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I.

INTRODUCCION
El embarazo en adolescentes continúa siendo un desafío para las políticas
públicas y para el ejercicio de los derechos de esta población. Por allá en el 2013
se aprobó el Plan Multisectorial de Prevención del Embarazo en Adolescentes
para enfrentar esta situación. No obstante, aún se es necesario fortalecer su
implementación.

Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar, ENDES 2015, elaborada por


el INEI y presentada el 26 de mayo en Lima, 13.6% de las adolescentes entre los
15 y los 19 años han estado embarazadas, proporción que continúa siendo alta y
que incrementa entre aquellas adolescentes que se encuentran en mayor
situación de vulnerabilidad. Así, entre aquellas que sólo terminaron primaria 1 de
cada 3 estuvo embarazada (37.9%); entre las más pobres, 1 de cada 4 (24.9%),
al igual que entre las adolescentes de la Selva; mientras que entre aquellas que
provienen de zonas rurales, 1 de cada 5 (22.5%).

Dado que la población adolescente ha aumentado en los últimos años, el número


total de embarazos en este grupo de edad también ha incrementado, pese a
disminución de un punto porcentual de adolescentes que han estado
embarazadas con respecto a la ENDES 2014. Esta situación es preocupante
debido a que el embarazo suele afectar las posibilidades y oportunidades de las
adolescentes para realizar sus planes de vida, así como el desarrollo de su
familia, y en la mayoría de los casos, no es producto de una decisión libre,
informada y autónoma.

“Un 60% de estas adolescentes hubiesen querido postergar el embarazo,


porcentaje que duplica a quienes manifestaban esto en la ENDES 1991/92.
Además el intervalo entre el primer y el segundo embarazo es menor entre las
adolescentes que entre las mujeres adultas, y si la madre es adolescentes la
mortalidad infantil es mayor, así como la desnutrición y la anemia en sus hijos”,
explicó Walter Mendoza, Analista de Programa en temas de Población del
UNFPA.
II. MARCO TEORICO

De la población adolescente en el Perú, el 50.7% son varones y el 49.2% son mujeres y


de ellas, el 13.2%, están embarazadas o ya son madres lo que representa un problema
de salud pública, por ser una de las causas de mortalidad materna, por la condición de la
adolescente y porque muchos de los embarazos terminan en abortos inducidos debido a
que se realizan en condiciones clandestinas e inseguras, lo que causa serias lesiones a
la madre llevándola a la muerte.

Como podemos apreciar en la actualidad los jóvenes no miden las consecuencias de sus
actos y es por ese motivo que ocurren muchos embarazos que no son planeados ni
deseados en la adolescencia, que es el periodo entre los 10 y 19 años de edad. Cabe
resaltar que 3 de cada 10 adolescentes quedan embarazadas dentro del primer año de
tener relaciones sexuales y por este motivo muchas veces quieren abortar porque aún no
son los suficientemente maduros como para poder criar a un hijo, un hijo a temprana
edad te cambia todo tu futuro y no te deja desarrollarte como persona.

En la población peruana la cantidad de adolescentes con embarazo sobrepasa el 21 %


los cuales el 10.5 % viven en una extrema pobreza eso es debido a su falta de
responsabilidad y el erróneo apoyo de los padres hacia ellos, estudios dicen que la edad
promedio de la primera relación sexual del hombre es entre los 13 y 14 y de la mujer a los
15.

Según el INEI, en 2016, el 12.7 % de las adolescentes de 15 a 19 años estuvieron alguna


vez embarazadas. Si bien esta cifra ha disminuido, todavía es significativa, más aún si el
23.9% de estas jóvenes pertenece a un sector con menos ingresos económicos",
explican los especialistas de APROPO, ONG que promueve una cultura de prevención en
salud sexual y reproductiva.

A esto se suma que en los centros de salud un adolescente no tiene acceso a métodos
anticonceptivos, a menos que este acompañado de alguno de sus padres. Situación que
prácticamente es improbable que suceda en la realidad.

Las implementaciones de estas medidas son necesarias para la prevención. De pronto,


mientras que no haya una voluntad política, es importante que en casa los padres dejen
de lado los prejuicios y la errónea idea de que hablándoles de sexo puedan alentar el
inicio sexual de sus hijos. Por eso es necesario conversar con naturalidad de sexualidad
con sus hijos y puedan orientarlos. Recuerda que con información siempre con toman
mejores decisiones en la vida.

la ONG Save the Children, señala que el Perú ocupa el puesto 103 de 172 países en el
Índice de Protección a la Niñez, compuesto por indicadores que miden el avance del
estado en variables como la salud, la educación o las políticas destinadas a la protección
de la infancia. En términos generales determina en qué países existe el mayor número de
niños y niñas que "pierden su niñez"

Este rezago también se evidencia dentro de la región, donde el Perú se encuentra por
debajo de países como Ecuador, Paraguay, Panamá, México, Brasil, Uruguay, Argentina y
Chile.

El Estado Peruano conocedor de la importancia de intervenir en la materia previamente


expuesta ha institucionalizado políticas públicas a favor de la prevención del embarazo
adolescente. Entre las políticas públicas más importantes destaca el Plan Nacional de
Acción por la Infancia y Adolescencia 2012-2021 aprobado con Decreto Supremo 001-
2012-MIMP, cuya cuarta meta emblemática es: Reducir la tasa de maternidad
adolescente en un 20%.

ADOLESCENTES DE 15 A 19 AÑOS ALGUNA VEZ EMBARAZADAS


III. CAUSAS Y FACTORES ASOCIADOS AL EMBARAZO ADOLESCENTE EN EL
PERÚ:

Desde diversos estudios se ha demostrado que el embarazo a muy temprana edad pone
en

riesgo la salud y el desarrollo personal de la adolescente y su bebé, por lo siguiente:

❖ El desarrollo humano saludable se ve limitado, por el inicio temprano de la


maternidad/paternidad, perpetuando las condiciones de pobreza y otras
condiciones de vida desfavorables como el abandono escolar, desempleo o
subempleo, entre otros.
❖ La inmadurez biológica de la adolescente, especialmente sí es menor de 15
años, la predispone a sufrir complicaciones obstétricas durante el embarazo y
parto, y pueden llevarla a un mayor riesgo de muerte materna.

❖ Cabe señalar que además de todos los riesgos del embarazo en adolescentes
para la salud de la madre también implica más riesgo de mortalidad neonatal,
parto prematuro, y bajo peso al nacer en el bebé.
❖ En muchos casos son embarazos no planificados y se dan en parejas que no
han iniciado una vida común.

❖ En los casos de embarazos producto de la violencia sexual, se generan


alteraciones físicas, psicológicas y sociales que afectan su desarrollo personal
e incluso ponen en riesgo sus vidas (a causa del aborto en condiciones de
ilegalidad y/o del suicidio).

No obstante, es importante tener en cuenta que los embarazos a muy temprana edad
forman

parte del patrón cultural de algunos departamentos y grupos sociales del país. Asimismo,
son a

consecuencia del inicio temprano de las relaciones sexuales de las adolescentes, sin
información,
ni orientación sobre su sexualidad ni acceso a métodos anticonceptivos, y en algunos
casos

pueden ser producto de la violencia sexual.

IV. LAS POLÍTICAS PUBLICAS SOBRE EL EMBARAZO EN


ADOLESCENTES

Uno de los aspectos menos atendidos en las políticas públicas de salud corresponde a
las necesidades y demandas de las poblaciones de adolescentes y jóvenes. A esto se
puede agregar el desconocimiento de sus derechos a un ejercicio libre, informado y
responsable de su sexualidad, situación solo recientemente revertida mediante el fallo del
Tribunal Constitucional que despenaliza las relaciones sexuales consentidas entre y con
adolescentes.

Algunas iniciativas ya empezaron a enfrentar esta situación, aunque se trata de


intervenciones sectoriales aisladas bajo el esquema del presupuesto por resultados a
cargo del Ministerio de Salud, como es el caso del Programa Estratégico de Salud
Materna Neonatal, o de los servicios de salud diferenciados para adolescentes, cuyos
efectos a escala poblacional aún no son demostrables. A esto se agregan las actuales
condiciones educativas y de salud de la población adolescente, que siendo mejores que
la de generaciones anteriores, los mantiene lejos de poder competir en una economía
globalizada. Esto resulta más preocupante si consideramos que la oportunidad derivada
del cambio poblacional en el país para hacer realidad el llamado bono demográfico

A poco de terminar la infancia y apenas iniciada la pubertad, algunas necesidades y


demandas de los adolescentes ya han quedado fuera de las prioridades en las políticas
públicas. No se trata de cualquier necesidad o demanda, sino de aquellas que tienen que
ver con su desarrollo afectivo y social, en edades en que se consolida una larga
acumulación de oportunidades o exclusiones que ya marcaron sus primeros años.
Adolescencia en la que, particularmente en el caso de las mujeres, aunado a la falta de
educación sexual y de servicios de orientación y consejería (que incluya desarrollar
habilidades para postergar la edad de inicio de la actividad sexual, si así lo desean), un
embarazo no planificado puede bloquear las posibilidades de continuar una transición
hacia la vida adulta acorde con los planes de vida que quisieran para sí mismas. En
especial si se trata de adolescentes pobres.

Ahora bien, ¿cómo entender el embarazo adolescente?, sobre todo el que más nos
interesa para la política pública, el que no es planificado. Al igual que para la fecundidad
general se ha postulado una serie de determinantes que se expresan en el contexto
sociocultural, familiar e individual.

A modo de resumen en nuestro Perú, presentamos un cuadro donde se puede apreciar


las zonas de mayor embarazo a nivel nacional.

REGIONES CON MAYOR PORCENTAJE DE ADOLESCENTES ALGUNA


VEZ EMBARAZADAS AL AÑO 2017

REGIÓN PORCENTAJE

LORETO 32,2

SAN MARTIN 27,2

TUMBES 27,0

UCAYALI 26,5

AMAZONAS 23,5

CAJAMARCA 19,9

MADRE DE DIOS 19,1

AYACUCHO 18,4

PASCO 17,8

Aprovechando el actual ciclo de crecimiento económico, los últimos gobiernos han venido
priorizando la atención a las poblaciones más vulnerables mediante los programas
sociales en programas de transferencias condicionadas. Sin embargo, alcanzados
algunos logros en los primeros años de la vida, tales como el descenso en la mortalidad
infantil y la menor desnutrición, ninguno de estos programas sostiene intervenciones
orientadas a consolidar dichos logros, incluyendo la prevención de embarazos no
planificados durante la pubertad o la adolescencia, ni los hacen parte de algunas de sus
condicionalidades, salvo que estuvieran ya embarazadas o sean madres. Incluso, se ha
llegado a decir, sobre la base de presunciones y prejuicios, que el embarazo aumentaría
como condicionante para lograr la afiliación en estos programas, cuando ninguna
evidencia seria lo ha podido sostener.

Los programas de transferencias condicionadas (del tipo Juntos) operan de modos


diversos.

Establecida como condicionalidad la permanencia en la escuela secundaria puede


modificar las percepciones de las adolescentes respecto de las oportunidades que
perderían, mejoraría su autoestima y agencia personales, desincentivándolas del riesgo
de un embarazo no planificado. También esta mayor retención del sistema escolar puede
incidir en el uso del tiempo por parte de las adolescentes, abocándose más a sus
actividades lectivas. Sin programas sociales específicamente orientados a la población
adolescente, en el área rural del Perú la población de 12 a 19 años de ambos sexos
dedica 29 horas semanales a actividades educativas, dos horas menos que en el área
urbana, mientras que en esta última se disponen de seis horas y media adicionales de
tiempo libre a la semana (21 h 47 min frente a 15 h 17 min).

MODELO EN PAISES DE AMERICA LATINA

Algunas experiencias en América Latina han empezado a transitar por esos caminos.

En Colombia, el programa Subsidio Educativo ha contribuido a reducir el embarazo


adolescente, siendo la condición no solo asistir a la escuela secundaria, sino también
alcanzar un mínimo de rendimiento educativo, variable que hizo la diferencia respecto de
otros programas sociales.

En Brasil algunos estudios encuentran que el programa Bolsa Familia ha logrado


impactar sobre el embarazo adolescente.

En Chile, país en el que la extensión de la jornada escolar contribuyó a reducir la


fecundidad adolescente, explicando hasta en un tercio de la reducción observada.

Estas intervenciones no tuvieron lugar solo sectorialmente, dada la compleja trama de


situaciones en que se presenta el embarazo adolescente no planificado.

En México se ha incorporado a su oferta de programas sociales, en gestión con los


gobiernos locales y organizaciones comunales y ONG, un programa de becas para
adolescentes madres y gestantes. De modo que el sector educación es uno de los que
ineludiblemente debe formar parte de estas intervenciones. A la larga, para superar la
pobreza, que no es solo monetaria sino multidimensional, se debe excluir al embarazo
como opción principal para la movilidad social.

En otras regiones del mundo, aún más pobres, se han registrado logros semejantes. Es
el caso de una experiencia local en el marco del programa de transferencias
condicionadas en Malawi, en el que la probabilidad del embarazo cayó en 30% en
quienes en un principio no formaban parte de él, mientras que la de unirse para formar
alguna pareja descendió en 40%. A su vez, la iniciación sexual resultó 38% menor que en
quienes no formaban parte del programa (36).

PLAN NACIONAL PARA LA PREVENCIÓN DEL EMBARAZO ADOLESCENTE

Para hacer frente a la situación descrita en secciones anteriores, este plan tiene una
sólida propuesta de intervención de política pública, aunque su aprobación está
pendiente desde hace dos años. Recoge lo más avanzado de la investigación
internacional y nacional, a partir del balance de las intervenciones que tienen efecto
(37)
probado para disminuir embarazo no planificado en adolescentes , y reconoce que solo
las intervenciones simultáneas y multisectoriales, nunca aisladas, habrán de tener un
efecto sostenible. Su horizonte temporal alcanza el año 2021 (bicentenario), siendo su
objetivo general reducir en 20% la prevalencia del embarazo en las adolescentes. Sus
objetivos específicos son:

a) Postergar el inicio de la actividad sexual en la adolescencia;

b) Incrementar el porcentaje de adolescentes que concluyen la educación


secundaria;

c) Asegurar la inclusión de la educación sexual integral (ESI) en el marco curricular


nacional y en los programas de capacitación del Ministerio de Educación para que
las regiones cuenten con condiciones institucionales para implementar la ESI;

d) Incrementar la prevalencia de uso actual de métodos anticonceptivos modernos


en los adolescentes sexualmente activos mayores de 18 años y en adolescentes
que ya son madres;

e) Disminuir los diferentes tipos de violencia en los adolescentes poniéndose énfasis


en la violencia sexual.

f) Tratándose de un plan multisectorial requerirá de un sostenido liderazgo del


Ministerio de Educación y del Ministerio de Salud, y en menor medida (por el
volumen de las acciones) del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, y
de los gobiernos regionales y locales. Aún no se formaba el Ministerio de
Desarrollo e Inclusión Social cuando este plan fue formulado. Sus principales
líneas de acción comprenden:

g) Acceso a la educación básica;

h) Educación sexual integral desde la infancia;

i) Entorno familiar y comunitario favorable para el desarrollo integral del


adolescente;

j) Espacios de recreación y buen uso del tiempo libre para el desarrollo integral de
los adolescentes;

k) Acceso a servicios de atención integral en salud sexual y reproductiva.

l) Orientación y consejería en salud sexual y reproductiva y anticoncepción para los


adolescentes sexualmente activos mayores de 18 años y en adolescentes que ya
son madres;

m) Redes de protección y apoyo social con participación comunitaria;

n) Empoderamiento y participación adolescente y joven;

o) Comunicación social en la prevención del embarazo adolescente;

p) Orientación vocacional y empleabilidad juvenil;

q) Alianzas estratégicas multisectoriales;

r) Monitoreo, supervisión, evaluación e investigación operativa.

Además, las políticas y programas en marcha, y por desarrollarse, deberían poder medir
su impacto en temas clave como el incremento en el porcentaje de adolescentes que
concluyen la educación secundaria; el incremento de la prevalencia de uso actual de
métodos anticonceptivos en adolescentes sexualmente activas, y la disminución de la
violencia sexual que afecta a los adolescentes.
REACCION DEL ESTADO PERUANO FRENTE AL EMBARAZO DE ADOLESCENTES

Primero Es preciso recordar que, en el ordenamiento penal peruano, mantener relaciones


sexuales con menores de 14 años es considerado, sea cual sea la circunstancia, delito
de violación sexual. Bajo este criterio, el Código Penal vigente establece dos tipos de
pena.

En caso de que la víctima sea menor de diez años, corresponderá imponer la cadena
perpetua para el violador. De otro lado, si la víctima tiene entre diez y 13 años, la pena
rondará los 30 y los 35 años de prisión efectiva. Por su parte, también se castiga con
cadena perpetua al violador de la menor cuando este guarda vínculo familiar con la
víctima.

De estos casos denunciados en el país, incluidos aquellos en los que las víctimas son
mujeres adolescentes o adultas, más del 90% acaba en la impunidad, mientras que
otros simplemente no se denuncian. “Aun pero el Estado peruano no cuenta con
estadísticas nacionales, desagregadas por sexo y edad de las denuncias de abuso
sexual. Tampoco puede medirse cuántas de esas denuncias son investigadas
judicialmente, ni cuántos de esos procesos judiciales terminan en sentencias”.

Sin embargo, ahí no concluye el problema, pues no existe una legislación penal lo
necesariamente amplia para hacerle frente al embarazo y maternidad infantiles como
producto de ese delito. A través de este análisis, el CLADEM (Comité de América Latina y
el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres) señala que, así como en el
sector Justicia, tampoco existen políticas públicas, protocolos ni guías para proceder en
los sectores de Salud o Educación.

SOLUCIONES INMEDIATAS DEL ESTADO PERUANO

el Estado peruano tiene el deber de atender la problemática a fin de prevenir estas


situaciones en niñas y sugiere que el obligar a una niña a llevar un embarazo sea
declarado un acto de tortura, trato cruel, inhumano o degradante, según los casos, en la
legislación.
Como se sabe, el Perú forma parte y ha suscrito dos importantes tratados en el Consejo
de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas.

Uno de ellos es el de la Convención de la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles,


Inhumanos o Degradantes y el otro es el Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos. No obstante, la figura visibilizada por el informe no ha motivado, en los años
subsiguientes, ningún debate o propuesta legislativa a favor de las víctimas.

Esto, según las conclusiones del CLADEM, conllevaría a incorporar como delitos el
embarazo infantil forzado y la maternidad infantil forzada en el Código Penal
"sancionando a todas aquellas personas que impidan, obstaculicen o demoren la toma de
decisiones informada por parte de la niña, cuando ésta esté en condiciones de formarse
un juicio propio" para así contribuir a la desnaturalización de ambas figuras.

De otro lado, se concluye que, "en caso que deba albergarse a las niñas en una
institución, su alojamiento y tratamiento deberá cumplir con los estándares de derechos
humanos. Deberá aplicarse la debida diligencia para asegurar que la niña no ha sido
confinada contra su voluntad o la de su familia". Asimismo, la organización propone que
todos los albergues de atención privada para madres menores de 14 años tengan cierto
control o supervisión por parte del Estado y así garantizar que las condiciones son las
más adecuadas.

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