E l individuo desde sus inicios busca la forma de obtener
protección y cuidado, el mismo que desde una primera instancia es brindada por la madre, siendo esta figura fundamental en el desarrollo futuro y posterior del individuo; es por eso que toda atribución conflictiva de cualquier aspecto a posterior y, en función de la teoría psicoanalítica, dependerá de la forma de relación y desarrollo en esta primera etapa. La “conformación y elección de la pareja”, bajo la perspectiva de Freud y considerando que ésta corriente psicológica fue la primera en realizar los intentos por dar explicación, tiene su origen en las diferentes experiencias relacionales que han tenido lugar en los primeros años de la vida infantil de cada individuo, de igual manera con el tipo de relación que ha tenido con sus padres; por tal motivo dicha elección está determinada por varios procesos inconscientes, los cuales generan emociones, reafirman la identidad, etc., teniendo presente que al momento de elegir la pareja se atraviesa por un proceso espontáneo que primero se siente y luego se piensa, influido por una serie de factores, entre los más significativos: el factor social y el factor psicológico.
En el Psicoanálisis el proceso de elección es fundamentada y
basada en el complejo de Edipo, es por eso que “…toda pareja se constituye sobre la necesidad de compensar una falta o de ocultar un vacío…” (Morabitol, 2012), como también se encuentra basada en la tentativa de recuperar una relación pasada, constituida como una defensa frente a aprensiones inconscientes, con el fin de satisfacer necesidades donde puede existir algún tipo de fijación, es decir, los integrantes de la pareja tratan de compensar sus necesidades y deseos de la infancia, cuando dichos aspectos regresivos son aceptados por el otro: “cada uno se siente necesitado por el otro y se reconocen mutuamente en su manera de ser” (Jara. 2005), mediante la asignación inconsciente de roles alternados: cuidado y ser cuidado, siendo estos defensas propias del “yo”.
Una serie de mecanismos de defensa entran en juego al momento
de la elección de pareja y, dependiendo del tipo e intensidad pueden ser definitorios de la normalidad o psicopatología de la pareja; entre ellos tenemos a la proyección, siendo este más frecuente en las personas de tipo evitativas, las mismas que tienden a proyectar en el otro atributos resistidos de sí mismo; pero la “identificación proyectiva”, postulado por Klein, es de vital importancia debido a que cada miembro de la pareja conformada proyecta en el otro aspectos propios, los cuales son causantes de generar ansiedad y sentimientos de amenaza, obteniendo así el individuo llenar sus carencias o déficits poseídos en la infancia. La identificación proyectiva va dirigida hacia el “otro” o hacia un “objeto” con el que se intenta establecer el “vínculo afectivo”, siendo este vínculo, como el establecido entre el niño o niña hacia su madre o padre. En la elección de la pareja se colocan siempre expectativas idealizadas.
El objeto está regido por la necesidad de auto conservación,
favoreciendo al “yo” y a sus defensas, es por eso que dicha elección del objeto es considerado como pilar fundamental para la explicación de las relaciones de pareja, debido que sin ésta elección no se superaría el narcicismo, teniendo presente el concepto de ideal del yo para dar concepción a la noción del otro (a partir del “otro” se produce una auto identificación); de igual forma terminado la elección del objeto, el sujeto se encuentra con una falta y siente la necesidad de recuperar eso perdido, considerando que esa sensación de vacío se puede experimentar aun estando rodeado por todo aquello que podría ser motivo de felicidad, de igual manera la ésta elección del objeto está marcada por las huellas existentes en el psiquismo, las mismas que tenderán a repetirse (Ruiz. 2012). Otro carácter fundamental en la consideración de la formación y elección de la pareja es la teoría del “apego”, la cual toma en consideración los procesos inconscientes con los mecanismos de defensa y la formación del mundo interno de relaciones de objeto y la influencia mutua entre todo ello y el ambiente del individuo, considerándolo como un determinante para la relación de pareja, relacionándose de igual forma con el proceso de intimidad siendo esta capacidad iniciada en la primera infancia y desarrollando la complementariedad inconsciente que se establece entre los miembros de la pareja, constituyendo así la “personalidad conjunta” (Perez, Castillo y Davins. 2009).
De acuerdo a Espina (s/d), la elección de la pareja se puede
estructurar y llevar a cabo en base a: a) desplazamientos e identificaciones lo que representa buscar en el otro una reproducción de la pareja de los padres; b) elegir lo opuesto a la imagen de los padres en función de la defensa contra los deseos edípicos y c) la búsqueda de los aspectos reprimidos. De igual manera Espina hace referencia a la “colusión”, terminología propuesta por Dicks, refiriéndose a que la elección es motivada por el redescubrimiento en el “otro” de aspectos reprimidos y perdidos del Self, las cuales son experimentadas por la identificación proyectiva; es en éste tipo de pareja donde se intenta que el individuo sea lo que uno necesita para poder mantener la propia imagen. (Espina. s/d). Según Lemaire (citado por Scarano. 2005) existen factores conscientes e inconscientes en la elección, estos son: 1. consciente-consciente, en este punto se encuentran los aspectos físicos, económicos y culturales, 2. consciente- inconsciente, referente a que la pareja cubre las necesidades inconscientes de la infancia, 3. inconsciente-inconsciente, aquí se produce un intercambio de necesidades mutuas, y 4. inconsciente/consciente- inconsciente/consciente, referente a la complementación. Por tal motivo y como ejemplo las mujeres jóvenes que tiene como pareja a personas mayores que ellas, esperan que éstos cumplan con las funciones paternales o funciones cumplidas por la figura materna, de igual forma un hombre que elige a una mujer a la imagen del padre, representa inmadurez y espera que su mujer cumpla con las funciones de protección, por lo tanto se consideraría que la persona elegida va a contribuir a mantener en el otro una cierta seguridad para así también ayudar a su organización defensiva (mecanismo de defensa).
Como Conclusión se considera a la relación en la pareja como
una ocasión fundamental para redefinir como también reestructurar la identidad del self, teniendo presente que el amor es dar lo que no se tiene, o a dar aquello que falta, depositado en un objeto de deseo elegido para satisfacer esa falta, falta que no siempre podrá se restituida (Ruiz. 2012). De igual manera las vivencias infantiles que marcan un registro mnémico en cada individuo, determinan dicha elección en el otro, Freud se refería mencionando que: “se hace una petición a la pareja de algo que se carece y de compartir algo de nosotros” (Scarano. 2005). Hay que tener en consideración la teoría de apego para la explicación psicoanalítica de la elección de la pareja, por el contenido inconsciente del mismo, de igual manera la elección basada en la objetivación y el vínculo ya que la relación de la pareja será una producción de la relación pasada percibida esencialmente en la pareja de los padres; tener presente la “colusión” debido a que son motivaciones inconscientes que igualmente determinan la elección, teniendo en cuenta que en la repetición de patrones se ´puede observar la necesidad de resolver conflictos de la infancia, y por último la selección de la pareja se desarrollará en función y de acuerdo con la relación del objeto temprano predominante, por tal motivo se considera a la teoría Psicoanalítica como la principal teoría para demostrar la posibilidad o no del buen funcionamiento y adecuada elección de pareja.