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Las emociones como herramienta en la orientación

profesional
Dr. Carlos Hué García.
Asesor Dpto. Educación
Prf. Asociado Universidad de Zaragoza
La formación de los profesionales de la orientación en competencias
Esta actividad formativa parte de la identificación en el Proyecto Tuning (The
Tunning Educational Structures in Europe Project) en el que se establece una dif
erencia
entre dos tipos de competencias: las competencias específicas y las competencias
genéricas. Las primeras se refieren a la preparación de los profesionales en la mate
ria en
la que son especialistas y que obtienen a partir del grado, del postgrado y del
doctorado
en sus respectivas Facultades y Escuelas. Las segundas, podrían ser divididas en d
os
grupos: de gestión de la información que son las que hacen referencia a la informática
y
los idiomas, principalmente; y, las competencias emocionales personales o
socioemocionales que fueron el objeto del taller.
Las competencias emocionales personales se refieren de una parte, a las
capacidades relativas a la mejora personal como el autoconocimiento, la autoesti
ma, el
autocontrol o la motivación, la creatividad, la capacidad para el cambio o para la
toma
de decisiones; y de otra, a aquellas relativas la relación con los demás como la emp
atía,
la capacidad para establecer una adecuada comunicación, para trabajar en equipo, p
ara
resolver conflictos, para analizar las necesidades de la sociedad o los mercados
, para ser
líder en los ámbitos profesionales de la orientación.
Descripción del taller
Justificación:
La
orientación es básicamente un espacio de comunicación en el que tan
importantes como los aspectos de intelectuales de información y comprensión, es el
conjunto de emociones y sentimientos que mejoran o perjudican el proceso orienta
dor.
En este acto de comunicación inciden los sentimientos y emociones tanto de los
orientandos, como del orientador: personalidad, intereses, expectativas, estados
de
ánimo, etc. Lo importante del proceso orientador e, en cualquier caso, conseguir q
ue el
orientando a través de la ayuda profesional de orientador llegue a descubrir un pr
oyecto
personal de formación y/o de empleo que responda tanto a sus capacidades e interes
es,
como a las necesidades del mercado de trabajo.
Objetivos:
a)
Conocer el modelo de inteligencia emocional, el método de pensamiento emocional
y su aplicación en el proceso de orientación académica y laboral.
b)
Apreciar la importancia de las emociones y sentimientos en la construcción del
consejo orientador.
c)
Elaborar estrategias para desarrollar la inteligencia emocional tanto en los/as
orientadores/as como en las personas, estudiantes o personas adultas en proceso
de
orientación para la formación y/o para el empleo.
Contenidos:
a) Análisis y comprensión de las emociones y sentimientos del orientador
1.
Conocimiento de las propias emociones y sentimientos y la construcción de la
propia autoestima
2.
El control personal de las emociones y automotivación
b) Análisis y comprensión de las emociones y sentimientos del orientando
3.
Conocimiento y valoración de las emociones y sentimientos de los orientandos.
4.
Comunicación y empatía en la orientación. Liderazgo orientador.
Metodología:
En cuanto a la metodología el taller se desarrolló con una metodología de tipo
mayeútico, esto es, a través de la constante interacción entre el profesor que impartía
el
taller y los orientadores que participaban en el mismo, con el fin de que expusi
eran sus
experiencias personales y que mejorasen su capacidad para identificar, expresar
y
comunicar sus emociones y sentimientos.
La metodología utilizada se basó en la reflexión sobre la acción y sobre la
reflexión en la acción que proponía Schön1 y que fue desarrollada por Pérez Gómez2 y a
1 Schön D.A. (1983) The reflective practitioner. How professionals think in action
New York. Bassic Books Inc.
Publishers.
través de las técnicas de dinámica de grupo. La experiencia parte de la idea de que lo
s
orientadores y las orientadoras son profesionales que pretenden la mejora de su
práctica
profesional en la orientación y de que la metodología a utilizar debe partir de su p
ropia
reflexión individual y grupal.
Los materiales utilizados en cada uno de los siete bloques son casi todos ellos
inéditos y se recogen en un nuevo libro del autor de este artículo con el título
Pensamiento emocional (en prensa).
Desarrollo del taller:
El taller utilizó, como hemos dicho, una metodología basada en la participación
y la reflexión. En este sentido se estableció un continuo diálogo entre el profesor qu
e lo
impartía y los orientadores participantes, de una parte, y también, se formaron grup
os de
dos, tres, o cinco personas para reflexionar y debatir en grupo sobre aspectos p
ersonales
y relacionales entre ellos.
El taller se plateó con una introducción y siete módulos del método de
pensamiento emocional diseñado por parte de este profesor. En la introducción se hiz
o
una reflexión sobre la orientación concebida en el marco general de la tutoría. La
orientación persigue que el orientando consiga alcanzar el máximo desarrollo persona
l
con la ayuda del orientador. Pero esta ayuda debe ser entendida dentro de una
orientación no directiva siguiendo los planteamientos de K. Rogers. En este sentid
o
podríamos utilizar la metáfora del cultivo de una planta que requiere de un tutor co
mo
pueda ser el poto . La tendencia que muchas veces tenemos los orientadores en
relación con los orientandos es parecida a la que tenemos con las plantas de inter
ior que
tenemos en nuestras casas: una acción no adecuada por exceso o por defecto. Así, al
igual que para que crezca una planta no debemos estirar de ella, ni regarla, ni
abonarla
en exceso, tampoco tendremos que estirar, asfixiar o abrumar con información a las
personas que orientemos. Del mismo modo, también al igual que con una planta
tendremos que estar pendientes de sus necesidades, en el caso de la planta de ag
ua y
abono, y en el caso del orientando de información y de apoyo. Pero, quizá en esta
imagen lo más difícil sea permitir que el orientando construya su proyecto orientado
r
por sí mismo con la única intervención por nuestra parte de proporcionarle una
orientación, al igual que el tutor en una planta como pueda ser el poto se limita a
estar
vertical y seguro para que sea la planta la que a su ritmo, según sus necesidades
y
régimen de crecimiento, se enrosque a su alrededor.
Por otra parte, la orientación puede ser entendida también con la imagen del
espejo. Por una parte, el orientador debe descubrirse así mismo, como si se mirara a
l
espejo, y analizar sus propias características, sus filias y fobias entre la salid
as
profesionales o las actividades formativas que se proponen, para que siendo cons
cientes
de ellas, ofrecer una orientación lo más objetiva posible a la persona en proceso de
orientación; y, de otra, el orientador debe ofrecer actividades e informaciones en
las que
el propio orientando se descubra a sí mismo, al igual que lo haría en un espejo.
En el primer módulo se trató del desarrollo del autoconocimiento, del
conocimiento de sí mismo por parte del orientador. Se reconoce, en general, una fa
lta de
conocimiento suficiente de los aspectos de la propia personalidad que interfiere
n en la
práctica profesional. En este sentido, se cumplimentó un cuestionario referido a la
2 Pérez Gómez, Angel I. (1992), En Gimeno Sacristán y Pérez Gómez, A.I. (Eds.) Comprender
y transformar la
enseñanza Madrid: Morata.
personalidad y el carácter del propio orientador y se debatió en grupos sobre las
cualidades y los defectos que los orientadores mostramos a la hora de llevar a c
abo la
orientación.
El segundo módulo tenía que ver con la autoestima del orientador. Todos
podemos mejorar nuestro nivel de autoestima que mejoraría a su vez nuestra
competencia dado que existe relación entre la autoestima del orientador y el éxito d
e la
orientación. En ese sentido, se estableció en el taller una dinámica en la que se pidió
que
cada orientador expresase en voz alta cualidades personales o profesionales que
destacaría frente a los demás. En esta dinámica se trabajan actitudes positivas de los
orientadores pero siempre dentro del respeto a los demás, desde la consideración que
la
autoafirmación de una cualidad no lo sea a costa del desprecio o infravaloración de
los
otros. El objetivo de todos estos ejercicios es ayudar a los orientadores a que
reconociendo sus dificultades y hasta sus defectos, adopten una actitud optimist
a y
positiva sobre las muchas cualidades personales y docentes que poseen y que son
muchas veces ocultados dentro de una falsa modestia socialmente desarrollada.
Finalmente, para concluir este módulo se pasó un espejo en el que podrían reconocer
con facilidad a una persona maravillosa, que lógicamente era cada uno de los
participantes en el taller.
El autocontrol es el contenido abordado dentro del módulo tercero. En un primer
momento se analizaron las bases psicofisiológicas del control y del descontrol
emocional. Posteriormente, se pasó a considerar métodos, técnicas y estrategias que
faciliten el control emocional señalando como los más importantes aquellos derivados
de la dilación de las respuestas, la relajación, la aceptación de los aspectos negativ
os de
la vida, y la construcción de una personalidad fuerte y positiva. Para terminar el
módulo
se llevan a cabo técnicas de control de la respiración y de relajación muscular.
El último módulo referido a la gestión de las propias emociones se refierió a la
automotivación, a la gestión de la eficacia personal. Se analizaron en grupo las
estrategias para la mejora personal y en la práctica orientadora. Como consecuenci
a de
esa reflexión se ofreció a los orientadores asistentes al taller la realización de lo
que el
ponente denomina DAFO emocional, que es un ejercicio de reflexión sobre las
fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades. A la vista de las circunstanc
ias
reflejadas sobre el cuadro los orientadores deben llegar a establecer un proyect
o a corto,
medio o largo plazo. Muchos de los participantes reconocieron que tener un objet
ivo
claro fruto de un proceso dilatado en el tiempo de reflexión puede ayudarlos a mej
orar
su eficacia, a no perderse en actividades sin un finalidad concreta, y por tanto
, mejorar
también su motivación personal y profesional aumentando en todo caso su autoestima y
su capacidad de autocontrol.
No obstante, en cada uno de los módulos anteriores se sugirió a los orientadores
y orientadoras asistentes al taller que desarrollasen también competencias para la
mejora
del autoconocimiento, de la autoestima, del control emocional y de la motivación p
or
parte de los estudiantes o personas adultas en sus procesos de orientación.
Con el módulo quinto se inició la parte destinada a la gestión de las emociones
de los demás. En este grupo se consideran los orientandos estudiantes, pero también
otros orientadores así como personas no relacionadas con su trabajo que se inscrib
en en
sus relaciones personales. Conocer las características de los orientandos, sus
inquietudes, valores, necesidades, estilos de aprendizaje, motivación por el apren
dizaje,
características de personalidad, etc. es objeto de un primer debate en grupos. Est
e debate
ayuda a los orientadores a considerar aspectos que muchas veces pasan desapercib
idos
para ellos y que son esenciales a la hora de establecer un acertado consejo orie
ntador.
También en este módulo se apreciaron las técnicas relativas a la empatía y que mejoran
la comunicación en la orientación. Qué es la comunicación, cómo se establece, qué
información reciben los que son orientados, qué bloqueos se producen, qué
circunstancias la facilitan, son algunos de los aspectos que se consideraron. Pa
ra ello, se
desarrollaron ejercicios de roleplaying en los que unos orientadores hicieron de
orientandos, y viceversa, y se ejercitaron técnicas de comunicación bidireccional
haciendo especial hincapié en los aspectos de feedback.
El módulo sexto se refería a la capacidad para valorar a los demás. Está
demostrado cómo el trato afable hace aumentar la reflexión, la motivación y el interés
por el aprendizaje o el trabajo. En esta línea de forma individual y grupal se
desarrollaron habilidades para aprender a valorar a los orientandos con el gesto
, la
palabra, o acerca de la tarea. Para concluir este módulo y con el fin de aprender
a
valorar a los demás se solicitó que los participantes expresaran aspectos positivos
de los
demás en voz alta. De este modo, se pierde ese cierto pudor que todos tenemos de
reconocer los aspectos positivos de los demás, de halagarlos. La consecuencia de e
ste
tipo de ejercicios es siempre una gran alegría y satisfacción entre los participante
s que
les motiva a seguir ahondando en las emociones y sentimientos.
Por último, el módulo séptimo está destinado al desarrollo de la capacidad de
liderazgo que no es sino la capacidad de dirigir la conducta de los demás en su be
neficio
y desde sus competencias y capacidades. Para ello, se desarrollaron ejercicios s
obre las
competencias que debe desarrollar el orientador para ser líder de las personas que
orienta. El orientador es por definición un líder de un grupo humano que debe confia
r en
él para que en su acogida el orientando desarrolle su proyecto orientador. Los mej
ores
orientadores son aquellos que consiguen que el orientando desarrolle todas sus
conocimientos, capacidades y habilidades en equilibrio entre sus intereses perso
nales y
las demandas sociales y del mercado.
Como conclusión del taller la mayor parte de los orientadores convinieron en
que el liderazgo en la orientación se consigue con un adecuado conocimiento person
al,
una alta autoestima, un control emocional destacado, un proyecto personal y prof
esional
motivador, así como a través del desarrollo de la empatía, de las técnicas de
comunicación y sobre todo, de la capacidad de individualizar la orientación hasta el
punto de que cada orientando sea capaz de desarrollar y tener éxito en el mayor núme
ro
de parcelas profesionales. Conseguir el éxito de los orientandos, esto es, consegu
ir que
voluntariamente desarrollen sus competencias académicas, formativas y laborales po
r
motivación personal, determinará sin duda un alto nivel de liderazgo dell/la orienta
dor/a
y un aumento en la autoestima personal del profesional de la orientación.
Para finalizar, se hicieron unas fotos de grupo, y se anotaron en una hoja todos
los emails de los participantes para constituir una lista de correo. Por parte d
el profesor
del taller se ha elaborado una orla en la que aparecen las caras de los particip
antes, el
centro de trabajo y el email personal. De este modo, el taller sobre competencia
s
emocionales de los orientadores no ha terminado sino que sigue permanente en tan
to en
cuanto los asistentes al taller sigan comunicándose experiencias e inquietudes rel
ativas a
la mejora de los procesos de orientación dentro de una perspectiva de calidad.

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