14. EL ENCUENTRO DE LO
FEMENINO EN
LA TRADICION
JUDEOCRISTIANA
por June Singer
June Singer, analista junguiana y autora, que vive en
Palo Alto, California, traza los amplias efectos de la escisién
apocaliptica entre lo Femenino y lo Masculino en la cultura
Judeocristiana. Mientras que Riane Eisler examina los efec-
tos de esta escisién en el mundo antiguo, en el campo social
(capitulo 2), Singer se centra en el terreno espiritual.
Singer intenta descubrir las momentos de la tradicién bi-
blica en que lo Femenino 0 la Diosa fue rechazada, aban-
donada y, al final, desterrada a los mundos inferiores. Ella
considera que lo divino se ha divorciado de la naturaleza y
del cuerpo humano, y que ha sido situado en un pedestal en
forma de un viejo hombre sabio. Por esta razén, apunta a la
religion como fuente de opresin, mds que a la sociedad pa-
triarcal en su conjunto. Los resultados a largo plazo de este
deslizamiento pueden verse en la religién institucionalizada
m
Elencuentro de lo femenino
de nuestros dias, que todavia afirma que las mujeres no pue-
den tener una relacién directa con lo divino, que estd suje~
ta a la mediacién de un sacerdote o de un marido.
Singer también relaciona otros resultados a largo plazo de
esta escisién con ciertos problemas actuales: confusién en los
roles interpersonales de hombres y mujeres, y falta de respeto
or la frégil ecologia de la tierra, la Gran Madre, que hace
tun lamamiento a las cualidades femeninas nutridoras de
todas/os nosotras/os.
Al igual que las otras autoras de esta parte, Singer nos
ofrece una forma de lo Femenino Divino desde otro tiempo
y lugar: Sofia, la Diosa gndstica de la sabiduria que nos re~
‘cwerda que puede ser vista como nuestro origen, nuestro re-
corrido y nuestra meta.
June Singer, doctora en Filosofia, es analista junguiana
y practica en Palo Alto, California. Es autora de Energias del
‘Amor; The Unholy Bible; Androginy: The Opposites Whit-
hin; y coautora del Singer-Loomis Inventtory of Persona-
lity. En su ultimo libro, Seeing Through the Visible World,
explora las raices gndsticas de. la psicologia de Jung. Cuan-
do no esté reflexionando sobre asuntos serios, disfruta tra-
bajando en su jardin 0 volando a lugares lejanos.
Una conciencia femenina emergente nos esti haciendo
caer en la cuenta de que ciertos problemas bisicos a los que
nos enfrentamos actualmente no son problemas s6lo de hoy
dia. Constituyen nuestra herencia de las épocas del pasado,
Ja consecuencia pospuesta durante mucho tiempo de la alie-
nacién de la cultura patriarcal del principio Femenino.
Estos problemas existen en cinco niveles diferentes:
1, En un nivel arquetipico, las distinciones entre sexos,
‘aunque basadas en la biologia, han conducido a la division de
273Despertando de nuevo la divinidad de lo femenino
Jos roles basados en el género. Lo que se considera masculi-
no o femenino puede diferir de una cultura a otra, pero el pun
to esencial es que siempre existe una diferencia,
Es dificil determinar si lo que percibimos como masculi-
no o femenino es una consecuencia directa de nuestra expe-
riencia en el mundo, o si estas imagenes las llevamos pues-
tas en el mundo como lentes arcaicos a través de los que
contemplamos el presente. La psicologia contemporinea pro
funda, en especial la influenciada por C.G. Jung, nos ha vuel-
to. las fuerzas arquetipicas existentes en la psique humana,
‘que generan imagenes, acttudes y, posteriormente, compor.
tamientos. Las imagenes de la divinidad de los antiguos tiem-
pos, incluidas las imagenes de diosas, han servido como
plantllas psicolégicas internas que han generado estereotipos
sexuales que, a su vez, se nos presentan como si fueran ob
Jetivos, es decir, como si procedieran del mundo fenomeno-
egico.
Seguramente nose trata de un caso de “esto 0 lo otto", ya
{que no somos activados y propulsados a través de Ia vida
s6lo por las circunstancias de nuestro entomno, ni tampoco s0-
mos totalmente capaces de trascender nuestra herencia ind
vidual, cultural y filogenética. Reconociendo la importancia
tanto de la naturaleza como de la educacién, adoptaré la pos-
tura, frecuentemente pasada por alto, de que debemos con-
siderar algunos de los principales problemas actuales a Ta
luz de sus cimientos arquetipicos.
2. Enel nivel interpersonal, los hombres y las mujeres re-
accionan entre si en base a sus propios sistemas internos de
valores, que pueden estar determinados en parte por factores
arquetipicos. ,Cémo nos vemos a nosotrasfos mismasfos?
{Tenemos poder, contol, autoridad,autoestima’ ;Como con-
Sideramos el sexo opuesio? ,Podemos confiar en él para que
nos ayude, nos sostenga y nos anime? 20 lo vemos como el
tenemigo que compite por el reconocimiento, amenaza o mina
nuestra autonomia, oa la expectativa de que nos comporte-
274
neuen
Elencuentro de lo femenino
‘mos de una manera incompatible con nuestro sistema perso-
nal de valores? ;Consideramos que la sociedad favorece
‘nuestras metas y Valores o que se opone a ellos? En algunas
situaciones consideradas como no amenazantes, las mujeres
y los hombres tienden a cooperar y a apoyarse entre si. En una
‘ituacién opuesta, cada persona actia para si. La mayoria
de nosotrasjos nos encontramos a lo largo de la vida en una
gran variedad de circunstancias, a veces favorables y a veces
__ dolorosas. Estas circunstancias, junto con nuestros propios va-
lores y expectativas juegan inevitablemente un papel muy
influyente a la hora de determinar la naturaleza de nuestras
relaciones interpersonales.
3. En el nivel social, la escisién entre los roles masculino
y femenino es un problema que incluye las diferencias de po-
der y de autoridad. {En qué insttuciones prevalecen los hom-
bres y en cusles son las mujeres las que toman la mayorfa de
las decisiones? Tengamos en cuenta que algunas de las cues
tiones sobre las que las mujeres suelen expresarse mas no son
cuestiones que conciemen sélo a las mujeres, como por ej
plo, el aborto. Lo que estd en cuestién en este caso es el bi
nestar del feto, y no necesariamente el de Ia mujer cuyo cuer-
po lo contiene. ;Hasta qué punto podemos lograr que los
dos sexos se interesen en asumir el proceso de tomar una
decisién en nuestra sociedad?
4, En el nivel del medio ambiente, la violacién de la tie-
1a €s un resultado de los elementos de nuestra sociedad que
persiguen el dominio y el control sobre la naturaleza: el Ila-
mado principio Masculino en hombres yen mujeres. Tam-
poco se escapan los habitantes de nuestras ciudades ~que
amamos nuestro hogar- a la aglomeracién, a la contami
cidn del aire y del agua, y ala falta de una buena educacién
para aquellos de nuestros hijos que mas la necesitan.
‘5. En el nivel espiitual, existe igualmente una division en-
tre el reino de lo temporal y el reino de lo infinito. Llevado
esto al terreno de cada dia, el problema consiste en que de~
275Despertando de nuevo la divinidad de lo femenino
rmasiadas personas con poder e influencia estin mas intere-
sadas en los beneficios inmediatos que en la visién evolut
va global de la humanidad y de su bienestar. Como solia de-
cir Jung no somos capaces de vivir nuestras vidas “bajo et
aspecto de la eternidad”. Demasiadas personas permanecemos
inconscientes de las posibilidades de una renovacién espiri-
tual del aqui y ahora, Apostamos por una gratificacién in
mediata como si no hubiera mafana
Espero mostrar, a través de una parte del cuerpo mitolé-
«zico pertencciente ala cultura judeocristiana, pero que fue ex-
cluido de la Biblia, emo Ia alienacién histérica de lo Fe-
menino a partir de lo Masculino ha contribuido a algunos
de estos problemas contemporincos.
El mito de la Diosa y el mito del héroe
‘Actualmente se ha producido un interesante fenémeno,
al haber sido capaces las mujeres de adaptarse cada vez.con
mis eficacia alas exigencias del mundo modemno y de asu-
mir crecientemente posiciones de respeto y de importancia.
Se ha vuelto despertar un nuevo viejo mito: el mito de la
Diosa; hasta tal punto se ha despertado, que casi ha reem-
plazado el mito del héroe que tanto caracteriz6 ls ideales de
Ja primera mitad del siglo xx.
‘Tal vez esto ha sucedido porque el mito del héroe, con to-
dos los dioses que le acompatian y apoyan, no tuvo éxito en
crear el mundo pacifico y armonioso que la mayoria busca
‘mos. El héroe representa al individuo que ha prosperado por
su fuerza o astucia,frecuentemente a expensas de individuos
menos ambiciosos, mis débiles o més conscientes desde el
punto de vista social. Sélo una infima parte de Ia poblacién
‘Se parece al héroe, mientras qu la vasta mayoria debe luchar
individual o colectivamente para sobrevivir econdmica, so-
cial y espiritualmente
276
Elencuentro de lo femenino
Creo que no es una simple generalizacién decir que el
arquetipo del héroe es uno de los arquetipos con el que los
hombres han tendido histéricamente a identificarse, bien
‘como un ideal o como un modelo de conducta respecto al cual,
Jjuzgarse, mientras que la Diosa representa mas un aspecto de
lo Femenino, vital y dador de vida, con el que las mujeres se
pueden identificar mas ficilmente. Esta imagen ha sido des-
valorizada, rechazada y negada por la cultura judeocristiana,
Sélo hoy dia, cuando tanto hombres como mujeres han em
‘pezado a darse cuenta de que la mitologia del pasado antiguo
habla la lengua del alma en términos simbélicos, hemos em-
ppezado a preguntarnos por qué la Diosa desaparecié mientras
rendiamos homenaje al héroe.
El mito del héroe en la cultura moderna se manifiesta en el
crecimiento de las grandes empresas, concebidas y desarro-
lladas por aplicados individuos que no se dejan nada en el ca-
‘mino de sus logros. Los hombres corrientes sirven a sus
roes y se calientan en el reflejo de su gloria; pero el deseo
‘secreto implantado en los nifios pequefios por sus madres, de
que cualquier hombre puede Ilegar ser presidente de los Es-
tados Unidos, nunca ha sido olvidado por completo. Este mi
se vive por sustitucién cuando los hombres vitorean a sus hé-
toes deportivos, insisten en el derecho a portar armas morta-
les, 0 proclaman: “Mi pais ante todo y sin discusién”.
Por otra parte, el mito de la Diosa reprimida nos habla del
poder singular de 1o Femenino, No es el poder de la fuerza fi-
sica el que caractetiza a la Diosa, sino el poder de la creativi-
dad. El itero es s6lo una parte de este hecho: Pero es a través
del titero como los hombres se han perpetuado a través de su
semilla, lo mismo que Ia han plantado en la tierra fértil y, con
Ja ayuda de la Huvia del cielo, han sido capaces de prover a
su familia del alimento que necesitaba para el sustento.
Sin embargo, el hambre que el hombre siente, y que sélo
puede ser saciada por la mujer, va mis alla de la necesidad fi-
sica o sexual. Es la conexion con el espiritu, con la Otredad.
21