Il.
TELEQUINESIS Y APORTES
Entiéndese por telequinesis el movimiento de
objetos sin contacto, es decir, sin ninguna media-
eién mecfnica conocida. Los objetos son movidos
por el espacio y transportados de un sitio a otro.
Un fenémeno telequinésico sencillo es el movimiento
del velador, aunque aqui intervienen muchas veces
movimientos musculares inconscientes de los indi-
viduos que toman parte en la sesién (con esto no
‘quiero decir que semejantes movimientos muscu-
lares inconscientes no puedan tener a veces un fondo
oculto). Los movimientos del velador o de la mesa
suelen carecer de importancia, pero a veces pueden
dar lugar a levitacién. Un verdadero fenémeno
telequinésico se produce cuando la mesa se levanta
libremente a 20 o 30 centimetros sobre el suelo y mas.
A veces la mesa se mueve primero, y solo al
final de Ja sesién tiene lugar la levitacién. Por lo
tanto resulta dificil determinar cuando acaban los
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movimientos musculares inconscientes y cuando em-
pieza la telequinesis. A los dominios de la tele-
quinesis pertenece todo movimiento de un objeto
producido por via «oculta», como suspensién de un
mueble en el aire, el hacer tocar una campanilla, etc.
asi como el aporte de objetos de la estancia en que
se celebra la sesién o bien de otra contigua, pero
estando abiertas las puertas. :
El verdadero aporte en una habitacién cerrada
o a varios kilémetros de*distancia a través de casas
y paredes es un fendmeno diferente, aunque segura-
mente basado en un proceso semejante; aqui existe,
sobre todo, la diferencia de que, durante el aporte,
el objeto se hace invisible y no puede ser fotografiado,
cosa que no sucede con la verdadera telequinesis.
Un fenémeno muy curioso, perteneciente también
a la telequinesis, es la levitacién o suspensién del
médium en el aire, cosa que por cierto es negada
por muchos partidarios del ocultismo.
En muchos escritos antiguos encontramos narra-
ciones sobre extrafios cambios de lugar de objetos
en la proximidad de ciertas personas o animales.
Las historias sobre los milagros contienen multitud
de indicaciones sobre los procesos telequinésicos.
Se dice que en la proximidad de los «santos» se
movian toda clase de objetos, etc. Muchos de estos
informes no son otra cosa que leyendas, otros estén
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relacionados con fendmenos espiritistas, como la
rotura de espejos o el pararse un reloj en el momento
de la muerte de-una persona que se encuentra lejos.
En los procesos y narraciones sobre las brujas
se encuentran muchos fendmenos de telequinesis,
sobre todo de levitacién. Los inquisidores las colo-
eaban sobre una balanza, para ver si conservaban
su peso normal, o las arrojaban al agua para ver si
se mantenian a flote, (La supuesta bruja era enca-
denada y arrojada al mar; si se mantenia a flote
era condenada a muerte y quemada en la pira;
si no se mantenia a flote se hundia y se ahogaba,
Jo cual era una prueba de su inocencia; pero en
ambos casos la Inquisicién se incautaba de sus
bienes). Aqui encontramos tal vez el puente que
nos lleva a los informes sobre casos de levitacién
en la India, donde hay faquires y derviches que
poseen la facultad de elevarse en el aire (como se
dice de Simén el mago) y a los de los Mahatmas,
que «pueden andar sobre el agua», como nos dice la
Biblia, de Jesis de Nazaret. Dénde termina aqui
la historia y donde empieza el simbolismo es dificil
de determinar. La balanza de las brujas pertenece,
sin duda alguna, a la historia — pero ;existen o
han existido personas capaces de andar sobre el agua?
jQuién sabe! Si existe efectivamente la levitacién
ello seria posible. También en la historia occidental
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