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irrigación, cámara de dispersión, cribas, tanque de sedimentación, procesos de lodos activados, microbiológicos
patólogos, riego por aspersión,

Propiedades físicas:

El color de los afluentes urbanos produce cierto efecto sobre las aguas de aplicación cuando se siguen sistemas agrarios
de tratamientos de las aguas residuales. Generalmente la coloración es indicadora de la concentración y composición de
las aguas contaminadas, y puedes del gris al negro. En la medida que éste es más intenso, la capacidad de absorción de
energía solar es mayor, y ello redunda en una ligera elevación de las temperaturas del suelo.

La temperatura efluentes urbanos no plantea grandes problemas, ya que oscila entre 10 y 20º C; facilita así el desarrollo
de una fauna bacteriana y una flora autóctona, ejerciendo una acción amortiguadora frente a la temperatura ambiente,
tanto en verano como en invierno, y en cualquier tipo de tratamiento biológico

El olor causado por la descomposición anaerobia es debido, sobre todo, a la presencia del ácido sulfhídrico, indol,
escatoles, mercaptanos. Y otras sustancias volátiles, y es eliminado por aireación o por aspersión del agua en los
diferentes sistemas biológicos que se están tratando.

Propiedades químicas:

Las propiedades químicas de las aguas residuales son proporcionadas por componentes que podemos agrupar en tres
categorías, según su naturaleza: materia orgánica, compuestos inorgánicos y componentes gaseosos, conjunto que
podemos reunir, a su vez, en dos grandes grupos:

* Sólidos en suspensión

* Compuestos de disolución

Tanto el grupo de suspensión como disolución, presenta una composición más o menos homogénea, en la que se
encuentran, en forma predominante, las proteínas, los hidratos de carbono y algunos aceites y grasas.

También existen elementos, como el nitrógeno, que se encuentran bajo diferentes formas:

El nitrógeno orgánico puede aparecer como amonio, en los nitratos orgánicos y en los nitritos, siendo las dos primeras
formas mayoritarias. La presencia de nitratos es muy importante cuando se aplican sistemas de vertidos a suelos. Y
además, por la capacidad de eutrofización que desarrollan estos compuestos cuando aparecen en concentraciones
elevadas en la parte superficial de los suelos.

Otros elementos como el zinc el cobre y el níquel son los metales que más contribuyen a acrecentar las cifras de
elementos pesados, siendo el zinc el metal usado como referencia de toxicidad.

El boro es el otro elemento que puede afectar mucho a los sistemas biológicos de tratamientos de aguas. Es esencial en
la micronutrición vegetal, pero puede ser tóxico para muchos sistemas de fauna y flora que están presentes en los
procesos de las aguas residuales.

Propiedades biológicas
Es claro que el componente orgánico de las aguas residuales es un medio del cultivo que permite el desarrollo de los
microoganismos que cierran los ciclos biogeoquímicos de elementos como el azufre, el carbono, el nitrógeno o el
fósforo, entrando frecuentemente en consecuencia y eliminando los elementos que son fundamentales para los
sistemas biológicos de tratamientos de las aguas residuales.

Este componente biológico se manifiesta fundamentalmente en 5 áreas diferentes:

a. Descomposición de los compuestos orgánicos contenidos en las aguas residuales.

b) Eliminación de determinados compuestos orgánicos que sean tóxicos para los vegetales y microorganismos
del suelo.

c) Desaparición de microorganismos patógenos.

d. Participación de los ciclos biogeoquímicos del nitrógeno, del fósforo y del azufre.
e. Reacciones de la materia orgánica transformada y del componente microorgánico frente a los constituyentes
minerales del suelo.

Un último aspecto del componente biológico de las aguas residuales, es la presencia de determinados virus, como
pueden ser el adenovirus, enerovirus, hepatitis A, etc. Quienes aún en muy baja proporción respecto a bacterias y
microorganismos en general, manifiestan enorme peligrosidad desde el punto de vista sanitario.

CENTRO DE TRATAMIENTOS

Los centros de tratamiento de aguas residuales son los denominados E.D.A.R.(estación depuradora de aguas residuales).
Todas se ajustan, en cuanto a su estructura, a un mismo esquema funcional pero su diseño varía dependiendo del tipo
de agua residual a tratar. Son instalaciones muy complejas y de difícil manejo porque en ella no se realiza una
depuración con procesos físicoquímicos en los que el hombre actúa, como en las plantas depuradoras de agua potables,
sino que en esta

DEPURACIÓN DE LAS AGUAS RESIDUALES

El proceso es biológico y no depende tan directamente de acción del hombre.

Una vez que el agua ha sido utilizada en las viviendas, se procede a su depuración para verterla de nuevo al río con una
calidad que depende de la legislación medioambiental europea.

Las aguas residuales se hacen pasar primero por unos filtros de rejilla para eliminar los sólidos gruesos. El siguiente paso
consiste en eliminar las arenas, para ello se hace pasar el agua a velocidad constante por unos canales de sección
parabólica que presenten la sedimentación del lodo, mientras que la materia orgánica sigue el curso del agua.

A continuación, dichas aguas pasan por tanques de sedimentación primaria. En ellos, los sedimentos de menor tamaño
se separan en el fondo en forma de lodos limosos.

Problemas específicos de calidad de las aguas residuales


Microbiológicos
La presencia de bacterias, virus y otros microorganismos patógenos en las aguas residuales supone un problema
importante para su uso agrícola.
La calidad bacteriológica de estas aguas se establece a partir del número de coliformes fecales y de la presencia de
bacterias patógenas como la Salmonella, Shigella y Cholera. No hay un consenso sobre el número máximo de coliformes
permisible para el agua de riego. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud, establece que para el riego "sin
restricción" (es decir, para cualquier tipo de cultivo) el agua no debe tener más de 100 coliformes fecales/100 ml
(Pescod, 1992), mientras que en California y Arizona, las aguas residuales depuradas para el riego de cultivos que se
consumen crudos (hortalizas como, por ejemplo, la lechuga) no pueden tener una media geométrica superior a 2,2
coliformes fecales/100 ml, y ninguna muestra puede tener más de 23-25 coliformes fecales/100ml (Bouwer y Idelovitch,
1987). En Israel, las aguas para regar cultivos que después se van a consumir crudos, deben tener menos de 12
coliformes fecales/100 ml en al menos 80% de las muestras, y menos de 2,2 coliformes fecales/100 ml en al menos 50%
de las muestras (Bouwer y Idelovitch, 1987).
En relación al contenido de virus no hay tanta información. En Arizona, por ejemplo, el número máximo de virus
intestinales admisible en aguas de riego para hortalizas que se consuman crudas es de 1 PFU/40 l (PFU: unidad
formadora de placa) (Bouwer y Idelovitch, 1987).
Además de las bacterias patógenas y virus, las aguas residuales pueden tener protozoos y nematodos intestinales que
pueden provocar enfermedades si se ingieren a través de los cultivos regados con estas aguas.
La normativa establecida por la Organización Mundial de la Salud se puede encontrar en el libro de Pescod (1992) y en
OMS (1989). Más información sobre los aspectos microbiológicos y sanitarios del empleo de aguas residuales para el
riego se puede encontrar en Rose (1986).

Elementos traza
El contenido de elementos traza en las aguas residuales suele ser más elevado que en las aguas normales.
Concentraciones excesivas de algunos elementos como el boro, cobre, hierro y cinc, pueden presentar problemas de
toxicidad para las plantas. Por ejemplo, concentraciones de boro superiores a 1 mg/l pueden ser perjudiciales para el
riego de cítricos, melocotonero, ciruelo, vid, cebolla y fresa (Pescod, 1992).
Otros elementos traza como el cadmio, cobre, molibdeno, níquel y cinc pueden ser tóxicos para las personas y animales
(Page et al., 1981).
En EEUU hay establecidas unas recomendaciones de contenidos máximos de elementos traza en las aguas de riego que
varían según se considere un riego permanente para cualquier tipo de suelo, o bien para un período máximo de
aplicación de riego de 20 años a suelos de textura fina (francos y arcillosos) y con un pH entre 6-8,5 (Bouwer y Idelovitch,
1987).
La Unión Europea ha regulado los aportes máximos de metales cuando se añaden lodos de depuradora a los suelos.
Estos valores se pueden emplear como orientativos del peligro de contaminación de los suelos agrícolas por metales
debido al riego con aguas residuales. En general, los aportes de metales con el agua de riego no suelen ser
preocupantes, excepto en los casos en que estas aguas recojan los efluentes de industrias con altos contenidos de estos
metales. Más información sobre este aspecto se puede encontrar en Ramos (1996).

Nutrientes
Las aguas residuales contienen cantidades apreciables de nitrógeno que pueden suponer, por tanto, un beneficio para el
agricultor. Sin embargo, hay que tener en cuenta este aporte de nitrógeno en el plan de abonado del cultivo para evitar
el exceso de nitrógeno en el suelo, ya que este exceso puede disminuir la producción y/o la calidad en cultivos como el
algodón, el tomate para conserva, la remolacha, la patata, el melocotonero, el albaricoquero, el manzano y la vid
(Bouwer y Idelovitch, 1987).
Considerando que las aguas residuales pueden tener un contenido de nitrógeno de 20-40 mg/l, podemos estimar que un
cultivo al que se aplica en el riego un total de 5000 m3/ha, recibe por tanto una dosis de nitrógeno de 100-200 kg/ha.
Estas cantidades pueden cubrir en muchos casos las necesidades de nitrógeno del cultivo.
Un problema adicional del aporte de nitrógeno por el agua residual es que la demanda de nitrógeno y de agua puede no
coincidir en el tiempo: en la mayoría de los cultivos la demanda de nitrógeno es baja durante la fase inicial del cultivo,
aumenta durante la fase de crecimiento y vuelve a ser baja en la fase final del cultivo, mientras que la demanda de agua
aún puede ser alta en la fase en que la planta ha completado su desarrollo. El exceso de nitrógeno, además de ser
perjudicial para las plantas, aumenta la lixiviación de nitrato y la contaminación de las aguas subterráneas.
El aporte de fósforo por las aguas residuales es bastante inferior al de nitrógeno (aproximadamente una cuarta parte)
pero conviene tenerlo en cuenta y disminuir el aporte de fósforo en el abonado.
En el caso de los cultivos hidropónicos el contenido de nutrientes y sus formas químicas necesitan conocerse en cada
caso para poder llegar a las concentraciones deseadas en la solución nutritiva. A este respecto conviene saber que el
nitrógeno de las aguas residuales está principalmente en forma orgánica y de amonio.

Compuestos orgánicos
Los compuestos orgánicos presentes en las aguas residuales urbanas suelen degradarse en el suelo. Además de los
compuestos orgánicos fácilmente biodegradables que se añaden al agua en su uso doméstico, también existen muchos
productos orgánicos de origen sintético, de los cuales unos se descomponen en el suelo bajo condiciones aeróbicas,
otros en condiciones anaeróbicas y otros no se descomponen. La conclusión es que, sólo cuando las aguas residuales
contienen compuestos orgánicos de origen industrial de difícil degradación como, por ejemplo, los hidrocarburos
halogenados, se pueden presentar problemas de contaminación de las aguas subterráneas al regar con estas aguas,
sobre todo si los suelos son arenosos, ya que el poder de retención de los compuestos orgánicos por estos suelos es bajo
(Bouwer y Idelovitch, 1987).
En relación a algunos compuestos orgánicos de muy lenta degradación, como los hidrocarburos policíclicos aromáticos
(benzopireno, fluoreno y antraceno), no hay mucha información sobre su transporte hacia los acuíferos y sus efectos
sobre el suelo y las plantas, pero parece razonable exigir para el riego sin restricción un contenido máximo en estos
compuestos similar al requerido para el agua potable (Bouwer y Idelovitch, 1987). (en España este valor es 0,2 mg/m3 ;
ver BOE 20 Sept. 1990, p. 27495).
No se dispone de información sobre el efecto de estos compuestos orgánicos cuando las aguas residuales se emplean en
los cultivos hidropónicos.

Detergentes
La presencia de detergentes en las aguas residuales produce la aparición de espuma, sobre todo en las arquetas de
riego, cuando las concentraciones de detergente son superiores a 0,5 mg/l. Esta espuma provoca un rechazo del
agricultor al empleo de estas aguas para el riego. Es probable que los detergentes biodegradables no supongan ningún
problema para los suelos ni los cultivos, pero hay poca información sobre este punto. Como en el caso de los
compuestos orgánicos, este autor no dispone de información sobre el efecto de estos compuestos orgánicos cuando las
aguas residuales depuradas se emplean en los cultivos hidropónicos.

Otros efectos derivados del riego con aguas residuales


Uno de los principales problemas del empleo de aguas residuales en riego localizado (goteo o microaspersión) es la
obturación de los emisores por los sólidos en suspensión de estas aguas. En general, la cloración y un buen filtrado
resuelven estos problemas (Ravina et al., 1995; Hills y Tajrishy, 1995). Ravina et al. (1992 y 1995) encontraron que se
pudo mantener una operación adecuada de la mayoría de los emisores ensayados mediante una cloración diaria
durante una hora, o cada 3 días, con 1 mg/l de cloro residual, combinado con un filtrado con filtros de 80 mesh
(diámetro de los poros de 120 micras). Tajrishy et al.(1994) encontraron que en goteros de 4 l/hr, un buen filtrado
combinado con una cloración de 2 mg/l de cloro residual en la última hora de cada ciclo de riego, o bien con cloración
continua a una concentración de 0,4 mg/l de cloro residual, impidió la formación de obturaciones de origen biológico.
Una buena revisión del problema de la obturación de goteros en relación a la calidad del agua es la de Nakayama y
Bucks (1991).
En un estudio sobre el filtrado de aguas residuales para riego, Adin y Elimelech (1989) encontraron que en efluentes de
embalses de depuración, el tamaño de partículas en suspensión era, en general, inferior a 10 micras, mientras que en
efluentes de una depuradora de fangos activados la mayor parte de las partículas en suspensión tenía diámetros
superiores a las 10 micras. Los filtros de arena (de 0,7 a 1,2 mm de diámetro de partículas) filtraron la mayor parte de los
sólidos en suspensión en los dos tipos de efluentes, mientras que su eficiencia fue muy baja en relación al filtrado de la
partículas de diámetro inferior a las 1-2 micras. Los filtros de malla se obturaron muy pronto.
Hay que tener en cuenta que, en general, las aguas residuales tienen más sólidos en suspensión que las aguas normales
y, por tanto, la frecuencia de limpieza de filtros y de laterales tiene que ser mayor.
Aunque parte de los sólidos en suspensión se pueden eliminar mediante el uso de embalses de sedimentación, que
además sirven de embalses de regulación, su empleo puede introducir otros problemas como el crecimiento de algas
(que en estas aguas es mucho mayor por su contenido en nutrientes).
La precipitación de carbonato cálcico y magnésico es uno de los problemas más frecuentes en la obturación de goteros
por causas químicas, aunque también puede presentar problemas la precipitación de los óxidos de hierro y manganeso y
los sulfuro de hierro y manganeso (Pitts, 1996?). La tendencia de un agua a precipitar carbonato calcico se puede
estimar mediante el cálculo del índice de Langelier que es igual al pH real del agua menos el pH que tendría esa misma
agua saturada de carbonato cálcico. Cuanto mayor (más positivo) sea este índice mayor es la tendencia a la precipitación
de carbonato cálcico. Un procedimiento sencillo de cálculo de este índice se describe en la pag 103 de Ayers y Westcot
(1985). En general, los problemas de precipitación se solucionan bajando el pH del agua a valores próximos a 7.0
mediante el empleo de ácido clorhídrico o sulfúrico (aunque a veces se emplea también el ácido fosfórico que sirve
como aporte de fósforo).

Problemas derivados de la cloración de las aguas residuales


Aunque la cloración de las aguas residuales es un tratamiento recomendado para su desinfección, en los últimos años se
están estudiando otras alternativas debido a que en la cloración se forman algunos productos como los trihalometanos
que se supone son cancerígenos, así como otros compuestos organoclorados tóxicos. Entre estas alternativas se
encuentran la desinfección por rayos ultravioleta, el tratamiento con ozono, el dióxido de cloro y la solarización
(desinfección por la luz solar) (Blatchley III y Xie, 1994).
Otro aspecto a considerar es el efecto que el cloro residual de las aguas residuales cloradas puede tener sobre los
cultivos. La evidencia disponible indica que las concentraciones de cloro residual recomendadas para la cloración (0,5-
1,0 mg/l) no suponen un peligro para los cultivos, teniendo además en cuenta que desde el circuito de cloración hasta el
punto de utilización de estas aguas para riego la concentración de cloro residual puede disminuir considerablemente.
En las instalaciones de riego localizado es frecuente la adición, al final de cada riego, de Cl2 o de una solución de
hipoclorito sódico (que libera Cl2) para evitar problemas de obstrucción de emisores por la formación de películas de
tipo biológico. No hay evidencia de que esta adición de cloro produzca efectos negativos sobre las plantas. Por otra
parte, cuando se emplean aguas residuales en riego por aspersión no se han observado problemas si la concentración de
Cl2 residual es inferior a 1 mg/l; sólo se han observado daños cuando la concentración es superior a 5 mg/l
(comunicación personal de Henry J. Vaux).
Hay pocos estudios sobre el efecto del cloro en el agua de riego sobre las plantas. En uno de estos estudios (Frink y
Bugbee, 1987), varias especies de plantas, la mayoría ornamentales, se regaron con aguas de diferente contenido de
cloro (de 0 a 77 mg/l), de manera que el agua aplicada mojaba las hojas. Las conclusiones del estudio fueron que
después de 6-12 semanas de riego con estas aguas, el crecimiento de la mayoría de las especies no se vió afectado por
concentraciones de cloro inferiores a 8 mg/l.
En otro estudio en el que se empleó agua de riego con cloro para eliminar hongos y bacterias fitopatógenas en
plantones de cítricos (Grech y Rijkenberg, 1992) no se observó ningún efecto fitotóxico en el campo después de 12
meses de tratamiento con agua de riego conteniendo 40-50 mg/l de cloro residual libre; sólo se observó una ligera
defoliación en un ensayo en macetas con plantones sobre patrón Troyer a un nivel de cloro de 500 mg/l.

Etapas de tratamiento de aguas residuales

Tratamiento primario de las aguas


Entre las operaciones que se utilizan en los tratamientos primarios de aguas servidas están: la filtración, la
sedimentación, la flotación, la separación de aceites y la neutralización.

El tratamiento primario de las aguas servidas es un proceso mecánico que utiliza cribas para separar los desechos de
mayor tamaño como palos, piedras y trapos. Las aguas del alacantarillado llegan a la cámara de dispersión en donde se
encuentran las cribas, de donde pasan las aguas al tanque de sedimentación, de donde los sedimentos pasan a un
tanque digestor y luego al lecho secador, para luego ser utilizados como fertilizante en las tierras de cultivo o a un
relleno sanitario o son arrojados al mar. Del tanque de sedimentación el agua es conducida a un tanque de desinfección
con cloro (para matarle las bacterias) y una vez que cumpla con los límites de depuración sea arrojada a un lago, un río o
al mar.
Tratamiento Secundario
Entre las operaciones que se utilizan en el tratamiento secundario de las aguas contaminadas están:
- Proceso de lodos activados
- Aireación u oxidación total
- Filtración por goteo
- Tratamiento anaeróbico.

El tratamiento secundario de aguas servidas es un proceso biológico que utiliza bacterias aerobias como un primer paso
para remover hasta cerca del 90 % de los desechos biodegradables que requieren oxígeno. Después de la
sedimentación, el agua pasa a un tanque de aireación en donde se lleva a cabo el proceso de degradación de la materia
orgánica y posteriormente pasa a un segundo tanque de sedimentación, de ahí al tanque de desinfección por cloro y
después se descarga para su reutilización.

El tratamiento secundario más común es el de los lodos activados. Las aguas residuales que provienen del tratamiento
primario pasan a un tanque de aireación en donde se hace burbujear aire o en algunos casos oxígeno, desde el fondo del
tanque para favorecer el rápido crecimiento de las bacterias y otros microorganismos. Las bacterias utilizan el oxígeno
para descomponer los desechos orgánicos de estas aguas. Los sólidos en suspensión y las bacterias forman una especie
de lodo conocido como lodo activado, el cual se deja sedimentar y luego es llevado a un tanque digestor aeróbico para
que sea degradado.

Finalmente el lodo activado es utilizado como fertilizante en los campos de cultivo, incinerado o llevado a un relleno
sanitario.

Otras plantas de tratamiento de aguas utilizan un dispositivo llamado filtro percolador en lugar del proceso de lodos
activados.

En este método, las aguas a tratar a las que les han sido eliminados los sólidos grandes, son rociadas sobre un lecho de
piedras de aproximadamente 1.80 metros de profundidad. A medida que el agua se filtra entre las piedras entra en
contacto con las bacterias que descomponen a los contaminantes orgánicos. A su vez, las bacterias son consumidas por
otros organismos presentes en el filtro.

Del tanque de aireación o del filtro percolador se hace pasar el agua a otro tanque para que sedimenten los lodos
activados. El lodo sedimentado en este tanque se pasa de nuevo al tanque de aireación mezclándolo con las aguas
negras que se están recibiendo o se separa, se trata y luego se tira o se entierra.

Una planta de tratamiento de aguas produce grandes cantidades de lodos que se necesitan eliminar como desechos
sólidos. El proceso de eliminación de sólidos de las aguas tratadas no consiste en quitarlos y desecharlos, sino que se
requiere tratarlos antes de su eliminación.

Como los tratamientos primario y secundario de aguas no eliminan a los nitratos ni a los fosfatos, éstos contribuyen a
acelerar el proceso de eutroficación de los lagos, de las corrientes fluviales de movimiento lento y de las aguas costeras.

Los productos químicos persistentes como los plaguicidas, ni los radioisótopos de vida media alta, son eliminados por
estos dos tratamientos.

Entre el tratamiento primario y secundario de las aguas eliminan cerca del 90 % de los sólidos en suspensión y cerca del
90 % de la materia orgánica (90 % de la demanda bioquímica de oxígeno).

Tratamiento terciario
Entre las operaciones que se utilizan en el tratamiento terciario de aguas contaminadas están:
- Microfiltración
- Adsorción por carbón activado
- Intercambio iónico
- Osmosis inversa
- Electrodiálisis
- Remoción de nutrientes
- Cloración
- Ozonización.

A cualquier tratamiento de las aguas que se realiza después de la etapa secundaria se le llama tratamiento terciario y en
éste, se busca eliminar los contaminantes orgánicos, los nutrientes como los iones fosfato y nitrato o cualquier exceso
de sales minerales. En el tratamiento terciario de aguas servidas de desecho se pretende que sea lo más pura posible
antes de ser descargadas al medio ambiente. Dentro del tratamiento de las aguas de desecho para la eliminarles los
nutrientes están la precipitación, la sedimentación y la filtración.

Proceso de cloración
El método de cloración es el más utilizado, pero como el cloro reacciona con la materia orgánica en las aguas de desecho
y en el agua superficial produce pequeñas cantidades de hidrocarburos cancerígenos. Otros desinfectantes como el
ozono, el peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) y luz ultravioleta empiezan a ser empleados en algunos lugares, pero
son más costosos que el de cloración.

El proceso más utilizado para la desinfección del agua es la cloración porque se puede aplicar a grandes cantidades de
agua y es relativamente barato. El cloro proporciona al agua sabor desagradable en concentraciones mayores de 0.2
ppm aunque elimina otros sabores y olores desagradables que le proporcionan diferentes materiales que se encuentran
en el agua.
Aunque el cloro elemental o en forma atómica se puede usar para la desinfección del agua, son más utilizados algunos
de los compuestos de cloro como el ácido hipocloroso, el hipoclorito de sodio, el hipoclorito de calcio y el peróxido de
cloro.

Algunas de las reacciones químicas que ocurren entre compuestos de cloro y el agua se representan en las ecuaciones
químicas siguientes:
Hidrólisis del cloro: Cl2 + 2 H2O -----> HCl + H3O1+ + Cl1-
Disociación del ácido hipocloroso: HClO + H2O ----> H3O1+ + ClO1-
Acidificación del hipoclorito de sodio: NaClO + H1+ ----> Na1+ + HClO
El cloro puede formar con el amoníaco las cloraminas que también tienen acción desinfectante. El peróxido de cloro
también es capaz de oxidar a los fenoles.
El cloro tiene una acción tóxica sobre los microorganismos y actúa como oxidante sobre la materia orgánica no
degradada y sobre algunos minerales. El cloro no esteriliza porque aunque destruye microorganismos patógenos no lo
hace con los saprofitos.

Desde el punto de vista ambiental, la reutilización de aguas residuales ofrece varios aspectos positivos como:

Utilización más racional del recurso hídrico.

Proporciona un mayor grado de depuración del agua finalmente excedente incorporada a los medios acuáticos.

Permite la reducción de uso de abonos.

El riego, en zonas de escasos recursos hídricos, favorece la recuperación de tierras desérticas.


Aspectos Sanitarios

La depuración de las aguas residuales urbanas, mediante adecuados tratamientos, permite reducir la presencia de
agentes microbiológicos patógenos y de sustancias químicas nocivas. Ahora bien esta reducción, que no eliminación,
ocasiona una situación de riesgo en caso de nueva utilización del agua, tanto para la población en general, como para los
trabajadores expuestos en particular.

En general los riesgos sanitarios que la reutilización de aguas residuales puede ocasionar, requiere la aplicación de
medidas para proteger la salud que pueden agruparse en cuatro categorias principales:

Procesos de tratamiento de depuración de las aguas residuales.

Restricción del cultivo o zona a regar.

Método de aplicación del agua residual depurada.

Grado de la exposición humana.

Por ello, la reutilización de agua residual urbana depurada, conlleva el establecimiento de unos criterios mínimos de
calidad que desde el punto de vista sanitario, permita su utilización y aplicación sin riesgo para la salud pública.

A nivel estatal no hay normativa que regule las condiciones básicas de la reutilización, ni las caracteristicas físico-
químicas y microbiológicas exigibles al agua residual depurada para su aprovechamiento en los diversos usos posibles.

En este sentido, un importante complemento reglamentario sobre la reutilización, se desarrollará a través de la


planificación hidrológica, y esta se realizará mediante los Planes Hidrológicos de Cuenca y el Plan Hidrológico Nacional.

Criterios sanitarios para la reutilización de aguas residuales depuradas en el riego agrícola y zonas verdes

Tanto en cuanto no se establezcan estas condiciones básicas, y dada la importancia que el tema alcanza en Andalucía, la
Consejería de Salud estableció en el año 1994 unos criterios sanitarios mínimos que permitan evitar los riesgos
potenciales que pudieran derivarse de la reutilización de aguas residuales urbanas depuradas en el riego agrícola y de
zonas verdes. Estos criterios se fundamentan principalmente en las Directrices dadas por la Organización Mundial de la
Salud para el uso sin riesgos de aguas residuales depuradas en la agricultura.

Criterios Genéricos

Las aguas residuales urbanas depuradas destinadas al riego agrícola y de zonas verdes, deben cumplir unos requisitos de calidad
microbiológica y fisico-química que se especifican en los anexos I y II, establecidos en función de los usos previstos.
Cuando el uso del agua residual se destine al riego de campos deportivos, zonas verdes, viveros y cultivos no destinados al consumo
humano o animal, se excepciona la obligatoriedad de cumplir los requisitos de calidad exigidos para metales pesados y recogidos en
el anexo II.
Si el método de riego que se utiliza es la aspersión, hay que tener en cuenta las siguientes consideraciones a fin de minimizar el
grado de exposición humana:
 Los aerosoles no podrán alcanzar de forma permanente a los trabajadores, ni a vías públicas de comunicación y áreas habitadas.
 Se guardará una distancia de seguridad mínima de 150m a las áreas habitadas.
 Deben interponerse obstáculos o pantallas que limiten la propagación de los aerosoles a la vía pública.
 En el riego de campos deportivos y zonas verdes urbanas, deben instalarse aspersores de corto alcance o baja presión.
 Este método de riego no se utilizará en cultivos bajo cubierta.
A fin de evitar situaciones de riesgo o accidentes, por norma general, en todas las zonas donde se utilicen para el riego aguas
residuales urbanas depuradas, deben instalarse carteles o indicaciones que lo señalice con claridad.

Anexo I

Método de
riego que
Tipo de cultivo o zona a puede Otras condiciones que
Calidad del agua (1) regar utilizarse deben cumplirse

Nº Nematodos Riego de campos deportivos y Cualquiera El riego no debe


intestinales (*): <1/l zonas verdes de acceso realizarse en horas de
Nº Coliformes público afluencia del público
fecales: <200/100 ml

Nº Nematodos Riego de cultivos de consumo Cualquiera


intestinales (*): <1/l en crudo
Nº Coliformes
fecales: <1000/100
ml

Nº Nematodos Riego de cultivos industriales, Cualquiera El riego de árboles


intestinales (*): <1/l madereros, forrajeros, excepto: frutales con este tipo de
cereales y semillas Aspersión e agua debe suprimirse al
oleaginosas, viveros, cultivos inundación menos dos semanas
destinados a industrias para el riego antes de la recolección y
conserveras, productos de hortalizas la fruta no debe ser
vegetales que se consuman Aspersión recogida del suelo
cocinados y árboles frutales para el riego El riego de pastos para
de árboles consumo en verde debe
frutales cesar al menos dos
semanas antes de que se
permita apacentar al
ganado

No se establecen Riego de cultivos industriales, Localizado


límites pero se exige madereros, forrajeros,
un tratamiento de, al cereales, semillas oleaginosas
menos, y zonas verdes no accesibles
sedimentación al público
primaria

Requisitos que deben cumplir las aguas residuales urbanas depuradas para el riego agrícola y
de zonas verdes

(*) Ascaris, Trichuris y Ancylostoma


(1) Se considerará que la calidad del agua es conforme con las condiciones requeridas si las muestras recogidas en un mismo
punto, durante un año, cumplen que:
 El 95% de las muestras no exceden del valor límite establecido para nematodos intestinales.
 El 90% de las muestras no exceden del valor límite establecido para coliformes fecales.
Los métodos de análisis y las frecuencias mínimas de muestreo y medición serán los siguientes:
Método de análisis Frecuencia

Nematodos Método de Teichman (sedimentación, Semanal


intestinales centrifugación y conteo al microscopio).

Coliformes Recuento del NMP o filtración y cultivo con Semanal


fecales identificación de colonias.

Anexo II

mg/ml Método de análisis Frecuencia

Cadmio 0.05 Absorción atómica Semestral

Cromo 0.1 Absorción atómica o espectrofotometría de absorción Semestral

Cobre 5.0 Absorción atómica o espectrofotometría de absorción Semestral

Mercurio 0.1 Absorción atómica Semestral

Níquel 2.0 Absorción atómica Semestral

Plomo 0.5 Absorción atómica Semestral

Zinc 10.0 Absorción atómica o espectrofotometría de absorción Semestral

Concentraciones máximas de metales en las aguas residuales urbanas depuradas destinadas al


riego agrícola.

Se considerará que la calidad de las aguas es conforme con las condiciones requeridas si los análisis de las muestras en un mismo
punto, durante un año, cumplen que:
 El 95% de las muestras no exceden del valor límite de los parámetros.
 El 5% de muestras que exceden del valor límite de los parámetros no sobrepasa en más del 50% dicho límite.

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