Como poner nuestra
vida amorosa bajo la
autoridad de Cristo
I cabete LIliot«Los arco iris se forman por Ia iluvia y los rayos solares.
Estos convirtieron mi mundo en uno de colores brillantes,
al conocer el amor dedim Elliot. La Iluvia fue el otro factor
que me explicé mientras nos sentdbamos en la grama en
La Laguna: Dios le estaba Ilamanclo a permanecer soltero
Quizds por toda ia vida, tal vez sdlo hasta que tuviera
experiencia directa como misionero de jungla, Alqunos
misioneros veteranos le habian dicho que hacian falta
hombres solteros para realizar labores que los casados
jamds podrian realizar, Habian ciertos lugares a los cuales
las mujeres no podfan ir. Jim tomdé su palabra y se
comprometié a la solteria siempre y cuando la voluniad
de Dios lo requiera».
Pasaron cinco aos antes de que Jim Elliot supiera que era
voluntad de Dios que él y Elisabeth se casaran, Durante esos
cinco afios ambos experimentaron los mismos sentimientos que
usted podria tener ahora: soledad... anhelo... impaciencia...
esperanza... temor de lo que le aguarda combinado con con-
fianza en Dios... el jtibilo del amor mezclado con el dolor de la
separacidn. A través de su tiempo de espera en el Sefior, ambos
crecieron en la fe y su amor fue purificado. Aprendieron muchas
leeciones las cuales ahora Elisabeth Elliot se las relata. Usted,
aprendera también a dejar su corazén descansar «en donde
verdaderamente se pueden hallar los gozos verdaceros».
Los dias de cortejo en Quito,
Ecuador en 1952«Los arco iris se forman por Ia iluvia y los rayos solares.
Estos convirtieron mi mundo en uno de colores brillantes,
al conocer el amor dedim Elliot. La Iluvia fue el otro factor
que me explicé mientras nos sentdbamos en la grama en
La Laguna: Dios le estaba Ilamanclo a permanecer soltero
Quizds por toda ia vida, tal vez sdlo hasta que tuviera
experiencia directa como misionero de jungla, Alqunos
misioneros veteranos le habian dicho que hacian falta
hombres solteros para realizar labores que los casados
jamds podrian realizar, Habian ciertos lugares a los cuales
las mujeres no podfan ir. Jim tomdé su palabra y se
comprometié a la solteria siempre y cuando la voluniad
de Dios lo requiera».
Pasaron cinco aos antes de que Jim Elliot supiera que era
voluntad de Dios que él y Elisabeth se casaran, Durante esos
cinco afios ambos experimentaron los mismos sentimientos que
usted podria tener ahora: soledad... anhelo... impaciencia...
esperanza... temor de lo que le aguarda combinado con con-
fianza en Dios... el jtibilo del amor mezclado con el dolor de la
separacidn. A través de su tiempo de espera en el Sefior, ambos
crecieron en la fe y su amor fue purificado. Aprendieron muchas
leeciones las cuales ahora Elisabeth Elliot se las relata. Usted,
aprendera también a dejar su corazén descansar «en donde
verdaderamente se pueden hallar los gozos verdaceros».
Los dias de cortejo en Quito,
Ecuador en 1952