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HEGEMONÍA CULTURAL, VIOLENCIA SIMBÓLICA Y

CONFLICTOS SOCIOAMBIENTALES EN EL PERÚ


*Carlos Gustavo Viloche Armas

Sin duda alguna, el devenir histórico de un país no puede ser abordado desde una visión
unidimensional, pues, como es obvio, nos traería la trágica consecuencia tener una
perspectiva errada y aislada de la realidad; para tratar de evitar este dilema, es necesario poder
recurrir a una gama multidisciplinaria de ciencias, en especial de ciencias sociales, para poder
tener un conocimiento más o menos acertado de las relaciones sociales que imperan hoy en
día. La Economía, juega un papel importante en este análisis, lo mismo ocurre con la
Sociología e incluso la Ciencia Política.

Teniendo esto en mente, es sencillo poder inferir lo que el autor trata de esgrimir: Un País
como el nuestro, cuya Economía es principalmente extractivista y minero, en el cual existe
un alejamiento notorio por parte del Estado en cuanto a políticas ambientalistas y con la
sazón de tener a una población, cuya conciencia social es muchas veces indiferente de los
conflictos sociales en general, es «tierra fértil» para la proliferación de Conflictos
Socioambientales. Con un enfoque multidisciplinario en mente, también resulta sencillo
poder imaginar que estos conflictos no han surgido, como se dice coloquialmente “de la
noche a la mañana”, sino que obedecen a un patrón de evolución histórica, pues recordemos
que el Perú adolece de un desmedido extractivismo, el cual es casi depredador, desde la época
del Virreynato, Galeano mencionaba incluso en su célebre La Venas Abiertas de América
Latina” (haciendo referencia a su vez a otro trabajo digno de lectura, La Economía de
América Latina del autor francés Jacqueline Beaujeu-Garnier) que «Una economista francés
sostiene que la peor herencia colonial de América Latina, que explica su considerable atraso
actual, es la falta de capitales. Sin embargo, toda la información histórica muestra que la
economía colonial produjo, en el pasado, una enorme riqueza a las clases asociadas, dentro
de la región, al sistema colonialista de dominio. La cuantiosa mano de obra disponible, que
era gratuita o prácticamente gratuita(…)»1

Para los habitantes de América Latina no resulta extraño poder comprobar diariamente en
los diferentes medios de prensa la existencia latente de Conflictos Sociales; en el Perú, según
el Reporte de Conflictos Sociales más reciente, es decir el reporte N°179 – enero 20192
existen un total de 180 conflictos sociales (133 activos y 47 latentes) . Dentro de este informe
podemos observar en un cuadro que clasifica los Conflictos Sociales según su tipo (Ver
Anexo 1) que los Conflictos Ambientales del Tipo Socioambiental ocupan el primer puesto
de la lista de los Conflictos con un número de 115 conflictos, es decir el 63,9%. Con estos
datos ya podemos ir haciéndonos una idea de la situación en la que nuestro país se encuentra.

Con un simple vistazo a las estadísticas mostradas en el párrafo anterior podemos llegar a la
conclusión que existe una grave problemática socioambiental en nuestro país, problemática
muchas veces dejada de lado por los entes estatales, pero ¿Por qué son estos tipos de
conflictos los más comunes en nuestro país? Para responder a esto, debemos entender que
las políticas económicas juegan un papel fundamental en este asunto; pues la manera de como

1
Galeano, E. (1971). La Venas Abiertas de América Latina. México: Editorial Siglo XXI.

2Autores Varios. (2019). Reporte de Conflictos Sociales N°179 . 15-02-2019, de Defensoría del Pueblo Sitio
web: https: https://bit.ly/2F5lMhC

1
se organiza un Estado, y por tanto una Sociedad, va a influir directamente en el devenir
histórico de los mismos. Así un país cuya economía se base casi parasitariamente en el
Extractivismo, y en especial en el sector minero, es casi un axioma que aparezcan conflictos
sociales de índole ambiental, pues en la mesa participan diversas fichas, tales como el
bienestar de la población y, claro está, el cuidado del medio ambiente. Al respecto podemos
sostener que: «En la última década, los conflictos socioambientales en Latinoamérica han
cobrado una visibilidad inusitada en el marco de un modelo de desarrollo extractivista basado
en la explotación a gran escala de los recursos naturales, que además implicó el avance de las
fronteras productivas a zonas antes consideradas como marginales . Este neodesarrollismo
trajo aparejado el surgimiento de fuertes resistencias sociales que han puesto en cuestión el
propio sentido de “el desarrollo”, planteando alternativas de vida, de producción y de
relación con “la naturaleza” »3 Es decir, siguiendo con el análisis materialista que impregna a
este ensayo, que los Conflictos Sociales como hecho social no solo es el resultado de
determinas categorías sociales, económicas y políticas; sino que a su vez ha generado también
otras tantas categorías como el Desarrollo Sostenible.

Habiendo fijado esto, nos corresponde poder analizar las partes y origen de estos conflictos,
para ello, es necesario poder dejar en claro que debemos ubicarnos en un tiempo económico
que pertenece al modelo Neoliberal, y como en todo modelo, existen Relaciones Sociales y
Relaciones Sociales de Producción, conceptos desarrollados arduamente por Karl Marx o
Max Weber; pero quem para efectos de síntesis, tomaremos la definición (que es resultado
de un profundo estudio, claro está) que nos da Marta Harnecker: «En las sociedades en que
existe la propiedad privada de los medios de producción, los propietarios de los medios de
producción tienen un papel en el proceso general de producción, sin figurar necesariamente
como productores directos, pues al ser dueños de los medios de producción hacen posible
el proceso. Como los medios de producción son las condiciones materiales indispensables a
todo proceso de producción, como es imposible producir sin medios de producción, los
hombres que no poseen estos medios, o que disponen de una cantidad demasiado pequeña
de ellos, terminan por trabajar para aquellos que poseen los medios fundamentales de
producción»4 Resulta sencillo entonces poder encajar los supuestos: Nos encontramos en
una sociedad basada en una Economía Neoliberal que promueva la propiedad privada y en
la cual existe una marcada brecha entre las clases socioeconómicas; existe una clase potentada
que rige los medios de producción, es decir los proceso que van a crear riqueza y capital; más
específicamente en este caso, aquellas personas (que también forman parte de entidades de
inversión) que van a desarrollar actividades económicas que involucren al medio ambiente o
a grupos humanos que puedan verse afectados por el impacto futuro en el medio ambiente,
y, tal como hemos ya recalcado, las principales actividades que involucran al medio ambiente
son las extractivistas mineras. Los responsables de estas actividades se van a relacionar, de
una manera u otra, con el otro sector de la sociedad: Los trabajadores o los pobladores de la
zona en la cual se va a realizar las actividades mineras (entiéndase metálicas, no metálicas, de
hidrocarburos, etc.) constituyendo pues relaciones sociales. Se debe aclarar que para el
desarrollo del presente ensayo nos vamos a centrar principalmente en las actividades mineras
generadas por empresas o personas que tengan la característica de tener en su poder el control
de medios de producción. Ahora, las relaciones sociales que se van a generar de esta
interacción pueden ser pacíficas, que resulta bastante extraño o, como es más usual,
conflictivas y por tanto van a dar como consecuencia la aparición de Conflictos
Socioambientales ya que existirá una confrontación de intereses.

3 Trentini, F y Sorroche, S. (2016). Repensando los conflictos socioambientales desde una


ecogubernamentalidad en fricción*. Estudios Políticos, 149, 132-147.
4
Harnecker, M. (1969). Los Conceptos Elementales del Materialismo Histórico. México: Editorial Siglo XXI.

2
El término hegemonía deriva del griego eghesthai, que significa «conducir», «ser guía», «ser
jefe»; o tal vez del verbo eghemoneno, que significa «guiar», «preceder», «conducir», y del
cual deriva «estar al frente», «comandar», «gobernar». Por eghemonia el antiguo griego
entendía la dirección suprema del ejército. Se trata pues de un término militar. Egemone era
el conductor, el guía y también el comandante del ejército. En el tiempo de la guerra del
Peloponeso, se habló de la ciudad hegemónica, a propósito de la ciudad que dirigía la alianza
de las ciudades griegas en lucha entre sí. Antonio Gramsci definía a la Hegemonía Cultural,
en paralelo al concepto de Violencia Simbólica de Bourdieu como la dominación cultural por
parte de una clase (la clase dominante desde luego) ante el resto de la Sociedad, estableciendo
de esta manera unos parámetros o estándares ideológicos que, consecutivamente
influenciarían en la organización de la misma sociedad, llegando a establecer y justificar un
Status Quo en específico. En uno de sus escritos, el filósofo marxista llega a conjeturar que:
«Todo es político, también la filosofía o las filosofías, y la única filosofía es la historia en acto,
es decir la vida misma (..) y se puede afirmar que la elaboración teórica y la realización de la
hegemonía realizada por Ilich (Lenin) se ha convertido en un gran acontecimiento
metafísico.» 5 Lo cual se traduce en que las relaciones sociales devienen en políticas, o lo que
es lo mismo, estas influyen en la organización de una Sociedad, argumentos que reafirman la
tesis que maneja el presente trabajo.

Pero, en el aspecto que nos corresponde analizar senta, o termina de sentar, las bases de las
relaciones hegemónicas, y ya no solo sociales, que serán generadas en un Conflicto
Sociambiental. Ahora pues, podemos entrar al siguiente punto del ensayo: La Hegemonía
Cultural y Los Conflictos Socioambientales: Al darse un conflicto social en general, siempre
van a existir posiciones en cuanto al común de la sociedad: Aquellos que argumenten un
desarrollo económico y por tal, justifiquen el impacto ambiental o social de una determinada
actividad económica y, aquellos que por el contrario, sopesen con mayor interés la necesidad
de salvaguardar el medio ambiente y la integridad de los pueblos involucrados; no obstante,
siempre va a existir una Hegemonía influenciada por la Cultura, la cual se debe entender
como todo medio de creación humana, pero en este caso, direccionada a crear un
determinado pensamiento que terminará por ser el imperante. Resulta fácil poder ejemplificar
las afirmaciones versadas con anterioridad: No es ajeno para nadie la información mediática
a la cual estamos expuestos en el día a día, periódicos, televisión, radio, redes sociales, entre
otros; todos medios de comunicación, que, queramos o no, siguen patrones de
comportamiento en común de quienes ostentan el poder político y económico que los
mantiene. De esta manera, esta ventaja material que tiene la clase potentada y que ya hemos
visto que mantiene el control de ciertos medios de producción va a influenciar de una manera
directa en el pensamiento colectivo, o dicho de una manera más armoniosa, en la Conciencia
Social de la población, inclinando la balanza a su favor en cuanto a la opinión pública,
creando de esta manera una palpable Hegemonía Cultural.

Esta Hegemonía Cultural, además, se ve reforzada por otros tantos componentes de le


Estructura Social como la Educación, siendo que muchas veces, esta tiene un fin meramente
técnico, habiendo dejado desde el inicio de la Dictadura Fujimorista el carácter
multidisciplinario de la educación básica y superior. Esta formación se constituye entonces
en otro pilar para la construcción de una Hegemonía Cultural que condiciona el pensamiento
crítico a favor de los sectores de producción que afectan el Medio Ambiente (Sin importar
los impactos que tengan o no, pues no se puede negar la existencia de, por ejemplo, una
Minería Responsable y Necesaria para la Economía Peruana); pero, esta no es la única manera
de contribuir a la estandarización de esta Hegemonía Cultural, al margen de tomar o no una

5Gramcis, Antonio. (1975). EL materialismo histórico y la filosofía de Benedetto Croce. México: Juan Pablos,
Editor.

3
posición; existe un sector que se ubica en un intermedio o, siendo más directos, en una
indiferencia que va a sopesar finalmente en el lado del sector denominaste; pues aquí se
encuentra el análisis más prolífico de la Hegemonía Cultura, todos aquellos que se ubiquen
en el sector de los Indiferentes o Indecisos, van a ser absorbidos, políticamente hablando,
por el sector dominante pues, al fin y al cabo, su posición no tiene la suficiente fuerza
histórica y social para contrarrestarla, siendo solo un mero pasivo e inerte. No era en vano
entonces la popular frase de Gramsci, «Odio a los indiferentes.» (perteneciente al libro del
mismo nombre) pues entendía las consecuencias de enarbolar una posición tan socialmente
débil.

No obstante, esta no es la única manera en la que la Hegemonía Cultural puede aportar al


análisis de los Conflictos Socioambientales, pues existe la posición de tomar a la Hegemonía
Cultural como Método; así Eugenio Cortez Ramirez nos dice que «Para culminar su proceso
de articulación como método analítico, la hegemonía cultural debe ser implementada en dos
fases. En una primera fase, podría hablarse del proceso de democratización de la producción
cultural. Y en una segunda, del cambio social como consecuencia primordial de este método.
Para Raymond Williams, este método nace como consecuencia de la relación establecida
entre cultura y sociedad. Pero, según Edward P. Thompson, este método tiene como fin
estudiar cada cultura específica en su totalidad, como parte integrante, autónoma y
complementaria de una superestructura homogénea. Y esta homogeneidad estaría compuesta
por el estudio de cada una de las tradiciones culturales erudita y popular (Thompson, 1963).
La idea de cultura implica idea de tradición. De ciertas clases de conocimientos y destrezas
que habían sido transmitidos de una generación a la siguiente.» 6 Para fines didácticos vamos
a centrarnos en el segundo postulado: El Cambio Social como consecuencia primordial de
este método, en el cual existe una estrecha relación entre Cultura y Sociedad. De esta manera
podemos dar respuesta a las preguntas planteadas en la Introducción del presente trabajo:

En cuanto a la Violencia Simbólica, «El análisis de la aceptación dóxica del mundo que resulta
del acuerdo inmediato de las estructuras objetivas con las estructuras cognoscitivas, es el
verdadero fundamento de una teoría realista de la dominación y de la política. De todas las
formas de “persuasión clandestina”, la más implacable es la ejercida simplemente por el
orden de las cosas.” »7 Es decir, el fundamento de una Dominación Cultural tiene una
estrecha relación con las estructuras objetivas, fungiendo esta cita también como una suerte
de unión de lo expuesto con anterioridad, pues sirve como colofón de las Relaciones Sociales,
La Estructuras Objetivas y la Hegemonía Cultural. Pero, para ser más sucintos vamos utilizar
un desarrollo de la Teoría de Bourdieu que puede resultar más explicativo: «Las nociones de
dominación, poder, violencia y lucha han estado casi desde siempre presentes en el
vocabulario de la sociología y, en general, en el de las ciencias sociales. Esta pertenencia habla
de una problemática que es constitutiva de lo social, en tanto la conflictividad es inherente al
entramado social, espacio de relaciones de dominación, de poder, de enfrentamientos. La
noción de violencia simbólica invita a pensar en ese concepto, el de violencia, junto a la idea
de lo simbólico como un espacio en el que necesariamente los agentes sociales se encuentran
en una relación de percepción y reconocimiento. Esta dimensión simbólica de lo social no
sería, desde este punto de vista, un aspecto accesorio sino, muy por el contrario, un
componente esencial de la realidad en la que los agentes viven y actúan. Ya al considerar que
el mundo funciona a través de lenguajes, códigos más y menos desarrollados, la dimensión

6 Cortés, Eugenio. (2014). La hegemonía cultural hoy:La Hegemonía como Método Analítico en los Estudios
Culturales.. Filosofía, Artes y Letras, 14, N°22, 13-28.
7 Bourdieu, P. (1995). Löic, Respuestas. Por una Antropología Reflexiva. Francia: Editorial Grijalbo.

4
simbólica de la existencia en el mundo se hace patente»8, resulta más sencillo entonces poder
afirmar que la Violencia Simbólica resulta en una Conciencia Social que ejerce una fuerza
cognitiva a favor de un sector y en contra de otra. Violencia que es a todas luces, inherente
al desarrollo social y, claro está, a los Conflictos Socio Ambientales, pues ya hemos dejado
claro que en estos existe una Hegemonía Cultural, la cual condiciona la Violencia Simbólica
(Esto no resulta extraño, pues ambos conceptos guardan una relación de casi equivalencia)
que va a imponer la presencia y continuidad en el tiempo de estos Conflictos
Socioambientales.

8Calderone, Mónica. (2004). Sobre Violencia Simbólica en Pierre Bourdieu . La Trama de la Comunicación,
9, Pp.

5
BIBLIOGRAFÍA.

1. Galeano, E. (1971). La Venas Abiertas de América Latina. México: Editorial Siglo XXI.
2. Autores Varios. (2018). Reporte de Conflictos Sociales N°170 . 15-05-2018, de
Defensoría del Pueblo Sitio web:
https://www.defensoria.gob.pe/modules/Downloads/conflictos/2018/Reporte-
Mensual-de-Conflictos-Sociales-N%C2%B0-170---Abril-2018.pdf
3. Trentini, F y Sorroche, S. (2016). Repensando los conflictos socioambientales desde
una ecogubernamentalidad en fricción*. Estudios Políticos, 149, 132-147.
4. Harnecker, M. (1969). Los Conceptos Elementales del Materialismo Histórico.
México: Editorial Siglo XXI.

5. Angles, Gerald. (2014). Naturaleza y alcance constitucional del consentimiento en el


derecho a la consulta previa a los pueblos indígenas, en los casos de desplazamiento
de territorio”. Lima: Archivo de Tesis PUCP.
6. Gramcis, Antonio. (1975). EL materialismo histórico y la filosofía de Benedetto
Croce. México: Juan Pablos, Editor.
7. Cortés, Eugenio. (2014). La hegemonía cultural hoy:La Hegemonía como Método
Analítico en los Estudios Culturales.. Filosofía, Artes y Letras, 14, N°22, 13-28.
8. Bourdieu, P. (1995). Löic, Respuestas. Por una Antropología Reflexiva. Francia:
Editorial Grijalbo.
9. Calderone, Mónica. (2004). Sobre Violencia Simbólica en Pierre Bourdieu . La
Trama de la Comunicación, 9, Pp.

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