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Auge de la civilización Azteca

Autor: Gutiérrez Espinoza Manuel

Hacia el valle de México

Con la caída de Tula en el siglo XII d.C, comenzó una seria de desplazamientos
poblacionales que tuvieron por destino el valle de México. Muchas de estas culturas que
buscaban otros lugares para establecerse habían pertenecido al imperio tolteca,
buscaban condiciones más propicias para la vida.

Por su parte, gran número de bandas chichimecas sufrieron un proceso de aculturación


al tomar varias costumbres, tradiciones y formas de vida de los chichimecas y al
convertirse en agrícolas sedentarias. La lucha por la hegemonía en el valle de México se
dio entre tres grandes grupos que se establecieron en la ribera de los lagos: los colhuas,
los tepanecas y los acolhuas. Por último los tepanecas cuya capital era Azcapotzalco,
consiguieron el triunfo.

Colhuas, tepanecas y acolhuas.

Culhuacán (sede de los colhuas) fue fundado en 1064 por habitantes procedentes de
Tula. Ello le daba un gran prestigio entre otros pueblos mesoamericanos que, por este
motivo, más tarde deseaban emparentar con la nobleza colhua. En el siglo XIII d.C.
Culhuacán era una fuerza política muy importante en la zona norte de los lagos del valle
de México, en Chalco y Xochimilco. Sin embargo en el siglo XV cayó en manos de los
tepanecas. Los alcohuas estaban integrados por un grupo que había tenido conexiones
en Tula, mezclado con algunos chichimecas llegado a la región en el siglo XII. Estas
comunidades se asentaron en el oriente del lago de Texcoco, su centro político. Los
tepanecas eran grupos provenientes de los valles de Toluca, que se establecieron en
Azcapotzalco, una antigua población teotihuacana. En la segunda mitad del siglo XIV
los tepanecas comenzaron su expansión y poco a poco dominaron algunos pueblos
cercanos. Finalmente, con la ayuda de los mexicas-tenochcas y los mexica-tlatelolcas,
recién llegados a la zona, lograron el predomino sobre culhuacan y Texcoco. Los grupos
mexicas, que en un principio actuaron como mercenarios en la compleja situación
militar del Valle de México, llegaron a controlar la zona en la primera mitad del siglo
XV.

Aztlán

Cuenta la tradición que los aztecas entonces llamados también atlacachichimecas,


vivían en Aztlán (lugar de las garzas), donde se dedicaban a actividades agrícolas, a la
pesca y la explotación de otros recursos naturales. Aztlán era, una isla situada en una
laguna, pero nunca ha sido posible ubicar este lugar con exactitud y el tema ha suscitado
numerosas especulaciones.

Debido a las inclemencias del clima y las presiones que ejercían sobre ellos los
aztlanecos (un grupo dominante al que le rendían tributo) los aztecas decidieron emigrar
de la región para ir en busca de mejores tierras. Era una comunidad pequeña que
buscaba su autonomía y nuevas posibilidades de expansión política.

La peregrinación mexica

Huitzilopochtli, el dios más importante de los aztecas, recibía también el nombre de


Mexitli. Según el relato mágico esta deidad tomó forma de águila y, al iniciar la
peregrinación, les indico a los aztecas que tomaran el nombre de mexicas. Tras un largo
recorrido, los mexicas agrupados en siete tribus u guidaos por varios sacerdotes que
seguían los designios de su dios, llegaron a Coatepec, donde encendieron el primer
fuego nuevo, ceremonia con la que festejaban el fin de un ciclo calendárico de 52 años.

Después de Coatepec, los mexicas ocuparon Tula, que en esta época ya había sido
abandonada por los antiguos toltecas. Allí permanecieron algún tiempo. Un grupo se
instaló de fijo en el lugar y permaneció hasta el momento de la conquista. El grupo más
numeroso siguió su camina pasando por varios lugares de lo que hoy es el estado de
hidalgo y, posteriormente, por varios puntos del actual estado de México.

Finalmente, en el año de 1276, los aztecas llegaron a Chapultepec, donde tuvieron


problemas con sus vecinos puesto que se trataba de una zona estratégica. La guerra
estuvo muy cerca de aniquilar a los mexicas. Algunos grupos decidieron establecerse en
Culhuacán y Acolhuacan, como vasallos de los tepanecas. Otros se asentaron en el
islote del lago de Texcoco, que pertenecía al señor Azcapotzalco. En este sitio los
mexicas se adaptaron al medio y comenzaron a expandir su territorio a través de
chinampas (terrenos crecidos artificialmente sobre las aguas y destinados al cultivo),
actuación con la que demostraron su
capacidad para sobrevivir.

Los colhuas decidieron emplear a


los mexicas como auxiliares en las
luchas que libraban contra algunos
de sus vecinos, Por este motivo los
mexicas pelaron contra el señorío de
Xochimilco, a cambia de lo cual los
colhuas los liberaron el vallasaje. De
cualquier forma, un grupo de
mexicas se quedó en Culhucán y los
jóvenes comenzaron a relacionarse
En esta figura se nos muestra como se podía encontrar la por matrimonio con los colhuas, que
organización política de los mexicas, estando en lo más alto de la eran de ascendencia tolteca.
pirámide el tlatoani (rey).

Sin embargo, después de un tiempo los mexicas salieron de una manera violenta de
Culhuacán.
Por fin llegaron al lugar donde encontraron la señal de Huitzilopochtli les había dado
para establecerse de fijo. Una águila, parada sobre un nopal, que devoraba a una
serpiente. En este lugar en el año de 1325, se fundó México-Tenochtitlán.

Tenochtitlán y Tlatelolco

Aparte de Tenochtitlán, en
1338 un grupo de mexicas
descontentos decidió fundar
otra cuidad la cual recibió el
nombre de de México-
Tlatelolco. Tanto los mexicas
tenochcas como los tlatelolcas
rindieron tributo a
Azcapotzalco y tomaron
partido por los tepanecas en
las guerras por el poder que se
desarrollaban en la zona. Los
tepanecas en plena expansión.

Guerrero azteca, un mural detallado que nos muestra el arte la cultura


Después de un tiempo, azteca una de sus formas de interpretación.
Tenochtitlán y Tlatelolco
crecieron en importancia y pudieron escoger a sus soberanos, con el consentimiento de
Tezozómoc. En 1376, Acamapichtli, príncipe oriundo de Culhuacán, fue proclamado
tlatoani (rey) de Tenochtitlán. Por su parte, el tepaneca Cuacuauhpitzáhuac se convirtió
en tlatoani de Tlatelolco. Poco a poco, el desarrollo de Tenochtitlán se fue concentrando
en la guerra y el gobierno, mientras Tlatelolco se convirtió en un destacado centro
comercial, gracias a la presencia de los pochtecas, es decir los comerciantes.

El sucesor de Acamapichtli fue Huitzilihuitl, que después de su matrimonia con una hija
de Tezozómoc, consiguió reducir los tributos pagados a Azcapotzalco. Chimalpopoca,
nieto de Tezozómoc, reinó de 1417 a 1427 y durante este periodo los mexicas ayudaron
a los tepanecas a conquistar la cuidad de Texcoco. A la muerte de Tezozómoc terminó
una era de relativa paz impuesta por la supremacía tepaneca. El sucesor, Maxtla, agredió
a los mexicas y mandó asesinar al tlatoani de los tenochcas, Chimalpopoca, y al señor
de Tlatelolco, Tlacatéotl. Esto provocó una rebelión de los mexicas contra sus amos,
con la ayuda de los colhuas, dirigidos por Nezahualcóyotl.
La Triple Alianza

En 1430 los tepanecas fueron derrotados por las fuerzas conjuntas de los mexicas y los
aliados, acaudillados por Izcóatl, sucesor de Chimalpopoca. Distintos señoríos que
habían sido sometidos por los tepanecas fueron ocupados por los mexicas. Tal fue el
caso de Xochimilco y Texcoco, cuya liberación era una de las metas que se había
propuesto Nezahualcóyotl.

Esta victoria, que


trajo consigo la
consolidación y plena
independencia de
México-Tenochtitlán,
marcó el inicio de una
época de esplendor.
El nuevo equilibrio
facilitó la expansión
del naciente imperio,
para la cual se empleó
una unión política
militar que se ha dado
en llamar la Tripe
Alianza.
Algunas vasijas utilizadas por los aztecas que tenían el uso de guardar otros objetos,
esto es una maestra de cómo era el imperio azteca.
Esta fue pactada entre Texcoco, Tenochtitlán y Tlacopan o Tacuba. De esta forma, el
valle de México quedó dominado por los gobernantes de estos lugares: Nezahualcóyotl,
Izcóatl y Totoquihuatzin, respectivamente. Aunque el señorío de Tlatelolco participó en
la caída de Azcapotzalco, no fue invitado a formar parte de la alianza.

Por un tiempo se convirtió en competidor de Tenochtitlán, hasta que esta cuidad


terminó por controlar directamente al gobierno de Tlatelolco. A Izcóatl lo sucedió
Moctezuma I.

El dominio mexica.

En menos de cien años, los mexicas y sus aliados se extendieron primero por el
altiplano central y después hacia las costas. Dominaron parte de los actuales estados de
Puebla, México, Oaxaca, Veracruz, Hidalgo, Guerrero, Morelos y el Distrito Federal.
Los pueblos conquistados conservaban su autonomía política sólo si se comprometían a
rendir tributo a los mexicas. Dentro del territorio conquistado había algunos pueblos que
no fueron incorporados al imperio, como Tlaxcala en las cercanías de Puebla; Tultepec,
en la costa de Oaxaca; la región de los yopis, en Guerrero, y la zona de Metztitlan-
Totopec, entre Puebla, Hidalgo y Veracruz. Michoacán tampoco pudo ser conquistado.
Las fuerzas de Axayácatl, sexto Tlatoani de Tenochtitlán, Fueron detenidas por los
Tlatoanis mexicas
tarascos en Taximaroa, Acamapichtli 1376-1396
actualmente en el estado de Huitzilihuitl 1396-1417
Hidalgo, tras una horrible Chimalpopoca 1417-1427
derrota. Los aztecas tuvieron que Izcóatl 1427-1440
conformarse con cuidar la Moctezuma I 1440-1469
frontera occidental para evitar las Axayácatl 1469-1481
incursiones de los tarascos. Tizoc 1481-1486
Ahuizotl 1486-1502
En 1503, después de la llegada de Moctezuma II 1502-1520
Cuitláhuac 1520
Moctezuma Xocoyotzin al poder
Cuauhtémoc 1520-1521
(que era tlatoani a la llegada de
los españoles), Tenochtitlán había controlado a los miembros de la Triple Alianza y se
convirtió en el mayor centro urbano en Mesoamérica.

Agricultura azteca

En comparación con los pueblos europeos de la época, la técnica y el instrumental


empleados por los aztecas se encontraba poco desarrollados. No se usaban el arado, no
utilizaban ningún animal como fuerza de tracción o de carga y no conocían la rueda.

Desde los principios de su historia, en Aztlán, construían terraplenes para el cultivo y


empleaban sistemas de riego. El instrumento que usaban para labrar la tierra, lo mismo
que en el resto de Mesoamérica, era la coa, que entre los mexicas lo denominaban
huictli. Se trata de un palo aguzado, de madera resistente dura. Como sistema de cultivo,
se usaba la roza, muy común en Mesoamérica, que consiste en desmontar terrenos a
base de fuego y prepararlos para la siembra en la actualidad se sigue usando este
método de cultivo. Sin embargo, en la región de los lagos, entre los mexicas surgió una
forma de cultivo intensivo mediante las chinampas. Éstas eran una especie de huertos
flotantes, hechos con cañas, ramas, barro y limo. Antes de cada siembra renovaba el
suelo de la chinampa con cieno del fondo de los canales. Esta forma era muy productiva
y muy antigua entre los mexicas. El maíz constituyó el alimento básico de la población.
También se cultivaba gran variedad de productos, como jitomate, frijol, calabaza, chía y
chile.

Organización social y tenencia de la tierra

La sociedad mexica estaba perfectamente estratificada. En principio, había una


diferencia muy clara entre los pipiltin, nobles, y los macehualtin, gente del pueblo. Esta
clasificación era válida sólo para la población mexica. Los que eran de otro origen
étnico (como los pochtecas, algunos artesanos y los tlameme o cargadores), aunque
carecieran de un linaje importante y no contaran con recursos, no recibían el nombre de
macehualtin. Además, había una seria de clasificaciones de acuerdo con la actividad de
la gente.
Los pipiltin ocupaban los puestos más altos, ya fuera de la administración, en la
jerarquía religiosa o el ejército. Con ciertas restricciones, los miembros de este sector
podían tener tierras, en la modalidad de propiedad privada; estaban exentos del pago de
impuestos, y podían percibir tributo y valerse del servicio de otras personas de menor
rango. Los macehualtin en su gran mayoría se dedicaban a las labores agrícolas; eran el
sector productivo de la sociedad. Un macehualli, aunque ascendiera en la escala social
por sus méritos en el sacerdocio o en la guerra, no se convertía jamás en un pilli.

El trabajo de los tlameme, en una sociedad que no tenía bestias de carga ni ruedas, era
indispensable. Casi todos eran de origen étnico distinto al mexica: en muchos casos de
los pueblos conquistados los entregaban como tributo. Los mayeque eran equivalentes a
los macehualtin de los lugares que habían conquistados los mexicas, como
Azcapotzalco. Eran étnicamente distintos a éstos. Trabajaban las mismas tierras que
antes habían trabajado en forma comunal, pero el fruto ya no era para ellos sino para el
pilli al que le habían otorgado las tierras. Tenían la obligación de realizar servicios
domésticos para su señor y de ayudar a los mexicas en la guerra, si lo requerían. Eran
libres, pero en virtud de la posición
tan relegada que ocupaban en la
sociedad mexica, no tenían
posibilidades de progresar.

Los tlatlacohtin se han identificado


con los esclavos, pero éste es un
término que debe usarse con
muchas reservas. En general, la
condición de sumisión era temporal.
Un hombre podía convertirse en
tlatlacohtin por robo, deudas,
homicidio, etcétera, o incluso por
voluntad propia o familiar. El
tlatlacohtin se comprometía por un
tiempo a realizar algún trabajo, ya
fuera doméstico, agrícola o de
carga, a cambio de alimento. Podía
tener propiedades y en ocasiones Caballero tigre: gozaba de privilegios y desempeñaba funciones
recibía más bienes a cambio de su especiales
trabajo que un individuo del pueblo.
De cualquier forma, la condición de tlatlacohtin siempre consideraba como un castigo.
Los mamaltin eran prisioneros de guerra. No tenían ninguna importancia dentro del
sistema productivo. Su destino era el sacrifico. Por su parte, los pochteca, comerciantes,
y los amanteca, artesanos, en general tenían una situación económica mejor que la del
resto de la población y comenzaban a diferenciarse una clase social propia.
El gobierno del Estado

Por encima del calpulli se ubicaba la estructura del Estado, centrada en torno al máximo
gobernante, el tlatoani. Tras la muerte de un monarca, un consejo de nobles escogía al
sucesor, por lo general, miembro del mismo linaje real. El tlatoani inspiraba gran
respeto a sus subordinados. Entre sus tareas destacaba la de nombrar algunos
funcionarios estatales y militares, dirigir campañas de guerra, supervisar las actividades
comerciales y la recaudación de tributos, administrar justicia en última instancia y
presidir ritos religiosos. El tlatoani era la cabeza de la pirámide social y el máximo
sacerdote de Huitzilopochtli, por lo que el gobierno azteca puede considerarse
teocrático. Los sacerdotes superiores, los militares y los pochtecas compartían, en cierta
proporción, los privilegios de la nobleza.

El comercio a la larga distancia estaba protegido militarmente. Existían dos órdenes


militares, los caballeros águila y los caballeros tigre, que gozaban de privilegios y
desempeñaban funciones especiales.

Comercio y tributo

Uno de los motivos de los mexicas para


lanzarse a la guerra y conquistar otras
regiones fue obtener los productos
necesarios para cubrir las necesidades de
una población muy numerosa. Algunas
campañas militares tenían como fin el
control de áreas en las que se cultivaban
productos de valor extraordinario. Por
ejemplo, Ahuizotl emprendió la conquista
del Soconusco, actualmente en el estado
de Chiapas, con la intención de conseguir
cacao.

El tributo, es decir, el pago en especie o en


trabajo, fue muy importante en la sociedad
azteca. El imperio azteca, lo mismo que
otros imperios mesoamericanos, se
organizaba en torno al pago de tributos y a
la contribución militar por parte de los
pueblos sometidos. Por lo demás, éstos
eran independientes. No sólo los pueblos
Vasijas de la civilización azteca hechas por los artesanos de
la época
conquistados tributaban a los mexicas: en
la estructura interna de la propia sociedad
mexica también existía este tipo de imposición. La (matricula de los tributos) que ha
llegado a nuestros días conserva la lista de los bienes que se entregaban a Tenochtitlán
para su depósito en los almacenes de la cuidad. En ella se encuentra una larga lista de
productos: maíz, frijol, chía, chile, cacao, miel, sal, algodón, madera, plumas, petates,
copal, tabaco y otros insumos de gran valor como el oro.

Los beneficios del tributo se destinaban al tlatoani, su corte y un pequeño grupo de la


clase dominante. Se suponía que en caso de hambre el máximo gobernante estaba
dispuesto a compartir sus reservas con la población en general.

Las prácticas artísticas mexicas

La pintura mural y la escultura (prácticas heredadas de los toltecas) eran muy


importantes en las manifestaciones artísticas de los mexicas. Las pirámides y templos
estaban recubiertos de pintura policroma con motivos religiosos. El tlahcuilo, (pinto),
tenía enrome relevancia. Él era el encargado de pintar códices y los murales. Conocía
las formas de escritura, los
símbolos, la mitología y la
tradición de su pueblo para
poder plasmar todo ello en su
obra. En el recinto del templo
mayor había una gran
cantidad de esculturas. La
monumental Coatlicue, la
Coyolxauhqui y el calendario
azteca son algunos de los
ejemplos. La escultura era un
complemento para los
espacios sagrados y servía, a
la vez, de objeto de culto y de
representaciones de los
mensajes divinos. Hay
además algunas piezas que
hacen referencia a
acontecimientos históricos.

La variedad de la escultura
azteca abarca desde el bajo
relieve hasta las figuras de
Mural hecho por un artesano. Los artesanos tenían que conocer bien sus grandes proporciones que
tradiciones y costumbres de su pueblo para plasmarlo. dejaron testimonio de la
versatilidad de esta
civilización precolombina. La
técnica que utilizaban consistía en labrar piedra con piedra, puesto que no disponían de
instrumentos de metal. En el estilo de expresión, sobresale el ejemplo de figuras
geométricas, aunque casi siempre la línea se desvanece para dar un sentido unificador al
tema de la obra. Coatlicue, por ejemplo tiene una estructura piramidal y geométrica en
la que se incorporan símbolos, serpientes, corazones, garras de águila y pechos de
mujer, entre otros diferentes elementos. La abundancia de representaciones naturalistas
(cráneos, flores y serpientes) combinadas dota de un complejo valor simbólico a la
escultura mexica, que adquiere un sentido trágico humano y sagrado a la vez. De esta
manera, los mexicas habían alcanzado un elevado nivel de desarrollo en todos los
campos de acción. Ello puedo comprenderse en razón de las varias influencias que
recibieron.

A su llegado, los conquistadores españoles quedaron sorprendidos ante la riqueza de las


tradiciones aztecas y su civilización, manifiesta en los aspectos políticos, económicos,
educativos, artísticos y religiosos.

El rechazo a todos estos valores y la codicia de los bienes materiales serian el punto
medular de la Conquista.
Obras consultadas:

Libros:

Delgado, G. (2002), Historia de México, México, Ed. Pearson Educación.

Enciclopedia Océano de México, (2005), Los mexicas, España.

Museos: Museo Nacional de Antropología e Historia

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