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CAPITULO 2 Elnacimiento de las puntocom WANCESLAO CASARES, EL VISIONARIO [Nada hacia suponer en suinfancia que un dia se convertiria en uno de os pioneros de internet en fa Argentina yen uno dels emprendedores lainoamericanos més reconocidos en Estados Unidos. Radicado en Palo Alto, California, desde 2007, la revista Forbes dijo de él que “es un exitoso y ex- perimentado emprendedor que sabe construir empress. Ha creado y vendido compaaas por un total de 1.000 mi llones de délaes”, Por su parte, la revista progresita Slate resalt6 su rol de nexo entre los emprendedores del sur y los inversores de capital de riesgo norteamericanos. “Es el lider no oficial de la didspora latinoamericana en Sli Valley’, eseribis. ‘Wenceslao Casares crecis en un campo sin fronteras,he- chode viento rocas y ovejas,enplena Patagonia argentina Sieuado 300 kilémetros al sur de Esquel, en el limite con Chile el pueblo més cercano estaba a 100 kilbmetros, Era apenas una estacién de policia y un almacén, La inmensi- dad y la inventiva de su padre lo marcaron para siempre. Carlos Casares era un autodidacta que armiaba sus propios aparatos de radioaficionado para romper el aislamiento y comunicarse con Buenos Aires y otros paises. Sus hijos aprendicron a navegar en una laguna en un velero que él construyé con sus propias manos. Casi jugando, alos 6 aiios, Wences (como todos lo llaman) empezé a progra- mar una especie de ealculadora electrnica fabricada por su padre. Después compraron la primera computadora, una ‘TRC8O, luego una Texas y, de a poco, armaron una red casera que usabs toda la familia ‘Mei Casares, su madre, reflesiona: “Nunes llegué aima- ginarme lo que Wences seria después. A mi me parece que en la base hay una cuestién que tiene que ver muchfsimo con esa libertad que vivieron en el campo. Ely sus herma nas, Marfa y Sol, salian a caminar solitos durante horas. El cra el mayor, tendrfa 5 afios. A veces volvian con una lebre ‘o algén animal cazado por los perros. Lo habfan abier to con palitos para ver qué habia adentro. Desde chiqui- to, Wences eta sumamente curioso, Buscaba e investigaba mucho las cosas. Bra dificil que se quedara con la primera respuesta, preguntaba mucho. Al terminar el primario me dijo: ‘Cuando termine el secundario me voy a ira Estados Unidos’. Yo nunca supe por qué, en Esquel nadie hablaba de Estados Unidos”. “Labeca del Rotary me cambié la vido, recuerda Wences, Casares refirindose a su primer viaje de estudios a Nortea- rérica. “Fui aun pueblito Ilamado Washington, en Pensilva- nia, golpeado por lacrisis, Eran muy xen6fobos. Fue un afio urisimo, pero may formador. Me encant6 Estados Unidos. En el aire habia eso de celebrar a la gente que hacfa cosas. ‘Me acuerdo de un vijto que me daba trabajo por las tardes, ‘tenfa un negocio de fotocopiadoras y habia creado una red en todo el Estado. Otro sefior, el principal donante de la universidad del pusblo, arrancé con unos galpones donde vendta madera. Tenfa galpones por todo Estados Unidos. Los conoes a los dos. Eran como yo: venfan de ninguna parte yhabian empezado de cero, Cuando volv‘a la Argen: tina todo parecia muy dificil, sobre todo cuando empecé a buscar capital para crear-mi primera empresa, Internet “Argentina, Lo primero que me preguntaban era: ¢Quién es tu papé, a qué colegio fuiste? Eso te da mucha rabia" En 1993, Casares y sus hermanas erearon la primers ‘empresa proveedora de internet del pais sin proponérseo, Solo querian tener una conexién en la casa y el servicio atin no existia Tenian menos de 20 alos de edad y esta ban estudiando en Buenos Aires. “Yo tenia una beca en 4a Universidad de San Andrés. Un dia alguien me ofrecis cuatro entradas para asistira Comdex, la mayor exposicién dereenologia. Lk te que compartia con ‘Marfa y Sol y les dije: ‘Mafiana nos hacemos la rata’. Era enel Hotel Sheraton, Habis como mil stands. De pronto, ‘Maria nos dice: ‘Vengan, esta computadora esté conectada una red global’. 2Qué?, pregunté, ‘Ahora estoy conecta- ddaa.un servidor en Taiwén, antes estaba hablando con wn {No lo podiamos ereer! Cuando cerraban, tos vinierom a echar. Al dia siguiente llegamos primeros y nos fuimos directo esa computadora. Nos dieron muchas ganas de tener una conexién en casa. Averiguamos cémo hacer. Todavia no habia internet domiciliaria. Solamente trabsjaban con empresas. Nos dijeron que tenfamos que Pouer una orden de compra. Llenamos un monté de for~ mularios. Un dia aparecié en casa un sefior con un taladro Bigamte hizo todo un quilombo y nos dieron una conexién, ‘Permanente, espectacular. Después llamamos a Telecom y al mono: flsco en Ter | pedimos veinte lineas de teléfono (en esa época las ponian, cen [a misma semana). Y empezamos a tratar de entender ceémo haciamos para que la gente llamara por tléfono y se conectaraa internet. Nos lew un parde semanas. La gente IMamaba a informacién, deca que queria internet Ie daban, nuestro miimero. Como éramos los tinicos, empezamos & crecer como locos”. Era el afio 1994, El joven emprendedor tuvo que tomar dos decisiones que no habia anicipado: dejar lafacultad y buscar capital para financiar el proyecto. “Conseguir fon dos fue una odisea, no conocia a nadie y nadie entendia lo aque queria hacer”. Hasta que le recomendaron aun seior que aeeedié a poner el dinero. Durante varios meses invie- tg unos setecientos mil délares. Acordaron que el inversor seria el dueio del ciento por ciento de la empresa y que él quedatfa a cargo del management. De a poco, si cumplia con las meta establecidas, recomprara el 15% de la comps fia, Wences empez6 a conocer las micles del éxito. Ejecut- vos de Telefniea lo tantearon para ver si estab interesado en vender. Como CEO y fundador les dijo que no. Exul- «ante, decidié mudar la empresa 2 un lindo edificio en una calle que Hevaba su mismo apellido: Casares. Sin embargo, ‘una mafiana el suefio termin en pesadilla. Quiso ingresar 4 las oficinas pero Pedro, el empleado de seguridad que € mismo habia contratado, le dio con los ojos viiriosos: “No poddés entra. Me dijeron que laempresa ya no es tuya. és prohibido passe”. Ledieron una caja con sus cosas yun telegrama de des- pido, “Fue un golpe dusfsimo”, comenta Casares. Con los aos comprendié que esa temprana decepeién lo habia templado para lo que haria después. “El 80% de mi ADN ‘como emnrendedor viene de esa exmerioncia. Me hiro mis persistent exigente. Novengopaciencia para trabajar con personas en las que no confi, que no sean ala vex eapaces y buena gente. Siempre me aseguro de que la part legal y Financieraesté bien hecha’. Laresilienci, la capacdad para superar situaiones tra miticss,es uno dels rasgs pscolgicos distintivos de los emprendedores. Es habitual que cuando eventan sus histo rias en pblic, en foros y conferenia, hagan referencia a susmalos momentos. “Se aprende tanto de los éxtos como de los fracasos",sulen dec, Expertos en emprendedoris- smo sefalan que no condenar ni estigmatizar al que le va ral sino ver los eeveses como parte del proceso de aren disey evolucin es una dels carateristicssalientes de Jos ambitos dindmicos eionovadores. Cabizbaj, Casares volvié ala univesided. Pero al poco tiempo estab pidiendo autaizacin para dj los estuios tuna vex mas y armar otra compas, El rectorado de Sat [Andrés eadvirtis que perder subeca Puesto entre laes- pada ya pared, no duds, Estaba decidido a ereae un banco dnlinecon su compaBero Constancio Larguts. Imaginaban tun banco virtual para personas como ells, a quienes as instuciones financiers les ncgaban la posbilidad de tener ‘una cuenta corriente yuna tarjeta de cxélit. “Entre teas coms, queriamos hacer compras online y no podiamos. En ‘ese momento éramos bastante idealistas —admite Casa- 1e8—, pensibamos que internet solucionaria todo” Laide results imposible, porque no pudieron conseguir Ialicencia del Banco Central Peo a través deun gran men- tos Fernando Oris de Roa, Casares conocs al empresasio Zot Agardy, duefio de una agencia de Bolsa que queria ‘vender. Se asociaron con él para ear la primera agencia de Balsa de internet de América Latina: sigujendo el modelo

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