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Dificultades con el procesamiento de la

información: Lo que necesita saber


Por Amanda Morin

De un vistazo
 La teoría del procesamiento de la información compara el cerebro con una
computadora.

 Los niños que tienen dificultades con el procesamiento de la información


pueden tener problemas con la “entrada” o la “salida”.
 Las dificultades con el procesamiento de la información no tienen nada que
ver con el esfuerzo o cuán inteligentes sean los niños.

Si su hijo tiene una dificultad de aprendizaje y de atención, puede que haya


escuchado la frase: “Dificultades con el procesamiento de la información”. Eso no
es un diagnóstico. Es un concepto usado en psicología cognitiva para entender
otras dificultades de aprendizaje. Esto es lo que significa.

Qué es el procesamiento de la información


Cuando los psicólogos usan este término, ellos están comparando cómo funciona
el cerebro en relación a una computadora. Eso incluye cómo el cerebro obtiene
información (datos) y cómo empleamos esa información para hacer cosas.

Nosotros obtenemos información de muchas maneras, incluyendo a través de la


vista, el olfato, la audición, el gusto y el tacto. En términos de computación, esa
información se conoce como “entrada”. Pero ese es solo el primer paso. Una vez
que la información es enviada al cerebro, debe ser reconocida, entendida y
almacenada.

Después hay que responder a esa información. Esa respuesta es llamada “salida”.
La salida es lo que un niño escribe, dice o hace como respuesta a la entrada.

El procesamiento de la información es el paso intermedio, lo que ocurre entre la


entrada y la salida. Es lo que posibilita que los niños manejen todo, desde leer un
libro hasta atarse los zapatos.

Qué son las dificultades con el procesamiento de la información


Las dificultades con el procesamiento de la información surgen cuando un niño
tiene problemas con las entradas o las salidas (o ambas). Tener esas dificultades
no tiene nada que ver con el esfuerzo que hace, ni con cuán inteligente sea.
Las dificultades con el procesamiento de la información tienen que ver con cómo
su cerebro reconoce y utiliza la información que recibe. El procesamiento puede
afectar muchas áreas. Pero existen áreas críticas que tienen que ver con el
aprendizaje, el procesamiento visual y el auditivo.

Dificultades con el procesamiento de la información visual


El procesamiento visual significa cómo un niño utiliza lo que ve. Involucra cuán
rápido puede entender algo cuando lo ve y qué tan bien recuerda esa información.

Un niño con dificultades con el procesamiento de la información visual puede tener


gran dificultad para entender lo que ve. Puede tener complicaciones con
las habilidades visoespaciales. Y también puede:

 Dificultársele ver las diferencias entre formas o letras parecidas, como la


O y la Q
 Tener problemas comparando y viendo las diferencias entre ciertos
colores, formas y patrones
 Costarle localizar algo específico en una página
 Omitir líneas cuando lee o leer la misma línea repetidamente
 Dificultársele mantenerse sobre la línea cuando escribe
 Tener problemas para copiar información del pizarrón
 Chocar con cosas y tener problemas trasladándose a nuevos lugares

Dificultades con el procesamiento de la


información auditiva
El procesamiento auditivo es cómo el niño utiliza lo que escucha. Involucra cómo
entiende los sonidos que escucha y cómo continúa siguiendo la información.

Un niño con dificultades con el procesamiento de la información auditiva tiene


problemas para darle sentido o entender el significado de lo que escucha. Esto es
especialmente cierto cuando hay mucho ruido. Puede que:
 tenga dificultad para reconocer las diferencias entre palabras que
suenan parecido como “fifty” (cincuenta) y “fifteen” (quince)
 le cueste entender el lenguaje hablado
 le resulte difícil seguir instrucciones
 tenga problemas para recordar detalles de lo que ha escuchado
 parezca como si no estuviera poniendo atención
No todos los niños con cierto tipo de dificultad con el procesamiento de la
información tendrán los mismos problemas. Un niño que tenga un problema
relacionado con el procesamiento de la información puede también tener
problemas con la memoria funcional. Muchos niños también presentan una
disminución de la velocidad de procesamiento.

Averiguar si su hijo tiene problemas con el


procesamiento de la información
Si usted piensa que su hijo podría tener una dificultad con el procesamiento de la
información, el primer paso es hablarlo con su maestro. Comparta sus
preocupaciones y pregunte al maestro lo que ha notado en el salón de clases.

Quizás quiera que su hijo sea evaluado para determinar si alguna de esas
dificultades podría estar obstaculizando su aprendizaje. Una evaluación completa
debería incluir pruebas que analicen las habilidades de procesamiento. La
evaluación puede ofrecer información valiosa que lo ayude a usted y a los
maestros de su hijo a desarrollar un plan para apoyar su aprendizaje.

Puntos clave
 Los niños que tienen dificultades con el procesamiento de la información
pueden tener problemas para darle sentido a la información visual o auditiva.

 Tener una velocidad de procesamiento lenta y problemas con la memoria


funcional pueden ser signos de dificultades con el procesamiento de la
información.
 Hacer que su hijo sea evaluado puede ayudar a descubrir dificultades con el
procesamiento de la información.

Acerca del autor

Amanda Morin trabajó como maestra en el salón de clases y como especialista


de intervención temprana durante 10 años. Es la autora de The Everything
Parent’s Guide to Special Education. Dos de sus hijos tienen dificultades de
aprendizaje.

Revisado por
Ellen Braaten, Ph.D.,es la directora del programa Learning and Emotional
Assessment y codirectora de Clay Center for Young Healthy Minds, ambos en
Massachusetts General Hospital.

https://www.understood.org/es-mx/learning-attention-issues/child-learning-
disabilities/information-processing-issues/information-processing-issues-what-you-need-to-know
Velocidad de procesamiento: Lo que
necesita saber
Por Kate Kelly

De un vistazo
 La velocidad de procesamiento lenta no es una dificultad de aprendizaje o de
atención por sí misma.

 Los chicos que tienen problemas con la velocidad de procesamiento pueden


tener dificultades en la escuela.
 La velocidad de procesamiento lento no tiene nada que ver con qué tan
inteligentes sean los chicos.

¿Su hijo se pasa dos horas haciendo la tarea de matemáticas cuando a los demás
chicos tardan 20 minutos? ¿Le va mal en los exámenes, incluso cuando conoce el
material? ¿Le cuesta seguir las instrucciones de varios pasos, especialmente
cuando no hay mucho tiempo para terminar la tarea?

Aunque existen muchas posibles razones para esta situación, la velocidad de


procesamiento lenta puede ser un factor.

Qué es la velocidad de procesamiento


La velocidad de procesamiento es la rapidez a la cual usted capta la información,
la entiende y comienza a responder. Esta información puede ser visual, como
letras y números. También puede ser auditiva, como el lenguaje hablado.

Tener una velocidad de procesamiento lenta no tiene nada que ver con cuán
inteligentes sean los chicos, sino con la rapidez en la que captan la información y
la usan. A los chicos que tienen problemas con la velocidad de procesamiento
puede que tarden más tiempo en realizar las tareas que los otros, tanto las
escolares como las cotidianas.

Por ejemplo, cuando un niño con velocidad de procesamiento lenta mira las letras
que forman la palabra “casa”, podría no saber de inmediato lo que dice. Tiene que
averiguar qué estrategia usar para entender el significado del grupo de letras que
tiene enfrente. No es que no sepa leer, es que tarda más tiempo y requiere más
esfuerzo en este proceso que suele ser rápido y automático para otros niños de su
edad.
“Tener una velocidad de procesamiento lenta no tiene nada que ver con la
inteligencia de un chico, solo con la rapidez con la que puede rcaptar y usar la
información”.
Decir demasiadas cosas al mismo tiempo también puede representar un reto. Si
usted da indicaciones de varios pasos: “cuando bajes, trae tu cuaderno. ¿Y
puedes también bajar los vasos sucios y ponerlos en el lavaplatos? Un chico con
velocidad de procesamiento lenta podría no ser capaz de seguir todos los pasos.
Tener una velocidad de procesamiento lenta dificulta digerir toda la información lo
suficientemente rápido como para terminar la tarea.

La velocidad de procesamiento lenta afecta el aprendizaje en todas sus etapas.


Puede dificultar aún más que niños pequeños dominen los fundamentos de la
lectura, la escritura y el conteo. Y afecta la habilidad para desarrollar tareas
rápidamente y con precisión en niños mayores.

Escuche a una experta explicar la velocidad de procesamiento lenta y cómo afecta


a los niños.
Nota: Este video de Youtube tiene subtítulos en español. Comience a reproducir el video. En la
parte inferior de la pantalla vaya a “Settings”, seleccione “Subtitles“ y haga clic en la opción
“Español” . Ahora podrá reproducir el video con subtítulos en español. Asegúrese que la función
“CC” esté activa.

La velocidad de procesamiento lenta y las


dificultades del aprendizaje y de atención
La velocidad de procesamiento lenta no es en sí una dificultad de aprendizaje o
atención. Pero puede contribuir a las dificultades de aprendizaje y de atención
como el TDAH, la dislexia, la discalculia y el trastorno del procesamiento auditivo.

También puede afectar las habilidades del funcionamiento ejecutivo. Estas


corresponden a las habilidades del pensamiento que ayudan a los chicos a
planificar, fijar metas, responder a problemas y persistir en las tareas. Los chicos
que son lentos para procesar la información pueden tener problemas para iniciar
tareas, permanecer enfocados y saber qué tan bien lo están haciendo.

Cómo se evidencia la velocidad de procesamiento


lenta
La velocidad de procesamiento lenta puede afectar a los chicos en el salón de
clases, en la casa y durante actividades como los deportes. Los chicos podrían
tener problemas para:

 Terminar los exámenes en el tiempo permitido


 Terminar la tarea en el tiempo estimado
 Escuchar o tomar apuntes cuando un maestro está hablando
 Leer y tomar apuntes
 Resolver problemas matemáticos sencillos mentalmente
 Resolver problemas matemáticos de varios pasos en el tiempo permitido
 Escribir proyectos que necesitan detalles e ideas complejas
 Mantener conversaciones

Los padres y maestros pueden observar que el niño:

 Se abruma cuando tiene que manejar mucha información al mismo


tiempo
 Necesita más tiempo para tomar decisiones o para responder
 Necesita leer la información más de una vez para comprenderla
 Pierde lo esencial de una conversación
 Tiene problemas para ejecutar instrucciones si se le pide hacer más de
una cosa a la vez

Averiguar si su hijo tiene problemas con la


velocidad de procesamiento
Si sospecha que su hijo tiene problemas con la velocidad de procesamiento, el
primer paso es hablar con su maestro. Discuta sus observaciones y averigüe qué
ha observado el maestro en clase.

Si la velocidad de procesamiento está interfiriendo con la habilidad de su hijo para


aprender, tal vez quiera evaluarlo para determinar qué tipo de ayuda puede
ofrecerle la escuela. Una evaluación completa debe incluir pruebas que
contemplen la velocidad para procesar la información visual y auditiva. La
evaluación puede ayudarlo a usted y a los maestros de su hijo a desarrollar un
plan que aborde sus dificultades.

Entérese que más puede hacer si le preocupa que la velocidad de procesamiento


de su hijo sea lenta. Averigüe si la velocidad de procesamiento puede variar
dependiendo de la actividad. Y lea acerca de la conexión entre la velocidad de
procesamiento lenta y la ansiedad.

Puntos clave
 La velocidad de procesamiento lenta puede afectar la habilidad para tomar
decisiones con rapidez.
 Los problemas con la velocidad de procesamiento pueden afectar el
funcionamiento ejecutivo del chico.
 Una evaluación puede revelar problemas con la velocidad de procesamiento.

Acerca del autor

Kate Kelly ha estado escribiendo y editando por más de 20 años, enfocándose en


cuidado parental.

Revisado por

Sheldon H. Horowitz, Ed.D., es el director de investigación y recursos para el


aprendizaje de National Center for Learning Disabilities

https://www.understood.org/es-mx/learning-attention-issues/child-learning-
disabilities/information-processing-issues/processing-speed-what-you-need-to-know
¿Qué ocurre en el cerebro de una persona con
dislexia?

¿Qué ocurre en el cerebro de una persona con dislexia?


Dic 7,2013 Leave a comment By admindislexia

Dislexia ha salido en portada de 3 periódicos digitales en España recientemente con una


noticia importante.

A continuación, reproducimos los artículos enteros con links al original.

En el cerebro de un disléxico
El Pais Digital

Una investigación demuestra que los afectados por el trastorno tienen menos
conectados los módulos lingüísticos de la mente
El hallazgo cambia la forma de entender y abordar la patología

Un diagnóstico difícil

JAVIER SAMPEDRO 5 DIC 2013

Recreación con modelos de un momento de trabajo con un niño disléxico. /


GETTY

La dislexia es cualquier cosa menos un trastorno raro: se estima que afecta al 10%
de la población, o 700 millones de personas en el mundo. Décadas de
investigaciones psicológicas han localizado el problema en las representaciones
fonéticas del cerebro, que estarían distorsionadas en los disléxicos. Un estudio de
imagen cerebral con 22 voluntarios sin este trastorno y 23 disléxicos demuestra
ahora que las representaciones fonéticas en el cerebro están completamente
intactas, y que la verdadera razón de la dislexia es un déficit en su conexión con las
otras 13 áreas cerebrales implicadas en el procesamiento de alto nivel del lenguaje.
Las terapias del futuro deberán basarse, proponen los autores, en mejorar esa
conectividad.

Décadas de estudios culpaban a las representaciones fonéticas

La dislexia consiste en una dificultad para aprender a leer con fluidez y


comprendiendo bien el texto, pese a que los afectados tienen una inteligencia no
verbal normal, o a menudo alta. La disfunción no es específica de la lectura, porque
el disléxico suele encontrar la misma dificultad para procesar el lenguaje hablado, y
para pronunciarlo. Los psicólogos han localizado el problema en el cartógrafo
cerebral que se ocupa de clasificar el magma sonoro del mundo real como un mapa
de solo unas decenas de fonemas, las unidades básicas de cualquier lenguaje
humano.

Radiografía de la dislexia

 La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, de carácter


persistente y específico, que se da en niños que no presentan ningún
impedimento físico, psíquico ni sociocultural.
 Es la causa más común de las dificultades de leer, escribir y deletrear.
 Unos 700 millones de personas, el 10% de la población, son disléxicas.
 Uno de cada cinco estudiantes tiene dificultades para el aprendizaje.
 Menos de un tercio de los niños con problemas de lectura reciben tratamiento
específico en las escuelas.
 Afecta a un mayor número de hombres que de mujeres.
 La dislexia tiene un fuerte componente hereditario.
 Los disléxicos ven afectada su coordinación motora, el cálculo mental, la
concentración y la organización personal.
 Es habitual que presenten hiperactividad, dispraxia o déficit de atención
asociados al trastorno.
 Un estudio de 2012 apuntaba a que los nacidos en otoño que comienzan el
colegio a una menor edad presentan un mayor índice de afectación.
 Idiomas como el español, con una fonética más regular, dificultan la detección
de la dislexia. En inglés, por ejemplo, donde a una letra le corresponden varios
sonidos, el diagnóstico es más precoz.
Las letras del lenguaje escrito son intentos humanos de mapear los fonemas como
símbolos, más o menos acertados en según qué lengua. Pero mientras que la
facultad del habla está en los genes —es uno de los grandes patrimonios genéticos
comunes a toda la humanidad—, la escritura es una invención con solo unos
milenios de historia.
Los fonemas están en los genes, y las letras están en la cultura. Pero la dificultad
de leer del disléxico no tiene que ver con la visión de las letras, sino con los fonemas
que las letras significan. De ahí que una dificultad de lectura tenga un fuerte
componente genético. La dislexia tiende a agruparse en familias, y es el triple de
común en hombres que en mujeres.

El neurocientífico Bart Boets y sus colegas de la Universidad Católica de Lovaina,


el University College de Londres, la Universidad de Oxford y el ETH de Zúrich han
utilizado las técnicas más avanzadas para examinar el cerebro en acción de una
muestra notable (45 personas) de voluntarios disléxicos y normales (entiéndase
normales en el sentido de que representan al 90% de la población mundial). Ello
incluye la resonancia magnética funcional, que cartografía (o ilumina) las zonas del
cerebro activas mientras el paciente hace tareas de lectura y demás, y las modernas
técnicas de computación que permiten detectar la conectividad entre unas zonas y
otras: tanto las conexiones estructurales, o estables, como las funcionales que
dependen de la tarea. Presentan sus resultados en Science.

La dislexia afecta al 10% de la población, unos 700 millones de personas

Estas técnicas de alta resolución biológica les han permitido ver lo que pasa en las
partes relevantes del cerebro mientras los disléxicos y los controles procesan el
lenguaje. Como casi toda facultad mental, la representación de los fonemas ocupa
un lugar concreto e identificable en el córtex cerebral: por una vez donde cabría
esperar, cerca de las orejas, y llamado córtex auditivo primario y secundario. La
actividad cerebral allí se ha revelado tan robusta y precisa en los disléxicos como
en los controles. Hasta aquí la resonancia magnética funcional.

Pero los mapas de conectividad han revelado una diferencia consistente entre los
dos grupos de voluntarios. Los mapas de fonemas (el córtex auditivo primario y
secundario) se conectan normalmente con fuerza a las áreas lingüísticas de alto
nivel, situadas en otra estructura distinta, el giro frontal inferior, cerca de la sien.
Aquí se cuecen los análisis sintácticos y las asignaciones semánticas que se
estudian en la escuela, y que son las que dan sentido al lenguaje. Es la conexión
del córtex auditivo con estos procesadores de alto nivel la que está debilitada en las
personas disléxicas.
Los afectados tienen problemas para aprender a leer y para hablar

No todos los neurocientíficos están convencidos, sin embargo, de que la dislexia


sea por completo independiente de la representación fonética, o habilidad para
distinguir claramente un fonema de otro. El neurólogo Michael Merzenich, de
la Universidad de California en San Francisco, señala en la revista Science que
“décadas de trabajo muy extenso y convincente” han mostrado que las personas
con dislexia distinguen las representaciones fonéticas con menos fidelidad de lo
normal. Merzenich y otros científicos no relacionados con el estudio consideran que
las distinciones fonéticas utilizadas en la investigación de Lovaina no son lo bastante
finas.

Pero otros expertos sí parecen más impresionados por el nuevo trabajo, como el
científico cognitivo Franck Ramus, de la École Normale Supérieure de París: “Es el
estudio más concluyente que he visto en el campo en los últimos cinco años; los
resultados, de ser ciertos, modifican nuestro entendimiento de la dislexia de manera
notable”. Ramus ve implicaciones para los programas de entrenamiento auditivo
que se usan actualmente contra la dislexia.

Algunos científicos cuestionan las conclusiones del trabajo

“En las sociedades alfabetizadas actuales”, dice Boets, el primer autor del estudio,
“las dificultades para leer y escribir no solo afectan a la educación y el desarrollo
cognitivo, sino que también tienen un gran impacto en el bienestar socio-emocional,
las oportunidades de trabajo y otros aspectos”.

El neurocientífico de Lovaina explica que, en la mayoría de las lenguas, el sistema


de escritura es alfabético, o una correspondencia entre las unidades básicas del
habla (los fonemas) y los símbolos visuales (letras o grafemas). La mayoría de los
niños pueden así aprender a leer y escribir estudiando las reglas de
correspondencia entre fonemas y grafemas. “Pero este proceso requiere cierto
entendimiento de la estructura sonora, o fonológica, del lenguaje, y aquí es donde
reside la dificultad de los disléxicos”, concluye Boets.

Dislexia, una cuestión de desconexiones


de

El
Mundo.es

 La
dislexia puede suponer un gran obstáculo en el aprendizaje si no se diagnostica
 Un estudio identifica qué ocurre en el cerebro de las personas con este problema

La comprensión lectora falla en muchas personas con dislexia. JAVIER


MARTÍN

CRISTINA G. LUCIO

En muchos casos, recibir un diagnóstico es sinónimo de malas noticias. Sin


embargo, para Amanda Torres supuso “toda una liberación”. Porque significaba que
“no era una vaga”, que “no era torpe” que, al contrario de lo que le habían dicho
tantas veces, lo suyo no era “cuestión de centrarse y prestar más atención”. Lo que
a ella le pasaba, y era la primera vez que alguien se daba cuenta, se
llamaba dislexia.Actualizado: 06/12/2013 04:51 horas

“Tenía 18 años y fue porque en ese momento se lo detectaron a mi hermano


pequeño. Pensé ‘eso es lo que me pasa a mí’, eso explica por qué después de tres
y cuatro horas delante de un libro, luego saco un dos en el examen”, recuerda esta
mallorquina que entonces cursaba 2º de Bachillerato.
Torres pensó que el diagnóstico supondría un antes y un después en su formación,
pero la realidad es que tuvo que empeñarse mucho -e incluso cambiarse de centro-
para que las cosas cambiaran en clase.

“En algunos casos se tomaban el diagnóstico como si les hubiese dicho que tenía
anginas”, señala Torres. “Al final, conseguí que en clase de inglés o de catalán los
exámenes fueran orales y no escritos, pero me costó que algunos profesores
entendieran por qué para mí la ortografía es una cuestión tan complicada”, remarca
esta joven que, derribando muchas barreras, se diplomó en Educación Social.

“La realidad está cambiando, pero parte del profesorado, sobre todo en
Secundaria, no está dispuesto o no sabe cómo adaptarse a las necesidades
especiales de algunos alumnos“, confirma la pedagoga terapéutica Marta García.

De hecho, continúa, la adaptación curricular en estos casos puede ser complicada


incluso para los expertos en educación especial “porque no solo hay un perfil en
la dislexia y todavía es mucho lo que se desconoce sobre el problema”, subraya.

Una investigación publicada en Science esta semana puede contribuir a entender


mejor lo que sucede en el cerebro de las personas con dislexia y, por tanto, ayudar
a afinar su abordaje en un futuro.

Según este trabajo, liderado por Bart Boets, especialista en Psicología del
Desarrollo de la Universidad de Lovaina (Bélgica), las raíces cerebrales de la
dislexia podrían ser distintas a las que se pensaban, lo que supone todo un cambio
de paradigma.

Las personas con dislexia tienen dificultades para procesar el lenguaje, leer y,
en definitiva, para aprender a través de determinadas vías. Esto se debe a un
fallo en el proceso a través del cual el lenguaje hablado se transforma en fonemas
en el cerebro. Hasta ahora, se pensaba que los disléxicos no hacían una
correcta representación mental de los sonidos que escuchaban. Sin embargo, esta
nueva investigación apunta a que, en realidad, el problema podría estar en
el acceso a estas representaciones que es clave, por ejemplo, a la hora de leer y
escribir.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo de Boert realizó pruebas de imagen -
como resonancias magnéticas funcionales- a 23 individuos adultos con dislexia
mientras procesaban distintas palabras. Luego, comparó los resultados con los de
otras 22 personas sin el trastorno del neurodesarrollo.

Los patrones de actividad neuronal mostraron que las representaciones fonéticas


eran correctas en ambos grupos. Sin embargo, los investigadores se dieron cuenta
de en ciertas regiones cerebrales involucradas en el procesamiento del lenguaje
había conexiones que sólo fallaban en el cerebro de los disléxicos. Es más, cuanto
peor era la conexión, peores eran también las habilidades del paciente a la
hora de leer o deletrear.

“Las conclusiones de esta investigación son muy interesantes porque desde hace
décadas se pensaba que las personas con dislexia no podían construir bien esas
representaciones. En cambio, este trabajo señala que lo que ocurre es que las
estructuras encargadas de la codificación de las representaciones fonológicas no
se comunican bien o lo hacen de una forma más débil con las estructuras
encargadas de acceder a ellas o manipularlas. Era una hipótesis que ya se había
señalado, pero que era muy difícil de probar a nivel conductual. Las pruebas de
imagen han permitido ahora ver lo que sucede en el cerebro“, apunta Marie
Lallier, investigadora especialista en ciencias cognitivas del Centro Vasco de
Cognición, Cerebro y Lenguaje (BCBL).

Con todo, esta experta recuerda que antes de sacar conclusiones definitivas sobre
el tema es necesario “replicar estos resultados” y ver si la misma desconexión
cerebral ocurre también en el caso de los niños. “Esto es importante porque
muchos adultos acaban desarrollando estrategias de compensación que podrían
haber influido en los resultados”, subraya.

Es una línea importante de investigación, pero no la única, añade Lallier, quien


recuerda que “la dislexia es un trastorno muy heterogéneo” y con muchas aristas
aún por descubrir. “Por ejemplo se está estudiando mucho también la hipótesis de
que en algunos casos existe un problema visual”, apunta.
Por su parte Carlos Casas, vocal del comité de Neuropediatría de la Sociedad
Española de Neurología (SEN), recuerda que, aunque el “artículo es muy
interesante”, sus conclusiones no tendrán de momento “ninguna repercusión
a nivel clínico”.

“De momento, el diagnóstico del problema sigue siendo funcional, con pruebas
neuropsicológicas. En un futuro, quizá se encuentre un marcador biológico, una
prueba que como sugiere este estudio, permita detectar el problema con mayor
exactitud, pero no será algo a corto plazo”, concluye.

Un problema local

La dislexia no es igual para un inglés que para un español. El trastorno y, sobre


todo, sus implicaciones varían en función del idioma que se maneje. Porque el
lenguaje y su representación influyen directamente en las habilidades
condicionadas por la dislexia. El castellano, como el euskera y el alemán, son
idiomas transparentes; en ellos los grafemas se corresponden con un único fonema
(la -a escrita siempre se pronuncia igual). En cambio, el inglés, el francés y, sobre
todo, el danés son idiomas opacos, en los que las letras no siempre se
corresponden con el mismo sonido. Esto hace que, por ejemplo, las personas con
dislexia en Reino Unido se enfrenten a más trastornos de precisión en la lectura que
quienes tienen como lengua materna el castellano. En nuestro país, por contra, son
más comunes los problemas con la fluidez. Las disparidades hacen difícil muchas
veces la extrapolación de los resultados de las investigaciones y, hasta la fecha, no
había muchos trabajos que hubieran analizado a fondo las particularidades de la
dislexia en castellano. El proyecto COEDUCA, dirigido por el Centro Vasco de
Cognición, Cerebro y Lenguaje, pretende cubrir ese hueco y analizar desde una
perspectiva multidisciplinar las causas y los procesos de la dislexia en nuestro país.
Los investigadores ya han llevado a cabo el análisis de más de 5.000 escolares -
teniendo en cuenta entre otras cosas sus habilidades de lectura o memoria además
de su perfil genético o su contexto socioeconómico- y se encuentran ahora en fase
de procesamiento de datos. Su objetivo es contribuir a una mejor comprensión de
los procesos implicados en la adquisición de habilidades como la lectura y
proporcionar pautas para mejorar el diagnóstico y la clasificación de las dificutades
del lenguaje y el aprendizaje.
Desvelan las raíces de la dislexia

de ABC.es

R. IBARRA / MADRID

DÍA 06/12/2013 – 04.44H

Un problema en la conexión entre las áreas cerebrales del lenguaje frontal y


temporal sería la causa de este trastorno neurológico que se caracteriza por graves
y persistentes deficiencias de lectura

BART BOETS Los investigadores utilizaron la resonancia magnética para


identificar las zonas del cerebro implicadas

El origen de la dislexia ha sido uno de los secretos mejor guardados; durante


décadas se ha debatido sobre la causa fundamental de este trastorno neurológico
hereditario que se caracteriza por graves y persistentes deficiencias de lectura
y de ortografía, y que afecta aproximadamente al 5-10% de los niños y adultos, es
decir, a millones de personas en todo el mundo.
Pero el misterioso origen de la dislexia parece que acaba de ser desvelado. Los
artífices de este hallazgo son un equipo de investigadores de la Universidad de
Lovaina, en Bélgica, quienes tras analizar las dos teorías vigentes han llegado a la
conclusión de que las raíces de la dislexia se encuentran en una conexión
deficiente en las representaciones foneticas en el cerebro y no la calidad de dichas
representaciones.

Los investigadores han combinado varias técnicas de neuroimagen para analizar a


22 sujetos normales y 23 adultos disléxicos con el fin de desentrañar si la dislexia
estaba causada por la mala calidad de las representaciones fonéticas o por la
dificultad en el acceso a una representación intacta. Sus resultados indican que las
representaciones sonoras del habla están intactas, pero una conexión
disfuncional entre las áreas del lenguaje frontal y temporal impide el acceso
eficiente a las representaciones. A peor conexión, señala el investigador Maaike
Vandermosten, «menor capacidad de realizar las pruebas de escritura, lectura y
aprendizaje a las que se sometieron los voluntarios». «Piensen en una serie de
ordenadores en red; durante mucho tiempo se ha pensado que en la dislexia lo que
ocurre es que la información almacenada en el servidor está degradada, pero en
realidad no es así. La información está intacta, lo que falla es la conexión para
acceder a la información, que es demasiada lenta o está dañada», explica Bart
Boets, coordinador del trabajo.

Información clave

Conocer el origen de la dislexia, apunta Boets, es importante por diversos motivos:


«desde un punto de vista teórico ofrece una mayor comprensión de la enfermedad;
pero además nos informa acerca de una disfunción en una conexión muy específica,
que debe tenerse en cuenta a la hora de diseñar las técnicas de intervención más
adecuadas».

Las actuales terapias dirigidas para la dislexia está diseñadas para mejorar la
calidad de estas representaciones, comenta otro de los investigadores, Hans Op de
Beeck. «La buena noticia es que dichas intervenciones también deben mejorar esta
calidad de acceso. Pero además –añade-, con el conocimiento actual podríamos en
el futuro diseñar intervenciones más focalizadas y efectivas que se dirijan
específicamente a mejorar la conexión entre las regiones frontales y
temporales del lenguaje». En este sentido, Boets considera que algunas técnicas
innovadoras no invasivas de estimulación cerebral, como la estimulación magnética
transcraneal, podrían ser utilizadas.

Además, los resultados del trabajo que se publica en Science también pueden
arrojar algo de luz sobre el aprendizaje en general. Así, afirma Pol Ghesquière,
«estamos explorando los inicios del aprendizaje de la lectura y las diferentes etapas
durante su desarrollo de la lectura en un grupo de niños de 5 años de edad con
riesgo hereditario de dislexia». Esto, explica, podría conducir a la detección de
marcadores tempranos de la dislexia, y por lo tanto a intervenciones preventivas.

Discapacidad

En una sociedad alfabetizada como la actual, el no ser capaz de leer y escribir no


sólo afecta a la educación y el desarrollo cognitivo, sino que también tiene un gran
impacto en aspectos emocionales y sociales, en el bienestar individual o en el
acceso a oportunidades de trabajo. Boets explica que la mayoría de los idiomas
aplican un sistema de escritura alfabética, lo que implica que las unidades de sonido
discurso base (fonemas) se representan mediante símbolos visuales (grafemas).
Así, mediante el aprendizaje de las reglas de correspondencia grafema -fonema, un
niño es capaz de aprender a leer y escribir

https://www.madridconladislexia.org/que-ocurre-en-el-cerebro-de-una-persona-con-dislexia/
3JUL 2017

DISLEXIA Y DESCODIFICACIÓN
BIOLÓGICA
AutorÁngeles Wolder

EtiquetasÁngeles Wolder, Descodificación biológica original, dislexia, enfermedad, infancia

La dislexia se define como un trastorno persistente y específico del aprendizaje de la


lectoescritura que se da en la infancia; no presenta ningún hándicap físico ni psíquico ni
sociocultural y su origen se cree que deriva de una alteración del neurodesarrollo en vida
intrauterina. En este artículo, Ángeles Wolder, descodifica ese trastorno.
Dislexia y Descodificación Biológica
Por Ángeles Wolder

Las personas con dislexia tienen dificultades para pronunciar el alfabeto, denominar letras,
realizar rimas simples y analizar o clasificar los sonidos. Además, la lectura se caracteriza
por las omisiones, sustituciones, distorsiones, inversiones o adicciones, lentitud,
vacilaciones, problemas de seguimiento visual y déficit en la comprensión, pero afecta
también a la memoria a corto plazo, a la lateralidad y al desorden espacio-temporal. En
ocasiones, puede provocar dificultad en las relaciones, el aprendizaje y la comunicación.
Los niños y niñas con dislexia suelen cansarse más por el esfuerzo que supone realizar las
tareas de lectoescritura, con la consiguiente frustración que deriva de los resultados, por
ello se distraen con mayor facilidad y a menudo rechazan hacer las actividades
escolares. Frecuentemente, familias y profesorado creen que se trata de niños desinteresados
o vagos, cuando, en realidad, hay sufrimiento e incomprensión hasta que llega el
diagnóstico.
El DSM-IV-TR (APA, 2000) engloba la dislexia dentro de los trastornos del aprendizaje
con el nombre de trastorno de la lectura y establece que “la característica esencial de la
dislexia es un rendimiento en lectura, (precisión, velocidad o comprensión), que se sitúa
sustancialmente por debajo del nivel esperado en función de la edad cronológica, del
cociente intelectual y de la escolarización propia de la edad del individuo”.
En el ámbito educativo se habla de dislexia del desarrollo o de dislexia
evolutiva. También puede adquirirse después de una lesión cerebral en las áreas encargadas
del procesamiento lectoescritor.
Curiosamente, la incidencia de la dislexia
aumenta en las poblaciones cuya lengua
se aleja más entre lo escrito y lo
hablado, es decir, que hay menos fidelidad
de transcripción entre lenguaje hablado y el
escrito, como sucede en el inglés, el alemán
o lenguas nórdicas, mientras que las tasas
más bajas se dan en lenguas más fidedignas
entre lo que se escribe y se pronuncia, como
el español o el italiano.
Algunos estudios de base genética indican
que en el caso de que uno de los
progenitores sea disléxico, las posibilidades de que un hijo/a lo herede se multiplican por
ocho. (Gilger, Pennington y DeFries, 1991).
Si la dislexia es la dificultad para la lectura de palabras, nos podemos preguntar qué circuitos
neurológicos participan en el proceso y qué alteraciones pueden presentarse entre los
procesos cognitivos intermedios de recepción de la información y elaboración del
significado.
Un buen número de investigadores han
buscado la base neurológica mediante
autopsias o estudios de neuro-imagen. En
estudios necrópsicos se han observado
alteraciones en la zona del Planun
Temporale, frontal izquierda y zona
presilviana por cambios circulatorios o de
migraciones neuronales en etapa
intrauterina. Recomiendo ver la
información en este artículo.
Los estudios de neuroimagen muestran la
habitual asimetría interhemisférica del Planun Temporale mayor en el hemisferio izquierdo
que en el derecho, cambios en zona occipital, parietal y región frontal inferior así como
anomalías en el cerebelo y en el cuerpo calloso.

Las imágenes exponen una inferior


densidad de sustancia gris que se traduce
en una menor conectividad de la
sustancia blanca necesarios para el
desarrollo evolutivo.

¿Cómo leemos? El proceso lector


requiere de la representación fonológica
para descomponer mentalmente una
palabra en sílabas y fonemas
para vincularlos con símbolos abstractos
o grafemas que van asociados a sonidos.
El área de Broca está ubicada en la zona frontal izquierda e interviene en la articulación de
la palabra tanto mentalmente como expresándola a través del habla, y participa en la
memoria de lo que ya se ha dicho.
Otra zona posterior, la occipito-temporal, guarda la palabra escrita, esto es, la imagen de la
palabra.
Leer es un proceso complejo que requiere oír (análisis auditivo), ver (análisis
visual), recordar (mediante la memoria auditiva, la memoria visual, la memoria de
palabras y grafías), comprender y asociar el sistema semántico y ortográfico,
y convertir fonemas en grafemas. Leer es un proceso que pide a muchas regiones de
nuestro cerebro que se pongan en marcha. Leer es descifrar y, como todos sabemos, a leer
se aprende. Con la educación, pasamos del lenguaje hablado al escrito.

Más allá de la dislexia y sus mecanismos de producción, en


la película La Llegada (The Arrival), del director Denis
Villeneuve, podemos encontrar los caminos del lenguaje y
su aprendizaje para mejorar la comunicación humana. Esto
es lo que intenta el personaje de Louise, profesora de lenguas
e interpretación, cuando doce naves extraterrestres llegan
para dar un mensaje a la humanidad que únicamente ella, con
amor, usando el entendimiento mediante palabras,
consigue desvelar, en contraposición con un mundo que
reacciona con una paranoia agresiva y sostiene el dedo en el
gatillo. Es un mensaje de necesidad de inflexión y
apertura en nuestra forma de pensar como humanos.

Imagen de FilmAffinity
La dislexia vista desde la Descodificación Biológica Original
Para leer se necesitan numerosos circuitos neurológicos que pueden verse alterados;
en Descodificación Biológica Original decimos que es por una actividad conflictual. Para
leer tenemos que, por un lado, ver; por lo que uno de los conflictos es en la corteza visual o
conflicto de ver, no ver, ser visto o no ser visto, además de miedo o temor. Por otro lado,
tenemos que oír, por lo que los conflictos pueden ser de oír, no oír, ser oído o no ser oído.
Si también se ve afectada la palabra emitida, que implicaría el área de Broca y la zona de la
laringe, los conflictos son de expresión: no poder decir o sentir miedo ante la expresión lo
que retroalimenta el conflicto. Si está implicada la corteza sensorial, que se asocia a los
procesos de memoria (hay ausencias, despistes, pérdida de memoria), el conflicto podría ser
por separación.

El resultado secundario a un proceso de dislexia en el niño o niña puede llevar a vivir


otros conflictos como la desvalorización, el miedo en el territorio (por ejemplo, temor a ir
a la escuela), de pánico y otros tantos.
Si las alteraciones se producen en la vida intrauterina, podemos plantearnos si la
programación se halla en conflictos vividos durante el embarazo o en la vida de los
ancestros o transgeneracional.

Reconocer la dificultad y entender cómo funciona puede ayudar a los niños y niñas afectados
por dislexia a superar sus conflictos; la comprensión es el primer paso para descodificar el
síntoma, que puede manifestarse anulando las relaciones, en forma de tristeza y de pérdida
de sentido en lo que se hace, todo ello sumado al dolor de la incomprensión.

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Aclaración: La Descodificación Biológica es un acompañamiento terapéutico complementario, no sustitutivo de ningún


otro tratamiento médico, que el cliente escoge libremente como método terapéutico de acompañamiento emocional. Debe
aclararse que La Escuela de Descodificación Biológica no da consejos médicos y no corresponde a los profesionales de
las terapias naturales suspender tratamiento alguno o no seguir los consejos médicos.
AUTOR DE LA PUBLICACIÓN

Ángeles Wolder
Directora de la Escuela de Descodificación Biológica Original. Autora del Libro “El
Arte de Escuchar el Cuerpo”. Docente y Terapeuta en Descodificación Biológica
Original.

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