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% CMHLB, Caravelle Résuaé. ~ La musique colombienne appelée « vallenato » est Je résultat d'un processus original subi pat la potsie orale hispanique, Teassforge en bannitre une contrée dont elle était pas un trait exclusif. elle apparait. maintenant comme un exemple de musique populaire détournée’ et placée au service d'un sroupe dirigeant. ResuweN. — La miisica colombians conocida como «vallenato» es resultado dde un proceso original por el que pasé la poesia oral hispanics, Convertida en, ‘vandera de unm comarca a Ya que to pestenecia, exchusivetpente, apareur hoy en dia come ejemplo de-misica popular Getvinda y puesta el servicio de ta BrUpo iigente east, emmaves mr 48, pp. 813, Toulouse, 1987 Tango, folklore y rock : apuntes sobre miisica, politica y sociedad en Argentina PAR Pablo VILA Centro de Estudios de Estado y Sociedad, ‘Buenos Aires (Argentine). a Empezarfa con una pregunta : {la gente elige la musica que 1a representa o bien la maquinaria productora musical busca por todos los medios @ sus consumidores ? En el caso de la Argentina contemporinea podriamos sostener que ambas afirmaciones son ciertas ¢ iluminan aspectos diferentes de una misma y compleja realidad social. Aquella que hace hincapié cn la manipulacién, pone de manifiesto el poder de los medios de difu- sién de masas y demuncia los mecanismos que estén detrés de los consumes culturales, en una sociedad en donde todo, también la cul- tura, es un mero producto a comercializar, y donde es especialmente importante que la cultura (« cierta » cultura) sea consumida. Por el contrario, Ia postura que rescata el andlisis de los movi- ‘mientos musicales creados por la gente al margen de los canales insti- 2 CMHLLB, Caravelle tucionalizados y comerciales, arroja luz, en primer lugar, sobre 1a capacidad de generar cultura (y contra-cultura) de los actores socia- les habitualmente no protagonistas; y, en segundo término, reivin- dica para la mitsica una funcién social mucho més amplia que un mero consume musical. El objetivo del presente trabajo es analizar ciertos fendmenos musi- cales argentinos en la segunda de las perspectivas seftaladas, es deci a partir de una lectura de los mismos como emergentes de necesi- dades socio-politicas de actores sociales determinados, procesadas en. momentos histéricos también determinados. Peronismo, migrantes internos, tango y folklore. Em las grandes centros urbanos (y en especial en Buenos Aires) hacia las décadas del 30 y del ‘40, el folklore es marginal en la vida ciudadana, ya que se halla ligado tinicamente a las vivencias de los primeros contingentes de migrantes internos que Hlegaron a Buenos Aires (atraidos por la creciente industrializacién) y que reproducen, sobre todo en las « pefias », su musica nativa. Las dificultades que encuentra el recién Iegado para relacionarse con la cultura ciuda- dana son grandes, y se expresan en el rechazo de que es objeto, por parte de los sectores urbanos, que, casi sin distincién de clase, le imponen el mote de « cabecitas negras ». EL panorama cambia con el ascenso del peronismo durante la década del "40, porque con el peronismo adquiere centralidad polt- tica un nuevo actor social : el migrante interno. ¥ con dicha centrali- dad politica también adquiere relevancia la expresién cultural que 1o representa : el folklore. Asi como el tango, afios antes, habia contri- buldo a definir ciertos aspectos de la identidad de las clases popula- res, com el folklore pasa otro tanto, en su relacién con el migrante interno. Asi, las canciones de las décadas del ‘40 y del ‘50 ilustran Jas vivencias y las nostalgias del provinciane en su duro camino de adaptacién a la ciudad. Sin embargo, en este proceso, la mtisica de raiz folkldrica queda igada tanto al « cabecita negra » como al peronismo, y de ahora en mis, el habitante urbano « histérico » puede esconder su desprecio hacia el provinciano detrés de una fachada politica : no es racista, es antiperonista. De esta manera el racismo/antiperonismo se extien- de a sus manifestaciones culturales, entre ellas : el folklore, que queda (por el momento) confinado al ambito del migrante interno. Ambito, por cierto, nada despreciable, teniendo en cuenta que el Proceso de arribo a la ciudad es de tal magnitud (1.900.000 personas ‘TANGO Y ROCK EN ARGENTINA 8 hacia 1960) que puede sostener un fenémeno cultural realmente nove- doso para 1a escena portefia : hacia 1950 la popularidad del tango comienza a ser seguida muy de cerca por la del folklore. Algunos datos son bastante ilustrativos : del total de partituras editadas en cl afio 1950, 30 % corresponden a mtisica de tango, y 25 % a folklore; total de canciones grabadas en discos simples lanzados al mercado, 21 % pertenece a tango y el 17 % a folklore ('), Ademés, el primer disco que en nuestro pafs sobrepasa el millén de unidades vendidas es un disco de folklore: «El rancho ‘e la Cambicha», grabado por Antonio Tormo (suerte de « cantor oficial » del régimen) @). EI mercado de consumo, por lo tanto, se trastoca con ‘a aparicién de un nuevo sector social, originariamente no urbano, que comienza a disponer de un poder adquisitivo creciente. Es asi como en torno a ciertos lugares de paseo, especialmente Plaza Italia y el Zoolégico, se instalan famosos « bailongos » como Parque Norte o La Enramada, aquél sobre el que ironizaba la clase media cambiando la propaganda radial: «g Dénde va la muchachada ? Se va alegre y ‘envinada’ (en lugar de ‘empilchada’) a bailar a La Enramada» @). Con el paso de los afios, el nativo del interior se va integrando, paulatinamente, al contexto de la ciudad, al tiempo que va perdiendo muchas de sus caracteristicas externas diferenciadoras, el atuendo y arreglo, por ejemplo. Asf, cada vez mas su figura se hizo menos reco- nocible, Por supuesto, la integracién comenz6 con los sectores més afines a él, geogréfica y politicamente : el obrero metropolitano que comienza a participar de elementos de la cultura provinciana. En un primer momento asiste a los « bailongos » que nacieron con la irrupcién del migrante. En un segundo momento empieza a gustar de la cancién folklérica, descubriendo en ella dos posibilidades que el tango ne le brindaba = el canto colectivo y la expresién de conte- nidos poéticos distintos a los de la mtisica ciudadana (*), Pero més allé de todo este « avance » del folklore sobre el medio urbano, lo mas importante a rescatar en el periodo peronista es el Papel que juega el folklore en el procesamiento de las vivencias del (1) Palma, Amalia y Vila, Pablo S. (1981). « Musica popular y auge del folklore en Ia década del “> Buenos Aites, Universidad del Salvador. Mimco, Pags. 79 yo. @ Romano, Eduardo (1973). « Apuntes sobre cultura popular y peronismo » 0 La cultura’ popular del peronismo, Buenos Aires, Editorial Cimarrén, Pgs. ya. @) Ratier, Hugo (1912). «£1 eabecita negrar, Beans Aires, Centro Editor de ‘Amdrica Latine, Pags, 36 38 @ Vila, Pablo (1982). « Misica popular y auge del folklore en la década del “ws, en revista Crear a" 10, Buenos Aires, “ CMALLB, Caravelle migrante interno. En este sentido, las letras de las canciones més populares son bastante ilustrativas. « El rancho ‘e la Cambicha », por ejemplo, describe los preparativos que realiza un paisano para un bailongo pueblerino utilizando un lenguaje provinciano con muchas palabras en guarani La cueca « La portefia », de Tormo, en cambio, describe el dilema de un migrante que, habiendo dejado a su mujer en el terrufo, se ha enamorado de una portefia y recomienda a sus compadres : « Si vienes a Buenos Aires/que te siga tu mujer/pues si ves una portefia/ no vas a querer volver ». Un sinmimero de otras letras hacen también referencia a la vida campesina recientemente abandonada. Es en este contexto socio-musical que se procesa la decadencia, Ienta pero irremediable, del tango como misica popular preferida de los sectores urbanos argentinos. Una decadencia que tiene su origen en el cambio de los actores sociales que se produce en el ‘medio urbano entre mediados de la década del ‘30 y bien entrados los afios '50. Los sectores migrantes que arriban en « aluvién » a Buenos Aires (cierto politico radical lo definié en su momento de « aluvién zoolégico...»), y s€ constituyen en una de las principales apoyaturas del peronismo, no se sienten representados por una mu- sica, el tango, que expresa las vivencias de otros actores sociales que los precedieron en la vida ciudadana : aquellos que se forjaron al calor del conventillo y su increfble mixtura de razas y nacionalida- des. Por lo tanto, y también producto de la estigmatizacin de que son objeto por parte del habitante urbano, apelan a su propia misica para expresar sus vivencias. En otras palabras, asi como no se ten interpelados por el discurso de los sectores politicos tradiciona- les, sean de izquierda o de derecha, y s{ por el peronismo, tampoco se sienten interpelados por las letras y la miisica del tango, y sf por las del folklore (). De esta manera, no es casual que el tango y uno de sus intérpretes mas importantes del periodo, Alberto Castillo, alejados de las viven- cias de estos nuevos actores sociales, popularicen, hacia el comicnzo de Ia decadencia : « Por cuatro dias locos que vamos a vivir/por cua- to dias locos que vamos a vivir/por cuatro dias locos, te tenés que divertir », al mismo tiempo que el provinciano y su expresién musi- cal propia, el folklore, estaban procesando un fenémeno mucho més profundo y permanente, el de su integracién a la ciudad, que no dejaba de tener también (como otrora el tango) sus melancolias : « Pago donde naci/es la mejor querencia/y mas me lo recuerda/mi ©) Vila, Pablo (1986). « Peronismo y folklore: ; Un réquiem para el tango ?», en revista Punto de Vista n° 26, Buenos Aires. Pag. 48 [TANGO Y ROCK EN ARGENTINA 8s larga ausencia/ay, ay, ay, si, si.. » 0 : « Nostalgiosa Hlevo el alma/por las calles de la ciudad/gusto a campo, mi silbido largo/suspirando zambas se me va/'.. Busco al fondo de la calle un cerro/pero encuen- tro el cielo, nada mas ». Desarrollismo, proyecto de nuevo movimiento nacional y folklore. ‘A comienzo de la década del ‘60 estalla lo que se dié en Hamar « el boom del folklore ». A partir de entonces, y hasta aproximadamente Ia mitad de Ia década, 1a misica de raiz folklérica desplaza a los demas ritmos musicales de las preferencias del pablico. La juventud ‘es ampliamente convocada por este tipo de miisica que se consagra ‘masivamente; se vuelca con entusiasmo al aprendizaje del instru- mento que mas cabalmente Ia representa, la guitarra (provocando la necesidad de importarlas de Brasil, ya que las firmas proveedoras de plaza no dan abasto para cumplir con los pedidos) y eleva como ido- los a los cultores de ritmos folkldricos. Los medios masivos de comu- nicacién se interesan por el fenémeno de cultura popular que surge, retroalimentando el auge; los espacios centrales de radio y TV son cubiertos con audiciones de'miisica folkldrica; los grandes sellos gra- adores prefieren decididamente a los artistas folkléricos, convir- tiéndolos en las « estrellas > de sus catélogos; surge una revista especializada, « Folklore », que alcanza grandes tirajes, ete. 4. Cémo llega Ia miisica de proyeccién folklérica, pocos afios antes denostada como « cosa de negros +, tan intimamente ligada al pero- nismo, a convertirse en expresién cultural representativa de la clase media urbana, otrora soporte principal del antiperonismo ? Creemos que un ingrediente importante para explicar este vuelco esponténeo en el gusto musical, es la revisién que hacen ciertos secto- res de Ia clase media urbana de su posicién respecto de los sectores populares y el peronismo. Politicamente esta revision tiene su expre- sién, primero, en el proyecto Desarrollista liderado por Frondizi y Frigerio, quienes prometen un nuevo movimiento nacional, ahora hegemonizado por los sectores medios urbanos (pacto Perén-Frondizi de fines de la década del ‘$0; mudanza de importantes intelectuales peronistas hacia el desarrollismo, como Scalabrini Ortiz, por ejem- plo, etc.). Es a partir de este dato novedoso de la realidad politica argentina que estos sectores inician un camino de replanteo de su posicién frente a los migrantes y su expresién politica : el peronismo. Pero una vez frustrado el intento desarrollista, el proceso en lugar de revertirse, se profundiza, ya que la desazén que produce en los sectores medios el fracaso de lo que aparecta como su propuesta

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