a - abre sobre un pasaje de ménos de un metro de
lla de que t r a t a Landa. E n el estado de r u i n a ancho, que da vuelta al rededor de u n a masa
en que se encuentra esa construcción, es difícil sólida de más de dos metros, construida de la
formarse u n a idea exacta de ella; pero presen- misma manera, y sin n i n g u n a apariencia de
ta líneas cuyo conjunto parece formaba un oc- salida sobre el corredor circular. El diámetro
tógono. Se diría que son los restos de una g r a n total del edificio puede ser de diez y nueve me-
terraza de 5 á 6 metros de altura, que hubiese tros, no permitiendo su estado de r u i n a medir-
servido de base para edificios, de los cuales mu- lo exactamente.
chos existen todavía, y que me parece haber «El corredor interior de bóveda, como son to-
sido sepulcros. Todos están ocultos entre el fo- dos los otros edificios del país, presentaba á de-
llaje, excepto uno, cuya forma no pudo menos recha é izquierda de la puerta, á u n metro de
que llamarme la atención....Creí, á primera vis- distancia, u n grueso rodillo de madera dura, de
ta, ver u n o de esos sepulcros antiguos que se u n a especie de zapote que se llama chulul en
encuentran todavía esparcidos en la campaña lengua maya, y que, según D. Vicente Solis, que
de Roma y en la E t r u r i a meridional. Ese mo- m e guiaba, era extremamente v i e j o . 1 Todo el
n u m e n t o tiene por base la terraza en cuestión, conjunto de este edificio parecía construido de
levantada en este lugar, y q u e presenta todavía u n a piedra diferente de la que se encuentra
restos de escaleras, frente á la fachada oriental ordinariamente en Y u c a t a n : presenta reflejos
, de la pirámide. A algunos pasos de allí, restos azulosos y rosados, y es de u n grano m u c h o
de columnas consistentes en piedras redondas más duro que las otras. Los muros de ese monu-
de dos piés de diámetro poco más ó ménos, cu- mento habían sido cubiertos de mezcla y pinta-
b r í a n el suelo con otros fragmentos acumulados dos varias veces; conté los restos de diez capas
entre las espinas y arbustos que cubrían la te- alternativas de azul, amarillo, blanco y rojo;
rraza. E n cuanto al monumento, es circular,
como es fácil verlo, tiene tres metros, poco más 1 E l chulul es madera m u y distinta del zapote, y aquí
ó ménos, de altura, desde su base á la primera debe haber padeeido alguna confusion el sabio viajero.
pruebas, según creo, de u n a gran antigüedad. diferentes lados, vestigios de construcciones y
«De la extremidad meridional de la terraza, restos de escultura. A un pié del suelo se eleva
nace u n muro poco elevado y casi en ruina, de u n a especie de gran escalón, con los lados ador-
cerca de u n metro de espesor, y que se junta nados de grecas, y otros bajo-relieves medio bo-
con el frente de la pirámide á dos ó tres me- rrados: más allá se perciben otros restos de ob-
tros del ángulo N. E. Lo atravesé con los que jetos del mismo género, y en muchos lugares
me acompañaban. Despues de haber pasado es- la bóveda estaba cubierta de estucos pintados y
combros de todas clases, piedras esculpidas, pe- que acababan de desaparecer. Esa bóveda, así
dazos de estátuas dentro de la maleza, llegamos como las que se introducen á derecha é izquier-
á ménos de cincuenta pasos de distancia, de- da, no es más que u n a vasta formación fósil del
lante de u n a abertura circular de veinte metros aspecto más curioso: conchas marinas de toda
de ancho, cavada en la superficie del suelo en clase, y de variadísimos contornos, se encuen-
u n a de las elevaciones de la roca calcárea; pero tran aglomeradas allí en masas sólidas, en es-
que parecía haber sido trabajada despues cou tado de conservación tan perfecto, que se diría
mezcla, de manera que tuviese la forma de un que la naturaleza se había dejado sorprender
en medio de su misma obra; algunas estalácti-
círculo perfecto. Era la entrada de un cenote
tas colgaban aquí y allá, sobre los restos de u n a
que, según pude juzgar, existe precisamente
especie de altar, esculpido en una estalagmita
debajo de la base de la pirámide, así como se
rodeada de barros quebrados, entre los cuales
supone del cerro de Ivinich-Kakmó en Izamal.
se levantaban muchos grandes árboles mezcla-
H a y motivos para creer que, ademas del cenote
dos con troncos de plátanos que crecían á cielo
subterráneo en cuestión, se encuentran otros en
abierto en el fondo de la entrada de la gruta.
las profundidades de esa gruta, que se divide
Los corredores que de la primera sala se ex-
en varios ramales. Bajamos con la ayuda de
tienden bajo el suelo, conducen hácia otras
u n a escala de cuerdas y palos, á diez metros de salas, sea del lado del monumento circular, sea
profundidad; pero los vestigios de construcción del lado de la pirámide: las recorrimos u n a s
que noté á lo largo de las paredes, no me dejan despues de otras, precedidos de muchos indios
duda que antiguamente existía u n a escalera que llevaban grandes antorchas de bejucos en-
circular para bajar. lazados que agitaban entre las escabrosidades
«Desde esa abertura, la vista mide, hácia aba- de la caverna. Las llamas, tan pronto vivas y
jo, el fondo de una sala natural, que presenta en
brillantes, como p r o n t a s á apagarse, y reflejando un metro y medio de ancho, poco más ó ménos,
su luz sobre la superficie de las aguas ocultas y cada u n a de las puertas que se abrían late-
en el fondo de esos subterráneos, producían, por ralmente, podía tener medio metro de ancho y
momentos, aspectos extraños é inesperados.... dos metros de alto aproximativamente, lo que
«Esparcidos al r e d e d o r de la pirámide, como me hace suponer que cada uno de dichos cuar-
he tenido el honor de manifestar á V. E., se en- tos sólo tendría lugar para u n a ó dos sepultu-
cuentran otros diversos monumentos: unos edi- ras, á lo más.
ficados sobre la t e r r a z a que forma el recinto; «No había yo notado, hasta entonces, n i n g ú n
otros en la parte exterior, á u n a distancia edificio que pudiese servir de habitación entre
más ó ménos p r ó x i m a . Conté cuatro, de los las ruinas de Mayapan; pero en u n a de mis úl-
cuales tres parecían t e n e r la terraza como base timas incursiones llegué al pié de u n a g r a n
principal, y que t e n í a n , poco más ó ménos, la construcción, cubierta de árboles y escombros.
misma forma. Penetré, no sin dificultad, por una entrada for-
«Es u n conjunto de pequeños cuartos con bó- mada de piedras en u n vasto patio rodeado de
vedas al estilo del país, que se abren, por lo co- montones informes, en que apénas se encontra-
m ú n , de tres en tres, sobre u n corredor estrecho, ban trazas de arquitectura. Descubrí, sin em-
y sobrepuestos unos sobre otros, hasta terminar bargo, escombros que excitaron vivamente m i
en cono: asi, esos m o n u m e n t o s , desde que caen curiosidad: eran los de u n a columnata, cuyos
en ruina y se cubren de hojas y fragmentos, cilindros estaban esparcidos por el suelo; cua-
tienen completamente la apariencia de un tú- tro trozos habían permanecido en pié sobre sus
mulus ordinario. Esos edificios presentan en to-
bases cuadradas, y es probable que limpiando
das partes el mismo estüo y la misma construc-
ese lugar, hubiéramos descubierto otros muchos
ción que los otros edificios de Y u c a t a n : sólo se
bajo las yerbas y zarzas....Despues de nueve
diferencian por la exigüidad de los cuartos, de
días de correrías y de pesquisas en las ruinas
los corredores y de las puertas, que aquí tienen
de Mayapan, me despedí etc.» 1
sus dinteles de piedra, y por la disposición del
conjunto; así, me parece imposible que h a y a n
sido otra cosa que t u m b a s 1 «Informe acerca de las ruinas de Mayapan y de U x -
mal, dirigido á S. E. el Sr. Ministro de Instrucción P ú b l i -
«El sólo corredor q u e observé con algún cui- ca de Francia, por el Sr. A b a t e Brasseur de Bourbourg,
dado tenía de cuatro á cinco metros de largo y Ministro de la Comisión científica de Méjico.»
CAPITULO XVIII.
triunfo de las revoluciones, a u n cuando pueda
Cuarta y última época.-Carácter desgraciado de ella. estimarse como justo el móvil de ellas. La
—Disensiones y enemistades.—Fundación del nue- grande y antigua m o n a r q u í a yucateca recibió
vo reino de Cocom en Sotuta.-Reino de Tutul Xiú
como el peor y más decisivamente fatal de to-
en M a n í - P o r q u é las ciudades antiguas quedaron
abandonadas, á pesar de ser habitables.-Mayapan dos sus males, la tiranía de los emperadores de
no era ciudad de Tutul Xiú como erróneamente dice Mayapan, porque de allí resultó que se ar-
Cogolludo y han copiado otros,-Nuevo reino de r u i n a r a n para siempre, una en pos de otra,
Izamal.-Su eondicio» sacerdotal.-Su extensión é
las ricas ciudades y provincias del I m p e r i o ;
influencia.—Desaparición de los señores de Chichen
Itzá—Fusión de sus restos con el reino de Izamal. de allí resultó que vinieran en gran número
—Pequeños reinos ó cacicazgos independientes.— indios del dominio mejicano, como soldados
Sus nombres.—Dificultades qué hay sobre la perfec- aliados para apoyar la tiranía, los cuales, sien-
ta nomenclatura y verdadero número—Parece que
do tan aficionados desde m u y antiguo á los sa-
había siete principales divisiones ó agrupamientos.-
La provincia de Acanul.-Cuál era y dónde estaba crificios h u m a n o s con las circunstancias de la
situada.—El ejército aliado convertido en pacifica mayor crueldad y de la antropofagia que los his-
colonia,-Quiénes eran los Peches-Observaciones toriadores refieren, dieron ocasion para que los
arqueológicas y filológicas. mayas se transformasen desde entonces en per-
pétuos guerreadores y comenzasen á practicar
Con la caída de Cocom y la r u i n a de Maya- en no menor escala que sus maestros, la bárba-
pan, u n a nueva época se abrió, que fué la cuar- r a costumbre de las hecatombes h u m a n a s ; de
ta y postrera de la nacionalidad maya, en el pe- allí resulto, en fin, que se coligaran todos, así
ríodo anterior al descubrimiento, época que pu- grandes y señores, como vasallos y esclavos
diendo haber sido de dicha y felicidad, no fué contra Cocom, el tirano, y sus parciales, para
sino de miseria y desgracia. armarse en g u e r r a y para destruir la u n i d a d
Enseña la ciencia política q u e no está la ma- del Imperio, con tal de arruinar, j u n t a m e n t e
yor de las dificultades en hacer u n a revolución, con su orgullosa metrópoli y su familia dinás-
sino en saber reconstruir el edificio social que tica, al tirano monarca que había desolado
recibe de la tempestad revolucionaria el gol- tantas ciudades, esclavizado á casi todos los va-
sallos, y que aspiraba á ser el único señor de
pe de muerte, y por eso m u c h a s veces, ó casi
toda la tierra.
siempre, la historia ofrece la decadencia y r u i n a
de los pueblos como la única consecuencia del
Así, y por tal motivo, desapareció, como
liemos visto, el imperio maya, desapareciendo despues de acompañarle en la guerra contra
á la vez algunas laudables costumbres de la Mayapan. No hay para qué decir, á este res-
más remota a n t i g ü e d a d , decayendo las ciencias pecto, que principalmente los adeptos de Co-
y las artes, y abriéndose u n a era de barbarie. com (el descendiente del tirano destronado y
Podemos calificar de justo aquel levantamiento muerto) como directamente ofendidos, eran los
general de verdaderos y legítimos reyes, caci- más grandes y mortales enemigos de los T u t u l
ques ó condes, que j u n t a m e n t e con sus leales Xius. Lauda expresamente dice que aquellos,
vasallos se proponían sacudir el inicuo yugo para denigrar á éstos y desconceptuarlos, si fuese
que á todos quería imponer el autócrata de posible, ante el cuerpo todo de la nacionalidad
M a y a p a n ; pero vemos á la vez que se a r r u i n ó yucateca, hacían de ellos ludibrio, echándoles
para siempre la solidez y grandeza de la mo- en cara que eran extranjeros y traidores matando á
narquía, pues no h u b o otro K u k u l c a n ó Quet- su señor natural, y robándole su hacienda-, pero que
zalcoatl, que, como en el tiempo de la funda- los Xius decían ser tan buenos como ellos y tan-
ción de Mayapan, y despues de separada la antiguos y tan señores, y que no f ueron traidores
corte de la ciudad d e Chichen-Itzá, cuando tal sino libertadores de la patria, matando al tirano.1
vez esta ciudad s u f r i ó su primera r u i n a , paci- Dejamos referido en el capítulo precedente,
ficara á todos los señores que se h a b í a n conju- que de toda la familia Cocom, sólo se salvó el
rado, como entóuces, y formara de la con- joven hijo del tirano, por hallarse en Ulúa,
federación de todos los pequeños reinos y caci- esto es, en Méjico. Viéndose éste enteramente
cazgos, u n sólo imperio, u n a sola nación, como perdido, sin gente ni récurso alguno para re-
lo eran por origen, p o r idioma, por leyes, y pol- conquistar el Imperio, áe resignó á su nueva
la tierra que ocupaban. Antes bien, llenos de condicion, y en la parte céntral de la Penínsu-
ambición los vencedores de Mayapan y em- la, extendiéndose á todo e ! Oriente de ella, en
briagados con el regocijo de su victoria, ya no la provincia de Zaquí, llamada también despues
quisieron reconocer superior alguno, ni al mis- de K u p u l , f u n d ó su reino deZotuta acompaña-
mo Tutul Xiu, q u e e r a entre todos los reyes el do de sus parientes y amigos, obedeciéndole los
más considerado y q u e r i d o : aun por esto mis- que quisieron permanecerle fieles vasallos, ha-
mo, á fin de que n o llegase á pretender el biéndose multiplicado y extendido mucho. Eri-
predominio general, más se recelaban de él
v de sus vasallos, y tuviéronle por enemigo,
1 Landa. Relación de las cosas de Yucatan, § IX.
crió u n a nueva ciudad como capital de su reino, eos, denominan Zaquí cuando á ella se contraen,
6 la que di.)el n o m b r e de "Tibulon," (T-Buloon), hablando en el idioma indígena.
palabra yucateca que da á entender: Jugados,6 Que Tutul Xiu se redujo á su nueva ciudad
burlados hemos sido. 1 Hoy en día, el nombre y reino de Maní, en la parte Sur, es fuera de
de Zotuta, corresponde á u n a villa, y el.de Ti- toda duda, pues a h í se le encontró hasta los días
bulon ó Tibolon, á u n a miserable aldea, situa- de la conquista española; y se deja compren-
das ambas en el centro del Estado. Zaquí, ó K u - der que si no volvió á su antigua corte de
pul, que parece haber sido el nombre de toda Uxmal, como bien habría querido, es porque
la región oriental, se restringió despues, en no se lo permitieron los demás reyes, estando
cuanto al p r i m e r nombre, á un punto en que como estaban todos en el propósito de no con-
se f u n d ó la moderna ciudad de Valladolid, a la sentir en el engrandecimiento de ninguno so-
que todos los actuales yucatecos, indios y blan- bre los otros.
Esto mismo aconteció respecto de la ocupa-
1 - E l Cocom que se hallaba ausente en 1« tierra de U h í a , ción de Mayapan por el propio Tutul Xiu, y es-
dice Herrera, sabida la muerte del padre y desbarate de la to explica el misterio, ántes incomprensible, de
ciudad, f u é á priesa, y con los amigos y parientes recog.o y existir ciudades tan magníficas abandonadas,
hizo un buen pueblo, con templos á sus dioses, y l e llamo
sin que á pesar de ser habitables las quisiese
Tibulon, que quiere decir : jugados hemos sido, tiempos que-
dan para desquitarnos. Estos cundieron mucho, y procedie- ó pudiese ocupar ninguno de aquellos diferen-
ron dellos muchas familias que se llaman Cocomes, y la tes soberanos, que siendo independientes unos
provincia dellos se llama ahora ZotutaDécada I \ , Lib. de otros y enemigos entre sí, m o r a b a n en ciu-
X Gap III — Entendemos que el nombre de Zotuta es mo-
dades miserables comparativamente á aquellas
derno, esto es, que fué dado al reino de Tibulon en la época
de la conquista española. Se dice que en dicha época los en torno de cuyas admirables ruinas mùtua-
Cocomes dieron muerte á unos embajadores de Maní, acaso mente se recelaban: todos poderosos para impe-
los mismos de que hablan los historiadores, como enviados dir que alguien las ocupase, y n i n g u n o capaz
por el rey Tutul Xiu p i r a arreglar con los españoles una de sobreponerse á los otros y tomar posesion de
alianza ó una capitulación, y que descuartizados cruel-
mente los cuerpos, sacaron los intestinos, que enrollaron en
ellas. 1
el tronco de un árbol, cuyo acto se denominó en lengua in-
dígena Zututá, acción y palabra que como un insulto diri- 1 En otro lugar de la presente obra, dejamos adverti-
gieron los Cocomes á los Tutul Xiús, y que éstos despues, do cómo el distinguido viajero Mr. J o h n Loid Stephens,
y luego todo el mundo, les dejaron á aquéllos como nombre el verdadero explorador de las ruinas yucatecas y el que
propio de su provincia. realmente las hizo conocer al mundo sabio moderno, por
Por lo mismo, si por a l g ú n tiempo reinó Sin embargo, pudiera también sospecharse que
T u t u l X i u en M a y a p a n inmediatamente des-' Tutul Xiu hubiese querido permanecer en aque-
pues de la victoria alcanzada, no debió ser de lla ciudad, prolongando en ella más de lo regu-
u n a m a n e r a fija y estable, sino como u n perío- lar y tal vez más allá de lo pactado el asiento de
do de transición, y sólo entretanto que la con- su corte y de su campamento, concitándose así
denaban al más completo abandono y ruina. la saña de los demás reyes, que entonces vol-
medio de su obra Incidents of travel in Yucatan, cayó en la el Peten (Laguna de Peten-Itzá}; sirviendo también de
gratuita suposición d e q u e dichas ruinas no lo eTan al tiempo prueba el haber cedido los señores de Izamal á los españoles
del descubrimiento y de la conquista, sino que estaban ha- el asiento de dicha ciudad de Chichen para su campamen-
bitadas cuando los españoles llegaron, y que no se redu- to, como un lugar abandonado, á pesar de su grandeza his-
jeron á tales sino con motivo de la conquista misma. tórica y monumental. En resúmen, por el contexto general
Dejamos también a d v e r t i d o , que nuestro Sierra, D. Justo, de esta nuestra " H i s t o r i a , " se ve que de todas las ciudades
en la versión castellana y edición yueateca que hizo de antiguas, con excepción de Izamal, las rnás grandiosas y
dicha obra, no dejó pasar sin el correctivo de algunas notas célebres de que hemos tratado, estaban abandonadas, por
oportunas aquella e r r ó n e a creencia del sabio viajero, como los motivos de que se afirman unos y se consideran lógica-
un juicio e n t e r a m e n t e preconcebido sin fundamento[algu- mente otros; y que, por lo mismo, si un tan ilustre viajero
no. Nuestra obra viene h o y á presentar las pruebas de lo como el Sr. Stephens cayó en el indicado y manifiesto
que con Sierra han t e n i d o siempre por cierto los yucatecos error de tenerlas por habitadas en general al tiempo de la
todos, á saber: que a q u e l l a s ruinas, eran siempre ruinas conquista, era porque la Historia antigua de Yucatan no
cuando los españoles se presentaron en esta Península, pues sólo aun no había sido por nadie estudiada, reconstruida ni
y a dejamos historiado c ó m o y por qué se arruinaron aque- formulada, sino que, como ya también demostramos, se te-
llas tan célebres ciudades de U x m a l , Chichen, Mayapan y nía por impracticable, á causa de la i n f u n d a d a creencia de
otras, más de cien años, p o r lo ménos, ántes del descubri- que no habiendo dato alguno cierto, y ni siquiera probable,
miento. Y a se verá, s i n embargo, en el mismo capítulo venía á ser su estudio como un problema sin esperanza algu-
que promueve la p r e s e n t e nota, cómo Izamal, á pesar de na de solucion. P o r otra parte, muy natural era en un ex-
ser la ciudad más a n t i g u a , y dos veces por lo ménos arrui- tranjero anticuario que venía á estudiar la historia yucateca
nada, estaba, empero, c o n habitantes, al tiempo de la con- únicamente por el conjunto de las ruinas el suponer que
quista, en razón de que e r a la capital del reino sacerdotal Uxmal y Chichen, por ejemplo, habiendo sido como fue-
de los Cheles, contemporáneos de los reyes de Maní y de ron tan importantes ciudades, estuviesen habitadas por sus
Zotuta, cuyas ciudades, m o d e r n a s respectivamente, sustitu- nobles moradores á la llegada de los europeos, lo mismo
yeron á las arruinadas metrópolis de U x m a l y Mayapan. que en Méjico y en el P e r ú , los Moctezumas y los Incas
Y ya se verá cómo, por el contrario, Chichen quedó desha- habitaban las suyas.
bitada (lo mismo que M a y a p a n y U x m a l ) , en razón de
haber emigrado los p r í n c i p e s Itzáes con sus vasallos para P o r esto no han podido ménos que resultar graves errores
en la mente de aquellos arqueólogos que suponiendo la ab-
verían sus a r m a s contra él para expulsarle de cia de esto, complicada con la de la guerra an-
la m i s m a ciudad y consumar la absoluta des- terior, puede provenir la errónea creencia de
trucción de ella. De la vaga y confusa noti- algunos que, como nuestro historiador Cogollu-
do, 1 dicen que toda la tierra se levantó contra
soluta f a l t a de datos, y prescindiendo de todas las fuentes
históricas, se proponen reconstruir la historia por sólo tfSas ocasiones, eu el mes próximo pasado y en el presente,
congetura's sobre los monumentos de piedra, formando sis- (Enero y Febrero de 1882), citándonos como la prueba más
temas que sostienen á todo trance contra todos los documen- decisiva y concluyente, el haber descubierto poco ha, bajo
tos y las tradiciones más fieles que ciertamente existen de una capa de cal en un muro de las ruinas de Kabah, cer-
esparcidas en los historiadores y en los manuscritos mayas. ca de Uxmal, la figura de un caballo, evidentemente dibu-
L a verdadera arqueología, la verdadera ciencia, no levan, j a d a por los indios al tiempo de la conquista española. Pe-
t a bandera propia y exclusiva, sino que siendo, como es, ro esto no obstante, es una verdad histórica indubitable la
u n a verdadera y poderosa auxiliar de la ciencia histórica, de la r u i n a y abandono de Mayapan, de U x m a l , Chichen
hace hablar á las piedras, ora en perfecta a r m o n í a con los y otras ciudades ántes del descubrimiento: de ta! m a n e r a
datos escritos y tradicionales, ora para suplir y llenar las que aun cuando puedan encontrarse y de hecho se encuen-
lagunas que dejar suele la falta de documentos y t r a - tren nuevos datos que esclarezcan más la historia yucateca,
diciones. P o r esta ruzon la arqueología es definida: ciencia sólo servirían para precisar mejor las fechas y los motivo¡
que trata del estudio y conocimiento de los monumentos an- todos de la ruina de aquellas ciudades y de su abandono, pero
tiguos, en cuanto conducen á rectificar ó completar la historia. no para invalidar la noticia cierta de su destrucción en la
Así el verdadero arqueólogo es el que h a recorrido la his- época señalada. E n cuanto al muro de la ciudad de K a b a h
toria en todas sus fases y ramas, en todos sus grados y lu- y al caballo español dibujado en él, sólo servirían cuando
ces, de suerte que viendo lo que hay en ella de menos sólido más, para poder entender que Kabah particularmente, se
ó menos claro, y notando los vacíos, levanta las columnas encontraba habitado a l tiempo de la conquista, como tam-
necesarias, hace brotar la luz de las piedras, y hace tocar bién I z a m a l lo estaba, como el Peten así mismo, al pasar
como con las manos á los héroes y sucesos olvidados. por ahí Cortés y dejar encomendado su caballo, que torna-
ron los indios en deidad, sin que por esto pueda deducirse
El caballero francés Mr. Desiderio Charnay, á cuyos nu-
que estuvieran también habitadas las repetidas ciudades de
merosos viajes tanto debe la ciencia arqueológica, y que
Mayapan, U x m a l , Chichen y otras. F u e r a de esto, así co-
cuando estas líneas escribimos se encuentra entre nosotros
mo se sabe que los indios idólatras solían ir á practicar sus
u n a vez más, veintitrés años despues de su primer viaje y
supersticiosos ritos y sacrificios en las solitarias ruinas, lo
primeros trabajos artísticos sobre nuestras monumentales
mismo que en las campestres y desiertas grutas, así pudie-
ruinas, cuya instrucción, cuya reputación europea y cuyos
ron al tiempo de la conquista dibujar en los misteriosos
talentos nos son tan dignos de consideración y respeto, Mr.
muros de aquellas, las nuevas y extrañas figuras, tanto
C h a r n a y opina hoy, lo mismo que Mr. Stephens ahora cua-
de hombres como de animales que les llamaron la aten-
r e n t a años, esto es, que se encontraban habitadas todas nues-
ción á la llegada de los europeos.
tras célebres ciudades al tiempo de la conquista, según
nos ha hecho la honra de decirnos por su propia boca repe- 1 " E s t a tierra de Yucatan, dice Cogolludo, Historia
T u t u l Xin, su único rey y señor, cuya corte su- vinieron á Yucatan, y que, acaudillados por Ah-
ponen haber sido siempre la ciudad de Maya- Cui-Tok Tutul Xiu, fundaron á Uxmal, siendo
estos últimos en quienes vino á quedar restrin-
pan, de donde diz que se vio obligado á pasar gido y como apropiado aquel nombre, y que
á Maní. Landa, H e r r e r a y el documento m a y a despues de a r r u i n a d a la dicha ciudad de Ux-
Principales Epocas, u n á n i m e m e n t e nos dicen mal f u n d a r o n la de Maní, como ya dejamos re-
que todos los señores se conjuraron contra el ferido.
de Maya pan, esto es, que los señores de la parte
montañosa, que eran, como ya vimos, los T u t u l El último Pontífice ó Sumo Sacerdote que re-
Xiús, en unión d e los de la parte del centro de sidía en Mayapan al tiempo de la r u i n a de esta
la Península, acaudillados por ü l m i l , rey de famosa metrópoli, se llamaba Ah-Chel, ó Ivin
Chichen-Itzá, fueron los destructores de Maya- Chel, y llevó á la antigua de Izamal su silla y
pan. Por donde se ve que esta ciudad n u n c a residencia, como ciudad para ellos santa, ha-
ciéndola cabeza de u n reino cuyos soberanos
fué, hablando propiamente, la corte de los Tu-
vinieron con esto á reunir en sí las dos potes-
tul Xiús, á 110 ser que tomemos este nombre co-
tades, la religiosa y la civil, a u n q u e creemos
mo el genérico de todos los reyes y de todo el
que desde mucho ántes las tenían reunidas. Pue-
pueblo m a y a en su m á s completa generalidad,
de entenderse también que la consagración de
pues, como ya notamos, el citado documen-
Ah-Chel fué un suceso mucho más antiguo, por-
to m a y a presenta á l a nación desde su orí-
que, según refiere Landa, uno de los doce sacer-
gen como tulteca, l l a m a n d o Tutul Xiús á los
dotes principales 1 de Mayapan llevaba ántes
que vinieron á f u n d a r l a , así como también lla-
el nombre de May, que tal vez era común á
m a con el mismo n o m b r e á los restos que despues todos los Sumos Sacerdotes, 2 cuya dignidad
de la total r u i n a del I m p e r i o tulteca en A n á h u a c era hereditaria j u n t a m e n t e con el nombre, lo
mismo que sucedía respecto de los reyes; pero
de Tucatan, Lib. IV, Cap. / / / , á quien los naturales de ella
llaman Maya, fué g o b e r n a d a mucho tiempo por un señor que u n a vez acaeció que el gran Sacerdote May,
supremo, y el último descendiente de ellos fué Tutul Xiu.... no teniendo sucesión masculina, trasladó su
Tenía este rey por cabecera d e su monarquía, u n a ciudad dignidad al esposo de su hija, que era el dicho
m u y populosa llamada Mayapan, y por guerras y discor-
dias entre él y sus v a s a l l o s . . . . acabó este gobierno, rebe-
lándose muchos señores y caciques, dominando cada uno
1 Landa. Relación de las cosas de Yucatan. \ IX.
en la parte que pudo c o n s e r v a r , y estando siempre en con-
2 I d . Op. cit. I V I I .
tinuas g u e r r a s . "
Ah-Chel, en quien verificó u n a ceremonia gra- la ciudad de Mérida. Incluía también todo el te-
rritorio de Mayapan y su partido, lo cual se
bándole en el brazo derecho unos caracteres
deduce tanto de lo que ántes vimos de estar li-
que constituían el sello de d i c h a dignidad, co- gada la suerte y condicion de Izamal con la
menzando éste desde entonces á llamarse K i n de Mayapan, cuanto de que el príncipe Cocom,
Chel, esto es, el Sacerdote Chel. último de su dinastía,«se trasladó al Oriente á
Este sacerdote, que debía ser algún príncipe, las provincias de Zotuta, y de que el rey T u t u l
Xiu hizo abandono de la misma ciudad de Ma-
á q u i e n tocaba el cetro de Izamal, tuvo en su
yapan despues de la victoria, extendiéndose
matrimonio la ocasion de q u e los soberanos iza- así libremente el dominio de los Cheles de Iza-
malenses de la última dinastía reuniesen en sí mal á gran parte del centro y á toda la costa
manifiestamente las dos potestades, teniendo Norte, seguramente desde la orilla del m a r en
despues, ademas, la ocasion de ir á ocupar su el Occidente (Sisal), hasta Chichen-Itzá en el
Oriente. 1 E n cuanto á la ciudad y provincia
trono y sede en la destrucción de Mayapan,
de H o ó Tiho, encontramos en ella, en el lugar
ciudad en que ántes debían residir. Con este denominado Ulilá, u n vestigio del dominio de
motivo, Izamal, fuera de sus timbres de la más u u o de los más célebres reyes de Izamal, cuyo
remota antigüedad, por haber sido la c u n a del
Imperio y su primitiva corte, y sobre todo, por
haber sido siempre considerada como santa
por respeto á Itzamatul ó Z a m n á , su fundador,
mero de gente pobló en Terrohó, y ansi fueron señores de
cuyo sepulcro y cuyos templos a h í se encontra- una g r a n provincia que se llama Aharrinchel (Ah-Chel),
ban, comenzó á ser en esta postrera época la que es la de Izamal.»-Herrera. Década IV, Lib. X, Gap. III.
cabeza de un nuevo reino, si no con el auge y 1 " P o b l ó (Ah-ehel) en la costa hasta que v i n o á hacer
asiento en Tikoch, siguiéndole gran número de gente. Y
grandeza de los pasados siglos, pues la misma
que así fué muy insigne poblacion aquella de los Cheles
ciudad estaba como en ruina, sí siempre con y poblaron la más insigne Provincia de Yucatan, que lla-
g r a n consideración é influencia, y cuyo dominio maron de su nombre la Provincia de Ah-Kin-Chel, y es la
abrazaba toda la costa Norte, con inclusión pro- de Izamal, donde residieron estos Cheles y se multiplicaron
en Yucatan hasta la entrada del Adelantado Montejo. "
bablemente de la ciudad y provincia de Tiho 1 Landa. Relación j¡ IX—uLes Chéles étaiet á la tête du
en que despues h a b í a n d e edificar los españoles sacerdoce dans la Province d'Izamal, ville sacerdotale par
excellence, ce qui devait leur donner une influence considé-
rable dans tout le Y u c a t a n . " — N o t a del Abate Brasseur de
1 " O t r o yerno de un sabio y estimado sacerdote de Ma-
Bourbourg.
yapan llamado Ali-Chel, dice Herrera, seguido de gran nú-
nombre se ha inmortalizado, Ulil, del que se de que éste ya no existía, porque á haber per-
deriva el de Ulilá (Agua del rey Ulil), antiguo manecido, habría sido uno de los principales,
real sitio, que en la actualidad es una finca de aun más que Izamal y Zotuta, por la grandeza
campo en el partido de Mérida, en el distrito histórica y monumental de la ciudad, y porque
parroquial de H u n u c m á . 1 su rey Ulmil fué quien principalmente coope-
A u n el reino de Chióhen-Itzá vino á identifi- ró con Tutul Xiu para hacer la guerra al tira-
carse con el de Izamal, como había estado en no de Mayapan y abrir la nueva época. Si á
los primitivos tiempos, á pesar de sus rivalida- esta observación añadimos la de la propensión
des y sangrientas cuestiones, pues recordará el de los señores de Chichen-Itzá á m u d a r de te-
lector que I t z á é Itzamal 110 sólo son nombres rritorio, y los datos que ántes expusimos, sufi-
de idéntica raíz que indican u n mismo origen cientes á probar de u n a m a n e r a indudable que
filológico, sino t a m b i é n nacional. Esta moderna el reino de Peten-Itzá, situado entre la Penínsu-
fusión de ambos reinos la encontramos compro- la de Yucatan y el territorio de Guatemala, es
bada con q u e despues de la ruina d e M a y a p a n , justamente el mismo de los Itzáes en Chichen,
llevada á t é r m i n o por los reyes ele Chichen y vendremos á concluir, como si hubiésemos sido
de los Uitzes (Sierra), con todos los demás seño- testigos del hecho, que apénas concluida la gue-
res de la P e n í n s u l a , 110 vuelven á aparecer más rra de los reyes y de los pueblos contra el tira-
dichos reyes d e Chichen en ningún dato históri- no de Mayapan, y resueltos todos á conservar
co, ni en los documentos originales que se han la independencia de sus pequeños reinos, y á n o
encontrado, ni en la Relación de Lancia, ni en las permitir la supremacía de n i n g u n o sobre los
Décadas de H e r r e r a , ni en ningún otro historia- otros, los Itzáes abandonaron ó acabaron de
dor. Antes bien, al expresar todos contestes que en abandonar su ya ruinosa ciudad, y se dirigie-
esta época se levantaron muchos pequeños rei- ron al Peten, á donde ya con alguna anticipa-
nos, de que e r a n los principales el de Maní, el ción, según ántes observamos, habían comenzado
de I z a m a l y el d e Zotuta, callando por completo á trasladarse. Sus pocos restos que permanecie-
el de Chichen, la simple omision n o sólo es u n ron en el territorio de su ciudad y provincia,
a r g u m e n t o n e g a t i v o sino la positiva afirmación que seguramente se reducirían á algunas fami-
lias (pues hasta el día de hoy se conserva entre
nuestros indios el apellido Itzá), fueron los que
1 Ulilá, es h o y u n a de las varias y buenas haciendas se refundieron en el reino de Izamal, el que por
rústicas de la f a m i l i a Peón de la ciudad de Mérida,
u n a n a t u r a l consecuencia tomó posesion de de las que unas correspondían indudablemente
Chichen, de que sólo dista diez leguas. Que así á los Cheles, Xiús ó Cocomes, y otras que co-
sucedió, no sólo lo conjeturamos, sino que lo rrespondían á otros ménos principales, ó que
encontramos p r o b a d o c o n q u e los señores de constituían, cada una por sí sola, el dominio de
alguno de tantos reyezuelos ó caciques.
Izamal, los Cheles, fueron los que cedieron á
los españoles en el tiempo de la conquista la H e aquí, fuera de Maní, Izamal y Zotuta, el
m o n u m e n t a l ciudad de Chichen-Itzá ] , y en que catálogo de algunos nombres de dichas provin-
cias: Ivimpech ó Campech, Quepech, Ahcanul ó
éstos, 110 encontrando á nadie, establecieron su
Canul, Chacan (Chakan), Cocolá, Kupul, Che-
campamento, como u n lugar á propósito por la
teraal, Choaca (Chauac-ha), Bakhalal, Ekab,
fortaleza de los grandes edificios que allí había, co-
Cochuah, Camol, Tixchel, Tikoch, Guaymil,
m o textualmente dice Cogolludo, 2 y a u n fun-
Chicac y Conil.
daron también la primitiva villa española que
en el pais establecieron, la cual bien pronto, sin H a y otros muchos nombres que no es fácil
descubrir si son de provincia ó de ciudad, sien-
embargo, se vieron precisados á abandonar pol-
do de entender que varias de las provincias te-
la fiera actitud de todos los indios de la comar-
nían por nombre el de la ciudad que las enca-
ca contra ellos.
bezaba, observándose que varios nombres, co-
Los otros pequeños reinos y provincias inde-
mo el de Ho ó Tiho, Zaquí, Cumkal, Campech,
pendientes en que se subdividió la Península
Champutun, Calkiní, Hocabá, H u m u n , Mutul
fueron muchos, pero a u n q u e no raras veces en-
y otros, u n a s veces aparecen como títulos de
contramos los nombres indios de ellos en los
provincias y otras como de u n a poblacion de-
datos de los historiadores y en los documentos
terminada. Debe entenderse que en el trascur-
originales que hemos visto, no sabremos decir so de los siglos han ocurrido cambios y altera-
hoy de u n a m a n e r a segura cuántos y cuáles ciones, y es indudable que al tiempo de pasar
eran. Landa, Herrera, Sánchez de Aguilar, Co- esta tierra al dominio español, si bien se con-
golludo y otros indican como de paso y sólo in- servó en su mayor parte la antigua nomencla-
cidentalmente los nombres de varias provincias, tura de lugares, ocurrió sin embargo u n a g r a n
confusion que ahora sería imposible disipar.
1 Landa. Relación, fá X I I y XIII.—Herrera. Década
IV, Lib. III, Cap. III. Parece que al tiempo de la conquista españo-
2 Cogolludo. Historia de Yucatan. Lib. II, Cap. VI. la había siete reinos ó siete grandes divisiones,
en que venían á concentrarse por sujeción, por po del asedio y r u i n a de esta ciudad, y á cuyos
protección ó por amistad, las otras provincias; soldados todos pudiera, creerse q u e Tutul X i u
y lo decimos, porque en u n o de los más impor- hubiese sacrificado cruel y bárbaramente, en
tantes manuscritos mayas que poseemos, el Có- venganza de la r u i n a de Uxmal, fueron perdo-
dice Chumayel, encontramos las siguientes pala- nados noble y generosamente, dejándolos en
bras q u e así lo dan á entender, acompañando libertad de regresar á su pais ó permanecer en
en el original á u n a especie de plano ó m a p a : 1 éste con ciertas condiciones. Y habiendo opta-
Aquí Maní, dice; el principio de la tierra ó su en- do por este último extremo, lo que prueba que
trada, (puerto), es Campeche: el extremo del ala de en su mayor parte, si no todos, habían venido
la tierra es Calkiní: el nacimiento del ala es Iza- con sus mujeres y sus hijos, designóseles la pro-
mal: la mitad del ala es Zaquí: el extremo del ala es vincia de Acanul para que allí se establecieran.
Cumkol: la cabeza de la tierra es Ho.» " A l tiempo del desbarate de Mayapan, dice D.
Antonio de Herrera, no quisieron los conjura-
El m a p a i n d i o supone dividida toda la Penín-
dos hacer mal á los mejicanos, sino dejáronlos
sula en d i c h a s siete divisiones, en esta f o r m a :
libres, con que queriendo quedar en la tierra,
poblasen de por sí y con que no emparentasen
CAMPECH CALKINI con los naturales: con estas condiciones holga-
MANI ron de no volver á las lagunas y mosquitos de
CUNKAL. Tabasco y poblaron en la provincia de Canul
T I HO
y duraron hasta que llegaron los castellanos." 1
El Sr. L a n d a dice lo mismo y en casi iguales
ITZMAL. términos. 2
ZACI.
Con este importante dato que se enlaza con
uno de los eslabones más notables de la cadena
histórica, venimos en conocimiento de la clase
de pobladores que hubo en una de las provin-
Por lo q u e toca a l ejército mejicano que se
cias yucatecas; encontramos que dicha provin-
h a l l a b a e n alianza con el de Mayapan al tiem-
1 Véase e n el Apéndice nuestro artículo intitulado «Geo- 1 Herrera. Década I V , Lib. X , Cap. I I I .
g r a f í a Maya.» 2 Landa. Relación §. I X .
cia se d e n o m i n a b a de Canul ó Acanul (Ak- sa su proximidad á Ti-IIo (Mérida), y por con-
Canul); y en fin, q u e los moradores de la mis- siguiente su pertenencia al dominio de Izamal,
m a existían basta la época del descubrimiento. que era el de toda la costa indicada, según Lan-
E n c o n t r a m o s t a m b i é n que esos mejicanos se da y Herrera. 1 H é aquí las palabras textuales
naturalizaron de tal manera, que 110 dejaron de la citada "Instrucción:" " Y llegados al pue-
huella a l g u n a de su diferente origen nacional blo de Ti-lio, que es la provincia de Quepeche,
ni de su idioma, lo que indica manifiestamente asentaréis allí el Cabildo é regimiento de la di-
que adoptaron el maya, y que aun tal vez cada cha villa ó ciudad (que habéis de fundar) y si
u n o de ellos se denominó con un nombre yu- os pareciere que la comarca es tal que lo sufra.
cateco, pues sin habérseles permitido emparen- Y de allí trabajaréis de traer toda la tierra de
tar con los naturales, ellos se naturalizaron de paz. E si algunos no quisieren venir, darles
tal manera, repetimos, que aun habiendo exis- eis guerra conforme á lo que S. M. m a n d a . — Y
tido hasta la época del descubrimiento y por despues que tengáis pacificadas las provincias
consiguiente hasta el día de hoy, no por eso en- que h a n de servir á esta dicha ciudad, que son
contramos ningún otro idioma fuera del maya las sujetas á la provincia de Acanul, la provin-
en toda la extensión de la vasta Península. cia de Chacan a u n q u e algunas más provin-
cias otras vengan de paz, no las repartiréis etc." 2
; Pero cuál sería y dónde estaba situada la El abate Brasseur, en su Informe sobre las
provincia de Acanul? H e aquí un problema
histórico que, como se vé, 110 sólo es de curiosi-
dad sino de importancia trascendental. 1 Op. loe. cit.
Muy felices nos consideramos al encontrar 2 Cogolludo. Historia de Yucatan. Lib. I I I , Cap. I V .
la solucion en u n documento, bien notable en —Este mismo historiador trae en el Cap. X I I del propio
Lib. I I I una Carta del Cabildo de Mérida al Rey, por don-
verdad, como lo es el de la " I n s t r u c c i ó n " que
de también clarísimamente se ve que en la costa de la
D. Francisco de Montejo dió á su hijo, al trasla- mar estaba situada la provincia de Acanul y que compren-
darle en época en que ya le era conocida la tie- día á Campeche; y si como parece, correspondía á Izamal,
r r a yucateca, los poderes que para la conquista se extendía á lo largo de la costa desde Dzilam hasta Cam-
de ella había obtenido del rey de España, y en peche. H e aquí las palabras de la dicha c a r t a : " D . F r a n -
cisco de Montejo entró con la gente adereza é lo necesa-
que aparece el nombre de la provincia de Aca- rio, y en la costa de la mar, en la provincia de Acanul,
nul, y aun se da suficientemente á entender que junto á un pueblo de indios, que dicen Campeche, asentó
estaba situada en la costa Norte, pues se expre- real é pobló una villa e t c . "
alguno relativo, existiendo, como existen hasta
ruinas 'le Mayapan y U x m a l , dice, como poco
hoy las generaciones de la misma poblacion
lia hemos visto, 1 estas m u y notables palabras:
indígena esparcidas á millares por todo el ám-
" E n t r e las familias poderosas que se dividían
bito de la Península, veríamos por nosotros
en la época de la conquista el litoral situado
mismos la dicha diferencia si la hubiera. No
entre Dzilam y Campeche estaban los Pech, se-
la hay, y ni huellas de que ántes la hubiese.
ñores en otro tiempo de Cbicxulub y de Conkal,
¿Qué necesidad tenemos délos documentos his-
n o léjos de Mérida, que se vanagloriaban de
tóricos si tenemos á la vista al sugeto mismo
haber sido los conquistadores de sus tierras, y
en la unidad de raza y de lengua, u n i d a d no-
entre los que, así como e n t r e algunas otras po-
table, que también encontramos en los docu-
blaciones marítimas del E s t a d o de Yucatan, se
mentos históricos que no faltan? H a y huellas
notaban señales de antropofagia. Es de sentir-
ciertamente de algunos diferentes tipos y razas,
se que los españoles no nos hubiesen dejado
pero que sólo aparecen como incorporados en
n i n g ú n documento sobre l a s diferentes tribus
la gran nacionalidad maya, siempre con la uni-
que poblaban entonces la P e n í n s u l a ; hubiéra-
dad de idioma, en la propia forma que hoy las
mos sabido si los Pech e r a n ó no de los descen-
naciones cultas del m u n d o ofrecen el cuadro
dientes de los caníbales q u e infestaban las islas
de las inmigraciones de que se aprovechan en
y las costas vecinas, y si fueron ellos los que
el frecuente trato y comunicación de los otros
empezaron á destruir á U x m a l y á otras ciuda-
pueblos. Además, ¿no vemos cómo, en las otras
des de los mayas."
regiones de América en que existían diferentes
Ahora bien, si es cierto q u e los españoles no tribus ó lenguas, existen hasta hoy las genera-
nos dejaron n i n g ú n d o c u m e n t o sobre las dife- ciones correspondientes con la misma diferen-
rentes tribus de la P e n í n s u l a yucateca, esto fué cia de raza y de lengua, ó que si se han extin-
por la sencilla razón de q u e no encontraron guido están ahí los monumentos que indican
n i n g u n a diferente de la m a y a , y tengamos, so- su extinción?
bre todo, en cuenta, q u e á h a b e r existido tales
diferencias propiamente h a b l a n d o , esto es, di- H u b o á la verdad u n a tribu diferente de la
ferentes naciones y l e n g u a s , á u n cuando los maya, pero es la que resultó del ejército aliado
españoles no nos h u b i e s e n dejado documento de Cocom, que despues de la caída de Mayapan
se convirtió de ejército en pacífica colonia, y de
la cual 110 faltan documentos y otros datos, que
1 Véase atras, páginas 369 y 370.
son justamente los q u e a q u í vamos ahora exa- destruyeron á U x m a l y otras ciudades del país;
minando. v fueron, en fin, quienes á manera de caníbales
Encontramos un documento á todas luces au- introdujeron en la Península la cruel y bárbara
torizado y auténtico en la ya citada «Instruc- costumbre de los continuos sacrificios humanos,
ción» de D. Francisco de Montejo, en que pol- con la circunstancia de la antropofagia, como
los graves motivos de la conquista habla de la luego veremos. De ningún modo eran conquis-
provincia de Acanul, precisamente la misma en tadores, 1 ni constituían u n a entidad política
que el Illmo. Sr. L a n d a y D. Antonio de Herrera aparte ó u n a tribu y nacionalidad distinta, si-
dicen por su parte, como historiadores, que se no que establecidos bajo condiciones en la pro-
estableció la colonia mejicana, resultando así vincia de Acanul, eludieron más adelante la
perfectamente comprobado lo que el Sr. Bras- » prohibición de emparentar con los naturales,
seur y todos necesitábamos saber, esto es, quié- viniendo á identificarse con la raza maya, que
nes eran en realidad los Peches que se encon- al fin los absorbió, y á considerarse despues co-
traban posesionados de u n a parte de la costa. mo señores, al ver adoptados como se adoptaron
Si éstos se vanagloriaban de haber sido los con- sus sangrientos sacrificios y á u n su antropofa-
quistadores de sus tierras, era u n a jactancia: se gia, al ménos en parte, sin duda por aquellos
creían acreedores á ellas por haber sido traídos
á Mayapan sus padres á prestar sus servicios l Si los Peches ó Mejicanos se jactaban del título de
como guerreros, desde cuya época probablemen- conquistadores de las tierras que poseían, según se deja ob-
te se les dió el nombre de Pech, esto es, garra- servado, debía ser porque la provincia de Acanul que se les
concedió para establecerse correspondía á I z a m a l , y ésta á
patas, que es lo que significa esta palabra en el
Mayapan; y como por servir á estas ciudades habían venido
idioma indígena, porque los hijos del país los á la Península, tendrían la indicada provincia de Acanul
h a b r á n comparado (al verlos llegar en tropas y como un territorio debido á sus trabajos, por más que ha-
en son de guerra) á dicho insecto, que carece biendo sido empleados éstos contra los intereses y derechos
del país, debiesen considerarse mas bien como generosamen-
de alas y es parduzco, m u y molesto enemigo,
te perdonados por los destructores de Mayapan, y no como
abundante, fecundo, y que se sirve de seis pa- debidamente pagados ó temidos. Atrás hemos visto estas
tas que posee, para adherirse fuertemente en la palabras de Landa: «Que Cocom... trajo gente mejicana á
carne así de hombres como de animales, para Mayapan... y los de Yucatan aprendieron la (guerra) de los
mejicanos... y que salieron maestros... y ya no se admira-
alimentarse de la sangre. Ellos fueron, en efec-
ban de los mejicanos, ni los temían, ántes hacían poca cuen-
to, quienes siendo aliados de los mavalpaneses, t a de ellos.»—Relación. VIII.
que les estaban más cercanos, pues lo que es la
nación en general n o contrajo como tal el degra-
dante crimen de alimentarse por hábito y cos-
CAPITULO XIX.
tumbre de carne h u m a n a .
Guerras civiles.—Triste carácter de esta última época.
Los m o n u m e n t o s arqueológicos y filológicos Falso engrandecimiento.—Digresión sobre la belle-
contribuyen t a m b i é n á probar el establecimien- za característica de las ciudades.—Huracan é in-
to de los Peches en u n a parte de la costa Norte cendio.—Pestes y mortandades.—Guerra intestina
y cruel en que perecen ciento cincuenta mil hom-
desde Dzilam h a s t a Campeche, ostentándose bres.—Observación cronológica.—Su aplicación á
como dice el Sr. Brasseur, señores de Chicxu- Mayapan.—Creciente barbarie.—Sacrificios huma-
lub y de Conkal m u y cerca de Mérida, que era nos y antropofagia—Clases y frecuente ocupacion
la provincia de Acanul, pues en Motul, que era de los verdugo-sacerdotes.—Colonia mejicana.—Ca-
níbales.—Inmoralidad.—Decadencia: verdadera de-
uno de los principales puntos de Ja antigüedad
generacion.-Se prueba la identidad de la raza maya
en aquella m i s m a zona, se ven hasta boy m u y por la misma historia de su degeneración.—El mo-
á inmediaciones d e su actual plaza mayor, há- derno pueblo yucateco.
cia el Noreste, las r u i n a s de unos edificios m u y
conocidas de todos y denominadas hasta ahora Fraccionado del modo que dejamos referido
por u n a general y constante tradición, las Casas el antiguo Imperio Yucateco en señoríos inde-
de los Peches; debiendo también observarse que pendientes, no sólo no confederados, sino pro-
las provincias d e Kimpech, que es la de Cam- f u n d a m e n t e enemistados entre sí, suscitóse la
peche, y Quepech, que es la de H ó ó Mérida, más baja emulación entre ellos. El partido que
confinantes de la d e Acanul ó comprensivas de por uno ú otro y por cualquier motivo tomaban
ella, tienen todas en la composicion de sus de- éstos ó aquellos; las agresionesy represalias m u y
nominaciones el vocablo Pech, y se descomponen fáciles por la más leve causa; el odio á muerte
así: Can-Pech, K i u - P e c h , Que-Pech. que se profesaban todos, principalmente los
reinos de Izamal, Sotuta y Maní, (esto es, los
Cheles, los Cocom y los T u t u l Xiu); 1 la bar-
Tal era, en efecto, la situación que g u a r d a b a algunos años el invierno suele ser más ó menos riguroso, y
entonces, como poco acostumbrados los habitantes al frío,
el país cuando, según dicen los historiadores,
tan luego como éste se hace sentir, acuden todos, particular-
u n a noche d e iuvierno, estando al fuego se mente los indios, por lo ligero desús vestidos, á calentarse
al fuego, ó ponen tiestos con ascuas encendidas bajo sus
1 A u n q u e el c l i m a de esta Península es m u y cálido, en camas. Esto se denomina: Kiich.
de los mozos recien casados, que acostumbraban El limo. Sr. Landa, escribiendo como escri-
establecer sus pequeñas chozas en frente de las bió en el año de 1566, se explica sobre estas no-
de sus padres ó suegros, en que vivían los pri- ticias de la manera siguiente, refiriéndose á las
meros años: debieron salvarse también los que tradiciones que los indios de aquel tiempo con-
alcanzaron un asilo en los adoratorios y en las servaban, y á quienes él mismo se las oyó:
casas de piedra. " Que había que pasó esta última plaga (de po-
Quedó la tierra tan destruida en esta ocasion, drírseles el cuerpo) más de cincuenta años, y
q u e «pensaron desampararla, dice D. Antonio que la mortandad de las guerras (la en que
de H e r r e r a ; pero, animándose, permanecieron, murieron ciento cincuenta mil hombres) fué
y volvieron á tener buenos temporales por quin- veinte años ántes, y que la pestilencia de la
ce ó diez y seis años, al cabo de los cuales les so- hinchazón y gusanos sería diez y seis años án-
brevinieron unas mortales calenturas que du- tes de las guerras, y el huracán otros diez y
r a b a n unas veinticuatro horas, y despues se seis ántes que ésta, y unos veintidós ó veinti-
h i n c h a b a n y reventaban llenos de gusanos: trés despues de la destrucción de Mayapan,
d u r ó algunos dias esta miserable pestilencia, y ' que, según esta cuenta, ha ciento veinticinco
m e n g u ó tanto la gente, que mucha parte de los años que se desbarató." 1 A la fecha, pues,
mantenimientos se quedó por coger. Volvie- de boy (1882) según esto, la r u i n a de Mayapan
ron á rehacerse, y pasaron bien otros quince hace 441 años, y casi mil de su fundación. 2
años, al cabo de los cuales se les despertaron
Esa guerrji última, no sólo cruel y bárbara
•sus pasiones viejas, y todos, siguiendo sus cau-
por las circunstancias de la época, sino injus-
dillos, se pusieron en armas, y llegaron á darse
tificable, á la cual se contraen los citados his-
u n a cruel batalla en que murieron ciento cin-
toriadores, y en que perecieron ciento cincuenta
cuenta mil hombres. Con esta guerra volvie-
mil hombres, demuestra con triste pero elo-
ron á la paz, y descansaron por otros veinte
cuente voz, hasta qué grado había descendido
años que les dió otra lastimosa pestilencia de
unos grandes granos, que con gran hedor los
1 Landa. Relación, § X .
podrecía de tal manera que se les caían las car-
nes á pedazos en cuatro ó cinco dias." i 2 ¿Quién se atreverá á sostener á vista de estos datos tan.
explícitos y auténticos, que la ciudad de Mayapan no estaba
arruinada cuando hubieron de llegar los conquistadores eu-
1 Herrera. Década IV, Lib. X, Cap. I I I . ropeos ?
en tan poco tiempo el pueblo maya, que, como
sobre ellos la aurora de la regeneración cris-
si fuese de fieras indómitas y salvajes, apénas
tiana, que ya sin embargo se aproximaba á
respira en la tregua de las horribles plagas con redimirlos, y que si más se hubiese retarda-
que la justicia del cielo castigaba sus crímenes do, los europeos en el descubrimiento habrían
y le convidaba á m á s suaves y h u m a n a s cos- sólo encontrado en esta región las ruinas mo-
tumbres, cuando se estrechan y persiguen á numentales sombreando innumerables sepul-
muerte sus ya menguados hijos, devorándose cros, sin n i n g ú n sér h u m a n o viviente que nos
unos á otros, como las serpientes de sus bos- hubiese transmitido ni el admirable idioma,
ques que se entrelazan, se retuercen, se des- ni la noticia histórica de los antiguos yucatecos.
trozan y quedan tal vez en cada combate am- El desenfreno de las pasiones y la conducta
bas ó dos contendientes muriendo á u n tiempo irresponsable de tantos tiranuelos habían heri-
en el exceso de su rabia. Sus mismos sufri- do de muerte el adelanto de las artes, de las
mientos y su precipitada r u i n a le conducían, ciencias y de la moral, porque en lugar del res-
en la ceguedad de su propia ignorancia y peto y temor del cielo, en lugar del bello ideal
lamentable fanatismo, á buscar el remedio de levantado y nobilísimo que hacen la regla del
sus desgracias en la g u e r r a , puesto que uno hombre y la inspiración del artista, del poeta y
de los principales móviles de ésta frecuente- áun del sabio, los mayas, faltando á sus antiguas
mente era buscar prisioneros y esclavos para tradiciones, preferían en esta malhadada época
ofrecer en continuas y numerosas^ hecatombes como los otros pueblos americanos más bár-
á los ídolos con q u e el demonio le tenia es- baros, la ignorancia á la ciencia, el vicio á la
clavizado, y á quienes creía aplacar de aque- virtud y la horrible fealdad de las estátuas á
lla manera. ¡ Tal y tan triste fué siempre y la belleza antigua de ellas. Horribles los dio-
en todas partes la condicion de la h u m a n i d a d ses, horribles los sacrificios, sedientas de sangre
sin las bienhechoras luces y la santa libertad las supuestas insaciables deidades, tiranos los
de la Religión Cristiana ! Por esto, miéntras gobernantes, vengativos y feroces los amos, ab-
más sufrían los pequeños reinos y cacicazgos, yectos y numerosos los esclavos, y sanguinarios,
más cruda g u e r r a se hacían entre sí, y más en fin, los sacerdotes y los pueblos, ¿cómo habían
y más se alejaban de su antigua civilización; de mantenerse siempre humedecidas las san-
y puede decirse q u e m á s indignos se hacían grientas aras y los potros, sino por medio de
también de que el cielo hiciera resplandecer eternas luchas, infinito cautiverio y a h o g a n t e
causarle como instrumentos de la ira de Dios,
esclavitud? ¿Y cómo las ciencias y las artes y
en las calamidades que ya quedan referidas.
la moral podían conservarse, ó renacer y pros-
El sacerdocio estaba, como siempre, clasifi-
perar en medio de tales condiciones ? Hé
cado en tres gerarquías que se d e n o m i n a b a n :
a q u í el motivo de la degeneración del pueblo
Chilames, Chaqués y Nacones. 1 Y si las dos
maya, y lié aquí explicada el último misterio
primeras, cuyo principal objeto eran las cien-
de su historia antigua, relativo á lo increíble
cias, la medicina y la adivinación, habían te-
q u e parece que, tal cual fué encontrado este
nido en las épocas precedentes u n a grande y
pueblo en la Península, sea el mismo cuyos casi digna ocupacion ; la tercera, cuyo objeto
antepasados hubiesen sido autores de los pro- de por sí más despreciable, era el de los sa-
digiosos monumentos que revelan u n a grande crificios humanos, tuvo en esta última pre-
y poderosa nación; misterio ó contraste que ferente y continuo ejercicio.
condujo á no pocos á suponer erróneamente
"Nacones eran dos oficios, dice Landa, el uno
que la raza maya era más bien extraña, bár-
perpétuo y poco honroso, porque era el que
bara y muy nueva en el país que presentaba
abría los pechos á las personas que sacrifi-
como suyo, y que no era sino la destructora de
caban. El otro era u n a elección hecha de
él; cerrando los ojos, con este juicio precipitado,
u n capitan para la guerra y otras fiestas, que
los que tal piensan, á todos los documentos, da-
duraba tres años : éste era de m u c h a honra."
tos y tradiciones, y áun á las ruinas mismas que Sin embargo, dábanse de mano, porque si u n
son verdaderamente MAYAS. Pronto abordare- Nacon llevaba como caudillo las tropas al com-
mos directamente en este mismo capítulo esta bate, era principalmente para hacer prisione-
importante materia. ros que sacrificaba el otro Nacon en las gradas
Los ciento cincuenta mil muertos que resul- del Ku ó templo.
taron de la indicada guerra general debieron
El Chilam no sacrificaba, pero como era el
sucumbir indudablemente, más bien que en
que pronunciaba los oráculos, esto es, el mi-
el campo de batalla, en la i n h u m a n i d a d de nistro ó intérprete de los dioses, era él quien
los sacrificios humanos, para los que expro- pedía los corazones y la sangre de las víctimas:
feso habían sido reducidos á prisión y escla- ayudábale en su oficio el Chac, y ejecutaba el
vitud, pretendiendo aquel infeliz pueblo ha-
cerse propicios con esto á los dioses del averno,
1 Landa. Bdacion. § XXVII.
que tantos y tan grandes males acababan de
Nacon. "Que siu las fiestas, dice Lauda, en
las cuales para la solemnidad deellas se sacrifi- la mayor crueldad y la barbarie del hombre
caban animales t a m b i é n por alguna tribulación crece en razón directa de la falta de cultura,
ó necesidad les m a n d a b a el sacerdote ó Chilam que proviene con mayor fuerza del olvido de
sacrificar personas, y para esto contribuían la verdad religiosa y del mayor abuso de la
todos (cuando no había prisioneros de guerra) para libertad, esclavizando el hombre al hombre.
que se comprasen esclavos, ó algunos de de- Para tales sacrificios, reuníanse en el patio
voción daban sus hijos, los cuales eran rega- del templo, y si había de hacerse por medio
lados hasta el día y fiesta de sus personas, y de flechas, desnudaban á la víctima, le pinta-
m u y guardados, que 110 se huyesen ó ensucia-
sen de algún carnal pecado, y miéntras á ellos
llevaban de pueblo e n pueblo con bailes, ayu- consagrarla como madre de su dios protector, significándole
naban los sacerdotes Chilames y otros oficia- ser ésta una órden expresa de aquel numen, para exaltarla
á tan sublime gerarquía. El caudillo envanecido con la espe-
les." 1
ranza de tener una hija deificada, ó quizás atemorizado con
La rareza antigua d e los sacrificios humanos las desgracias que podrían sobrevenirle si desobedecía á un
dios, concedió á los mexicanos lo que le pedían, tanto más
se tornó en práctica c o m ú n , siguiendo el ejem- fácilmente, cuanto que no preveía lo que iba á suceder. Los
plo de la gente azteca ó mexicana, 2 porque mexicanos condujeron con gran júbilo aquella noble doncell a
á su ciudad ; pero apénas llegó, mandó el demonio, según
1 Landa. Relación. g XXVIII. dicen los historiadores, que le fuese sacrificada y desollada
2 Que los aztecas ó a n t i g u o s mexicanos fueron quienes despues de muerta, y que con su pellejo se vistiese alguno
introdujeron la barbarie de los sacrificios humanos, no solo de los principales jóvenes de la nación. Fuese en efecto ór-
en Yucatan, sino en toda e s t a región, y que ellos fueron den del demonio, ó lo que es más verosímil, cruel invención
quienes inventaron la i n a u d i t a y horrible práctica de que de aquellos bárbaros, lo cierto es que el plan se ejecutó
el sacrificador desollase á la víctima, para que, desnudo él, puntualmente. Convidado el caudillo por los mexicanos á la
se vistiera de la sangrienta piel y danzara pública y so- apoteosis de su hija, fué á ser espectador de aquella gran fun-
lemnemente, son cosas q u e afirman todos los historiadores, ción, y uno de los adoradores de la nueva divinidad. Entró
desde que aquéllos aparecieron como nación. " E n honor en el santuario, donde al lado del ídolo estaba en pié el
de esta funesta divinidad,—dice Clavijero respecto del fa- jóven vestido con la sanguinosa piel de la víctima ; pero la
moso dios azteca Hitzilopchtli—hicieron por aquel tiempo oscuridad no le permitió ver lo que pasaba. Pusiéronle en
(el del primer arreglo ú organización de su Estado y de su la mano un incensario y un poco de copal, á fin de que hicie.
ciudad de México) un h o r r e n d o sacrificio que no se puede se las ceremonias del culto; pero habiendo visto á la luz de
oir sin espanto. Mandaron al caudillo de Colhuacan una la llama que hizo el copal, aquel terrible espectáculo, se le
embajada, rogándole que les diese alguna de sus hijas para conmovieron de dolor las entrañas, y arrebatado por vio-
lentos afectos, salió gritando como un loco y mandando á
t a n todo el cuerpo de colores, y adornábanle sangre de la herida, iba á u n t a r con ella el
la cabeza con penachos de flores ó de plumas. rostro de los ídolos. En seguida, comenzaban
Cargaban en hombros la estatua del ídolo y todos á lanzar sus flechas por el orden que el
con ella d a n z a b a n al derredor del poste en Nacon indicaba, al compás de la música y del
que a t a b a n á la víctima, armados -todos de baile, disparando todos al corazon de la infeliz
arcos y flechas. El sacerdote-verdugo (Nacon) víctima, cuyo lugar marcaban en el pecho al
ataviado con sus vestiduras, se dirigía el pri- efecto con alguna señal que sirviese de blanco.
mero á la d i c h a víctima, y con actitud y movi- Si el sacrificio había de hacerse arrancando
mientos deshonestos le hería con su flecha, sea el corazon á la víctima, conducíanla con g r a n
h o m b r e ó mujer, y recogiendo impasible la solemnidad al sacrificadero, que era u n a me-
sa de piedra redonda ó casi redonda, en que
cuatro Chaqués le extendían con presteza, ase-
eu gente que t o m a r a venganza de tan bárbaro atentado. gurándole cada u n o por su lado, tirando con
Pero no se atrevieron á obedecerlo, sabiendo que inmedia- fuerza de los piés y de las manos, de modo
tamente hubieran sido oprimidos por la muchedumbre ; con que quedara boca-arriba y en posicion convexa,
10 que el desconsolado padre se volvió á su casa á llorar su
forzada como u n arco. Entónces el fiero Na-
infortunio todo el resto de su vida. Su infeliz hija fué diosa
y madre h u m a n a no solo de Hitzilopchtli, sino de todos los con, armado del pedernal cortante y con ho-
dioses, que es lo que significa el nombre Tetcoinan, con el rrible destreza y bárbara crueldad, abría de
cual fué desde entónces conocida y reverenciada. Tales fue- u n solo corte entre las costillas del lado izquier-
ron en aquella nueva ciudad los principios del bárbaro sis-
do bajo la tetilla; metía la m a n o y tirando del
tema religioso, etc. "—Historia Antigua de México. Lib. I I .
corazon, arrancábale vivo y palpitante, y po-
Y el Sr. Roabárcena, refiriéndose también 4 la época en
que los mexicanos fundaron s u nación saliendo de la escla- níale en u n plato 1 que le presentaba un sa-
vitud en que se hallaban bajo los Colimas, dice a s í : " Sus-
citaron u n a guerra entre los Colhuas, sus amos, y los Xoclii- 1 Muchos de estos platos, fabricados de barro y á veces
milcas, sus vecinos; vencidos los primeros en diversos com- vidriados y pintados, s e encuentran á menudo en las exca-
bates, apelaron á la ayuda de sus esclavos (los mexicanos) vaciones que se hacen al pié de las pirámides ó cerros en
quienes dieron tales pruebas de valor y hasta de ferocidad, q u e aquellos sacrificios se practicaban. Los hay que tienen,
ejecutando en las aras de s u dios Hitzilopchtli, los primeros á manera de piés, tres bolas huecas adheridas, con otra más
sacrificios humanos habidos en el país, que los Colhuas ó por pequeña suelta dentro de cada una, y un agujero para que
premiar sus servicios, ó por temor á su barbarie, los dejaron al son de la danza y música, resuene con el movimiento que
salir libres."—Catecismo elemental de la historia de México. la imprime el que le lleva entre sus manos. En nuestro
11 Parte. § XII. "Museo Yucateco" tenemos muestras de ellos.
obra en esta siguiente, en que ya poblaban co-
cerdote Chilam, quien iba de prisa á ofrecerlo
mo colonia pacífica, la provincia de Acanul.
á las imágenes del demonio, cuyos rostros u n -
P o r q u e ellos introdujeron en la Península, se-
taba con la s a n g r e caliente.
g ú n hemos visto, no solo el arte de la guerra
"Algunas veces, dice el Sr. Landa, hacían este
(que hacía mucho tiempo tenían en olvido los
sacrificio en la piedra y grada alta del templo,
yucatecos), apoyando la tiranía, sino la barba-
y entonces echabau el cuerpo y a muerto por
rie de los sacrificios humanos, y por consecuen-
las gradas abajo á rodar, y tomábanle los ofi-
cia toda la rudeza de costumbre que se nota
ciales (Chaqués) y desollábanle todo el cuero
en esta época de decadencia. H e r r e r a dice así:
entero, salvo los piés y las manos, y desnudo el
"El oficio de abrir el pecho á los sacrificados
sacerdote se aforraba, de aquella piel y bailaban
que en México era estimado, aquí era poco hon-
con él los demás, y era cosa de m u c h a solemni-
roso." 1
dad para ellos esto. A estos sacrificados co-
Pero si era poco honroso en las épocas pasa-
m u n m e n t e solían enterrar en el patio del tem-
das, no así en esta última, en que j a encontra-
plo, ó si no comíanselos, repartiendo por los
mos al pueblo m a y a tan ocupado en practicar
que alcanzaban los señores, y las manos y
los sacrificios, enteramente como el mexicano
piés y cabeza e r a n del sacerdote y oficiales, y á
lo practicaba, esto es, con frecuencia, con gran so-
estos sacrificados tenían por santos. Si e r a n
lemnidad, y con la repugnante circunstancia de
esclavos cautivados en guerra, el señor de ellos
vestirse el sacerdote con la piel que a r r a n c a b a
tomaba los huesos para sacar por divisa en los
á la víctima h u m a n a , y aun de comer algunas
bailes en señal de victoria. Algunas veces echa-
veces en banquete la carne de ésta. " Enterra-
ban personas vivas en dto.ozo de Chichen Itzá,
ban el cuerpo, añade f ? mismo Herrera, en el
creyendo q u e salían al tércer día, aunque n u n -
patio del templo y algunas veces se lo comían,
ca más pareciesen." l
a u n q u e los de Yucatan no fueron tan grandes
L a colonia de indios mexicanos debida al ti- comedores de carne humana." 2
rano yucateco, fué introduciendo estos grandes
males, desde la época anterior, en que siendo 1 Década I V . Lib. X, Cap. I I I .
soldados sus componentes, formaban las filas 2 Id. Cap. IV.—Estos testimonios de los historiadores y
del ejército aliado de Mayapan, c o n t i n u á n d o l a el muy terminante del Sr. Villagutierre que dejamos con-
signado en el Cap. X, pag. 222 de la presente obra, hacen
ver que el pueblo maya nunca tuvo, como pueblo, ni en
1 Latida. Relación. ? X5VIII.
I n d u d a b l e m e n t e al tiempo de la guerra en-
nul, siguieron, en el tiempo de esta última épo-
tre May apan y U x mal, los mexicanos exigieron
ca, sus sangrientos sacrificios, dando ocasion á
á Cocom, como aliados, que fueran ofrecidos á
los mayas para que también hicieran lo mis-
los dioses de la guerra, los muchos y sangrien-
mo, provocándose al efecto continuas guerras,
tos sacrificios q u e ellos tenían por costumbre
y viniendo así á quedar arraigada tan bárbara
ofrecer en su país ántes de entrar en combate y costumbre.
despues de él p a r a hacérselos propicios. Y los hi-
Debemos conjeturar, además, que si en la costa
jos de Yucatan, así e n U x m a l como en Chichen
Norte y en el centro d é l a Península influyeron
y otras ciudades, amedrentados por su fana-
tan siniestramente los mejicanos, en el Este de
tismo idolátrico y llenos de aprensión, debieron
ella y en las islas adyacentes influyeron en el
entender, que si por su parte no adoptaban la mismo sentido los Caníbales, pues estos famo-
piadosa costumbre de ofrecer á los mismos dio- sos bárbaros, habitantes de las Antillas, eran,
ses, por lo ménos igual n ú m e r o de víctimas hu- por la posieion geográfica de su país, vecinos
manas, n o podían hacérselos favorables, ni orientales m u y cercanos de Yucatan, siendo de
alcanzarían, en consecuencia, victoria alguna presumir que los que de ellos hubiesen inmi-
sobre sus enemigos, se propondrían practicarla, grado y establecídose en la Península, hubiesen
y h é aquí cómo á vuelta de pocos años ya las recibido, como los mejicanos, la misma deno-
costumbres radical y extraordinariamente se minación metafórica de Peches, por su cualidad
cambiaron en toda la Península, Despues, co- de sanguinarios y antropófagos.
lonizados los mexicanos en la provincia de Aca-
Un estado de tan vil abyección, u n a estadís-
tica asombrosa de casi general y humillante
esclavitud, u n despotismo cruel, y en fin, la
esta época de tan triste decadencia y verdadera degrada-
ción, el uso horrible de la antropofagia, como los caníbales;
más completa desmoralización en todo senti-
pues sólo en los casos de especiales sacrificios, alguna tez, como do, tenían que ser las necesarias consecuencias
dicen Landa y Herrera, comian los principales al sacrificado, de aquel género de vida social, y por lo mismo,
repartiendo entre ellos pequeños pedazos, y esto por seguir no extrañarémos (principalmente en la alta
la costumbre mexicana, pues nunca la asamblea de un pue-
blo gentil puede rehusar alimentarse de aquella vianda ó
clase de aquellos que vivían á costa del sudor de
manjar que tiene en su fanatismo por comida de sus dio- sus esclavos y que creerían no existir sino úni-
ses. De esta práctica á la otra de tener por habitual ali- camente para m a n d a r y gozar) la ausencia total
mento el de la carne humana, hay ciertamente diferencia. del pudor y de las buenas y laudables costum-
bres, hasta el grado de q u e este p u e b l o viniera los jóvenes, c u a n d o apénas acaban de e n t r a r en
en parte á semejarse al de la Pentápolis, cuyo la edad nubil, q u e es m u y t e m p r a n a en ellos, y
pecado enorme y especial le dió t a n triste f a m a que á pesar d e esta medida, y de la sujeción en
en la historia, que el n o m b r e de su ciudad ca- que a h o r a viven, no faltan desórdenes q u é
pital, Sodoma, vino á hacerse sinónimo del castigar y deplorar. Esto, á no dudarlo, nos
mismo pecado, en la acepción m á s avanzada indica q u é proporciones no tomaría en este
y en la calificación antonomástica de nefando por pueblo la m á s vil y baja de las protervas incli-
ser el más horrible y contrario á la natu- naciones h u m a n a s , abandonado á la licencia
raleza. Y así como Sodoma, Gomorra y las desenfrenada d e u n a constitución social sin
otras tres ciudades de aquella región, desapa- Dios, y por consiguiente sin moral, como llegó
recieron de la superficie de la t i e r r a al fuego á encontrarse, peor que nunca, en esta ú l t i m a
de la ira divina, m a n d a n d o el Señor, como época del período pagano. E s u n a verdad que
autor y dueño de la naturaleza, q u e ésta toma- no podemos callar la de que en los días del
se venganza de los ultrajes cometidos por las descubrimiento se encontraron entre "las esta-
cinco ciudades contra ella, devorando las lla- tuas que decoraban los lugares públicos del cul-
mas á sus moradores y á sus moradas, y vinien- to, figuras colocadas en actitudes sobremanera
do después las aguas del Mar-Muerto á sepultar deshonestas, 1 y a u n q u e pudieron equivocarse
entre sus i m p u r a s ondas sus i m p u r a s ruinas, los españoles en la calificación que de ellas
así vemos al pueblo maya, como sumergido en hicieron, ya dijimos nosotros que no extraña-
u n mar de plagas, que le azotan, y le a r r u i n a n
con insólita y misteriosa fuerza, sin que hubie- 1 " P o r ver la costa (de Yucatan) llena de indios, dice
se faltado la notable circunstancia de u n incen- Cogolludo, recatando lo que despues sucedió, salieron los
' castellanos en sus bateles y en las canoas á t i e r r a (en el
dio general, que tan e x t r a o r d i n a r i a m e n t e con-
Cabo-Catoche), con quince ballestas y diez escopetas
tribuyese no sólo á diezmarle, sino casi á bo- Bien necesitaron de esta prevención Miéntras d u r a b a
rrarle de la faz de la tierra. esta escaramuza (la que se trabó entre los mayas y los caste-
llanos al tiempo del descubrimiento), el clérigo Alonso Gon-
E s f a m a hasta hoy, que por u n a estrecha zález fué á unos adoratorios que estaban un poco adelante
en una placeta, y eran tres casas labradas de. piedra, y allí
necesidad y justa conveniencia, la moral cris-
halló muchos ídolos de barro, unos como caras de demonios,
tiana introdujo en beneficio de estos indios, des- otros de mujeres, altos de cuerpo, otros a!parecer, de indios,
de los días de su conversión, la práctica oportu- que estaban cometiendo sodomías." « Historia de Y u c a t a n . »
n a y saludable de constituir en m a t r i m o n i o á Lib. I , Cap. I .
riamos la más completa ausencia del pudor en gradado, no; sino en el de que, habiendo llega-
las condiciones más tristes y deplorables de un do este gran pueblo á la cúspide de la grande-
pueblo que se bailaba en estado de degrada- za á que los pueblos gentiles pueden llegar por
ción creciente. Las naciones más civilizadas sus propios recursos, comenzó á decaer, y cayó
del Antiguo Mundo, como las de griegos y ro- hasta el último extremo de la más triste esclavi-
manos, en medio de su altura material y en la tud, en que habría desaparecido del catálogo de
decadencia más deplorable de costumbres-¿no los pueblos si no llegan oportunamente el descu-
nos ofrecen en la historia el cuadro más repug- brimiento y la conquista española á redimirle.
nante y vil con respecto á la moral? An- Y si la misma conquista era, políticamente ha-
tes que la luz del Evangelio i l u m i n a r a á las in- blando, el último colmo de males y desdichas pa-
teligencias, y la sal de la religión suavizara y ra la clase tirana, porque con ella, ésta iba á
purificara las acciones h u m a n a s ¿no vemos á perder su predominio y á recibir su condigno
los hombres aun los más famosos por su reputa- castigo en el plan y economía de la Provi-
ción de filósofos, de oradores y poetas, encena- dencia, pero esa misma conquista iba á deter-
gados en la más avanzada corrupción, oprobio m i n a r una revolución favorable á las clases
y vergüenza de la h u m a n i d a d ? subyugadas, que iban á ser el elemento princi-
pal del futuro pueblo yucateco, que despues de
Todo cuanto acabamos de referir y conside- tres siglos de justa y n a t u r a l sujeción á u n mo-
rar motivó y determinó u n a verdadera dege- narca europeo, entraría en posesion de sí mis-
neración en el pueblo maya, un verdadero en- mo, llevando en el tesoro de su herencia la gran-
vilecimiento en todas sus clases sociales: en las deza histórica, así del antiguo pueblo español
altas por injustas, por corrompidas, por crueles y como del antiguo pueblo maya. Por más tar-
tiranas en fin; en las secundariasé ínfimas por día que sea la consumación de la perfecta amal-
oprimidas y miserables, y en todas por el lógico gama de a m b a s razas, está iniciada; constituye
extremo de la mísera condicion á donde han el ser del nuevo pueblo yucateco, y es la ley de
ido siempre á dar las naciones paganas. Por eso, su destino n a t u r a l y social, político, histórico y
cuando en la presente obra y en otros escritos religioso. Cierto que en la ínfima grada social
nuestros hemos hablado del estado actual de se ve hoy la mayoría del resto indígena, pero
envilecimiento y degradación de la raza maya, aparte de otras muchas causas que para esto
no es en el sentido de que el descubrimiento y existen, u n a de ellas es el antiguo envilecimien-
la conquista española le h a y a n envilecido y de-
to que resultó de las circunstancias que han si- Por eso, en los monumentos antiguos que se
do el objeto del presente capítulo y del anterior,
observan en las ruinas yucatecas, se encuentran
y por consiguiente del período pagano del pue-
entre los dibujos de la pintura, de la escultura
blo maya, y que sólo podrá ir corrigiendo y re-
y de la plástica, figuras de u n tipo mayor,
mediando en circunstancias favorables la civi-
más perfecto y noble, ó como distinto del dé-
lización católica. De ese triste período histórico
los indígenas actuales, que en efecto debieron
vino, sí, la degradación del noble pueblo maya,
tomar antiguamente sus modelos de sí mismos;
empezada primero en mal hora por la tiranía
pues como es u n a verdad que la cultura del
de Cocom, y despues continuada por la de to-
entendimiento es lo que más contribuye á di-
dos los reyezuelos que se conjuraron contra
aquel, viniendo así á empeorar el mal el reme- versificar los lineamentos del rostro y á cons-
dio mismo que se le había querido poner. Si tituir la perfección del tipo humano, es evi-
cuando esta clase de revoluciones es obra de la dente que su r u i n a social les trajo la decaden-
justicia y de la equidad, con la aplicación con- cia en todo sentido, hasta en su condicion física,
veniente de u n a política sabia, da por resulta- y de a q u í esa abyección que tan en contraste
do la libertad y el ennoblecimiento de las clases se nota con la grandeza histórica y monumen-
oprimidas, por el contrario, cuando lo es del tal de este pueblo, y que induce á muchos á
despotismo y de la iniquidad, ó cuando estos creer que la raza actual no es descendiente de
malos elementos vienen á falsear, como suce- los constructores de tantas y tan admirables
dió entre los mayas, el justo y general movi- ciudades antiguas. Desde la época de la con-
miento, el fruto que se recoge es el de la dis- quista española había quienes caían en este
cordia civil, el despotismo creciente no ya de error, el cual refutó desde entonces también el
u n tirano sino de muchos, la guerra á muerte Sr. Landa, con la notable particularidad de que
de éstos entre sí, el llevar unos y otros uncido despues de haber presentado en su «Relación«
al desgraciado pueblo, víctima de todos, con to- todas los apuntes históricos y tradiciones que
do el horror de la desgracia y ruina social, v con tan perfectamente conducen y auxilian para
el aditamento además, en nuestro caso, de u n a la reconstrucción de la historia antigua de Yu-
falsa religión, cruel, bárbara y salvaje, que in- catan, diríjese al campo de las conjeturas que
ficiona, enerva y destruye toda vida y toda otros hacían, fijando su consideración en el
tuerza á que toca. extraordinario y maravilloso conjunto de ciu-
dades y monumentos tan admirables, y sobre
cuya g r a n d e historia no habían hecho las ave-
hacer los templos (tiranía del fanatismo idolá-
riguaciones que el sabio misionero había prac-
trico)-, ó que por algunas causas se m u d a r a n
ticado; y entóuces haciéndose por lo mismo
las poblaciones (tiranía política, discordias y
éste como el eco de las meras suposiciones que
guerras), y así donde poblaban edificaban siem-
aquéllos hacían, dice estas tan notables pala-
pre de nuevo sus templos y santuarios y casa3
bras, q u e en parte hemos citado atrás, y que á su manera para los señores, que ellos (los de
a q u í insertaremos en su expresiva integridad : la plebe), siempre las han usado de madera
" Si Y u c a t a n , dice, hubiese de cobrar nombre cubierta de paja; ó que el grande aparejo que
y reputación con muchedumbre, grandeza y en la tierra hay de piedras y cal, y cierta
h e r m o s u r a de edificios, como lo han alcanzado tierra blanca (sahcab), excelente para edificios,
otras partes de las Indias con oro, plata y ri- les ha hecho como ocasion hacer tantos, que si
quezas, ella hubiera extendídose tanto como no es á los que los han visto, parecerá burla ha-
el Perú y la Nueva-España, porque es así en blar dellos. O la tierra tiene (en su historia) al-
esto de edificios y muchedumbre de ellos, la gún secreto que hasta agora no se le ba alcan-
más señalada cosa de cuantas hasta hoy en las zado, ni la gente natural destos tiempos ha tam-
I n d i a s se h a descubierto; porque son tantos, y poco alcanzado." 1
tantas l a s partes donde los hay y t a n (bien) tie- Y despues (decimos) que se hace así el Sr.
n e edificados de cantería á su modo, que es- Landa el eco de las suposiciones y conjeturas,
panta ; y porque esta tierra no es tal al presente, sin haber omitido lo que ya desde aquel siglo
a u n q u e es buena tierra, como parece había sido se decía y se ha repetido hasta nuestros días, á
en el tiempo próspero en que en ella tanto y saber, que acaso esta tierra tiene algún secreto que
t a n señalado edificio se labró, con no haber hasta ahora no se ha alcanzado, entonces se de-
n i n g ú n género de metal en ella con que los tiene ó cambia, y no permite que ni aun se
labrar, p o r n e (pondré) aquí las razones que lie haga la suposición de que los mayas no sean
visto dar á los que en ellos han mirado. Las en su identidad nacional los mismos que cons-
cuales son : que estas gentes debieron ser suje- truyeron aquellas grandes ciudades, los autores
tas á algunos señores amigos de ocuparlas mu- de aquellos estupendos monumentos, de aque-
cho (déspotas), y que las ocuparon mucho en llas estatuas, geroglíficos, pinturas y dibujos,
esto: ó q u e como ellos han sido tan honradores
de los ídolos, se señalarían de comunidad en 1 Relación de las cosas de Yucatan. % XLII.
pues concluye su discurso en estos t a n notables sos. Véese también en las escaleras que son
y precisos términos: "Porque decir los h a y a n más de dos buenos palmos de alto, y esto aquí
otras naciones edificado, sujetando á los indios, solo en Izamal y en Méi'ida." 1
no es así, por las señales que h a y de haber E n efecto, á pesar de las diferencias proce-
sido edificados los edificios de gente i n d i a n a y dentes de las causas expuestas que determina-
desnuda, como se ve en uno de los edificios, de ron la decadencia de la raza, las figuras pro-
muchos y m u y grandes que allí hay, en las minentes en los relieves de las fachadas y lu-
paredes de los bastiones, del cual a u n d u r a n gares más distinguidos de las ruinas, el escaso
señales de hombres en carnes y honestados de vestido, el modo de éste, los adornos, y en fin,
unos largos listones (pampanilla, uidt), que las denominaciones mayas, todo prueba en esas
llaman en su lengua ex, y de otras divisas que mismas monumentales ruinas, de acuerdo con
los indios destos tiempos traían, todo hecho de los datos presentados, que éstas son mayas, que
argamasa m u y fuerte; y morando y o allí, se la raza constructora ha sido siempre una, u n o
halló en un edificio que desbaratamos, u n cán- siempre su idioma, pero que por lo mismo, ha
taro grande con tres asas y pintado de unos habido u n a verdadera degeneración, u n ver-
fuegos plateados por de fuera, dentro del cual dadero envilecimiento. Tócale ahora á la
estaban cenizas de cuerpo quemado, y entre civilización moderna, con gobiernos que sean
ellas hallamos tres cuentas de piedra, buenas, tan sabios como convenientemente religiosos, y
del arte de las que los indios ahora tienen por á la sombra de la verdadera Independencia Na-
moneda, lo cual todo muestra haber sido indios cional, llevar á término feliz la obra de rege-
(los constructores). Bien sé que si lo fueron, fué neración que la conquista española inauguró.
gente de más sér que los de ahora, y m u y de
mayores cuerpos y fuerzas, y a u n véese esto
más aquí en Izamal que en otra parte, en
los bultos de media talla que digo están hoy
en día de argamasa en los bastiones, q u e son
de hombres crecidos, y los extremos de los bra-
zos y piernas del hombre cuyas eran las ceni-
zas del cántaro que hallamos en el edificio, que 1 Relación de las cosas de Yucatan. \ XLII.
estaban á maravilla por quemar y m u y grue-
encuentren al cabo el remedio de sus grandes
CAPITULO XX. padecimientos. 1
Así, por más grandes que hubiesen llegado á
La conquista española vino á ser un remedio para ser los males consiguientes á la guerra de con-
los males de Yucatan.— Raza yucateca actual.—
Razones y pruebas históricas.—Reflexiones y ob- quista que los españoles hicieron á las nacio-
servaciones.—Presagios de la invasión europea en- nes de esta I n d i a Occidental; por más que
tre los yucatecos.—Profetas yucatecos ó Chilames. ellos aspirasen como conquistadores á la gloria
—¿Quién era Chilam Balam?— ¿Qué se entiende del triunfo militar y á la posesion del oro y
por Libros de Chilam Balam ?—Juicio crítico.—
Profecías chilámicas.—Fundamentos naturales y la plata, cuyo descubrimiento se proponían
científicos para muchas de aquellas predicciones. en el de cada isla y cada punto del continente;
—Particularidad notable en los historiadores res- por más que algunas veces, por breve tiempo,
pecto de la Cruz.—Los documentos mayas designan hubiesen reducido á esclavitud á los indios
unánimemente por sus propios nombres á los cinco
vencidos, eran al fin cristianos, eran españoles
Profetas Chilames.—Texto de las profecías, según
la versión de Cogolludo—Texto maya, según los del siglo X V I , y con ellos venían los verdade-
Códigos manuscritos.—Observaciones. ros sacerdotes del Señor y de su verdadero culto,
los verdaderos conquistadores, en el buen sen-
Despues de lo q u e se acaba de ver en los tido de la palabra, como legítimos obreros de
capítulos que preceden, no podrá con razón la civilización. Los misioneros no buscaban
ni el vano laurel de las temporales victorias,
negarse que si, como dejamos observado, la
ni el metal, ni las piedras preciosas, sino úni-
triste época q u e inmediatamente antecedió á
camente las almas, esto es, el bien de la huma-
la de la aparición d e los europeos se hubiese
nidad y el servicio de Dios, y por eso ellos, más
prolongado, indudablemente ya h a b r í a sucum-
que nadie, afearon á sus compatriotas las injus-
bido el pueblo m a y a bajo el triple despotismo
ticias y crueldades que se permitieron como
de sus reyezuelos, de sus sacerdotes verdugos
vencedores, traicionando á su propio carácter
y de sus viciosas costumbres, cuando su país
de cristianos.
viniese á ser descubierto por la civilización
europea. Mas para dicha y consuelo del hom- L a conquista, por más que aparentemente
bre, es ley de las sociedades humanas, por
favor notable del Divino Autor de ella, la 1 Quoniam Deus sanabiles fecit nationes orbis terra-
de que las naciones, hablando en general, rum. Sapientice I. 14.
fuera u n d a ñ o , tenía que ser en realidad la que siendo de estas últimas, no h a y para que
salvación del desgraciado pueblo maya, y lo decir más sobre su mejor condicion despues de
fué. la conquista, pues ántes de ésta, ya vimos en su
Por más víctimas que en el curso de ella y lugar, cómo había tres clases sociales, á saber:
despues hubiesen de hacer los conquistadores, de nobleza y sacerdocio la primera, que era la
su número t e n í a que ser y fué incomparable- única libre y feliz; de tributarios la segunda,
mente menor a l que resultaba de las guerras que trabajaba sin descanso para el alimento y
que los m i s m o s indios entre sí se hacían, y para el fausto de la primera; y de esclavos la
sobre todo, al d e las frecuentes y numerosas tercera, que gemía bajo la servidumbre y bajo
hecatombes h u m a n a s que los Nacones ofrecían el cuchillo homicida de los sacrificios: ocupa-
á los ídolos. dos todos en incontables muchedumbres, y en-
Por más q u e un rey desconocido y lejano tre tanto que les llegaba su turno de formar
como era el español, entrase en posesion de la liarte de alguna de las continuas hecatombes,
tierra yucateca, siempre había de ser mejor la en levantar montes y colinas artificiales, tem-
suerte de la i n m e n s a mayoría de los indios, por- plos, adoratorios, palacios, casas, villas, ciuda-
que 110 es p a t r i a para un pobre esclavo el suelo des, castillos, heredades, grandiosos algibes
de su cautiverio, aunque en él se hubiese me- ó aguadas, prodigiosas calzadas de centena-
cido su c u n a , ni es grato tal suelo, cuando res de leguas, para cruzar la Península toda
c o n s t a n t e m e n t e ha de regarse con la sangre en diferentes direcciones, subterráneos, sepul-
propia y la d e los padres, esposa é hijos. cros ó mausoleos, y quién sabe cuántos trabajos
Por más q u e los nuevos amos (señores y en- más de que hoy 110 quedan vestigios, como
comenderos ) d e los indios hubiesen de abusar quedan de los que acabamos de enumerar, y
de ellos, i n c o m p a r a b l e m e n t e más padecían en encontramos no sólo en todas las zonas de esta
la ahogante esclavitud que sufrían bajo sus dilatada Península, sino áun entre las aguas
antiguos t i r a n o s . del mar, como el castillo de K u k u l c a n erigido
entre las aguas de Champoton.
Por más q u e el gobierno español les impusie-
se algunos t r i b u t o s , serían pequeños- en com- Por más que dieran u n a parte de sus pocos
paración de los muchos, m u y pesados y conti- bienes á sus Curas Párrocos, daríanlo por lo ge-
nuos que p a g a b a n á sus antiguos señores, si es neral con gusto á quienes iban á encontrar ge-
que eran de l a s clases tributarias y 110 esclavas; nerosos protectores en todas sus cuitas y nece-
sidades, ministros de dulce paz y serena calma aquellas son nuestras madres. Toda la parte
entre ellos y el cielo, derramando siempre so- decente de los indios que aceptó la conquista y
bre las llagas de su alma y de su cuerpo el bál- abrazó la religión verdadera, comenzó á amal-
samo del consuelo (para ellos antes desconocido), gamarse con la raza española, quedándose em-
en los momentos más tristes, como los de la en- pero toda la parte inferior de los mismos indios
fermedad, la persecución, la cárcel, la agonía y conservando junto con la pureza exclusiva de la
la muerte; ó santificándolos de la dicha, y ha- sangre aborígena, la ignorancia y la miserable
ciéndolos más puros y más gratos, como los del condicion de su estado de plebe y de trabaja-
nacimiento, del matrimonio y de la inaugura- dores del campo, á que también han descen-
ción de las empresas; encontrando así y pal- dido muchos hijos de españoles en las aldeas,
pando la infinita diferencia que h a y entre el rancherías y fincas rústicas, en que bajo u n ti-
verdadero sacerdote del Señor y los verdugos po y color que conservan mucho de su origen
sacrificadores de su antiguo falso culto. europeo, no se oye sino únicamente el idioma
Por más, en fin, que ese pueblo indigena hu- indígena, y no se ven sino costumbres y su-
biese de padecer másóménos azarosas circuns- persticiones mayas.
tancias en la conquista y en los tres siglos del Mucho se engañan por esto cuantos al ver á
gobierno colonial, 110 sólo iba á recibir los be- nuestros actuales indios, pobres ciertamente é
neficios de la civilización cristiana, sino á mez- ignorantes, juzgan al punto que la raza con-
clar su sangre con la de sus conquistadores y quistada no h a tenido del descubrimiento y de
formar u n solo pueblo que es el actual yucate- la conquista otra cosa que degradación y triste
co, pues debe tenerse en cuenta que todas nues- ruina, No: la raza conquistada 110 sólo está en
tras ciudades y poblaciones no se fundaron en esa parte ínfima de nuestra actual sociedad,
los días de la conquista sino solo de guerreros sino en toda la que formamos nosotros que po-
españoles, cuyas listas en parte insertó en su demos clasificarnos en media y superior. E n
Historia Fr. Diego López de Cogolludo, sin ha- todas las naciones del globo hay hez de pueblo
cerse mención de ninguna mujer española, de siempre m u y pobre y miserable; y la de nues-
modo que todas las madres de familia fueron tro país es esa que por u n error se llama de in-
de raza india pura, que por la santa ley del dios, como si solo ellos lo fuesen. Ni ellos son
matrimonio cristiano unieron su suerte á la de puramente indios sin mezcla de otras razas, ni
los españoles. Si estos son, pues, nuestros padres, nosotros los de las clases superiores somos pura
da, y por el contrario, noble y distinguida res-
y exclusivamente h i j o s de españoles. Los mis-
pectivamente la de los infelices que se educa-
mos indios rebeldes, que incomunicándose en
ron bien y se hicieron u n a misma cosa con los
el presente siglo con el mundo civilizado, se
españoles, ó que si conservaron su nombre y su
han ido á encerrar e n las florestas del Sur y del
raza en familias de caciques, fué con privilegios
Oriente ha ya más de treinta años, despues de de-
que el gobierno español les acordó, comoá los Tu-
r r a m a r el incendio y la muerte en lastres cuar-
tul Xiús,los Cheles, algunos Cocomesy otros que
tas partes del territorio peninsular, y que debe- lograron ser tenidos en consideraciones y aun en
ría considerárseles como los indios de más pu- cargos honrosos y lucrativos. Y si hoy en la ple-
ra sangre, no lo son. Todos saben que allí se na vejez del Siglo X I X hay á la verdad tan mar-
encuentran muchos blancos, mestizos y mula- cada decadencia en los indios, si se ha parali-
tos y aun también desertores del ejército fede- zado el curso de su civilización y de su amal-
ral mejicano, y reos prófugos, sin que por eso gama con la raza europea, si hay tribus que vi-
deje de ser verdad q u e allí más que'en otra par- ven todavía en estado de guerra con nosotros,
te alguna se e n c u e n t r a n grupos de raza pura mostrándose refractarios á la religión verdade-
antigua. ra y á la civilización, ¿ quién no ve que este
La Divina Providencia que es siempre justa y no es el resultado de la conquista, toda vez
benéfica, hizo t a m b i é n de modo, en los días de que ésta ya con la obra de la Independencia,
la conquista, que aquellos verdugo-sacerdotes pasó al dominio de la historia, y que la politica
y más despóticos t i r a n o s de entre los mismos actual es la única responsable de nuestros pro-
indios, que fueron p o r fiero orgullo quienes más gresos ó retrocesos sociales? ¿No es hoy cuando
se escondieron en los bosques inaccesibles jun- la persecución, las leyes y los hombres públi-
tamente con sus esposas é hijos, procediesen, de cos h a n extinguido los monasterios de donde
manera que, cuando los misioneros los exhorta- salían las misiones civilizadoras en favor de los
ban con paternal b o n d a d á que por lo menos man- indios, quitado á la Religión que operó toda
dasen á sus niños p a r a ser educados en las pri- la parte buena de la conquista su carácter de
meras escuelas que se abrieron en los conventos, Religión del Estado, y arrancado la Nación
del regazo m a t e r n a l de la Iglesia Católica? ¿Por-
ellos procuraran q u e fuesen traídos los de sus
qué, pues, siendo a h o r a ciudadanos libres los in-
esclavos y tributarios, de suerte que en dos ó tres
dios, están en la necesidad de volver á ser con-
generaciones se c a m b i ó la condición, haciéndo-
se salvaje é ignorante la clase antes privilegia-
quistados p a r a que poco á poco vengan á ser madoreshay, sin embargo, que avergonzándose
tales ciudadanos y empiezen de nuevo á ser la justamente de pedir la guerra y el exterminio
h o n r a de la patria, de la civilización y de la contra nuestros bermanos los indios, pero que
libertad? Luego no es á la conquista á la que ruborizándose á la vez triste y absurdamente
lian de atribuirse las presentes malas circuns- de hablar u n lenguaje religioso, pretenden con
tancias de nuestros indios, si á lo que ella tuvo u n a política y u n a moral sin Dios, abordar la
empresa de civilizar sólo con el trabajo y las le-
de bueno, como es la Religión, h a b r á de ocurrir-
tras á las masas! ¡Necios! ¿No comprenden
se necesariamente para que se continúe la obra
que si la Religión no está a h í para santificar á
por ella empezada en favor de la civilización
las letras y al trabajo, aquellas se tornan en el
de n u e s t r a s razas inferiores. 1 ¡ Cuántos decla-
más poderoso instrumento de la maldad, y este
no es más que el efecto de u n a d u r a esclavitud
1 E l hecho del descubrimiento y la conquista puede con y de u n libertinaje desmoralizado y desmorali-
propiedad asemejarse, entre nosotros, al de una joven
zador?
esclava á quien un generoso protector vino á dar liber-
tad, tomándola á la vez por esposa y quedándose por Pero en fin, volvamos á nuestro objeto: la
amor de ella sin volver á su país. Como los hijos de este
conquista española que ya se cernía sobre el
matrimonio, así son las actuales generaciones yucatecas en
sus clases principales. Los católicos españoles no hail sido antiguo pueblo maya, iba á ser redención para
nuestros tiranos sino que han sido nuestros libertadores y él y castigo para sus domésticos tiranos. Y u n
nuestros padres. La noble raza maya no ha sido tampoco tan g r a n suceso como este, u n a revolución que
nuestra vil esclava, sino nuestra digna madre. Por eso el
que creyendo ostentar patriotismo declama contra los espa-
ñoles, sólo muestra su ignorancia de la historia; y el que social del matrimonio cristiano para que produjesen la le-
por descender en línea recta de algún conquistador habla gítima y noble clase m i x t a que está llamada á ser la verda-
contra los indios, olvidadoal menos de una ó dos esposas in- dera clase nacional. Los reyes indios Cheles y Xiús, fue-
dias de sus abuelos, agravia en sí propio la sangre y la tierra ron dignos soberanos y grandes políticos en sus circunstan-
en que vive, y sin la cual se vería sin patria, porque en Eu- cias; porque previendo que la conquista española era irre-
ropa no sería tenido sino como extraño. Verdad es que en mediable, despues de que pagaron su tributo al patriotismo
nuestra sociedad la clase mixta fué tenida algún tiempo en y á la dignidad luchando por muchos años contra los espa-
ménos, pero esto solo fué en el sentido de la ilegítima proce- ñoles, por fin celebraron alianza con ellos, y de este modo
dencia de muchos de sus individuos, sirviendo precisamente hubo de consumarse la conquista de Yucatan, Estos son
aquel cuidado y celo para dar mayor estimación á la pureza nuestros orígenes sociales, cuyo profundo estudio debiera
de sangre así de blancos como de indios, como dos fuentes ser la base de nuestras leyes, de nuestra religión pública y
puras de nacionalidad que habían de cruzarse por la santa ley de nuestras costumbres.
— oli-
tenía el carácter d e verdaderamente grande,
extraordinaria y maravillosa, que así iba á lla- do á la alta mar, y los europeos estimulados
m a r la atención del Orbe entero, como á cam- por la ambición y por la sed insaciable del oro,
biar en su base m i s m a la constitución de este se habían familiarizado con los peligros del
pueblo, tenía indudablemente que aparecer océano, aquel maligno espíritu, enemigo capi-
acompañado de t o d a s las circunstancias de u n tal del género h u m a n o , que 110 cesa de espiar
hecho s i n g u l a r m e n t e venturoso y providencial. en toda la tierra las acciones de los mortales,
E n efecto, todos los historiadores están con- pudo fácilmente conjeturar los progresos marí-
testes en que hubo presagios que lo anunciaran; timos de los pueblos de Oriente, el descubri-
así como se refiere h a b e r acaecido en otras par- miento del Nuevo Mundo, y una parte de los
tes de este mismo continente y cíe muchos ó de grandes sucesos que ahí habían de ocurrir; y 110
todos los del a n t i g u o en igualdad de circuns- es inverosímil que los predijese á la nación con-
tancias. Con respecto á los mejicanos, Clavije- sagrada á su culto p a r a confirmar con la mis-
ro, despues de referir varias predicciones de la m a predicción del porvenir, la errónea persua-
r u i n a del Imperio d e Moctezuma, dice estas pa- sion de su pretendida divinidad. Pero si el de-
labras : «Estoy m u y léjos de pensar que todo lo monio pronosticaba futuras calamidades para
q u e encontramos escrito sobre este asunto, sea engañar á aquellos miserables pueblos, el pia-
digno de crédito; p e r o tampoco puedo d u d a r de dosísimo Autor de la verdad los anunciaba tam-
las tradiciones q u e existían entre los mejicanos, bién para disponer sus espíritus á la admisión
acerca de la p r ó x i m a ruina de aquel Imperio, del Evangelio.» 1
de resultas de la v e n i d a de gentes e x t r a ñ a s que Viniendo á nuestra historia, Cogolludo dice
se apoderarían d e la tierra. No ha habido en así: «Cuando la fe no nos enseñase que la Pro-
todo el país de A n a h u a c una sola nación, culta videncia Divina gobierna todas las cosas, y que
ó inculta, que n o h a y a admitido aquella creen- la conversion de las almas depende de su efi-
cia, como lo p r u e b a n las tradiciones verbales de cacia, desengañaría á nuestros españoles la ad-
las u n a s y las h i s t o r i a s de las otras. Es imposi- mirable disposición con que la Majestad de
ble adivinar el p r i m e r origen de u n a opinión Dios nuestro Señor tenía prevenidos los ánimos
t a n general; pero desde que en los siglos X V de estos naturales para que la recibiesen cuan-
y X V I , los n a v e g a n t e s , ayudados por la inven- do les fuese manifestada por los predicadores
ción de la b r ú j u l a , empezaron á perder el mie-
1 Clavijero. Historia antigua de Méjico. Libro Y.
evangélicos Cosa parecerá á algunos difícil Chilames. La palabra yucateca Cliilam 1 signi-
de crédito; pero la verdad del hecho asegura el fica intérprete, mago, astrólogo, etc.; porque esa
común sentir de los naturales en su certidum- clase de sacerdotes era también la de los sabios
bre estar escrito en su idioma entre otras cosas y délos astrónomos, á la vez que oráculos de las
de sus antigüedades desde que se convirtieron, supuestas deidades. Ellos predecían los suce-
y no ser imposible comunicar Dios dones seme-
sos futuros, venerándoseles por tanto como adi-
jantes á los hombres, áun cuando por sus cul-
vinos y profetas. Como ellos eran los que es-
pas se hacen incapaces de recibir las mercedes
cribían los libros de sus ciencias, de sus histo-
que d i m a n a n de su gracia E n el tiempo, rias (Analtees), de su culto y de su cronología ó
pues, que estaban estos indios más sujetos al calendario (Uinaltees), que eran unos curiosos
demonio con el culto idolátrico y más aparta- sumarios, que por contener las épocas y rituali-
dos del verdadero conocimiento de su Criador dades religiosas, el movimiento de los astros y
y Señor, dió espíritu profético á algunos de los
las predicciones consiguientes, se tenían como
sacerdotes gentiles con que anunciaron la pre-
libros sagrados; su nombre de Chilam vino á
dicación evangélica, para que cuando llegase
confundirse con el de dichos libros.
el tiempo de coger su fruto, ni la novedad les
Ellos presidían y practicaban las significati-
admirase, ni tuviesen escusa con la ignorancia
vas ceremonias de las fiestas Katúnicas que á
de lo que se les decía.» 1
modo de las famosas olimpiadas, se celebraban
E l Illmo. Sr. L a n d a dice: «Como (los de) la
en sus respectivos períodos, erigiéndose en cada
gente mejicana tuvieron señales y profecías de
vez la piedra m o n u m e n t a l correspondiente, de-
la venida de los españoles y de la cesación de
n o m i n a d a Katun, y que, como ya saben nues-
su m a n d o y religión, también las tuvieron los
tros lectores, representaban cada u n a u n siglo
de Y u c a t a n . » 2
yucateco.
E n efecto, hemos dicho en su lugar (Capítu-
Pues b i e n : h u b o u n o de estos sacerdotes Ma-
lo IX) que u n a de las clases sacerdotales, la
gos ó Chilames, cuyo n o m b r e propio era Ba-
primera y principal, era la de los profetas y
lara, que sin d u d a por haberse distinguido en-
adivinos, cuya denominación genérica era la de
tre todos por su mayor ciencia ó más nota-
bles predicciones, ó por cualquier otro motivo
1 Cogolludo. Historia de Yucatan. Lib. I I . Cap. X I .
2 Landa Relación. \ X I .
1 Véase el Diccionario de la lengua maya.
acerca también de las profecías que aquí ahora
que ignoramos, v i n o ciertamente á ser el Chi- nos ocupan.
lam más célebre, el Chilam por excelencia, en Los libros de Chilam Balam son en gran ma-
tales términos, q u e su nombre de Cliilam Ba- nera raros, á pesar del cuidado que los indios
lara pasó á ser y a el de toda aquella clase de han tenido de copiarlos y guardarlos, y dentro
adivinos y t a m b i é n de sus Libros Sagrados ó de poco tal vez desaparezcan por completo, pues
UinaÜees. De a q u í el origen de esos importan- la coleccion que nosotros poseemosyque es aca-
tes y s o b r e m a n e r a curiosos manuscritos conoci- so la única, se encuentra en mal estado por su
dos con el dicho t í t u l o «Libros de Chilam Balam,» antigüedad en u n clima destructor como el de
escritos en l e n g u a m a y a con alfabeto cristiano nuestro país.
por indios más ó ménos instruidos, adornados No sólo, pues, porque los historiadores nos
a l menos con l a cualidad de curiosos copistas, hablan de que en su antigüedad gentílica los
que allá en los primeros años despues de la yucatecos tuvieron profetas que les vaticinaron
conquista, nos t r a s l a d a r o n en papel español y con la debida anticipación el suceso del descu-
escritura c r i s t i a n a lo que en geroglificos y sig- brimiento y de la conquista, sino porque en
nos fonéticos a n t i g u o s se contenía en los ma- todos los dichos manuscritos mayas ó «Libros
pas ó pieles, y e n cierta clase de libros que an- de Chilam Balam» se encuentra certificado el
tes usaban, y d e q u e ya antes hemos habla- hecho de u n a m a n e r a uniforme y constante,
do. Pasando d e padres á hijos estos libros, nosotros nos creemos obligados á consignarlo
y sucediéndose l a s copias, se les fué añadien- así en la presente Historia. No dudamos que,
do todo c u a n t o e n los Almanaques españo- como D. Justo Sierra y otros han creído, el
les de la época l l a m a b a la atención á los mis- nombre de Chilam Balam hubiese dado tal vez
mos indios copistas, y también consignaban sus ocasion para que, en época reciente, alguna per-
propias a p u n t a c i o n e s ó memorias personales. sona ó personas mal intencionadas ó ignoran-
La coleccion de r e c e t a s ó medicamentos mayas tes y fanáticas f r a g u a r a n predicciones más ó
es casi siempre u n a de las partes de estos libros. ménos necias y ridiculas, insostenibles á la
A vuelta de t o d a s estas adiciones y entremez- luz de u n a sana crítica; pero de n i n g u n a ma-
clado con d i f u s a s relaciones inútiles, cualquie- nera puede dudarse á la luz de la misma sa-
ra comprenderá c u á n t o de útil debe encontrar- na crítica, que realmente existió ántes de la
conquista no sólo u n personaje llamado Chi-
se en tales m a n u s c r i t o s acerca de la historia y
cronología m a y a , acerca de las costumbres, y
lam Balam, sino toda una clase ó g e r a r q u í a d e tigua y célebre parte de él, Yucatan, sus sabios
Sacerdotes Chilames, y que aún existen en co- particulares, los sacerdotes Mayas ó Chilames,
pias auténticas recogidas de entre los mismos hubiesen conservado entre sus más secretos mis-
indios (y no dé e n t r e los blancos), los preciosos terios y ocultas tradiciones, el recuerdo de la
manuscritos q u e nos legaron. desaparición de su propia tierra, esto es, de las
También debe observarse, por lo que pueda Islas y del Continente americano, con respecto
convenir, que es propio de la historia y de la á la otra de que vinieron á q u e d a r incomuni-
lengua m a y a s el poder denominar palabras de cados, sea por causa de hundimientos del sue-
Chilavi Balam á toda predicción de cosa futura, lo, por invasiones del mar, sea por otro motivo;
sea que la previsión se haga por un efecto de y que por consiguiente pudieran predecir y pre-
virtud preternatural, ó por medio de los co- dijeran, que u n tiempo se llegaría en que gentes
nocimientos científicos. Y ésta es también nuevas y extrañas se presentasen á la vista cuan-
una de las razones porque propiamente se titu- do ménos se les esperase, y en fin, que tomando
lan de Chilam B a l a m los libros aludidos, por- de aquí adecuado f u n d a m e n t o para moralizar
que no sólo contienen las profecías chilámicas, amenazasen con la r u i n a de la nación y la pér-
sino también, como ya dijimos, los cálculos as- dida de la libertad, ó anunciasen u n a revolu-
tronómicos y las predicciones consiguientes por ción más favorable que n i n g u n a otra á la dig-
l o q u e m i r a á la agricultura, la salud, la enfer- nidad h u m a n a y al orden social. Todavía más:
medad, las medicinas, etc. puesto que los primitivos pobladores de la Amé-
Por otra parte, así como en el Antiguo Mun- rica eran blancos y barbados, como se vé en las fi-
do se conservaban ciertas vagas tradiciones so- guras y dibujos de las ruinas más antiguas, y sólo
bre u n a tierra q u e el m a r había ocultado ó á consecuencia del clima y del cambio radical
segregado, y sobre la cual vemos ocuparse á de costumbres vinieron á adquirir el color bazo
las Escrituras Santas, á los sabios y á los poe- ó cobrizo que les es característico, y á dismi-
tas « ya bajo el n o m b r e de Atlándida, ya bajo nuírseles el pelo de la b a r b a con otras modifica-
de alguno otro; así debemos entender que en ciones, n a d a encontramos de extraño que tam-
este Nuevo, y p o r consiguiente en esta tan an- bién el recuerdo de esto hubiese sido u n a de
las tradiciones y secretos de la ciencia sacer-
1 Isaías, Cap. X V I I I . — S é n e c a , Med. act. 2.—S. Gre- dotal, oculta á los profanos, pero de modo que
gorio, sobre la Epíst. d e S. Clemente. llegara como llegó el momento de ser revelada
anunciando que ciertas gentes desconocidas,
blancas y barbadas v e n d r í a n de hacia donde
su abuelo, que fué el mismo que en Méjico se
nace el sol. Los tultecas que son los progeni- escapó cuando acaeció la r u i n a de Mayapan:
tores de los mayas, según todas las probabili- en este libro estaba pintada la figura de u n
dades, eran blancos, barbados, de nariz agui- cuadrúpedo por el estilo de un gran ciervo, con
leña y de alta y g e n t i l apostura, como no raras la predicción a d j u n t a de que cuando en Yuca-
veces se encuentran muestras en piedra, en tan se presentase aquella clase de animales,
barro y en p i n t u r a s ; notándose, además este como venados grandes, que eran las vacas, se
noble tipo con b a s t a n t e frecuencia á u n hoy en mudaría el culto de los dioses, lo que decía ver
día, entre las mismas generaciones de nuestros cumplido D. J u a n en la entrada de los espa-
actuales mayas, á p e s a r de la degeneración que ñoles y con ellos la de las vacas. 1
sufrieron de la t e r c e r a á la cuarta época de su El Sr. L a n d a testifica haber visto aquel libro,
historia antigua. K u k u l c a n , blanco y barbado, dando por razón de su dicho el haber conocido
no se nos presenta e n la historia y la tradición, y tratado familiarmente al expresado D. J u a n
sino como u n noble tulteca y verdadero padre Cocom, que le poseía y conservaba como u n
y rey del pueblo m a y a . tesoro y especial p r e n d a de familia. 2
E n cuanto á ciertos animales, como el gana- Así, pues, a u n sin ocurrir á los fundamentos
do y el caballar de q u e carecían los indios, es filosóficos de credibilidad que con respecto al
m u y de notar q u e l o s mayas tienen nombres orden sobrenatural se d a n en las escuelas, n a d a
propios para d e s i g n a r l o s : Uacax, la res, y Tzi- encontramos que razonablemente pueda opo-
min, el caballo. Y p o r tal motivo, ellos al ver nerse á la admisión de las predicciones natu-
aquellos animales t r a í d o s por los españoles, al rales de los sabios indios, relativas al descubri-
punto les aplicaron sus respectivos nombres. miento, á la conquista, á la aparición de hom-
D. J u a n Cocom, n o b l e indio, y tan ilustrado, bres y animales nuevos, enteramente descono-
que mereció de los mismos españoles el título cidos p a r a ellos, y en fin, de u n nuevo culto.
de hombre sabio y particularmente enten- Y si á esto añadimos las proporciones que en
dido en la historia d e su propia patria y anti- el vulgo tomarían las especies á la siniestra luz
guas tradiciones, el cual era de la familia de de la superstición, si en alguna m a n e r a puede
los reyes de M a y a p a n y de Zotuta, conser-
vaba, siendo cristiano, un libro que le dejó
1 Herrera. Década I V , Lib. X, Cap. I I I .
2 Landa. Relación. § XI.
es que todos los manuscritos mayas ó «Libros
ésta l l a m a r s e luz, concebiremos fácilmente la
de Chilam Balam» traen, como documentos fe-
verdadera nocion y circunstancias de esta parte
hacientes, la noticia de cinco profetas que ha-
de la historia antigua, en la cual, empero, de-
blaron de la venida de gentes extrañas y de
bemos s i e m p r e ver la mano de la Providencia
un culto nuevo que todos abrazarían. El indio
q u e se p r o p o n e ciertamente en todo encaminar
y dirigir así á los individuos como á las socie-
dades h u m a n a s , principalmente en lo relativo allí cuando los moros ocuparon á E s p a ñ a ; y en otra parte
al misterio d e la Cruz, cuyos destinos son los dice que no se puede saber de dónde tomaron estos indios
la señal santísima de la Cruz, con tanta devocion ; porque
de la libertad y regeneración del hombre. no hay rastro en Cozumel, ni aun en ninguna otra parte
L a existencia del culto de la Cruz, de que en de las Indias Occidentales, que se hubiese en ellas pre-
otra parte d e la presente Historia nos hemos ocu- dicado el Evangelio, pudo bien el dicho Gomara salir de
esta d u d a : porque se imprimió su Historia el año de 1553
pado, dicen los historiadores haber tenido origen
en Medina del Campo, y desde el año de 1527 que el Ade-
en la predicción de Chilam Balam. 1 Lo cierto lantado D. Francisco de Montejo comenzó la conquista de
Yucatan, en algunas Provincias que le recibieron pacífica-
mente, especialmente en la de T u t u l - X i u , cuya cabeza es
1 Más e x p l í c i t a que ninguno sobre este importante y el pueblo de Maní, catorce leguas de donde ahora está la
curioso a s u n t o , D. Antonio de Herrera, hablando de la ciudad de Mérida, se entendió que pocos años ántes que
llegada de J u a n de Grijalva con sus compañeros á la Isla llegaran los castellanos, un indio principal sacerdote, lla-
de Cozumel, dice así: «Vieron algunos adoratorios y tem- mado Chilam Cambal (Chilam Balam) tenido entre ellos
plos, y uno en particular, cuya forma era de una torre p,»r gran profeta, dijo que dentro de breve tiempo iría
cuadrada, a n c h a del pié y hueco en lo alto, con cuatro de hacia donde nace el sol gente barbada y blanca, que
grandes v e n t a n a s , con sus corredores, y en lo hueco que llevaría levantada la señal de la Cruz que les mostró, á
era la capilla, estaban ídolos, y á las espaldas estaba una la cual no podrían llegar sus dioses y huirían de ella,
sacristía d o n d e se guardaban las cosas del servicio del tem- y que esta gente había de señorear la tierra, no haciendo
plo : y al pié de éste estaba un cercado de piedra y cal, mal á los que con ellos quisieren paz, y que dejarían sus
almenado y enlucido, y en medio una Cruz de cal, de tres ídolos y adorarían á un sólo Dios, á quien aquellos hom-
varas de alto, á l a q u e tenían por el dios de la lluvia, es- bres adoraban. Hizo tejer u n a manta de algodón y dijo
tando m u y certificados que no les faltaba cuando devota- que de aquella manera había de ser el tributo que se
m e n t e se l a p e d í a n , y en otras partes de esta Isla y en mu- había de pagar á aquellas gentes. Y mandó al Señor de
chas de Y u c a t a n se vieron Cruces de la misma manera y Maní que se llamaba Mochan Xiu, que ofreciese aquella
pintadas, y n o d e latón, porque nunca le hubo, como dice marca á los ídolos para que estuviese guardada, y la señal
G o m a r a , sino d e piedra y palo: y aunque el mismo Goma- de la Cruz hizo hacer de piedra, y la puso en los patios
r a dice que de haberse hallado Cruces en esta parte de las de los templos á donde fuese vista, diciendo que aquel
Indias, a r g ü y e r o n algunos que muchas gentes se fueron
autor del «Códice Chumayel» pone u n a intro-
ducción al presentar á dichos profetas, y mues- ees será ensalzado el verdadero Dios, el Señor
tra su erudición cristiana sobre los verdaderos d e los cielos y de la tierra. H é aquí las pala-
profetas de la Biblia: habla u n lenguaje cris- b r a s á propósito dictadas; palabras que debe-
tiano, si bien mezclado con sus tradiciones na- r á n pronunciarse al oído de quienes carecieren
cionales, pues no pudiendo prescindir de la d e p a d r e y de m a d r e ; palabras que deberán
veneración y grata memoria de que se siente g u a r d a r s e como se g u a r d a el más precioso te-
lleno por los Chilames, dice en la citada intro- soro, la más rica j o y a ; palabras que resonaron
ducción las siguientes palabras que vertimos c u a n d o iban á recibir la Fe Cristiana T a n c a h
del texto maya, desde la p a g i n a 56, contando d e M a y a p a n y C h i c h e n - I t z á ; anunciando la
la foliatura de izquierda á derecha, y desde a u r o r a de un nuevo dia que iba á brillar del
la pagina 10, contándola de derecha á izquier- O r i e n t e al Ocaso, y del Septentrión al Medio-
da, que de ambos modos está n u m e r a d o el di- d í a ; palabras salidas de la misma boca de Dios;
cho Códice. «Como si u n a muy g r a n d e nube abri- p a l a b r a s , en fin, que pronunciaron cinco Sacer-
llantada con la luz de las estrellas, dice, pusiese dotes, Sacerdotes ministros d é l a adoracion q u e
en contacto el cielo con la tierra, habrémos de l l e g a r o n hasta la presencia del Señor. Ellos anun-
escuchar el dulcísimo canto do los ángeles, c i a r o n las grandes plagas y azotes; ellos predije-
canto de tan suave dulzura, q u e no h a y en la r o n también que nosotros llegaríamos á ser cris-
tierra n a d a con q U e poderlo comparar. Entón- tianos. H é aquí sus nombres como estaban
escritos: I. Chilam Balam, Gran Sacerdote. I I
N a p u c Tun, Gran Sacerdote. I I I . Nahau Pech,
era el árbol verdadero
G r a n Sacerdote. IV. A k u i l Chel, Gran Sacer-
a iban a ver muchas gentes y la veneraban de'sde en-
tonces. Y esta fué la causa que preguntaban á Francisco dote. V. Natzin Y a b u n Chan, Gran Sacerdote.
Hernández de Córdova y á los suyos si iban de donde A n t i g u a m e n t e , estando Dios en guarda de esta
nacía el sol : y cuando entró el A d e l a n t a d o Montejo en t i e r r a virgen, 1 estos profetas enviados de Dios
Yucatán, y l o s md.os echaron de ver que le hacían tanta
veneración a la Cruz, tuvieron por cierto lo que su pro-
a n u n c i a r o n las grandes plagas que había de
feta Ch.lan Caníbal les había dicho. Y esta digresión he
querido hacer en este lugar, sin dilatarlo más, porque desde
luego se entienda el misterio de haberse hallado Cruces 1 Estando Dios en guarda de esta tierra virgen, esto es,
virgen de tales plagas y calamidades. Es frase maya. Véa-
n l S ' C T ITI a. %LSi ?b .r TITI qI U. e Cap.
Decada
tant S
°I. dÍSCUrs
°s se
hecho.— se el texto original que se acompaña en copia para los que
p o s e a n el idioma yucateco.
sufrir antes que llegara á tener el consuelo de remedio alguno, porque en efecto, las pestes
la Redención Cristiana, y tales son el vómito que sufrieron, como ya vimos, las grandes
prieto ó de sangre, muertes repentinas, etc.» 1 guerras, y sobre todo, los numerosos sacrificios
Por estas palabras, claramente da á entender humanos, la esclavitud y cautiverio en que
el escritor indígena que en la tercera época de llegó á verse la mayor parte de la nación bajo
la historia maya, como tiempo de felicidad y de la tiranía de los reyezuelos y de los verdugo-
grandeza, fué cuando los cinco profetas Chi- sacerdotes, iban á conducir á este pueblo á tal
estado de postración y degradante miseria, que
lames que enumera, anunciaron las grandes
el descubrimiento y la invasión española iban á
catástrofes y desgracias de la época siguiente ó
ser indudablemente no un mal sino un bien para
cuarta, y de que no tendrían humanamente
el mismo. Si aquellos sacerdotes eran ministros
de homicidio, aquellos reyezuelos eran tiranos
1 Bay ti tun u takal noh muyal e~ek tu nakcaan tac tu en tal grado, que eran dueños absolutos de la vi-
uich luum, bay homiuil qui-ot7.il u kay Avgelezob, minan da y de la hacienda de sus vasallos. Salían, sin
yetppizan qni-otzilil. bin nacabal hahal Ku, u YuinilCaan
pisar la tierra, cargados en u n trono sobre los
yetel l u u m lae.—He dtanob ti utzquinahan lae, alabebal u
xiquinob ixmayumob ixmanailob, lae heix lay dtanlae bin hombros de sus ministros, y eran adorados sa-
tHCuntabae bay u tacuntabal ahkandtixal, ti tun aliquil u ludándoseles por donde pasaban con el incienso
talel yocol r.hristianoil Tancah Mayapan tu Chidchen-Itzá, del copal, que en braserillos quemaban en su
ualac uil Suina, ualac uil Itzá, ahomcab huntakin hun presencia los principales ó los sacerdotes, entre
xaman, h u n chikin, hun nohol, tali tu chi Z)f'o.squitbil,
tanto que puestos en cuclillas todos los de las
lay cu tzolicob hotul Ah-kinob, ah-kulemah kinob. ca
tal yocol ehristianoil lae; heklay u kabaob dzibanob lae:
turbas, depuesta toda arma, mojaban con su
I. Chilam Balam, Noh Sacerdote; 2. Xapuc Tun, Noh S : saliva los extremos de la mano derecha, con
3. N a h a u Pech, Noh S.; 4. A h - K u i l C h e l , Noh S ; 5. Na- que tocando el suelo, la llevaban despues al
tzin Y a b u n Chan, Noh S . — ü c h i n a m Dios codzlic upach corazon, sobre el cual u n t a b a n la tierra, «por-
t a n zuhuy luum, lay tzoliob, u cuch numya. tu tan Ca-
que ésta era, dice Herrera, la mayor reveren-
y u m i i - t i / ) ios : talel tun u cali yocol ehristianoil, lae, xekik,
mayaquimlal, kintun yaabil, sakil haabil, ixpom kakil, u cia y acatamiento que usaban hacer á sus prín-
cuch numya, u tza quizín, sacpetahom c a a n a l ; elom ti cipes y señores, dando á entender que se humi-
cab, ichil ox ahau katun, hun ahau katun. u lobil ox- llaban á ellos como la tierra que pisaban.» 1
dzit katun, bay dzibanil tumenel Evangelistas yetel Pro-
feta Balam, tali tu chi u Yumil caan yetel luum ca tu
kulemdzibtahob ah Kinob, etc.«—Códice Chumayel, ma-
1 Década I I , Lib. I I I , Cap. I I .
nuscrito m a y a .
H é a q u í los cinco profetas aludidos y sus co- vuestros dioses! Olvidadlos, que ya son Am-
rrespondientes vaticinios, según los trae Cogo- bles. Adorad todos al Dios de la verdad, que
lludo y según los h e m o s encontrado también está poderoso en toda parte, que es Criador de
en los manuscritos m a y a s que dejamos citados
todas las cosas." 1
si bien con variantes, sólo en cuanto al orden'
y algunas p a l a b r a s d e l texto : II
2
P R O F E C Í A DE N A H A Ü P E C H .
I
P R O F E C Í A DE N A T Z I X Y A B U N C H A N . '
«En el dia que más a l u m b r a r e el sol por la
misericordia del Omnipotente, vendrán de a q u í
"Hecha fué la p a l a b r a de Dios sobre la tierra
la cual esperad, q u e e l l a vendrá, que sus sacer- que hace de las dos palabras un solo nombre: maya-ah-itzae,
dotes os la t r a e r á n . A p r e n d e d sus palabras y esto es, mayaitzalanos, con lo cual ciertamente esclarece-
mos también, por este camino tan recto y legítimo, un
predicación divina. Bienaventurados los que
punto histórico, á s a b e r : el de la unidad del pueblo maya ;
las recibieren. ¡ O h itzalanos, 2 aborreced á porque los itzaes no son en m a n e r a alguna, nación diferente
de los mayas, sino la única y misma. Solían también
los mayas denominarse T u t u l - X i ú s en lo general.
1 El n o m b r e d e este s a c e r d o t e ó Chilam lo escribe Co-
golludo a s , : Patzin Y a x u m C W Pero en e, ^ ^ 1 H é aquí el t e x t o m a y a de esta profecía, según la trae
g . n a l del «Códice C h u m a y e l » aparece como nosotros lo el «Códice C h u m a y e l : »
copiamos: Natzm Yabun Chan. L o mismo está en el «Hahal-Ivu ti peten lay apak, u hokole y u m e , yah k i n o b
«Códice Perez.» uil bin puch cob uchmale, dza quex ka a n a t tu dtan, tu
2 Según esta p a l a b r a ;OZ¿ itzalanos! podría entenderse kaquil kae, apixanex, cah bin hahal kamique, xedt aual
que N a t z . n Yabun C h a n f u é sacerdote de la ciudad y pro- ta kul a h - I t z a e , tubez a - h a u a y - k u , a z a t a t a y - k u loe, t u l a -
vincia de C h i c h e n - I t z á . S i n embargo, como otros ¡acer- cal yanil, a h - t e p a l e yume. Y a h dchaabul caan yetel
dotes usan de la m i s m a f r a s e , aun no siendo de Chichen- luum tu zinil, lay y a t a uól in ualic teche m a y a - a h - i t z a e ;
I t z a , como B a l a m , q U e e r a d e Maní, debemos i n f e r i r lo ma a kat auuy yanil Dios h a h a l - K u ta dtano. L a y uyo-
que en otras partes h e m o s observado, que los mayas tam- col t u n ta uol u dtan in tzec lae »
Dien solían d e n o m i n a r « » i
t z a e s e n lo Esta profecía aparece en los manuscritos mayas, divi-
Tt * 1 x -7 V general, por causa
d e l t z a m a t u l o Z a m n á s«u „ , , „ , , dida en diez versículos con sus correspondientes números
3 T, , , , ' u P a t r i a r c a , y que f u é el fundador
de l t z a m a l o I z a m a l . „„ » , . ,. . marginales, como el texto de nuestra Sagrada Biblia.
r e r o n o es solo i n f e r i r : asegurarlo
podemos y d e m o s t r a r l o c o n vista del texto maya, pues 2 Este nombre aparece idéntico en Cogolludo y en el
en el, como se v e r a e n l a siguiente nota, el Chilam no manuscrito citado «Códice Chumayel.» El apellido de
dice solamente Itzalanos, n i t a m p o c o solamente mayas, sino Pech hace creer que este profeta correspondió á la provincia
á cuatro edades los que han de traer la nueva
rá ? Sabed, que vendrán de toda parte del Nor-
de Dios. Con gran afecto os encomiendo es-
te y del Oriente, tales cosas por nuestros males
peréis, ¡ oh itzalanos! vuestros huéspedes, que
que las podéis tener por presentes. Yo os digo
son los padres de la tierra cuando vengan. 1
que en la edad novena, ningún sacerdote ni
profeta os declarará la Escritura que general-
III
mente ignoráis.»
2 IV
P R O F E C Í A DE A H KukiL CHEL.
1
PROFECÍA DE A H N A P u c T Ü N .
«En el fin de la edad presente, los que igno-
ráis las cosas futuras, ¿qué pensáis que sucede-. "En la última edad, según está determinado,
habrá fin el culto de dioses vanos, y el m u n d o
d e A c a n u l , en que, como atras hemos visto, se establecieron
y llegaron á dominar los Peches. Sin embargo, después se fie» cosa m u y diferente, como pluma, cogollo, etc. Según
e x t e n d i e r o n en toda la Península, y se dice que en tiempo el apellido Chel, (que se pronuncia f u e r t e y que debería es-
de la conquista española se unieron á los conquistadores y cribirse a s í : Dehel), este sacerdote era de I z a m a l .
que obtuvieron del rey de España título d e hidalguía. Ilasla l i é aquí el texto original de su p r o f e c í a :
"Tu hidzib to katune, yume, me^ ca a nate, u a l a c u talel,
hoy, observamos en la Secretaría Episcopal que es á nues-
mac bin ca dzab tu codz pop, katune, yume, bin uluc ho-
t r o cargo, que algunas veces los Peches prefieren pagar, lom uil t u c a l y a : tali ti x a m a n , tali ti c h i k i n e ; tu kinob
como hidalgos, los derechos que sus asuntos suelen oca- uil yane, yume : rnacto ah kin, macto ah bouat, bin toh
sionar. alie u dtan uoohe, y u m e , ichil Balam a h a u ; m e x ca naate,
hunac tzuc ti c a b ; h u n dzal pi t a n tun b i n e l ; tzu tzuc chac.
1 El texto maya aparece en estos t é r m i n o s : Be quioltzili uil tan t u n tepalcuchie qui uil yokol yahaul il
« T u kiniliuil u uatal kine, yume, ti yokzab ich ah te- cabobe kahcun a uol a h - i t z a e . "
pal u a l o ; tu candzit u katunil ; u comi nale. U hahal En cuanto á las palabras tali ti xaman, tali ti chikine,
pul tu k i n kue, yok lae ka uba, in kuben, yume, ichex esto es, que procederán ó v e n d r á n del Norte y del Oriente
tu bel a uula, itzae, u Yumcab, cah ulom tal tu chi Na- los que han de venir á tomar posesion de este país, están
bien dichas, porque se aporta á esta Península precisamente
hau P e c h , A h - k i n , tu kinil ua, can ahau k a t u n , tu hidz por el Norte y el Oriente, esto es, por el Golfo Mexicano y
bin u k a t u n i l e , yume, satomuil sinic, uiniquil, bin yanac por el mar de las Antillas. Los versículos son diez, lo
tu pach uiil, turnen u bobochil uiil, uchu y u m dtulil mismo que los dos precedentes.
uiil, sinic, dzíu, kau, pidch, xpuquil.» 1 Este nombre aparece idéntico en el «Códice C h u m a -
yel» en que el texto original de la profecía dice a s í :
Esta profecía, como la anterior, está en diez versículos.
" E l o m ti c a b : petahom c a n a l ; u uaom k a u i l ; ua ah t a n
2 E s t e n o m b r e aparece escrito en el texto m a y a así: Ah uchamal elom ti c a b ; elom dzidz, t u katunil, uchamal ta-
Kuil Chel, que es sin duda como debe escribirse, porque se lóme; ubixan, bin ylic binyal u d t a n ; bin yokte u n u m -
yail, u c h m a l e . "
deriva de Ku, la divinidad, el culto, y no de kuk que signi- Sus versículos son cinco.
será purificado con fuego. El que esto viere tillo), vendrá la señal de u n Dios que está en
será llamado bienaventurado, si con dolor llo- las alturas, y la Cruz se manifestará ya al m u n -
rase sus pecados." do, con la cual fué alumbrado el orbe. H a b r á
división entre las voluntades, cuando esta se-
V ñ a l sea traida en tiempo venidero. Los hom-
1 bres sacerdotes ántes de llegar u n a legua y á
PROFECÍA DE CHILAM B A L A M .
12. H u o m I t z a m n a kauil.
" E n el fin de.la décima-tercia edad, estando 13. Talel u cah cayum I t z á ,
en su pujanza Itzá, y la ciudad n o m b r a d a Tan- 14. Talel u cah u z u a m t a n tune,
cah (que está entre Y a c m a n y Tichaquillo, que 15. K a m a u u l a a h m e x o b likincalob;
hoy se llama Ychpaa, que es fortaleza y cas- 16. Ah p u l tu chicul kue, y u m e ,
17. U t z k a u d t a n ku tal c-icnale.
18. Talel u cah u kin cacuxtale.
1 Este n o m b r e aparece en Cogolludo escrito con la de-
19. Maac zahtic yokol cabe y u m
bida propiedad, del mismo modo que lo encontramos en
20. Tech h u n a b ku d c h a b ticom
todos los manuscritos mayas. El mismo Cogolludo rectifica
21. U t z tamba u d t a n kue y u m ,
á otros, diciendo a s í : " E s t e es el sacerdote de quien ha-
22. Cax u a c u n t o u chicul c a n a l
cen mención Herrera, Eemesal, T o r q u e m a d a y otros auto-
23. C a a uacunto ca pache hele
res, aunque le llaman Chilam Cambal." Hist. de Yucatan.
24. C a a uacunto yuaomche
L i b . I I . Cap. X I . — H é aquí el texto original maya de esta
2-5. Xumtetah u k e x a c hokol hele
célebre profecía, según la trae el « Códice P é r e z : » En el
versículo 4? de ella se encuentra la palabra Ualomche que 26. U hel tu pach u y a x cheel cab
literalmente significa patíbulo ó Cruz, y se encuentra en 27. E t cahan hele ti balcahe.
todos los manuscritos. 28. L a u chicul h u n a b k u canal,
29. Laac a kultex, a h - i t z a o ,
"1. Oxlahun ahau u hedzi uil k a t u n 30. Caa k u l t e hele u chicul canal,
2. U a l a c uil Itzá, ualac uil T a n c a h e yume, 31. Caa k u l t e to tu h a h i l ocolal,
3. U chicul hunal Kti canal h u l o m 32. Caa kulte, ca halal kue.
4. U a l o m c h e et eahan ti cahe, 33. Oquez taba u d t a n h u n a b k u e y u m .
5. Uchebal u zazhal yokol cabe, y u m e , 34. Tali ti caan a u a h d t a n ue.
6. D z u m i moctanba, dzuni z a h u i n a l . 35. Cuxkin ka a uol a h - i t z á ,
7. Ca talom u pul chicul u c m a l 36. A h homouil cab tiob, oczic ti yolob,
8. A h k i n uinique y u m . 37. I c h i l u y a n a l k a t u n .
9. H u n auat, h u n lubil.u tal. 38. Y o k t u b a in d t a n quen C h i l a m B a l a m
10. A uilquex mut u tippil y u a o m c h e . 39. Ca in tzolah u dtan h a h a l - K a
11. A h uom uil c a b : hun x a m a n , h u n chikin. 40. Y u n b i h u n a c tzuc ti c a h . "
un cuarto de legua uo más, vereis la Cruz que «Gran sacerdote, dice, de Tixcacayom Cauich
se os aparecerá y os amanecerá de polo á polo. en Maní," lo que sin duda se contrae á algún
Cesará el culto de vanos dioses. Ya vuestro lugar ó ciudad correspondiente al reino de
padre viene ¡ oh itzalános ! Ya viene vuestro Maní, donde especialmente residiría aquel Chi-
h e r m a n o ¡ oh tantunites! Recibid á vuestros lam.
huéspedes barbados del Oriente, que vienen á El « Códice Chumayel » dice : Chilam Balam
traer la señal de Dios. Dios es que nos viene de Zixcoyom. Y lo de Cauich que menciona
manso y piadoso. \ a viene el tiempo de nues- Cogolludo, puede ser u n segundo apellido del
t r a vida. No teneis que temer del mundo. T ú sacerdote, pues como en su lugar correspon-
eres Dios único que nos criaste piadoso. Bue- diente observamos, los hijos entre los mayas
n a s son las palabras de Dios. ¡ Ea, ensalcemos tomaban el nombre del padre y de la madre
su señal en alto, ensalcémosla para verla y ado- para formar el suyo. Así, el dicho sacerdote
rarla ! L a Cruz hemos de ensalzar. E n opo- cuyo estado gerárquico era de Cldlam, tenía
sicion de la mentira, se aparece hoy en contra por nombre de familia Balam [según él mis-
del árbol primero del mundo. Hoy es hecha mo lo confirma en el texto de su Profecía,] y de
al m u n d o demostración. Señal es esta de u n Cauich, como aclara el citado «Códice» por es-
Dios de las alturas. Esta adorad ¡oh gente tas palabras que pone en boca del mismo Chi-
itzalana! adorémosla con voluntad recta, ado- lam al principio de su repetida profecía : « Caui-
remos al que es Dios nuestro y verdadero Dios. chen Maní tu vil Katune, etc.»
Recibid la palabra del Dios verdadero, que del Balam significa tigre y también u n ser mis-
cielo viene el que os habla. Cobrad juicio y terioso ó divino. 1 Hemos dado en nota el texto
ser los de Itzá. Los que creyeren, serán alum-
brados en la edad que está por venir. Mirad l L a palabra Balam es hasta hoy un apellido de fami-
si os importa lo q u e yo os digo, advierto y en- lia entre los indios; y aparte de su significado literal de
cargo yo vuestro interprete (Chilam), y maestro tigre y de todo cuanto se parece ó aproxima al color del
tigre, tiene también la significación de una cosa miste-
de crédito, Balam por nombre. Y con esto he
riosa, de un ente sobrenatural, etc. A u n las cosas encu-
acabado de decir lo que el Dios verdadero me biertas ó las escrituras en cifras, ó pensamientos difíciles
m a n d ó p a r a que lo oiga el mundo." de interpretar, se llaman Balam. E n cuanto á la palabra
Chilam, cuyo significado ya explicamos, añadirémos aquí
Nuestro historiador citado, el P. Cogolludo, que casi es indiferente escribirla con n ó con m, pues los
historiadores la han escrito de uno y otro modo. N o obs-
dice q : e Chilam Balam era sacerdote de Maní.
&
— 534 — -535—
original de la dicha profecía de Balam, tomán- en los originales dicha división, pues compa-
dola 110 del «Códice Chumayel» de que hemos to- rando unos manuscritos con otros, se nota que
mado las anteriores, sino del de «Pérez,» por en- los copistas indios que sin duda sabían por
contrarse a h í m á s clara y legible. Copiárnosla tradición que debían escribirse así, n u m e r a b a n
con la correspondiente división numérica de materialmente los renglones que alcanzaban
versículos en q u e siempre aparecen todas estas en el ancho del papel, sin distinguir los epí-
profecías en los manuscritos, lo que á pesar de grafes ó rótulos a u n estando éstos algunas ve-
las variantes q u e en ellos se notan, sirven p a r a ees en español mezclado con el maya, lo que
entender q u e en la antigüedad á que aquellas indica haberse perdido la exacta y genuina
piezas corresponden fueron arregladas por sus división. Es manifiesto que todos los ejemplares
autores con a l g ú n metro ó versificación, cuyo de Chilam Balam que D. Pío Pérez vió, traían
secreto hoy se ignora, é indudablemente ser- la división numérica que nosotros encontra-
vían en los cantares sagrados ó salmodia yuca- mos en los que poseemos, pues él por su parte
teca ; á cuya observación se añade la circuns- copió dichas profecías en la forma que en nota
tancia de q u e el Dr. D. Pedro Sánchez de Agui- hemos presentado la que nos ocupa. Sin embar-
lar, h a b l a n d o en su obra De idolorum cultores, go, debemos advertir también, que el «Códice
de la profecía de Chilam Balam, dice que hizo Chumayel,» (á diferencia del de «Pérez» que co-
una Poesía. L a s profecías que ya dejamos in- pia la de Balam en 40 versículos seguidos), trae
sertadas en las notas anteriores, todas tienen y esta misma con tres divisiones, conteniendo la
r x-
•rrv'»--
Chilam Balam, 1 cuya denominación proviene
en todas sns partes, resulta que estando tan de lo que ya hicimos notar, sobre que en el ge-
conformes con el carácter de los sucesos, mar- nio de la lengua y de las antiguas costumbres
cando felicidad y g r a n d e z a nacional en la épo- mayas está, el que pueda con propiedad lla-
ca en que h a b l a n , que es la tercera, y a n u n - marse Chilam Balam á todo presagio ó pre-
ciando las grandes desventuras que precederían dicción aun puramente fundada eu razones na-
á la aurora de u n a época inesperada de nuevo turales y filosóficas. Préstase, además, esa de-
culto, de n u e v a civilización que es la cuarta nominación al fácil abuso de la superstición y
y última época inmediatamente anterior al del fanatismo, así como también al del estilo
descubrimiento, resulta, decimos, que fragua- lijero y burlesco.
das despues de dichos sucesos, son u n a historia
Estos y no otros han sido los fundamentos y
y no u n a predicción de ellos; lo que basta á
motivos de tantas falsas profecías, patrañas y
nuestro objeto, presentándolas entonces 110 ya
consejas ridiculas, que por fortuna caen bajo Su
como profecías, sino como otros tantos com-
propio peso al más somero exámen; porque se
probantes por de más, pues quien quiera ó
quienes quiera que las hubiese fraguado, ese ó
esos, hubieron de hacer un profundo estudio 1 E n t r e las muchas y ridiculas patrañas que con el tí-
de todos los documentos, de todos los historia- tulo de Profecías de Chilam Balam corren por tradición en
el vulgo y aun se encuentran en manuscritos de lengua
dores de nota, crónicas generales, manuscritos
maya, existen algunas que no han dejado de llamar la aten-
y tradiciones, á fin de n o aparecer, como 110 ción, y seguramente son, por lo menos en parte, prediccio-
aparecen en n i n g u n a contradicción con tales nes naturales que hombres sabios, así de la raza india como
fuentes históricas, á pesar de la diversidad de de la blanca, hicieron por conjeturas fundadas en la série
autores, de tiempos y lugares, según hemos y curso de los hechos y de las observaciones respectivas.
Como era natural, el cumplimiento más ó ménos exacto
tenido ocasion de ver y comprobar. de algunas de esas predicciones tenía que fomentar en las
clases ignorantes la más ciega credulidad respecto de todo
E n fin, por otra parte, y para decirlo todo de
cuanto se h a tenido por profecía de Chilam Balam. Don
u n a vez, debemos, con respecto á estos mismos Justo Sierra, en el escrito que arriba hemos citado en el
profetas, consignar aquí, que existen en el vulgo texto, dice: " P o r todo lo que hemos podido averiguar,
de la actual sociedad yucateca, muchas preo- en cada peste, en cada hambre ó desolación que sufría la
provincia, salía á danzar Chilam Balam y adquirían sus
cupaciones provenientes de ciertas prediccio-
profecías nuevos ribetes. Cuando la insurrección de J a c i n t o
nes evidentemente apócrifas y conocidas tam- C a n - E k en el pueblo de Quisteil, del partido de Zotuta,
bién bajo el nombre genérico de Profecías de
refieren á los tiempos actuales, siendo así que el podido verificarse en épocas recientes.... cuan-
verdadero Chilam Balam sólo pertenece á la do que el tal Chilam Balam, en caso de haber
historia antigua ó período pagano de Yucatán. existido, debió ser ántes de la conquista." (Ar-
"Si el Chilam B a l a m es tal cual (hoyen el vulgo) tículo intitulado " P r o f e t a s yucatecos." Véanse
lo suponen, dice D. J u s t o Sierra, preciso es que los Apéndices al Libro I I de la obra Los tres
fuese de los t i e m p o s posteriores á la conquista, siglos de la dominación española en Yucatan. To-
pues que se alude á ciertas cosas que sólo han mo I, Letra D.)
DISERTACIONES Y ARTICULOS
SOBRE LA HISTORIA YUCATECA
FIN.
te, esa es nuestra obra, esa la ofrenda que en
n o m b r e de Dios q u e nos h a auxiliado en ella,
venimos á colocar en las aras de la patria y de
la ciencia, seguros de que todos cuantos a m a n
de buena fe la v e r d a d e r a ilustración, h a n de
aceptarla con la generosidad y la benevolencia
con que siempre se recibe el trabajo de quien
se propone, en cuanto puede, prestarlo á tiem- APENDICE
po, con la buena voluntad y el deseo de ser
DE ALGUNAS
útil.
DISERTACIONES Y ARTICULOS
SOBRE LA HISTORIA YUCATECA
FIN.
DISERTACION
SOBRE
LA LITERATURA Y CIVILIZACION
ANTIGUA DE YUCATAN.
•••
Sagrado y servicio del templo, fuese para que escribían en sus libros sus cosas antiguas, y sus
salieran á t o m a r el e s t a d o del matrimonio. ciencias, y con ellas y figuras y algunas seña-
CALIGRAFÍA.—Por d e c o n t a d o q u e con las les en las mismas figuras entendían sus cosas,
prácticas del c u l t o religioso, la lengua y la y las daban á e n t e n d e r y enseñaban. H a -
escritura m a y a s e r a n los primeros r a m o s que llárnosles g r a n d e número de libros de estas
á la j u v e n t u d se e n s e ñ a b a , pues ha de saberse sus letras." 1
que el idioma y u c a t e c o tuvo desde muy anti- BIBLIOGRAFÍA.—Por el testimonio de este
guo, no solo su r e p r e s e n t a c i ó n geroglífica, sino autor y testigo presencial, se ven el uso cierto
v e r d a d e r a e s c r i t u r a fonética. de una escritura perfecta e n t r e los yucatecos,
L a escritura q u e según su mayor ó menor la existencia rica y a b u n d a n t e de una verda-
perfección, es un s i g n o cierto é inerrable de dera bibliografía y la enseñanza pública de
la mayor ó m e n o r civilización mental y litera- su literatura. E insistiendo en este punto de
ria de un pueblo, p r u e b a , e n t r e los mayas, el la enseñanza, y del uso de los libros, añade
alto grado de c u l t u r a á que llegaron, cuando estas notabilísimas p a l a b r a s : " q u e las cien-
no satisfechos con la escrito-pintura ó de gero- cias que enseñaban eran la cuenta de los años,
glíficos, de q u e se e n c u e n t r a n m u e s t r a s entre meses y días, las fiestas y ceremonias, la admi-
las ruinas, a d o p t a r o n el uso de una escritura nistración de sus sacramentos, los dias y tiem-
m u y s e m e j a n t e á la alfabética. E r a n unos ca- pos fatales, sus maneras de adivinar y sus pro-
racteres que n o s h a conservado la laboriosidad fecías, los acaecimientos y remedios para los
de F r . Diego de L a n d a , y que recientemente males, y las antigüedades, y leer y escribir en
ha descubierto e n un precioso manuscrito del sus libros y caracteres, con los cuales escribían,
siglo diez y seis, el Sr. A b a t e Brasseur de y con figuras que significaban las escrituras. . .
Bourbourg, en el a r c h i v o de la Real Academia . .Y que sabían de estas ciencias algunos prin-
E s p a ñ o l a de M a d r i d . Aquellos caracteres for- cipales señores., por curiosidad, y que por esto
m a b a n un a l f a b e t o c o n s t a n t e de vintisiete sig- eran más estimados." 1
nos p a r a t r a s l a d a r al papel toda clase de ideas. " El padre A c o s t a cuenta-dice el célebre je-
Al escribir t r a z a b a n los caracteres sobre un pa- suíta mexicano Don Francisco Javier Clavije-
pel fabricado d e r a i c e s ó cortezas de árboles, ó ro—que en la provincia de Yucatan había
sobre pieles p r e p a r a d a s al efecto, á manera de ciertos volúmenes, plegados á uso de aquellos
pergamino, c u y o s pliegos suaves, blancos y ter- pueblos, en que los sabios indios tenían seña-
sos, se adherían p o r los e x t r e m o s á dos tablillas lada la distribución del tiempo, el conocimien-
bien c o r t a d a s y p u l i m e n t a d a s , de modo que, to de los planetas, de los animales y de o t r a s
al plegarlos c o m o a b a n i c o s que se cierran, for-
m a b a n unos l i b r o s ó volúmenes enteramente
s e m e j a n t e s á los n u e s t r o s . H é aquí las pala- i Landa. Relación de las cosas de Yucatan, párrafo XII,
bras del P. L a n d a : " U s a b a también esta gen- apud. Brasseur.
te de ciertos c a r a c t e r e s ó letras, con las cuales I Id. párrafo VII.
producciones de la naturaleza y las a n t i g ü e d a - nos principales señores por curiosidad, Y POR
des nacionales, cosas t o d a s muy curiosas y es- ESTO ERAN MÁS ESTIMADOS," lo cual c i e r t a -
critas con mucha diligencia ; las cuales, según mente prueba de una manera inequívoca que
dice el mismo autor—continúa Clavijero—pe- h a s t a la m a s a social se h a l l a b a b a s t a n t e m o d i -
recieron por el celo indiscreto de un párroco, ficada por la influencia de u n a l i t e r a t u r a n a c i o -
que creyéndolas llenas de errores supersticio- nal.
sos, las quemó á despecho del llanto de los
indios y de la opinion de los españoles cu- CONCLUSION—Concluyamos, p u e s , que es
riosos. Otras pinturas eran topográficas—con- i n c o n t e s t a b l e en n u e s t r a h i s t o r i a , en la h i s t o -
tinúa aún el mismo a u t o r — y corográficas, las ria y u c a t e c a , la positiva y h e r m o s a realidad d e
cuales servían, no solo para determinar la e x - u n a v e r d a d e r a l i t e r a t u r a a n t i g u a , propia y e x -
tensión y lindes de sus posesiones, sino la si- clusiva d e la l e n g u a m a y a .
tuación de los pueblos, la dirección de las cos- Todavía más: algunos de los últimos descen-
t a s y el curso de los rios." 1 dientes de la clase noble y sacerdotal, que re-
Con tales y tan autorizados testimonios, de- cibieron de los misioneros apostólicos en los
bemos lisonjearnos de poseer toda una historia días déla conquista española la educación cris-
de una verdadera l i t e r a t u r a antigua yucateca. tiana, complacíanse en producir nuevos escri-
E n esos testimonios históricos vemos designa- tos y en trasladar los desús abuelos á la escri-
da la enseñanza l i t e r a r i a por medio de maes- tura alfabética cristiana, en que ya desde en-
tros y de obras e s c r i t a s , de la religión y de sus tonces comenzaron á escribir la lengua maya.
prácticas, de la metafísica y de la moral, de la Basta recorrer las páginas del historiador Ló-
historia y la cronología, de la magia ó adivi- pez de Cogolludo, para convencerse de la rea-
nación, de la profecía, que era para ellos una lidad de muchas obras de autores indios de
como astrología judiciaria, de la arqueología ó que se sirvió aquel historiador, principalmen-
conocimiento d e s ú s tradiciones y m o n u m e n - te d é l a que llamaban "Vocabulario grande de
tos más antiguos, de la geografía y corografía, los Indios" 1 y de los de Gaspar Antonio
de la historia n a t u r a l , la astronomía, la orto- Xiu, 2 nieto del rey Tutul-Xiu é hijo del sa-
logía, la caligrafía, la bibliografía ó la verda- cerdote Ah-Kin-Chí, que escribió una " R e -
dera formación de colecciones bibliotecarias. lación histórica de Yucatan" y un "Vocabula-
Por estos testimonios, en fin, encontramos has- rio Maya." Nosotros poseemos, como dejamos
ta la consignación d e l aprecio público en que dicho, el "Códice Chumayel" y otros.
eran tenidos los l i t e r a t o s , pues concluye el P.
L a n d a , diciendo '.-sabían de estas ciencias ulgu-
A D. V I C E N T E C A L E R O Q U I N T A N A .
GEOGRAFIA MAYA.
GEOGRAFIA MAYA.
A R T I C U L O PRIMERO.
» 618
61-
F13 7 6 FHRC
Páginas. C3
1883 155496
SOBRE LA HISTORIA del idioma yucateco. „ 624
MAYA. Etimología de este nombre „ 632
NOTA " 635
APÉNDICE de la Antigua Cronología Yu-
AUTOR
cateca por D. Juan Pío Pérez „ 637
i
CARRILLO Y ANCONA, Cre-
1
FIN.
• J.
i
" :