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. 100 LEWIS R. BINFORD EN BUSCA. DEL PASADO Descifrando el registro arqueolégico Colaboracién editorial de JOHN F. CHERRY Y ROBIN TORRENCE ‘Traducciéa castellana de PEPA G. L EDITORIAL CRITICA Grupo ediorini Grialbo BARCELONA 2. 4ERA EL HOMBRE UN CAZADOR PODEROSO? {Que clase de criuturas eran nuestros antepusidos més antiguos que hat son la sabana africana hace 2 millozes de afos? Sélo a partir de una época re- Intivamente reciente empezamos a saber algo acerca de los seres a partir de los tales evalucioné el hombre modemo, dénde vivian o incluso qué aspecto te- nian. Por tanto, el desafio metodolsgico que representa el intento de conocer m comportamicnia ed algo BUevO, ¥ oreo que los arquedlogos actuardn correc: tamente si sus mézodos no% pemmniten saber cOmo era la vida en una époce tan remota. El Pileoltico Inferior, de hecho, es una especie de campo de prucbas para los métodos y técnicas argueoligicas: hasta qué punto pueden informar- fos de un pasado, tan antiguo que apenas nos lo podemos imaginar, si estén bacados en In experiencia madera? En este capitulo expongo algunas opiniones sobre cl clims intslecmal (en evoluciGn constante) que impera en este campo de la investigacion y augicto un coquoma de anélisis que puede ser fructifero. EL HOMBRE COMO MATADOR SANGUINARIO: LOS PUNTOS DE VISTA DE DART? Hace unot serents afiot, Raymond Dart, un anatomista surafricano, daba clases pricticas sobre la anatomfa en el Pleistoceno. Como ejercicio, Dart pidis 1 sus estudiantes que buscaran por los alrededoros fésiles y huesos roios a loz que poder aplicar sus nuevas témicas de identificacién. Una joven recogié infor- thacion sobre un hueso que ella considero interesante. Esto levé poco después ‘un desoubrimiento importante en un cantera de caliza cerca de Taung, @ 130 iim al norte de Kimberley, en Suréfrica. Dart, més tarde, recordé los escalotrios ‘que recorrieron su espina dorsal cuando vio por primera vez lo que abora ¢ el famoso fosil conocido por el nombre de «nifio de Tange, un individuo de corta edad perteneciente a una forma de hombre muy antiguo. En la actualidad sabe~ ‘mos que sobrepusa los 2,7 millones de afios, pero en el momento de su descu- brimiento desconociamos su antigiedad real. De hecho, nadic sc imaginaba que algunos de nuestros antepasados pudieran ofrecer aquel aspecto, Creo que Dart, ya desde el comienz0, estaba convencido de que el fésil de Taung ocupa- ba un lugar importante en el érbol gencal6zico del hombre pero, tras la publi- caci6n de sus primerss descripciones anatmicas del créneo, muchos especialis- 40 EN BUSCA DEL PASADO tas cufopeos estuvieron en desacuerdo con la identifcaciOn y sugirieron que se wataba del fosil de un chimpancé o de alga otro animal. Dart hizo ua viaje a ‘Inglaterra y 2 otros lugares de Europa Uevando su pequedo f6sil para que fuese examinado y s6lo consigui6 que se entablase una fuerte controversia sobre si estaba 0 no en Ia linea ancestral del hombre. Para Dart era evidente que ro habia una base anatémics coacertade que permitiera hacer un juicio en ua seatido u otro; al crineo fei, con sw enja cra- heana conservads, era extraordinirio, algo tan diferente que no existfan crite- ios claros para decidir si se trataba realmente de un hombre fésil. Mientras ‘estaba en Inglaterra, Dart empez5 a cambiar su manera de exponer el proble- ma: 1a a_je6 esto un homibre’ no tenia por que ser planteada nica: mente desde el panto de vista anatimico, porque Jo més importante acerca del ‘Un rasgo intrinseco al hombre. razoné, e3 el regularmente. Si pudiésemos encontrar tna cridensa sara de dopredacige, 10 Sot dcntVo ce que exuranos wataode con un hombre (0 vn aniepasado de él) y noa permitifa —euponiendo que fué- semos lo suficieptemente afortunados para encontrar sus hvesos— descubrir cémo era la anatom(a del hombre antiguo. De manera similar, el hombre es el inico ser que hace uso del fuego, de modo que si se encontraran bvellas de_ ‘en asociacién con TOsiles, sabsiamos que el hombre habia estado presente: y Ia misma Wigica puede aplicarse a Ia fabricacin de instrumentos. Dart usé también otros criterios, pero estos res efan Tos dS maiportantes, pues definfan ‘al hombre n0 auetSmica sino behavioristicanents. Este razonamiento lev a Dart a un tipo de investigaciés iif a 1a que noe tenia seostanbrados ln plooticlgis- Anarene: ee sno tas habion intentado aprender acerca dela historia més antigua del hombre bs- sindose en datos anétomicos, mienttas.que Jos scqueSlogos.lo.hacian estudian- 4o los instrumentos de piedea. Dart propuso precisamente esta: el hombre de- Sarrolla una conducta tnica; qué rasro dejeria esta conducta tras de sf? El he- cho de encontrar hustos esociades a huclies behavioristiens del tipo esperado. inos debfa permitir descubrir alga sobre la apariencia fisica del bombre en el pasado remoro, lo que, em realidad, era el tema en ciscusion. As, en 10s alos en torno a la segunda guerra mundial, Dart estudié con gran detalle las enorm: cantidades de hussos de animales no primates hallados en diversos depésitos del Africa meridional. en particularen los sedimentos dle Makspansgat. Lo hizo con la esperanza de determinar Se ee dg huesce, en el cazo de que se ta 3 Gaoos de animales comicios por alguaacriatura, podia ser el hombre antiguo. (Creo que la historia dictamineri que Dart avaiiz0 poco en este aspecto de Ja investigacisn. En los depésitos de f6sil@¥aparecidos ea OW ito ob- 521¥6, por ejemplo, la exitencia de algunas manchas.oscuras, lo que le hizo infer que se trataba de un antigua lego y. por tanto, atestiguar que la presen- cia def hombre en aquel lugar estaba asegurada, Consecuentemente, el f6sil en- contrado ms tarde en Mokapanszat.resibig el

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