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Políticas Públicas,

Descolonización y
Despatriarcalización
en Bolivia, Estado
Plurinacional.

Horizontes emancipatorios de la Gestión Pública en el


Proceso de Cambio.

Si el feminismo es un abanico de opciones…


la despatriarcalización es un arma cargada de dignidad y esperanza.

LA PAZ, AGOSTO 2011


Indicadores Temáticos

<Políticas Públicas><Descolonización>< Despatriarcalización><Colonialismo><Patriarcado><Estado


Plurinacional><Gestión Pública><Derechos Humanos><Derechos Indígenas><Derechos de la Mujer>

Políticas Públicas, Descolonización y Despatriarcalización en Bolivia, Estado Plurinacional.

Félix Cárdenas Aguilar.


Patricia Flores.
Idón Moisés Chivi Vargas.
Claudia Espinoza I.
Amalia Mamani Huallco.
Esperanza Huanca Mendoza.
Elisa Vega Sillo.
Emilio Hurtado Guzmán.
Colectivo Araña.

Primera edición

La Paz, Bolivia. Agosto, 2011

Diseño y diagramación:
José A. Fuentes Arzabe

Depósito Legal:
4-1-1842-11

ISBN:

Impreso en Bolivia
Printed in Bolivia


Índice
Presentación 5
Parte I
Aportes para el debate sobre despatriarcalización, estado plurinacional
y políticas públicas.
Bolivia vive un proceso histórico. (Félix Cárdenas Aguilar) 15
Rastreando los orígenes de la dominación:
cuando la diosa fue sustituida por el mito de dios (Patricia Flores) 20
Descolonización y Despatriarcalización en las Políticas Públicas (Idón Moisés Chivi Vargas) 51
Despatriarcalizando, el Estado y la sociedad, sin permisos (Claudia Espinoza I) 77
La Despatriarcalización entre Momento Constituyente y Momento Constitutivo
(Amalia Mamani Huallco) 88
Sin Despatriarcalización no hay Descolonización… (Esperanza Huanca Mendoza) 99
Despatriarcalización y Salud Sexual Reproductiva, algunas cosas no dichas…
(Elisa Vega Sillo) 105
Reflexiones sobre el Servidor Público y el burocratismo decadente. (Colectivo Araña) 108
Parte II
El Matrimonio desde nuestra identidad: un programa para descolonizar el
matrimonio y despatriarcalizar la familia.
“Los matrimonios desde nuestra identidad tienen la misión de luchar contra el racismo y el
patriarcado…” (Félix Cárdenas Aguilar) 113
Del matrimonio y familia patriarcal, hacia las nuevos matrimonios y familias desde nuestra identidad.
(Emilio Hurtado Guzmán). 117
Parte III
Nuestros programas en desarrollo
Matrimonios Colectivos desde nuestra Identidad 131
Anteproyecto de Ley de Equivalencia Constitucional 140



PRESENTACIÓN

Que las mujeres son la mitad del género humano, no hay duda alguna. Que constituyen
la principal fuerza de trabajo en cada país de matriz colonial, las cifras nos lo recuerdan de
modo constante. Que son las peores pagadas y sufren la mayor cantidad de violencia física,
psicológica y sexual, las Naciones Unidas tienen datos escalofriantes.
Vivimos un orden criminal en el mundo, donde el orden colonial junto al orden patriarcal,
constituyen su sustento fundamental.
El genocidio cotidiano, aquel que no aparece en las cifras de cada país, esta encubierta entre
cuatro paredes, está en las leyes, está en las políticas públicas, en los proyectos de desarrollo,
está en la religión, en la educación, está en una larga cadena de las cotidianidades invisibles.
El Estado como “campo de lucha”, es hoy el responsable de reparar viejas injusticias contra
los pueblos indígenas y contra las mujeres. Viejas injusticias sistemáticamente diseñadas por el
orden colonial y patriarcal del Estado liberal, republicano y neoliberal, que hoy, por mandato
constitucional tenemos que dejar en el pasado.
El presente texto, más que un libro de recetas novedosas, es una invitación a la exploración por
senderos poco conocidos de los “cómos” se piensa la descolonización y la despatriarcalización
en las políticas públicas, en el horizonte emancipatorio que lucha contra el supremacismo
cultural y patriarcal que constituyen la herencia colonial
Iniciamos la travesía con el Discurso Informe de presentación ante el Comité contra el Racismo y
Toda Forma de Discriminación de las Naciones Unidas (CERD), en Ginebra-Suiza, Febrero del
2011, preparado por el Viceministro de Descolonización Félix Cárdenas Aguilar


Quien sentencia de modo categórico que:
“El Estado es Patriarcal.
Racismo y Patriarcado, son los ejes fundamentales del estado colonial.
El imperativo [por tanto] es, DESCOLONIZACION, descolonización a todo nivel.Descolonización
educativa, descolonización religiosa descolonización de las FFAA, descolonización de la
policía, descolonización de las leyes…”
Acaba el informe sentenciando:
“O SE MUERE EL CAPITALISMO O SE MUERE LA MADRE TIERRA solo así podremos construir
una sociedad del VIVIR BIEN, del Suma Qamaña, del Sumaj Kawsay, del Ñandereko.
Hemos vivido 500 años de sangre, pero también 500 años de esperanza, que la sangre no tape
a la esperanza.
Ese es nuestro sueño.
Ayúdennos a que nuestro sueño se haga realidad”.
Continúa el texto con un trabajo de Patricia Flores, quien con suficiente información etnohistórica,
realiza la sistematización de abordajes a la historia del patriarcado, no en un marco de
complacencia teórica, sino en un evidente compromiso político, la autora señala por ello que:
“No es posible transitar hacia la despatriarcalización sin acercarnos a los umbrales históricos
sobre los que hace más de dos mil años se asentó el patriarcado y sino indagamos en nuestras
memorias antiguas las cimientes míticas e históricas que se anclaron en nuestras cosmovisiones,
porque al ser parte de este Cosmos los indicios arqueológicos, los textos sagrados, los universos
simbólicos o los mitos de creación nos remiten a interconexiones milenarias comunes bajo los
mismos ropajes de la vida y la muerte”
Cierra el texto, con una afirmación indudablemente provocadora:
“El poder de la fuerza, el dominio asentado en la violencia, la sumisión, el menosprecio y la
subordinación se impusieron primero, luego vino la Inquisición con sus miedos religiosos, con el
pecado, que cercenaron nuestras subjetividades y también nuestros cuerpos, lo complementario
se convirtió en opuesto, en enfrentamiento, en dolor cotidiano, sin Loma Santa que nos proteja,
pero no aniquilaron la fuerza para despertar a nuestras Diosas Creadoras, a la Pachamama,
nuestra Madre Tierra, para escribir otras historias, verdaderamente respetuosas de la vida, de
la diferencia, con equidad, profundamente despatriaralizadoras, como nuestras diosas fundidas
en la fuerza de la Luna, que muere de día y resucita de noche sin dejar de estar viva y en
complementariedad, creciente y menguante, contenida y trascendida.”


Un tercer trabajo realizado por Idón Chivi recorre el desplazamiento discursivo de la
descolonización, la despatriarcalización y su transformación en políticas públicas, sin duda el
final del documento nos convoca a su lectura: “Pero a pesar de todo este andamiaje entre teoría
y práctica, hay un déficit que de no resolverlo pronto, nos pone en peligro de caminar como el
cangrejo, hacia atrás y no saberlo…
“Poder, derecho, verdad, son entonces el eje de transformación del Estado, constituyen la
materia prima con la cual, la descolonización y la despatriarcalización, tienen que tropezar
constantemente, es algo que no se puede evadir, sino asumir como un campo de tensiones y
de lucha, un campo que nos oferta los mecanismos para enfrentar exitosamente a eso que los
teóricos llaman los caminos de la biopolítica”.
En el camino se encuentra a Claudia Espinoza, quien en al final de su documento nos reflexiona,
y al hacerlo nos convoca a un pacto político que:
“Para asumir la descolonización y la despatriarcalización hace falta, entonces, reconocer el
colonialismo y el patriarcado en las formas más disímiles y heterogéneas de su recurrencia
en el Estado y la sociedad. Pero no se trata de un descubrimiento académico, es un recorrido
atento por la historia y la vida cotidiana de los pueblos, identificando la multiplicidad de
identidades que quizá nos hemos negado a ver. Con esta propuesta de itinerario, se apunta
a construir conocimiento individual y colectivo para democratizarlo; hacer política desde las
calles y de manera institucionalizada; pasar de la vida cotidiana a los poderes estatales. No
hay que descuidar ningún espacio, no hay que escindir la existencia en parcialidades sino
articularlas, no hay que abandonar ninguna utopía, no hay que dejar de nombrar las palabras y
las cosas. Caso contrario, ¿cómo vamos a entender la mayor consigna feminista de “lo personal
es político”?
Esperanza Huanca, Jefa de la Unidad de Despatriarcalización en un trabajo pensado desde la
comunidad nos interioriza de cómo la despatriarcalización se entiende desde la institucionalidad
estatal:
“Hay muchas teorías del patriarcado, que han escrito mujeres, pero también tenemos nosotros
que producir desde aquí, porque de otros países nos escriben, nos dicen. Hay muchas teorías
de feministas que nunca han vivido nuestra realidad, por eso dicen que despatriarcalizar no es
lucha de las mujeres en razón del hombre. Por eso la pelea no es de la mujer contra el varón como
otros piensa, no es eso. Despatriarcalizar no es el feminismo de la igualdad, ni de la diferencia.
Despatriarcalizar no es llegar al matriarcado y decir: “los varones como nos han hechos sufrir,
ahora como nosotras vamos a llegar al poder, igualito les vamos a hacer”.
Despatriarcalizar es un lucha conjunta de mujeres y varones contra este mal del patriarcado,
tenemos que luchar tanto mujeres como varones, esa es la tarea…”


Se puede deducir de la cita que la despatriarcalización es la radicalización teórica y política de
los derechos de las mujeres, pero no para lograr venganzas justicieras, sino hacer que el Estado
desarrolle política publicas reparatorias de los derechos conculcados, restituir derechos y hacer
posible el Vivir Bien.
Elisa Vega, profesional de la Unidad de Despatriarcalización, rompe un mito antropológico muy
difundido en la literatura y del cual algunas feministas se agarran para decir que en los andes no
hay aborto, que el aborto causa estragos naturales, etc., etc. Elisa, desde su experiencia, como
profesional en enfermería y Kallawaya, nos ilustra sobre el espaciamiento de los embarazos
en los pueblos indígenas, y al hacerlo rompe un mito, un mito propio del racismo intelectual,
veamos:
“En la atención del parto, el médico adquiere el dominio patriarcal del cuerpo de la mujer, del
bebe, de los familiares haciéndose el que sabe todo, que todos deben obedecerle, peor todavía
si el paciente es pobre, indígena o humilde.
El patriarcado ha buscado otras formas de adquirir el poder invisibilizado, se refleja hasta en
órganos reproductivo femeninos, los cuales llevan el nombre del varón, por ejemplo: las trompas
de Falopio.
En el tema de aborto pasa lo mismo, las mujeres no son autónomas ni de ellas mismas, no tienen
una decisión propia. La decisión toma un juez, el medico o su pareja, esto refleja que las
mujeres, en nuestros derechos, no somos respetadas.
En los pueblos indígenas el aborto existe, de manera que solamente era (es) asunto de mujeres
y la Madre tierra. Por qué digo solamente de mujeres el aborto, o entre mujeres. La planta
abortiva (huachanqa) solo puede ser arrancada o recolectada por una mujer mayor, de un
lugar sagrado. La preparación es de mujer, entrada del sol, al anochecer, o del lado opuesto de
sol, esto significa la presencia de mama killa.
Todo esto refleja que no había la participación de hombres, solo había la participación femenina.
En la actualidad todo los saberes y conocimientos ancestrales están ignorados, las sabidurías
de las mujeres usurpados por médicos hombres”
Por su parte Amalia Mamani, nos invita un pensar la despatriarcalización como instrumento de
reconstrucción del discurso legal en materia de despatriarcalización, nos ayuda a comprender
momento constituyente y momento constitutivo, donde el avance despatriarcalizador hasta la
constitución de Oruro, tiene su regresión patriarcal en los acuerdos del congreso en octubre del
2008, una fuerte crítica hacia al supremacismo patriarcal inaugura el documento, evidenciando
de este modo el lenguaje androcéntrico del Derecho, y no solo ello, sino ver las fuerzas en
pugna, cómo verdad derecho y poder, confluyen en lo que Bordieu denomina “campo jurídico”,
por ello para finalizar el documento la autora nos dirá:


“Entonces, el proceso de desarrollo normativo post constituyente abre un fuerte campo
lingüísticode construcción de una nueva semántica política que proviene de viejas luchas
emancipatorias, pocas veces tomada en cuenta como formadora de conceptos radicales,
radicalizadora de la igualdad de género, y por ello mismo insurgente contra la colonialidad del
poder del saber, del ser y de la Pachamama.
Insurgente y emancipatoria del patriarcado neoliberal de base colonial, en efecto y tal como lo
señala acertadamente Marcela Lagarde “El neoliberalismo patriarcal es opuesto a un desarrollo
que elimine la desigualdad y el régimen político no asegura la participación democrática
mayoritaria. Las instituciones del Estado deben ser reformadas radicalmente de tal manera que
el Estado deje de ser un lastre y se convierta en promotor de las innovaciones” en ese camino
está la Unidad de Despatriarcalización.
Pero y fundamentalmente, pensar la despatriarcalización como una estrategia emancipatoria,
visibilizadora de las estrategias patriarcales del poder y las tácticas democráticas de la
despatriarcalización”.
Cierra esta primera parte un documento de reflexión política inevitable, el Colectivo Araña nos
recorre los pasillos de la burocracia, los autores nos dicen:
“Uno de los servidores, al cumplir con la disposición de Recursos Humanos, de “hacer sellar las
boletas de salida en todas las entidades” donde se vaya, recibió una fuerte crítica indicando que
era una práctica colonial la no confianza en sus dependientes.
Esto llegó a conocimiento de Despacho de nuestra Ministra y la Jefa de gabinete, mediante
llamada telefónica, indicó que no debería realizarse más esa práctica. Sin embargo grande
fue la sorpresa que días después llega una instructiva, fortaleciendo lo que se había dicho que
estaba mal: “hacer sellar las boletas de salida”.
Esta es la realidad en la que nos encontramos y desde el punto de vista de la descolonización,
es un aspecto que hay que cuestionar o mejorar radicalmente, lo contrario implica que muchos
no están entendiendo (o no quieren entender) el proceso de cambio.
Es hora de cambiar la idea de que “las corbatas”, el título o el cargo, implican poder, por el
contrario, estos deben implicar servicio, buen trato, cordialidad, voluntad, comprensión,
compromiso, etc. aspectos subjetivos muy importantes para el desenvolvimiento y aporte al
proceso de cambio”.
En la segunda parte del texto nos concentramos en el Programa de Matrimonios Colectivos
desde nuestra Identidad, abre el apartado Félix Cárdenas quien en su discurso del evento el 7
de Mayo señalaba que:


“El patriarcado no es simplemente la lucha del hombre contra la mujer y la mujer contra el
hombre, sino que tiene fundamentos religiosos.
Nos han hecho creer que Adán era feliz, pero por culpa de Eva ha sido expulsado del paraíso
Desde ese momento la iglesia ha creado preceptos religiosos en contra de la mujer, y esos
preceptos religiosos se han convertido en conductas cotidianas de la sociedad en contra de la
mujer y esas conductas cotidianas se han convertidos en leyes en contra la mujer.
Así se construye patriarcado.
Y los estados coloniales son fundamentalmente patriarcales por esos los matrimonios tienen la
misión de luchar contra el racismo y el patriarcado, porque hay un modelo de familia que nos
han enseñado, donde el marido se convierte en el dueño de la mujer, en el dueño de los hijos,
en el dueño del futuro de esa familia; o sea, el matrimonio es el escenario de la consolidación
del patriarcado.
Ese tipo de matrimonio no nos sirve para construir un estado plurinacional. Por eso estamos
instituyendo un nuevo modelo de familias que no sea patriarcal, que tenga una base
plurinacional de corresponsabilidad, de reciprocidad y de complementariedad.
Con ese nuevo modelo de familias podemos construir el estado Plurinacional”
Emilio Hurtado Guzmán, cerrando este apartado nos señala:
“Hoy, predomina en nuestra sociedad boliviana el matrimonio y la familia patriarcal, donde el
hombre domina a la mujer y los hijos, y en muchos casos ejerce varios tipos de opresión sobre la
mujer. La mujer indígena valorada como la reproductora de la vida en las culturas originarias,
con el proceso de la colonización que se impone en la relación hombre-mujer es inferiorizada
para luego ser explotada de múltiples maneras, no sólo por parte de su pareja sino por el resto
de la sociedad y el Estado colonial mismo y a través de la iglesia católica.
En este breve trabajo abordaremos cómo se impuso el patriarcado en el matrimonio y la familia
indígena originaria a partir de la colonización, y posteriormente, frente a esto cómo el nuevo
Estado Plurinacional de Bolivia emprende una política inicial, como es el Programa de los
Matrimonios Colectivos desde Nuestra Identidad, encaminándose de esta manera a fortalecer
la familia para avanzar hacia la construcción de una sociedad más justa y armoniosa para vivir
bien”.
En la parte tercera del texto, vemos dos trabajos que visualizan la programación política de la
Unidad de Despatriarcalización, que nos hacen recorrer los pasillos de los debates internos y su
concreción programática como ejercicio teórico de lo que después son los tramos prácticos.

10
El primer documento “Matrimonios Colectivos desde nuestra Identidad” resumen la aplicación
programática del Plan, tanto en el orden normativo transformaciones radicales en la Codificación
Familiar, la Ley de Registro Civil, y la Codificación Penal, en materia de Políticas Públicas
contra la violencia y el aprendizaje de qué políticas emancipatorias del patriarcado se pueden
desarrollar en el núcleo familiar.
El segundo documento contiene el Anteproyecto de Ley de Equivalencia Constitucional, que
refleja los horizontes de la despatriarcalización en los procesos de designación en los Órganos
Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Gobiernos Departamentales y Gobiernos Municipales, sin
duda, un documento que conviene leerlo en toda su extensión, el anteproyecto constituye
una transformación radical de la institucionalidad estatal que iniciará una nueva etapa de la
administración pública por América Latina.

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Aportes para el debate sobre
despatriarcalización,
estado plurinacional
y políticas públicas.

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Bolivia vive un Proceso Histórico

Félix Cárdenas Aguilar


Discurso Informe de presentación ante el Comité
contra el Racismo y Toda Forma de Discriminación
de las Naciones Unidas (CERD)
(Suiza / Febrero 2011)

Bolivia vive un Proceso Histórico, por primera vez, desde la fundación de Bolivia en 1825, tenemos
un Presidente Indígena, y lo tenemos sin haber recurrido a la violencia, lo hemos hecho dentro de sus
propias reglas democráticas.
Lo hemos hecho vía voto popular, sufragio universal. Antes, las distintas versiones de la derecha
obtenían, unos el 15% otros el 17% y otros el 20% y se juntaban todos para garantizarse gobernabilidad
ellos mismos.
Hoy, con Evo Morales, solitos logramos el 64%. La construcción de una sociedad de iguales respetando
nuestras diferencias es el desafío mayor que tenemos. Pero para saber qué tipo de país tenemos que
construir, primero tenemos que saber qué tipo de sociedad somos nosotros.
Desde la fundación de Bolivia, nos han enseñado en las escuelas, en los colegios, que “Bolivia es una
sola nación, un solo idioma y una sola religión….”
Y por esa visión monolineal de ver el país, jamás pudimos construir una identidad nacional, y como
no pudimos construir una identidad nacional, no pudimos diseñar políticas de Estado para desarrollar
nuestro país, y por eso estamos como estamos…es una cuestión de Identidad.
Por eso, caracterizamos a Bolivia.
Bolivia, un país fundado sin nosotros, los pueblos indígenas.
Es más, Bolivia, un país fundado contra nosotros.
Por eso Bolivia es un estado sin nación y nosotros somos naciones sin estado.
La lucha de los pueblos indígenas, la lucha de los movimientos sociales, la lucha del pueblo, nos ha
hecho asumir en la Asamblea Constituyente que no somos una sola nación, un solo idioma y una sola
religión..
Somos 36 culturas, 36 idiomas, 36 formas de ver el mundo y por lo tanto, 36 formas de darse respuestas
sobre este mundo.

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No somos una sola religión, la católica apostólica y romana con todos sus concordatos, somos un
estado laico, eso dice nuestra constitución; y estado laico no quiere decir que somos ateos, sino, que
quien quiere seguir siendo católico que lo sea, quien quiera ser evangélico , que lo sea, quien quiera
ser musulmán, rezar 6 veces al día, que lo sea…pero quienes queremos ser de la religión del respeto a
la naturaleza, del respeto a la Madre Tierra, del respeto a la Pachamama, tenemos derecho a serlo, eso
es estado laico, la democracia de todas las religiones.
A todo esto, 36 culturas, 36 idiomas, democracia de las religiones, a todo esto, lo llamamos: Bolivia
un Estado Plurinacional.
Pero también en la Asamblea Constituyente asumimos que no se puede transitar del Estado Colonial
actual a un Estado Plurinacional como un simple acto de magia, que es preciso, que es fundamental,
iniciar previamente un profundo proceso de descolonización. Y por eso existe el artículo 9 sobre
Descolonización.
Para entender que es descolonización es necesario entender la colonialidad del estado, Bolivia es un
Estado colonial, un estado colonial que se reproduce permanentemente y por inercia mediante dos
ejes fundamentales: Racismo y Patriarcado.
El racismo, no se trata del desprecio del uno al otro por su origen étnico, ni el color de su cara solamente,
se trata de, entender que el estado colonial emana racismo por que la estructuración institucional del
estado es racista, por eso disemina racismo como estrategia de estado para desaparecer pueblos
indígenas y si no pueden desparecerlo, por lo menos para domesticarlos, cristianizarlos é incorporarlos
a la “vida nacional”.
Y el patriarcado, que tampoco es la lucha de la mujer simplemente, es decir, ni feminismo de la igualdad
ni feminismo de la diferencia, no se trata de la superación de la mujer en razón del hombre.
El patriarcado tiene su origen en los mitos fundantes, este mito de Adán y Eva por ejemplo, nos dicen
que Adán era muy feliz en el paraíso y por culpa de Eva es expulsado del paraíso, desde ese momento
la iglesia crea preceptos religiosos en contra de la mujer, y esos preceptos religiosos en contra de la
mujer se convierten en conductas cotidianas de la sociedad en contra de la mujer y esas conductas
cotidianas de la sociedad se convierten en leyes en contra de la mujer, Ana María DE… DE… señal de
propiedad de una mujer a tal hombre… así se construye patriarcado.
Imaginario colectivo, mujer pecadora en potencia, este imaginario sirvió para mandar a la hoguera
miles y miles de mujeres en tiempos de la inquisición, imaginario colectivo… mujer inferior por
naturaleza…desde aquí postergamos a las mujeres, las discriminamos, las invisibilizamos, así se
construye patriarcado.
El Estado es Patriarcal.

16
Racismo y Patriarcado, ejes fundamentales del estado colonial.
El imperativo es, DESCOLONIZACION, descolonización a todo nivel.
Descolonización educativa, descolonización religiosa descolonización de las FFAA, descolonización
de la policía, descolonización de las leyes..
Las leyes, nuestras leyes son leyes Frankensteín, Frankeinsteín aquel monstruo que pretende ser
humano y para lograrlo tiene las piernas de un muerto, los brazos de otro muerto, la cabeza de otro
muerto, Frankensteín, nuestros abogados estudian código napoleónico, derecho romano, sistema
presidente vicepresidente, sistema norteamericano; sistema prefecto, subprefecto, corregidor sistema
español, sistema ombdusman, defensor del pueblo, sistema nórdico, qué cosa es nuestro? No hemos
tenido la capacidad de diseñar nuestras leyes desde nuestra realidad, desde nuestra identidad.
Descolonización es entonces, desestructurar, desmontar la institucionalidad del estado colonial,
evidenciarlo, ponerlo en crisis para luego transformarlo.
Pero también la condición de la descolonización pasa por descolonizarnos primero nosotros,
descolonización mental.
Un autor indio, Fausto Reynaga decía: “quieres ser libre? Saca a Cristo y a Marx de tu cerebro y serás
libre” y recién podremos construir una sociedad desde nosotros mismos, desde nuestra identidad.
La descolonización no solamente debe ser en Bolivia, también será continental y mundial, por ejemplo
hay que descolonizar la Carta de la OEA, para aquellos tiempos estaba bien, para estos tiempos ya
es obsoleta.
Desde esa concepción por lo tanto, ¿qué estamos haciendo?
En el mes de Diciembre aprobamos una Nueva Ley Educativa, esta ley, en sus principios, anuncia que
es descolonizadora, despatriarcalizadora, desde el Viceministerio de Descolonización tenemos que
garantizar que evidentemente sea descolonizadora y despatriarcalizadora y eso se hace en la fase de
la reglamentación de la ley, que es la próxima fase.
Nuestra nueva Constitución Política del Estado apenas tiene un año de vida desde su aprobación, a un
año de la Constitución ya tenemos una Ley contra el Racismo y toda forma de Discriminación.
Ya no se trata de invocar a los racistas que no practiquen racismo, ellos nos han demostrado su racismo
como si fuera su potestad, maltratar indios, patear mujeres de pollera, matar indios como su potestad,
ahora se trata de la ley y de aplicar la ley.
El Viceministerio de Descolonización ha creado una unidad de Despatriarcalización dirigida por una
mujer indígena quechua y es que, no puede haber descolonización sin Despatriarcalización ni puede
haber Despatriarcalización sin Descolonización.

17
Esta unidad, ya ha lanzado una ley de EQUIVALENCIA CONSTITUCIONAL que se trata de, tal
como lo hizo nuestro Presidente Evo Morales, su gabinete está compuesto por 10 ministros hombres y
diez ministras mujeres, pero, no es suficiente, se trata de diseñar esta forma de participación efectiva
en todos los ámbitos del gobierno, todos los ámbitos de las gobernaciones y de los municipios, eso
garantiza la ley de equivalencia constitucional, la presencia de la mujer en todo lo que se llama
poder.
Para entender mejor nuestro proceso, a donde vamos, qué buscamos, cuáles son nuestros horizontes…
Se trata de asumir un nuevo paradigma.
Los años 70, 80 el paradigma era la lucha de clases, para eso había que estudiar marxismo como
condición porque estábamos buscando el socialismo, ese socialismo estilo Unión Soviética, ese
socialismo estilo europeo que se cayó con el Muro de Berlin, y cuando se cae el Muro de Berlin también
se caen los referentes ideológicos de nuestras izquierdas nativas, y nuestros izquierdistas andaban
como huérfanos, sin referentes ideológicos, y de tanto mirar, tanto buscar nos miran y nos encuentran,
pero nosotros siempre estábamos ahí, lo que pasa es que miraban afuera, estudiaban realidades de
afuera, copiaban todo lo que era de afuera, eran izquierdistas pero no estudiaban su país, izquierda
colonial, izquierda señorial.
La lucha de clases solo nos habla del capital y el trabajo, de su predestinada vanguardia obrera, pero
no es suficiente.
Por eso tenemos que dar un salto cualitativo.
Hoy sabemos que nuestro paradigma es la Madre Tierra.
Ningún proyecto de vida, ningún proyecto de sociedad tendrá futuro si no tomamos en serio el tema
de la Madre Tierra.
No se trata del color de la piel, no se trata del color de mi cara, no es el color de mi cara lo que te va
a matar, lo que te va a matar es el color del aire que respiras, lo que te va a matar es el color del agua
que tomas, podemos ser negros, blancos, rojos, amarillos, no se trata del color de la cara, somos mil
colores, pero un solo planeta.
No se trata de que seas del primer mundo, no hay primer mundo, ni segundo mundo, ni tercer mundo ni
cuarto mundo, hay un solo mundo, y todos somos responsables de este solo mundo.
Nuestro paradigma es la Madre Tierra.
Pero para este paradigma, cuál es el sujeto histórico?
Los años setentas y ochentas el sujeto histórico era la clase obrera y el paradigma era el socialismo
vía la lucha de clases y había que ser marxista como condición.

18
Hoy, el sujeto histórico es el indio, el indio en tanto Presidente, el indio en tanto masas, el indio en tanto
proyecto político,,, el indio en tanto paradigma planetario.
Hace 500 años vinieron a evangelizarnos, a enseñarnos una forma de vida, pero esa forma de vida
que nos enseñaron fracasó, hoy, después de 500 años, nosotros tenemos que venir a Occidente a
evangelizarles, ha decirles que hay otra forma de vida, que se puede ser moderno, se puede tener
confort sin dañar la naturaleza, que la forma de vivir que tienen en occidente ya no puede continuar,
están asesinando el planeta.
Eso de papá en un carro, mamá en otro carro, el hijo en otro carro, la hija en otro carro, todos viven en
un carro, eso tiene un costo, ese costo lo pagamos todos, ya no pueden continuar así.
No se trata de fundamentalismo marxista, pero tampoco se trata de mesianismo indigenista…
Se trata de la Madre Tierra. Se trata de restablecer el equilibrio, restablecer el equilibrio entre hombres
y mujeres, restablecer el equilibrio entre los humanos y la naturaleza, restablecer el equilibrio.
¿Quienes no quieren respetar la naturaleza?
Quienes no quieren que haya una sociedad con justicia son los capitalistas, es el capitalismo.
Quienes no quieren una sociedad con pan, trabajo y libertad es el capitalismo.
Quienes no quieren una sociedad con la dignidad de los pueblos indígenas del mundo es el
capitalismo.
El capitalismo es el origen de todos los males.
Por eso nuestro paradigma supera la simple lucha de clases y se convierte en un paradigma
planetario:
O SE MUERE EL CAPITALISMO O SE MUERE LA MADRE TIERRA solo así podremos construir una
sociedad del VIVIR BIEN, del Suma Qamaña, del Sumaj Kawsay, del Ñandereko.
Hemos vivido 500 años de sangre, pero también 500 años de esperanza, que la sangre no tape a la
esperanza.
Ese es nuestro sueño.
Ayúdennos a que nuestro sueño se haga realidad.

19
Rastreando los orígenes de la dominación:
cuando la diosa fue sustituida
por el mito de dios.
Patricia Flores

Sol y luna
Día y noche
Tierra y agua
Todo y nada
Oscuridad y luz
Existencia y extinción
Arriba y abajo
Seco y mojado
Creación y destrucción 
¿Cómo vivir y cómo morir?
Complementarios en alma, en vida, en aliento….

No es posible transitar hacia la despatriarcalización sin acercarnos a los umbrales históricos sobre
los que hace más de dos mil años se asentó el patriarcado y sino indagamos en nuestras memorias
antiguas las cimientes míticas e históricas que se anclaron en nuestras cosmovisiones, porque al ser
parte de este Cosmos los indicios arqueológicos, los textos sagrados, los universos simbólicos o los
mitos de creación nos remiten a interconexiones milenarias comunes bajo los mismos ropajes de la
vida y la muerte.
Las investigaciones del periodo pre inca develan que nuestra/os antepasados tuvieron una profunda
relación con las deidades del Universo, con el cosmos, con la Madre Tierra, la Pachamama, con las
aguas, con los animales y con todo su entorno, así como un relacionamiento distinto en sus antiguas
sociedades, sobre todo en los mecanismos de poder, muchos a cargo de mujeres y sin duda distintos
a los del mundo occidental, con otras simetrías y centrados en andamiajes de complementariedad;
y no precisamente en relaciones de sometimiento, que se modificaron con el imperio incaico y
posteriormente con la colonia y el periodo republicano.
A lo largo de los últimos cinco siglos se impusieron culturas ajenas, nuestros orígenes milenarios fueron
expoliados, saqueados y menospreciados; coexistimos con los paradigmas europeos inquisidores y
los vestigios milenarios de nuestras raíces, que se preservaron y reificaron en los universos míticos, en

20
nuestras ritualidades, en nuestros panteones y cosmovisiones indígenas y mestizas; y que hoy deben
releerse para configurar nuestras identidades diversas, desde miradas respetuosas con las diferencias,
para deconstruir y desafiar los anclajes de dominación que nos atraviesan, rastreando precisamente
los orígenes de nuestro pasado y de nuestras colonialidades, para vislumbrar un presente y un futuro
con perdón, equidad, solidario, hospitalario y profundamente despatriarcalizador.
El génesis nació con la Diosa
En el principio, la gran diosa madre da a luz, ella sola, al mundo, que proviene de ella; todas las
criaturas, incluidos los dioses, son sus vástagos, parte de su sustancia divina. Todo está vivo, animado
–con alma- y todo es sagrado. No tienen razón de ser las distinciones actuales entre “espíritu” y
“naturaleza”, “mente” y “materia” o “alma” y “cuerpo”: la humanidad y la naturaleza comparten una
identidad común.1
Principio que a lo largo de la historia develó paralelismos entre diversas culturas y continuidades que
reifican “el mito de la diosa” como aquella imagen en la que se sintetiza la complejidad de la creación,
del cosmos, de la vida y la muerte. Del universo como un todo orgánico, sagrado, vivo, donde la
tierra y la creación sigue configurándose por la misma esencia de la divinidad femenina. Sin embargo,
la diosa y ese principio femenino languidece ante el dominio y la posesión violenta del poder, de lo
que se conocería luego como el patriarcado.
Anne Baring y Jules Cashford en “El mito de la diosa” evidencian que hace 20.000 años o más aparece
la imagen femenina de la diosa creadora, dadora de vida sobre un basto territorio y a lo largo de su
paso por tierra, mares y cielos las humanidades sellaron sus huellas e imágenes en estatuas de piedra,
hueso y marfil; a veces en diminutas figuras de cuerpos largos y pechos caídos, otras con redondeadas
imágenes maternales cuyas formas abultadas anticipaban el nacimiento, así como efigies con signos
arañados en ellas —líneas, triángulos, zigzags, círculos, redes, hojas, espirales, agujeros—, en varias
evidencias arqueológicas con estilizadas y elegantes formas surgidas de la propias rocas, pero
sintetizando la fuerza creadora para sobrevivir a través de generaciones, tiempos y distancias.2
Representaciones femeninas que a lo largo de los milenios también se escondieron, pero que en sus
redescubrimientos arqueológicos en distintas culturas y tiempos, evidenciaron y evidencian todavía
continuidades y similitudes precisamente, porque develan las huellas que dejaron esas humanidades
desnudas claramente de mujeres; gestantes, la mayoría con apariencia de madres, -como si cuanto
fuera femenino en ellas se hubiese concentrado el misterio abrumador del nacimiento, salpicadas de
ocre rojo, el color intenso y poderoso de la sangre dadora de vida y que a su vez, cinceló sabidurías
ligadas a los ciclos de la naturaleza, del cosmos, de las aguas, de las fases lunares, de los vientres
grávidos, en esa relación concomitante entre el orden celeste y terrestre. 3
1 Anne Baring y Jules Cashford, El mito de la diosa, Fondo de Cultura Económica, 2005,
México, pág. 745
2 Idem.
3 Idem.

21
Las figuras femeninas registradas en las evidencias arqueológicas y memoria larga de la historia
fueron dotadas de sentidos rituales profundos, porque los enigmas del cuerpo femenino traducían el
misterio del nacimiento, de la vida, del poder creador; pero a su vez el misterio de lo no manifiesto en
la totalidad de la naturaleza y su trascendencia desde el propio cuerpo femenino, convirtieron a las
mujeres en síntesis, símbolos y expresión de las hembras de todas las especies, a través del misterio
del nacimiento, de la muerte y de la vida misma.4
Sin embargo, la maternidad en los universos míticos y sagrados se desplegaría en diversas identidades,
imágenes sagradas refractarias de los poderes del universo, que dan vida, alimentan y regeneran las
que serán suplantadas por el dios padre, soberano, creador del mundo. Evidenciando que en todas las
culturas, ya sea de organización simple o compleja, como apuntan Baring y Cashford, las deidades
femeninas desde su dimensión sagrada fueron estructurantes de la consciencia y memorias de los
pueblos.5
“... Una mujer con su bebé es la imagen básica de la mitología. La primera experiencia de cualquiera
es el cuerpo materno y lo que se llama la participación mística entre la madre y el hijo. Considerar
la Tierra y todo el Universo como nuestra madre es lo que conduce a la experiencia de la armonía
perfecta...”.
Joseph Campbell

Como ocurre también en este lado del mundo, donde la Madre Tierra, la Pachamama, las aguas y la
luna, la Loma Sagrada, deidades sagradas eminentemente femeninas, fueron y son reverenciadas
cotidianamente, desde milenios a hoy, gracias al renacer de rituales y mitos tan antiguos como los de
los Uru Chipaya, de los Chanés, Chiriguanos, Ayoreos o Mozetenes y Aymaras, entre otras culturas,
a través de milenios y cuando aún para algunos pueblos no había asomado todavía el sol sobre la
faz de la tierra.
En todas la culturas prehistóricas, la figura cosmogónica central, la potencia o fuerza procreadora
del universo, fue personalizada en una figura de mujer y su poder generador y protector simbolizado
mediante atributos femeninos —senos, nalgas, vientre grávido y vulva— bien remarcados. Esa diosa,
útero divino del que nace todo y al que todo regresa para ser regenerado y proseguir el ciclo de la
Naturaleza, denominada «Gran Diosa» por los expertos —o, también, bajo una conceptualización
limitada, «Gran Madre»—, presidió con exclusividad la expresión religiosa humana desde c. 30000
a.C. hasta c. 3000 a.C. En la Gran Diosa única y partenogenética —bajo sus diferentes advocaciones—
se contenían todos los fundamentos cosmogónicos: caos y orden, oscuridad y luz, sequía y humedad,
muerte y vida…, de ahí que su omnipotencia permaneciese indiscutida por milenios, remarcando que
el concepto de dios varón no apareció hasta el VI o V milenio a.C. y no logró la supremacía hasta el
III o II milenio a.C., según las regiones.6
4 Idem.
5 Anne Baring y Jules Cashford, op.cit.
6 Pepe Rodríguez, Dios nació mujer, Ediciones Grupo Zeta, Barcelona, 1999.

22
Sin embargo, en unos pocos milenios, tras la implantación de la agricultura excedentaria, surgió el
dios masculino, el clero, la sociedad de clases y la monarquía, mientras que la mujer fue quedando
reducida a un bien propiedad del varón. Obviamente, el dominio del varón sobre la tierra tuvo su
equivalente en el cielo —los cambios sociales siempre se justificaron mediante cambios en los mitos—
y la deidad masculina comenzó a domeñar a la femenina. La mujer y la Diosa fueron perdiendo su
autonomía, importancia y poder prácticamente al mismo tiempo, víctimas de un mundo cambiante en
el que los hombres se hicieron con el control de los medios de producción, de guerra y de cultura,
convirtiéndose, por tanto, en detentadores únicos y guardianes de la propiedad privada, la paternidad,
el pensamiento y, en suma, del mismísimo derecho a la vida.7
El poder mítico de la memoria

“El mito es el sueño colectivo, y el sueño el mito privado”, Joseph Campbell.

Joseph Campbell, uno de los más grandes eruditos del siglo XX, historiador de religiones, filósofo
y experto en mitología comparada, afirmaba que la mitología representa la continua música que
produce el Universo, el sentido de la vida, difícil para ser expresado en palabras, como quien transmite
una fórmula, pero sí sugerido a través de símbolos, cantados por Sirenas.

Los mitos, afirmaba, han existido desde siempre, se anclaron en la raíz de cada pueblo, de cada
tradición conocida, configuraron nuestra inmensa riqueza cultural. En tiempos remotos, los seres
humanos encontraban en ellos pautas y ejemplos, consejos, direcciones y vías para encauzar la
trayectoria que debían dar a sus propias vidas, la manera en la que definían sus relaciones entre
ellos/as. Veían en ellos el camino que podía llevarles al descubrimiento y a la realización del sentido
de la existencia, ese oculto y ansiado sendero que nos llevaría al conocimiento de nosotros mismos, a
saber que somos uno con los demás y con toda la naturaleza que nos rodea.

Sin embargo, remarcaba Campbell, en la actualidad no se da importancia a los cuentos, que son los
restos que han permanecido a salvo del naufragio y que tanto nos gustaba escuchar cuando éramos
niños. Siempre tenían el mismo principio: “érase una vez…”, refiriéndose a ese gran tiempo mítico
anterior al nuestro. Nos encantaban porque nos hacían viajar a aquellas edades fabulosas donde
reinaban reyes sabios o malvados, princesas y monstruos, enanos y gigantes, héroes y magos que
atrapaban nuestra atención despertando esos mundos extraordinarios en nuestra propia imaginación,
que es la sede del recuerdo.8

7 Idem.
8 Joseph Campbell, en diálogo con Bill Moyers, El poder del mito, Colección reflexiones, Emecé
editores, Barcelona.

23
Joseph Campbell revivió la mitología y su obra influyó en la multidisciplinariedad de las
investigaciones, principalmente históricas, antropológicas y etnohistóricas; y enfatizaba en que los
mitos no eran  cuentos para contarlos junto a una fogata, sino de poderosas guías para el espíritu
humano, develando que los relatos mitológicos de todo el mundo, a pesar de parecer muy diferentes,
en realidad eran todos iguales. Su verdad universal era siempre la misma, sólo que se contaba en
diferentes tiempos históricos y de distintas maneras.
Precisamente porque la mitología, y sus arquetipos, preserva memorias y conocimientos; historias de
sabidurías de vida, huellas de experiencias que se marcaron a lo largo del camino y que se escribieron
en antiguos muros, piedras, textos sagrados, leyendas populares, luego en la literatura, la música y la
filosofía, porque sus significados construyeron nuestra visión del mundo.9 
La presencia de las mujeres a lo largo de la historia, desde la perspectiva mitológica planteada por
Campbell, fue indispensable porque ella pudo y dio vida no sólo a un cuerpo, sinó también a un alma,
a una sociedad y a una civilización. Necesitaba insuflar vida y desde entonces enfrentó resistencias
y constancias que moldearon su capacidad para soportar y cuando aparece en los encuentros como
Diosa en muchas culturas se la representaba comúnmente como un encuentro o matrimonio místico,
porque su presencia en la mitología representaba la totalidad de lo que podía conocerse; por ello el
héroe de los relatos la encontraba durante su progreso iniciático, mientras que si protagonista era
femenina, estaba destinada a convertirse en consorte de un ser inmortal, lo quiera ella o no, porque
detentó un poder superior gracias precisamente a la procreación y al dominio de la naturaleza y al
cultivo de la tierra.10
Esa necesidad de representación permitió que brotase la capacidad de percibir la vida a través de
imágenes, donde día y noche, oscuridad y luz, vida y muerte no eran antagonistas, sino inherentes a
la diosa madre y a diversas diosas, porque cuanto existía, ellos mismos incluidos, era una expresión
de la diosa. Todo, por lo tanto, constituía una imagen que confirmaba la relación que les unía a ella.
De esta capacidad para experimentar la vida a través de imágenes surgió la creatividad inagotable
de la humanidad. El mito fue la expresión de esta experiencia primordial.11
El poder del mito desde entonces radicó en es suerte de concatenación universal, que se ancló en la
memoria de los pueblos, con sus particularides pero sobre todo por sus convergencias y por ello se
convirtió en el canal de transmisión del conjunto de valores y creencias de pueblos, articulados a
su vez por relatos simbólicos en los que se trasmitían tanto elementos de la historia de la comunidad,
como enseñanzas espirituales, planteamientos metafísicos y claves para situaciones vitales.
Por lo que Campbell remarcaba que la historia que tenemos en Occidente se erigió hacia el final de la
Edad del Bronce y en el amanecer de la Edad del Hierro (alrededor de 1250 a.C. en Levante) cuando
9 Idem.
10 Idem.
11 Anne Baring y Jules Cashford, El mito de la diosa, Fondo de Cultura Económica, 2005, México

24
se desplazo a las mujeres, en una especie de rebelión contra poder femenino dador de vida, creador,
domesticador de la naturaleza que posibilitó el desarrollo de la agricultura, para instaurar fuerza una
cultura patriarcal, que elimina las ritualidades y veneración a diosas o dioses de la fertilidad, para dar
paso a los triunfos de héroes masculinos con valores asentados en la fuerza física, en el dominio, la
valentía, la destrucción, la violencia, la posesión o la capacidad de aniquilar y destrozar culturas y
pueblos, expoliando los recursos de civilizaciones más débiles y pacíficos.12
La sustitución de la diosa por el mito del dios significó la retirada gradual de la intervención femenina
en la naturaleza, en el despojo que colocó a las mujeres en el lado opuesto, en la esfera inferior, se
minimizó su poder creador, transformador ligado a la vida, al misterio, a las conexiones entre cosmos,
naturaleza, humanidad, vida o muerte.
Pero como bien puntualizan Anne Baring y Jules Cashford el significado religioso de estas figuras,
no puede simplemente etiquetarse como “ídolos de fertilidad”: porque la palabra “ídolo” trivializa
invariablemente el carácter numinoso de la experiencia religiosa, en tanto que sólo se utiliza para
designar las formas de culto de otros pueblos. (…), así como denominarlas “estatuillas” porque reduce
la universalidad de un primer principio —la madre— al nombre diosas, porque en el pasado los
panteones religiosos y míticos estaban conformado por diversas diosas hasta que fueron suplantadas
por el dios padre en tanto que soberano, si no creador, del mundo. -De modo que, para intentar
devolver a las figuras del Paleolítico su propia dignidad original, preferimos designar esas imágenes
sagradas de los poderes del universo que dan vida, alimentan y regeneran con el nombre de “diosa
madre”, o simplemente “diosa”-.13
En todas las culturas, ya sean de organización simple o compleja, las representaciones se basaban en
experiencia de dimensiones sagradas, sugiriendo que lo sagrado no es una etapa en la historia de la
consciencia, sino un elemento de la estructura de la consciencia que pertenece a todos los pueblos de
todas las épocas. (…) Si aceptamos que las imágenes de otras culturas tienen argumentos igualmente
válidos para acceder a la dimensión de lo sagrado, es menos probable que pasemos por alto las
similitudes entre nuestras propias imágenes numinosas y las de los demás.14
Desde que se extendieron civilizaciones basadas en la Biblia, una visión del universo perteneciente
al primer milenio antes de Cristo, el concepto del universo y concepto de la dignidad humana se
situaron completamente en otro lugar, se instalaron en la subjetividad el pecado, el miedo o el castigo,
por lo que -Hoy tenemos que aprender a volver atrás, pero para conseguir el antiguo acuerdo con la
sabiduría de la naturaleza, para volver a darnos cuenta de nuestra fraternidad con los animales, el
agua y el mar-.15

12 Coral Herrera Gómez, La Revolución patriarcal y el fin de las diosas, mujerpalabra.net


13 Anne Baring y Jules Cashford, El mito de la diosa, Fondo de Cultura Económica, 2005, México
14 Idem.
15 Coral Herrera Gómez, La Revolución patriarcal y el fin de las diosas, mujerpalabra.net

25
Y desde entonces, a pesar de los cercos, las resistencias de la memoria rastrearon y preservaron
nuestros orígenes, más allá de las fronteras, los tiempos los espacios, las ritualidades o los cultos,
para que la divinidad femenina y sus sistemas de creencias emerjan nuevamente, aunque con otros
ropajes, en los que a pesar de los milenios tengamos que atravesar desgarradores caminos para
reconfigurar nuestros futuros desde este presente, desde nuestra memoria, para reencontrarnos con
nuestros orígenes e identidades femeninas, andróginas y diversas.
El inconciente colectivo
Pero la fuerza de la memoria mítica no se quedaría sólo en relatos o textos sagrados, se entrelazaría
como el inconsciente colectivo estudiado ampliamente por Carl Jung, ese sustrato situado por debajo
del inconsistente personal, estudiado a su vez por Sigmund Freud, y aprensible desde los arquetipos;
esas imágenes primordiales, símbolos inconscientes y ancestrales, que canalizan la tendencia a
formar representaciones sobre modelos básicos que puede variar constantemente y que produce
asombro y desconcierto cuando aparece en la conciencia.16
Arquetipos que a su vez definen desde lo femenino y lo masculino, como planteaba C.G. Jung: el ánima,
del latín alma, el principio femenino, imágenes arquetípicas del eterno femenino en el inconsciente
del hombre, que forman un vínculo entre la conciencia del yo y el inconsciente colectivo, abriendo
potencialmente una vía hacia el sí mismo.17
Mientras que el ánimus, del latín espíritu, en la psicología analítica alude a las «las imágenes
arquetípicas del eterno masculino en el inconsciente de una mujer, que forman un vínculo entre la
conciencia del yo y el inconsciente colectivo, abriendo potencialmente una vía hacia sí mismo, por lo
ánima y ánimus tienen una identidad sexual complementaria a la del individuo».18
Sin embargo, ánina y ánimus en tanto arquetipos transitan a través de otro arquetipo fundamental, la
sombra constitutivo del inconsciente colectivo, propuesto por C.G. Jung.19
C.G. Jung sugería que para deconstruir los mitos y arquetipos, con hincapié en el tema de la sombra,
o más precisamente de la oposición persona-sombra, uno de los primeros pasos que se debe dar
al iniciar un análisis es el enfrentamiento con la sombra, puesto que no forma parte de la imagen
consciente que tenemos de nosotros mismos, sinó que se oculta en los umbrales del inconsciente y
actúa en forma indirecta, sobre todo desde la perspectiva social, puesto que desde nuestros génesis
se filtró en la dominación, en la fuerza destructora, en el poder, la subyugación o en la violencia,
individual y colectiva. 20

16 Coral Herrera Gómez, La Revolución patriarcal y el fin de las diosas, mujerpalabra.net


17 Anne Baring y Jules Cashford, El mito de la diosa, Fondo de Cultura Económica, 2005, México
18 Jung, Carl Gustav (1999-). Obras completas. Madrid: Editorial Trotta. 
19 Idem.
20 Sergio Herchcovichz, Centro Argentino Jung, http://www.centrojung.com.ar/texto_opuestos.htm

26
La contraposición de lo luminoso y bueno, por un lado, y de lo oscuro y malo, por otro, al bien sin
más, y el opositor de Cristo, el Diablo, representa el mal. Esta oposición es propiamente el verdadero
problema universal, que aún no ha sido resuelto.21
Sociedades femeninas
Una de las imágenes más antiguas de la humanidad
de una diosa, llamada la Venus de Laussel,
fue tallada en una cueva durante el Paleolítico
Superior. La Gran Madre anuncia el milagro de su
preñez, signo prehistórico de la diosa, que luego
se expresó en los matriarcados de las primeras
sociedades.
Uno de los más notables estudiosos de la sociedades
antiguas y específicamente del matriarcado fue el
jurista, sociólogo, antropólogo y filosofo suizo Johann
Jakob Bachofen que a fines del siglo XIX estudia
las particularidades de sociedades matrifocales y
matriarcales, estudios que ejercerían gran influencia en las ciencias sociales y en el mundo académico
de entonces, así como en trabajos como los de Federico Engels.
Su obra emblemática El matriarcado: Una investigación sobre el carácter religioso y jurídico del matriarcado
en el mundo antiguo publicada en 1881 presenta una perspectiva distinta de los roles de las mujeres en las
sociedades antiguas, gracias a una serie de evidencias en las que documenta que la maternidad fue
la fuente de la sociedad humana, de la religión, la moralidad, y el «decoro», en antiguas sociedades,
a pesar de las distancia y tiempos, como Grecia, Creta, Licia, India, Egipto, India, Asia Central, Africa
del Norte y algunas sociedades indoeuropeas.
Concluyó sus estudios conectando el derecho arcaico de la madre con la veneración cristiana a la
Virgen María y sus hallazgos influenciaron a eruditos fundamentales de la historia de occidente y sus
planteamientos dieron lugar a que se generaran una serie de estudios de etnólogos, filósofos sociales y
escritores, entre los que se encuentran: Federico Engels que utilizó a Bachofen y a Lewis Henry Morgan
para sus Orígenes de la familia, de la propiedad privada y del Estado; el premio Nóbel de literatura Thomas
Mann, Erich Fromm destacado filósofo humanista, psicoanalista y psicólogo social estadounidense, el
escritor Robert Graves (La Diosa Blanca), al erudito mitólogo Joseph Campbell, Rainer María Rilke
uno de los poetas más importantes de la literatura alemana, el fundador de la antropología moderna
Lewis Henry Morgan, José Ortega y Gasset exponente principal de la teoría del perspectivismo y de
la razón vital, Emile Durkheim uno de los fundadores de la sociología, Bronislaw Mallinowski fundador
21 Idem.

27
de la antropología social británica, Otto Gross famoso psiquiatra, psicólogo y anarquista austriaco
ex discípulo de Sigmund Freud, entre otros, aunque sus planteamientos de la presencia histórica
de sociedades antiguas regidas por mujeres le generaron también una serie de criticas del mundo
intelectual y académico, incluso hasta la fecha.
Johann Jakob Bachofen comenzó sus estudios sobre derecho greco-romano en la Antigüedad, que
dio origen a la publicación El derecho natural y el derecho histórico (1841), obra que posteriormente lo
llevaría a investigar en los distintos niveles culturales y antropológicos que subyacen al Derecho de
cada pueblo; dando origen a su obra la “Simbólica sepulcral” (1859), estudios que luego derivarían en
su afamada obra “El Derecho materno” (1861), “La doctrina de la inmortalidad en el orfismo” (1867) y “El
derecho natural y el derecho histórico” y casi una década después, “La leyenda de Tanaquil” -estudio sobre
los etruscos matriarcales- (1870).
Sus estudios, desde la perspectiva cultural y antropológico de los pueblos, sustentaron la tesis
del matriarcado como estrato cultural anterior al patriarcado y como matriz fundante de la cultura
occidental, en la que desarrolla una serie de conexiones entre las relaciones que se dan entre los
sexos masculino y femenino, tanto en el orden individual, como en las articulaciones religiosas,
sociales y jurídicas de cada período cultural o histórico, por lo que planteó como hipótesis tres estadios
o períodos fundamentales para las sociedades antiguas:
1. Hetairismo. Fase «telúrica», nómada y salvaje, caracterizada por el comunismo  y el  amor
libre o el “poliamor·. La deidad predominante habría sido una proto-Afrodita terrena, de
identificación con el principio material femenino de la naturaleza, donde no hay ningún
tipo de mediación y, en consecuencia, la comunión es de carácter indiferenciado, ya que
no existe todavía la regulación a través del matrimonio.
El derecho natural que regía a este tipo de comunidad se basó en el crecimiento silvestre
y la procreación de la tierra, teniendo como referente simbólico y fáctico a la imagen de
la tierra como “Madre incesante”, dadora permanente de vida y sin límite alguno, a la vez
que es la que recibe en su seno al ser que muere.
2. Derecho maternal: Fase «lunar» matriarcal basada en la agricultura, caracterizada por
la aparición de los cultos mistéricos ctónicos o “subterráneos”  y de la ley. La deidad
predominante habría sido un temprano Deméter o Demetra, ‘diosa madre’ o quizás
‘madre distribuidora’, diosa de la agricultura, nutricia pura de la tierra verde y joven, ciclo
vivificador de la vida y la muerte, protectora del matrimonio y la ley sagrada. Venerada
como la «portadora de las estaciones».
Si bien este periodo sigue la identificación con Afrodita del periodo anterior, se consolida
la relación matrimonial, que une al hombre con la mujer en un plano, pero a su vez, con la
tierra a través de la agricultura. De esta manera, la tierra, trabajada de manera exclusiva
por cada individuo, se presenta como imagen y prototipo de una unión íntima, duradera y

28
exclusiva en la relación entre el hombre y la mujer, por lo que el derecho natural emerge
basado en la regulación de la agricultura sobre la procreación de la tierra.22
3. La dionisiaca. Fase transitoria en la que las tradiciones habrían sido masculinizadas, en
la medida en que el patriarcado empieza a emerger. La deidad predominante es Dioniso,
conocido también como el dios Baco, inspirador de la locura ritual y el éxtasis, patrono de
la agricultura y el teatro, periodo que coadyuva a desplazar al poder femenino creador
ante el poder masculino asentado en la fuerza.
4. La apolínea. Fase «solar» patriarcal, en la cual todo rastro de matriarcado y de pasado
dionisiaco es suprimido, dando paso a la civilización moderna, simbolizada por Apolo y
que marca el paso decisivo de sociedades matriarcales hacia sociedades patriarcales. El
hombre se emancipa de la naturaleza y comienza la primacía del desarrollo individual y
del espíritu-razón, relegando lo material femenino al ámbito de lo corporal.
J.J. Bachofen develó que en las sociedades antiguas se entrelazaban modos de vida de las distintas
culturas, con el derecho inherente a cada pueblo, al mismo tiempo que consideró a cada período
histórico como estadio vital, y cuando analizaba al “matriarcado” o “cultura ginecocrática” lo hacía
en términos de concepciones o representaciones colectivas determinadas, pero de distintos pueblos,
donde ese sistema social -el matriarcado- se manifestaba, en distintos grados, en toda la Antigüedad,
como en la cultura egipcia, la cretense, la persa, o la griega-.
La obra de Bachofen se centró también en la interdependencia entre muerte y vida como las dos
fuerzas constituyentes de la existencia misma, como anclajes antropológicos del matriarcado- y
a partir de esta base, interpretó varios mitologemas claves de la cultura griega, otorgándoles un
espesor de sentido tal que los erige como expresiones simbólicas del misterio mismo de la existencia,
Bachofen estudio arduamente la antigüedad de los pueblos y fue un gran conocedor de las culturas
del mundo antiguo, sobre todo del Mediterráneo, de la que emergerían luego las culturas y religiones
judeo cristianas, además realizó profundos estudió de los universos míticos de otras culturas como
las de India o China, en las que evidenció consonancias con los estudios realizados en culturas como
la griega, romana, egipcia, indoeuropea, helénica o semita, entre otras, así como de sus panteones
religiosos configurados principalmente por deidades femeninas, antes obviamente del surgimiento del
imperio romano y posteriormente del cristianismo.
“Asistimos a la disolución de una era, y desde sus ruinas florece una nueva época, la apolínea. Tras
la divinización de la madre, sobreviene la del padre, tras el primado de la noche, el del día, (…) las
diferencias de ambos estadios vitales se desvelan con total nitidez. (…) Si allí prima la ligazón material,
aquí el desarrollo espiritual; allí la regularidad inconsciente, aquí el individualismo; allí la entrega a la
naturaleza, aquí la emancipación de ella (…) La máxima esperanza del misterio demétrico es el don
22 Johann Jakob Bachofen, “El matriarcado”, traducción castellana de Begoña Ariño, Editorial Anthropos.
1988, Marta Silvia Dios Sanz, El matriarcado”, editado en El hilo de Ariadna, Temakel,
http://www.temakel.com/texmitmatriarcado.htm y página electrónica http://www.elciudadano.
cl/2009/09/26/bachofen-y-el-matriarcado-o-cultura-ginecocratica/

29
libre de la madre, como ocurre con el destino del grano; el heleno, por el contrario, desea obtener
todas las cosas por él mismo, hasta lo más supremo. En la lucha es consciente de su naturaleza paterna,
luchando se eleva sobre el matriarcado al que antes pertenecía (…) Para él la fuente de la inmortalidad
no mana ya de la mujer conciente, sino que se halla en el principio masculino creador al que reviste de
una divinización que el mundo antiguo sólo a ella confería”. 23 
Para J.J. Bachofen la dinámica histórica de la evolución humana se comprendía como una continuidad
entre el mito y la historia, aunque con diferentes modos de expresión, dependiendo de la tradición de
los pueblos, por lo que no era posible concebir que la tradición mítica y la tradición histórica transiten
por rutas distintas, sino entrelazadas, precisamente, por compartir los mismos orígenes, como los dos
lados de una moneda, lo mítico y lo histórico.
Sin embargo, sus estudios, así como los de otro/as experto/as, entre ellas Anne Baring y Jules Cashford,
Joseph Campbell o Pepe Rodríguez, entre otros, muestran al sistema matriarcal desde la primacía de
lo femenino pero no desde la perspectiva del dominio político, económico, cultural, religioso o social,
sino fundamentalmente desde la interrelación entre el cosmos y la naturaleza, de las dimensiones
creadoras de la vida y su sacralidad. Culturas que erigieron religiones con deidades diversas como
expresión sublime y primigenia de la humanidad frente al fenómeno de la vida, concebida como la
Gran Madre, capaz de albergar en su seno a la vida y a la muerte, a la luna, a las constelaciones, a
las aguas de mares y ríos; y a las estrellas de un inmenso y sobrecogedor Cosmos, tan sobrecogedor
como el de la Naturaleza misma. 
Para Bachofen las dos fuerzas constituyentes de la misma existencia, vida y muerte, en las sociedades
antiguas se traducía en la vida telúrica, manifiesta en la sencillez profunda de la ley eterna del devenir
y en el sentido femenino de la creación y su coexistencia con la incesante destrucción del propio
cosmos y de la naturaleza.24
 Arquetipos y mitos constitutivos
Para la cultura occidental y las culturas del continente americano, a pesar del periodo colonial, los
arquetipos y mitos constitutivos durante los últimos cinco siglos fueron fundamentalmente las presencias
arquetípicas judeo cristianas, que se superpusieron a las antiguas deidades precolombinas, a fuerza de
extirpación de idolatrías por más de quinientos años y por el borramiento de las memorias colectivas,
ante la imposición de la religión católica, principalmente, que a fuerza de mandatos inquisidores
de espantosa crueldad, de saqueo, de reducciones indígenas, entre otras acciones represivas, que
durante la colonia y la República anclaron en nuestras cosmovisiones el miedo, el pecado, la condena
y la sumisión.

23 Johann Jakob Bachofen, “El matriarcado”, traducción castellana de Begoña Ariño, Editorial Anthropos.
1988 wikipedia.org/wiki/Johann_Jakob_Bachofen, Pepe Rodríguez, Dios nació Mujer, Ed.SineQuaNon,
Barcelona, 1999.
24 Marta Silvia Dios Sanz “El matriarcado” editado en El hilo de Ariadna, Temakel.

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Las deidades originarias, las cacicas amazónicas, las mujeres curacas de los señoríos aymaras,
las deidades presolares como las Uru Chipayas, tan antiguas como las sumerias, o nuestras diosas
tutelares, las Apus milenarias, la Loma Sagrada del Gran Paititi permanecen silenciosas en nuestras
memorias largas, esperando que develemos sus misterios y sus legados, para redefinir nuevas rutas
de dignidad, de respeto, aunque en ese deconstruir desgarremos nuestros anclajes atravesados
fuertemente por la colonialidad y el patriarcado.
No en vano nuestros mitos femeninos fundantes tuvieron gran resonancia a pesar de los legados
coloniales impuestos por la religión judeo cristiana, cincelados a mano de arcabuces, lanzas,
inquisición y extirpación de idolatrías, pero que se reflejan en la coexistencia de imágenes arquetípicas
fundamentales y que deben releerse para deconstruir nuestros pasados patriarcales y erigir nuevos
anclajes que cimienten la despatriarcalización de nuestra cotidianidad, de nuestras cosmovisiones y
de nuestras sociedades.
La historia obnubilada : Lilith
Lilith fue la primera mujer, según registros de la literatura Rabínica y la Cábala antigua Lilith fue la
primera esposa de Adán mucho antes que Eva. La historiografía judía sostiene que Dios crea con
barro de la tierra a Lilith y Adán, por lo que Lilith y Adán gozan del mismo status social y viven en
plena igualdad, habiendo engendrado a Shendim, Linin y Ruchin. El desencuentro entre Adán y
Lilith surge cuando él quiere obligarla a ponerse debajo: «¿Por qué he de acostarme debajo de ti?
—preguntaba—: yo también fui hecha con polvo, y por lo tanto soy tu igual», Lilith siente la gran ofensa
por ser su igual y, negándose a la subordinación, huye del jardín del Edén.25
Adán ofendido se queja a Dios por el abandono y éste envía a sus ángeles a que busquen a Lilith para
que retorne al Edén. Los ángeles recorren toda la tierra hasta que la encuentran en el Mar Rojo, un
lúgubre lugar en el que habitaban demonios. Infructuosamente los ángeles quieren disuadirla para que
vuelva con Adán, pero ella se rehúsa y como castigo Dios, según afirma la historiografía, condena a
Lilith para que todos los hijos que engendrara muriesen, pero previamente pariría hasta cien hijos al
día con desgarradores dolores de parto.26
Por ese motivo Dios crea a Eva de una costilla de Adán, sustituyendo el génesis y primigenia igualdad
por la sumisión de la mujer a su marido e instaurada desde el mandato divino. Por lo que Lilith,
posteriormente, se dedicaría a seducir en las oscuridades a los hijos de Adán y Eva, además de mutar
en serpiente, para seducir a la propia Eva. Según las tradiciones judías medievales Lilith intenta
vengarse asechando a los niños menores de ocho días, incircuncisos.

26 Patricia Flores Palacios, Semanario La Época, La Paz, marzo 2011.


27 Idem

31
El mito de Adán y Eva y el pecado original
A partir de entonces para el mundo la presencia de Lilith durante los siguientes siglos se ensombrece
y no figura en libros –sagrados- como la Biblia o el Corán que configuran otra realidad al presentarnos
a Eva como la primera mujer. ¿Distorsión histórica?, engaño?, tergiversación intencional? Quien sabe.
Lo cierto es que los libros –sagrados- registran que durante el sexto día de la formación del mundo
Adán fue creado primero y Dios, al verlo solo, decidió que necesitaba una compañera, quien fue
creada partiendo de una costilla del hombre. Sin embargo, para probar su fidelidad y obediencia Dios
les da el mandato de no comer fruto de un sugestivo y misterioso árbol, el de la ciencia del bien y del
mal, y que si contravenían el mandato morirían.
Aparece en escena la encarnación suprema del mal, la serpiente, que tienta y engaña a Eva para que
coma del fruto prohibido y se lo dé a Adán y, como registra el Antiguo Testamento, Dios los castiga
con el dolor, la vergüenza ante su desnudez, con la muerte y el trabajo: “Con el sudor de tu rostro
comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo
volverás” (Génesis 3:19) y, además, condena a Eva con la maternidad: “parirás a tus hijos con dolor”
(Génesis 3:16).
Desde entonces, para las religiones judía, cristianas y católica las mujeres estamos condenadas, como
Eva, a vivir subordinadas, con el –pecado original-, pariendo y dando vida con desgarradores dolores,
en desvelos eternos para proteger y cuidar, pero eternamente pecadoras, iniciando una historia de
sumisión y culpa eterna. Y si bien Lilith desaparece de la historiografía religiosa, su figura asociada a
la vil serpiente tentadora estará presente encarnando el mal, los pecados carnales o la condena a los
infiernos, aunque la memoria larga y cierta mitografía desde diversas culturas reivindicará su fuerza
transgresora y liberadora.
La Virgen María
María simboliza el rostro femenino de Dios. Es la madre de Jesús, del maestro desgarradoramente
crucificado. Desde que quedó embarazada y a lo largo de toda su vida vivió errante, huyendo de
las amenazas de la lapidación, y las persecuciones viéndose forzada a peregrinar de un lado a otro
durante toda su maternidad, hasta su apostolado, casi 40 años después de que pierde a su hijo en la
cruz. 27
Pero la vida y la imagen de María, la madre de Jesús, han sido permanentemente distorsionadas
por el peso de su virginidad, su maternidad inmaculada, sus dones de sanación, su apostolado o su
sapiencia. Y, aunque siempre vivió como fugitiva y amenazada de muerte, este lado de la historia
quedó ensombrecido.

27 Patricia Flores Palacios, Semanario La Época, La Paz, marzo 2011.

32
María la Virgen y los Evangelios Apócrifos
Para algunos estudiosos, María fue conocida primero en el mundo islámico y aparece citada varias
veces en su texto sagrado, el Corán, sobre todo en el capítulo 19 donde es representada como virgen
y madre del profeta Jesús por intervención divina. Desde entonces, María es venerada en el Islam por
su pureza virginal, su humildad y su piedad, que hacen de ella un modelo de fe para los creyentes28.
Por otro lado, entre las diversas fuentes informativas e históricas, además de los textos considerados
sagrados como la Biblia o el Corán, figuran los rollos del Mar Muerto, descubiertos a mediados del siglo
pasado con más de 800 documentos que a la fecha son intensamente escudriñados por la fascinación
y misterio que encierran más de dos mil años de historia. Su descubrimiento ha hecho que desde hace
algo más de medio siglo se intensificaran las investigaciones sobre las mujeres que acompañaron a
Jesús a lo largo de su vida y, gracias a esos hallazgos, la biblioteca personal Jorge Luis Borges,
en colaboración con María Kodama, en 1985 publica los “Evangelios Apócrifos” con una precisión
previa: “... junto a los libros canónicos del Nuevo Testamento estos Evangelios Apócrifos, olvidados
durante tantos siglos y recuperados ahora, fueron los instrumentos más antiguos de la doctrina de Jesús.
(...) Leer este libro es regresar de un modo casi mágico a los primeros siglos de nuestra era cuando
la religión era una pasión”. Finalmente, en cuanto a lo apócrifo el escritor puntualiza: “La palabra
apócrifo ahora vale por falsificado o por falso; su primer sentido era oculto. Los textos apócrifos eran
los vedados al vulgo, los de lectura sólo permitida a unos pocos”.
Y, luego de tantos años de misterio, hoy es posible re-transitar la historia que se tejió en torno a la
mujer que nunca abandonó a Jesús. Así, el Protoevangelio de Santiago, por ejemplo, describe la
vida de María desde su concepción -milagrosa- hasta su supuesto matrimonio con José. Según este
documento, el padre de María, Joaquín, fue un hombre rico en extremo perteneciente a las doce
tribus de Israel, estuvo casado con Ana, prima hermana de la madre de Juan el Bautista, pero con la
que no tuvo descendencia y, de acuerdo a las costumbres de la época, ya en el epilogo de sus vidas
ambos se sentían desaventurados y objeto de maldición. Pero luego de profundas súplicas, ayuno y
penitencia, como afirma el relato, son bendecidos y conciben a María.
Otros escritos dan cuenta del prodigio de la niña y sus deferentes cuidados la hacen merecedora a ser
consagrada en el Templo, en medio de un ambiente paradisíaco, para ser alimentada con alimentos
angélicos y custodiada por sacerdotes que se encargarían de su pureza, hasta su pre-adolescencia
cuando, siguiendo las tradiciones de la época, su vida es confiada al anciano José, modesto carpintero
pero del linaje de David, en un matrimonio simulado y espiritual, práctica también común en varias
corrientes místicas, herederas de antiguos usos y costumbres hebreos.
La ignominia por el matrimonio y la maternidad
Como mencionan el documento anterior o los Evangelios de Tomás, de Pseudo-Mateo, en el Libro de
28 Idem.

33
la Natividad de María o documentos del mundo árabe conservados en el Evangelio Árabe, cuando
María tiene apenas 14 o 15 años vive la Anunciación del Ángel Gabriel quien le comunica que será
madre del Hijo de Dios y queda embarazada.
Pero inmediatamente será rechazada por José, por los sacerdotes del templo y por la gente de su
pueblo, que condenan su pecado, su vulnerabilidad ante la supuesta seducción y su traición.
Sin embargo, ante las amenazas de ignominia, María se enfrenta a todos: “... sin que signo de impureza
apareciese en su rostro (…) dijo con clara voz para ser entendida de todos: Por la vida de Señor, Dios
de los Ejércitos, en cuya presencia me hallo, que yo no he conocido ningún hombre, y más que no lo
debo conocer, porque desde mi infancia he tomado esa resolución (...) Y he hecho a Dios el voto de
permanecer pura para El, que me ha creado. Así quiero vivir para El solo, y para El solo permanecer
sin mácula mientras exista”. Cap. XII, Evangelio Pseudo Mateo.
Hay que destacar que, según la tradición judía, en esa época los jóvenes varones podían contraer
compromiso matrimonial entre los dieciocho y veinticuatro años, mientras que las mujeres a partir de
los doce años ya eran consideradas doncellas y a partir de esa edad podían desposarse.
Sin embargo, para las miradas comunes, incluso para las de hoy, la unión de María y José, un anciano
de casi 80 años, fue considerado un acto sacrílego y objeto de todo cuestionamiento. Por ello durante
su embarazo huyen de un lugar a otro, hasta que camino a Bethelehem, en medio de la aridez del
entorno y la nada, se enfrenta al momento del alumbramiento, lo que les obliga a cobijarse en una
gruta subterránea sin claridad, pero que -según los registros- se iluminó con la sola presencia de
María, quien está a punto de parir mientras que José corre desesperado en busca de unas comadronas
para socorrer a la joven. Grande sería su sorpresa cuando al regresar encuentra a María con el niño
en su regazo y para cerciorarse de la efectividad del parto una de las comadronas constata que María
permanece virgen y tiene leche en los senos para alimentar a su niño.
A partir de ese momento los diversos textos, producto de la tradición oral, la religiosidad y el apego
a antiguas profecías, consagran en María la maternidad divina y la reivindicación de la santidad
femenina, luego de la condena padecida por la subversión de Lilith, la primera esposa de Adán, y del
pecado de Eva.
Pero la vida de María desde entonces estaría permanentemente en riesgos, atravesada por la
incertidumbre y amenaza, como cuando vive el repudio de José que se obliga a guardar el secreto
del embarazo, hasta que en un sueño Dios le hace conocer sus designios: «José, hijo de David, no
temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un
hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados» y José tendrá
que acompañar a María a enfrentar y a huir de los riesgos, porque las amenazas de castigo y muerte
recién comenzarían.

34
El embarazo será la primera amenaza. La siguiente vendría desde el mismo rey Herodes quien, al
sentirse acechado por la aparición de un nuevo rey, de un nuevo Mesías que llegaría para gobernar,
ordena la degollación de todos los niños de Bethelehem.
Ya con Jesús niño en Judea, según diversos registros, María y José deben enfrentarse al temor y
sospecha que surgen a raíz de los milagros del niño, que no ha superado los cinco años, y que incluyen
resucitaciones, curaciones o sanaciones, además de diversos prodigios como la sumisión de fieras y
serpientes. Pero también deban responder por las interpelaciones que Jesús realiza a patriarcas del
Templo que buscan instruirlo e ilustrarlo en los mandatos de la Ley Divina y que hacen que durante
buena parte de los años de infancia y adolescencia de Jesús, los tres vivan errantes, extranjeros y
desterrados.
María Magdalena: la falsa prostituta

Santa y pecadora, culpable y redimida: la figura de María Magdalena a lo largo de los siglos ha sido
heredada y traspasada a las mujeres junto con la condena de la sexualidad, porque gracias a las
religiones cristianas, particularmente la católica, su imagen se asoció a la de la prostituta arrepentida.
Sin embargo, en el Nuevo Testamento no existe una alusión expresa a que  Magdalena  hubiese sido
explícitamente una prostituta. Dado que en el evangelio de Lucas sí se menciona que Jesús expulsó
siete demonios del cuerpo de una mujer llamada María, la ambigüedad del relato narrado dio paso a
diversas interpretaciones y a que se consolide el  mito de la prostituta. 29

Con todo, el hallazgo en 1945 al sur Egipto en las cuevas de Nag Hammadi de unos papiros que
contenían los evangelios de Tomás, Felipe y muchos otros, considerados evangelios apócrifos,
proporcionan información más amplia sobre quién fue María Magdalena y permiten definirla como la
discípula favorita de Jesús, la mujer que, a diferencia de los otros apóstoles, comprende las alocuciones
y explicaciones de Jesús, hasta convertirse en su compañía permanentemente.  El evangelio de Felipe
afirma, por ejemplo, que el Salvador  la amaba más que a los otros discípulos y que la besaba en la
boca, lo que provocaba celos en apóstoles como Pedro.
Juan Arias, periodista español que trabajó varios años en el Vaticano, afirma que a inicios del
cristianismo existieron diversas corrientes religiosas en pugna principalmente “la corriente tradicional,
de Pablo y Pedro, y la de los gnósticos capitaneada por María Magdalena”, que terminó siendo
“arrinconada”, ya que esta vertiente teológica estaba “basada sobre el conocimiento más que en el
pecado”.
Los gnósticos cuestionaban las jerarquías y se enfrentaron al Vaticano, mientras que la corriente
masculina, de herencia judía y patriarcal de los apóstoles Pablo y Pedro delinearon las jerarquías que
29 Patricia Flores Palacios, Semanario La Época, La Paz, marzo 2011.

35
siglos después constituyeron la institucionalidad eclesial que contempla el papado y los obispados,
siguiendo una línea contraria a lo que Jesús proclamaba, ya que desde niño se enfrentó a los sabios
del templo, tal como se revela en los Evangelios denominados apócrifos, por lo que Jesús en ninguna
de sus prédicas sugiere siquiera estar de acuerdo con la imposición de jerarquías de poder de ningún
tipo.
La discípula
Pero ¿cómo es que María Magdalena termina convirtiéndose en una de las principales discípulas de
Jesús? Algunos textos de los mencionados dan cuenta de que ella solventó económicamente varios
de sus desplazamientos para ampliar sus prédicas, gracias a su autonomía económica, ya que María
provenía de Magdala, una región en la que sí se permitía a las mujeres a acumular bienes producto de
la pesca o el comercio, aspecto que sin duda posibilitó que  María Magadalena acompañe a Jesús por
diversos lugares de lo que hoy conocemos como Oriente Medio.
A ello se suma otro hecho significativo: la presencia de esta mujer en el momento de la crucifixión
y muerte de Jesús. Los cuatro evangelistas del Nuevo Testamento dan cuenta que al momento de
la crucifixión y de la resurrección, además de María, la madre de Jesús, estaba María Magdalena
que, de acuerdo a la tradición, en tales circunstancias era de suponer que quien iba a morir en una
ejecución esté acompañado en sus últimos momentos por las personas más cercanas y queridas, sea 
por lazos de parentesco consanguíneo o afectivo.  Por lo que no es casual que posteriormente haya
sido considerada como una santa primero por la Iglesia Ortodoxa y la Anglicana y recién en el siglo
XX por la Iglesia Católica.
María Magdalena, la pecadora
Durante siglos se confundió a las dos mujeres para dar preeminencia a la figura de los apóstoles,
generando con ello que los iniciales predicadores de las enseñanzas de Jesús, los emperadores
que adoptaron como religión el naciente cristianismo y, posteriormente,  los papas y jerarcas de la
institución eclesial a lo largo de los siglos nos presenten a María Magdalena como una prostituta,
para invisibilizar su protagonismo  y cercanía con Jesús. En ello fueron fieles también a los preceptos
que establecían que el poder político y religioso debían estar en mano de los patriarcas por mandato
divino.
Así, como señala el periodista Juan Arias, la identidad de María Magdalena como María de Betania
“la mujer quien fue una pecadora” fue establecida en un sermón del Papa Gregorio en el año 591,
cuando afirmó que “ella, la cual Lucas llama la mujer pecadora, la cual José llama María [de Betania],
nosotros creemos que es María, de quien siete demonios fueron expulsados, según Marcos”, aunque no
explicita que se tratase de un prostituta, pero que se reforzó gracias también a otra cita de Lucas en la
que refiere a una mujer adúltera a la que Jesús salva de la lapidación (Juan 8:3-11) 

36
Las otras diosas, la virginidad y los arquetipos
Desde la perspectiva simbólica la emergencia de la Virgen María en la historia, la mitología y la
religiosidad judía, islámica o cristiana es una asimilación de otras deidades mucho más antiguas,
adoradas en ritualidades y plasmadas en simbologías de culturas mucho más antiguas que la judía,
cuyos templos contaban con estatuas de vírgenes en los que la gente ofrecía sus oraciones, sus
ofrendas y sus esperanzas. Con el advenimiento del cristianismo, muchos de ellos se transformaron en
templos dedicados a María, la Inmaculada Concepción.
Las religiones y las culturas de entonces ceden ante la fuerza cristiana y quienes en tiempos del
imperio romano adoraban a Diana o Venus poco a poco la reemplazaron por María, la virgen madre
de Jesús, relegando a sus antiguas diosas a las cimientes de nuestra memoria larga, para transformar
sus nombres aunque no sus ritualidades.
Diosas antiguas, y para algunos paganas, como Lilith, Anat, Afrodita, Aradia, Artemis, Astarte, Ceres,
Demeter, Diana, Eostre, Gaia, Hera, Ishtar, Isis, Juno, Kali, Minerva, Persefone o Venus ceden así su
lugar y dan paso a María, la madre de Jesús. Pero dejan como legado la idea de que la virginidad tiene
diversos sentidos: implica desde reivindicaciones de autonomía hasta representaciones religiosas y
simbólicas ligadas a la fertilidad divina, con poco énfasis entre virginidad y castidad, lo que permite
descubrir que el título de “Santísima Virgen” ya fue otorgado a otras diosas, aquellas que precisamente
representaban a mujeres poderosas con autonomía, que no tenían que responder ante ningún hombre
ni por ningún niño.
Para algunos estudiosos, la virginidad no estaba ligada a la continencia sexual, sino más bien a una
condición emancipatoria, pero que siglos después, por la tradición cristiana, se convertiría en un acto
reivindicativo del pecado original de Eva. De esta forma, durante los siglos posteriores se sublimará
la virginidad física de María y la concepción inmaculada de Jesús, porque desde comprensiones
literales del nacimiento virginal, Jesús es totalmente humano y totalmente divino. 

Pero siglos atrás en Grecia los nacimientos virginales son parte de las prácticas de las deidades de
su enorme panteón religioso y son atribuidos a personajes humano-divinos o semi-divinos, héroes o
sabios como lo evidencian las historias de Pitágoras, Platón, Alejandro, Zoroastro, Sargón, Perseo,
Jasón, Mileto, Minos o Asclepio, por mencionar algunos ejemplos que hoy pueden ser corroborados
fácilmente en la red informática.
Otro dato significativo y recogido de los saberes populares antiguos y el arte que sobrevivió a lo largo
de los siglos es la representación de las diosas como síntesis perfectas de Trinidad originaria, en la
que convergían virgen, madre, sabia/bruja. Por lo que el término “doncella” usualmente era sustituido
por el término “virgen” para de-sexualizar la palabra, la que a su vez asociaba a la adolescente casi
niña con virgen o doncella justo al comienzo de la menstruación. De esa transición y transformación

37
de la niña en una joven mujer, nace en muchas culturas mediterráneas la celebración de ritos en honor
a la libertad de la juventud.
Joseph Campbell une el nacimiento de Cristo con el nacimiento de Buda y denomina a ambos
acontecimientos “the birth of compassion”, señalando que los héroes y semidioses nacen no de la
sexualidad ni de la auto-preservación, sino de la compasión, un nacer del corazón. Visión que
compartirían también las distintas corrientes gnósticas que vieron en la concepción de Jesús una
realidad simbólica y de unión con el Espíritu Santo femenino, la Sophia con el Padre Dios masculino.
Por lo que esas presencias míticas, no exentas de heroísmos, a lo largo de la historia se han convertido
en figuras o presencias arquetípicas, cuyas vidas se multiplicaron en réplicas comunes en diversos
contextos, tiempos y espacios, anclados en antiguos pasados que tenían como plataformas comunes
hitos fundantes y emblemáticos como referentes de vida y con potencialidades para dar paso al
afloramiento de nuevas eras.
Por ello que es en el inconsciente colectivo estudiado y desarrollado por Carl Gustav Jung que se
ancla un lenguaje común a los seres humanos de todos los tiempos y lugares del mundo, constituido
precisamente por simbologías comunes capaces de expresar contenidos que pueden ser interpretados
más allá de los límites de la razón. Imágenes arquetípicas, que bien podrían traducirse también
como imágenes ancestrales, oníricas y fantasías con motivos universales, de grandes coincidencias
y similitudes, registrados y transmitidos sobre todo a través de las religiones, los mitos y leyendas
constitutivas precisamente de ese inconsciente colectivo.
De ahí que la figura de María, enfatizando en su virginidad y maternidad, se fusionará a la imagen
arquetípica de las diosas pre judeo/cristinas e islámicas, para reforzar simbologías como las de la
Madre de Dios, la Virgen, Sofía; los anhelos de salvación ante la condena del pecado de Eva y como
afirmaba el propio Jung, de un modo más amplio, como la base de « la iglesia, la universidad, la
ciudad, el país, el cielo, la tierra, el monte, el mar y las aguas estancadas; la materia, el inframundo y
la luna» (…) «como lugar de nacimiento y de procreación, los sembrados; el jardín, la roca, la cueva,
el árbol, el manantial, el pozo, la pila bautismal, la flor como recipiente; como círculo mágico o como
tipo de la cornucopia».
El poder de la maternidad
Sin embargo, el poder de la maternidad será otro de los antiguos arquetipos que se encarnarán también
en la figura de María, como elemento que condensará fertilidad, fuerza creadora, autoridad femenina,
magia, sabiduría, altura espiritual más allá del intelecto; lo bondadoso, protector, sustentador, lo que
da crecimiento, fertilidad y alimento; el lugar de la transformación mágica, del renacer; el instinto
o impulso que ayuda; lo secreto, escondido, lo tenebroso, el abismo, el mundo de los muertos, lo
que devora, seduce y envenena, lo angustioso e inevitable, como puntualizará C. G. Jung en su
obra Los arquetipos y lo inconsciente colectivo. Un inconsciente colectivo que también fue objeto de

38
interpretaciones, redefiniciones, concentraciones de poder y cientos de miles de intencionalidades
religiosas y dogmáticas.
Así, María fue el símbolo que se usó en las escrituras canónicas para condenar al embarazo y
reivindicar la virginidad sublimada, dejando de lado paradójicamente e invisibilizando la historia que
narra cómo en vida huyó como fugitiva y errante para evitar la lapidación, cuáles fueron sus poderes
de sanación y su fuerza protectora, capaz de sobreponerse al peor de los dolores. Sin embargo, su
impronta femenina se reivindicaría a lo largo del mundo con reedificaciones en su honor, festividades
y cientos de miles de ritualidades para recordarnos, a través de los siglos y los milenios, el rostro
femenino de Dios.
El modelo de la mujer asexuada
Tenemos así que en diversas tradiciones religiosas, no sólo la católica, la santidad de María madre
se convertirá en el modelo de mujer ideal, santa, abnegada y protectora, pero por encima de todo,
virgen. Y la virginidad se consolida como el máximo valor del patriarcado judeo/cristiano, mientras
que el sexo y todo lo relacionado con el cuerpo se condenan como elementos del pecado, vinculados
al mundo de los infiernos.  
Desde entonces el placer, el erotismo, la desnudez, las caricias, los besos y el sexo, la naturalidad
de la sexualidad y todas sus biológicas y naturales implicancias serán descalificadas si no se ligan
a la procreación, al grado de ampliar las compuertas a la violencia sancionadora no sólo desde los
confesionarios religiosos, sino desde las normativas y las prácticas cotidianas, incluso hasta hoy. 
La condena del cuerpo con la condena de María Magdalena
La iconografía religiosa, desde el periodo bizantino a la fecha, se ha ocupado de reforzar la imagen
de María Magdalena como prostituta arrepentida a contracorriente de las vertientes religiosas de
los gnósticos, los que preservaron los evangelios denominados apócrifos y que la erigieron como
la principal discípula de Jesús  y su esposa, aunque las desavenencias entre Pedro y ella fueron
evidentes, tal como lo refleja el Evangelio de Felipe cuando alude a un reclamo de Pedro cuando éste
cuestiona: ¿por qué tenía que enseñarle a ella cosas que a nosotros no nos enseñaba? Y ahí otro de los
apóstoles dice: “Bueno Pedro, si él lo ha querido así, si él la ha escogido a ella tenemos que aceptarlo”.
En este evangelio como en aquellos otros definidos como gnósticos aparece nítidamente la idea de
que Jesús no objetaba ni se oponía a que otras mujeres lideradas por María Magdalena difundiesen
sus enseñanzas junto a la de los hombres. No hay que olvidar que las corrientes religiosas adscritas
al Antiguo Testamento  en lo que respecta a las mujeres asentaron sus preceptos y mandatos en la
culpabilidad de Eva con el pecado original, que derivó en la culpa de la desnudez y el cuerpo, con
el parir con dolor por castigo divino  y con la expulsión del paraíso, configurando una suerte de culpa
primigenia por el simple hecho de haber nacido mujer.

39
A ello se sumó  la subordinación judeo/cristiana de las mujeres, por lo que el protagonismo de la
Magdalena no podía ni debía evidenciarse, ya que su sola presencia como seguidora de Jesús
constituía una profunda transgresión a las costumbres de dichas culturas, principalmente a las
herederas del Antiguo Testamento. Y no sólo desde el punto de vista de los preceptos religiosos, sino
fundamentalmente culturales, por lo que la mitografía patriarcal condensa en su figura a todas las
mujeres pecadoras, arrepentidas y poseídas que aparecen durante las prédicas de Jesús, al grado de
convertirla en una prostituta arrepentida y luego de la crucifixión de Jesús, en una mujer penitente, que
hasta su muerte habitará una cueva en el desierto en penitencia, ayuno y mortificación de su carne.
Carne en tanto cuerpo, objeto del deseo, placer, fornicación, apropiación, posesión o lujuria  y, por
tanto, elemento de condena, ya que en la época de Jesús los usos y costumbres sometían a las mujeres
consideradas como pecadoras a la lapidación y a la muerte si es que se transgredían las normas de
la sumisión y subordinación.
Ello, porque predominaba la idea de que las mujeres desde niñas eran propiedad primero de los padres
y luego de los esposos, cuya principal misión era la procreación y cuánto mejor, de primogénitos
varones, para luego consolidarse como cuidadoras y protectoras no sólo de sus hijos, sino de sus
maridos, padres, hermanos o suegros. Esta concepción se reforzó durante siglos por las tradiciones
judías, musulmanas e islámicas principalmente, superponiendo a María madre de Jesús desde la
veneración, fundamentalmente por su VIRGINIDAD y porque su embarazo se produjo por obra y
gracia del Espíritu Santo, sin haberse manchado por ello con “el pecado de Eva”.
El supeditado sentido del amor
En esta línea, el amor entre las personas termina supeditándose a la reproducción, el matrimonio se
convierte en símbolo de esa unión y lo que está al margen de ese canon también ingresa al mundo
de la condena, de la prohibición, del pecado y del juzgamiento.  Aunque hay que recordar que el
matrimonio según usos y costumbres de las culturas en la época de Jesús, como antes y después,
fueron por sobre todo arreglos familiares, sin la mediación del amor, pues en muchos casos constituían
transacciones y arreglos familiares antes de que nacieran los hijos o hijas, en los que  las mujeres no
tenían opción alguna a manifestarse, como ocurre todavía en algunas sociedades de oriente medio.
No en vano María Magdalena a lo largo de casi mil quinientos años cargará el estigma de la pecadora,
de la prostituta, hasta que en 1969, el papa Pablo VI elimina del calendario litúrgico el apelativo de
“penitente” adjudicado tradicionalmente a María Magdalena y desde entonces se la deja de considerar
prostituta arrepentida. Pero milenio y medio de tradición no son suficientes para reivindicar su imagen
de lideresa, de discípula favorita o de esposa de Jesús  ante millones de católicos que la siguen
considerando como una pecadora.
Sin embargo, esa historia nos ocultó la violación a la que fueron sometidas las mujeres durante milenios
por pactos matrimoniales en los que no necesariamente primó el amor, sino los arreglos familiares y

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sociales, así como los mandatos religiosos y estatales, pues ambos fueron de la mano.  Violaciones y
violencias que se escondieron a lo largo de los últimos dos milenios, principalmente.
Joseph Campbell afirmaba  que el sentido del amor, el romance o la exaltación de la pasión surge
recién en la Edad Media, en contradicción directa con la enseñanza de la Iglesia: la palabra AMOR
leída al revés es ROMA, y se la empleó para validar las ideas de la Iglesia Católica Romana que
justificaba matrimonios que eran de carácter puramente social o político. Por eso nació este movimiento
(el de la Edad Media)  validando la elección individual a la que yo llamo seguir el camino de tu
felicidad. 
A partir de entonces las sociedades occidentales, recién comenzaron a reivindicar el amor y
tímidamente el placer y el disfrute de la sensualidad y sexualidad legada hace siglos por los griegos,
por ejemplo. Aunque claro, debió pasar mucho para que arribemos a la revolución sexual de los
años 60 que posibilitó que nos enfrentáramos a nuestras naturalidades, diversas, complejas, pero
atravesadas todavía por las culpas del pecado de Eva o de María Magdalena... Aunque todavía
nos queda mucho recorrido para que expiemos las culpas y los miedos religiosos y culturales que se
apoderaron de nuestros cuerpos, de nuestras libertades,  de nuestras subjetividades y de historias y
religiosidades que injustamente condenaron a cientos de millones de mujeres a lo largo de la historia
por pecados inventados o violaciones obligadas. María Magdalena es símbolo de ello.
 
Los mitos originarios precolombinos
“Antes, los hombres vivían en la oscuridad, los Chullpas, primeros pobladores del mundo, se
alumbraban con la fresca luz de la luna [...]Después de muchos siglos, los sabios pronosticaron la
salida del sol [...] Al saber que en el universo se impondría la luz candente de un sol poderoso (Thuñi)
y que aparecería del lado oeste, todos se apresuraron en construir sus guaridas con puertas hacia el
este [...] El sol amaneció por el oeste, pero, después, el sol apareció por el este ocasionando su muerte,
sofocados por el extraño calor solar [...] El sol mató a los Chullpas, pero una pareja se metió al agua
y donde permanecieron todo el día hasta la puesta del sol. Sólo al volver la noche reiniciaba su vida
normal, y así durante algún tiempo hasta que se acostumbraron al nuevo sistema de vida, con días y
noches. Los chipayas actuales son sus descendientes...”.

La antigüedad y origen de los pueblos Uru Chipayas, Qhas Qut suńi Uros – Chipaya-Chulluñi-Irohito-
Murato se devela precisamente en sus mitos de origen y en la historia oral que ha sido transmitida a
lo largo de generaciones, se presume que es anterior a los 2.000 A de C y que habrían subido de
las islas del Pacífico Sur o que incluso tendrían origen amazónico, sin descartar la presunción de las
migraciones asiáticas por el estrecho de Bering. - Vivíamos asentados en una extensa faja que iba desde

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el río Azángaro -ahora del Perú- seguía las orillas del lago Titicaca y el Desaguadero hacia el lago Poopó, hasta
los Lípez. Formaba este territorio un eje acuático, de norte a sur, como se puede apreciar en el mapa del s. XVI.
Otros Urus vivían en la costa del Pacífico, entre Cobija, Arica y Camana.30
Dentro de sus tradiciones la complentariedad fue fundante de la cosmovisión Uru Chipaya que se
tradujo en la presencia de los dioses o Mallkus, deidades masculinas y las T’allas deidades femeninas,
que intervienen en todo tipo de ritos que acompañan la mayor parte de sus actividades. Deidades
sagradas vinculadas a la naturaleza que a pesar de la aridez de un territorio salino a más de 4.000
m.s.n.m, del frío, las sequías y los vientos les da cobijo con los dones austero y generosos del río Lauca,
la Pachamama, la Madre Tierra, las montañas del Sajama, la Torre Mallku, otros mallkus de cada ayllu.31
En sus relatos se develan dos deidades que acompañan la sacralidad y ritualidad de su historia
milenaria: la serpiente (quwak) y Wari; la serpiente relacionaba el mundo superior o cielo con
el e abajo. Wari creador del mundo, habitante del Uracharku, territorio de fuego y relacionado
con la actividad volcánica, considerado como el principio masculino por encontrarse cerca de
los yacimientos de oro y relacionado con el sol y el fuego. Así como el principio femenino del
Warsicharcu o señorío de las aguas reflejado por filones de plata y relacionado con la luna y las
aguas de los lagos Poopó, Titicaca y Desaguadero, así como las del río Lauca.
Cuando fueron sometidos por los Aymara, los dioses Quwak y Wari fueron las únicas deidades
que sobrevivieron al proceso de dominación. Los Uru, realizan ritos en todas sus actividades como
cazar, la agricultura, pescar, construcción de sus viviendas, los ritos para pescar son practicados
dos veces al año el primero entre marzo y abril y el segundo en agosto. “-El orgullo de nuestro
pasado remoto como “chullpa puchus” nos da valor para luchar por una justa atención y el respeto
que merecemos como la minoría étnica más importante del mundo andino-”.32
La Pachama, la Madre Tierra, la divinidad panandina más importante, diosa de fertilidad, de la
tierra productiva que abarca las nociones de espacio y tiempo, holística y compleja, presente en los
señoríos aymaras, en Tiahuanacu y en diversas culturas indígenas pre Incas, aunque ha ejercido
gran influencia la cosmovisión aymara, pero que a su vez posibilita la existencia de deidades
en espacios sacralizados como las aguas, las montañas, el universo o las profundidades de la
tierra que se acercan o se alejan, emergen o se sumergen, en ocasiones especiales o en tiempos
cíclicos sagrados y que configuran principalmente tres espacios de hábitat de deidades, (quechua
verificar)33:
30. Nathan Watchtel, El regreso de los antepasados, Los indios Urus de Bolivia del siglo XX al XVI Ensayo de historia regresiva,
Fondo de Cultura Económica, México 2001, Mario Montaño Aragón, Raíces semíticas en la religiosidad aymara y quichua,
Colección historia Ultima Hora, 1979, Ramiro Molina, http://saapnfo.ted.hu/qutsuni/index., www.educabolivia.bo/, www.
musef.org
31. Idem.
32. Idem.
33. Manuel Mamani, El rito agrícola de Pachallampi y la música en Pachama, precordillera de Parinacota Universidad de
Tarapacá, Arica, Hans van Den Berg, “La tierra no da así no más”. La Paz, Talleres HISBOL. Olivia Harris, et al “Pacha:
En torno al pensamiento aymara”, Raíces de América. El mundo Aymara. Editado por Xavier Albó. Madrid: UNESCO,
Alianza Editorial y Juan Van Kessel, et al. Críar la vida: Trabajo y tecnología en el mundo andino, Domingo Llanqe, Ritos y
espiritualidad Aymara. La Paz: Ediciones Gráficas E.G.

42
a) Araxpacha: Espacio de arriba, relacionado con el cielo, el Cosmos, mundo de arriba,
en cuyo espacio se ubican las deidades de arriba o del cielo, ligado al ciclo de la luna
que incide en la fertilidad de las mujeres, de la naturaleza y de los animales.

b) Akapacha: Espacio o mundo de acá, en el que existen deidades tangibles e


intangibles, coexistiendo en estrecha relación con el ser humano y en que la deidad
fundamental es la Pachamama, generadora de vida de todos los seres de la tierra,
por lo que se le rinde cultos milenarios, Pachamama que a su vez puede ser benévola
y dadora de vida, así como malévola en consonancia con la conducta humana,
que puede reprender o enseñar a través de diversas señales, por lo que la gente en
cada ato ritual la venera, junto a deidades protectoras como las montañas femeninas
y masculinas y otras divinidades, dependiendo los contextos y que se manifiestan a
través de libaciones, phawa y ch’alla , complejidades ampliamente estudiadas por Denis
Arnold, Olivia Harris, Ma. Eugenia Rostworowski, Mauricio Mamani, Domingo Llanque,
Xavier Albó entre otros estudios del mundo andino.

c) Manqhapacha: Espacio o mundo de abajo, en el que habitan deidades con poderes


y funciones específicas, emergen de lugares o sitios sacralizados como las Pukara.
Para la percepción occidental estas deidades se conciben saxra o supaya, entes
sobrenaturales aymaras que pernoctan en el subterráneo, que pueden causar daños o
beneficios, con el periodo colonial se asocian a “demonios o diablos”, sin embargo estas
deidades andinas pueden ser benevolentes y dadivosas cuando el humano cumple con
las ofrendas necesarias y castigan cuando la gente olvida su existencia y hace mal
uso de las tierras sacralizadas, como lo señalan Han Van den Berg, Juan Van Kessel o
Domingo Lllanque, entre otros estudiosos.34

Wiracocha
Otra de las deidades fundamentales de las culturas andinas precolombina, incluso pre Inca es la
aparición del gran dios Wiracocha, Viracocha, Apu Kon Titi Wiracocha, Dios creador del mundo
desde los albores de los señoríos aymaras y la cultura Tiahuanaco. Deidad andrógeno, creado
por él mismo, hermafrodita, dios inmortal cuyo culto fue introducido durante la expansión de Wari-
Tihuanaco, supremo, creador del universo y todo lo que contiene: la tierra, el sol, los pueblos, plantas,
que se presentaba en diversas formas y estaba en todas partes. 35

34. Idem
35. Luis Millones, Perú indígena : poder y religión en los Andes centrales, Peter Kaulicke, Religión y culto, Jorge
Silva Sifuentes El imperio de los cuatro suyos, http://www.wanamey.com/peru-cusco/religion-andina-inca.
htm, www.historiacultural.com/2010/03/dioses-religion-inca.html

43
Wiracocha o Viracocha estaba íntimamente relacionado con las aguas de los mares, de los ríos, el
creó el universo, sol, la luna y las estrellas, el tiempo y las civilizaciones mismas. El mito registrado por
Juan de Betanzos, Viracocha pasó por Lago Titicaca durante el tiempo de la oscuridad para traer la
luz, del periodo pre solar. Wiracocha hizo el sol, la luna y las estrellas; la humanidad al respirar en
las piedras, pero surgieron gigantes sin cerebro que le desagradaban. Así que destruyó a todas las
criaturas vivas con un diluvio e hizo unas nuevas criaturas de piedras más pequeñas, el hombre actual.
Las leyendas cuentan que luego Wiracocha finalmente desapareció al caminar sobre las aguas en el
Océano Pacífico, prometiendo regresar36.
La imágenes de la Puerta del Sol y de los templos sagrados de Tiahuanacu evidencian la configuración
andrógena del Dios Wiracocha y las Estelas o Monolitos identidades femeninas, siguiendo los estudios
de Arturo Posnaski , “Tihuanaku cuna del hombre americano”. Para el cronista Pedro Sarmiento de
Gamboa señaló que Viracocha fue descrito como “un hombre de mediana estatura, blanco y vestido
con una túnica blanca, con una cinta asegurada a su cintura, y que llevaba un bastón y un libro en
sus manos”. 37
Los relatos cuentan que el dios Wiracocha luego de su creación decidió vagar por la tierra disfrazado
de mendigo, enseñando a sus nuevas creaciones los fundamentos de la civilización, así como del
trabajo.
Quilla o Mama Klla
Otra de las deidades femeninas fundamentales en las cosmovisiones originarias es el de la diosa
Luna, Quilla, o la Mama Klla, hija del dios Wiracocha y posteriormente con la emergencia del
imperio Inca, hermana y esposa del Dios Inti.
Con el surgimiento del incario se cuenta que Mama Quilla engendro a Manco Cápac y Mama Ocllo,
los fundadores míticos de la cultura Inca. Mama Quilla era la diosa del matrimonio y del ciclo menstrual,
y era considerada una protectora de las mujeres.
La mitografía devela que Mama Quilla lloró lágrimas de plata y que los eclipses lunares se producían
cuando ella era atacada por un animal. Mama Quilla era representada como una hermosa mujer y
durante el incario, cientos de años después a los del imperio Tiahuanacu, sus templos en el Cusco
serían atendidos por sacerdotisas dedicadas de los Acllahuasis, pero desde otras relaciones basadas
en la subordinación.38
De acuerdo a registros el padre Bernabé Cobo, cronista de mediados del siglo XVI, la luna era
adorada por la belleza admirable y los beneficios que otorga al mundo. Ella era importante para
36. Idem
37. Arturo Posnansky “Tiuanaku cuna del hobre americano” Vol III y IV, Ed. Agustin Publisher- New York 1945,
www.historiacultural.com/2010/03/dioses-religion-inca.htmltml
38. Idem

44
calcular el paso del tiempo y del calendario, debido al hecho de que muchos rituales panandinos se
basaban en los calendarios lunares.
Uno de los mitos que rodea a la diosa de la luna era sobre las “manchas oscuras” que se observaban
en la Luna, Se creía que un Zorro se enamoró de Mama Quilla, debido a su belleza, pero cuando
ascendió al cielo, ella lo apretó contra ella, produciéndose heridas.
Siglos después los incas superpusieron su religiosidad y veían a los eclipses lunares con gran temor
ya que creían que durante eclipse, un animal, posiblemente un zorro, león de montaña, serpiente o
Puma estaba atacando a Mama Quilla; por lo que la gente intentaba ahuyentar a los animales con
armas arrojadizas, gesticulando y haciendo ruidos para ahuyentar al animal, porque temían quedar
en la oscuridad.
Tradición que continuó después del sometimiento de los Incas por el imperio español y la imposición
católica, los conquistadores usaron en su beneficio los eclipses lunares y aprovecharon los saberes
indígenas ya que eran capaces de predecir los eclipses o cuando tendría lugar.
Mama Kocha -Mama Cocha
Otra de las deidades fundamentales en el panteón panandino fue la de Mama Kocha -Mama Cocha
diosa de los mares, de las aguas y de las lagunas, protectora de los marineros y pescadores. En una
leyenda se dice que es madre del dios Inti, el dios Sol y de Mama Quilla, puede ser dadora de vida.
Pero también puede arrebatarla dentro o fuera de las aguas
Coyllur
Las Estrellas, la diosa Coyllur, también formaba parte de nuestras deidades, fue compañera fiel de
Mama Killa, se creía que las estrellas representaban a los animales y aves de la tierra y que tenían
similitudes en el cosmos, lo que dio lugar a determinar las constelaciones.
Mama Zara
Entre las deidades panandinas está la figura de la diosa del maíz y los alimentos, Mama Zara que
se materializaba en las flores de maíz de extrañas formas y las mismas se utilizaban como pequeñas
réplicas de la Diosa. Esta deidad también es adoptada por el imperio Inca, aunque en las culturas
indígenas, originarias y campesinas asumen nombres diversos y matices específicos.
Chaupiñamca
Chaupiñamca huaca de la fertilidad y la protectora de las cosechas, una de las diosas-huacas más
veneradas de la región andina de Huarochirí, la gente la considerará como si fuera su propia madre.
En su santuario a Chaupiñamca se le ofrecían sacrificios, y los varones como parte de la ritualidad

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de fertilidad le ofrecían sus bailes desnudos toda la noche y luego se dirigían hacia la pampa,
exclamando alegres: ¡Es la fiesta de nuestra madre!.39
Cinco días seguidos festejaban a Chaupiñamca. En esos días la fertilidad de la zona aumentaba y se
cuenta que durante un largo período la apariencia de la diosa-huaca Chaupiñamca fue como la de
todas las mujeres. Sin embargo, un buen día se transformó para mutar su aspecto humano y convertirse
en una roca de cinco brazos. Por último, después de la llegada de los españoles, la diosa-huaca se
escondió bajo tierra, sin embargo, a pesar de no verla, las comunidades continuaron venerándola en
generaciones posteriores.40
Sypavé
Diosa y madre de todos, de los pueblos guaranís. Tupá, el padre de todos le dijo -Mujer, que de mi naciste
a mi semejanza, te doy por nombre Sypavé, madre de todos- y con ello les dió consejos para que vivan
en amor y puedan pacíficamente procrear. También puso a disposición de sus hijos/as los seres vivos
y los productos de la tierra para que los puedan utilizar sin desperdicios
Sypavé protegía la fertilidad, la vida, las plantas, los animales, estaba presente en el día y la noe, en
la oscuridad y la luz, en el todo y en la nada.

Poräsy

Madre o diosa de la hermosura y de gran fuerza física, Poräsy se sacrificó para redimir a su pueblo de
la dominación de los siete hermanos maléficos, hijos de Taú y Keraná, Poräsy protegía a las amazonas,
valientes guerreras que protegía sus pueblos contra los invasores y su violencia destructiva.

Guarasyáva

Guarasyáva diosa que se casó con Karivé, tambien llamado por Paragúa, hombre del mar, diosa que
transitava entre la tierra y las aguas, protectora de la naturaleza y sus animales.

Arasy

Arasy diosa y madre del cielo, consagra como madre y fija por morada la luna –Jasy- . Arasy es
la deidad que creó la raza, el origen del pueblo guaraní, pero también Arasy está presente en otros
pueblos del Caribe.

En una remota mañana Tupâ y Arasy bajaron a la tierra. Instalados sobre una colina, de Areguá, de
allí crearon los mares y ríos, los bosques, las estrellas y todos los seres del universo
39. Idem
40. Idem

46
Kaá Jar´y – Caá Yari

Kaá Jar´y – Caá Yari diosa y dueña de la yerba mate, deidad de cabellos plateados, que
cotidianamente regala a su pueblo la yerba mate, para darles lucidez, fuerza y protección en sus
faenas.
La Loma Sagrada
La “Loma Santa,” mítica loma grande de tierra con cualidades Utópicas, hacia donde los indígenas
oprimidos pueden escapar de la pobreza y la explotación de los blancos. Deidad tutelar de civilización
Moxeña y que en su seno protege a los seres vivos. Se cuenta que cuando sube las aguas bravas de
los ríos sus entrañas rugen para alertar a su pueblo y para que busque protección en sus alturas.
Los orígenes del patriarcado
Mitos, historia, fantasía o quimera a pesar de los milenios y las distancias, físicas o culturales, esculpieron
nuestras memorias largas con las mismas narrativas, como bien afirmaba el máximo estudioso de la
mitología, Joseph Campbell: ”Los mitos han existido desde siempre, están en la raíz de cada pueblo,
de cada tradición conocida, son la base de nuestra inmensa riqueza cultural. En tiempos remotos, los
seres humanos encontraban en ellos pautas y ejemplos, consejos, direcciones y vías para encauzar
la trayectoria que debían dar a sus propias vidas. Veían en ellos el camino que podía llevarles al
descubrimiento y a la realización del sentido de la existencia, ese oculto y ansiado sendero que
nos lleva al conocimiento de nosotros mismos, a saber que somos uno con los demás y con toda la
naturaleza que nos rodea”.
Campbell, corrobora los diversos hallazgos afirmando que al final de la Edad del Bronce y en el
amanecer de la Edad del Hierro (alrededor de 1250 a.C. en Levante) existió una especie de rebelión
contra el poder femenino que instauró a la fuerza una cultura patriarcal. En el seno de esta revolución
patriarcal se eliminó la veneración a diosas o dioses de la fertilidad, y comenzaron a triunfar héroes
masculinos con valores patriarcales como la capacidad de acción, la valentía, la fuerza bruta, la
capacidad de herir y defenderse…pero también, como nos muestra la Historia de Occidente, la
práctica de aniquilar y destrozar culturas y de expoliar los recursos de los pueblos más débiles y
pacíficos.
Para autores como Joseph Campbell, Anne Baring y Jules Cashford, Coral Herrera, Pepe Rodríguez,
principalmente, la arqueología demuestra que durante los últimos 40.000 años de la Prehistoria
humana sólo se rendía culto al Principio femenino, a la Madre Naturaleza, a la Madre Tierra o a la
Gran Madre Tierra, todas ellas variantes de un mismo mito.
Por ello las constataciones de esos pasados se tradujeron en producciones simbólicas antropomorfas
de esculturas, relieves y grabados de todos los continentes, exclusivamente femeninas. Y es esencial
recordar este principio y a estas mujeres, diosas creadoras y tenaces que compartieron la misma

47
historia de las sirenas, las amazonas, las hetairas de los griegos -prostitutas sagradas, sabias, dadoras
de vida- que, a pesar de milenios de invisibilización, de tergiversaciones histórico/religiosas, de
inquisiciones extirpadoras de idolatrías, de imposiciones o posesiones demoníacas, de configuraciones
monstruosas que las describe como pecadoras y ángeles caídas, cimentaron nuestras memorias.
Emergen los dioses poderosos, los invasores, se instalan los reinos, los imperios, los soberanos y los
vasallos, se impone la fuerza de la razón, la Naturaleza y sus sabidurías se desplazan por la cultura,
aparecen los patriarcas de la historia, los poderes clericales y políticos adscritos a un único dios.
Sin embargo, las dualidades heredadas del árbol del bien y del mal no pudieron penalizar con el
olvido a Lilith, Ishtar, Afrodita o Isis, porque sus legados emergieron luego con María, la madre de
Jesús o con María Magdalena, la discípula favorita, la esposa, ambas condenadas en vida a huir
hasta sus últimos días por la amenaza permanente de la lapidación, de la muerte.
El poder de la fuerza, el dominio asentado en la violencia, la sumisión, el menosprecio y la
subordinación se impusieron primero, luego vino la Inquisición con sus miedos religiosos, con el
pecado, que cercenaron nuestras subjetividades y también nuestros cuerpos, lo complementario se
convirtió en opuesto, en enfrentamiento, en dolor cotidiano, sin Loma Santa que nos proteja, pero no
aniquilaron la fuerza para despertar a nuestras Diosas Creadoras, a la Pachamama, nuestra Madre
Tierra, para escribir otras historias, verdaderamente respetuosas de la vida, de la diferencia, con
equidad, profundamente despatriarcalizadoras, como nuestras diosas fundidas en la fuerza de la
Luna, que muere de día y resucita de noche sin dejar de estar viva y en complementariedad, creciente
y menguante, contenida y trascendida.

48
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50
Descolonización y Despatriarcalización
en las Políticas Públicas
Idón Moisés Chivi Vargas

Introducción
El presente documento, amigo lector, muestra un recorrido sobre lo qué es la descolonización y lo
qué es la despatriarcalización en el campo de las políticas públicas, y cómo esta se expresa en el
desplazamiento institucional del Estado Plurinacional.
Dicho de otra forma, el presente documento confiesa, los caminos recorridos, los aprendizajes
institucionales, los desarrollos logrados, y los temas pendientes del Viceministerio de Descolonización
y la Unidad de Despatriarcalización.
Sin duda, estamos ante una institucionalidad novedosa por tierras latinoamericanas, como novedosa
es su experiencia en el marco de la formulación de políticas públicas.
Y ello es así porque no se tiene recetas de por medio, y porque todo se está haciendo a mano y sin
permiso…
En el camino hemos sido parte activa, cuando no parte principal, de varios debates sobre la
descolonización y sus caminos en el Estado. Hemos sido testigos de cómo las reflexiones del tiempo
de la resistencia, se han convertido en las propuestas de transformación del tiempo presente, y eso es
algo que nos hace ver que la iniciativa política es la misma, gobernar obedeciendo.
“Descolonización y Despatriarcalización en las Políticas Públicas”, es el título de la presente documento,
porque representa la complicidad histórica de ambos conceptos, una complicidad que proviene del
tiempo de la resistencia y que hoy tiempo de poder, se hace cuestión de Estado.
Disfruten pues, las líneas de este trabajo…
I Descolonización y Despatriarcalización: El Horizonte estatal
Pasar del Estado colonial (decadente) al Estado Plurinacional (en construcción), reclama, a estas
alturas, desfacer entuertos…
Y es que, la realidad política de Bolivia en el siglo XXI, está configurando –de modo pausado pero
muy creativo- un nuevo campo semántico, nuevas categorías políticas unidas a las más variadas
interpretaciones, estamos ante un campo semántico explosivo, donde las categorías circulan por los
cuerpos y explosionan el orden conservador, pero a veces también queda aturdido por esa misma
explosión.

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Por ello es muy importante -aunque no determinante-, explicitar el orden del discurso y las cuestiones
prácticas que las acompañan, ya que las palabras suelen ser venenos calmantes y explosivos.
Así que, lograr una comprensión mínima de lo que significan descolonización y despatriarcalización en el
marco de las políticas públicas guarda una importancia particular muy sensible, porque lo que se hace
en el Estado son eso: políticas públicas.
Es en este campo de lucha, donde se tejen una serie de presuposiciones perversas sino erráticas, las
mas de las veces confusas en lo teórico y peor en lo práctico -y que constituyen en el fondo-, las
tensiones propias de un momento transicional, un momento donde las contingencias de lo político se tejen
en los pasillos de la ética militante o la traición propia del resentimiento arribista.
Así pues, en un marco constitucionalista emancipatorio a la vez que plurinacional, asuntos políticos
como Descolonización y Despatriarcalización, deben indagarse desde los horizontes estatales
aprendiendo de los horizontes sociales, y no al revés… tal como lo han demostrado octubre del 2003 y
diciembre del 2010, aunque ambos episodios no tienen ninguna vinculación uno con el otro, pero que
enseñan las lógicas diferenciadas entre un modelo neoliberal y un modelo plurinacional, es decir entre
genocidio y Vivir Bien…
De este modo debemos asumir que la descolonización es el ajayu (espíritu) del proceso, y la
despatriarcalización la q’amasa (energía) del proceso.
Y es que ambos conceptos contienen el sentido solidario y comunitario, de un programa político cuyos
alcances todavía no han sido definidos por este momento de transición constitucional, pero sus ya
abundantes contornos visibles señalan –en definitiva-, que la dignidad humana no corre ningún peligro…
La refundación de Bolivia como Estado Plurinacional, exige –entonces-, un amplio proceso de
modulación teórica que -por supuesto- tiene profundos alcances prácticos.
Dicho de otra forma, es tiempo de que las cuestiones prácticas resuelvan las reflexiones teóricas y ello
solo puede hacerse recuperando las cuestiones teóricas desarrolladas en tiempos de la resistencia al
neoliberalismo.
Ese y no otro, es el camino del despliegue efectivo de la fuerza emancipatoria del Estado, al fin y al
cabo el Estado es como un cuchillo y el cuchillo jamás tiene culpa del crimen.
Por ello es que el liberalismo –y el neoliberalismo- ocultaron histórica y abiertamente, la fuerza
emancipatoria del Estado, mostrándolo como una maquina en sentido de voluntad general a la vez que
leviatán universal.
Fue este el modo, en que el Estado se convirtió en un ente todopoderoso y que solo puede ser destruido
por la sociedad (en su sentido abstracto), ese es el mito y déficit analítico que se tiene –en algunos
sectores- sobre el Estado, una especie de anarquismo postmoderno.

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El Estado ni es un ente sobrenatural, ni es el leviatán, es solo una hechura humana y su suicidio como
maquinaria colonial y patriarcal (con todo lo que ello implica), es el fondo práctico de la descolonización y
la despatriarcalización.
Por ello es que descolonización como despatriarcalización, son dos conceptos que han merecido diferentes
niveles de atención, por parte de agencias gubernamentales y no gubernamentales, por parte de
académicos, legisladores y hacedores de políticas públicas, porque son conceptos fuertes que nos
remiten a la profundización del proceso de cambio.
Y si el Estado no es el Poder ¿qué es?...
II Descolonización y Despatriarcalización: El horizonte de los movimientos sociales
Sin embargo -y tenemos que señalarlo para que no haya ausencias epistemológicas-, ambos
conceptos provienen de la larga lucha de resistencia anticolonial.
Ha sido el movimiento indígena originario campesino, la vertiente material y de construcción teórica
de lo que hoy conocemos como descolonización y despatriarcalización.
De hecho en la historia del movimiento obrero el año 1989 en el Congreso Nacional de la Central
Obrera Boliviana, el movimiento campesino pondrá en duda la dirección por decreto de los mineros,
a la vez que cuestionará duramente a la izquierda colonial, colonizada, y colonizante.
Este congreso representa para muchos intelectuales de izquierda -aunque no tanto para los indianistas-
, el momento clave donde el movimiento obrero, como expresión del desarrollo monocultural y el
movimiento campesino como expresión de lo plurinacional (casi veinte años atrás!!!), pondrán en
mesa de discusión política el debate sobre la descolonización, con una frase sencilla pero contundente:
“Bolivia es un Estado sin naciones, y los indios somos naciones sin Estado”
Por su lado y en pleno enfrentamiento al modelo neoliberal (colonial y por supuesto patriarcal), serán
las mujeres indígenas, desde la marcha, la carretera y los bloqueos quienes perfilaran el horizonte
táctico de la despatriarcalización…. Las Bartolinas Sisas, son su fiel testimonio…
Un testimonio que hoy expresa la capacidad de despliegue organizacional a lo largo y ancho del
movimiento indígena en Bolivia. Sus apuestas, su programa político tienen que ver con un horizonte
político emancipatorio más allá de los feminismos neoliberales.
Constituye, por lo tanto un potencial que desnuda lo encubierto, que abre posibilidades inimaginables
en los tiempo del goni, que radicaliza sus proyectos sociales, que lucha por la transformación de las
relaciones sociales de dominio que tienen como eje el patriarcado y el racismo…
Así que, dejando de lado los debates teóricos sobre la triple opresión, su análisis colectivo reluce, de
varias formas, que lo importante es la emancipación como espacio Chacha-Warmi (no en su sentido
simplista y patriarcal), sino como convergencia de la complementariedad que no se reduce a lo

53
masculino y lo femenino en tanto modelos biológicos sino que se abre a las otras identidades, en el
marco de la expansión política de los horizontes emancipatorios y de la alianza de las identidades
oprimidas por el patriarcado recluidas al pecado, la cárcel, el manicomio o la intolerancia social.
Los movimientos indígenas, tienen hoy mucho que decir sobre revolución, descolonización y
despatriarcalización, y esos horizontes son los que el Estado recibe a diario.
Al señalar que “sin despatriarcalización no hay descolonización” en tanto mensaje desde los
movimientos sociales, estamos hablando de un horizonte práctico que no separa descolonización y
despatriarcalización, y aquí ya no estamos tratando solo la igualdad de género, la equidad de género
o la equivalencia de género -como algunas feministas quieren mostrar-, debilitando de modo ingenuo-
los avances logrados, en términos de consistencia teórica con acción militante.
Dicho de otra forma, no es posible hacer políticas públicas desde la descolonización, sin pasar por la
despatriarcalización, y al revés, eso al menos nos lo enseña la historia reciente de la relación sociedad
civil en proceso revolucionario y estado plurinacional en proceso de construcción.
III Descolonización y Despatriarcalización: El desarrollo normativo
Normativamente, la descolonización y la despatriarcalización tienen un amplio abanico de
obligatoriedad estatal en envase normativo, es decir en la zona del Derecho que genera una verdad
y un saber poder.
Partiendo desde el Plan Nacional de Desarrollo (D.S. 29272 de 12 de septiembre de 2007 aunque
trabajado desde el 2006 por un equipo técnico compuesto por delegados políticos y técnicos de los
16 ministerios existentes en ese tiempo).
Desde el 2006 fue desarrollado como materia constitucional en las Comisiones Visión de País y
Educación, dando como resultado expreso la programación histórica en tanto base fundamental y
función esencial del Estado (Art. 9º inc. 1), además de núcleo de la educación (art. 78, inc. I).
De ahí al Decreto Supremo de Organización el Órgano Ejecutivo de febrero del 2009 que en su
artículo 3º de los Principios, inciso h) establece que la Descolonización ordena que “las políticas
públicas deben estar diseñadas en base a los valores, principios, conocimientos y prácticas del pueblo boliviano,
por lo que las acciones de las servidoras y servidores públicos deben estar orientadas a preservar, desarrollar y
proteger y difundir la diversidad cultural con dialogo intracultural, intercultural y plurilingüe”
En el mismo Decreto, artículo 114 se establece el Viceministerio de Descolonización y en el 116 sus
atribuciones como parte del Ministerio de Culturas en plural (no “cultura” en singular) es todo un
proceso, que tiene que ver –en lo organizacional-con la decisión del Congreso Nacional del MAS
realizado en la ciudad de Oruro (enero del 2009), cuya comisión política recomendó a la plenaria la
construcción de un Ministerio de Descolonización, y que fue aprobada como parte de las Resoluciones
Congresales del MAS, mensaje que fue recibido por el gabinete ministerial con diferentes visiones,

54
unas propugnando su conversión en “jefaturas de unidad” dependientes del Ministerio de Culturas
(algo similar a lo que sucede con las unidades de transparencia) o en su caso un Viceministerio de
Culturas. Como se sabe, gano la segunda opción, refrendada, claro está por el Decreto Supremo que
mencionamos arriba.
El segundo concepto, (Despatriarcalización) no tiene una base de referencia normativa en la
Constitución Política del Estado en forma explícita, pero de modo implícito se advierte un paquete de
25 artículos que sin mencionar la palabra despatriarcalización, contienen un programa político de
largo aliento y profundidad, en materia de obligaciones estatales, pero que además –vale la pena
recordarlo- estos artículos fueron recortados en su potencia política por los acuerdos congresales del
2008, pues la Constitución aprobada en Oruro, era mucho más generosa en obligaciones estatales
y proyecciones normativas despatriarcalizadoras para su desarrollo legislativo. Con todo, no deja de
ser un paquete que viabiliza una enorme potencia política de la despatriarcalización a nivel general,
entre economía, política y sociedad…
Entre el 2008 y el 2009 se aprueban dos instrumentos normativos, que recuperan tanto descolonización,
como despatriarcalización como ejes referenciales de los derechos humanos y los derechos de
género, estos son: Plan Nacional de Acción de Derechos Humanos Decreto Supremo No 29851, de 10
de diciembre de 2008, y el Plan Nacional de Igualdad de Oportunidades (D.S. Nº 29850)
Documentos legales que recuperan con mucho, el perfil extraviado de los Derechos Humanos: La
Descolonización y la Despatriarcalización.
Normativamente también y mediante Resolución Ministerial Nº 130 de 4 de agosto del 2010 se crea
la Jefatura de Unidad de Despatriarcalización, dentro de la Dirección General de Administración
Pública Plurinacional del Viceministerio de Descolonización (Ministerio de Culturas).
Para una idea de lo que se trata pasemos al siguiente esquema que representa el orden jerárquico del
Órgano Ejecutivo, veamos:

Presidenta o Presidente
Vía electoral
Ministra o Ministro
Vía designación
Viceministra o Viceministro
Vía designación
Directora o Director General
Vía designación
Jefa o Jefe de Unidad
De libre nombramiento

55
Entonces construir la normativa estatal, incorporando estructuras internas impensables hacia cinco
años atrás, es hoy un dato que irá sucediendo a lo largo y ancho de todo el país, tal como lo podremos
ver más adelante, y se realiza como base normativa, es decir como la verdad del derecho que genera
poder, solo que una verdad emancipatoria, un derecho liberador y un poder que representa el suicidio del orden
colonial y patriarcal.
Pero además y muy recientemente, la Ley de Educacion “Avelino Siñani - Elizardo Pérez”, contiene en
su seno, la despatriarcalización como mensaje programático y político de alta intensidad, veamos:
Artículo 3. (Bases de la educación). La educación se sustenta en la sociedad, a través
de la participación plena de las bolivianas y los bolivianos en el Sistema Educativo
Plurinacional, respetando sus diversas expresiones sociales y culturales, en sus diferentes
formas de organización. La educación se fundamenta en las siguientes bases:
1. Es descolonizadora, liberadora, revolucionaria, anti-imperialista,
despatriarcalizadora y transformadora de las estructuras económicas y
sociales; orientada a la reafirmación cultural de las naciones y pueblos indígena
originario campesinos, las comunidades interculturales y afrobolivianas en la
construcción del Estado Plurinacional y el Vivir Bien.
Artículo 4. (Fines de la educación).
(…)
6. Promover una sociedad despatriarcalizada, cimentada en la equidad de
género, la no diferencia de roles, la no violencia y la vigencia plena de los
derechos humanos.
IV Descolonización: entre la estrategia y la táctica en el Estado
Este concepto que se encuentra en el núcleo duro de la constitución en forma de bases fundamentales
y, como fin esencial del Estado, debe leerse en dos dimensiones políticas: a) como orden estratégico, y;
b) como pasos tácticos…
a) Descolonización en sentido estratégico e histórico
La descolonización solo puede ser definida históricamente, tanto como históricamente es su realización
material.
Dicho de otra forma, solo asumiendo que el proceso de colonización no ha culminado, sino que solo
se ha refinado política, jurídicamente e institucionalmente a lo largo de estos quinientos diez años de
“historia moderna”, es posible hablar de la descolonización en tanto definición histórica dinámica y no
estática, tal como lo plantea Álvaro García Linera.

56
Entonces la definición estratégica de Descolonización, se encuentra en la misma constitución política
en su artículo 9º: es un fin esencial del Estado para:
i) constituir una sociedad justa y armoniosa,
ii) sin discriminación, ni exclusión,
iii) con plena justicia social,
iv) para consolidar las identidades plurinacionales”
Dicho de forma operativa, todo lo que se haga desde la institucionalidad del Estado en términos de
políticas públicas y que vaya dirigida a cumplir este fin esencial complejo y combinado de cuatro partes,
se llama descolonización, pues se enfrenta directa y estratégicamente a las políticas coloniales,
liberales y neoliberales.
Toda la energía individual y colectiva de la institucionalidad estatal destinada a construir dignidad a
las personas y pueblos, es la forma práctica de enfrentar a la vieja hipocresía liberal, donde la ley dice
una cosa y en la realidad sucede otra, donde el diseño estatal se plantea mejorar la vida y sucede
todo lo contrario, donde los funcionarios dicen deberle al pueblo su existencia y en realidad le dan
palo al pueblo y no solo eso, además lo masacran de modo sangriento,
Todo el enfrentamiento estatal contra la vieja hipocresía liberal de base colonial, para construir
dignidad, se denomina políticamente como Descolonización.
b) Descolonización en sentido táctico…
Efectivamente, la descolonización no puede quedarse en un baúl histórico para que en algún futuro
lejano se realice materialmente, no, nada de ello, por tanto, el Estado -con toda su institucionalidad-
tiene la misión de:
i) Visibilizar el proceso de colonización como problema ideológico central
ii) Desestabilizarlo en cuanto políticas públicas o modelos normativos, ideológicamente
concebidos, y;
iii) Pasar a su transformación histórica revolucionaria.
Claro está, que estos pasos tácticos no pueden ser una secuencia ordenada y jerárquica de primero
a tercero, sino que dependen de las circunstancias históricas en que se desenvuelven una al paso de
la otra.
V “Descolonización del Estado desde el Estado”
El estado colonial es señorial, patrimonialista, racista, burocrático y corrupto. El estado colonial es
hipócrita, con normativa hipócrita, funcionarios igualmente hipócritas y políticas públicas que no
benefician a quienes dicen beneficiar, sino todo lo contrario.

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Por tanto la descolonización del Estado desde el Estado, es el enfrentamiento directo contra todo ese
paquete perverso de estatalidad, y es hacerlo desde adentro… es su suicidio como Estado colonial…
Así pues, la descolonización desde los horizontes que brinda el Estado, no es un tema de reflexión
teórica –solamente-, sino -y fundamentalmente- un asunto de importancia práctica de primer orden,
pues estamos hablando de construir dignidad.
¿Qué significan sino todo aquello de lo cual nos hablan los artículos 9º, 15-20 y 33 de la CPE?
Esta es la pregunta que de contestarse desde el mismo Estado por un lado y por la sociedad civil por el
otro, resolvería una enorme cantidad de entuertos, tanto para el Órgano Ejecutivo, como para el Órgano
Legislativo. Es decir, sería el instrumento general de la descolonización que iría del Estado hacia la
descolonización de la sociedad y a la inversa, es decir una Política General de Descolonización…
Hablemos desde la realidad, desde la institucionalidad estatal…
Veamos, desde el 2006, los ministerios de justicia, salud, educación, presidencia y gobierno, han
incorporado diseños institucionales encaminados a la descolonización de sus respectivos campos
de acción, Viceministerio de Justicia Comunitaria (hoy Justicia Indígena Originaria Campesina),
Viceministerio de Salud Tradicional y ahí mismo el Programa de Salud Familiar Comunitaria
Intercultural (SAFCI), Viceministerio de Educación Intercultural, Viceministerio de Coordinación con
Movimientos Sociales, y el Viceministerio de Defensa Social respectivamente constituyen un primer
esfuerzo estatal, para la generación de proyectos, programas y políticas estratégicas de proyección
descolonizadora, y lo han hecho, aunque no lo crean las almas agoreras…
El 2006 también, la Prefectura de Oruro (hoy Gobernación) desarrolló un proceso de planificación
departamental, en base a la tecnología de la Chakana y la lógica territorial de los Suyus Indígena
Originarios, como un primer ejercicio nacional de su uso en planificación del desarrollo desde una
perspectiva local.
El 2009 se crea el Viceministerio de Descolonización con atribuciones especificas en la descolonización
y he aquí la novedad, se incluye la despatriarcalización como parte de la institucionalidad estatal
(Jefatura de Unidad desde el 4 de agosto del 2010), esto no existe en ninguna parte de América
Latina y no lo habrá si es que este Estado en su proceso de Descolonización no lo impulsa hacia toda
el Abya Yala…
El 2010 nace el Viceministerio de Planificación Estratégica, donde la descolonización de la
planificación y la construcción estratégica de la economía plural encuentra su punto económico en
las cuestiones prácticas que hacen al horizonte estatal en la descolonización y el Vivir Bien (cfr. Art.
49 inc. b, del Decreto de Organización del Órgano Ejecutivo)

58
El 2010 ya se tiene resultados específicos de la descolonización del saber y las practicas institucionales
en el Banco Central de Bolivia, el CENCAP de la Contraloría General del Estado Plurinacional, y en
la Escuela de Gestión Pública Plurinacional (EGPP).
Entre el 2010 y el 2011, las Gobernaciones de Sucre y Tarija incorporan institucionalidad
descolonizadora, una Jefatura de Área y una Dirección Provisional respectivamente, en camino se
encuentran Oruro, Cochabamba y La Paz.
En el sistema judicial, ya se ha iniciado el debate sobre la Descolonización del Derecho, los saberes y
prácticas institucionales, en su máximo nivel, el Tribunal Supremo de Justicia. A su vez la Facultad de
Derecho de la Universidad Técnica de Oruro, inicia un programa piloto de transformación curricular
no solo para reemplazar el viejo tronco liberal de la formación del abogado, anclado en civil y penal
(propio del siglo XIX), sino sustituirlo por Constitucional y Derechos Humanos, además de un serio
cuestionamiento al contenido colonial y androcéntrico de la doctrina y la teoría del Derecho.
Desde el 2006, la Vicepresidencia ha encarado una serie de reflexiones sobre la Descolonización y
la Despatriarcalización, “Pensando el mundo desde Bolivia” se llama el programa y constituye el mejor
ejemplo de la descolonización y la despatriarcalización del conocimiento universal, con búsquedas
para cuestiones prácticas en la esfera de la gestión pública.
En la Universidad Militar, se ha incorporado desde el 2009 la materia de Tiwanacología, como eje
transversal de la doctrina y formación castrense, y aquí conviene detenerse, en la experiencia
castrense, gran parte de su formación proviene del modelo euro-anglocéntrico, es decir de un modelo
cuya base se llama despojo muerte y saqueo, tal cual se desarrolló en Europa. Al contrario en estas
tierras, el modelo de formación militar, si así se puede llamar convencionalmente a la cuestión, se
sustentaba en la producción y la vida es decir, en base a las reglas de la Madre tierra, la Pachamama.
Si vemos las cuestiones desde las relaciones internacionales, conviene destacar que la “Descolonización
del Estado desde el Estado”, ha tocado las puertas de América Latina, y lo ha hecho de manera
impresionante, la Comunidad Andina de Naciones (CAN), tiene en su seno al Consejo de Ministros
de Cultura y Culturas, (Perú y Colombia en singular, mientras que Bolivia y Ecuador en plural), el
ALBA y el UNASUR constituyen un campo de consensos, donde la descolonización adquiere políticas
públicas ya no como actividades y proyectos de buena voluntad, sino como un programa regional para
enfrentar a la institucionalidad y las políticas públicas coloniales en su forma neoliberal…
Toda esta estructura institucional tiene sus costos, y esos costos constituyen el proceso de
descolonización y no es poco lo invertido hasta hoy…
Toda la estructura institucional ha desarrollado políticas, programas y proyectos, la mayoría de ellos
desconectados, parcelados y fragmentarios, pero que ya saben el camino por delante, la situación

59
ni es trágica, ni experimental, es solo la situación que se tiene, y desde lo cual se hace camino al
andar…
Como se ve, no ha bastado con la descolonización del derecho constitucional, cuyo producto
principal es la misma Constitución Política del Estado Plurinacional, tampoco ha bastado construir
una estructura institucional que, de a poco esta encaminando la descolonización del Estado desde
el Estado, Descolonizar el Derecho y Nacionalizar la Justicia, Descolonizar la educación y la salud,
Descolonizar a las Naciones Unidas, Nacionalizar la dignidad y la soberanía.
No ha bastado ni bastará a lo largo de los próximos años, la descolonización y la despatriarcalización
tienen que ver en el tiempo el factor concurrente más duro de romper, lo que se diseño a lo largo de
cinco siglos no puede derrumbarse con la buena voluntad solamente, ni desde lo libros nomás…
Las políticas públicas descolonizadoras y despatriarcalizadoras no se hacen en el vacío, constituyen
un campo de experimentación que nunca se dio en la historia de los países de América Latina, salvo
raras excepciones, Cuba y Venezuela, pero sin desarrollarse con el potencial epistemológico que
proponemos desde Bolivia.
VI “Despatriarcalización del Estado desde el Estado”.
Sin duda un “recorrido” sobre el concepto despatriarcalización, su conversión en institucionalidad
estatal, y de ahí a la elaboración de políticas públicas, es una tarea inevitable en momentos donde
el asedio y acoso teórico a la Unidad de Despatriarcalización ha caído en un racismo intelectual
encubierto tras la arrogancia académica.
No hay duda también que la despatriarcalización es el concepto político que ha merecido una atención
inusitada e inusual, cuando de Estado Plurinacional se trata.
Iniciamos este recorrido recordando que el concepto fue graffiteado por Mujeres Creando, como parte de
una estrategia de marketing institucional, tal como nos lo recuerda –acertadamente- Julieta Paredes,
¿sus consecuencias prácticas? Una sonrisa y algo de reflexión, alguito…
Pero de hecho, la idea de institucionalizar la despatriarcalización, como tarea del Viceministerio de
Descolonización, responde a una reflexión que proviene teóricamente de Anibal Quijano quien sostiene
que la colonialidad del poder, del saber y del ser se sustenta en dos ejes: Racismo y Patriarcalismo.
Por lo tanto la descolonización en su forma estatal, tiene como ejes de acción la lucha contra el racismo
por un lado, y la lucha contra el patriarcalismo por el otro. Y para ello era inevitable pensar, inicialmente
al menos, en una Dirección General de Despatriarcalización, como era inviable en el corto plazo por
los mecanismos normativos del Decreto de Organización del Órgano Ejecutivo, se decidió crear la
Unidad de Despatriarcalización como parte de la Dirección General de Administración Pública del
Viceministerio de Descolonización. Ergo la reflexión teórica adquiere consecuencias estatales.

60
Una vez realizado este primer paso de construcción institucional -cuyo remate es la Resolución
Ministerial que crea la Unidad de Despatriarcalización el 4 de agosto del 2010-, se pasa a la etapa de
construcción de políticas públicas, y de ahí nuevamente a la reflexión teórica.
Estamos a agosto del 2011, ya ha pasado un año de la creación estatal de la Unidad de
Despatriarcalización ¿Qué ha ocurrido en el mundo de las intelectualas?
Una producción primicial sobre el concepto, está en “Descolonización y Despatriarcalización en la
Nueva Constitución Política del Estado: Horizontes emancipatorios del Nuevo Constitucionalismo
Plurinacional” (Junio del 2010), en una segunda edición del texto mencionado ya se presenta como
añadido, la historia de la Unidad de Despatriarcalización con sus objetivos iníciales en su desarrollo
programático (Octubre del 2010), el texto fue apoyado por el Centro de Promoción de la Mujer
“Gregoria Apaza” (CPMGA) de la ciudad de El Alto. Los autores Amalia Mamani e Idón Chivi
rastrean en el documento los horizontes despatriarcalizadores de la nueva Constitución Política del
Estado, su fuerza emancipatoria en materia de políticas públicas emergentes del texto constitucional,
en el texto no se encuentra un concepto acabado de despatriarcalización, sino que se hace referencia
a un eje de acción programático que parte por la visibilización, luego la puesta en crisis o desestabilización
rematando en la transformación del orden patriarcal (p. 35), que sustenta al orden colonial, y este a su
vez sostiene el orden criminal del mundo globalizado.
Para diciembre del 2010 aparece un trabajo de Dunia Mokrani Chávez, cuyo título es: Empoderamiento
de las mujeres desde la despatriarcalización y la Descolonización (La Paz: Solidaridad Internacional,
2010), donde la autora luego de una revisión de los feminismos en Bolivia, los aportes del proceso
de cambio al debate feminista, entra en consideraciones donde la despatriarcalización y la
descolonización constituyen un proceso de subversión (p.15) a la vez que emancipatorio (p.17) hace
una revisión crítica al feminismo hegemónico y entra en consideraciones del “proceso de cambio”
donde es el mismo Estado el que impide que políticas descolonizadoras y despatriarcalizadoras sean
efectivamente emancipatorias (p. 30), sin duda es un trabajo que merece leerse críticamente.
Un último trabajo colectivo es el presentado por Chavez, Mokrani, Quiroz que lleva como título:
Despatriarcalizar para descolonizar la gestión pública y cuya autoría corresponde a Patricia Chávez,
Tania Quiroz, Dunia Mokrani y María Lugones (La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional,
2011). Este documento para el debate originalmente se llamaba “Despatriarcalizar para descolonizar
Descolonizar para Despatriarcalizar”, cambió de nombre en el proceso de edición, aunque la
oferta del segundo título es eso, solo una oferta incumplida, pues no hay nada que haga ver la
despatriarcalización y la gestión pública como campo de lucha, como lugar de tensionamientos y
creación despatriarcalizadora.
Lejos del formato libro, existen otros trabajos que conviene citarlos, aunque solo sea para tener un
panorama general de trabajos locales.

61
Un documento que conviene revisarlo en profundidad para descubrir el racismo intelectual es uno que
esta circulando en internet41, y que habla de la descolonización y la despatriarcalización como un dato
de poder que no debe “esencializarse indigenísticamente”.
El documento de marras titula ¿A prueba las mujeres o el Proceso de Cambio?, y es coordinado por:
Patricia Chávez León, Dunia Mokrani Chávez, Isabella Margerita Radhuber y Tania Quiróz Mendieta,
donde se señala de modo expreso lo siguiente: “es importante plantear que la despatriarcalización
y descolonización, como tareas políticas, que requieren de acciones prácticas, no tienen por qué
responder a un contenido único, ni definido de antemano, sino que debe construirse desde el lugar
que se ocupa y desde experiencias de lucha concretas. Las diversas luchas individuales y colectivas
de mujeres por hacer frente a la victimización, a los esencialismos culturales, al racismo que niega
el valor a su historia y experiencia, deben hacer frente a un tipo de articulación para responder a la
fragmentación y al esencialismo identitario, de manera activa, con posicionamientos, que no nacen
de soluciones o direcciones establecidas a priori” (p. 1).
Se descubre rápidamente la línea política del dossier, enfrentarse al esencialismo indígena que sería
propugnado por el gobierno (hecho del cual no hay evidencia plena), pero además el documento
finaliza diciendo: “el horizonte que queremos dibujar con estas reflexiones es que, si se aspira a una
sociedad justa e igualitaria, es decir, a un proceso de democratización profunda del Estado y de la
sociedad, esto presupone condiciones materiales y simbólicas de igualdad, así como espacios y
formas de participación y decisión respecto a la organización de la sociedad en su conjunto, lo que es
en términos prácticos una democracia entre géneros” (p. 3).
Nada de descolonización y nada de despatriarcalización, solo un “proceso de democratización
profunda del Estado” es decir de las formas liberales del Estado. Hasta aquí llegaron con el texto,
quienes escriben en este dossier: Luis Tapia Mealla con “Un camino de despatriarcalización”;
Katerin Brieger Valencia con “Las mujeres y el Estado Plurinacional”: Maria Elena Burgos con “La
representación paritaria de las mujeres”; Rosario Aquim Chavéz con “El patriarcado, condición de
posibilidad de la colonialidad de género (la falacia de la descolonización)”; Raúl Prada con su
“Genealogía de la dominación masculina”; Nacy Fraser con ¿Quién cuenta como sujeto en la justicia?;
Helena Argirakis con “El Gobierno de los hombres solos”; Pilar Uriona Crespo con “¿Deconstrucción
identitaria o construcción de la memoria?”; Chantal Mouffe con “algunas consideraciones sobre una
política feminista”.
En general el documento recorre un laberinto discursivo que al no querer decirlo dice: los indios están
escamoteando la lucha de las mujeres, y lo están haciendo con indias al lado.
41. El sitio es: http://saludpublica.bvsp.org.bo/textocompleto/bvsp/boxp68/mujeres-proceso-cambio.pdf
Vaya sorpresa, el sitio es de una biblioteca virtual del propio gobierno, y allí se señala que: “El portal de
la Biblioteca Virtual en Salud Pública-Bolivia, reúne fuentes de información especializadas en temáticas de
Salud Pública tanto en soporte físico como en formato electrónico. Su objetivo es brindar acceso de calidad
a la información científico-técnica en salud al personal que trabaja en esta área en sus diferentes niveles y
situaciones.

62
El documento de Pilar Uriona quien en un trabajo de consultoría encargado por ONU Mujeres y que
lleva como título “Conceptualización del Enfoque de Despatriarcalización” (2011) desarrolla una amplia
revisión del concepto patriarcado, diferenciando las corrientes teóricas feministas que partiendo
desde el feminismo liberal, llegando hasta el feminismo descolonizador, aunque muy alejada de las
precisiones que con el mismo concepto realiza Boaventura de Soussa Santos en su Refundación del
Estado. Un documento que ofrece mucho pero no llega a su fin… que además maneja las citas con una
desinformación preocupante, solo como ejemplo la cita 1 hace referencia a las tareas de la Unidad
de Despatriarcalización, solo que esas tareas no están en la Resolución Ministerial que se cita, la
resolución ministerial solo hace referencia a la creación de la Unidad de Despatriarcalización, el texto
referencial esta en el libro “Descolonización y Despatriarcalización en la Nueva Constitución Política
del Estado”42.
En coordinación con el PNUD, la Coordinadora de la Mujer, ha llevado a cabo una serie de talleres
en siete departamentos (julio 2011), presentando tres consultorías, un documento elaborado por Jenny
Ibernegaray Ortiz cuyo título es: Entre el discurso y la práctica: dilemas de la despatriarcalización en
el proceso de cambio, este texto va acompañado de otro elaborado por Moira Rimassa Paz titulado
Despatriarcalización desde las alturas y de bajas calorías, finalmente el grupo se completa con Marisol
Guzmán con un documento titulado: Logros, Dilemas y desafíos del proceso de despatriarcalización.
El análisis del “paquete”, nos arroja los siguientes resultados:
• Casi nula información primaria relevante que refleje los logros y los desafíos de la Unidad
de Despatriarcalización, lo que da como consecuencia suposiciones, mas no evidencias
académicas.
• Insuficiente manejo formal de las fuentes.
• Se denota un posicionamiento académico frente a la Unidad de Despatriarcalización que
raya en el racismo intelectual.
• Se trasluce un posicionamiento político cercano al Movimiento Sin Miedo.
Desde otras vertientes, Julieta Paredes y Victoria Aldunate, realizan un abordaje menos complejo, más
simple pero robusto en su textura teórica y posicionamiento político en su “Construyendo Movimientos”
(La Paz: Solidaridad Internacional, 2010) un texto que merece verse por sus planteamientos
metodológicos, su horizonte feminista comunitario, y su profundo compromiso vivencial como
estrategia de realización social. Sin duda un esfuerzo teórico y práctico que debe recuperarse desde
la acción estatal.
Jimmy Tellería Huayllas, en un documento titulado Reflexiones sobre el trabajo en masculinidades, (La
Paz: Solidaridad Internacional. 2011) nos aproxima a lo que en los noventa se denominó trabajo de género

42. Cfr. Página 35

63
desde la masculinidad, para hacer referencia a que los debates de género y sus cuestiones prácticas
no solo son cuestiones de mujeres sino también -y obviamente- de hombres, el texto desarrolla de
modo poco organizado una matriz vivencial del autor y su experiencia en genero y masculinidades,
agrediendo al parecer sin proponérselo y con absoluto desconocimiento de la realidad, a la Unidad
de Despatriarcalización (Vid p. 42)
Para finalizar este recorrido, dos reflexiones políticas provenientes de la academia, como dos
reflexiones académicas provenientes de la política.
Primero: Sin duda la creación de la Unidad de Despatriarcalización dentro del Viceministerio de
Descolonización, ha generado una nueva institucionalidad, soportada por un nuevo modelo jurídico y
cuyo horizonte de proyección en la construcción de proyectos de vida, requiere ajustes programáticos
emancipatorios (Héctor Díaz-Polanco)
Segundo: Pero además la Unidad de Despatriarcalización está enfrentando en el terreno de lucha
estatal, una ampliación de su espectro institucional, pues ha resultado ser una nueva semántica
institucional emancipatoria, exigente de creación e insurgencia en la construcción de las políticas
públicas.
Primero: el desarrollo teórico sobre la despatriarcalización en Bolivia, está en sus comienzos, pero ha
dado lugar a un método de la sospecha que unido al racismo intelectual, desvalora los logros, agrede
a las políticas en actual desarrollo, se feminiza el debate cayendo en un falso mujerismo.
Segundo: Las construcciones teóricas nos están mostrando que nos espera un largo camino por recorrer,
haciendo más que conocimiento sobre la despatriarcalización, procesos de despatriarcalizzación
hacia adentro del ser y no solo en las políticas públicas. ¿cómo se hace eso? No hay recetas de por
medio, estamos en manos de la creatividad revolucionaria…
a) Estado del Estado…
No hay duda, el concepto “despatriarcalización” ha tenido un recorrido exitoso en los pasillos
académicos, los proyectos, los casilleros institucionales y los grafitis…
Pero además, el concepto ha podido escabullirse en la discursividad académica feminista y “aparecer
teóricamente (no explícitamente sino implícitamente)” como un nuevo feminismo, más remozado, más
indígena, más colectivista, más comunitario, pero solo como nuevo feminismo, pero… descolonizador.
Hace no más de dos años, el debate central redondeaba género y patriarcado, como categorías en
el análisis político o como ideas fuerza para las reivindicaciones del movimiento feminista en Bolivia,
y no se hacía mención siquiera a la despatriarcalización como campo de lucha, menos aún como marco
rector de las políticas públicas dentro del proceso de descolonización en Bolivia.

64
A partir de la creación de la Unidad de Despatriarcalización en la estructura institucional del Estado
Plurinacional, se abre un nuevo campo de lucha política a la vez que conceptual, que exige del
mismo Estado, las agencias de cooperación internacional, la oeneges, las academias y los movimientos
sociales, la construcción de políticas públicas emancipatorias del patriarcado y por supuesto del
colonialismo, es decir se abre un nuevo campo que representa -en el fondo- la semántica del poder en
el proceso de despatriarcalización.
Si bien el patriarcado ha sido visibilizado desde mucho tiempo atrás, las feministas han reducido su
“lucha en razón del hombre”, casos de intelectuales brillantes y honestas inclusive de marxistas como
Rosa Luxemburgo y Clara Zetkin, incurren en ese cautiverio.
Desde nuestro margen, el movimiento feminista latinoamericano pagará caro su nacimiento como
parte del tutelaje euro-anglo-céntrico, es decir de una geopolítica del conocimiento que marcara a
sangre y fuego, el desarrollo de los feminismos en América Latina y por supuesto: Bolivia.
Sin duda, y desde otro ángulo, debemos agradecerle al feminismo, el haber logrado -a lo largo de su
historia-, el develamiento del Estado como una estructura patriarcal y haber desnudado al Derecho en
tanto eje legitimante androcéntrico del Estado. Es decir denunciar que Estado y Derecho constituyen la
complicidad histórica que sirvió como plataforma de la expansión capitalista desde el siglo XVI y que
lo hizo utilizando el racismo, el patriarcalismo y el clasismo para lograr ese propósito, y lo hizo desde el
seno de la familia, y lo que ello implica para el capital: invisibilización del trabajo de la mujer dentro del
hogar, invisibilizacion a la vez que protección legal para la violencia masculina, asignación de roles
sexuales de procreación y provisión, construcción de un mundo adulto-céntrico y de marcado acento
biológico masculinizante, y un largo etcétera de aportes que hoy la despatriarcalización recoge como
armas de lucha para la emancipación general.
Por ello insistimos en que la despatriarcalización, no es un nuevo feminismo teórico ni político, es –como
decimos del derecho penal sin derecho penal-, algo mucho mejor…
Atrás en la historia, mensajes como los de Domitila Chungara en “Si me permiten hablar”, esclarecerán
esta problemática muy tempranamente, alejada de los feminismos imperialistas, alejada de las famosas
leyes de cuotas, alejada de los pasillos del poder, nos dirá que la lucha de la mujer no es contra el
hombre, sino contra lo que significa el poder masculinizado tanto en el Estado y su sistema represor,
como contra el Derecho y sus ofertas de dignidad siempre escurridizas… y lo hizo desde el movimiento
minero, vanguardia obrera de Bolivia en los setentas.
Más adelante, en los años de ascenso campesino y descenso obrero (80’s), se discutirá con más
calma el papel de las oeneges de mujeres y el movimiento indígena, estos debates no siempre vieron
la luz pública, pues la palabra de la mujer campesina era vista como un dato de entrevista, y no de
construcción política en profundidad…

65
Es en este escenario, donde ingresa el feminismo neoliberal (90’s), haciendo gala de sus oficinas,
secretarias y subsecretarias de la mujer en lo institucional y, en lo político reducidas a las leyes de
cuotas, rematando con los presupuestos sensibles al género en el marco de los presupuestos nacionales,
gobernaciones y municipales.
Es aquí donde el movimiento indígena aprende que no basta con ser mujer, y que la lucha no solo
es para la mujer, sino que es un proceso de emancipación general, basta ver la experiencia de las
Bartolinas, o el CONAMAQ, o el CIDOB, las mujeres interculturales o afrodescendientes.
O la emancipación es general o no lo es…
Escribir sobre la despatriarcalización desde un masculino indígena (como el autor de este documento),
requiere una sola explicación: es la lucha de las mujeres una acción exclusiva de ellas?, no será que
el proceso de emancipación en países de matriz colonial, requiere del concurso no implícito, sino
explicito, no solo simpatizante, sino militante de los hombres también?
¿Acaso el proceso de patriarcalización no ha desarrollado mecanismos comunes y diferenciados de
explotación por vía de segregación social, racial y patriarcal?
¿Acaso el proceso de patriarcalización no ha exacerbado la feminidad para complemento
patriarcal?
¿Acaso el proceso de patriarcalización no ha excluido las diversidades sexuales al pecado y la
inquisición; al delito y la cárcel; a la intolerancia social y la violencia colectiva?
¿Acaso el proceso de patriarcalización no ha dado lugar al orden androcéntrico del Derecho y el
Estado?
El hombre y la mujer hechos a semejanza de Dios, del conquistador, del propietario y del poder, son
solo eso: hombres y mujeres diseñados biopolíticamente.
Pero unos hombres y unas mujeres, que responden al orden binario de masculino y femenino, desde
un punto de vista estrictamente biológico, y que no trasciende de ese lugar históricamente incompleto e
infame a la vez.
El proceso de colonización y por ende, el proceso de patriarcalización, han sido y lo son aún, un
hecho político que fragmenta la realidad para olvidar la raíz del problema, para que la amnesia le
gane a la memoria siempre rebelde…
Cuando llegó Cristóbal Colón, llego un macho europeo aunque no el blanco promedio europeo, pues
él era italiano además de navegante, y los indios y las indias no eran nada de eso; a su lado llego un
cura, blanco europeo y representante de Dios en la tierra y representante de la iglesia católica era un
blanco promedio europeo y los indios y las indias no eran nada de eso, menos religiosos católicos; al

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lado del cura, vino el militar, blanco macho europeo, católico pero con reglas de honor militar hacia
sus pares, y los indios no eran sus pares, eran los que tenía que asesinar; al lado del militar llego el
blanco promedio europeo que sabía leer y escribir, era el cronista, tenía la obligación de chismear
de modo escrito la invasión y las riquezas halladas a la macha blanca europea, apostólica, católica
y románica “Isabel la Católica”, la primera mujer verdaderamente patriarcal en la historia universal del
machismo.
Luego, tras tres siglos, se puso de acompañante de los primeros cuatro machos señalados arriba, el
quinto macho, el criollo, propietario, blanqueado no tan europeo pero lo más semejante al promedio
medio europeo, se puso el titulo de libertador, entonces los criollos se pusieron la Constitución Política
bajo el brazo… y explotaron a los indios y las indias, igual y peor que sus antecesores, porque no eran
iguales. Graciosa paradoja de revolucionarios dobles caras o casta señorial…
El patriarcado, es el producto histórico de un proceso de dominación que hoy continúa con toda su
fuerza.
De hecho, el patriarcalismo como síntesis del modelo virreinal y la patria potestad se constitucionaliza el
siglo XIX partiendo de América al mundo, mientras que del mundo venía el patriarcalismo con la idea
de ciudadanía cero de la mujer vía constitución también.
Como se ve, en ambos casos la Constitución Política (como nuevo catecismo universal) fue el instrumento
base de la negación a la existencia material de la mujer.
Si el patriarcado constituye –en la modernidad global- un sistema de relaciones de poder que reducen
a la mujer sometida a la patria potestad (patriarcado de base colonial) reducida al espacio privado
(patriarcado roussoniano o de base liberal), o impulsada a luchar contra los hombres en la representación
política para ser “como” los hombres (patriarcado de base neoliberal), la despatriarcalización es la
apertura del espacio público en tanto ejercicio estatal y la construcción de un nuevo modelo de familia
en tanto espacio privado abierto a las necesidades igualitarias del Estado Plurinacional.
Si el patriarcado es la reducción de la mujer a la procreación, las labores domésticas y el “amor” a la
“familia”, la despatriarcalización es el quiebre histórico de estas relaciones sociales de dominación que
someten el cuerpo y memoria de la mujer a un molde masculino de procreación, labores domésticas,
amor y familia, por unas cuya nota esencial es la igualdad de derechos y obligaciones, donde las
relaciones sociales no son de dominio, sino de convivencia social y que profundizan relaciones de
fraternidad, solidaridad y comunidad.
Si el patriarcado se sustenta en un nuevo catecismo universal, de base colonial, liberal y neoliberal,
la despatriarcalización es el enfrentamiento estatal contra todo el modelo en su conjunto, es la
construcción de un nuevo modelo político, económico, y social encaminado a la emancipación del
patriarcado en escala también universal…

67
Por tanto la despatriarcalización, no se hace solo de la sociedad hacia el Estado, sino también en vía
inversa, la experiencia social constituye el núcleo del despliegue estatal en tanto experiencia local
para despliegue universal,
Por ello mismo debemos afirmar que la despatriarcalización no es un nuevo contrato social, sino la superación
política del liberalismo, de ese liberalismo que nos ha llevado a una paranoica relación entre hombres y mujeres,
a una paranoia política llamada enfoque de género, igualdad de oportunidades, empoderamiento y un largo
etcétera de definiciones que parten del liberalismo y vuelven al liberalismo decimonónico, sin darse cuenta, o de
modo ingenuo.
Sucede como con la quinua en el molino, entra quinua sale quinua, solo que desmenuzada, eso son los feminismos
de la igualdad, de la diferencia, o el feminismo descolonizador, consolaciones teóricas…
No es un tema de derechos de la mujer, es un tema esencial de la especie humana en general, no
comprender ello es perder de vista la profundidad política de la emancipación general que nos
propone la Constitución Política del Estado Plurinacional, cuando nos ordena que dejamos atrás el
pasado colonial, republicano y neoliberal.
La despatriarcalización, es el enfrentamiento contra toda esa herencia colonial, es la respuesta que
emerge de la resistencia al modelo neoliberal, y hoy es materia de políticas públicas.
Es la desestabilización de relaciones sociales de dominio y de ejercicio del poder.
Es la transgresión de las reglas sociales, culturales, religiosas, normativas y políticas patriarcales que
tienen la misión de eternizar el cautiverio de las mujeres.
La despatriarcalización, debe entenderse –entonces- como un ejercicio de políticas públicas, tendientes
a visibilizar el patriarcado en todas sus versiones, y al hacerlo desestabilizar su reproducción social
y con ello transformar su existencia radicalmente.
Y en el marco de la Nueva Constitución Política la despatriarcalización se proyecta como una
transformación del lenguaje de los Derechos Humanos, ya no entrampado en el eufemismo de la “igualdad
de oportunidades”, que disimula la tensión entre patriarcado y procesos de despatriarcalización, sino
que estimula el enfrentamiento directo con el problema central: Colonialismo y Patriarcalismo.
¿Qué se ha hecho hasta ahora?
Como habíamos señalado arriba, el concepto despatriarcalización, ha tenido un éxito enorme en los
debates políticos y sociales, pero su éxito ha estado acompañado, de proposiciones verdaderamente
interesantes o innovadoras en la proyección de políticas públicas. Así como no hay recetas para
la descolonización, tampoco hay recetas para la despatriarcalización. Estamos en manos de la
creatividad…

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Pero más aún, no se encuentra entre los actores externos al Estado, modelos de formulación de políticas
públicas descolonizadores y despatriarcalizadoras.
Se tiene eso sí, numerosas publicaciones que lo ofertan, al menos en sus títulos de publicación, pero
que vistas y revisadas las páginas de los textos ofertantes, no se encuentra, sino mas debates teóricos,
más exquisitos, más profundos, con mas inspiración, pero nada más que eso, debates teóricos…
Aquí como en el caso de la descolonización, se tiene un déficit, pues en el tiempo de la resistencia, al
menos, se debatía la descolonización como una cuestión teórica que requería de sus usos prácticos, es
decir la cuestión del poder, hoy que se tiene el poder, se cuenta con una base mínima de proposiciones
para el ejercicio práctico.
Con la despatriarcalización, no tenemos ese escenario, sino -y en esto hay que ser sinceros-, que
todo se está partiendo desde la urgencias del proceso de cambio, y ello ha sucedido desde el mismo
Plan Nacional de Desarrollo, pasando por la Constitución Política del Estado, hasta el Plan Nacional
de Igualdad de Oportunidades.
Y… ¿las cuestiones prácticas entonces?
VII Políticas Públicas en Descolonización y Despatriarcalización.
Las cuestiones prácticas de la descolonización y la despatriarcalización, nos obligan a explicitar el
marco general de algunos programas que el Viceministerio de Descolonización, está desarrollando a
dos años de su creación.
Sin duda, si se busca un mapa de políticas públicas que constituyen competencias especificas del
Viceministerio, esta se encuentra en el Decreto Supremo Nº XXY de Organización del Órgano
Ejecutivo de 9 de febrero del 2009.
Este instrumento normativo contiene, a no dudarlo, las bases iniciales de la descolonización en cuanto
acto estatal, es decir en cuanto políticas públicas.
Y las políticas públicas son en realidad, el despliegue material de la Constitución Política del Estado
condensadas en su artículo primero y todos aquellos referentes a los derechos y garantías de bolivianos
y bolivianas.
Pero estas políticas públicas no se hacen en el vacío, sino que se articulan por el proceso de
descolonización como fin esencial del Estado para constituir una sociedad justa y armoniosa, sin
discriminación ni exclusión y con ello consolidar las identidades plurinacionales, es decir consolidar
el Estado Plurinacional.
Cuando se dice que la colonialidad del poder se sustenta en dos bloques multidimensionales, racismo y
patriarcalismo, es el momento en que los procesos emancipatorios han llegado a un grado de madurez

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suficiente, como para enfrentarlos en el terreno práctico en el terreno fértil de la política revolucionaria,
y esa fue la decisión del Viceministerio de Descolonización en su ajuste programático.
Para nosotros al menos, la descolonización no es el género ni la despatriarcalización la especie, pues
ambas constituyen marcos operativos estratégicos de similar importancia en la construcción de: a)
un nuevo modelo de formulación de políticas públicas y b) la construcción de un perfil de servidor
público acorde al modelo de formulación de políticas públicas.
Enfrentar la construcción de políticas públicas desde la descolonización y la despatriarcalización,
constituye un acto político que realizado desde el Estado, es una voluntad de poder que se desparrama
como ideología dominante.
Así pues con esta larga presentación por capítulos, pasemos ahora a ver nuestros desarrollos
institucionales, que reflejan en gran medida, los avances institucionales y los ajustes programáticos
del Viceministerio de Descolonización:
Si asumimos que la colonialidad se sustenta en el racismo y el patriarcalismo, la descolonización es un
enfrentamiento franco y directo contra el racismo y el patriarcalismo.
Dicho de otra forma el Estado tiene la misión de diseñar políticas públicas en dos frentes de lucha:
a) Racismo,
b) Patriarcalismo
¿Cómo se ha hecho eso en la Bolivia del siglo XXI?
a) Políticas contra el racismo
El racismo es la metafísica de la muerte del siglo xx
Michel Foucault.
a.1) Desarrollo legal contra el racismo
Bolivia tiene poderosas razones para enfrentar el racismo en todos sus terrenos, y nada mejor que
contar con instrumentos legales precisos tanto en lo declarativo como en lo procedimental.
En ello el Viceministerio de Descolonización, ha entregado todos sus esfuerzos tanto en la elaboración
de la Ley Nº 045 “Contra el Racismo y toda forma de Discriminación”, como en su Decreto Supremo
reglamentario Nº 0762.
Instrumentos que implementan procesos de prevención, educación, y sanción en los ámbitos
educativos, administrativos, policiales, militares, medios de comunicación y las políticas económicas.

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a.2) Proyectos en ejecución:
Pero no solo eso, estos dos instrumentos están acompañados de un “Diagnóstico Nacional contra el
Racismo y la Discriminación” que visibiliza las consecuencias económicas, sociales y políticas del
racismo en sectores históricamente ninguneados.
Con los resultados del diagnóstico se tiene previsto preparar el primer “Plan Nacional de Acción
Contra el Racismo y toda Forma de Discriminación”.
Todo este proceso se realiza a través del Derecho de Consulta establecido por el convenio 169 y
la Declaración de Derechos de Pueblos Indígenas, así que los resultados son producto de consultas
departamentales, y su sistematización será devuelta a los mismos interesados.
a.3) Creación de nueva institucionalidad para la lucha contra el racismo.
Pero además, la Ley Nº 045 crea el Comité Nacional Contra el Racismo y toda forma de Discriminación,
entidad que tiene la misión de desarrollas iniciativas en materia de políticas públicas, así como
desarrollar proyectos de ley en la materia.
Actualmente se está trabajando en la creación de un Centro Internacional Contra el Racismo y toda
forma de discriminación.
a.4) Educación y capacitación post gradual.
Por otro lado, en la lucha contra el racismo, se está desarrollando un “Primer Diplomado en
Descolonización y Gestión Pública”, donde las vertientes teóricas confluyen con las cuestiones
prácticas desarrolladas desde el mismo Estado.
a.5) Reglamentación de la ley de Educación “Avelino Siñani – Elizardo Pérez”
Como producto de un Convenio entre el Ministerio de Educación y el Ministerio de Culturas, el
Viceministerio de Descolonización tiene la responsabilidad de trabajar el Reglamento del Instituto
de Lenguas y Culturas así como desarrollar propuestas para el currículo regionalizado, sin duda, un
espacio de ejercicio de la descolonización en la educación que oferta enormes potencialidades.
a.6) Festival Stop racismo.
Este evento realizado el 24 de mayo de cada año, representa la indignación que se siente luego de
recordar los terribles acontecimientos ocurridos en Sucre un 24 de mayo del 2008, sin duda algo que
la memoria se niega a olvidar.
b) Políticas en materia de despatriarcalización
Desde la creación de la Unidad de Despatriarcalización, se ha desarrollado una serie de iniciativas,

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que luego de un proceso de precisión técnica y política fueron cualificados para su tratamiento como
programas o como proyectos, veamos:
b.1) Anteproyecto de ley general de despatriarcalización.
El anteproyecto tiene como objeto regular la política nacional de despatriarcalización del Estado
Plurinacional de Bolivia, orientada a:
o Modificar las estructuras inequitativas de poder que oprimen a las mujeres;
o Asegurar la institucionalidad para su implementación;
o Garantizar su transversalización en la formulación de leyes, normas, políticas públicas,
planes, programas y proyectos; y
o Asegurar condiciones adecuadas para el ejercicio pleno de los derechos de las mujeres.
Pero no se agota ahí, sino que la despatriarcalización pasa a un nuevo momento, donde se hace aliada
de otros sectores, no necesariamente de mujeres, sino de todas las diversidades sexuales, eso lleva
el anteproyecto de ley a una nueva dimensión política, la ruptura del Chacha Warmi, como modelo
biológico, sino como modelo en expansión que abarca todas las diversidades que se pretenden de
uno u otro lado, o de aquellas que se dan en el mismo cuerpo, este paso es quizá el referente histórico
de la despatriarcalización desde la perspectiva precolonial.
b.2) Anteproyecto de Ley de Equivalencia Constitucional.
Este anteproyecto establece que el sistema de designaciones en cargos jerárquicos de decisión
política en los Órganos Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Electoral, las entidades territoriales como las
Gobernaciones, los Municipios y las Autonomías Indígenas, tienen que darse de modo paritario, es
decir con participación 50% - 50%, y representación plurinacional.
Este anteproyecto representa un ejercicio práctico de la despatriarcalización que arranca de la misma
Constitución Política del Estado (art. 172, inciso 22) donde se establece que la designación de ministras
y ministros debe darse considerando la conformación paritaria y con representación plurinacional.
b.3) Programa: “Matrimonios colectivos desde nuestra identidad”
Este programa se sostiene en cuatro componentes:
Primero: Históricamente la iglesia mantuvo una especie de secuestro al acceso de autoridad originaria
indígena campesina, para ejercer el cargo es requisito base el matrimonio por lo católico, aunque ya
en Bolivia desde 1911 el matrimonio civil, es el único reconocido por parte del Estado.
Segundo: El liberalismo y el neoliberalismo, reconocen a la familia como núcleo de la sociedad, pero
al mismo tiempo la abandona a su suerte. A contra ruta el constitucionalismo plurinacional, reconoce

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a las “familias” como núcleo de la sociedad, pero además obliga al Estado a garantizar su desarrollo
económico y social. Ello solo es posible evaluar desde un modelo se seguimiento, monitoreo,
capacitación y evaluación de las familias que decidan este paso.
Tercero: La modificación normativa pasa de la familia a “las familias”, es decir se deja en el pasado el
modelo familiar de base patriarcal, para dar paso a un modelo familiar de base plurinacional, donde
la violencia intrafamiliar, las obligaciones domésticas y las obligaciones con los hijos dejan su soporte
masculinizado, no por otro feminizado, sino por la igualdad en la convivencia, la expansión de la
solidaridad y comunidad tanto en las labores domésticas como en la relación con los hijos.
Cuarto: En las comunidades los recién casados reciben ayuda para construir su vivienda, a ello se
denomina “el casado casa quiere”, en este programa el Estado es la “gran comunidad”, que al igual
que en las comunidades andinas ayuda a construir una vivienda a las parejas de este programa (300
contrayentes).
El programa se sustenta en Convenio Biministerial entre el Ministerio de Culturas, y el Ministerio de
Obras Públicas.
b.4) Censo Nacional para la aplicación del artículo 338 de la CPE.
La cuantificación del trabajo en el hogar para su inclusión en las cuentas públicas es un mandato del
338 al Estado Plurinacional, en esta tarea están el Instituto Nacional de Estadística, el Viceministerio
de Igualdad de Oportunidades y el Viceministerio de Descolonización. Realizar esta cuantificación
nos permitirá un amplio proceso de despatriarcalización de las tareas domésticas al interior de las
nuevas familias. De hecho un primer ejercicio de esto censo se realizará con las parejas del programa
“Matrimonios colectivos desde nuestra identidad”.
El artículo 172 inciso 22 junto al 338 de la CPE, son considerados por académicos internacionales
como verdaderos procesos de despatriarcalización estatal y social.
b.5) Anteproyecto de ley del Nuevo Sistema de Filiación Civil.
Partiendo de la experiencia que se perfila del programa “Matrimonios Colectivos desde nuestra
identidad” se ha decidido trabajar con exclusividad ministerial un anteproyecto modificatorio del
actual sistema de registro civil, tanto en lo que concierne a la filiación del nacido, como la filiación del
matrimonio.
En el primer caso, se implementará un sistema convencional en el orden de los apellidos y ello puede
darse a sola decisión de los padres, y una vez que el filiado llegue a su mayoría de edad, este a
sola voluntad puede decidir el orden o al supresión de uno de los apellidos, sin que ello importe
consecuencia alguna en materia de sucesiones. A esto se le denomina la ruptura del derecho de eternidad
de la progenie por línea paterna.

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En el segundo caso, la filiación del matrimonio civil, solo puede realizarse con participación exclusiva
de oficial del Registro Civil, la modificación plantea que la celebración también pueda darse por
todas las autoridades constitucionalmente establecidas, como son las autoridades originaria indígena
campesina.
b.6) Anteproyecto de Ley del Nuevo Código de las Familias.
Si algún lugar representa el núcleo reproductor de la familia patriarcal, no es la familia en sí misma,
sino los dispositivos que la constituyen como tal.
En este caso, el Código de las Familias plantea una ruptura sustancial con el modelo heterosexual
de varón, mujer e hijos. Por uno cuya amplitud permita el establecimiento legal de otros modelos de
familia, no necesariamente de gays o lesbianas, sino todo modelo donde el afecto, la solidaridad y la
comunidad primen por sobre la visión heterosexual de base patriarcal.
Con ello el nuevo modelo de familias, que partiendo del modelo clásico dominante, se expanda a otras
formas no convencionales en lo heterosexual.
b.7) Proyecto de base normativa para la descolonización y despatriarcalización del Código Penal
Plurinacional
Sin duda, la codificación penal, está todavía en construcción y mirar el camino recorrido, nos
permite visualizar problemas antes ausentes, hoy latentes, como la descolonización de la justicia, la
descolonización del lenguaje de derechos de las Naciones Unidas y la descolonización del derecho
penal.
Problemas más prácticos aún, como la urgencia de contar con un titulo relativo a los Delitos contra la
Madre Tierra, Pachamama en lengua de nuestros mayores, un Titulo especial de Delitos de corrupción,
otro de protección penal de los Derechos colectivos de los pueblos indígenas originarios campesinos;
de reformulación del delito de aborto y la eliminación de figuras penales como aquel de matrimonio
entre víctima y victimario de un delito de violación o el abuso deshonesto (como si hubiera abuso
honesto), entre tantos otros.
El proceso de codificación representa además la tensión entre el campo político del campo jurídico penal,
la relación entre ambas representa la vigencia de un conflicto irresuelto, un conflicto político entre
demagogia punitiva (muy de moda en Latinoamérica) y Estado de Social de Derecho Plurinacional
Comunitario, entre Estado de Policía autoritario y Estado Democrático.
Bolivia, tiene un escenario inmejorable para construir un Código Penal dignificatorio y libertario,
dignificatorio de los derechos humanos y los derechos fundamentales, dignificatorio de la democracia,
dignificatorio de la Madre Tierra. Bolivia tiene la posibilidad de contar con algo mejor que el Derecho
Penal.

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Latinoamérica, a no dudarlo, constituye un lugar donde el derecho penal encuentra nuevas raíces y
compromisos anunciados con las personas y pueblos, pero, y esto no puede pasar desapercibido: de
un profundo compromiso con la Madre Tierra…
Conclusiones
El proceso de colonización, se sustenta en un derecho supuesto del colonizador y sus herederos, sobre,
los colonizados y sus herederos. Y toda está relación entre colonizador y colonizado es el campo de
sustento de una sociedad de acomplejados.
Este hecho aparentemente superado en el siglo XIX al menos, constituye en realidad el problema
mayor de nuestras sociedades actuales, pero y lo que es más grave, funciona como una maquinaria
perfecta y no se muestra a sí misma como tal, funciona en una multidimensionalidad que la hace mas
invisible todavía.
Se encarga de reproducir sistemas de segregación social (racismo y patriarcalismo esencialmente),
en educación, alimentación, hábitos de dormir y de con quién hacerlo, de dar el saludo y el
cómo hacerlo, con unos y con otros, y de ahí a un largo etcétera de lugares donde el proceso de
colonización funciona de modos poco advertibles, por la naturalidad con que se presenta, un proceso
de naturalización que solo ha sido posible por su repetición histórica a lo largo de la “modernidad
primera”, la “modernidad segunda”, y la modernidad que nos toco vivir.
Cómo hemos visto, la descolonización y la despatriarcalización no han sido hasta aquí una discusión
sobre indianismo o indigenismo sino cuestión de Estado.
Aunque debe asumirse histórica y políticamente que el núcleo de la resistencia colonial es precisamente
el movimiento indígena y de ahí proviene la riqueza programática del Vivir Bien y la Descolonización
con la Despatriarcalización.
Y esto se muestra de la forma en que lo hace, porque de llevar el tema a un esencialismo indio, es como
llevar el tema a un mesianismo marxista, y en ambos casos no tendríamos ni estrategia ni táctica, pues
se pierde el horizonte estatal.
¿Es posible descolonizar el Estado desde el Estado, Despatriarcalizar el Estado desde el Estado?
A todas luces las preguntas puede merecer dos respuestas, sí y no, en el primer caso estamos en el
camino consecuente de un proceso revolucionario, en el segundo, puede que nos estén llamando
a hada mágica para que haga la revolución, o nos estén ofreciendo que la oenegización de la
realidad, como poder-hacer desde las organizaciones no gubernamentales sea la solución correcta
políticamente hablando.
Oengeización de la realidad y proceso de colonización tienen mucho que ver en estos últimos 28 años
de democracia contemporánea, no solo en Bolivia, sino en toda América Latina, y los países que nos

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encontramos al lado sur de este planeta que todavía se llama tierra (algún día lo llamaremos planeta
basurero).
Pero a pesar de todo este andamiaje entre teoría y práctica, hay un déficit que de no resolverlo pronto,
nos pone en peligro de caminar como el cangrejo, hacia atrás y no saberlo…
Esa pregunta, la fundamental para toda la Descolonización del Estado desde el Estado, es: ¿cómo funciona y
cómo se reproduce el colonialismo en la formulación de políticas públicas y el desarrollo normativo?
Poder, derecho, verdad, son entonces el eje de transformación del Estado, constituyen la materia prima
con la cual, la descolonización y la despatriarcalización, tienen que tropezar constantemente, es algo
que no se puede evadir, sino asumir como un campo de tensiones y de lucha, un campo que nos oferta
los mecanismos para enfrentar exitosamente a eso que los teóricos llaman los caminos de la biopolítica.
Transformar las técnicas y tácticas de dominación colonial y patriarcal del Estado para transformarlas
en técnicas y tácticas de convivencia social y de dignificación de la condición humana (no
importando los sexos ya) es el mensaje de fondo para una estrategia política despatriarcalizadora y
descolonizadora.
Hacer eso, es destruir un edificio enorme, pero es posible hacerlo, con las herramientas que nos brindan
los horizontes sociales, pero particularmente aquellos horizontes emancipatorios que nos otorga la
experiencia de los movimientos que enfrentaron directamente a toda forma de opresión.
Bolivia tiene un horizonte de expansión política que no puede desperdiciarse, los tiempos políticos
tienen cada uno su minuto de arranque y su minuto de cierre, y esos tiempos se agotan día que pasa,
y no podemos quedar en un silencio bastante parecido a la estupidez…

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DESPATRIARCALIZANDO EL ESTADO
Y LA SOCIEDAD SIN PERMISOS
Claudia Espinoza I.

En la ciudad de El Alto, cuando una sube a un minibús del transporte público, encuentra a una madre,
con su wawa a cuestas, haciendo el trabajo de cobradora de pasajes. Es la esposa del chofer quien
comparte la jornada laboral yendo y viniendo, de parada a parada. No pocas veces, estas mujeres
tienen que amarrar sus awayus al asiento delantero y no pocas veces reciben reclamos de los pasajeros
sea porque las wawas ocupan espacio, sea porque lloran o porque estas mujeres –nerviosas- no saben
si atenderlas o si abrir y cerrar la puerta.
Esta es una de las múltiples realidades que se presenta en la urbe alteña. Una ciudad con población
mayoritariamente joven y femenina, pujante en el comercio y la industria, vanguardista en los cambios
políticos del país, con un alto grado de interculturalidad, pero que conserva altos niveles de pobreza
y discriminación.
En los mosaicos alteños se vive la diferencia y la diversidad de manera descarnada. En todos los
distritos urbanos y rurales conviven cotidianamente desde las realidades más extremas hasta las más
cercanas, constatando que existe una base material que permite o impide que las personas ejerzan sus
derechos. No es lo mismo ser una mujer migrante recién llegada de la comunidad o una mujer nacida
en la ciudad donde trabaja o estudia.
Desde estas alturas, ¿cómo entender el horizonte emancipatorio que plantea la Constitución Política
del Estado cuando nos habla de descolonización y de derechos de las mujeres como bloque
despatriarcalizador?
La apuesta estatal
En primer término, si la ley de leyes viene como un mandato estatal a cumplirse, es necesario partir de la
institucionalidad creada para ello, por lo que hay que aterrizar en el Viceministerio de Descolonización
y la Unidad de Despatriarcalización como estructuras creadas en el Estado, por primera vez en la
historia boliviana, encaminadas a traducir los articulados constitucionales en políticas públicas.
De acuerdo al Viceministro de Descolonización, Félix Cárdenas, el Estado colonial tiene dos grandes
deudas: con los pueblos indígenas y con las mujeres. Se trata de una deuda histórica de justicia
que en el largo proceso colonial pre y post republicano ha cercenado los derechos de estos sujetos
sociales a través del genocidio y el ejercicio de varios tipos de violencias, que se han enraizado
sistemáticamente en la sociedad.

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A partir del proceso constituyente, los pueblos y naciones indígenas, junto a las organizaciones sociales
que incluye a las de mujeres, se concretiza la necesidad de revertir la dominación colonial y patriarcal
promoviendo un cambio en el imaginario colectivo que cuenta con un asidero jurídico político nuevo,
la CPE, como referente histórico.
Este dato es relevante porque se abre el horizonte emancipatorio con la instauración del Estado
Plurinacional, una vez aprobada la CPE por voto directo (67% de los votos) en enero de 2009, la
cual conlleva la participación social en su periodo de maduración. Es decir que la batería de derechos
individuales y colectivos incorporados en el cuerpo constitucional de manera inédita, no parten de un
debate teórico, encerrado en la academia, en los espacios político-partidarios o en las instituciones,
sino es propuesta de los sujetos sociales desde su re-apropiación de los derechos que, a la vez, es
producto de una experiencia histórica práctica.
Siendo así, el desafío de materializar los preceptos constitucionales descolonizadores y
despatriarcalizadores es cuando menos, complejo, mas no imposible pues está inmerso en la voluntad
general de construir una nueva convivencia social que no pretende tolerar la diferencia, sino que va
a respetar la plurinacionalidad y la pluralidad de la formación boliviana.
Algunas de las acciones del Viceministerio y la Unidad mencionados son: su participación en la
elaboración de Ley contra el Racismo y toda forma de Discriminación y su respectivo reglamento,
normativa que ha empezado a ser aplicada por la sociedad como en los casos de Josefina Peña
Archondo, una arquitecta afro-boliviana, y Amalia Laura Villca, una abogada quechua, ambas
mujeres vivieron la discriminación racial. Por otro lado, la exigencia de la ley en instituciones públicas
y privadas ha reportado más de 800 reglamentos internos reformulados con el mandato del respeto a
la dignidad de las personas.
También se encuentra el programa “Matrimonios Colectivos desde nuestra Identidad”, cuyo eje no sólo
se remite a revalorizar los saberes indígenas en la conformación del jaq’i (pareja) o chachawarmi y
a la ruptura del monopolio católico en la conformación conyugal, sino apunta a desterrar la violencia
intrafamiliar hacia la mujer y los hijos e hijas, a través de la ética de la corresponsabilidad entre mujer
y varón en la familia. Para ello, se ha establecido que el Estado debe asegurar condiciones materiales
para la convivencia familiar como la vivienda y los proyectos de seguridad alimentaria.
Otra propuesta generada desde la Unidad de Despatriarcalización consiste en el Anteproyecto de
Equivalencia Democrática orientado a la equidad en materia de cargos públicos en la estructura
estatal. Se trata de normar la designación de cargos con paridad y alternancia en los Organos Ejecutivo
y Electoral, no por la vía electoral, sino por la vía administrativa. En cuanto a otras normativas, se
encuentran las propuestas de reformas al Código de Familias, el Registro Civil, la cuantificación del
trabajo doméstico y otros que permitirán rayar la cancha del Estado para el ejercicio de los derechos
descolonizadores y despatriarcalizadores, por fuerza de ley.

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Este es un nivel que amerita dos interpretaciones. Por un lado, si el Estado incluye en su definición
“ideas fuerza que articulan a una sociedad”, entonces descolonizar y despatriarcalizar son dos de
esas ideas fundamentales con raíz histórica profunda que vinculan a pueblos indígenas y a mujeres,
y a sus organizaciones. Por otro lado, al vincular a organizaciones sociales, el Estado está obligado a
expandir las políticas que respondan a las ideas fuerzas; en otras palabras, es su deber materializarlas,
hacerlas realidad.
Un grafitti en Cochabamba, ilustra esta razón de ser: “el cambio no se hace sólo con leyes, pero tampoco
sin leyes”. La medida para saber cómo el Estado está traduciendo la demanda social, será el grado
democrático que se aplique a la formulación de las políticas, y en este campo son las organizaciones,
por su naturaleza, las que conllevan la deliberación en su institucionalidad. Por tanto, ni Estado ni
sociedad civil están exentos de la responsabilidad de construir el Estado Plurinacional.
Pueblos indígenas y mujeres
Por las características de su historia, su territorio y su gente, Bolivia se constituye en un país plurinacional
que, sin embargo, ha sido fundado sobre la exclusión. Los pueblos indígenas y las mujeres fueron
quienes más resistieron la agresión del poder colonial, patriarcal y capitalista. Enfrentaron el racismo
y la discriminación, y sin rendirse organizaron decenas de sublevaciones, buscando la apertura hacia
una sociedad que permitiese el reconocimiento pleno de los derechos individuales y colectivos. En
esa búsqueda, miles de mujeres y hombres entregaron la vida.
El hecho fundante del sistema de dominación sobre pueblos indígenas y mujeres fue sin duda la
articulación del doble poder: colonial y patriarcal que cuando se juntaron inauguraron una cadena
de opresiones en las tierras del continente conocido como americano. La invasión española simboliza
esa articulación que a través de la violencia y las armas impuso una cosmovisión ajena a la existente.
Por ello, la colonialidad no expresa solamente un choque cultural, sino significa la instauración, por la
fuerza, de un modo de pensar la vida en general.
La doble dominación se ha traducido en normas, instituciones, impuestos, valores y comportamientos
constituyendo estados asentados en la eliminación de las y los colonizados, implantando modelos de
violencia sistemática en contra de todo aquello que no se asemejase o se asimilase al prototipo de
la modernidad: hombre o mujer blanca, de raíces europeas con usos, costumbres y creencias de la
misma raíz.
Ese fue el derrotero de la colonialidad en más de 500 años, cuya reproducción se aseguró en los
subsistemas de dominación como la prebenda política, la corrupción, la depredación del ecosistema,
la explotación, la delincuencia y otros, avanzando paulatinamente en el silenciamiento hasta llegar a
la muerte en vida de las y los colonizados.
Por ello, la colonialidad y el patriarcado no son tipos de dominación únicamente de jerarquía vertical
o de índole genérica, sino que subsisten en el Estado y la sociedad, de tal manera que producen tanto

79
hombres como mujeres coloniales y patriarcales que concentran y ostentan poder. A esto se articula,
posteriormente, la condición y posición de clase en un régimen de corte capitalista y neoliberal que
permite sustentar esa estructuración social, por eso se trata de una triple dominación.
Sin embargo, a diferencia de otras formas de dominación, la triple dominación encontró en lo que
hoy se llama Bolivia, la afrenta de los pueblos indígenas. La reprobación, la resistencia y la defensa
de los pueblos indígenas portaba una base sólida de historia, organización, religiosidad, producción,
astronomía, hidráulica, ingeniería y autonomía que entraban en profunda contradicción con el molde
civilizatorio de occidente.
Cuando se hace referencia a los pueblos indígena originario campesinos, claro está que se incluyen a
las mujeres, niñez, juventud y ancianidad que conformaban ese todo. Así lo demuestran las rebeliones
a lo largo de la historia bajo un principio de no escisión de la comunidad; de la vida y la muerte; de
la paz y la guerra; de la mujer y el varón; de lo tangible y lo no tangible. Se imprime una visión de
complementariedad diametralmente opuesta a los designios de occidente que determinan a través
de sus normas e instituciones que no sólo priman los intereses individuales, sino que todo se separa y
que unos valen más que otros u otras. De ahí viene el derecho y la ganancia individual; lo público y lo
privado; mujer aquí y hombre allá; los fuertes y los débiles; los superiores y los inferiores; en fin, todo
se convierte en una división binaria, irreconciliable.
Es necesario reconocer que la triple dominación aplicó la estrategia de dividir para evitar la reversión
de su poder. Porque sujetos aislados y escindidos pueden menos que un ejército organizado en torno
a un objetivo común. Y el transcurrir de los hechos, a lo largo del tiempo, han dado claros ejemplos
de que es la marcha colectiva la que promueve la ruptura no sólo de aquella estrategia, sino de los
esquemas y dispositivos de poder dominantes.
Si esto es así, se puede pensar que la emancipación no podrá nunca ser exclusiva a unos, pues será
la articulación de las luchas que permitirá quebrar el sistema de triple dominación diseminado en
el Estado y la sociedad. En la memoria corta ¿qué fue lo que abrió el camino constituyente y post-
constituyente en Bolivia? A la luz de los acontecimientos, fue la conjunción, el enlace de las opresiones
que dio paso a lo que hoy significa contar con un nuevo marco jurídico-político en la CPE, es decir la
relación permanente de las múltiples opresiones y sus proyectos de liberación.
Sin duda, es preciso atribuir un peso político específico a los pueblos indígenas en su constitución
como sujeto social en el proceso boliviano actual, dado que sin la profundidad histórica de sus luchas
y el contenido de la pluralidad que portan, en un sentido amplio, no hubiese sido posible ni pensar ni
hablar ni hacer procesos de descolonización y despatriarcalización.
El feminismo del más allá
Así como es apolítico y ahistórico ignorar las transformaciones en el Estado, también lo es no
asumir que cuando de pueblos indígenas y mujeres se trata, existe una instancia estatal dedicada

80
a la descolonización y otra a la despatriarcalización. Y cuando la sociedad produce demandas,
reivindicaciones y proyectos debe articular y coordinar con el Estado a fin de que se alcancen
resultados, respondiendo a la corresponsabilidad que implica a ambos.
En cuanto a las mujeres, pese al amplio recorrido de valiosas luchadoras como Bartolina Sisa, Gregoria
Apaza, Yguanduray, Juana Azurduy, Domitila Chungara y otras miles anónimas convertidas en sujeto
colectivo, desde los grupos feministas se optó por recoger los aportes de las corrientes feministas de
occidente, en las que distintas propuestas de pensamiento abordaron desde la situación y condición
de las mujeres en el contexto del patriarcado hasta las posibilidades de autonomía en un contexto de
liberación absoluta en las opciones que van desde el cuerpo, la mente, el poder, la sexualidad y su
correlato en el espacio público.
Esas propuestas cuentan con una fuerte influencia del entorno al que pertenecen, vale decir, principios
individuales del ser provenientes de la modernidad y la postmodernidad, uso de tecnologías
avanzadas desde el arte hasta la medicina —como dos referentes esenciales de la representación y
la transformación del cuerpo—, ausencia del ser colectivo, relatividad de la historia como memoria,
entre otros preceptos.
Haciendo un repaso por los feminismos latinoamericanos, se encuentra una diversidad de corrientes
que se expandieron desde los años 70. Así se conocen movimientos que reivindicaron el feminismo
desde la sociedad civil, desde el Estado, desde la academia, desde los espacios políticos y desde la
cultura; también desde ámbitos temáticos como la violencia, la salud o los derechos humanos.
Esas formas reivindicativas fueron secundadas por una tendencia que fue institucionalizando el
feminismo bajo modalidades como las ONGs y las fundaciones. Entre los pros y contras de la
institucionalización feminista, se puede citar, la especialización de varias mujeres y algunos hombres
en las temáticas reivindicadas, la capacitación de gestión en lo privado y lo público. Pero, por otro
lado, se experimentó un distanciamiento de la vida cotidiana, del activismo creativo y callejero, así
como de las organizaciones sociales y de base.
El discurso feminista tuvo un ancla muy fuerte en las condiciones de pobreza, marginación, racismo y
discriminación del continente, por lo que las propuestas —aunque con distintas etiquetas y matices—
apuntaron, durante décadas, a la “igualdad” como programa político en el marco del ideario más
amplio de la democracia. Igualdad entre ricos y pobres, igualdad entre mujeres y hombres, igualdad
entre blancos y negros, entre otras igualdades, fueron las consignas recurrentes que abarcaron los
grupos feministas. Después, se instauró el feminismo de la diferencia, que en esencia no cambió los
escenarios de la polaridad, pues mantuvo el enfrentamiento determinista del feminismo “mujer contra
varón”.
Con todo, el proceso político latinoamericano demostró que las reivindicaciones feministas aisladas
y escindidas del movimiento popular (indígena, campesino, originario, sindical, etc.), no lograron

81
los cambios prometidos. Porque las condiciones precarias de la vida de un pueblo afectan a las
mayorías desfavorecidas en la misma medida, y dentro de esas mayorías las mujeres articuladas a
sus comunidades, su historia y sus organizaciones avanzaron más a partir de proyectos colectivos de
liberación de la doble o triple opresión.
¿Adiós al género?
En casi todos los casos feministas, el género fue el centro de sus propuestas así como también fue la
caída y devaluación del término. En esa línea, la propuesta actual más innovadora parece provenir
de la filósofa Beatriz Preciado, quien provoca una inflexión en la producción intelectual feminista
cuestionando exponentes prominentes de la literatura feminista. Preciado patea el tablero de la
tradición feminista que en distintos momentos tuvo autoras que han intentado comprender lo femenino/
masculino desde distintas entradas: por el lado biológico/sexualidad, por el lado discursivo, por
la construcción cultural, por la opresión económica, por la colonialidad y postcolonialidad, por la
subjetividad/identidad, por el lado de las relaciones de poder, entre otros (ver textos Virginia Vargas,
Lola G. Luna, Gayatri Ch. Spivak, Irene Silverblat y Judith Butler).
La propuesta de Preciado deconstruye el discurso dominante del sexo/género para construir una
“condición de posibilidad” para la humanidad, en la que se supera las prescripciones del sexo
y el género para plantear lo femenino/masculino como una sobreposición de varias aristas o una
multiplicidad identitaria, negando así todas las construcciones normalizadoras de la modernidad en
torno a la mujer y el hombre sea a través del cuerpo o la mente. Para ella, las dimensiones inherentes al
ser, no se escinden. Es así que prácticamente presenta al sexo y al género, del revés, demostrando su
inexistencia fuera de la lógica moderna. De esa manera, la filósofa logra abrir un escenario inaudito
en la teoría feminista, en el que, como ella misma señala, “la vida reemplaza al teatro”.
Con el planteamiento de Preciado, se interpela la producción de conocimiento y de la ciencia que
atraparon lo femenino/masculino en el entramado del biopoder. De acuerdo a sus palabras, el biopoder
buscó, en décadas pasadas, responder a intereses económicos y políticos dominantes utilizando para
ello el sexo y el género como referentes de división y dicotomías falsas. Las aseveraciones que hace
Preciado representan un gran salto para la tradición feminista en los países latinoamericanos.
El proceso boliviano
A diferencia de otros países, Bolivia se ha convertido en el referente de las transformaciones del siglo
XXI. Fueron muchos años de luchas que protagonizaron diferentes movimientos sociales, desde el
año 2000, en busca de saldar una deuda histórica con amplios sectores marginados, entre los que se
encuentran los pueblos indígenas y las mujeres.
El 2005, el país empezó a experimentar un viraje en ese destino con la asunción del presidente
indígena Evo Morales Ayma. En 2006, la instalación de la Asamblea Constituyente abrió un

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nuevo horizonte político con la posibilidad de incluir a los excluidos/as de siempre; de visibilizar y
constitucionalizar sus derechos. Este proceso fue internalizado profundamente en todos los confines
del territorio nacional.
La capacidad constituyente del pueblo boliviano se plasmó a través de sus organizaciones sociales
presentes en todo el proceso, proponiendo, deliberando, discrepando, presionando y defendiendo
el derecho elemental a existir. En este periodo, la presencia de las mujeres de distintos sectores,
pueblos e instituciones fue masiva y lograron incorporar más de 24 derechos específicos en el texto
constituyente.
Fue de ese modo que el pueblo finalmente aprobó la nueva Constitución Política del Estado, el 25 de
enero del 2009. Un hecho inédito desde la fundación de la República, en 1825. La Bolivia diversa,
heterogénea y plurinacional inició, a partir de ese hecho fundacional, la construcción de una nueva
voluntad general.
El proceso constituyente, sin embargo, atravesó momentos críticos en los que sectores opositores
ligados a latifundistas, agroindustriales, algunos grupos de empresarios y medios de comunicación
quisieron impedir esa maduración social y política. Desataron olas de violencia sistemática en varias
regiones que promovieron el saqueo de instituciones públicas, el desabastecimiento de alimentos y
golpizas contra personas de sectores populares, varias de ellas mujeres dirigentes y de base.
Pese a ello, la vía democrática intercultural se impuso como opción de decisión individual y colectiva.
El proceso postconstituyente nació, entonces, con nuevos desafíos, nuevas necesidades y por eso
debe ser que se dice que estamos en un “periodo de transición”. Porque las mujeres y hombres de este
pueblo no se conforman sólo con aprobar nuevas leyes, sueñan con cambiar la materialidad actual de
sus culturas, donde todas y todos tengan un lugar ya no sólo con igualdad, sino con justicia, dignidad
y soberanía; en otras palabras: una Bolivia descolonizada y despatriarcalizada.
Quizá esa sea una diferencia que aún nos distancia de las propuestas feministas de occidente. Desde
la óptica de los modelos civilizatorios, occidente está marcado por el individualismo de la modernidad
y por una igualdad que busca asegurar la perpetuación individual o cuando más familiar y de élite;
mientras que en este lado del planeta, el individuo existe en tanto se relaciona con la colectividad. No
se escinden ni desaparecen.
Así se puede ver en los procesos protagonizados por las mujeres del pueblo. En ese sentido, ha habido
una rica experiencia que combinó precisamente, a lo largo del tiempo, lo individual y lo colectivo. Se
ha ido revolucionando la vida cotidiana, el mundo privado y el público, el mundo urbano y rural. Las
mujeres han dado pasos en lo personal y se han organizado colectivamente. Las mujeres han hecho
carne de lo político en la casa y han hecho política fuera de ella, uniendo proyectos micro y macro con
una perspectiva más complementaria y menos excluyente.

83
Del mismo modo, pueblos indígenas y mujeres han creado puentes entre la tradición, lo moderno
y lo posmoderno. A través de varias prácticas culturales se han creado y recreado códigos de
representación y se han realizado procesos de reapropiación y resignificación de la circulación
cultural. Esto les ha permitido a las mujeres asumir múltiples identidades y desplegarlas de acuerdo a
sus necesidades concretas.
La memoria y el presente
Por las características señaladas, la interculturalidad emerge como una condición sine qua non de la
convivencia democrática en Bolivia. En ese sentido, la interculturalidad sigue siendo una demanda y
una práctica en construcción. El hecho de que se la haya incorporado en el nuevo texto constitucional,
no significa que sea parte activa de la cotidianidad. En la sociedad boliviana existen grupos dispuestos
a aceptar la diferencia y la plurinacionalidad, pero otros grupos aún se niegan a prescindir de sus
privilegios de élite y de clase, enarbolando una simple “tolerancia”.
Para avanzar por los derroteros interculturales, es preciso volver hacia atrás en la memoria no para
reconstruir el Tawantinsuyu, negando los avances de la humanidad, sino para desarrollar procesos
intra e interculturales que posibiliten la recuperación de saberes, conocimientos y tecnologías. La
dominación colonial ha pretendido anular las culturas originarias marginando a las mayorías
indígenas de los poderes del Estado y de todo derecho de existencia plena. Sin embargo, los pueblos
y naciones indígenas han resistido activamente a la dominación, desde su experiencia ancestral en
lo organizativo, lo económico, lo político y lo cultural, propiciando distintos levantamientos y luchas
sociales que derivaron en el proceso de transformación que se vive en la actualidad.
Este proceso ha costado vidas, tiempo, trabajo, sufrimiento y energía, y se desarrolla en un contexto en
el que todavía subsisten grupos de poder colonial y patriarcal, por lo que es necesario fortalecer las
luchas de emancipación hacia la construcción de un modelo de sociedad que incorpore el paradigma
del suma qamaña en todas sus dimensiones.
La materialidad de la cultura
Siguiendo esa ruta, para comprender las relaciones de dominación y transformarlas es preciso indagar
la historia en lo que hace a la relación de lo femenino y lo masculino en el pensamiento andino no
como abstracción y nostalgia de un pasado hipotético, sino como materialidad de la cultura.
Al respecto Silvia Rivera rescata estas nociones: “(existía) en los Andes un sistema de género en el
que las mujeres tenían derechos públicos y familiares más equilibrados con sus pares varones (…)
en las sociedades andinas —al menos tal como se ha documentado y reconstruido en la experiencia
etnográfica y etnohistórica—, exhibe un equilibrio dinámico y contencioso, orientado normativamente
por la pareja andina, la introducción del Cabildo colonial introduce a su vez el dominio de la
representación política en manos del varón, hasta ese momento la situación era diferente. (…)”.

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Por su parte, Waldemar Espinoza recoge la “descendencia paralela” por la cual los hijos pertenecían
teóricamente al padre y las hijas mujeres a la madre. “Lo cual, es evidente, traía varias implicancias: 1º
los hombres heredaban los bienes muebles del progenitor; y las muchachas los de su progenitora”.
Esas relaciones de equilibrio habrán sido posibles en virtud de las condiciones materiales preexistentes
a la Colonia en la producción, la distribución de la riqueza, el uso de los recursos, etcétera. Lo que se
conoce como el chacha warmi, categoría hoy devaluada y en crisis, debe ser un punto de exploración
y búsqueda en tanto una posibilidad de construcción teórica y práctica que se enmarque de manera
coherente en el suma qamaña. Zavaleta decía que la crisis es un método de conocimiento y a la vez un
instrumento de creación.
El chacha warmi y todas las categorías que incluye como la paridad, la reciprocidad, la
complementariedad, no sólo se expresa en el “andar junto hombre y mujer” bajo el código del
matrimonio, sino se traduce en la posibilidad de construir entre ambas visiones diferentes una pareja
productiva en la política, la economía, la cultura y vinculada al cosmos.
Así se puede comprender más ampliamente, por ejemplo, el chicata chicata o la igualdad de condiciones
en la participación política. Esta demanda ha sido una constante en la agenda feminista de las últimas
décadas. Pero habrá que analizar que mientras ha sido una reivindicación acorralada sólo por ciertos
sectores institucionalizados de mujeres no ha prosperado, mientras que, en la medida en que se abrió
a la articulación con mujeres indígenas y de sectores populares, respetando sus luchas rebeldes, ha
sido una conquista que en la actualidad ya puede visualizarse de manera concreta y efectiva en
los poderes del Estado. Este ya es un referente a replicarse en las organizaciones sociales, juntas
vecinales, asociaciones, sindicatos y otras organizaciones.
Para descolonizar y despatriarcalizar
Volviendo a la imagen del principio, ¿cómo entender y contribuir a transformar la vida de la mujer/
joven/migrante/indígena que trabaja cotidianamente con su pareja para sobrevivir? Pues, parece
ser que hace falta volver a las calles y subsumirse en la vida cotidiana. Hace falta conocer los códigos,
las resignificaciones y representaciones culturales que generan las mujeres con o sin sus parejas. Hay
que dialogar con los hombres/jóvenes/migrantes/indígenas. Es urgente indagar en la historia, la
filosofía, la antropología y otros saberes que ha desarrollado el pensamiento andino.
Para asumir la descolonización y la despatriarcalización hace falta, entonces, reconocer el
colonialismo y el patriarcado en las formas más disímiles y heterogéneas de su recurrencia en el
Estado y la sociedad. Pero no se trata de un descubrimiento académico, es un recorrido atento por la
historia y la vida cotidiana de los pueblos, identificando la multiplicidad de identidades que quizá nos
hemos negado a ver. Con esta propuesta de itinerario, se apunta a construir conocimiento individual y
colectivo para democratizarlo; hacer política desde las calles y de manera institucionalizada; pasar de
la vida cotidiana a los poderes estatales. No hay que descuidar ningún espacio, no hay que escindir la

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existencia en parcialidades sino articularlas, no hay que abandonar ninguna utopía, no hay que dejar
de nombrar las palabras y las cosas. Caso contrario, ¿cómo vamos a entender la mayor consigna
feminista de “lo personal es político”?

86
BIBLIOGRAFÍA
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alternativa”. Caracas: FACES – UCV, pp: 193 -217.
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87
La despatriarcalización
entre Momento Constituyente
y Momento Constitutivo
Amalia Mamani Huallco

“Una teoría crítica, es un auto esclarecimiento de las luchas y


deseos de una época” (Marx 1843)

Introducción
Sábado por la noche, 24 de noviembre del 2007, la Asamblea Constituyente aprueba “en grande”
el proyecto de nueva Constitución Política en la “Sesión de la Glorieta” de la ciudad de Sucre. La
persecución con el fin de acabar con los constituyentes, era la acción general de una ciudad que fue
víctima del racismo mediático. Día de dolor para la historia…
Posteriormente el domingo 9 de diciembre del 2007 cerca de las once de la mañana, se aprueba “en
detalle” el proyecto de Constitución en la ciudad de Oruro. Día de fiesta…
Como era de esperarse, la ira derechista, se desató con toda su perversión luego de su estruendoso
fracaso como fuerza política.
La humillación pública y con los torsos desnudos de campesinos en sucre el 24 de mayo y el genocidio
del 11 de septiembre del 2008 en “El Porvenir”, son los momentos más horrendos en la historia del
momento constituyente…
Todo sucedió en un ambiente político caldeado por el racismo oligárquico, habían pasado casi 25
meses desde inaugurada la Asamblea Constituyente, y el racismo subía su tono en una escalada
dramática.
El 21 de octubre del 2008, el viejo y decadente Congreso Nacional de la República convocaba a un
Referéndum aprobatorio y Dirimidor del Nuevo Texto Constitucional para el mes de enero de 2009
luego de un acuerdo congresal. Pero, de hecho, el genocidio de “El Porvenir”, fue el factor determinante
para que las fuerzas conservadoras aprueben la Ley de Convocatoria.

43. Pa Una de las tácticas (tareas específicas) de la Unidad de Despatriarcalización en su despliegue institucional
señala que la visibilización del patriarcado constituye su primera tarea estatal. (Cf. Misión y Visión de la
Unidad de Despatriarcalización. Junio 2011).
44. Cf. “Hacia otra teoría crítica del Derecho” En: Las fisuras del patriarcado, Reflexiones sobre Feminismo y
Derecho. Quito: FLACSO, 2003, (Gioconda Herrera, coordinadora). Pág. 19
45. Que el hecho no haya sido denunciado por las organizaciones de mujeres que cuentan con “intelectuales”
dedicadas exclusivamente a la cuestión de género (oeneges, fundaciones, centros de estudio, etc.) y que
vieron el proceso con un silencio bastante parecido al de la estupidez, es un síntoma de cómo la oenegización
de la realidad y los intereses que ello conlleva impiden una lectura política de los procesos histórico., Apegados
como están al cumplimiento de sus objetivos institucionales, pierden el sur de las tareas emancipatorias..

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Bolivia vivía las conmociones de la democracia en su versión constituyente, eran tiempos donde la
elevada intensidad ideológica del movimiento indígena impregnaba rápidamente las decisiones del
campo político y sus efectos no se dejaban esperar en la construcción del texto constituyente.
Por ello “Estado Plurinacional Comunitario”, “Vivir Bien” o “Descolonización” en su horizonte
emancipatorio, anticapitalista, anticolonial y despatriarcalizador, constituyen los aportes al
constitucionalismo contemporáneo no solo de América Latina, sino del mundo entero.
Estamos en mayo del 2011, vivimos el momento constitutivo que tiene al Órgano Legislativo Plurinacional
como el principal soporte de su desarrollo y que ha llegado ya, a casi doscientas leyes.
¿Qué balance se puede hacer en este contexto?
El presente documento, es el resultado de dos reflexiones: por un lado, historia constituyente con
acuerdo congresal y en medio textos constitucionales referentes a derechos de género con horizonte
despatriarcalizador o la pequeña historia de unas modificaciones que solo admiten un nombre
“supremacismo patriarcal” y por otro el momento constitutivo con la despatriarcalización como
categoría normativa en la Ley “Avelino Siñani – Elizardo Pérez”, la Ley Número 70 promulgada el 20
de diciembre del 2010 en la Asamblea Legislativa Plurinacional.
En definitiva conviene realizar un balance desde la despatriarcalización como horizonte normativo,
es decir como cuestionamiento no solo al carácter androcéntrico del lenguaje jurídico, sino a su
expresión en tanto supremacismo patriarcal en la construcción misma del derecho. A la vez que
despatriarcalización como horizonte emancipatorio del momento constitutivo, es decir de la creación
jurídica post constituyente.
1. El “Supremacismo Patriarcal” del momento constituyente:
En un documento anterior, realizamos aportes para la comprensión de la despatriarcalización en tanto
horizonte constitucional y ¡creemos que se lo hizo…!
Hoy se habla del horizonte despatriarcalizador en los modelos normativos, los diseños institucionales
y hasta los proyectos de vida. Se habla también de la despatriarcalización en la formulación de
las políticas públicas así como en su gestión y despliegue como fuerza de Estado, de un Estado
Plurinacional en transición.
Pero, ahora nos toca utilizar la despatriarcalización como propuesta analítica para comprender
un hecho poco conocido por los movimientos de mujeres, particularmente el de mujeres indígenas
originarias campesinas, de mujeres trabajadoras del campo y la ciudad…

46. Foucault, Michel: “El ojo del poder”, Entrevista con Michel Foucault. En: Bentham, Jeremías: “El Panóptico”, Ed. La
Piqueta, Barcelona, 1980. Traducción de Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría.
47. Cf. Enciclopedia Histórica Documental del Proceso Constituyente Boliviano. Tomo II, Vol. 1. Visión de País: Exposición
de las Representaciones Políticas * Deliberaciones sobre propuestas de Visión de País. La Paz: Vicepresidencia del
Estado Plurinacional. 2011 (en prensa).

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Nos toca recordar que entre el proyecto de constitución aprobado en la ciudad de Oruro el 9 de
diciembre y los acuerdos congresales del 21 de octubre del 2008, las mujeres vimos una vez más los
efectos perversos del supremacismo patriarcal.
Llamamos supremacismo patriarcal, al proceso por el cual, el lenguaje androcéntrico del derecho42 se
convierte en un mecanismo permanente donde el patriarcado –como sistema de dominio social- se
expresa en la construcción de las leyes, los reglamentos o cualquier forma de normatividad legal,
para visibilizar43 el hecho se necesita metodologías que desnuden y denuncien el patriarcado legal,
para ayudarnos a comprender el por qué de su eficacia histórica y política
Al respecto la jurista Alda Facio nos propone que: “Una de esas metodologías que tendría que utilizar
sería la de la reconstrucción como método de análisis de los conceptos supuestamente neutros para demostrar
su verdadera naturaleza androcéntrica, así como para visibilizar las relaciones de poder que oculta”44
El presente artículo recupera la propuesta de Facio, para indagar en 6 artículos del proyecto de
constitución de Oruro relativos a su programación despatriarcalizadora y los resultados emergentes
del acuerdo congresal de octubre del 2008. Y con ello podremos evidenciar la naturaleza práctica
del supremacismo patriarcal en la construcción normativa.
El ejercicio puede parecer hasta extemporáneo-por el tiempo pasado entre la aprobación del proyecto
de constitución de Oruro y el tiempo actual-, sin embargo y como lo dijimos arriba, visibilizar el hecho
es una cuestión política, reconstruir la genealogía de la tensión entre despatriarcalización en profundidad
(en el proyecto de Oruro) y regresión patriarcal (el acuerdo congresal), nos oferta enseñanzas para la
historia, una historia de desarrollo normativo que apenas empieza45.
La idea, en resumen, es visibilizar la regresión patriarcal del acuerdo congresal realizado el 2008
acerca de seis artículos de los casi 30 que hacen referencia a los derechos de las mujeres, una
regresión que debilita la profundidad despatriarcalizadora del proyecto de constitución aprobado en
Oruro.
Cuestión de historia?, no, sino cuestión política, para que la memoria nos duela, para que el pasado
sea un lugar de aprendizaje y no de amnesia colectiva. Para que la historia -como bien lo dice Eduardo
Galeano- no nos mienta ni por lo que dice, ni por lo que calla, ni por lo que anuncia…
Sin duda el proceso constituyente boliviano, que no ha concluido aún, es un dato de poder, donde
la intensidad de los debates es el resultado de la intensidad de urgencias colectivas, de urgencias
creativas sobre cómo resolver problemas históricos, sobre cómo reparar injusticias históricas,
particularmente sobre la mitad de la humanidad.
Los procesos legislativos o de juridificación post constituyente con su resultado final: Los Códigos y las
leyes, no son hechos que se dan en el vacío, por el contrario responden exactamente a determinadas

90
condiciones históricas y en esencia a la historia misma del poder, y en el caso presente, a la historia
del constitucionalismo, historia que no es nada inocente por supuesto.
En efecto para Michel Foucault, “[...] la cuestión del poder se simplifica cuando se plantea únicamente
en términos de legislación o de Constitución; o en términos de Estado o de aparato de Estado. El
poder es sin duda más complicado, o de otro modo, más espeso y difuso que un conjunto de leyes o
un aparato de Estado. No se puede comprender el desarrollo de las fuerzas productivas propias del
capitalismo, ni imaginar su desarrollo tecnológico, si no se conocen al mismo tiempo los aparatos de
poder”.46
Revisemos entonces los textos en cuestión, o dicho de otra forma revisemos la cuestión del poder
patriarcal en momento constituyente…
Para ello mostramos los artículos en dos columnas, la primera a la izquierda es el texto aprobado en
Oruro, la segunda columna es el texto que “sale” del viejo y ya enterrado Congreso de la República
producto de un acuerdo que viabilizó la realización del Referéndum Aprobatorio y Dirimidor.
El acuerdo congresal representa además, el lugar donde las tensiones históricas buscan su resolución,
luego de la insurgencia constituyente que duro entre agosto del 2006 y diciembre del 2007, un
acuerdo que como diría Félix Cárdenas constituyen el logro de “[…] haber pasado el río, aún sin
mojarse los pies, montados en un burro, ese burro se llama PODEMOS”.
a) Estado Plurinacional Vs. República de Bolivia

TEXTO ASAMBLEA CONSTITUYENTE TEXTO ACUERDO CONGRESAL


Artículo 11 Artículo 11
II. El Estado adopta para su gobierno la forma II. La República de Bolivia adopta para su
democrática participativa, representativa y gobierno la forma democrática participativa,
comunitaria, con equivalencia de condiciones representativa y comunitaria, con equivalencia
entre hombres y mujeres. de condiciones entre hombres y mujeres

Comentario.- Si recordamos con atención los debates en el seno de la Comisión Visión de País Nº 1,
uno de los ejes de conflicto radicaba en le negación del republicanismo47 como eje de referencia
en la caracterización del Estado, de hecho en el Preámbulo de la Constitución Política del Estado
se señala que “Dejamos en el pasado el estado colonial, republicano y neoliberal. Asumimos el reto
histórico de construir colectivamente el Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario”
Pero el acuerdo congresal asumió que era posible la convivencia entre republicanismo y Estado
Plurinacional, por ello es que la “República de Bolivia” como caracterización reaparece en

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diversos lugares del texto constitucional, en la pretensión de debilitar la caracterización de Estado
Plurinacional.
El hecho en sí mismo no parece ser peligroso, pero así es el peligro, no se muestra así mismo como
peligro, sino como un dato aséptico –neutral- de poder.
Palabras clave: Estado – Republica de Bolivia
b) Gratuidad de la seguridad social Vs. Derecho de acceso

TEXTO ASAMBLEA CONSTITUYENTE TEXTO ACUERDO CONGRESAL

Artículo 45
Artículo 45
I. Todas las bolivianas y los bolivianos tienen
I. Todas las bolivianas y los bolivianos tienen
derecho a la seguridad social con carácter
derecho a acceder a la seguridad social.
gratuito.
III. El régimen de seguridad social cubre atención
III. El régimen de seguridad social cubre
por enfermedad, epidemias y enfermedades
atención por enfermedad, epidemias y
catastróficas; maternidad y paternidad; riesgos
enfermedades catastróficas; maternidad y
profesionales, laborales y riesgos por labores de
paternidad; riesgos profesionales, laborales y
campo; discapacidad y necesidades especiales;
riesgos por labores de campo; discapacidad y
desempleo y pérdida de empleo; orfandad,
necesidades especiales; desempleo y pérdida
invalidez, viudez, vejez y muerte; vivienda,
de empleo; orfandad, invalidez, viudez, vejez
asignaciones familiares y otras previsiones
y muerte; vivienda, asignaciones familiares y
sociales.
otras previsiones sociales.

Comentario.- Este artículo muestra una diferencia sustancial en cuanto al horizonte de las políticas
públicas post constituyente, si leemos entre líneas, o realizamos una lectura sintomal, para hallar
los rincones ideológicos, podemos concluir que, el texto de Oruro deja como eje programático
la obligatoriedad de la seguridad social con carácter gratuito y por el contrario el acuerdo
congresal deja la seguridad social a un futuro siempre ligero.
La diferencia sustancial entre uno y otro texto es que el primero tiene carácter de obligatoriedad
inmediata, mientras que el segundo nos remite a un futuro de largo plazo.
Palabras clave: con carácter gratuito – acceder

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c) Autonomía igualitaria Vs. Autonomía federalista

TEXTO ASAMBLEA CONSTITUYENTE TEXTO ACUERDO CONGRESAL

Artículo 270

Artículo 271 Los principios que rigen la organización territorial


Los principios del ordenamiento territorial y y las entidades territoriales descentralizadas
del sistema de descentralización y autonomías y autónomas son: la unidad, voluntariedad,
son la unidad, solidaridad, bien común, solidaridad, equidad, bien común, autogobierno,
autogobierno, igualdad, reciprocidad, igualdad, complementariedad, reciprocidad,
subsidiariedad, gradualidad, participación equidad de género, subsidiaridad, gradualidad,
y control social, provisión de recursos coordinación y lealtad institucional,
económicos, y preexistencia de las naciones y transparencia, participación y control social,
pueblos indígena originario campesinos. provisión de recursos económicos y preexistencia
de las naciones y pueblos indígena originario
campesinos, en los términos establecidos en la
Constitución.

Comentario.- Uno no puede más que alegrarse al ver el crecimiento principista entre el artículo de
origen y el artículo del congreso, pero cuando la limosna es grande hasta el mendigo desconfía
dice el conocimiento popular.
Sin duda el añadido principista de la equidad y la equidad de género como marcos constitucionales
del régimen de autonomías constituyen una ampliación de los derechos de género en el nuevo
ordenamiento territorial.
Pero de lo que se trata en el fondo es de ampliar los marcos de acción de quienes propugnan un modelo
autonómico de base federalista, la tensión entre una y otra opción dio lugar a un texto finalmente
aprobado, que abre y cierra a la vez, abre el espíritu principista a la voluntariedad (de quien sabe qué
tipo de voluntad), a la vez que cierra un marco constitucional dingo y con los derechos de género en
la administración de las gobernaciones departamentales y los gobiernos municipales.
Sin duda, es un caso de estudio para comprender el campo político que el país tuvo que soportar entre
2005 y 2009, donde la derecha aún tenía presencia protagónica en el seno del extinto Congreso de
la República.
Palabras clave: equidad de género – voluntariedad.

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d) Promoción, planificación y gestión de proyectos productivos Vs. Promoción y desarrollo
de proyectos y políticas.
TEXTO ASAMBLEA CONSTITUYENTE TEXTO ACUERDO CONGRESAL
Artículo 301 Artículo 300
Son competencias de los gobiernos de los I. Son competencias exclusivas de los gobiernos
departamentos autónomos, en su jurisdicción: departamentales autónomos, en su jurisdicción:
12. Promoción, planificación y gestión de 30. Promoción y desarrollo de proyectos y
estrategias y acciones para la equidad e políticas para niñez y adolescencia, mujer,
igualdad de oportunidades para hombres y adulto mayor y personas con discapacidad.
mujeres en proyectos productivos.
Comentario.- Al igual que en el caso del artículo 11 comentado en este artículo se puede señalar que,
bajo el pretexto de darle mayor calidad técnica a la redacción del artículo en cuestión y con el
marco referencial del constitucionalismo social de derecho, se corta en seco la obligatoriedad
estatal inmediata por parte de las gobernaciones, cerrando además esa obligatoriedad a los
proyectos productivos, el artículo 300 del acuerdo congresal diseña un texto débil en obligación
estatal, un texto para decirlo en términos de Idón Chivi, un derecho hipócrita que ofrece lo que
no va a cumplir y hace al revés de lo que el derecho dice.
Pero algo más, en el artículo del texto congresal se elimina del texto a los “hombres”
De hecho, entre una redacción y otra, lo que encontramos es un debilitamiento del horizonte
despatriarcalizador en profundidad de la versión de Oruro a la versión de La Paz.
Palabras clave: Promoción, planificación y gestión de estrategias y acciones para la equidad e igualdad
de oportunidades para hombres y mujeres en proyectos productivos - Promoción y desarrollo de
proyectos y políticas para niñez y adolescencia, mujer, adulto mayor y personas con discapacidad.
e) Existir o no existir?

TEXTO ASAMBLEA CONSTITUYENTE TEXTO ACUERDO CONGRESAL


Artículo 302
I. Las competencias de las regiones autónomas Eliminado
en su jurisdicción podrán ser:
13. Promoción, planificación y gestión de
estrategias y acciones para la equidad e
igualdad de oportunidades para hombres y
mujeres en proyectos productivos.

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Comentario.- En el acuerdo congresal de La Paz, se decidió por el siguiente texto constitucional “La
región una vez constituida como autonomía regional, recibirá las competencias que les sean
transferidas o delegadas”, ¿qué se pierde? Veamos: Promoción, planificación y gestión de estrategias y
acciones para la equidad e igualdad de oportunidades para hombres y mujeres en proyectos productivos.
f) Despatriarcalización de las políticas públicas municipales Vs. Regresión patriarcal.

TEXTO ASAMBLEA CONSTITUYENTE TEXTO ACUERDO CONGRESAL

Artículo 303
Artículo 302
I. Son competencias de los municipios
I. Son competencias exclusivas de los gobiernos
autónomos, en su jurisdicción:
municipales autónomos en su jurisdicción:
2. Desarrollo de programas y proyectos sociales
39. Promoción y desarrollo de proyectos y
sostenibles de apoyo la familia, a la defensa y
políticas para niñez y adolescencia, mujer,
a la protección de la mujer, de la niñez y de la
adulto mayor y personas con discapacidad.
adolescencia, de las personas adultas mayores
y de las personas con discapacidad.
21. Incorporación de la equidad e igualdad en
el diseño, definición y ejecución de las políticas,
planes, programas y proyectos municipales,
prestando especial atención a la equidad de
género.

Comentario.- Este artículo expresa de modo nítido lo que afirmamos arriba, la pugna entre
despatriarcalización y regresión patriarcal en dos momentos clave de la historia constitucional
reciente, Oruro y La Paz.
Y es que bajo el pretexto de redacción adecuada, guardando reglas de técnica jurídica, enmarcados
en el constitucionalismo social de derecho, el artículo pierde su fuerza histórica y política que señala al
gobierno municipal, sus competencias en materia de despatriarcalización. Es decir en materia donde
no solo se trata de mujeres, sino ir mucho más allá, pensar a la humanidad como un todo.
Como puede notarse a simple vista, la redacción de Oruro ocupa más obligaciones del gobierno
municipal, mientras que la redacción de La Paz, reduce en gran medida esas obligaciones.
Sobran mayores comentarios…

95
2. Despatriarcalización en momento constitutivo: el caso de la Ley “Avelino Siñani -
Elizardo Pérez”
Dice la Ley:
Artículo 3. (Bases de la educación). La educación se sustenta en la sociedad, a través de la
participación plena de las bolivianas y los bolivianos en el Sistema Educativo Plurinacional,
respetando sus diversas expresiones sociales y culturales, en sus diferentes formas de
organización. La educación se fundamenta en las siguientes bases:
1. Es descolonizadora, liberadora, revolucionaria, anti-imperialista,
despatriarcalizadora y transformadora de las estructuras económicas y sociales;
orientada a la reafirmación cultural de las naciones y pueblos indígena originario
campesinos, las comunidades interculturales y afro-bolivianas en la construcción
del Estado Plurinacional y el Vivir Bien.
Artículo 4. (Fines de la educación).
(…)
6. Promover una sociedad despatriarcalizada, cimentada en la equidad de género,
la no diferencia de roles, la no violencia y la vigencia plena de los derechos
humanos.
Como se ha visto la despatriarcalización, adquiere estatus normativo, precisamente donde requiere:
la Educación y no solo como base de la educación sino también como fin de la educación.

¿Qué quiere decir todo ello?


Primero que la educación tiene como base, ser descolonizadora y plurinacional para Vivir Bien.
Segundo, el Estado tiene la obligación de reparar viejas estructuras de injusticia tanto en los modelos
jurídicos, como en los diseños institucionales y los proyecto de vida para promover una sociedad
despatriarcalizada.
La despatriarcalización es una de las bases de la Ley de Educación “Avelino Siñani-Elizardo Pérez”,
además un fin para promover una sociedad despatriarcalizadora. Entonces la despatriarcalización no
se limita solamente a una reflexión y espacios de discusión y desarrollo de teoría, sino al desarrollo de
políticas públicas, hoy en materia normativa educativa.
La despatriarcalización en la Educación es el enfrentamiento contra todas las relaciones sociales de
dominio patriarcal, que están simbolizados en lo cultural, social, económico y político.

96
Se debe promover la eliminación de las relaciones sociales patriarcales, en los currículos base y
regionalizados para los educadores, como lo establece el artículo 78 y 79 de la Constitución Política,
con el fin de respetar lo plurinacional de todo el país.
La despatriarcalización debe establecer un nuevo modelo de enseñanza basada en la igualdad de
todos los alumnos, padres, docentes, sin ninguna discriminación, que elimine los roles de los géneros,
estereotipos, costumbres y prejuicios en contra de las niñas y jóvenes.
El desafío que tiene la ley “Avelino Siñani – Elizardo Pérez”, es principalmente el de revolucionar el
sistema educativo impuesto, profundizar el proceso de cambio, donde las mujeres son la revolución
dentro de la revolución.
Entonces el desafío de la despatriarcalización y la descolonización tiene que acompañar al desarrollo
normativo que se va generando a través proyectos de ley de la Asamblea legislativa, como de las
iniciativas ciudadanas que se van generando en la sociedad organizada.
3. En conclusión y para abrir el debate…
Entonces, el proceso de desarrollo normativo post constituyente abre un fuerte campo lingüístico de
construcción de una nueva semántica política que proviene de viejas luchas emancipatorias, pocas
veces tomada en cuenta como formadora de conceptos radicales, radicalizadora de la igualdad
de género, y por ello mismo insurgente contra la colonialidad del poder del saber, del ser y de la
Pachamama.
Insurgente y emancipatoria del patriarcado neoliberal de base colonial, en efecto y tal como lo
señala acertadamente Marcela Lagarde “El neoliberalismo patriarcal es opuesto a un desarrollo que
elimine la desigualdad y el régimen político no asegura la participación democrática mayoritaria. Las
instituciones del Estado deben ser reformadas radicalmente de tal manera que el Estado deje de ser un lastre y se
convierta en promotor de las innovaciones” en ese camino está la Unidad de Despatriarcalización.
Pero y fundamentalmente, pensar la despatriarcalización como una estrategia emancipatoria,
visibilizadora de las estrategias patriarcales del poder y las tácticas democráticas de la
despatriarcalización.
Es decir una teoría despatriarcalizadora crítica y sin concesiones, en efecto y tal como lo plantea
Santiago Castro – Gómez quien considera que “[…] que el gran desafío para las ciencias sociales
consiste en aprender a nombrar la totalidad (con su persistente rostro colonial) sin caer en el
esencialismo y el universalismo de los meta relatos. La tarea de una teoría crítica de la sociedad es,
entonces, hacer visibles los nuevos los mecanismos de producción colonial de las diferencias […] Para
el caso latinoamericano, el desafío mayor radica en una “descolonización” de las ciencias sociales y
la filosofía”.
Yo añadiría, una despatriarcalización mayor de las ciencias sociales y la filosofía.

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Bibliografía utilizada:
Brown, Wendi & Patricia Williams; La Critica de los Derechos. Bogotá: Universidad de los Andes
- Instituto Pensar - Siglo del Hombre. 2003.
Facio, Alda; “Hacia otra teoría crítica del Derecho” En: Las fisuras del patriarcado, Reflexiones sobre
Feminismo y Derecho. Quito: FLACSO, 2003, (Gioconda Herrera, coordinadora).
Foucault, Michel: “El ojo del poder”, Entrevista con Michel Foucault. En: Bentham, Jeremías: “El Panóptico”,
Ed. La Piqueta, Barcelona, 1980. Traducción de Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría.
García Linera, Álvaro; El oenegismo enfermedad infantil del derechismo: (O cómo la “reconducción del
Proceso de Cambio es la reestructuración neoliberal). La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional,
2011.
Herrera, Gioconda; (Coord.) Las fisuras del patriarcado, Reflexiones sobre Feminismo y Derecho. Quito:
FLACSO, 2003.
Lagarde, Marcela; ¿Porqué una Constituyente Feminista? Por la vida y la libertad de las mujeres.
Ciudad de México, 30 de Noviembre de 2006.
Paredes, Julieta; Asamblea Feminista. s/n/t, abril 2005.
Viceministerio de la Mujer – Instituto de la Judicatura; Módulo Instruccional de Género. Sucre - La
Paz: Ministerio de Desarrollo Sostenible - Viceministerio de la Mujer - Instituto de la Judicatura,
2004.
Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia; Enciclopedia Histórica Documental del Proceso
Constituyente Boliviano. Tomo II, Vol. 1. Visión de País: Exposición de las Representaciones Políticas *
Deliberaciones sobre propuestas de Visión de País. La Paz: Vicepresidencia del Estado Plurinacional.
2011 (en prensa).

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“Sin Despatriarcalización, no hay
Descolonización”

Intervención de Esperanza Huanca, Jefa de la


Unidad de Despatriarcalización del Viceministerio de
Descolonización en el “Conversatorio Liderazgo y
Despatriarcalización”, 2 de junio 2011, ciudad de El
Alto, Centro de Promoción de la Mujer “Gregoria
Apaza”.

Quiero agradecer a “Gregoria Apaza” por haberme invitado. Bueno, seguramente se están preguntando
quién es Esperanza Huanca. Yo soy una indígena, luchadora, tengo una trayectoria. Tienen que
aprender hermanas, hermanos, tal vez mayores que yo, tal vez de mi edad y también jóvenes. Algunos
los comparo como a mis nietas y mis nietos, ese es el camino que tenemos que seguir.
Yo creo que es muy importante el aporte que cada uno de nosotros hacemos, porque así vamos a ir
construyendo este camino; tan grande y tan largo que nos toca recorrer. Tal vez les voy a contar un
poco de mi experiencia, hace rato el hermano Idón ha expuesto su vida, lo que ha vivido, pero yo lo
he vivido de otra manera, en esta vida que todavía estamos llevando.
Haber pónganse de pie hermanas, hermanos (la audiencia se pone de pie). Estamos en un momento
histórico y aquí están nuestras abuelas, nuestros abuelos, que no hay que olvidarnos, en cada una de
nosotras y de nosotros están y eso tiene que ser una fortaleza para nosotros.
Siempre voy a pedir con todo respeto a nuestra Pachamama, a nuestro Tata Inti, a nuestra Mama Qilla y
a nuestro Pacha Qamaq. También a nuestros abuelos, nuestras abuelas, quienes han ofrendado su vida
para seguir construyendo la vida que tenemos que hacer y también pedir en este momento a este lugar
sagrado, porque siempre eso nos han enseñado nuestras abuelas, nuestros abuelos con todo respeto.
Primero hay que saber saludar, segundo hay que saber pedir permiso. En ese sentido nosotros estamos
construyendo el nuevo modelo, la nueva visión que vamos a llevar: el Estado Plurinacional. Ustedes
también ahora, todos nosotros y nosotras somos historia, muchísimas gracias hermanas y hermanos
(la audiencia aplaude y toma asiento).
A veces dicen o me cuestionan, porque digo: “estoy y no estoy”, muchos se preguntan: “¿Por qué dice
eso Esperanza?”. Digo que estoy porque aquí estoy como me ven: Esperanza, al mismo tiempo digo
que no estoy porque aquí no está mi pareja. Esto para nosotros es una sabiduría bien grande.
Nosotros en todo este proceso de lucha, siempre nos preguntábamos del por qué nosotros no vivimos
en igualdad, por qué para nosotros nunca ha habido el estado y eso es cierto. Hay que agradecer

99
a las abuelas, los abuelos y también a la espiritualidad que ellos nos han dado a conocer y está en
cada uno de nosotros bien enraizado. La espiritualidad es lo que nos ha dado fuerza para vivir todo
este proceso. Nunca hay que olvidar cual es nuestro origen, cual es nuestra raíz y quienes somos. Yo
creo que eso es lo primero que nos tenemos que preguntar: ¿Quiénes somos?, ¿Qué queremos? y
¿hacia dónde queremos ir? Esas son las tres preguntas que siempre nos hacemos desde la comunidad
y también nosotros pensábamos y analizábamos: “¿Por qué nosotros vivimos tan discriminados?, ¿Por
qué hasta ahora seguimos viviendo en esa injusticia?, ¿Por qué para nosotros hasta la educación
es discriminada?”. Siempre nos preguntamos por qué algunos han nacido en cunas de oro y otros
hemos nacido en el cuerito en la Kara-Kara, en el suelito. Además por qué nosotros con tanta
riqueza y por qué hasta ahora seguimos siendo pobres. O sea tenemos una infinidad de preguntas
y decíamos. Recuerdo siempre a las abuelas y los abuelos, porque me fui formando como ustedes,
ellos decían: “esta Constitución Política del Estado no está de acuerdo a nuestra realidad, solamente
estamos reconocidos en un solo artículo”. Hay que decir que nuestras abuelas y nuestros abuelos no
han participado (en la redacción de esa constitución) y lo han hecho unos cuantos de acuerdo a su
realidad, a su pensamiento, a su visión y por eso es que no tenía validez la Constitución que teníamos.
Entonces desde ahí empezó nuestra historia.
También recordar cómo han muerto nuestras abuelas, nuestros abuelos en el Cerro Rico de Potosí. No
hay que olvidar como nuestras abuelas por no soportar todo ese dominio, ese dolor, ese sufrimiento,
porque entraban a las minas y a veces no salían ya de las mismas. Nuestras abuelas para no ver ese
sufrimiento a veces a nuestras abuelas y nuestros abuelos les quebraban las manos, los pies para que
no entren a las minas. Otros se embarrancaban en familia, decían: “preferimos morir”. Eso es nuestra
historia, eso no tenemos que olvidarnos.
También ver como nuestros mártires, como Túpac Katari, Bartolina Sisa y muchos de nuestros líderes
han estado peleando. Lo que tenemos que preguntarnos es: ¿Por qué habrán peleado? Y nosotros
seguramente tendremos que hacernos esa pregunta y si está en nosotros la respuesta, yo creo que
va a ser bienvenido, eso es lo que tenemos que preguntarnos. Por qué será que a nosotros los pueblos
indígenas, a las mujeres nos han hecho perder la autoestima, eso también hay que preguntarnos.
Son muchas las preguntas que uno va haciéndose, por eso decíamos para nosotros los pueblos
indígenas nunca ha habido estado y nos valíamos a nuestra autoridades originarias, porque ellos
velaban por nosotros. Eso era para mí una fortaleza, y eso también me ha tocado ser autoridad
originaria.
Quien les habla es la ex Mama Talla del Suyu Charcas Kara Kara. Por eso es que le dan ese valor a las
autoridades originarias, porque hacen el servicio, porque se preocupan, cuando los ancianos te dicen
cuando eres autoridad te dicen: “tú tienes que cuidar hasta de una paja, hasta de una piedra, somos
todos tus hijas y tus hijos y tienes que pelear”. Es en ese sentido que se ejerce autoridad porque cuando
tu eres autoridad, lo haces ad honoren. O sea todo lo que has ahorrado, tu papita, tu chuñito, todo eso

100
se te termina y por eso es que le dan gran valor a las autoridades originarias, por eso a ellos hay que
llamarles honorables, porque no perciben ningún salario. Es en ese sentido que también se hace el
ejercicio de pareja, tanto el varón como la mujer, el varón hace el papel de pensador y la mujer es la
que ejecuta ese pensamiento. Es por eso que va la complementariedad mas allá, por eso es que van
a ver de las autoridades originarias que cuando hacen ejercicio de cargo siempre es dual y también
están bien organizados. La estructura de hacer autoridad empieza desde lo pequeñito: desde la
comunidad. Después eres autoridad de Ayllu, la Marka, el Suyu y después eres la autoridad máxima,
que tenemos como Conamaq que es nuestra organización y nuestra representación. En nosotros no
hay la reelección, ejerces tu autoridad por dos años y no puedes mas ejercer, entonces va rotando y
cada uno en la familia ya sabe y tiene que prepararse. Todos hacen ese ejercicio de autoridad, por
eso vamos rotando, decimos es el turno, es el Muyu.
Eso es el sistema del ayllu, en su proceso que hasta ahora seguimos avanzando. A través de eso
que también nosotros hemos pensado y hemos visto como es la vida, como es la historia y también
no hay que olvidar como hemos peleado para que salga la Ley de Convocatoria para la Asamblea
Constituyente, quien les habla tal vez tenían esa visión de decir: “esta mujer no va a ganar”, me
pusieron en segundo lugar, solo los que estaban en primera estaban seguros de entrar. Yo no sabía
que para postular todavía había que ser un partido político, eso nos decía la Constitución Política
del Estado. Igual yo no sabía cómo hacer la campaña, yo solo pensaba: “haber veré como va” y
me decían: “Esperanza tienes que tener plata”, yo les decía: “de donde voy a tener plata sino tengo”
y desde mi comunidad han aportado chuño, papa, lo que tenían, decían: “esto hay que vender y
con esto hay que empezar a hablar, porque ya tenemos nuestra propuestas para llevar”. Eso es una
experiencia que puedo contarles, seguramente en una próxima voy a contarles sobre el recorrido
cuando hemos llegado a la Asamblea Constituyente, hemos sido pocos representantes de los pueblos
indígenas, seguramente hay muchos cuestionamientos, pero no es fácil construir.
Estoy convencida de que la actual Constitución Política del Estado hay que mejorarla, y seguramente
aquí ustedes como líderes y lideresas tienen que estar pensando. Ha sido un desafío de cómo vamos a
insertar los derechos de los pueblos indígenas, cómo vamos a insertar los derechos de las mujeres, ha
sido un trabajo arduo. Tal vez hemos tenido que aprender de cómo construir.
Para mí es un orgullo y decíamos: “la comisión Visión País es el pilar fundamental si queremos construir
una Constitución Política del Estado primero tiene que estar insertado la descolonización” es de ahí
que parte. Eso es lo que tenemos que pensar cómo queremos, como estamos pensando hasta ahora,
tenemos ahora la CPE, pero ¿cómo hacemos las leyes? Eso es un poco tal vez de mi experiencia de lo
que he vivido y de lo que vivo. Ahora me ven soy la jefa de la Unidad de Despatriarcalización, para
mí también es otro reto, otro desafío, no es fácil. Decirles que la Unidad de Despatriarcalización tiene
nueve meses de vida, se ha creado mediante resolución ministerial el 4 de agosto y hemos presentado
a la sociedad el 15 de septiembre, donde si existe esta unidad. Es en ese sentido que me voy a permitir
demostrarles que cosa se está haciendo en la Unidad de Despatriarcalización.

101
La construcción del Estado Plurinacional no puede hacerse con la pesada herencia colonial y
patriarcal. ¿Cómo ha empezado la unidad? Nos hemos reunido un grupo de mujeres, ex constituyentes
y también hay un hermano, un joven inquieto que esta por ahí: Juan Carlos. Habíamos pensado
como trazarnos el objetivo estratégico inicial: vamos a complementar el proceso de descolonización
iniciados por el Estado Plurinacional, con este objetivo nació la Unidad de Despatriarcalización. Entre
los objetivos específicos: visibilizar, desestabilizar, transformar en políticas públicas. Aquí están viendo
el patriarcado como sistema de dominación que de la familia se extiende a todo el sistema político,
social y cultural. Aquí pueden ver estos dibujo de cómo se expresa el patriarcado. El patriarcado es
producto del capitalismo, es producto del colonialismo y por ende tiene dos ejes fundamentales, uno
de ellos es la religión y en segundo la educación.
La religión nos ha metido en la cabeza que lo único que existe es dios, por eso es que cuando nos
persignamos en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo; en el nombre de los tres machos.
Nos han dicho en los mitos fundantes que la mujer, que Eva ha tentado a Adán, donde la mujer le
ha tentado y por eso hemos sido expulsados del paraíso y por eso nos dicen a las mujeres: “eres
pecadora, parirás con dolor, ganarás el pan de cada día con el sudor de tu frente”. Imagínense, eso
es lo que nos han metido y por eso es que ahoritita somos el resultado las mujeres de eso. Pero nunca
nos han contado del otro mito fundante que tenemos, de Mama Huaco, que era una mujer guerrea, que
ella si hablaba, conversaba frente a frente y así decidía como construir, como seguir avanzando. Ahí
también se vino la educación, donde nos dice que el jefe de la familia es el papá. Yo me recuerdo
siempre que una vez puse en el examen la Mamá y la profesora me llamó y jaló de la oreja y me dijo:
“nunca, el jefe de la familia es el papá, no te vas a olvidar nunca”. Imagínense como la educación
también ha sido el pilar fundamental para darle sustento al patriarcado.
Es en base a esto que de la educación y la religión de cómo se ha sustentado el patriarcado, en la
superioridad del varón, en la inferioridad de la mujer, por eso es que en el temperamento el varón tiene
inteligencia, tiene fuerza y las mujeres que somos débiles, pasivas, dóciles pero en los roles, tareas
domesticas a las mujeres, logros intereses y ambiciones a los varones. Por eso nos dedicamos de la
cocina, del cuidado de las wawas, mientras el varón esta con otros pensamientos.
Hay muchas teorías del patriarcado, que han escrito mujeres, pero también tenemos nosotros que
producir desde aquí, porque de otros países nos escriben, nos dicen. Hay muchas teorías de feministas
que nunca han vivido nuestra realidad, por eso dicen que despatriarcalizar no es lucha de las mujeres
en razón del hombre. Por eso la pelea no es de la mujer contra el varón como otros piensa, no es eso.
Despatriarcalizar no es el feminismo de la igualdad, ni de la diferencia. Despatriarcalizar no es llegar
al matriarcado y decir: “los varones como nos han hechos sufrir, ahora como nosotras vamos a llegar
al poder, igualito les vamos a hacer”. Despatriarcalizar es un lucha conjunta de mujeres y varones
contra este mal del patriarcado, tenemos que luchar tanto mujeres como varones, esa es la tarea.
Incluso a veces hasta las mujeres actuamos con el Patriarcado, por eso al varoncito cuando se cae le

102
decimos: “no tienes que llorar, machito eres, los hombres no lloran” y todavía en el campo a las mujeres
que nos dicen: “tú tienes que cocinar, no tienes que ir a la escuela, tienes que dedicarte a tejer, a criar
animales, a hacer multiplicar. Pero si tu hermano tiene que estudiar, porque él tiene que mantener la
familia”. Es por eso que hasta ahora las mujeres parecemos inviabilizadas, como si no existieras, por
eso cuando hay alguna invitación de una fiesta le ponen: “Cancio Rojas y Señora”, incluso yo todavía
llevo ese apellido “de”, cuando yo me he casado en el registro civil tengo que ser de Rojas. Por eso es
que el varón se siente dueño de la mujer, dueño de la familia. Hoy en el Estado Plurinacional elaborar
políticas públicas contra el patriarcalismo, tal como establece la CPE, eso no los dice nuestra CPE
en su artículo noveno, que tenemos que construir una sociedad justa y armoniosa, cimentada en la
descolonización.
Hemos pensado todos estos días, tal vez y no hemos dormido, cómo vamos a trabajar, la misión
de la unidad: con el manto de la Pachamama (madre tierra) nuestro compromiso y desafío es
despatriarcalizar el Estado Plurinacional, las familias, la sociedad y la religión. La visión de la Unidad:
somos el pilar fundamental en la construcción de políticas públicas despatriarcalizadoras del estado
plurinacional para vivir bien. Estamos empezando hermanas y hermanos con todo respeto a construir
la misión y la visión de la unidad.
Entre las políticas en materia de despatriarcalización, una es la incidencia en el Plan Nacional de Lucha
contra el Racismo y la Discriminación incorporando el concepto de despatriarcalización como eje
transversal del mencionado plan, estamos trabajando en eso. Otro de los programas es el anteproyecto
de ley de equivalencia constitucional que profundiza y subvierte los mecanismos constitucionales
para la designación paritaria de los niveles jerárquicos y superiores de la institucionalidad estatal. O
sea que ahorita el gabinete ministerial y eso es un mandato en nuestra CPE, donde la constitución le
dice a nuestro presidente que su gabinete debe estar compuesto de la mitad de mujeres y varones y
lo está cumpliendo.
Hemos dicho que no puede quedarse ahí esto tiene que seguir avanzado, si en el gabinete ministerial
ha empezado así, también en los viceministerios tiene que haber igual la participación de 50 y
50, también en las direcciones, en las jefaturas de unidad, en los órganos ejecutivos, legislativos,
judicial, electoral, las gobernaciones, los municipios, tiene que haber igual de designación donde
puedan asumir. En eso consiste este anteproyecto que los hemos socializado en Oruro, los hemos
socializado en La Paz, pero vamos a seguir socializándolo para que también haya aportes, tal vez hay
que enriquecerlos este anteproyecto de ley que sigue en camino.
Otro de los programas es el de los matrimonios colectivos desde nuestra identidad como la han
viso, eso nos dice la CPE. Esto ya se ha puesto en un programa, esta gestión lo hemos hecho en el
departamento de La Paz, Oruro, Potosí, la próxima gestión son los departamentos de Cochabamba,
Tarija y Sucre (Chuquisaca), y el 2013 lo vamos a realizar en los departamentos de Santa Cruz,
Beni y Pando, revalorizando y fortaleciendo nuestras espiritualidades. Aquí vemos unas fotos, también

103
nuestros amautas, algunos que no se habían casado por la espiritualidad, dijeron: “primero nosotros
como amautas tenemos que dar ejemplo” aquí estamos viendo la celebración de nuestros amautas en
un lugar sagrado, una Waka en Copakati, otros se han casado en Waraq’u, nuestros amautas quienes
han celebrado los matrimonios colectivos desde nuestra identidad.
Tenemos como cuarto el anteproyecto de ley del nuevo sistema de filiación civil, anteproyecto
modificatorio del actual sistema de registro civil, filiación del nacido a esto se le denomina la ruptura
del derecho de eternidad de la progenia por línea paterna, filiación del matrimonio civil solo puede
realizarse con la participación exclusiva del oficial del registro civil y celebrada por una autoridad
originaria indígena campesina.
También tenemos el anteproyecto de ley del nuevo código de las familias, que el estado reconozca la
existencia de las familias, que elimine el lenguaje sexista y discriminador hacia las mujeres aplicando
la corresponsabilidad al interior de la familia. Como sexto tenemos el proyecto de base normativa
para la descolonización y despatriarcalización del código penal plurinacional.
Como siete tenemos, el plan de incidencia en el censo nacional 2011 donde se incorporarán preguntas
relativas al trabajo del hogar, tal cual lo determina nuestra CPE en su artículo 338, donde reconoce
el valor económico del trabajo del hogar como fuente riqueza y deberá cuantificarse en las cuentas
públicas. Justamente dos de mis hermanas han estado participando, porque tenemos que hacer
preguntas, porque hasta ahora el trabajo en el hogar no está cuantificado, no está valorado y eso nos
lo dice CPE, es por eso que en el censo tenemos que incorporar preguntas para poder hacer políticas
públicas.
Tenemos también el anteproyecto de ley general de despatriarcalización, que tiene como objetivo
regular nacional de despatriarcalización del Estado Plurinacional orientada a modificar las
estructuras inequitativas de poder que oprimen a las mujeres, asegurar la institucionalidad para su
implementación, garantizar su transversalización en la formulación de leyes, normas, políticas públicas,
planes, programas y proyectos y asegurar condiciones para el ejercicio pleno de sus derechos de las
mujeres.
Bueno, sin despatriarcalización no hay descolonización, eso es lo que está realizando la unidad de
despatriarcalización, muchísimas gracias hermanas, hermanos.

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Despatriarcalización y Salud Sexual
Reproductiva, algunas cosas no dichas…
Elisa Vega Sillo.

La Despatriarcalización, comienza cuando los pueblos indígenas mujeres y varones se rebelan contra
ese poder de dominación de gobernantes patriarcas, esposos patriarcas, padres patriarcas, hermanos
patriarcas, todos patriarcas…
Se remonta al momento del lanzamiento de la Ley Especial de Convocatoria a la Asamblea
Constituyente que en su Art. 15º señala: “…Deberá existir alternancia tanto en las listas plurinominales
y uninominales en la Elección de Constituyentes…”. Este ha sido el primer paso para visibilizar la
importancia del rol de la mujer en las decisiones políticas del Estado Boliviano.
La Nueva Constitución Política del estado abrió sus puertas para incluir dentro del proceso de
descolonización la despatriarcalización, siendo los movimientos y las ideologías de mujeres y
varones indígenas los que logran establecer que los conceptos de equivalencia, complementariedad
y armonía entre mujeres y varones y la Madre Tierra no son solamente discursos, sino constituyen el
ajayu del proceso de cambio.
La aprobación de la Nueva Constitución Política del Estado el año 2007 en Oruro y luego el 2009
en Referéndum popular, marca el rumbo de la despatriarcalización, entendida como el ejercicio de
políticas públicas tendientes a visibilizar el patriarcado en todas sus dimensiones para disminuir su
intensidad y facilitar su erradicación.
La inclusión de varios artículos en la redacción de la Nueva Constitución Política del Estado, en
comisión 11 de la Asamblea Constituyente, no fue fácil a pesar de que en esta comisión había mayoría
de mujeres de diferentes partidos y diferentes clases sociales.
Las mujeres de la oposición, se oponían a que hayan artículos solo para mujeres, hasta proponían el
derecho a la vida desde la concepción penalizando el uso de algunos métodos anticonceptivos por
que estos podían ser abortivos.
Esta propuesta de derecho a la vida desde la concepción era patriarcal, siendo mujeres pero con
poder económico no se solidarizaron con otras mujeres indígenas de bajos recursos económicos, las
mujeres de áreas rurales, que usamos algunas plantas medicinales para espaciar los embarazos.
La iglesia también juega un papel importante de dominación patriarcal, al momento de celebrar
el matrimonio de los pueblos indígenas, sobre todo para las mujeres. A los varones dándoles el rol

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de proveedores y jefes de su familia, a las mujeres el rol de reproductoras o multiplicadoras, hasta
hacernos creer que las que tienen 12 hijos se irán directo al cielo sin pecado, porque como Jesús tenía
12 discípulos…
Esta forma de roles a las mujeres es una manera de dominación, para que los pueblos indígenas
acepten ser pobres, sin educación, para que toda la vida se ocupen de criar a sus hijos, con la idea
de irse al paraíso.
El colonialismo se trazo toda una cadena de dominación, en este ejercicio de poder y en la última cola
de explotación y dominio estamos las mujeres y la Madre Tierra.
Hasta el extremo, que no podemos ser autónomas de nuestro cuerpo mismo. La apropiación del cuerpo
de la mujer por los hombres en la medicina, por ejemplo, en la atención del parto.
La medicina moderna ha usurpado la sabiduría de mujeres en atención de enfermedades y la atención
de parto reemplazando con los ginecólogos obstetras que se apropian del cuerpo de las mujeres.
Imponiendo la posición del parto de echada, ignorando sabidurías ancestrales de nuestras culturas.
En la atención del parto, el médico adquiere el dominio patriarcal del cuerpo de la mujer, del bebé, de
los familiares haciéndose el que sabe todo, que todos deben obedecerle, peor todavía si el paciente
es pobre, indígena o humilde.
El patriarcado ha buscado otras formas de adquirir el poder invisibilizado, se refleja hasta en órganos
reproductivo femeninos, los cuales llevan el nombre del varón, por ejemplo: las trompas de Falopio.
En el tema de aborto pasa lo mismo, las mujeres no son autónomas ni de ellas mismas, no tienen una
decisión propia. La decisión toma un juez, el medico o su pareja, esto refleja que las mujeres, en
nuestros derechos, no somos respetadas.
En los pueblos indígenas, el aborto existe de manera que solamente era (es) asunto de mujeres
y la Madre tierra. Por qué digo solamente de mujeres el aborto o entre mujeres. La planta abortiva
(huachanqa) solo puede ser arrancada o recolectada por una mujer mayor, de un lugar sagrado. La
preparación es de mujer, entrada del sol, al anochecer, o del lado opuesto de sol, esto significa la
presencia de mama killa.
Todo esto refleja que no había la participación de hombres, solo había la participación femenina.
En la actualidad todo los saberes y conocimientos ancestrales están ignorados, las sabidurías de las
mujeres usurpados por médicos hombres.
“Penalizar y castigar a la mujer que ha abortado y al varón no, es una forma de dominar a la mujer.
Embarazar a la mujer para que se case con él. Estas barreras, estos mitos hay que romper, que nadie
es superior, que nadie nos puede dominar, que cada uno es persona y no tenemos ningún superior”.

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El patriarcado es la lucha de poderes económicos. Convirtiéndose en un grupo poderoso en todo el
mundo y creando una sociedad sin naturaleza y sin madre.
La ciencia y la modernidad hacen el desafío a la Pachamama –planeta tierra, buscando la vida en
otros planetas–. A la mujer lo mismo quieren reemplazarle, los implantes de útero en los hombres.
Usurpar, robar la sabiduría de las mujeres o los logros ancestrales a nombre de modernidad y
ciencia.
Para restablecer el Vivir bien es necesario el equilibrio entre mujeres, hombres y la Madre Tierra,
nuestra Pachamama…

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Reflexiones sobre el Servidor Público
y el burocratismo decadente
(Colectivo Araña)

El proceso de cambio que se vive en nuestro país, ha hecho que muchos aspectos del imaginario
colectivo, acuñado dentro de la estructura colonizada y política neoliberal, se deconstruya y en el
mejor de los casos, se destruya.
Una de ellas es la conducta del servidor público.
El servidor público de hoy, no solamente debe trabajar desde un escritorio, por el contrario, éste debe
realizar trabajos de campo y en proximidad con la población a la cual servimos. Éste aspecto, el de
servicio, se prioriza más cuando se trabaja con la temática de la lucha contra el Racismo. Hasta el día
de hoy, se trata de solucionar las denuncias de las víctimas solo desde la oficina, siendo que nosotros
deberíamos ser como el médico Kallawaya: itinerantes. Realizar esta acción, una aproximación a la
realidad en la que se desenvuelven las poblaciones más vulnerables, nos permite empoderarnos y
comprender mejor su sentir y su real requerimiento de justicia.
Pero la concepción del servidor público colonial, fundamentada en el egoísmo, en el amedrentamiento
a través de la norma (Ley Safco y otras) y en las acciones de trabar la acción y gestión pública a título
“administrativo” (procedimiento), sigue latente y no te permite plasmar dichas ideas de “servicio”.
Puede ser una acción válida si se tratara de proteger los bienes del estado, sin embargo, más parecen
acciones para inviabilizar proyectos y actividades que se proponen desde el Estado.
Muchos de los actuales servidores públicos están ingresando por primera vez dentro el campo de la
administración pública, no conocen procedimientos tan burocratizados pero tienen muchas propuestas
o ideas que pueden ser aplicadas rápidamente, pero el aspecto del trámite y procedimientos
“neoliberales”, frena esos ímpetus, los desestructura y hace que esas ideas se pierdan.
Las razones (excusas) jurídicas y financieras, dirán que “así debe ser” y “así siempre ha sido”, pero
desde el enfoque de la descolonización, consideramos que “no tiene porqué seguir siendo”, eso es
proceso de cambio.
Un proceso de cambio implica riesgos que deben estar enmarcados en la voluntad de apoyo
a la gestión de un gobierno para la consolidación de un Estado. Esto quiere decir, que el servidor
público de las áreas administrativas y jurídicas, es el primero que debe cambiar en su perspectiva de
“servicio” (mucho más en una instancia que trabaja con temática subjetiva: Lucha contra el Racismo
y la discriminación); deben apoyar en la elaboración y ejecución de un Proyecto y/o actividad,
allanando el camino burocrático y no, por el contrario, trabándolo más.

108
Un proceso de cambio implica prácticas descolonizadoras como la eliminación de complejos de
superioridad y de inferioridad, donde “manejar los recursos económicos del Estado”, no debe atribuir
consideraciones de superioridad respecto al trabajo técnico de una unidad operativa; manejar
los aspectos jurídicos o de recursos humanos, no deben servir para amedrentar a un/a servidor/
a pública, por el contrario deben servir para generar confianza y seguridad en dicho servidor o
servidora pública; ser de las unidades de recursos humanos no debe asumirse como la instancia de
poder y por lo cual, inclusive, no se debe responder ni el saludo.
Dentro lo administrativo, el imaginario construido de que un servidor público “solo viaja por los
viáticos”, es una secuela de discursos y prácticas de anteriores gobiernos (además de Estado), y
(coincidentemente) ese es el discurso que más se han apropiado las instancias que deberían viabilizar
el traslado del servidor o servidora pública/o, a las diversas regiones del país como una manera de
demostrar el alcance territorial del estado.
El requerimiento constante de la población, es que el Estado llegue a los lugares más lejanos, pero
sin embargo la política de acción de sectores (fundamentalmente administrativos y jurídicos) de la
institución pública, hace que el servidor público este sentado en su escritorio.
La afrenta descolonizadora, respecto a estas actitudes, propició la reacción de algunos servidores
de estos ámbitos, bajo el lema (despectivo por cierto) “les enseñaremos quien manda”. Esta reacción
de servidores/as públicos que no desean un cambio para el país, es tomada como una afrenta de
poder.
El poder que tiene la Administración, cuyo sustento es el capitalismo (obvio), que sustenta el
colonialismo y la estructura neoliberal, tienen todas las de ganar, pero si se involucran dentro del
proceso de cambio, estamos seguros, que serán coadyuvadores para la gestión y no una traba
burocrática solamente.
Es muy errada la idea de que solo el servidor público que está en su escritorio trabaja y el que sale no.
Consideramos que es al contrario, porque en estos tiempos se debe trabajar con la población, conocer
de cerca sus necesidades.
Lo mismo sucede con el control de recursos humanos, donde las políticas de control implementadas
son altamente coloniales y neoliberales.
Cuando algo no cambia, es porque no se tiene capacidad o no se tienen voluntad para generar
nuevas propuestas de control (en base a productos).
A esto se suma las características humanas (bondad, simpatía, celeridad y atención) que se han
mantenido alejados dentro la estructura del “elitismo de control”; es decir, uno cree que es jefe si tiene
a sus dependientes subordinados. Hoy en día el cargo de jefe debe ejercérselo de forma conjunta,
con todo los dependientes, porque la jefatura es solo una forma de estructuración, mientras que el trato

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humano es parte de los Derechos Humanos y Culturales, dos aspectos con los cuales trabaja nuestra
institución.
No contestar el saludo, no mostrar amabilidad, no ayudar a solucionar un conflicto, considerar al otro
como inferior (por el cargo), son prácticas coloniales de siempre.
Como anécdota pongo el siguiente ejemplo: Uno de los servidores, al cumplir con la disposición de
Recursos Humanos, de “hacer sellar las boletas de salida en todas las entidades” donde se vaya, recibió
una fuerte crítica indicando que era una práctica colonial la no confianza en sus dependientes.
Esto llegó a conocimiento de Despacho de nuestra Ministra y la Jefa de gabinete, mediante llamada
telefónica, indicó que no debería realizarse más esa práctica. Sin embargo grande fue la sorpresa que
días después llega una instructiva, fortaleciendo lo que se había dicho que estaba mal: “hacer sellar las
boletas de salida”.
Esta es la realidad en la que nos encontramos y desde el punto de vista de la descolonización, es un
aspecto que hay que cuestionar o mejorar radicalmente, lo contrario implica que muchos no están
entendiendo (o no quieren entender) el proceso de cambio.
Es hora de cambiar la idea de que “las corbatas”, el título o el cargo, implican poder, por el contrario,
estos deben implicar servicio, buen trato, cordialidad, voluntad, comprensión, compromiso, etc.
aspectos subjetivos muy importantes para el desenvolvimiento y aporte al proceso de cambio.

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El Matrimonio desde nuestra
identidad: un programa para
descolonizar el matrimonio y
despatriarcalizar la familia.

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“Los matrimonios desde nuestra identidad,
tienen la misión de luchar contra
el racismo y el patriarcado…”
Discurso del Viceministro Félix Cárdenas Aguilar en
ocasión de celebrarse los Matrimonios Colectivos
desde nuestra Identidad, Coliseo “Julio Borrelli
Viterito”.
La Paz, 7 de Mayo del 2011

BOLIVIA está viviendo un proceso histórico y es que estamos viviendo un proceso de descolonización.
Para mucha gente descolonización es una palabra exótica, para los académicos, para los intelectuales,
y nos quieren decir cómo se puede descolonizar un país 500 años colonizados.
Soy viceministro de descolonización y mi trabajo es incomodar a todos; de eso se trata también la
descolonización.
Y es que, desde la escuela nos han hecho creer en el colegio y en la vida cotidiana que Bolivia es una
sola nación, un solo idioma, una sola religión.
En la Asamblea Constituyente hemos aprendido, hemos asumido que Bolivia no es una sola nación,
que Bolivia es 36 culturas 36 idiomas 36 formas de ver el mundo, y por lo tanto 36 formas de darse
respuestas sobre este mundo.
No somos una sola nación pero tampoco somos una sola religión, la católica apostólica romana y sus
concordatos.
Hoy nuestra constitución, dice que somos un estado laico, y estado laico no quiere decir que seamos
ateos, estado laico quiere decir que quien quiere seguir siendo católico, que lo sea, quien quiere ser
evangélico que lo sea y quien quiere ser musulmán en este país rezar seis veces al día, tiene derecho
ha serlo…
Pero quienes queremos ser de la religión de la Pachamama, de la religión del respeto a la naturaleza,
también tenemos derecho a serlo.
Estado laico quiere decir democracia de las religiones, entonces treinta y seis idiomas, treinta y seis
culturas, treinta y seis formas de ver el mundo, democracia de las religiones.
A todo eso lo llamamos Estado Plurinacional, pero también vemos críticamente nuestra historia y
es que desde la fundación de Bolivia jamás se ha podido crear una identidad nacional y por esa

113
forma monolineal de ver el país no pudimos construir una identidad nacional y por no construir una
identidad nacional jamás pudimos diseñar políticas de estado para desarrollar el país…
Por esos estamos como estamos, es un tema de identidad…
¿KHITITSA NAYAXA, KHITITAS JUMAXA, KHITINAKAPTANSA JIWASANAKAXA?
¿QUIEN SOY YO, QUIEN ERES TU, QUIENES SOMOS NOSOTROS?
Es un tema de identidad, y aquí vienen muchas cosas, como dice Galeano: La historia miente por lo
que dice, pero más miente por lo que calla… y nos han enseñado una historia donde dicen que Bolivia
ha tenido quince años de lucha por la independencia.
Esa es una historia oficial, la historia verdadera dice otra cosa, que jamás hubo quince años de lucha
por la independencia, lo que hubo fue saqueos, robos entre españoles en estas tierras, algunos que
robaban plata y otros que robaban oro, pero en algún momento estos españoles se preguntaban y se
decían: ¿por qué todo lo que robamos con tanto sacrificio tenemos que mandar a España para que los
otros españoles lo gasten sin ningún esfuerzo?
Y ahí surge la palabra mágica independencia...
Independencia de los españoles que roban aquí frente a los españoles que usufructúan allá, ese es el
fundamento de las independencias en Bolivia, en Perú y en todo el continente.
El robo el saqueo es el fundamento de las independencias. Por eso desde que se fundan los estados
coloniales, el principal objetivo es liquidar a los pueblos indígenas, porque ellos son el principal
obstáculo para sus aspiraciones de saqueo y de robo y por eso, políticas de estado para liquidar
a los pueblos indígenas y si no pueden liquidarlos por lo menos cristianizarlos, evangelizarlos para
incorporarlos a la vida nacional.
A eso lo llamamos estado colonial, estado colonizante, estado colonizado.
Si el problema del indio no se resuelve, no se resuelve el problema de Bolivia
Y este estado colonial funciona bajo dos ejes fundamentales el Racismo y el Patriarcado…
El racismo que no solo es el desprecio de una persona por el color de su piel o por su procedencia étnico
cultural sino que también es la institucionalidad del Estado, hay racismo en todo la institucionalidad
del Estado…
El patriarcado no es simplemente la lucha del hombre contra la mujer y la mujer contra el hombre,
sino que tiene fundamentos religiosos.
Nos han hecho creer que Adán era feliz, pero por culpa de Eva ha sido expulsado del paraíso.

114
Desde ese momento la iglesia ha creado preceptos religiosos en contra de la mujer y esos preceptos
religiosos se han convertido en conductas cotidianas de la sociedad en contra de la mujer y esas
conductas cotidianas se han convertidos en leyes en contra la mujer.
Así se construye patriarcado.
Y los estados coloniales son fundamentalmente patriarcales por esos los matrimonios tienen la misión
de luchar contra el racismo y el patriarcado, porque hay un modelo de familia que nos han enseñado,
donde el marido se convierte en el dueño de la mujer, en el dueño de los hijos, en el dueño del futuro
de esa familia; o sea, el matrimonio es el escenario de la consolidación del patriarcado.
Ese tipo de matrimonio no nos sirve para construir un estado plurinacional. Por eso estamos
instituyendo un nuevo modelo de familia que no sea patriarcal, que tenga una base plurinacional de
corresponsabilidad, de reciprocidad y de complementariedad.
Con ese nuevo modelo de familia podemos construir el estado Plurinacional
Y cuando nos casan los Amautas que aquí están como chacha warmi, es la diferencia fundamental con
la otra forma de matrimonio.
En la otra forma de matrimonio el sacerdote te recomienda cómo tienes que tratar a la mujer, la mujer
cómo tiene que tratar al hombre, cómo hay que educar a los hijos. Pero con qué práctica si no tiene
mujer, sino tiene hijos?
Nuestros sacerdotes son chacha warmi, son jaq’i, tienen hijos viven en matrimonio y por lo tanto tienen
moral para recomendarnos.
Estamos hablando de dos filosofías de vida:
Una filosofía de vida Patriarcal, individual, desarrollista, industrializante que nos está llevando a la
destrucción del mundo y esta otra filosofía de vida de solidaridad, de complementariedad que tienen
que ser la clave para salvar este mundo.
Esas son las dos filosofías de vida y como dice nuestro Presidente, aquí están en juego dos cosas: O se
muere el capitalismo o se muere la madre tierra, con la primera estamos yendo a matar la madre tierra y
con la otra filosofía de vida estamos yendo a salvar el planeta tierra.
Esa es la diferencia abismal y ese es el paradigma planetario que sale por boca de nuestro Presidente
inspirado en los pueblos indígenas de Bolivia, pero también compartido con todos los pueblos
indígenas del mundo.
Todos estos días hemos estado celebrando matrimonios en Huarako, en Copakati que es un lugar sagrado
al lado de Copacabana, donde nuestros sacerdotes, nuestros Amautas han estado matrimoniándose
como condición para celebrar estos matrimonios

115
Anoche hemos ido a un lugar sagrado para hacer ceremonias y para serenar unas Illas porque a
diferencia de los otros matrimonios nos dan anillos, aquí los amautas te dan una Illa de la dignidad de
la solidaridad y fraternidad…
Entonces, hermanos y hermanas estamos en ese proceso, ese proceso histórico de decirle al mundo
que 500 años nos han dicho que hay una forma de vivir y esa forma de vivir ha fracasado.
Hoy nosotros vamos a evangelizarles para decirles que hay otra forma de vivir, que no quiere decir
retornar al pasado, que no quiere decir retornar al Tahuantinsuyo, sino quiere decir recuperar lo mejor
de nuestro pasado, recuperar lo más sabio de nuestro pasado para conjugarlo con la modernidad;
pero no con cualquier modernidad, con lo más sano de la modernidad, con aquella modernidad que
nos permite industrializar sin dañar a la naturaleza, sin dañar a la madre tierra. Estamos soñando en
crear una sociedad post moderna.
Estamos viviendo cono dice la historia un taky onkoy , el taqi onkoy es un movimiento religioso. Hubo
un taqi onkoy cuando Atahuallpa y Pizarro
Cuando llegó Pizarro, le enseño el cura Valverde una biblia a Atahuallpa y Atahuallpa agarra la
biblia y lo pone en sus oídos y como no suena lo tira al suelo y ahí empezó la masacre
Hubo un movimiento religioso, un taqi onkoy de la resistencia en tiempos de Atahuallpa, los masacraron
a todos esos Amautas
Años después con Tupak Amaru, Tupak Katari, con los hermanos Katari un levantamiento continental;
el 2do taqi onkoy, el taqi onkoy de la rebelión y también fueron masacrados esos Amautas
Hoy en tiempos de Evo Morales el tercer el taqi onkoy… el taqi onkoy de la revolución.
Taqi onkoy de la resistencia con Atahuallpa;
Taqi onkoy de la rebelión con Tupak Katari, Tupak Amaru, Gregoria Apaza. Bartolina Sisa,
Hoy con Evo Morales Taqi onkoy de la revolución…
Eso es lo que estamos viviendo en estos tiempos y ese es el mensaje para el mundo.
¡¡¡Organizar el Taqi onkoy continental!!!
Muchas gracias hermanos, hermanas.

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Del matrimonio y familia patriarcal
hacia las nuevos matrimonios y
familias desde nuestra identidad
Emilio Hurtado Guzmán
Introducción
Hoy predomina en nuestra sociedad boliviana el matrimonio y la familia patriarcal, donde el hombre
domina a la mujer y los hijos y en muchos casos ejerce varios tipos de opresión sobre la mujer. La mujer
indígena valorada como la reproductora de la vida en las culturas originarias, con el proceso de la
colonización que se impone en la relación hombre-mujer es inferiorizada para luego ser explotada de
múltiples maneras, no sólo por parte de su pareja sino por el resto de la sociedad y el Estado colonial
mismo y a través de la iglesia católica.
En este breve trabajo abordaremos cómo se impuso el patriarcado en el matrimonio y la familia
indígena originaria a partir de la colonización, y posteriormente, frente a esto cómo el nuevo Estado
Plurinacional de Bolivia emprende una política inicial, como es el Programa de los Matrimonios
Colectivos desde Nuestra Identidad, encaminándose de esta manera a fortalecer la familia para
avanzar hacia la construcción de una sociedad más justa y armoniosa para vivir bien.
El matrimonio y la familia en las culturas originarias indígenas
Ancestralmente, en las culturas indígena originarias el individuo no se guiaba por la importancia de
su propio bienestar y lo que provocaba su malestar individual, sino por el bienestar de sus hijos, de su
familia, su comunidad y el medio ambiente en el cual vivía, para así generar su propio bienestar. Es
decir, su bienestar radicaba en el bienestar de sus hijos, su comunidad y la misma naturaleza. No podía
vivir bien si su familia y su comunidad vivían mal.
De esta manera, para la mujer y el hombre indígenas, demostrar que podían ser responsables en la
mantención de una familia era un requisito imprescindible para así unirse en matrimonio. Por ejemplo
en la cultura aymara se consideraba que un joven o una joven eran aptos para el matrimonio si estos
demostraban ser responsables con la comunidad. Esto sólo se lo podía hacer, está claro, no a una
temprana edad, por eso los matrimonios se realizaban entre los 28 y 31 años para los varones y 24 a
28 para las mujeres.
Un hombre joven aymara demostraba ser responsable con la comunidad, cuando había ejercido
eficazmente cargos de autoridad como ser el de watachu, encargado en los bailes nocturnos
exclusivamente para jóvenes que se realizaban antes de la fiesta del Anata. Debía haber sido
además irp’a o guía en las fiestas. Si el joven era huérfano, debía haber alcanzado el status de jilakata
comunal, es decir, las exigencias eran mayores puesto que al no haber tenido padres que le eduquen

117
se desconfiaba de su responsabilidad con su futura pareja y familia. En el caso de la mujer joven, ésta
también debía haber ejercido el cargo de watachu.
Otros requisitos que no tenía que ver estrictamente con servicios a la comunidad eran para el hombre:
saber arar la tierra con la yunta, saber techar la casa, saber tejer, etc. Entre las mujeres los requisitos
eran similares: debían saber cocinar, sembrar, tejer, etc. Si el hombre y la mujer cumplían estos
requisitos podían casarse y así pasar a ser considerados jaqë (personas humanas).
En el caso de las culturas de las tierras bajas, generalmente, demostrar la responsabilidad y la
capacidad de mantener a una familia, radicaba en darse a conocer como un buen cazador. Por
ejemplo, en las culturas chiquitanas, el joven llevaba a la casa de la joven a la cual le pretendía como
esposa, las mejores presas de una cacería que había realizado y la dejaba en la puerta. Si la familia
de la joven aceptaba al joven pretendiente, tomaba la carne, si no la carne permanecía y era señal
de que había sido rechazado, si esto pasaba el joven debía esforzarse más para ganar prestigio como
buen cazador.48 En el caso guaraní-chiriguano, el joven debía quedarse a vivir en el tentami (familia
extensa) de su prometida por un tiempo, más o menos un año, y demostrar que es trabajador y será un
buen esposo, trabajando junto a sus nuevos parientes, para así poder llevarse a su prometida a vivir
en su propio tentami.
Estos requisitos que debían cumplir las y los jóvenes para poder unirse en matrimonio, nos demuestran
la exigencia que la comunidad ejercía con respecto a la responsabilidad que el nuevo matrimonio
debía tener para perdurar en el tiempo y para mantener una familia garantizando su bienestar
económico y humano. Los futuros padres debían demostrar ser responsables con la comunidad y que
serían capaces de serlo con su familia. Así, los matrimonios y las nuevas familias surgían con fuerza,
con vitalidad que impedía su desgaste y su desintegración. Los requisitos que tenían que ver con
ejercer cargo de autoridad, significaba que la y el joven habían aprendido a pensar, aconsejar y
tomar decisiones con madures, así lo harían también con sus propias futuras familias.
En las culturas originarias indígenas, además de la responsabilidad, las relaciones en la pareja
dentro del matrimonio estaban basadas en la colaboración mutua, no en el dominio del varón sobre
la mujer. El trabajo agrícola, por ejemplo, en las culturas andinas, era tarea del hombre como de la
mujer. El varón araba la tierra y la mujer sembraba. Las decisiones dentro de la familia, o para con la
participación a nivel de la comunidad eran tomados por ambos, aunque la vos que se visibilizaba con
mayor nitidez era la del varón.
En el caso de las culturas de las tierras bajas, si bien aparentemente parecía haber una división
desigual del trabajo en contra de la mujer, puesto que la mujer tenía muchas más responsabilidades
que el hombre, en realidad éste luego de cumplir con sus quehaceres ayudaba a su esposa con
sus tareas. Entre los chiquitanos por ejemplo, al varón le correspondía cazar y cultivar la tierra, las
48. Freyer, Bärbel. Los chiquitanos. Edición: Jürgen Riester – APCOB, Santa Cruz de la Sierra, 2000. Pág. 53

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tareas de la mujer eran recolectar, tejer, construir vasijas, cocinar, acarrear leña y agua; sin embargo,
hasta etapas muy recientes se observaba cómo el esposo chiquitano una vez que cumplía con sus
quehaceres, ayudaba a su esposa a tejer, a cocinar, etc., sin ningún tipo de prejuicio.49
Con la imposición de la colonización europea en tierras americanas, el matrimonio y la familia
indígenas también sufrió serios cambios. La cultura fue alterada negativamente.
El secuestro católico del sistema de acceso de cargos indígena originarios y la imposición del
matrimonio y la familia patriarcales
La iglesia desde el siglo XVI puso como requisito para el acceso de cargos de autoridad indígena
originaria, el matrimonio por lo católico. A partir del “pacto de reciprocidad” o la “tregua pactada”,
el Estado colonial español se hizo cargo de tres instituciones básicas entre la población dominada: el
registro del nacimiento, el matrimonio y las defunciones.50
Unirse en matrimonio por la religión católica para acceder a los diferentes cargos de autoridad
indígena, hará que con el tiempo muchos grupos asimilen este requisito como natural en la medida
del proceso de la evangelización, lo que tendrá efectos en la configuración de la relación de pareja
y de las propias familias, puesto que el matrimonio por lo católico, y en general la religión católica,
se constituyen a partir de principios patriarcales. Se establecerá de esta manera, la dominación y la
opresión de la mujer dentro del matrimonio en el mundo indígena. Es decir, la dominación y opresión
del colonizador europeo sobre sus propias mujeres y sobre sus indios conquistados, se reproducirá de
cierta manera en los matrimonios y la familia entre los indígenas cristianizados.
A través de la evangelización por la religión católica se impuso la superioridad del hombre con respecto
a la mujer, él se constituyó en opresor de ella. Por ejemplo, los mismos grandes teólogos católicos
planteaban en la Edad Media, que la mujer era inferior y culpable desde su origen. Santo Tomás de
Aquino decía: “la mujer es menor en virtud y dignidad que el varón, en el estado de inocencia fue más
imperfecta que el hombre, tanto en cuerpo como en alma”. Otro teólogo, San Bernardino de Siena,
escribía: “Yo os digo, no les peguen a sus esposas mientras estén embarazadas, porque conlleva gran
peligro. No les digo que nunca les deben pegar, sino que escojan el tiempo”. 51 Es decir, debía ser
natural la violencia contra la mujer, contra la esposa, sólo en ciertos casos no.
El pensamiento de estos teólogos medievales, en el cual se sostienen los principios de la religión
católica, tiene que ver con la dominación y la opresión de la mujer por parte del hombre. En el proceso
de la colonización europea a tierras americanas, por su puesto se tradujo principalmente en violaciones
a las mujeres indígenas. Si ya desde la religiosidad católica la mujer blanca era considerada inferior y
49. Veáse: CD APCOB. El mundo de los chiquitanos.
50. Véase: Documento: Viceministerio de Descolonización. Programa: Matrimonios Colectivos desde Nuestra
Identidad.
51. Suárez Franceschi, Arsenio. La mujer indígena en la época de la colonia. VII Congreso Dominicano de Historia,
Santo Domingo, 1995. Pág. 17 y 18

119
persona que conllevaba en sí misma una carga de negatividad con respecto al hombre (pecadora en
mayor grado que el hombre, culpable), las mujeres indígenas fueron consideradas, en muchos casos,
menos que animales, se abusó de ellas ilimitadamente.
De acuerdo a los datos que nos proporciona Suárez, Miguel de Cúneo, amigo de Cristóbal Colon,
recibió de éste como regalo una mujer indígena apresada. De Cúneo, relata cómo violó a ésta mujer
y la golpeo hasta el cansancio, porque esta se resistió a apetecer sus apetitos sexuales.52 Lo peor de
todo es que este relato al parecer lo hizo sin avergonzarse, por lo contrario con mucho orgullo.
Durante la conquista de Chile, los soldados de Álvaro de Luna, tomaron las mujeres que quisieron de
las aldeas indígenas que asaltaron y dominaron. A estas mujeres las violaron y las embarazaron. Un
relato de Asunción que se registró el año 1545, nos dice: “El español que estaba con cuatro indias es
porque no puede haber ocho, y el que está contento con ocho es porque no puede haber 16, no hay
quien baje de 5 y 6.”.53 Es decir, los españoles tomaron cuantas mujeres quisieron de sus encomiendas
como sus concubinas de las cuales dispusieron a su antojo.
En la misma ciudad de Santa Cruz, a dos meses de fundada esta ciudad en febrero de 1561, los
españoles se repartieron bajo el sistema de la encomienda a más de 60.000 indígenas. De estas sus
encomiendas, estos tomaron a las mujeres que quisieron como sus concubinas a quienes castigaban
encerrándolas en cuartos oscuros por cualquier celo, y en el peor de los casos las ejecutaban en la
hoguera. Algunos años después con el gobernador Juan Pérez de Zurita, llegaron a la ciudad los
primeros sacerdotes seglares, quienes como primera medida evangelizadora obligaron por la fuerza a
los indígenas encomendados a casarse y a vestir ropas.54
Los jesuitas, en las reducciones que establecieron en Moxos y Chiquitos también impusieron la
obligación de casarse a los indígenas. Espantados por lo que ellos consideraban un “libertinaje
sexual”, lo que en muchas culturas de climas tropicales es normal como las relaciones sexuales antes
de llegar al matrimonio, los jesuitas obligaron a casarse a sus neófitos en su niñez aún. Para los hombres
14 años y para las mujeres de 11 a 12 años, eran las edades.55
Con la colonización, además de imponerse las violaciones a las mujeres indígenas como algo común,
lo que fue también una explotación sexual perversa, se impuso la explotación de sus fuerzas de
trabajo en las casas de sus amos colonizadores. Además se esperaba de ellas mayores aportes, que
llegaban cuando éstas se embarazaban y daban a luz un hijo, que era un encomendado más que
prometía aumentar la riqueza del amo encomendero en el futuro. Cuando el hijo de la mujer indígena
era fruto de una violación, por más que fuera o aparentara un mestizaje racial en su piel, se mantenía
en la condición de indio encomendado, sólo en ciertos casos recibía un trato menos cruel. La iglesia

52. Op. cit. Pág. 18


53. Op. cit. Pág. 18
54. Krekeler, Birgit. Historia de los chiquitanos. Editor: Jürgen Riester. Pág. 43 y 45
55. Freyer, Barbel. Op. cit. Pág. 53

120
católica, como institución, no sólo fue cómplice de estas atrocidades en contra de la mujer indígena,
sino que las encubrió ideológicamente, coadyuvó enormemente en su naturalización y de cierta
manera participó de ellas.
Las opresiones que los colonizadores ejercieron sobre las mujeres indígenas en particular –inducidos
por algunos principios de la religión católica que tienen que ver con la inferioridad de la mujer–,
con la imposición de la evangelización y el matrimonio por lo católico también llegaron de cierta
forma al matrimonio y la familia indígena, donde se reprodujeron y aún hoy se reproducen con cierta
frecuencia la explotación sexual, económica, el abandono del hogar, etc., que tienen que sufrir las
mujeres por parte de sus maridos. Hoy esto se refleja con mayor claridad en los sectores populares de
la sociedad boliviana.
El Estado neoliberal, por su parte, ha tratado de solucionar el problema de la violencia en el hogar,
propiciando las separaciones y los divorcios de las parejas, evadiendo la importancia de la unión
matrimonial en la formación de los hijos y dejándose llevar por la solución simplista de que es mejor
que los hijos crezcan alejados de uno de sus padres o de ambos, para que no sufran los traumas que
provocan las agresiones.
El patriarcado, es decir, la dominación del padre dentro de la familia, con la consiguiente opresión
de la mujer, su esposa, tiene raíces eminentemente coloniales como lo hemos visto, por lo tanto, si
se quiere transformar el matrimonio y la familia en pro de un bien vivir de todos sus miembros sin
dominaciones, ni opresiones, es decir, despatriarcalizarlos, esto se debe pensar en el ámbito de un
proceso de descolonización.
El Estado Plurinacional de Bolivia fundado el 22 de enero de 2010, de acuerdo a su propia Constitución
Política, por primera vez en la historia, se hace responsable de la protección de las familias y garantiza
sus condiciones sociales y económicas para su desarrollo integral. En este sentido se plantea la
despatriarcalización como política enmarcada en el proceso de descolonización de la sociedad
boliviana. Así, también surge el Programa de Matrimonios Colectivos desde Nuestra Identidad,
para iniciar la emancipación de las familias del patriarcado y de las discriminaciones que en ella se
generan.
La familia como base del Estado Plurinacional
1. Surgimiento del Programa
La idea de realizar matrimonios colectivos desde nuestra identidad surgió en la Asamblea Constituyente,
en la Comisión Visión País.
El artículo 9 de la Constitución Política del Estado establece la descolonización para constituir una
sociedad justa y armoniosa como uno de los fines y funciones del Estado. Es a partir de ahí que se
crea el Viceministerio de Descolonización y se inicia la discusión en cuanto al cómo constituir una

121
sociedad justa y armoniosa. En ese sentido, también se creó la Unidad de Despatriarcalización con
la idea de realizar los matrimonios desde nuestra identidad, y a partir de ello implementar políticas de
fortalecimiento de la familia desde los valores de las culturas originarias.
“Nosotros antes de la colonización teníamos nuestras espiritualidades, seres más naturales porque
vivíamos en armonía con la naturaleza. Lo que a nosotros nos ha ido fortaleciendo en este proceso de
más de 500 años ha sido conservar nuestras espiritualidades.”
“También, viendo la Constitución Política del Estado en su artículo cuarto, nosotros como pueblos
indígenas originarios tenemos derecho a revalorizar nuestras espiritualidades de acuerdo a nuestras
cosmovisiones.” (Esperanza Huanca, Jefa de la Unidad de Despatriarcalización)
Art. 4 Constitución Política del Estado: “El Estado respeta y garantiza la libertad de religión y de
creencias espirituales de acuerdo con sus cosmovisiones. El Estado es independiente de la religión.”
El Viceministerio de Descolonización se creó mediante Decreto Supremo 29894 el 7 de febrero
del 2009. Más adelante, luego de la posesión del hno. Félix Cárdenas como Viceministro de
Descolonización, en un evento sobre la Nueva Constitución Política del Estado se reunieron las ex-
constituyentes: Marcela Choque Barrionuevo, Esperanza Rosario Huanca Mendoza, Elisa Vega Sillo,
Dora Arteaga Alanoca y Félix Cárdenas, todos venidos de la matriz india. En esa oportunidad se
planteó la necesidad de iniciar un proceso de despatriarcalización como política de Estado que incida
positivamente en las familias bolivianas. Para ese objetivo, se inició la lucha por la creación de una
Dirección General de Despatriarcalización dentro del Viceministerio de Descolonización, en este
cometido se logró crear una jefatura de unidad.
La Unidad de Despatriarcalización se creó el 4 de agosto de 2010 mediante Resolución Ministerial
130/2010. Esto ya es un paso importante para iniciar el proceso de despatriarcalización como medida
descolonizadora de la sociedad desde el Estado, sin embargo aún es insuficiente, es necesario seguir
luchando por una institución de mayor jerarquía, la cual permitirá mayor cualificación en las políticas
públicas y los recursos necesarios para llevarlas adelante56.
“Si nosotros tenemos una familia débil, eso nos da a conocer que también tenemos un Estado débil.
Entonces dijimos: tiene que haber familias bien fuertes, bien consolidadas, para que también haya un
Estado bien fuerte y bien consolidado.” (Esperanza Huanca)
El Estado Plurinacional, desde la visión del Viceministerio de Descolonización, hoy se debe constituir
en la Gran Comunidad. Las autoridades originarias sirven a la comunidad con su trabajo, esfuerzo
y recursos, hoy también esa lógica se extrapola al Estado. Entonces es éste quien debe servir a la
sociedad boliviana con su trabajo, esfuerzos y recursos, garantizar su bienestar. En este sentido, la

56. Mamani, Amalia / Chivi Idón. Descolonización y despatriarcalización en la nueva Constitución Política.
Viceministerio de Descolonización, Centro de Promoción Gregoria Apaza, El Alto, 2010. Pág. 9 y 10.

122
familia se presenta como el núcleo esencial al cual debe dirigirse, pues es allí donde inicialmente y
sustancialmente se forman las personas humanas.
En este sentido, la preocupación acerca de la familia fue de primer orden en la Asamblea Constituyente,
que es de donde surge la idea de impulsar matrimonios desde nuestras culturas originarias a partir de
las cuales se formen nuevas familias, fuertes y felices, y es posteriormente a través de la Unidad de
Despatriarcalización del Viceministerio de Descolonización, que se emprende esta política que se
inicia con la organización de los primeros Matrimonios Colectivos desde Nuestra Identidad, la primera
fase, que se realizaron el 7 de mayo de 2011.
2. Convocatorias y reuniones preparatorias con miras a la realización de los Matrimonios
Colectivos desde Nuestra Identidad.
Para realizar las convocatorias a los contrayentes para los Matrimonios desde Nuestra Identidad, las
autoridades de la Unidad de Despatriarcalización a la cabeza de la hna. Esperanza Huanca, realizaron
visitas entre el 9 y 28 de noviembre de 2010 a las siguientes poblaciones de los tres departamentos
altiplánicos: Tiawanaku, Laja, Umala, Coroico, ciudad de Oruro, Eucaliptus, Caracollo, Comanche,
Coro Coro, Huancané, Chulumani, Copacabana, Corque, Huachacalla, Sabaya, Machacamarca,
Poopo, Kemalla, Vila Vila, Sica Sica, Patacamaya, Viscachani, Calamarca y Charazani. En estas
poblaciones los miembros de la Unidad de Despatriarcalización se reunieron con autoridades
municipales y autoridades originarias con el fin de pedir apoyo en la socialización de la convocatoria,
como también visitaron radioemisoras para difundir la convocatoria a aquellas personas que quisieran
matrimoniarse por su propia cultura.
El día 19 de noviembre, el Viceministerio de Descolonización organizó la primera reunión con los
amautas, quienes oficiarían los matrimonios desde la ritualidad andina, en la cual participaron: Mario
Flores Cruz, Director ejecutivo de CIGEAQ Ciencia Amautica, Juan Luis Ballón Rojas, Beatríz Bautista,
John Kenny Ledezma, David Segales, Rosa Condori y Nicolás Marquez, todos ellos prestigiosos y
reconocidos amautas. En este encuentro se destacó la importancia de que los amautas celebren
matrimonios en pareja, puesto que éstos deben dar el ejemplo, frente a la pareja que están uniendo.
Para aquellos amautas que no estaban unidos en matrimonio por alguna razón y que participarían en
los Matrimonios Colectivos, se fijó una fecha tentativa para que se casen, el 21 de diciembre de 2010
en un lugar sagrado dónde mandara la coca.
Otro tema que se discutió fue acerca del perfil del amauta. Estos debían ser personas con principios y
valores, que sean un ejemplo con su comportamiento en la comunidad.
3. Los contrayentes
Aunque hubieron contrayentes muy jóvenes de hasta 17 años, o muy ancianos de hasta más de 60
años, la mayoría de los contrayentes que participaron en la ceremonia de los Matrimonios Colectivos
desde Nuestra identidad que fueron 355 parejas, llevada a cabo el 7 de mayo de 2011, tienen edades

123
que oscilan entre los 21 y 40 años, además también la mayoría ya se encontraba conviviendo en
concubinato. Provenían de diferentes comunidades, ayllus y marcas de las provincias de La Paz,
Oruro y Potosí.
Entre las razones más importantes que les motivaron a casarse a las 355 parejas por la ritualidad
ancestral tenemos: recuperar la cultura ancestral, vivir bien con nuestra madre tierra, por los hijos, por
el conocimiento de la Constitución Política del Estado que hoy estipula el Estado Laico y la libertad
de religión, para tener una familia feliz, por amor a la pareja y, por último, por la vivienda con la que
apoyará el Estado.
El anhelo de recuperar la cultura ancestral destaca entre otras razones. Se observa una necesidad
fuerte de recuperar la cultura, puesto que ésta se traduce principalmente en el comportamiento de
las personas. El respeto a la naturaleza, la armonía de vivir con ella y en ella, la importancia de los
hijos en la unión, el respeto y la complementariedad hombre-mujer-hijos, son actitudes que se están
perdiendo a causa de un proceso de enajenación que llegó con la colonialidad y se agudiza cada
vez más con la globalización que ha llegado a las comunidades indígenas y que genera adversas
condiciones para un vivir bien.
De esta manera, cuando un contrayente dice casarse a través de la ritualidad andina por sus hijos,
por tener una familia feliz y por vivir bien con la madre tierra, ésta pensando que lo mejor es que su
unión sea bendecida por la religión de su propia cultura, la que podemos decir que está regida por
una racionalidad de la vida y no de la muerte, por aquella que pondrá a sus hijos en un lugar central,
horizonte que orienta a la pareja y que es su razón de ser jaqë.
“Me decidí a casarme por cumplir con las leyes, por ser parte del proyecto (apoyo en la
construcción de una casa) y más que todo por mis hijos que son cuatro.” (contrayente varón,
La Paz).
“He decidido casarme porque lo amo a mi esposo y deseo dar buen ejemplo a mi familia y tener
un hogar propio y vivir feliz hasta que la muerte nos separe.” (contrayente mujer, La Paz)
Porque el amor nos une para que un día podemos estar juntos y criar una linda familia. Es por
el bien de todos nuestros padres, para que un día podamos tener un lindo hogar y ser felices
(contrayente varón, Oruro)
Quiero casarme en este matrimonio colectivo de nuestras identidades propias de los pueblos
indígenas originarias campesino y tener familia feliz (contrayente mujer, Potosí)
Pero también el hogar propio es importante. Dónde, sino en el espacio estrictamente familiar que es
el hogar, será donde crecerán los hijos. Será el lugar de socialización, de encuentro constante de los
padres e hijos, de educación, de recreación, de descanso, donde transcurrirá una parte importante de
la vida. Por eso es importante para forjar un hogar la vivienda propia y adecuada que permita vivir

124
bien. De esta manera, la motivación de casarse por la dotación de la vivienda, está muy vinculada al
fortalecimiento de la familia desde un inicio.
4. Apoyo a la construcción de viviendas para el inicio de una relación matrimonial sólida
y la formación de un modelo de familia para vivir bien
Cuando la pareja se casa inicia también un nuevo hogar, el cual sólo puede ser posible en una nueva
casa. Con la imposición de las haciendas sobre las comunidades indígenas, se fue perdiendo la
capacidad de cooperación con respecto a la construcción de las casas para las nuevas familias, a
favor de la intensidad de la fuerza de trabajo que se destinaba en las tierras del patrón. Igualmente, el
cada vez más bajo excedente determinó, con el tiempo, la falta de recursos para la construcción de
casas confortables. De esta manera, las casas para las nuevas parejas en el mundo rural suelen ser
hoy muy pequeñas, dónde se vive en hacinamiento y de manera precaria.
De esta manera, el Estado Plurinacional, además de impulsar los matrimonios desde nuestras
identidades originarias, también apoya la construcción de una casa adecuada para las nuevas parejas
casadas. En el marco del Programa de los Matrimonios Colectivos desde Nuestra Identidad que está
llevando adelante el Viceministerio de Descolonización, también se contempla la construcción de una
casa para las parejas que se hayan unido en matrimonio en la ceremonia del 7 de mayo. El Estado
Plurinacional, a través del Viceministerio de Vivienda, otorgará material de construcción en un 70%
para que en la comunidad, a través del ayni o de la mink’a, se brinde a las nuevas parejas una casa
digna para el inicio de una relación matrimonial sólida y la formación plena de la familia.
5. Los tres grandes encuentros de los actores (amautas, contrayentes, Viceministerio de
Descolonización)
Se realizaron tres grandes encuentros preparatorios de los Matrimonios Colectivos desde Nuestra
Identidad que se llevaron adelante el 11 de diciembre de 2010, el 26 de marzo y el 16 de abril de 2011,
en el Coliseo de la Fuerza Aérea Boliviana de la ciudad de El Alto.
En el Primer Encuentro participaron los futuros contrayentes, los amautas y las autoridades del
Viceministerio de Descolonización. Fue un diálogo en el cual tanto hermanos autoridades como
hermanos amautas expusieron sus aportes sobre lo que significa los matrimonios desde la identidad
indígena originaria.
Durante el Segundo Encuentro, se expuso los beneficios del Programa de Vivienda Social Solidaria
a cargo del Viceministro de Vivienda, Jorge Riveros; Malena Morales de IPAS Bolivia, presentó una
exposición sobre la salud sexual y reproductiva; Nora Quispe, representante del Centro de Promoción
Gregoria Apaza, intervino también con una exposición sobre el tema de la despatriarcalización.
Por último, se eligió a un representante por municipio entre el público presente para trabajar en
coordinación con el Viceministerio de Descolonización y el Viceministerio de Vivienda, y facilitar así

125
la llegada de los recurso a las comunidades como el apoyo a la construcción de las viviendas para
los contrayentes.
Durante el Tercer Encuentro, las y los hermanos autoridades intervinieron con sus palabras sobre la
importancia del matrimonio andino, el beneficio de la vivienda, la vestimenta, la música que llevaran
los contrayentes, todo esto con miras al 7 de mayo, cuando se realizaría el gran evento.
6. Matrimonios colectivos en Orinoca, Waraq’u y Copacabana
Antes del evento del 7 de mayo, se realizaron tres matrimonios colectivos importantes, en estos
contrajeron nupcias algunos amautas que no estaban casados y que oficiarían en los Matrimonios
Colectivos. También se casaron algunas autoridades originarias. Como mencionamos, en la reunión
de Viceministerio de Descolonización con los Amautas del 19 de noviembre de 2010, una de las
decisiones que se había tomado es que aquellos amautas que no estaban casados debían hacerlo si
querían oficiar en el acto de los Matrimonios Colectivos desde Nuestra Identidad, puesto que se debía
ser un ejemplo frente a las parejas a las cuales se casaría. De ahí la organización de matrimonios
desde nuestra identidad antes del evento del 7 de mayo.
El 30 de noviembre de 2010 se realizó el Matrimonio Colectivo desde Nuestra Identidad en Orinoca,
donde se matrimoniaron 5 autoridades originarias con sus respectivas parejas. Este evento contó con
la participación del Vicepresidente del Estado, Álvaro García Linera. El 28 de abril de 2011 se realizó
similar acto en Warak’u, y el 30 de abril de 2011 en Kopakati-Copacabana, donde se matrimoniaron
5 amautas con sus respectivas parejas. Estos amautas fueron unidos por amautas ancianos, más
experimentados y sabios que ellos.
7. Matrimonios Colectivos desde Nuestra Identidad, el gran evento del 7 de mayo
El 7 de mayo de 2011 en el Coliseo Julio Borelli Viterito de la ciudad de La Paz, se congregaron
355 parejas de 12 nacionalidades: kallawaya, pakajaqë, omasuyus, kurawara de karankas, jach’a-
karankas, soras, charkas kara kara, afrodescendientes, jatún killakas, azanajake, chipayas, uru iruhito.
Además, un miskito nicaragüense y un cubano no indígena-originario, se unieron con dos mujeres
aymaras, y una pareja de argentinos llegaron desde su país para matrimoniarse bajo la ritualidad
andina.
Fue un hecho inédito en la historia, un paso fundamental en el proceso de descolonización boliviano.
La presencia de centenares de hermanos de 12 nacionalidades de diferentes rincones del altiplano
boliviano, predispuestos a decirle al mundo, esta es nuestra cultura, con la cual forjamos nuestra vida
en pareja y nuestras familias, sirvió también para visibilizar una alternativa al resto de la sociedad
boliviana, de matrimonio y familia en el marco de una lógica y racionalidad comunitarias, en
contraposición al matrimonio moderno que es patriarcal y basado en el individualismo y el egoísmo.
Los 355 hermanos y hermanas con sus vestimentas originarias cada uno de su propia nacionalidad, de

126
manera colectiva se casaron a través de su propia religión, con sus ritualidades particulares propias
de cada una de sus culturas. De esta manera, se visibilizó el nuevo modelo de matrimonio desde la
religión andina.
El hno. Viceministro de Descolonización Félix Cárdenas pronunció el siguiente discurso en este gran
acto:
“Para mucha gente la Descolonización es como una palabra exótica, para los académicos, para los
intelectuales. Nos quieren decir cómo se puede descolonizar un país 500 años colonizado.”
“Hoy, nuestra Constitución nos dice que somos un Estado laico, y Estado laico no quiere decir que somos
ateos. Estado laico quiere decir que, quién quiere seguir siendo católico, que lo sea, y quien quiere ser
evangélico, que lo sea, y quien quiere ser musulmán en este país, rezar seis veces al día, tiene derecho
a serlo. Pero también vemos críticamente nuestra historia, y es que desde la fundación de Bolivia jamás
pudimos diseñar políticas de Estado para desarrollar el país por eso estamos como estamos, es un tema de
identidad. Khitina kaptansa, khititas jumaxa, ¿quién soy yo?, ¿quién eres tú?, ¿quiénes somos nosotros?,
es un tema de identidad y del patriarcado que no es simplemente la lucha del hombre y la mujer, la mujer
contra el hombre, sino que tiene fundamentos religiosos.”
“Nos han hecho creer que Adán era feliz pero por culpa de Eva ha sido expulsado del paraíso. Desde
ese momento la iglesia ha creado preceptos religiosos en contra de la mujer, y esos preceptos religiosos
se han convertido en conductas cotidianas en contra de la mujer, y esas conductas cotidianas se han
convertido en leyes en contra de la mujer. Así se construye patriarcado, y los estados coloniales son
fundamentalmente patriarcales. Por eso los matrimonios en este tiempo tienen esa visión de luchar contra
el racismo y contra el patriarcado, porque hay un modelo de familia que nos han enseñado dónde el
marido se convierte en el dueño de la mujer, en el dueño de los hijos, en el dueño del futuro de esa familia,
o sea el matrimonio es el escenario de consolidación del patriarcado. Ese tipo de matrimonio no nos sirve
para construir un Estado Plurinacional.”
“Estamos hablando de dos filosofías de vida. Una filosofía de vida patriarcal, individual, dasarrollista,
industrializante que está llevando a la destrucción del mundo, y esta otra filosofía de vida, de solidaridad,
de complementariedad, que tiene que ser la clave para salvar éste mundo, o sea estamos soñando en
crear una sociedad posmoderna. Estamos viviendo, como dice la historia, un taki onqöy. El taki onqöy
es un movimiento religioso. Hubo un taki onqöy cuando Atahuallpa y Pizarro. Cuando llegó Pizarro le
enseñó el cura Valverde una biblia a Atahuallpa, y Atahuallpa agarra la biblia y lo pone en sus oídos
y cómo no suena lo tira al suelo, y ahí empezó la masacre. Otro con Evo Morales, taki onqöy de la
Revolución, eso es lo que estamos viviendo en estos tiempos y ese es el mensaje para el mundo. Muchas
gracias.”
De esta manera, Cárdenas destacó el aporte a la descolonización que significa los Matrimonios
Colectivos desde Nuestra Identidad, un aporte que surge de los mismos pueblos indígenas originarios

127
oprimidos por más de 500 años, y no así de teóricos clase medieros que discuten, creen comprender y
quieren imponer lo que ellos consideran que es la descolonización sin haber sentido sus consecuencias
en carne propia.
Por otro lado, el tema de la recuperación de la identidad a partir de la recuperación de nuestros valores,
que en este caso, se tratan de los valores del matrimonio y la familia indígena originaria andina, es
un hecho que se inicia. Comenzamos a reencontrarnos, a redescubrirnos y a reafirmar nuestro ser
indígena al ver a nuestros hermanos que se resisten a la enajenación y públicamente demuestran que
es posible otro matrimonio y otra familia distinta a la predominante de la modernidad-colonialidad. Por
eso, este acontecimiento, como lo da a entender Cárdenas, es parte de un gran movimiento religioso,
un taki onqöy.
El hno. Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Juan Evo Morales Aima, destacó en su discurso,
al momento de felicitar a los contrayentes:
“Ustedes saben, hermanas, hermanos, la familia es lo central de una comunidad por tanto las
nuevas familias serán el eje central del Estado plurinacional. Pero también en nuestras familias hay
responsabilidades conjuntas entre varón y mujer, responsabilidades conjuntas en comunidad y la patria
grande, la familia grande que es Bolivia.”
“Estoy seguro, esto continuará en bien de la familia, pero sobretodo cómo a partir del matrimonio
empezar a descolonizarnos, empezar a recuperar nuestra identidad, empezar todo lo que son los pueblos
indígenas originarios.”
La responsabilidad como parte de la lógica comunitaria que se expresa en la comunidad, donde la
familia es importante, se extrapola al Estado, cuando éste promueve los matrimonios desde las culturas
originarias. Así, las nuevas familias serán el eje central del Estado plurinacional, el cual se posiciona
materialmente como la Gran Comunidad que en pro de gestar una sociedad justa y armoniosa se dirige
a transformar el matrimonio y la familia desde nuestras raíces culturales, y las apoya con recursos para
garantizar su desarrollo pleno e integral.

128
Nuestros programas
en desarrollo

129
130
Matrimonios Colectivos
desde nuestra Identidad
Viceministerio de Descolonización
Dirección General de Administración Pública Plurinacional
Unidad de Despatriarcalización

“[La]… Descolonización [es] a todo nivel, hay que cumplir con el imperativo
de Fausto Reynaga que dice descolonización ¡ya!, descolonización educativa,
descolonización religiosa, descolonización jurídica, descolonización de todas
las instituciones del Estado, la descolonización en la educación, es fundamental,
porque, el maestro puede ser trosquista, marxista, socialista, comunista pero al
final el maestro es correa de la transmisión de la ideología imperial, eso es lo
que hay que descolonizar, educación desde nuestra identidad y no se trata de
mejores sueldos, la religión en la descolonización debe ser un tema práctico,
por eso en La Paz desde hace dos años ya hay matrimonios aymaras, que no
van donde el cura para pedir permiso y vivir juntos y hacer matrimonio, familia
y comunidad, hay matrimonios aymaras en serie, hace dos meses que lo hacen
con sacerdotes desde nosotros mismos, o sea la descolonización no es teoría
es práctica, mi hijo se llama INTI, lo voy a bautizar en este mes de Marzo en
la religión aymara con sacerdotes aymaras, frente a autoridades originarias
aymaras y voy a luchar para que este Estado reconozca esa forma de bautizo”
(Félix Cárdenas Aguilar, 9 de marzo del 2007, en plena Asamblea
Constituyente57)
Presentación.-
Muchas voces propias, y muchas ajenas también se han dado a la tarea de denostar en algunos casos,
en poner objeciones en otros, y una mayoría se hace preguntas sobre las características rituales de este
matrimonio, el donde se realizará, quién será el padrino, sí la casa ofrecida es segura, sí el proyecto
productivo, etcétera, etc.
A las preguntas planteadas arriba, conviene darles respuestas, no en orden jerárquico preestablecido,
sino más bien a partir de una estructura de aprendizajes que el Viceministerio de Descolonización
tuvo a lo largo del proceso desarrollado hasta diciembre del 2010, pues gran parte de lo que ahora se
señala, no fueron inicialmente los argumentos oficiales del proyecto.

57. Cf. Enciclopedia Histórica Documental del Proceso Constituyente Boliviano. Tomo II, Vol. 1. Visión de País:
Exposición de las Representaciones Políticas * Deliberaciones sobre propuestas de Visión de País. La Paz:
Vicepresidencia del Estado Plurinacional. 2011 pág. 1112 (en prensa).

131
Así que los aprendizajes logrados son el resultado de una permanente reflexión interna en el marco
de la descolonización y la despatriarcalización, ya que ambos campos de lucha constituyen los ejes
sobre las cuales sustentamos nuestras políticas estatales, que provienen a su vez de las demandas
sociales y de pueblos indígena originario campesinos.
Primero: El secuestro católico del sistema de acceso de cargos indígena originario
campesino.
Un detalle que olvidan olímpicamente los historiadores del mundo indígena, ha sido precisamente el
control del sistema de acceso de cargos a los niveles de autoridad indígena. Este control se ejerce a
través de un requisito previo para el acceso de cargos de autoridad: el matrimonio por lo católico.
Luego de instaurado el “pacto de reciprocidad” según Tristan Platt o la “tregua pactada” de acuerdo
a lo planteado por Silvia Rivera, la iglesia como la ley de Dios sobre la tierra, se hace cargo de tres
instituciones básicas en lo que los teóricos llaman “Razón de Estado”: el registro del nacimiento, el
matrimonio y las defunciones.
Así la iglesia católica desde el siglo XVI controla el sistema de acceso a los cargos de autoridad
indígena colocando como requisito el matrimonio por lo católico, de este modo se secuestra
católicamente el acceso a las formas gubernativas propias, este secuestro aún hoy tiene efectos
devastadores sobre la espiritualidad andina, amazónica y chaco platense.
Este hecho duró formalmente desde el siglo XVI hasta entrado el siglo XIX en el tema de la filiación de
recién nacidos (Chivi 1999), y principios del siglo XX en el tema del matrimonio, no sin antes duras
peleas entre el clero y los liberales como nos lo recuerda el Diputado liberal Benigno Guzmán (1911).
A pesar de entrar en vigencia en 1911 el matrimonio por lo civil, y dejando al clero sin este enorme
poder de registro y control, sus consecuencias mas sensibles solo se dieron en el área urbana. En el
área rural, el requisito del matrimonio por lo católico para ejercer cargo de autoridad indígena aún
hoy tiene aceptación social y organizativa, con matices claro está, los metodistas por ejemplo han
logrado ingresar en este mecanismo, al igual que los adventistas o las asamblea de dios.
No puede decirse aquí, que las zonas orientales tienen otra historia, al igual que en los pueblos de
reducción o “republicas de indios” en términos de Silvia Rivera, las Misiones de Moxos o Chiquitos
reproducían ese esquema básico: matrimonio y recién cargo indígena.
El matrimonio con identidad establece una fisura en ese “secuestro histórico”, quiebra un orden de
poder históricamente aceptado y marca una nueva relación entre pueblos indígenas e iglesia católica,
sin duda es un paso inevitable en la construcción del Estado Plurinacional.
Son tiempos donde la relación entre autoridad indígena e iglesia católica, no esta mediatizada por
el poder y control de la segunda sobre la primera, sino en una relación horizontal que descoloniza
el sistema de acceso a los cargos de autoridad indígena y lo descoloniza del control y dominación

132
instaurado el siglo XVI y que aún hasta hoy dura como una herencia colonial y religiosamente
patriarcal.
Segundo: La familia como base del Estado Plurinacional o la construcción de la Nueva
Familia
Un segundo escenario de la política pública en cuestión es la de establecer ¿cuál es el rol de la familia
emergente de este programa?
De acuerdo a la Constitución Política “El Estado reconoce y protege a las familias como el núcleo fundamental
de la sociedad, y garantizará las condiciones sociales y económicas necesarias para su desarrollo integral.
Todos sus integrantes tienen igualdad de derechos, obligaciones y oportunidades”.
El mensaje constitucional, no podía ser más claro, el Estado “tiene que garantizar condiciones sociales
y económicas necesarias para su desarrollo integral”, es decir tiene que elaborar una, dos, diez, mil
políticas públicas para ese cometido esencial.
No se trata, de –como lo han sugerido nuestras amigas feministas, activistas por los derechos de la
mujer, y otras especies de diversidad sexual- reproducir matrimonios patriarcales bajo el manto de la
identidad cultural.
Sin duda, esa es una primera impresión, cuando se pone ojos críticos además de ojos de género,
además de ojos de lesbianas u homosexuales.
Pero la realidad es otra…
La cuestión de la familia, no pasa por que esta sea sagrada o no, sino porque el Estado, tiene una
enorme responsabilidad con ella, no para reproducir el patriarcado con todas sus violencias, sino
para emancipar a la familia de su núcleo patriarcal y la larga lista de discriminaciones que de ella
emergen.
La nueva familia tiene como base de su construcción:
• Relaciones horizontales entre derechos y deberes de la pareja en relación a las hijas e
hijos.
• Sin violencia sexual, física y sicológica.
• Con responsabilidad compartida de la pareja en relación a las labores domesticas.
Tercero.- La modificación normativa o el paso del liberalismo de base colonial al
derecho emancipatorio plurinacional.
Si el liberalismo de base colonial, constituye la matriz normativa y el cimiento de toda la estructura
jurídica en materia de filiación del matrimonio por lo civil. El programa pone en cuestionamiento ese
dato invisibilizado.

133
Como no podía ser de otro modo, numerosas fuentes sirvieron para comprender una práctica tan
común como es el hecho de la filiación matrimonial ante oficial de registro Civil, pero ella se muestra
asimismo como necesaria e inofensiva, es decir lejos de cualquier forma de violencia. Los hechos
de la vida cotidiana ayudan a la continuidad y correspondiente eternización del sistema de filiación
patriarcal, pero ello se ve fuertemente reforzado por pedazos de leyes dispersas que encubren lo que
denunciamos: El sistema de filiación en nuestra legislación responde a un orden patriarcal que busca
la eternidad del derecho de progenie y el patriarca como base el orden familiar.
La nueva normativa emergente tiene la obligación de constituir un modelo donde la celebración del
matrimonio por autoridades indígenas sea homologado por el Estado mediante el oficial del registro
civil, de este modo el desmantelamiento del derecho liberal y la construcción del derecho plurinacional
en materia de matrimonios y filiación, adquieren un sentido profundamente plurinacional.
De hecho, la celebración del matrimonio por lo civil, su registro por parte del Estado, nos muestran
la inocencia con la cual se desenvuelve el liberalismo de base colonial, su transformación pasa por
poner en cuestionamiento ese hecho y su superación pasa por la construcción de un derecho de base
plurinacional, que en el caso presente consiste en la homologación del acto de celebración realizado
por autoridad indígena, por parte del Estado mediante un acto administrativo del oficial de Registro
Civil.
A ello se añade un modelo de Despatriarcalización a la eternidad del derecho de progenie, que hoy
por hoy es dominante en la filiación del recién nacido: el orden de los apellidos.
La filiación por línea paterna responde a un complejo entramado ideológico, que actúa de modo
reticular en el tejido social llegando ha adquirir visos de normalidad y naturalidad, y que -obviamente
excluye- posibilidades de cuestionamiento a un orden social y jurídico sacramentado desde el
patriarcado, patriarcado que en fin de cuentas es otro de los lugares donde el debate continúa.
En nuestra propuesta, despatriarcalizamos este hecho, partimos de una nueva base metodológica y
política del sistema de filiación, el orden de los apellidos se convierte en un modelo convencional
de padre y madre y en su caso el filiado llegado a su mayoría de edad puede cambiar este orden o
suprimir algunos de ellos, en todo caso las consecuencias en materia de sucesiones y herencias.
Por otro lado, el matrimonio como ejercicio de construcción de las “nuevas familias” nos abre las puertas
para reabrir un viejo debate sobre la familia heterosexual dominante en la tradición eurocéntrica y la
tradición religiosa judeo cristiana. Por ello es importante pensar en una nueva visión jurídica que nos
lleve por los terrenos de un nuevo “Código de las Familias”
Cuarto.- De la comunidad del ayllu a la “Gran Comunidad” estatal.
Es sabido que en la comunidad, cuando la “pareja joven se casa, casa quiere”.

134
Este hecho, que proviene de la lógica comunitaria, extendida a la fuerza del Estado, convierte a éste en
la Gran Comunidad, tal como señalará el Vicepresidente Álvaro García Linera, y la Gran Comunidad,
no abandona a la familia, por el contrario en cumplimiento del artículo XX de la Constitución Política
del Estado.
La vivienda como derecho fundamental se constituye en una preocupación estatal de primer orden
que está costando alrededor del cincuenta millones de dólares, tal como lo hizo conocer el Ministro de
Obras Públicas Walter Delgadillo.
Se adhiere a este primer componente, la entrega de un monto económico para emprendimientos
familiares, mediante el Ministerio de Desarrollo Rural, y con ello poder pagar los costos de la vivienda,
sin contratiempos y sin poner en riesgo la estabilidad familiar.
Con todos estos componentes, la sustancia del programa “Matrimonio colectivo con identidad” tiene
una consistencia en materia de política pública, que puede servir de modelo para América Latina, el
Estado ya no señala que la familia es el núcleo de la sociedad para luego abandonarla a su suerte,
sino que invierte toda su fuerza, para que la nueva familia nazca con la preocupación del mismo
Estado, al menos ese es el mensaje de la Nueva Constitución Política del Estado.

Artículos de la Constitución Política que respaldan al programa de


”MATRIMONIOS COLECTIVOS CON IDENTIDAD”

ARTICULO 1°.-
Bolivia se constituye en un Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario,
libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con
autonomías. Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico,
jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país.
ARTICULO 2°.-
Dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indígena originario campesinos
y su dominio ancestral sobre sus territorios, se garantiza su libre determinación en el marco
de la unidad del Estado, que consiste en su derecho a la autonomía, al autogobierno, a
su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la consolidación de sus entidades
territoriales, conforme a esta Constitución y la ley.

135
ARTICULO 3°.-
La nación boliviana está conformada por la totalidad de las bolivianas y los bolivianos,
las naciones y pueblos indígena originario campesinos, y las comunidades interculturales
y afro-bolivianas que en conjunto constituyen el pueblo boliviano.
ARTICULO 4°.-
El Estado respeta y garantiza la libertad de religión y de creencias espirituales, de
acuerdo con sus cosmovisiones. El Estado es independiente de la religión.
ARTICULO 8°.-
I. El Estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama
qhilla, ama Hulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma
qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei
(tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble).
II. El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad, inclusión, dignidad, libertad,
solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia,
equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación,
bienestar común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los
productos y bienes sociales, para vivir bien.
ARTICULO 9°.-
Son fines y funciones esenciales del Estado, además de los que establece la Constitución
y la ley:
1. Constituir una sociedad justa y armoniosa, cimentada en la descolonización, sin
discriminación ni explotación, con plena justicia social, para consolidar las identidades
plurinacionales.
2. Garantizar el bienestar, el desarrollo, la seguridad y la protección e igual dignidad
de las personas, las naciones, los pueblos y las comunidades, y fomentar el respeto
mutuo y el diálogo intracultural, intercultural y plurilingüe.
3. Reafirmar y consolidar la unidad del país, y preservar como patrimonio histórico y
humano la diversidad plurinacional.
ARTICULO 13°.-
I. Los derechos reconocidos por esta Constitución son inviolables, universales,
interdependientes, indivisibles y progresivos. El Estado tiene el deber de promoverlos,
protegerlos y respetarlos.

136
ARTICULO 14°.-
I. Todo ser humano tiene personalidad y capacidad jurídica con arreglo a las leyes y goza
de los derechos reconocidos por esta Constitución, sin distinción alguna.
II. El Estado prohíbe y sanciona toda forma de discriminación fundada en razón de
sexo, color, edad, orientación sexual, identidad de género, origen, cultura, nacionalidad,
ciudadanía, idioma, credo religioso, ideología, filiación política o filosófica, estado civil,
condición económica o social, tipo de ocupación, grado de instrucción, discapacidad,
embarazo, u otras que tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el
reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos de toda
persona.
ARTICULO 15°.-
I. Toda persona tiene derecho a la vida y a la integridad física, psicológica y sexual.
Nadie será torturado, ni sufrirá tratos crueles, inhumanos, degradantes o humillantes. No
existe la pena muerte.
II. Todas las personas, en particular las mujeres, tienen derecho a no sufrir violencia física,
sexual o psicológica, tanto en la familia como en la sociedad.
III. El Estado adoptará las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar
la violencia de género y generacional, así como toda acción u omisión que tenga por
objeto degradar la condición humana, causar muerte, dolor y sufrimiento físico, sexual o
psicológico, tanto en el ámbito público como privado.
ARTICULO 19°.-
I. Toda persona tiene derecho a un hábitat y vivienda adecuada, que dignifiquen la
vida familiar y comunitaria.
II. El Estado, en todos sus niveles de gobierno, promoverá planes de vivienda de interés
social, mediante sistemas adecuados de financiamiento, basándose en los principios
de solidaridad y equidad. Estos planes se destinarán preferentemente a familias de
escasos recursos, a grupos menos favorecidos y al área rural.
ARTICULO 21°.-
Las bolivianas y los bolivianos tienen los siguientes derechos:
1. A la auto identificación cultural.
3. A la libertad de pensamiento, espiritualidad, religión y culto, expresados en forma
individual o colectiva, tanto en público como en privado, con fines lícitos.

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ARTICULO 30°.-
I. Es nación y pueblo indígena originario campesino toda la colectividad humana que
comparta identidad cultural, idioma, tradición histórica, instituciones, territorialidad y
cosmovisión, cuya existencia es anterior a la invasión colonial española.
II. En el marco de la unidad del Estado y de acuerdo con esta Constitución las naciones y
pueblos indígena originario campesinos gozan de los siguientes derechos:
1. A existir libremente.
2. A su identidad cultural, creencia religiosa, espiritualidades, prácticas y costumbres,
y a su propia cosmovisión.
3. A que la identidad cultural de cada uno de sus miembros, si así lo desea, se inscriba
junto a la ciudadanía boliviana en su cédula de identidad, pasaporte u otros documentos
de identificación con validez
5. A que sus instituciones sean parte de la estructura general del Estado.
9. A que sus saberes y conocimientos tradicionales, su medicina tradicional, sus idiomas, sus
rituales y sus símbolos y vestimentas sean valorados, respetados y promocionados.
11. A la propiedad intelectual colectiva de sus saberes, ciencias y conocimientos, así como
a su valoración, uso, promoción y desarrollo.
18. A la participación en los órganos e instituciones del Estado.
ARTICULO 32°.-
El pueblo afro-boliviano goza, en todo lo que corresponda, de los derechos económicos,
sociales, políticos y culturales reconocidos en la Constitución para las naciones y pueblos
indígena originarios campesinos.
ARTICULO 62°.-
El Estado reconoce y protege a las familias como el núcleo fundamental de la
sociedad, y garantizará las condiciones sociales y económicas necesarias para su
desarrollo integral. Todos sus integrantes tienen igualdad de derechos, obligaciones
y oportunidades.
ARTICULO 98°.-
I. La diversidad cultural constituye la base esencial del Estado Plurinacional
Comunitario. La interculturalidad es el instrumento para la cohesión y la convivencia
armónica y. equilibrada entre todos los pueblos y naciones. La interculturalidad tendrá
respeto a las diferencias y en igualdad de condiciones.

138
II. El Estado asumirá corno fortaleza la existencia de culturas indígena, originario,
campesinas, depositarías de saberes, conocimientos, valores, espiritualidades y
cosmovisiones.
III. Será responsabilidad fundamental del Estado preservar, desarrollar, proteger y difundir
las culturas existentes en el país.

139
Anteproyecto de Ley
de Equivalencia Constitucional
Viceministerio de Descolonización
Dirección General de Administración Pública Plurinacional
Unidad de Despatriarcalización

1.- Exposición de motivos


Bolivia está viviendo una hora histórica.
Bolivia nunca más será propiedad de mineros o terratenientes con mentalidad feudal. Nunca más será
propiedad de señoritos con mentalidad patriarcal, ni de feministas burguesas o aburguesadas.
El patriarcado, sistema de dominación social que se expande de la familia a todo el cuerpo social,
constituye un grave problema para la consolidación del Estado Plurinacional Comunitario, un problema
que debe ser enfrentado desde el propio Estado.
Este enfrentamiento, ya no se da solo en el terreno teórico, sino en el de las políticas públicas, en el
lugar donde la discusión conceptual se transforma en materia estatal, en el lugar donde la experiencia
es poca y la voluntad es mucha.
Este enfrentamiento además, tiene que saltar los escollos patriarcales de la forma en que se piensa el
derecho y su construcción política, de la manera en que se piensa y hacen los modelos normativos.
En un claro enfrentamiento a los modelos patriarcales, la Constitución Política aprobada en enero del
2009, establece una serie de dispositivos técnicos especialmente diseñados para enfrentarse con el
patriarcado, para combatirlo en el lugar mismo de su emisión: la Constitución Política.
En ese contexto es que se diseña este anteproyecto, que reúne aspiraciones históricas con experiencias
concretas en la construcción del poder y el ejercicio de autoridad, es un anteproyecto que comulga
el sistema de poder de los primeros habitantes de estas tierras con aspiraciones liberales ignoradas e
invisibilizadas por ser aspiraciones y pretensiones de mujeres.
Así pues, un encuentro entre historicidad del Chacha Warmi proveniente del gobierno Inca en el
Tahuantinsuyu, con Olympe de Gouges, mujer revolucionaria de Francia en el siglo XVIII, da lugar
a un marco emancipatorio que de acuerdo al lenguaje de la constitución habla de equivalencia
de condiciones. Esta equivalencia no puede darse en el aire, sino que tiene que ser el resultado de
determinadas condiciones políticas y de una enorme voluntad de cambio en el ámbito de nuestras
legisladoras y nuestros legisladores.

140
Este anteproyecto representa un esfuerzo institucional del Viceministerio de Descolonización, en el
marco del desarrollo normativo que exige la Nueva Constitución.
Este desarrollo normativo se inscribe dentro del “constitucionalismo emancipatorio”, es decir, dentro
del constitucionalismo que está comprometido con la dignidad de las personas, los pueblos y
fundamentalmente la Madre Tierra, nuestra Pachamama.
Así pues, el presente anteproyecto es la expresión de dos tradiciones políticas que partiendo de ejes
culturales diferentes, confluyen en un lugar común: una lucha frontal contra el patriarcado.
“No puede haber descolonización sin despatriarcalización”, sentencia un graffiti cerca de la Universidad
Mayor de San Andrés en la ciudad de La Paz, y tiene razón, pero a su vez no puede haber
despatriarcalización sin descolonización.
El patriarcado es uno de los sustentos del colonialismo y la colonialidad contemporáneas, su
desinfectante inmediato es precisamente la despatriarcalización, así el despliegue de la descolonización
en términos de políticas públicas, tiene como compañera inseparable a la despatriarcalización también
en términos de políticas públicas.
Pero antes de todo es necesario hablar del patriarcado, hablar de un tema que es invisible, porque
no se muestra como tal, porque se encubre de racional, lógica, natural y hasta científicamente
demostrable.
Efectivamente, el patriarcado no se muestra a sí mismo, pero existe y lo sabemos, porque el patriarcado
es como el pan nuestro de cada día, es parte de los mitos contemporáneos que no tienen genealogía
visible.
Pero sabemos lo que es el machismo, el patriarcado es también machismo, pero el machismo es grosero,
es la versión poco tolerable del patriarcado.
El patriarcado es, según Gerda Lerner “la manifestación e institucionalización del dominio masculino
sobre las mujeres y niños/as de la familia y la ampliación de ese dominio sobre las mujeres en la sociedad
en general”.
El patriarcado es un sistema de relaciones de poder a imagen y semejanza del masculino, ¿cómo
ocurrió esto?, bueno no se tiene una genealogía, una historia que nos lo diga, lo que sabemos es que
la invasión de los españoles a estas tierras exacerbó el modelo patriarcal sustentado en el guerrero
y el cura católico, exacerbó el patriarcado de base católica que luego fue imitado por el patriarcado
de base protestante.
El patriarcado contemporáneo –el liberal- tiene como base al colonialismo español del siglo XVI, en
su trayectoria ha ido invisibilizándose de modo tal, que hoy es poco perceptible al sentido común, de
hecho no se muestra, se lo ejerce, es invisible al sentido común.

141
Su expansión mundial fue obra del proceso de colonización a lo largo de los siglos XVI, XVII, XVIII,
XIX y XX, obra nefasta que se llevo a cabo, por ingleses, holandeses, portugueses, daneses, franceses,
por Europa entera, pues ella fue la primera beneficiaria de la conquista española y a nosotros indígenas
nos tocó la peor parte: ser victimas del genocidio.
De este modo y como señala Eduardo Galeano, “España tenía la vaca y otros tomaban la leche”. El
proceso de colonización estuvo acompañada por el proceso de patriarcalización de la sociedad y por
ende del Estado colonial que luego fue sustituido por el Estado liberal, democrático y republicano en
sus diversos modelos de regularidad, liberalismo clásico del siglo XIX, liberalismo de bienestar del
principios del siglo XX y neoliberalismo en todas sus versiones actualizadas, como actualizado es el
patriarcado, en cada momento histórico.
La despatriarcalización, es el enfrentamiento contra toda esa herencia colonial, es la respuesta de
la resistencia al modelo neoliberal y hoy es materia de políticas públicas. Es la desestabilización de
relaciones sociales de dominio y de ejercicio del poder como lo plantea Sarela Paz. Es la transgresión
de las reglas sociales, culturales, religiosas, normativas y políticas patriarcales que tienen la misión de
eternizar el cautiverio de las mujeres, tal como afirma Marcela Lagarde.
La despatriarcalización, debe entenderse –entonces- como un ejercicio de políticas públicas,
tendientes a visibilizar al patriarca y el patriarcado en todas sus versiones y al hacerlo buscar la forma
de disminuir su intensidad y de ahí a su erradicación.
La despatriarcalización, tiene en Bolivia un nivel de institucionalidad que no existe por toda América
Latina y se encuentra en el Viceministerio de Descolonización, dependiente del Ministerio de Culturas.
Sin duda una experiencia inédita por estas tierras del Abya Yala.
Y en el marco de la Nueva Constitución Política la despatriarcalización se proyecta como una
transformación del lenguaje de los Derechos Humanos, ya no entrampado en el eufemismo de la “igualdad
de oportunidades”, que disimula la tensión entre patriarcado y procesos de despatriarcalización, sino
de enfrentamiento directo con el problema central: Colonialismo y Patriarcalismo.
2.- Considerando:
Qué, la Nueva Constitución Política del Estado establece un marco normativo
despatriarcalizador de la institucionalidad estatal, tal como se advierte en los artículos 11 y 172
(inc. 22).
Que, la historia de los primeros habitantes de estas tierras evidencia la existencia de reglas
de parentesco, estructura de poder y ejercicio de autoridad por vía bilateral entre hombre y mujer, tal
como lo demuestra el extenso documento escrito por Don Felipe Guaman Poma de Ayala en 1612.
Que, la historia de la humanidad ha invisibilizado un reclamo justo realizado en plena
revolución francesa, por Doña Olympe de Gouges en la Declaración de los Derechos de la Mujer y

142
Ciudadana el año de 1789, habiendo sido guillotinada por ese motivo y olvidado el justo reclamo.
Que, siendo el patriarcado un obstáculo en la consolidación del Estado Plurinacional, no
solo por constituir hábitos perversos, sino porque el blindaje colonial del Estado afecta principalmente
a indios y mujeres.
Que, la descolonización es el cimiento de una sociedad justa y sin discriminación, además
de constituir una función esencial del Estado, tal como se establece en el artículo 9º de la Constitución
Política.
Que, la despatriarcalización es inseparable de la descolonización y ambas constituyen
campos de lucha donde se juega la complementariedad entre géneros.
Que, la enseñanza de nuestros mayores Bartolina Sisa -Tupaq Katari, Santos Marka T`ula,
Zarate Willka, Apiaguaiky Tumpa, Kurusa Llawy -Tomas Katari, Avelino Siñani, Juana Azurduy
- Ascencio Padilla, Domitila Chungara, Adela Zamudio, Micaela Bastidas y Tupaq Amaru, en
cumplimiento estricto del mandato histórico de nuestras abuelas y abuelos, nos conducen a un futuro
de descolonización y despatriarcalización
La Asamblea Legislativa Plurinacional sanciona la siguiente Ley de Desarrollo Constitucional en
materia de Institucionalidad Estatal:

Anteproyecto de Ley
“Bolivia con Equivalencia Constitucional”
Título I
Capítulo I
Objeto, Ámbito De Aplicación, Principios Y Definiciones
Artículo 1º.- (Objeto).
La presente ley tiene por objeto despatriarcalizar el Estado Colonial desde el Estado
Plurinacional, desarrollando constitucionalmente los artículos 11 y 172 inciso 22 de la
Constitución Política del Estado Plurinacional, en las designaciones de Directores, Jefaturas
de Unidad, Secretarios Departamentales, Oficiales Mayores y Directores, como servidores y
servidoras públicos en los Órganos Legislativo, Ejecutivo, Judicial y Electoral; en instituciones
públicas descentralizadas; las gobernaciones departamentales, las autonomías regionales,
municipales y originaria indígena campesina.

143
Artículo 2º.- (Ámbito de Aplicación)
La presente ley es de cumplimiento obligatorio en todo el territorio nacional, para que los
géneros sean partícipes en las designaciones como servidoras y servidores públicos del 50%
en los Órganos Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral, las Gobernaciones Departamentales,
los Gobiernos Municipales, las autonomías regionales e indígena originaria campesina.
Artículo 3º.- (Principios)
En cumplimiento obligatorio se deberá aplicar los principios y valores, consagrados en la
Constitución Política del Estado Plurinacional la:
a) Complementariedad: Entre géneros en la conformación de los poderes públicos por
sistema de designación.
b) Igualdad de oportunidades.- Todas las personas y pueblos tienen derecho a las mismas
oportunidades.
c) Armonía.- Con la Madre Tierra y entre géneros.
d) Equivalencia de género.- En la institucionalidad estatal central como departamental,
las autonomías regionales y la indígena originaria campesina.
e) Equidad social.- En la distribución y redistribución del producto social plurinacional.
f) Participación equitativa.- Los géneros tienen el mismo derecho en la participación de
la institucionalidad estatal, departamental, regional y la autonomía indígena originaria
campesina.
g) Descolonización.- En toda forma de discriminación, en toda forma de subordinación
en toda forma de relaciones de dominio sustentadas en el color de la piel, sea en la
institucionalidad estatal o en el ámbito privado.
h) Despatriarcalización.- Las políticas públicas, los diseños institucionales y los modelos
normativos tienen la misión de visibilizar, denunciar y transformar las relaciones de
dominio de base patriarcal.
i) Participación y control social.- Los órganos del poder público en todos sus niveles
garantizarán la participación en equivalencia de género y facilitarán el control
social sobre la gestión pública por parte de la sociedad civil organizada de acuerdo
a lo establecido en la Constitución Política del Estado, la presente ley y las normas
aplicables.

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Artículo 4º.- (Definición)
a. Equivalencia Constitucional.- Consiste en el diseño institucional del Estado,
gobernaciones departamentales, autonomías regionales e indígena originaria campesina
en condiciones paritarias e igualitarias de género.
Título II
Capítulo I
De Los Órganos Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Electoral, Gobernaciones, Autonomías
Regionales E Indígena Originaria Campesina
Artículo 5º.- (Órgano Ejecutivo)
Se designará con equivalencia de género en cargos jerárquicos a las servidoras y servidores
públicos: jefes y jefas de unidad, directoras y directores, viceministros y viceministros y
ministras y ministros del Estado Plurinacional
Artículo 6.- (Órgano Legislativo)
El Órgano Legislativo, mediante ley expresa establecer la equivalencia constitucional en su
composición jerárquica.
Artículo 7º.- (Órgano Judicial)
Se designará con equivalencia de género en cargos jerárquicos a las servidoras y servidores
públicos: magistradas y magistrados del Estado Plurinacional
Artículo 8º.- (Órgano Electoral).
Se designará con equivalencia de género en cargos jerárquicos a los servidoras, servidores
públicos: vocal del tribunal supremo electoral y departamental.
Artículo 9º.- (Gobernaciones departamentales).
El sistema jerárquico intermedio por sistema de designaciones estará compuesto con
equivalencia constitucional.
Artículo 10.- (Autonomías Regionales)
Las autonomías regionales se regularán conforme a lo dispuesto en el artículo anterior.
Artículo 11º.- (Autonomías Indígenas).
En la conformación de las autonomías indígenas se establecerá el principio de paridad en la
función de autoridad y ejercicio de poder.

145
Título III
Capítulo I
Disposición Final Única
Artículo 12.- Los Órganos Ejecutivo, Judicial, Legislativo, Electoral; las Gobernaciones
Departamentales, los Gobiernos Municipales, las Autonomías Regionales e Indígena Originaria
Campesina son las responsables de su aplicación progresiva y en base a los procesos de
reestructuración institucional.

Fírmese, promúlguese y archívese.


La Paz, […]

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