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SUPREMA CORTE DE JUSTICIA - SALA SEGUNDA

PODER JUDICIAL MENDOZA

foja: 275
CUIJ: 13-04643010-1()
FELIX EMIR ROBERTO Y OTS. C/ GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE
MENDOZA P/ ACCIÓN INCONSTITUCIONALIDAD
*104726940*

Mendoza, 14 de Marzo de 2019.


VISTOS:

El llamado al acuerdo de fojas 274, y

CONSIDERANDO:

I.- Que a fs. 267/273 el abogado Efraín Ignacio Quevedo Mendoza,


con el patrocinio letrado de José Luis Correa y en representación de los actores,
solicitando que se le conceda el plazo del art. 29 del CPCCyT para acreditar la
personería invocada, deduce recurso de resposición contra el auto que corre
agregado a fs. 232 de autos, por el cual se encomendó el conocimiento y
resolución de la presente causa al Tribunal en pleno y se citó en forma personal a
los actores, al Asesor de Gobierno y al Fiscal de Estado a una audiencia para el 14
de marzo a las 12 hs.

Cuestionan que la citada resolución padece de vicios in


procedendo y errores de juzgamiento, que vulneran la garantía del debido proceso
y los derechos de la defensa y al juez natural (reconocidos en el art. 18, C.N).

En primer término se agravian porque el Sr. Ministro Garay


suscribió la convocatoria a Tribunal Pleno cuando carece de poder para intervenir
mientras tramita la recusación con causa por ellos deducida y recaiga resolución
definitiva sobre su procedencia (de conformidad con lo previsto por los arts. 16-
VIII; 91-I y 88-III, CPCCyT); agregando que si bien la recusación fue rechazada
por auto dictado a fs. 300 (del expediene adonde tramitó la medida cautelar), tal
decisorio ha sido objeto de reposición y el mismo se encuentra pendiente de
decisión.
En segundo lugar oponen que según el art. 7 de la Ley 4969 el
Tribunal Pleno sólo puede ser convocado en oportunidad de “celebrarse el
acuerdo para dictar sentencia definitiva”; lo cual tiene razón de ser porque la
competencia del Tribunal Pleno se limita a la unificación de jurisprudencia en las
cuestiones legales de fondo debatidas.

Asimismo, oponen que es el Presidente de la Sala Segunda -que


interviene en la causa- quien cuenta con competencia para impulsar la
convocatoria (según la distribución prevista en los arts. 3, 4 y 5, Ley 4969), en
función de lo cual la resolución recurrida padecería de vicios de oportunidad -al
haber sido dictada de manera prematura- y de incompetencia por razón de la
función, al provenir de un Tribunal que no interviene en el conocimiento de la
causa. Piden que la causa siga su trámite ante la Sala Segunda.

Por último, invocan que el Tribunal Pleno sólo puede ser


convocado para dictar sentencia sobre el fondo (“sentencia definitiva”, conf. Art.
7, Ley 4969), siendo incompetente para sustanciar la causa y pronunciarse sobre
cuestiones de procedimiento. Denuncian la existencia de una cuestión federal y
formulan reserva de plantear el respectivo recurso extraordinario.

II.- Admision formal.

Que el recurso de resposición bajo examen -comprensivo de la


nulidad- ha sido deducido en tiempo y cumple con las formalidades de ley, por lo
que corresponde pasar al examen de los agravios, sin sustanciación, atento que se
cuestiona un auto dictado de oficio (conf. Arts. 131 y 225, CPCCyT).

III.- Improcedencia del recurso.

Esta Corte tiene dicho que, salvo el caso de evidente error material
imputable al Cuerpo, el recurso de reposición previsto por la normativa procesal
resulta sustancialmente improcedente cuando no se advierte error de derecho que
deba ser modificado por contrario imperio (LA: 196-179), ni la existencia de un
yerro ostensible y grosero, entendido como tal al error esencial que sin ser
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material tiene tal entidad y es tan evidente que puede y debe asimilarse a este
último (LA: 233-187); por lo que es ineficaz cuando se intenta contradecir el
criterio mismo que informa la resolución (LA: 142-553; 152-138; 156-359, 159-
482; 143-314; 150-422; 152-242-162-300, 169-131, 280-152, entre otros.).

Que el examen de los agravios opuestos por los actores conduce a


desestimar el remedio impetrado.

En efecto, si bien los actores invocan que el Sr. Ministro Garay no


podría haber dictado la resolución cuestionada (de fecha 28 de febrero y publicada
en lista diaria del 6 de marzo del corriente año) mientras no se resolviera en
definitiva la recusación con causa contra él opuesta; en la misma crítica reconocen
que las causales de impedimento y de sospecha ya habían sido antes desestimadas
(en cuanto al fondo, mediante auto dictado el 27 de febrero y publicado en la lista
diaria del día siguiente).

El recurso contra tal decisorio (que rechazó la recusación con


causa) recién fue presentado el 12 de marzo y ha sido desestimado por la Sala
Segunda (auto publicado en la lista y notificado por cédulas electrónicas del día
13 de marzo), por lo que ese asunto ha devenido irrevisable. Así entonces, mal
podría entenderse que el auto cuestionado fue dictado por quien estaba
sospechado en su idoneidad subjetiva e imparcialidad.

Por lo demás, deviene inconducente e inoficioso el planteo de


nulidad basado en la supuesta incompetencia del Presidente de la Sala Primera
para convocar al Tribunal en pleno, pues la decisión ha sido adoptada tanto por el
Presidente de la Suprema Corte como por el Presidente de la Sala Segunda -ante
la cual se está tramitando la causa-, respecto de quienes no está debate que
legítimamente cuentan con la suficiente potestad para tomar tal tipo de
resoluciones, por lo que el decisorio resulta igualmente válido con la sola firma de
cualquiera de estos dos últimos.

Vinculado con la oportunidad de la convocatoria al Tribunal en


pleno, cabe circunscribir que los actores no discuten los fundamentos que
sustentan la conveniencia de encomendar la resolución de la causa al Tribunal en
pleno, sino tan sólo que tal convocatoria es anticipada, prematura, por lo que de
modo irregular alcanzaría no sólo a la sentencia sino también a los demás actos de
sustanciación de la causa.

Pero ello no es así puesto que, según reglan los arts. 224, 225 y 227
del CPCCyT (Ley 9001), vigente desde el 1 de febrero del 2018, la acción de
inconstitucionalidad procede en instancia única ante la Suprema Corte de Justicia,
debiéndose aplicar al trámite las disposiciones establecidas para el proceso de
conocimiento; dentro del cual se prevé que las audiencias inicial y final se deben
realizar con la presencia de todos los miembros que hayan de pronunciar la
sentencia.

Que la convocatoria a tribunal pleno constituye una facultad no


sólo para los casos de ser necesario uniformar la jurisprudencia, sino también
cuando la importancia de la materia aconseje la conveniencia de tal intervención
(LA: 104-064).

Así entonces, si desde la etapa inicial del juicio se advierte que se


está en presencia de un caso con una importancia y gravedad institucional tales
que la materia aconseja la conveniencia de tal intervención, las reglas procesales
actualmente vigentes, que orientan hacia la oralidad como forma de fortalecer la
garantía del debido proceso a través de la inmediación del juez, sustentan el
mérito de que todos los Ministros del Tribunal -y no sólo los que integran la Sala
ante la que se inició el proceso- participen de la sustanciación de la causa,
debiendo estar presentes tanto en la audiencia inicial como en la audiencia final.
En tal marco, la resolución recurrida procura resguardar las garantías y derechos
procesales de las partes, de modo que no se advierte que padezca de algún vicio
evidente de procedimiento ni de juzgamiento que pudiera ameritar su revocación.

Por otra parte, los sistemas procesales no admiten la declaración de


nulidad de los actos procesales por la nulidad misma, sino sólo en cuanto lesionen
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algún interés de las partes. Dicha exigencia tiene por finalidad evitar el
establecimiento de nulidades puramente formales, haciendo lugar sólo a aquéllas
que tengan idoneidad para corregir errores capaces de perjudicar realmente aquél
interés.

En el caso, los recurrentes plantean la nulidad de la convocatoria al


Tribunal en pleno pero en ningún momento esbozan cuáles serían, en concreto, los
perjuicios que les podría ocasionar la participación de todos los Ministros de esta
Corte en las audiencias y demás actos fundamentales del proceso. Esa falta de
demostración del interés legítimo por parte de la quejosa, pone en evidencia la
ausencia de afectación del derecho de defensa alegado, no habiendo causa para
declarar nulidad alguna.

Tampoco resulta atendible el planteo de violación al debido


proceso o a la defensa en juicio, derivada de una supuesta sustracción de la causa
de sus jueces naturales, ya que -además de la normativa específica antes citada-
por mandato de la Constitución Provincial, es la Suprema Corte de Justicia de la
Provincia, en su conjunto, quien tiene la jurisdicción originaria -y de apelación-
para conocer y resolver sobre la constitucionalidad de leyes, ordenanzas o
reglamentos que estatuyan sobre materia regida por la Constitución provincial. La
división en Salas fijada por el legislador obedece a cuestiones de estructura y
organización interna del Poder Judicial, pero ello en modo alguno puede atentar
contra la competencia originaria constitucionalmente asignada a la Suprema Corte
provincial ni, por tanto, a la garantía del juez natural.

En conclusión, por los fundamentos antes expuestos, no


corresponde hacer lugar al recurso deducido a fs. 267/273.

IV.- Las costas deber ser impuestas a la parte recurrente vencida y


los honorarios ser diferidos para su oportunidad (art. 36, CPCCyT)

V.- Atento el modo como se resuelve la presente incidencia,


habiendo quedado firme la integración del Tribunal, corresponde levantar la
suspensión del proceso (decretada a fs. 274, último párrafo) y continuar con la
tramitación de la causa según su estado; esto es, ordenando correr traslado de los
respondes (de fs. 213/229 por el Asesor de Gobierno y de fs. 239/265 por el Fiscal
de Estado) a la parte actora (conf. Art. 165, CPCCyT); como así también fijar
nueva fecha de audiencia.

En virtud de ello, el Presidente de la Suprema Corte, el Presidente


de la Sala Segunda y el Presidente de la Sala Primera de la Suprema Corte de
Justicia,

R E S U E L V E N:

1°) No hacer lugar al recurso deducido a fs. 267/273, con costas.

2°) Diferir la regulación de honorarios para su oportunidad.

3°) Levantar la suspensión decretada a fs. 274 y correr traslado a


los accionantes de los respondes obrantes a fs. 213/229 y a fs. 239/265, por el
término y bajo apercibimiento de ley.

4°) Fijar nueva fecha de audiencia para el día MIÉRCOLES


VEINTE (20) de MARZO del 2019, a las DOCE (12) HORAS, con citación de las
personas y en el mismo lugar ordenados a fs. 232, dispositivo 2°).

Regístrese. Notifíquese.

DR. JORGE HORACIO NANCLARES DR. MARIO DANIEL ADARO


Ministro Ministro

DR. DALMIRO FABIÁN GARAY CUELI


Ministro

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