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Desde hace ya casi dos décadas el problema del desarrollo y del subdesarrollo
económico son uno de las más frecuentes discusiones en los principales foros
internacionales.
Hay quienes prefieren hablar de “países pobres”, y consideran por lo tanto las otras
expresiones como meros sugestiones, porque tienen del subdesarrollo un concepto
donde prevalecen los aspectos relativos a la distribución del ingreso, tanto entre
países ricos y pobres como entre ricos y pobres dentro de cada país. Quienes hablan
del “subdesarrollo” tienden a concebir el fenómeno como una situación estructural e
institucional característica, como una etapa en el proceso histórico de desarrollo.
Los antecedentes
a) El desarrollo como tópico de la posguerra.- Al finalizar la segunda guerra
mundial, en 1945, se completaban tres décadas catastróficas en la historia
moderna: la primera guerra mundial, entre 1914 y 1918, la década de 1920,
caracterizada por el desempleo, la inflación y desajustes económicos muy
graves en la economía internacional, principalmente en Europa, y por el auge
excepcional de la economía norteamericana; la década de 1930, signada por la
gran depresión; y la de 1940, por la segunda guerra mundial. Desde luego, el
conflicto bélico afectó no sólo los países industrializados sino también las
áreas no-industrializadas de Europa, vastas regiones de África, del Medio
Oriente y de Asia. Por otra parte, la crisis de la economía internacional, que se
inició a partir de la primera guerra mundial, se agravó durante el largo período
depresivo por el que atravesó la economía europea durante la década de 1920 y
se propagó, con graves repercusiones para todo el mundo, a raíz de la gran
depresión. Hay sin duda una serie de nociones que cumplieron, o cumplen, un
papel similar al que ahora desempeñan las de desarrollo y subdesarrollo, y que
no es difícil encontrar en la evolución del pensamiento económico. Los
conceptos de riqueza, evolución, progreso, industrialización y crecimiento, que
corresponden a distintas épocas históricas, y a la consiguiente evolución del
pensamiento económico, expresan sin duda preocupaciones similares a las que
se advierten en la idea de desarrollo.
b) Conceptos similares
Se comenzará por cotejar el concepto de desarrollo con el de riqueza, funda,
mental en el pensamiento de los autores clásicos.
Entre los clásicos, esta idea va asociada a una determinada manera de percibir
el funcionamiento de la sociedad, concebida como un conjunto de individuos o
unidades económicas que se comportan según una serie de leyes y principios
inmutables, que definen el funcionamiento del sistema o mecanismo Económico.
El concepto de riqueza contiene por lo tanto ciertas connotaciones derivadas,
no obstante el tiempo transcurrido, de las circunstancias y del pensamiento de
la época que le dio origen. La idea de riqueza se refiere, en efecto, a una
situación potencial óptima que podría llegar a alcanzarse, o a la que se tendería
como límite, si la sociedad se organizara de acuerdo con un orden individualista
natural”, de manera tal que nada obstaculizara un aprovechamiento óptimo de
los recursos de que dispone.
Las nociones de subdesarrollo y desarrollo conducen a una apreciación muy
diferente, pues según ellas las economías desarrolladas tienen una
conformación estructural distinta de la que caracteriza a las subdesarrolladas,
ya que la estructura de estas últimas es en medida significativa una resultante
de las relaciones que existieron históricamente y perduran actualmente entre
ambos grupos de países.
El concepto de industrialización es en realidad, dentro de esta familia de
nociones, el antecedente más inmediato del de desarrollo económico. La noción
de industrialización, concebida como un proceso pensado, tiene antecedentes
muy antiguos. Nace generalmente como resultado del atraso relativo de
determinados países frente a otros que han avanzado sustancialmente en el
proceso de industrialización, y demanda una política proteccionista frente a las
potencias industriales.
3. Enfoques actuales
El análisis de conceptos históricamente equivalentes al de desarrollo económico
permitió observar cómo cada uno de ellos refleja, en realidad, una corriente de
pensamiento. Muestra al mismo tiempo cómo se asocian tanto a la problemática
concreta que cada corriente trata de expresar, como al trasfondo filosófico y cultural
dentro del cual se desarrolló la misma.
El método macroeconómico utilizado por la teoría del crecimiento representó un
avance sobre el microeconómico, pues permitió destacar, dentro de una visión
dinámica y de conjunto del sistema económico, algunas de las cuestiones centrados del
desarrollo: el nivel comparativo de ingresos, el ritmo de crecimiento, el papel del
sector público, etc.
Por cierto que este tipo de pensamiento tiene una influencia m uy decisiva sobre los
modelos que se utilizan para la elaboración de planes en los países subdesarrollados.
El problema del subdesarrollo se enfoca como un proceso de perfeccionamiento desde
formas primitivas de actividad del sistema económico hacia formas más modernas y
perfectas, como las que idealmente existen en los países desarrollados.
En síntesis, quienes consideran el desarrollo como un proceso de crecimiento, lo
encaran tácitamente a partir de una teoría desarrollada y perfeccionada acorde con
los requisitos ideológicos y metodológicos de economías capitalistas avanzadas.
La división del mundo entre un pequeño grupo de países que abarca una reducida parte
de la población mundial, y donde prevalece un elevado nivel de vida, y la mayoría de los
países que abarca a la enorme mayoría de la población mundial y donde imperan
condiciones de vida muy precarias, es un fenómeno relativamente reciente en la
historia de la humanidad.
También es cierto que hacia mediados del siglo XVIII, en vísperas de la era del
maquinismo, ya existían en Inglaterra y Escocia verdaderas economías de mercado. No
obstante, con la excepción de la nobleza, el alto clero y algunos funcionarios y
comerciantes de unas cuantas ciudades y regiones enriquecidas por el auge mercantil,
el resto de la población europea y del mundo en general seguía dependiendo de
actividades agrícolas y vivía a niveles cercanos a los de subsistencia. La educación y la
cultura estaban restringidas a minorías muy reducidas, que eran también las únicas
que disfrutaban del consumo de bienes de lujo, podían viajar y por ende tener un
conocimiento algo más amplio que la noción restringida y local que del mundo poseía la
mayoría.
Objetivos
El propósito del análisis del pensamiento económico que se realiza en esta parte ni es
lograr un marco teórico adecuado, que sirva de base para interpretar la evolución
histórica de la economía latinoamericana y aprehender su realidad.
Para aclarar este punto conviene comenzar reconociendo que nuestro pensamiento
también está históricamente condicionado. El objeto de esta elaboración teórica
sobré la realidad latinoamericana es la acción, es decir, se parte de un juicio de valor
que postula la necesidad de modificar la realidad de América Latina.
El pensamiento clásico
La escuela clásica
Durante el siglo xvm gran parte del comercio mundial consiste en productos
Manufacturados. El hecho que Holanda fuese sólo un país comercial explica, por lo
menos en parte, su posterior decadencia y su sustitución por Inglaterra y Francia
como países hegemónicos; estos últimos eran capaces de producir, además de los
agrícolas, productos manufacturados. Hasta el siglo XVIII la producción
manufacturera la realizaban principalmente artesanos todavía sujetos a las estrictas
reglamentaciones De los gremios, y estaba destinada a satisfacer demandas.,
específicas y no un morcado impersonal. La figura del comerciante-empresario se
generaliza y cumple una función económica nueva mediante el suministro de materias
primas y, a veces, adelantos sobre el precio, controla y orienta gran parte de la
producción artesanal doméstica, principalmente rural.
Que la economía política clásica inglesa depende en alguna medida del sistema
económico de la época se percibe con mayor claridad aun cuando se la confronta con el
pensamiento económico del período anterior, y se tienen en cuenta, simultáneamente,
los lazos de cada construcción teórica con el sistema económico al que corresponden.
O sea, se trata de confrontar, de un lado, la economía clásica y el sistema económico
del siglo XVIII y del otro el mercantilismo y la situación del siglo XVII y principios
del XVIII.
La acumulación de capital
Ricardo define el capital como “aquella parte de la riqueza de una nación que se emplea
en la producción y comprende los alimentos, vestidos, herramientas, materias primas,
maquinaria, etc., necesarios para dar efectividad al trabajo”. Se observa así que el
capital es concebido como un conjunto de bienes físicos, cuya existencia hace posible
la producción. El capital se divide en fijo y variable; capital fijo son las máquinas,
herramientas y materias primas; y capital variable es el fondo de salarios, el cual,
considerado en su aspecto real, está constituido por el stock de bienes que la
comunidad mantiene para la subsistencia de la masa de asalariados.