Cuadernos de Economia, Afio 25, NO 74, pp. 125-191 (Abril 1988)
LA TASA SOCIAL DE DESCUENTO*
JORGE DESORMEAUX, Patricio Diaz y GERT WAGNER**
1 METODOLOGiAS Y ASPECTOS CONCEPTUALES DE LA TASA SOCIAL DE DES-
CUENTO (ISD)
1. Tasa social de descuento: Introduccién
Los candidatos que més votos han recibido en la literatura para desempefiar el papel
de TSD son: la tasa privada de preferencia en el tiempo, la tasa social de preferencia en el
tiempo, la productividad marginal del capital en el sector privado y algiin promedio pon-
derado de la tasa de preferencia y de la productividad marginal del capital en el sector pri-
vado. Comienza el estudio con una brevisima resefia historica de la literatura
1.1 Tasa de preferencia en el tiempo!
Dado que la tasa de preferencia en el tiempo es el precio intertemporal de una unidad
de consumo y que el bienestar social depende claramente de los flujos de consumo futuro,
os beneficios generados por un proyecto piblico debieran descontarse a esta tasa. Si adi
cionalmente las funciones de utilidad individuales no dependen exclusivamente del consu-
mo propio presente y futuro, sino también del consumo de los “herederos”, la tasa social
de preferencia en el tiempo que incorpora estos efectos externos sera inferior a la tasa
privada de preferencia en el tiempo. Esta conclusin se obtiene al postular un comporta-
miento de polizonte (free rider) por parte del consumidor individual con respecto al con-
sumo de las generaciones futuras.
Este argumento fue planteado originalmente por Sen (1961), y con posterioridad fue
desarrollado por Marglin (1963 a) y Sen (1967). Sin embargo esta distincidn entre ambas
tasas sigue siendo fuente de controversia en [a literatura, tal como lo atestigua el articulo
de War y Wright (1981). Para estos tltimos, un anilisis general de una economia con efec-
tos externos de este tipo conduce a una tasa social de preferencia en el tiempo que coinci-
de con la tasa privada de preferencia intertemporal.
Adicionalmente, los defensores de la tasa social de preferencia intertemporal en la
evaluacién social de proyectos también han reconocido la presencia de otras distorsiones,
como es el caso de los impuestos discriminatorios. Es por ello que proponen? que los
recursos que emplea el gobierno sean valorados de acuerdo al precio sombra de los fondos
piblicos.
* Para los autores constituye un deber dejar constancia del permanente y enriquecedor flujo de
ideas y sugerencias aportadas por Daniel Wisecarver durante el desarrollo de este trabajo. Con
todo, la responsabilidad por los errores y omisiones que puedan persistir, es enteramente nuestra.
#* _instituto de Economia, Pontificia Universidad Catélica de Chile.
Este primer punto se beneficia de Edwards (1985) (punto 1)
2 -Véase Marglin (1963a).126 CUADERNOS DE ECONOMIA NO 74
1.2 Tasa de retorno del sector privado
Para varios autores la TSD debiera estar constituida por Ia tasa marginal de retorno en
el sector privado*. El argumento para seleccionar esta tasa se basa en un criterio de asigna-
cidn jerdrquica centralizada: la mejor alternativa para $ 1 de inversién publica es $ 1 de
inversion privada, de modo que el retorno minimo exigido para el proyecto piiblico debie-
ra ser la tasa de retorno a Ia inversion privada (p).
1.3 Promedio ponderado de tasas
Harberger (1969 a, b), asi como Sandmo y Dreze (1971) consideran que la TSD
apropiada es un promedio ponderado de Ja tasa de preferencia en el tiempo (r) y la tasa
marginal de retorno en el sector privado (p). Estos autores no distinguen entre un t social
y otro privado. Sostienen ellos que el financiamiento de un proyecto puiblico marginal
proviene de reducciones en inversion y consumo privado, y especificamente, proponen
que ello ocurre en proporciones dy (J-A). El aporte central de estos autores, sobre todo
del primero, est en su interpretacibn de las ponderaciones X y (1-A), las que se obtienen
a partir de las elasticidades de ta inversion y del ahorro respectivos. Sjaastad y Wisecarver
(1977) muestran que para el caso de perpetuidades, y abstrayendo de la distincién entre
tasa social y privada de preferencia en el tiempo, el enfoque de la TSD, junto con el pre-
cio sombra de fondos piiblicos, de Marglin, es equivalente al de Harberger y al de Sand-
mo y Dreze*.
Los movimientos internacionales de capital y, en general, la interdependencia entre
los mercados crediticios doméstico y externo, desempefian un papel muy secundario o
practicamente nulo en los primeros trabajos sobre la tasa social de descuento. En este sen-
tido los modelos se acercan mds a una concepeién de “economia cerrada’’’. La incorpora-
cién formal del sector externo en la determinacién de la TSD se puede encontrar en
Edwards (1985). Posteriormente, con el mismo modelo basico, Coloma (1986) examina la
interrelacion de la tasa de interés internacional con la tasa de interés doméstica,
En sintesis —y considerando los tres enfoques de TSD--, se puede concluir que en au-
sencia de distorsiones y de efectos externos la discusin en torno a Ia tasa social de des-
cuento no tendrfa sentido. Se aprecia esto en Stiglitz y Atkinson (1980), quienes emplean
un modelo de generaciones traslapadas para derivar la TSD. Suponiendo politicas 6pti-
mas, individuos idénticos, ausencia de rentas y una politica de deuda totalmente flexible,
estos autores concluyen que la TSD es la tasa de retorno privada. En este contexto, solo
consideraciones de tipo redistributive podrian dar origen a una TSD de naturaleza dife-
rente,
Corresponderfa ahora desarrollar en forma detallada las metodologias basicas propia-
mente, esto es, la de Harberger y su generalizacién a través de Sandmo y Dreze, por un la-
do, y la metodologia del precio social de la inversién asociada inicialmente al nombre de
Marglin y recogida posteriormente por ONUDI (1972), por el otro.
Sin embargo, antes de entrar en este tema, el que se posterga para la seccién tres, se
discutirén brevemente algunos rasgos del problema econémico que se intenta enfrentar
por medio de la evaluacién social de proyectos y, especificamente, de la tasa social de des-
‘Véase, por ejemplo, Hirshleifer, De Haven y Millman (1960); Baumol (1968); Nichols (1969).
‘Véase la seccién 3 més adelante,
No obstante, Sandmo y Dreze (1971) hacen una extensidn para una economéa abiertaLA TASA SOCIAL DE DESCUENTO 12
cuento. Finaliza esta segunda seccién con un examen de los objetivos estatales implicitos
en estos enfoques,
2. Los problemas econémicos
E] andlisis de costo-beneficio —una rama de la economia piiblica— tiene por objeto
servir de instrumento para poder contestar preguntas tales como: ;deberia, o no, cons
truirse un sistema de eliminacion de aguas Muvias para la avenida Vicufia Mackenna? jre-
sulta conveniente la construccién de una cuarta pista para la carretera Santiago-Valpa-
raiso? y, en materia de educacion publica, ;cémo debieran distribuirse los recursos entre
la educaci6n superior y la preescolar? o bien, ;qué resulta de mayor prioridad: una posta
rural en la octava region o un tranque de regadio en la tercera?
En Jo fundamental, este andlisis consiste en un sistema de clasificacion y en un con-
junto de criterios que permiten jerarquizar proyectos como los que corresponden a los
ejemplos ya citados, Basicamente se trata de llevarlos a un escenario comin en que ellos
puedan ser comparados y luego priorizados. La conveniencia de desarrollar este ordena-
miento, por otra parte, constituye un corolario que se deriva de las premisas de escasez
por un lado, y del interés por encontrar una asignacién de recursos conducente al nivel de
riqueza y/o de bienestar 6ptimos, por el otro. Sin embargo, la naturaleza misma del pro-
blema de asignacién de recursos estatales excluye la posibilidad de una utilizacién directa
del mercado en esta tarea.
2.1 Objetivos de la tasa social de descuento
En tanto los proyectos del sector piiblico se caractericen por una misma estructura
temporal (igual extensién del perfodo de inversién e idénticos flujos de beneficios por
proyecto) ¢ igual tamafio de inversion, su comparacin constituye una tarea clara y preci-
sa. En este contexto tan particular, ellos serian ordenados en forma descendente de acuer-
do a sus beneficios en un afto cualquiera. A partir del inicio de esta lista se seleccionarian
proyectos hasta aquel punto en que se agoten, ya sean los recursos o bien los proyectos.
Cabe seftalar que si esta seleccién de proyectos piblicos realmente se realizara bajo la
premisa de buscar la maxima riqueza para la sociedad y no s6lo para el sector piblico, en-
tonces la comparacién de proyectos, atin en este caso tan especial, resultaria ser una tarea
realmente extensa, ya que el planificador® no sdlo deberd construir y observar los flujos
correspondientes a todos y cada uno de los proyectos piblicos disponibles para ser em-
prendidos, sino también deberé realizar igual tarea con los proyectos del sector privado,
siendo el consumo privado uno de ellos.
Los casos practicos en que el planificador se encuentre capacitado para llevar a cabo
una comparacion como la descrita son seguramente inexistentes en un mundo en el cual
el conocimiento pertinente a los proyectos se encuentra altamente diseminado, y donde
su traslado entre sectores y personas implica un costo, y en el cual las oportunidades de
inversion suelen tomar formas muy diversas y variadas.
Son numerosas las circunstancias que de un modo u otro limitan al planificador en su
desempefio. Para los fines de la exposicidn, dichas limitaciones pueden ser clasificadas en
dos grupos:
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Se abstrae totalmente de toda la problemética que en la literatura suele denominarse de “decisio-
nes piblicas”, De modo, entonces, que el término “planificador” aqui puede corresponder tanto
1 un agente tinico que centralice todo el poder pertinente, como a un proceso de decisiin pibli-
ca de naturaleza mas compleja en el que intervenga una gama de agentes, gozando cada uno de di-
verso grado de representatividad ciudadana,