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presencia. Se dice asimismo de alguien que está por presencia en todo corresponde primariamente a un ser lo que es propio de alguna de sus
lo que abarca su mirada, y de este modo cuanto hay en una habitación partes; por lo cual, si un hombre tiene los dientes blancos, la blancura
está presente al que, sin embargo, no está por substancia en cada una no corresponde primariamente al hombre, sino a los dientes.
de sus partes. Finalmente, las cosas están por substancia o esencia en Asimismo, un ser está en todas partes “por sí” cuando no está
el lugar que ocupan. accidentalmente, quiero decir, como consecuencia de alguna hipótesis
Mas hubo quienes, como los maniqueos, enseñaron que, si bien o suposición, pues en tal caso un grano de mijo podría estar en todas
las cosas espirituales e incorpóreas están bajo el poder de Dios, en partes, supuesto que no existiese más cuerpo que él. Por esto, la
cambio, las visibles y corpóreas están bajo la potestad del principio ubicuidad por sí conviene al ser que requiere estar en todas partes,
opuesto; y contra ellos se ha de decir que Dios está en todas las cosas cualquiera que sea la hipótesis que se haga.
por su poder. –Hubo otros que, no obstante confesar que todo está Pues esto es lo que propiamente corresponde a Dios, ya que,
sujeto al poder de Dios, negaron, sin embargo, que la Providencia por muchos que sean los lugares que se supongan, aunque fueran
divina se ocupase de las cosas de este mundo, en cuyo nombre se dice infinitamente más de los que hay, es forzoso que esté Dios en todos,
en Job (22,14) que Dios “se pasea por la bóveda del cielo y no atiende porque nada puede existir si no es por Él. Por consiguiente,
a nuestras cosas”; y contra ellos fue necesario decir que está en todo corresponde y es lo propio de Dios estar primariamente y por sí en
por presencia. –Hubo, además, quienes, si bien admitían la todas partes, ya que, sea cual fuere el número de los lugares, es preciso
Providencia divina sobre todas las cosas, sostuvieron que no todas que esté en cada uno de ellos, y no una parte suya, sino según Él es.
habían sido creadas inmediatamente por Dios, sino que Él creó
inmediatamente las superiores y éstas a las demás; y contra éstos fue
preciso decir que Dios está en todas las cosas por esencia.
Por consiguiente, Dios está en todos los seres por potencia,
porque todo está sometido a su poder. Está por presencia, porque todo
está patente y como desnudo a sus ojos. Está por esencia, porque actúa
en todos como causa de su ser, conforme se ha dicho (a.1).
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