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ecires Bren pe ec oat rere UNA RELACION CASI OLVIDADA: EL DOCENTE Y EL CONOCIMIENTO Ponencia presentada al Congreso de Educacién “PedagogiadelSigloXX7", Laguna, Brasil, 1994, {De qué sirve un pais inocente? Sélo los paises que pierden el candor, podran reconocer al enemigo. Benedetti. “Un pais inocente” También nosotros podriamos preguntamos: ,de qué sirve un docente inocente, cuando inocencia significa ignorancia planificada, justificada? Tal vez un poco tarde havamos empezado a preocupamos por desentrafar las causas profundas que provocan fracturas mds o menos graves en la educacién, mis concretamente, en la ensefianza. Mucho se trabajo, es verdad, en el analisis de los contenidos curriculares, en curriculum mismo en tanto propuesta ideolégica, politica o social, en los métodos, en. Ja funci6n real dela institucién, en las potencialidades del sujeto de aprendizaje, en la tensién entre lo piiblico y lo privado. No puede decirse queel docente fuera marginado de la preocupacién investigativa; lo certifican profundos andlisis sobre las notas constitutivas del rol, las representaciones sobre la escuela, la tarea cotidiana, la representacién de si mismos. Lo que se analizé un poco menos fue su relacién con el conocimiento, en tanto ser docente, involucrandose en ella, con el objeto de “ver”, desde una Optica desprejuiciada el mundo que lo habita, el mundo, su habitat, los objetos de su ensefianza. Tanto la relacion con el conocimiento, como la relacién con el objeto mismo de conocimiento esta signada por el quehacer de su profesién, es decir, por el objeto especifico de la ensefianza, convirti¢ndose ésta en la impulsora de su preocupacion. Por lo tanto, el docente no busca el saber por el saber mismo, 0 por satisfaccién personal; si profundiza el conocimiento de un objeto a ensefiar, se aventuraen terrenos 67 Maria Saleme de Burnichon engran medida vedados para descubrir vias deaccesoa una realidad impensada; para ofrecer a otros la misma posibilidad, vale decir, el re-descubrimiento de la realidad, el sentido de las cosas, la relacién profunda entre los saberes heredados de distintas culturas: la posibilidad de entrar a un siglo con una propuesta desde otra forma de conocer que favorezca humanizar la naturaleza y naturalizar al hombre, como reflexionan Foucault, Bronoswki y Morin principalmente. Pero ,cémo ensefia esto un docente. en su tarea cotidiana? Si un pedn deajedrez no sabe que puede neutralizar al rey, no lo jaquea. Un docente con oficio de peon de la cultura no domina estrategias de conocimiento, si bien en el terreno concreto de su accidn resuelve pragmaticamente situaciones. No ensefia mas que lo que le ensefiaron y tal como lo aprendié. No toca la raiz problematica de su campo. Si estuviera preparado para hacerse preguntas en lugar de persegui- respuestas, pocria interpelar al objeto de conocimiento y al conocimiento mismo en tanto éste es objeto de conocimiento, sin abandonar por ello la tarea especifica, ni la condicién docente. {Como puede ser formador de formadores si no tiene autonomia, si su relacion con el poder es ambigua; si sabe solamente lo sabido; si su acercamiento al conocimiento consiste en reproducirlo: si ensefiar consiste en puerilizar el conocimiento? ‘Veamios si desde este intento empezamos a modificar la marcha a contrapelo de la historia y de la racionalidad en la cual est empefiado en mantenerse el sistema de ensefianza. Lo que debe ser, en este sentido, ya esta dicho; qué se puede hacer, constituye ahora el punto de partida. Mirar un poco hacia atris 0 mejor hacia adentro, no significa eludir la historia que se vive; es una manera de obligarse a pensar en un futuro inmediato, que ya es presente, llamado Siglo XXI. Posibilitar un cambio de sentido, implica desdeel inicio, no una explicacién que no cabe, sino des-ocultamiento de las presiones de distinta indole que condicionan, sin expresarlo con claridad, las lineas matrices que a manera de urdimbre, sustentan la formacion docente ayer y también hoy. Esta retrospectiva nos conduce necesariamente a tener que saber lo que hay de imaginario y de real en Jas propuestas que nos instalan en un futuro prometido. Mirar hacia atras, porque queremos muirar hacia adelante, requiere imaginacién para poder reconocer nuestra auténtica realidad. Preguntar por el qué se puede hacer, genera una cadena de interrogantes desde al sencillo por qué al conilictivo para qué se forma el docente, con qué objetivos. Sitwar el problema significa pensar en la historicidad yen la ubicacién espacial del proceso de formacién docente. Este no se forma -no puede hacerlo- de la misma 68

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