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-Evonanh CBenerale ORIGENES | | DEL URBANISMO | | | MODERNO | a + INDICE a Prefacio 7 7 Ta formacin de la ciudad industrial B | Ta €poca de las grandes esperanzas (1815-1848) 37 } 1, Las utopias del siglo XIX 61 | 2. Los comienzos de la legislacién urbantstica en Inglaterra y Francia 117 \ 1848 y sus consecuencias WL ¥ ! ¥ PREFACIO t El urbanismo moderno no nace al mismo tiempo | gue los procesos técnicos y econémicos que hacen surgit la ciudad industrial y la transforman, sino que se forma % | cn un petiodo posterior, cuando los efectos cuantitativos de las transformaciones en curso se han hecho evidentes y cuando dichos efectos entran en conflicto entre si, ; haciendo inevitable una intervencién reparadora, Todavia en la actualidad la técnica urbanistica se en- cuentra, en general, retrasada respecto a los acontecimien- i tos que deberia controlar, y conserva el caracter de un || + temedio aplicado a posteriori. Por consiguiente, resulta ; importante estudiar las primeras experiencias urbanisticas aplicadas al ambiente industrial, para descubrir la raz6n del retraso inicial. Este ensayo pretende evidenciar en primer lugar, el i doble origen, técnico y moralista, de dichas experiencias, r A y paralelamente se propone reconstruir las dos clases ¥ de méviles que impulsaron a los primeros reformadores: | las transformaciones econémicas y sociales que produje- : | ron los desequilibrios de los primeros decenios del siglo } i xIX, y las modificaciones de la teoria politica y de la opinidn publica, que hicieron que aquellos desequilibrios no fuesen aceptados como una suerte inevitable, sino como obsticulos que podian y debian ser climinados. Los primeros intentos de corregir los males de la | | | NO SALE A DOMICILIO 51 | ap ciudad industrial se polarizan en dos casos extremos: © se pretende volver a comenzar desde el principio, contraponiendo a la ciudad existente formas de conviven. cia dictadas por la teorfa ura, o se intenta resolver cada uno de los problemas y remediar sus iaconvenientes, sin tener en cuenta sus vinculaciones y sin una visién global del nuevo organisme ciudadano, Al primer caso pertenecen los denominados utopistas Owen, Saint-Simon, Fourier, Cabet, Godin—, que no se limitan a describir su ciudad ideal, como Moro, Cam- panella 0 Bacon, sino que se esfuerzan en ponerla en prictica. Al segundo pertenecen los especialistas y funcio- narios que introducen en la ciudad los nuevos reglamen- tos higiénicos y las nuevas instalaciones y que, como deben encontrar los instrumentos técnicos y juridicos \para realizar esas modificaciones, dan origen, de hecho, a 1a moderna legislacién urbanistica. Ta mayor parte de estas iniciativas, aun aquellas que Gh apariencia tienen un casécter més técnico, poseen in trasfondo ideolégico reconocible, que coincide en ‘Bran medida con los principios del socialismo moderno, hasta el punto de que para encontrar noticias de estos sucesos conviene consultar los manuales de historia eco- ndmica y de historia del socialismo, antes que los libros técnicos especializados. Peto esta coincidencia s6lo es valida hasta 1848, pues el movimiento obrero no esta atin organizado en contra- posicién a los partidos burgueses; de hecho, en las expe- rlencias urbanisticas de este periodo confluyen diversas cortientes ideolégicas, desde el! comunismo igualitario cle Cabel hasta el neocatolicismo francés, Marx y Bingels imprimen luego al movimiento obrero un giro decisivo, y el socialismo marxista, dedicado a explicar Ia revoluicién de 1843 y su fracaso en términos estrictamente politicos, desvela Ins contradicciones de 8 SOA los movimientos anteriores, pero pierde de golpe la cone- xidn entre las instancias politicas y las urbanfsticas, que, aunque formulada con simplicidad, se habfa mantenido hasta entonces tenazmente, En adelante la teoria politica menospreciaré las investi- gaciones y experiencias parciales, esforzindose por absor- ber en su totalidad las propuestas de reformas aisladas en las reformas generales de la sociedad. Pot su parte, la cultura urbanistica, aislada del debate politico, adoptard cada vez més el aspecto de una técnica pura al servicio del poder constituido, aunque no por ello se vuelve politicamente neutra, sino que, también, cae dentro del Ambito de la nueva ideologia conservadora que se forma precisamente en esos afios, del bonapartismo en Francia, * de los grupos fories innovadores en Inglaterra, del impe- tialismo bismarckiano en Alemania. - De ello deriva el planteamiento agnéstico y sulbalterno de las principales experiencias urbanisticas después de 1848, detrds de lo cual se oculta el paternalismo politico de la nueva derecha. Tal es la tesis central de este libro, que contiene ademas una indicacién para el presente debate, Las instancias renovadoras de la cultura utbanistica moderna sélo pue- den traducirse, en realidad, reencontrando los contactos con las fuerzas politicas que tienden a una similar trans- formacién general de la sociedad, Eldebate cultural de los dltimos treinta afios ha ensefia- doa reconocer el virtual contenido politico de las orienta- ciones urbanisticas, pero tal reconocimiento tesultar sdlo teérico mientras rija el concepto del urbanismo como campo de intereses separado que, por lo tanto, debe dependet de los intereses politicos, lo que constituye precisamente la persistente herencia de la separacién entre los dos téminos, producida en 1848. Si bien vinculados a una idea primitiva de la planifica: FACEBOOK /ARQUILIBROS: _ a

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