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Delatos antobiogeerficos y ofas Lamas del_y. Comer Elisa Atosta 4 Cavoliva Alzo Coompiladowos Ble’. Ediciones Uniandes y Srole é) Hombre, VOI (x7 6 AUTOBIOGRAFIA Y GENEROS AUTOBIOGRAFICOS. SOLEDAD ACOSTA DE SAMPER, ENTRE EL RELATO ' DE VIAJES Y LA NOVELA Carolina Alzace Universidad de ls Andes Elyode los letrados colombianos de la segunda mitad del siglo XIX se configuré en el contacto con el espacio americano y con Europa, espacios recorridos en los libros o por rfos y montafias pero siem- pre imaginados: pre-vistos en las lecturas compartidas de libros y periédicos. La lectura de los relatos de viaje de la época aparece, pues, como una forma de Tos relatos del yo que requiere ser estu- dada en tanto eal El yo de Soledad Acosta de Samper (1833-1913), como lo sefialé Montserrat Ord6tier (véase "De Andina.."), es un yo es- quivoa sus lectores. Acosta no publicé una autobiografta,gestore- Iativamente comtin en los letrados de la época, ni escribié novelas relatadas desde voces tnicas y homogéneas que permitan recons- truir con alguna certeza un yo autorial, rasgo también comin de Ja narrativa de su momento. En el afio 2004 publicamos su Diario fitimo de juventud (1853-1855), diario que no escribié con pro- pP6sitos de publicacién y habitado también por miiltiples voces, en BI ff eto metic ys rmsd > bs especial las de autores romiénticos y la del amado, que hacen dift «il precisar una fuente “original” de la subjetividad a la manera de ‘una autobiografia entendida en sentido tradicional (véase Aleate; ‘también Zanetti), Este diatio, con todo, fue el lugar en el cual Ia autora comenzé a concebirse como escritora y a defini unos rasgos teméticosy de estilo. El diatio fue escrito de 1853 a 1855, entre sus 2022 aos de edad. En 1864 comenz6 a publicar relatos cortos en periédicos colombianos y novelas por entregas, parte de los cuales tecogis en su primer libro, Novelasy cuadros dela vila suramerica- na, de 1869, Pero ésta no fue su primera salida al espacio paiblica de laescritura. Sus primeras publicaciones, justamente, son las que ‘me ocupan en este articulo: los textos que envié a la Biblioteca de Sefiortas! en su correspondencia desde Europa durante el afio de 1859. El oto texto que presentaré (més adelante se vera por qué) su novela Una holandesa en América, novela autobiogratica y de Viaje que la autora publica por encregas en el periédico La Ley de Bogoté en 1876 y como libro en 1888 en Curazao. 1. La “revista parisiense” La Biblioteca de Sefortas es una importante publicacién semanal neogranadina que circulé entre enero de 1858 y julio de 1859, dic iocho meses durante los cuales publicé 67 niimeros. Su regular «lad y longevidad, miradas en contexto, hablan de la consistencia dle su empresa? Aunque su nombre lo sugiera, no se trata de una revista dicigida slo a las mujeres; tiene que ver més bien con algo ‘ue se precisa en su primer niimero: “Deseosos de cooperar en al- 20 al adelanto de nuestra literatura propia, hemos venila en fun- dar este periédico, bajo el patrocinio de ls seforites”. ¥ continvia: ' Enesta época la autora fe también coresponsal de El Conerciode Lima, pe- Fiéticaen el cual aparecieroa texts auyos con el seudénino de Beclda * En 1859 el periidico conta con agentes en 8 poblaciones colombia (de ‘das ls regions) y discisite de Fcusdor y Venesvel, Sus tedactotes eran Eustoquo Santamaria, Eugenio Dias y Nicolés Seana, ‘sion eres aabinpate je {.-J laliterstra, ms que un pastemypo de desocupados es ua clencia hermosa y dl, euyo cultvo exige més conoet- tientosy més consagracin que lsesfuerzos alas de nues- tro teas de ofc. Empero, para esto se necesita un eampo conocido y seguro donde sembrarlos gran del slenc, espe cle de urna de ora que reco y guard nestasprimeras obras como un deptsito sagrado, Esa ura es la Biblioteca de Sei ‘as, que nosotros no hemos vaclado en poner en mans de {as jovenes neogranadinas, como en las manos mismas de ls diosa protectoras del genio.? Enesta publicacion aparece la “Revista parisiense"* de Soledad ‘Acosta de Samper. La autora habfa vigjado a Europa en 1858 con Su esposo, su madre y dos hijas pequefias. All se radicaron has- tal aio de 1863 —principalmente en Parfs—, No eta la primera estancia de la autora en esa ciudad: all vivié entre los 12 y los 17 afios con sue padres, el précer histeniator y gedgrafo neogranadi- no Joaquin Acosta, ysu madre, Carolina Kemble, nacida en Nue- va Escocia. De estos afios de 1858 1 1863 se conserva su relato de Viaje “Recuerdos ce Suiza", publicado en el periédico E Mosaico ‘entre octubre de 1859 y mayo de 1860. Este relato es un parénte- sis de la “Revista parisiense”: ha llegado el verano y la autora deja Pats para viajar a Suiza con su esposo. Se trata de un texto que se concentra especialmente en la topografia yen algunas referencias a la historia de Suiza, yla manera como esté construido—descrip- ciones que evitan toda evidencia de una subjtividad—no hace su lectura particularmente fructifera en términos dela reconstruccién de un yo. Otra cosa ocurte con "Revista parisiense", y por esta ra- Algunos meres después ls editorials conientan a hablar de “nuestra lecto- 'as" los anuneios que promueven Ia suseripién stain que la pbitenlan vo dirigida alas mjetes: "Este periico ext destined al recteoypassiemps el an benévolo y culto ello sexo graeina” (Nim. 48,92). (Ndela A) Revista en el sentido de "examen hecho con cuidado y diligencs" “examen «que ze hace y publica de produccionesItersriag,representacioneetatrler Fanciones, et" (DRAB), 1B A tnrawobiogticn youn ome dlyo 40 26n, y por haber sido la primera aparicién piiblica de la autora, he decido detenerme en ella En el nimero 38 de la Biblioteca, de eneto de 1859, primer ni mero del afio clos, los redactores sefialan que fa publicacién ha. bia dejado de circular durance tres meses y se crefa desaparecica:é ‘arias difcultades nos obligaron a suspender nuestro petiico {J Estas dficultades han sido en pare allanadas: tenemos ya buen papel; hemos logrado comprometer dos de euestrospri- ‘merosescricores? como constantes colaborndores diteetnmente interesados en la prosperidad de la empresa, iconseguido fun- ddar una cortespondencia original de Pars, dela cual publica ‘mos hoi la primera carta. Acerca de esta correspondencia nos scribe de aquella capital nuestro amigo sefior ***, que tan- to interés ha tomado por obtener de la bondadosae ilustrada ‘Andina [seudénimo de Soledad Acosta) la condescendencin de honramos con sus carts, lo siguiente: “Ella (Andina) des- Confia mui justamente de sue fuersos i teme ss satistacer las Soledad Acosta civ sus Recuerdos de Sun durante l verano de 188, alucendo que, dedo que Part sha quedado acoyerdlenie oe ‘mucloguc car envi este elton eqperantolnrsac recs alec. Le autor pica ese textos uta porenegeren eee ‘ico El Maaco a pat de octabe de 1859. La BBs de Setoter ee tein ex jullod es ao yen ocr reaparciaundaa ti Niecea ‘lio lke fda en dcenbe de 188by cleus lenges hence dela Coloubia dela pocsInagino qe los rdactore dele Blan eee snrone eto aEIMosaio on el romenc te fin Soaled ene ‘luglio eutn dnp min Sac 8 lac. Ente actu de 1859 y agri de 1860, lulose okt, €ElMeni.Aleel td id a Bae Setotan sen a mime redactado ot Vergata y Vega, pases lnenae Ne ee Neo gnaina La "Revi palnse parecer ao una veree Mon vida yo a publecin de “Recuetosde Sty fnmada 1s en ttre, ues mets despas dla ukina pleads en Bbhooes toaeoea 15d lo, ates de dar arts porel etna). Denanocemi encase Inscunes ln Reva se dejsde lene “La BIBLIOTECA no ha nner, pues tab slmente concentra sus fuera pata toma el wel: hoy apaec else ym le Seeeie nie fevers que munca" (Nem. 38 7 Sereferen robablemente Eugenio Daz Jord Caicedo Rous. (N.de la A) ‘Aciaraey ers anaioptcn ie cesperanas de U. i de sus suscrtores. Sin embargo ha conve- ‘ido en trabajar {enviar cada 15 dias una revista, i hoi va la primera a disposicién de usted (Nim. 38, 1) Lacolaboracién que ha logrado de Andina es algo de lo que se ‘enorgullece el periédico, Esta colaboracién, como se observa tam bign en lacita, aparece introducida por una vor mascilina que ob- Hene el trabajo y lo envia al periédico con una nota. En un gesto similar al que caractetiza el prologo a la primera publicacién en Il bro de novelas de la autora ("Dos palabras al lector", en Novelas y ‘cuadros de la wida suramericana), aqui su marido, José Maria Samper (1828-1888), es el aparente motor de la escritura y de la publica

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