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coteells card AES Wega sas CCS at Mitsea taf 0% (0), IAN KERSHAW 4 pS RM este Ue te) 190 IAN KERSHAW -~como minimo— una explicacién inadecuada de la creciente preeminencia del profundo mo del nazismo por sobre el in- terés econémico “racional”. Al mismo tiempo, Ia interpretacion, “liberal” clasica de la “primacfa de la politica”, aplicada explicita © implicitamente a conceptos de control “totalitario” sobre una economia “al servicio” de una dictadura obcecada, es apenas mas mnvincente en su simplificaci6n de la estructura de poder del Ter- cer Reich y en su constitutivo y exagerado acento puesto en Ia per- sonalidad ¢ ideologia de Hitler. Sin embargo, esto, sumado ala contrastante interpretacién ofrecida aca, basada en una compren- del cardcter “policratico” del “cartel de poder” en el Tercer ‘ich, plantea una nueva serie de preguntas que giran alrededor del lugar y la funci6n de Hitler en el gobierno de la Alemania na- zi. Los siguientes capitulos se ocupan de este problema central de interpretacion. 4, Hitler: :“amo del Tercer Reich” o “dictador débil”? Ubicar el papel y la funci6n de Hitler dentro del sistema na- zi de gobiegpo es menos sencillo de lo que inicialmente podria pa- recer. Es més, el asunto s¢ ha convertido en un problema central de interpretaci6n en un debate entre importantes historiadores del Tercer Reich. Este debate, dadas sus complejidades, se ha di- cho que a veces se parece a las disputas teolégicas de la Edad Me- dia! y que ciertamente contiene un grado de rencores que van mas alld de los desacuerdos convencionales de los historiadores.* El inusualmente encendido y en ocasiones amargo tono del debate* refleja de alguna manera las tres dimensiones —hist6rico-filos6fi- ‘ca, politico-ideolégica y moral— de los escritos sobre el nazismo (especialmente en Alemania occidental) que fueron tratadas en el capitulo 1, Sobre todo el tema moral —el sentimiento de que el mal de la figura central del Tercer Reich no esta siendo retrata- do adecuadamente, asi como de que Hitler fue subestimado por los contemporaneos y ahora est siendo trivializado por algunos historiadores— esta en la raiz del conflicto y determina el carac- ter del debate. El tema moral es en si mismo inseparable de las cuestiones acerca del método y Ia filosofia de la historia —cémo escribir la historia del nazismo—, lo cual, a su vez, es inseparable de los juicios de valor politicos ¢ ideol6gicos, también relaciona- dos con la sociedad de hoy en dia, El tema clave en lo que a lo hist6rico-filoséfico se refiere papel del individuo en la conformaci6n del curso del desarrollo historico, frente a las limitaciones a la libertad de accién del indi- viduo impuestas por los impersonales “factores estructurales cleter- minantes”, En este caso, esto apunta a la cuestién de si los terri- bles acontecimientos del Tercer Reich deben ser principalmente éxplicados por medio de la personalidad, la ideologia y la volun- tad de Hider, o si el dictador mismo no era, por lo menos en par- el ee @e 108 FRSH AY te, un “prisionero” (voluntario) de fuerzas de las que él era un ins- trumento més que el creador y cuya dindmica lo arrastraba a él pulso. Las posiciones historiogréficas estan gré- ficamente polarizadas en el citado comentario del historiador norteamericano Norman Rich, en cuanto a que “es incuestiona- ble: Hider era al amo del Tercer Reich”, yen la diametralmente opuesta interpretacién de Hans Mommsen, de un Hitler “no dis- puesto a tomar decisiones, con frecuencia indeciso, exclusiva mente preocupado por mantener su prestigio y autoridad perso- nal, influido de la manera mas fuerte por el entorno de turno, en algunos aspectos, un dictador débil”.> Antes de tratar de evaluar estas interpretaciones, es necesario trazar los contornos del de- bate a la luz de la historiografia sobre Hitler y la estructura del es- tado nazi® Personalidad, estructura y “el factor Hitler” Los estudios que se basan en la posici6n central de la perso- nalidad, las ideas y la fuerza de voluntad de Hitler para cualquier explicacién del nazismo, toman como punto de partida la premi- Tercer Reich surgié y cayé con Hitler y fue smo puede efectivamente ser llamado hitlerismo”.’ Detras de este tipo de terpretaci6n, se encuentra en general una filosofia que destaca la ‘intencionalidad” de los actores centrales en el drama hist6 atribuyendo el peso total a la libertad de accién del individuo y la singularidad de su accién. Este tipo de pensamiento obviamente caracteriza las biografias de Hitler, asf como a los estudios “psico- histéricos”, Y también, por otra parte, subyace en algunos de los mas notables estudios no biograficos sobre el nazismo. En los aiios setenta, aparecieron numerosas biografias de , en medio de una excesiva produccién de textos sin valor en lo ‘a ola Hitler”, que manifestaba una macabra fascina- cién con la extrafia personalidad del lider nazi.® Algunos de esos descubrimientos parecian agregar poco mas que minucias de an- ticuario al ya existente conocimiento acerca de Hitler, aunque el (AMO DL TERCER. REIGH™ © “DICTADOR DERIL" 0 ngjor de ellos, el texto de Joachim Fest, estuvo muy cerca de reem. plazar al ya anticuado clasico de Bullock de los afios cincuenta.? ‘Aun asi, como criticos sensibles sefialaron en medio de los coros Jaudatorios, el estudio estilistico de Fest revelaba algunas de las de bilidades intrinsecas del método biografico, en particular cuando el tema de estudio es una “no persona” como Hitler? El trabajo de Fest es bastante desequilibrado, ya que, por ejemplo, dedica de- masiada atenci6n a los primeros afios de Hitler; ignora o minimi- zalos temas socioeconémicos; esta excesivamente preocupado por cuestiones*historicamente fiitiles con respecto a si a Hitler se Je pueden atribuir cualidades de “grandeza negativa’; y en general su postura es mucho menos segura cuando relaciona a Hitler con los mis amplios desarrollos de Ia sociedad y la politica alemanas que cuando se ocupa de su personalidad. La dificultad del enfoque bio- grafico al tratar de evitar la extrema personalizacion de los temas complejos, reduciéndolos a cuestiones de la personalidad e ideo- logia de Hitler, caracteriza, también, aun muy lefdo y muy influ- yente texto de buen periodismo de Sebastian Haffner, que aborda el nazismo tinicamente a partir de los “logros”, los “éxitos’ *errores” y otras peculiaridades de Hi El apogeo del “Hitlercentrismo” se alcanzé en el enfoque psi- cohistérico que caracteriz6 numerosos estudios nuevos en Ios aiios setenta y que leg6 casi a explicar la guerra y el exterminio de los jiidios por la psicopatia neurética de Hitler, su complejo de Fdi- ‘po, la ausencia de uno de sus testiculos, su perturbada adolescen- cia y sus traumas psiquicos (supuestamente coincidentes con Ia psicologia del pueblo aleman). Si bien los descubrimientos eran menos dependientes de la conjetura y la especulaci6n, resulta di- ficil ver de qué manera este enfoque podria ayudar de manera mas amplia a explicar cémo una persona semejante pudo convertirse en gobernante de Alemania y cémo su paranoia ideolégica lleg6 aser transformadora en politica de gobierno por personas no p2- ranoicas y no psic6patas, en un sistema burocratico moderno y ela- borado. El sarcasmo de Wehler —y él es uno de los pocos historia- dores que seriamente ha probado la aplicabilidad del psicoan: al método histérico— es acertado: “zAcaso nuestra compren: de la politica nacionalsocialista realmente depende de si Hitler te-

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