You are on page 1of 23
Angel Martin Ramos, ed. urhkane EN 20 AUTORES CONTEMPORANEOS Francoise Choay - André Corboz Giuseppe Dematteis - Robert Fishman Mario Gandelsonas - Peter Hall - David Harvey - Francesco Indovina - Rem Koolhaas - Peter Marcuse - Rosario Pavia - Nuno Portas - Saskia Sassen Bernardo Secchi - Richard Sennett Edward W. Soja - Ignasi de Sola-Morales Manuel de Sola-Morales - Gayatri Chakravorty Spivak - Melvin M, Webber el corneitcosns: orteleku}| Gass. arid Harvey es profesor de Gecgrafia ena ity Universty de Nueva yok y profesor visitante en la London School of Economics. Después dehabor sto profsor ania Universidad do Brietol on los afoe sesen- ta, $e tasieds a la Vohins Hopkins University, de Baltimore, donde pemaneci® durarte més de teinta anos. Enire 1987 y 1993 fue pro- feso on ia Universioac de Oxord. Le intensidad @ innovacién de los, reailtados de es invesigacones en cue se ha implicado acerca de la tnelocologa en la goografia, primero, de la rafxién dalécica sobre la preduccién del eepacio ubano, después, y ce las relasicnes entre jes cambios polticos y ecandmiaasy bs prodesos de urbanizacion en al capitalism avanzado, nas edeiante, le an vaiéo un rexon03- rent intermaconal traducido no solo en la ata esta de su autor- fal y magsterio, sito tamtién en prestgiosos preros y vars dec- jordos honertfccs. Er eu extonea obra se cuentan algunos ensayos ‘undamentaies en le produccién tebrice del fina del sigio XX come Sosial Jusioe and the City (1973) led, cast: Urbanismo y desiguat- dad social (1977)} y The Condition of Postmocernity (1988) ted. cast: Le Condlcién de le Posmdemidad (1998), pero tembién otras brs captales como Consciousness and the’ Urban Experience (1688), The Litanizaton oF Caoitl (1985), The Urban Experenco |1$89), Justice, Nature ard the Geogranhy of Difference (1398), Spaces of Hope (2000) trad. cast. Espacs de esperanza (2003) En su continua atencién 3 las cuestiones que se relleian en los pro- sesos de urbanizacién, ha cade forma recientemerte Possible Urtar Wolds, come deserrale ¢e una corferercia pronunciac Fundaciin Megacities, de Hoarde, de la que se reproduce aqui su biimer capiuic en version castetara, La geografia histérice de la urbanizacién Al comienzo de este siglo, so habia dledséis cudades en el mundo con més de un milén de habitantes. La mayoria se ancontratan en los cases capitalstas avanzades, y Londres, ‘a mayor de tedaa por mucho, tenia algo menos de iste millo- aes, También al comienzo de este siglo, ro mas del siete por clento de la poblacién mundial podia clasificarse como «urba- na» (Berry, 1990). Pata el afic 2000 podia haber hasta 500 siudades con mas de un milén de habitantes, mientras que fas mayores de ento ollas, Tokio, Sao Paulo, Bombay y posible mente Shanghai (aunque le liste Se evisa continuaments tanto hacie abgjo como hacia anita), tal vez pasarén de los veinte nillones, seguides po" una veiniena de ciudades, la mayor batte de ellas localizadas en los denorrinados paises en vias de dosarroto, con poblacianes de mae do disz millones, En agin momento, a! principio det sigle que vene, y sila tenden: “Traducir det cart I Hays, 200, Urban Werks, Megactis Founcation, Le ‘Mundos urbanos posiles MUNDOS URBANOS POSIBLES* David Harvey cas actuales contindan, més de le mitad de la poblacign mun- dal sera calficada de urbana, en vez de rural. El siglo XX a sido, entonces, e/siglo de la urbanizacién. Antes de 1806, al tamario y las potlaciones de las concentracicnes Uurbanas parecen haber estado estrictamente limitadas en todas les formaciones sociales. El siglo XIX vio la ruptura de esas berreras en unos pocos paises capitalstas avanzados, pero la segunda mitad del siglo XX ha visto cdmo esa ruptura localizada s2 convertia en un fyjo universal de urbanizacisn rmasiva, El futuro de la mayorie de la humanidad esti ahora, por primera vez en a histori, en les zonas en proceso de urba- rizacién. Las cualidades de la vida urbana en ol siglo XX! van a definir les cualidades de ta propia civilizacién. Pero si juzgamos superficialmente segin el estado ectual de fas cludades de! mundo, a las futuras generaciones noles va a parecer que asa civilzacién sea especialmente agradable, Cada ciudad tiene ahora su parte (cada vez mayor, y en algu- nos casos predominante] de empobrecimiento concentiado y iz 178 ‘Mundos urbanos posibles desesperacion humane, de malnutricion y enfermedades crOnl- cas, do infraestructuras que se desmoronan o estén agotadas por el esfuerzo, de consumrismo sin sentido y derrochador, de degradacién ecolégica y excesiva polucién. de congestor, de desarrallo ecenémico y humano agarentemente frustrado, y de disoutas sociales a veces encamizadas, que van desde la vio~ Toncia indvidualzada de la calle hasta la deincuencia organi- zada (a menudo, forma altemativa de gobierno humano), pasando por ejericios de control social propics de un estado poicial, hasta enormes movimientes civices de protests (a veces espontinecs) exigienco un cambio poltico-sconomico. Para muchos, entonces, hablar de la ciudad del siglo XXI 2s invocar una pesadila dist6pica en te que todo cuanto se consi- dera peor en el carécler fatalmente defectunso de la humani- dad se amentona en algin agujero infernal ce desesperacin. ‘algunos de los paises capitalstas avanzados, ese visién distopica se ha asociado insistentemente con le costume, lar- gamente cultivada por parte de quienes tienen pocer y orivile- gias, de funcionar lo més lejos posible del centro de lae ctuda- des. Impulsados por una cultura del coche pemmisiva, se ha hesho deminanto la necasidad de hacerse con algo de dinero y salt. La poblacién de Liverpool descendié un 40% ents 1961 y 1984, por ejemplo, y Baltimore bej6 de cerca de un milén & menos de 700.000 durante las mismas tres décades. Pero el resultado no ha sido sélo crear ura suburbarizacion sin fin, las denominadas «ciudades-torden, y megaléodlis en continue expansion, sino también hacer que cada cueblo y cada refugio rural dal mundo capitalista avanzado se corvieria en parte de una compleja trama de urbanizacién que desafia cualquier dvi- sién categorica simple de las poblacones entre «ursenas> y «curaless en el sentido que hace tempo pedia darse razona- blemente @ esos trminos. La sangrta de riqueza, poblacion y poder de las ciudaces centrales ha dejado a muchas de elas languideciendo én el limbo. Las pablaciones necesitades se hen quedado, mientras que las ricas ¢ influyentes han salido de alli, Si afiadimos a eso la devestadora pérdida de empleos (sobre todo en la industria manufacturera) de afics recientes, estado alarmante de los antiguos centres urbanos aparece con claridad meridiana. Casi 260 000 ernpleos industiales pordidos ‘en Manchester en dos cécadas, mientras en Sheffeld, sélo en Ia industria del acero, desaparecian 40.000 en sélo tres cortos afios catastiOficos de mediados de los ochenta. También Baltimore perdié casi 200.000 emplecs industriales desde fing- les de los sesenta en adelante, y epenas hay una sole ctudad en Estados Unidos que no haya sto testigo de una cevasta- cidn simitar como consecuencia de la desindustriaizac‘én La consiguients cadena de acontacimrientos ha sito trécica para muchos. Corrunidades consiruidas para servir @ incus- trias manufactureras ahora cifuntas se han quedado pientac destruidas por el desempleo de large duracion. A continuacyn viene el desencanto, el abendono escolar y los medios cus, legeles para llegar a fin do mes. Los que estén en el pacer se apresuran a culpar a las viciimas, las tuerzas policiales entan fen accien (a menudo sin ninguna sersibiided) y el comaleja de Ics pollicos-medios se lo pasa en grande estigmatizando y estereotipando una suddase de malhechores desacupados, padres 0 madres sclos irresponsables y padres incapaces degradacion de jos valores familiares, yonquis del estado de bionostar, y cosas mucho pscres. Si resulta que los margina dos pertenecen @ una minoria éhica 0 racialments singuar (sobre ‘odo, inmigrantes), como suele ocurrir demasiado rmenudo, entonces la estigmatizaciin se conviette en un fana tismo racial apenas disimulado, unido a ese tipo de xenotobie que mantioro @ los inmigrantes tures de Berlin fisicaments Ccontrolades y alejados de gran parte del centro de la ciudad. La tinica respuesta racional por parte de quienes son marginatos y excuides es la rabia urbena, haciendo que el estado actu de las relaciones sociales e incluso, més concretamente, raz les (a posar do tode la retérice oficial sobre lo polticaments correcta) sea mucho peor ahora de fo que ha sido durante vatias décades. Pero esto que estoy contendo, 28 acaso un relato univers infertunio urbane? O bien gee trata mas bien de algo mas red. cido a los legads espectficas de la incustralizacion captaiist la viela usanza y de las preferencias culturales del medo c vida antiurbano anglosajén? For efempla, los centtos de ciu: es de toda Europa continental esian experimentanco un reve cer singular. ¥ tal tendercia no so reduce a unos pocos cer ‘tos, como Paris y su largo proceso de aburguesarnicnto ace lerado por todos ies grands projets por les que son ‘an coroc- dos os franceses. Desde Barvelona hasta Hamburge y ce Turin a Lille, 2s notable el fiujo de pobiacién y opulencie ‘uelta les centros co las ciudades. Pero, exarrinande le cues tion, lo Unico que significa eso es que las mismas dvisiones problematicas se invierten geogréficamente. Es fa perfera a ‘que duele, y les mondtonos baniiew de Paris y Lyon son los que se han convertido en centros de la revvetta y al desconter do la discriminacién y el acoso racial, dela desincustriaizacién ya rina social. Y siobservamos mas detenidamente 10 que ha estado ocurriendo en el mundo anglosajén, la evidencia indice tuna disolucién de esa simple forma urbana «donut», con a cit~ dad interior en ruina rodeada por la opulencia suburbana (a que se di tanta importancia a finalas de los afios sesents su sustitucién por un tablero de zjedrez complejo con rqu segregadsa y protegida en una sopa urbana de pobreza y des lacién ‘iqualmente sogregades. Las enipobrecidas «urban: ciones exteriores» ce Glasgow estén salpicadas de abund: tes suburbios de gente que irabaja en la ciudad, y los prods mas socloeconémicos que surgen ahora en los suburbios int alll

You might also like