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a ‘CARLOS BUcet CLARO aleence ¥ ccuerpos legales como el Cédigo Civil o el Cédigo Penal. Es necesario considera, por otra parte, que no siempre In definiciém legal es correcta. Asi el art. 44 del Cédigo Civil define el dolo como * iid; puede consi también enn cto 80 Towa ly final no sea infers daifo a treo, sno ‘produ para el autor aa gananca @ bento material ° “Asimism Ja “Ksimlsmo, no sempre 1 ley emplea con propiedad adceundament los trminos por ells defioidos. propio Cig Cit dtine en ela 670 la adeiGn como "un ‘moda de adgurt el dominio dels cosas onsite en la nega que el dish hace de elas 8 ott, hablendo por tina pst Ta facade ntencién de transfect el dominio Yor otra In capacidad e intencién de adgulo™. Aho- ra'blen, el comodato es un conrato real queso pefeccio ‘a por ia entrega dela cos, enepa que tiene ningun eas caractorisicas sofaladas ye que el comodante no se detprende del dominio ni lo tdguiere el comodataro. Sin embargo, el incio finl del art 2.178 dispone: "Este contato nose erfecciona sin por is traccin de la co- i tras voces el temino deinido por I ley tene también un sentido vga y Ia Fey fo puede usar con exe titimo Sinilicado, ‘Aa ea talado fespecto ala palabra “ian saccién” (RDS. 37, 8.1%. 331). ‘elo anterior relia gue no puede apicarse en forma sto pce au opt ae smi dos por aly les dé sempre sa slgnifcad legal Finalmente el at 21 se elie als palabras tenias de toa cencia 0 arte, etablerendo que “se tomar el etd a sd os te rth la mia ca © ate;.a menos que apaezeh Glaamente que #8 han 0: ‘mado en sentido divers” : ata dispsicin est tomada del art. 15 del Cédigo Givi dela Lutiana ® Hay un cambio onl exreione, Conse Andie, p g [LA INTERPRETACION JUDICIAL. Ww ‘porque dicho articulo 15 habla de “artes, oficios 0 pro- Ecsiones”. Estimamos més acertada la redaccién de Bello. ero hay un agregado importante al articulo original, que ro contiene la salvedad de cuando aparezca que se han fomado en un sentido diverso "Una nota de Andrés Bello al art. 18 a) del proyecto de 1853, actual art. 21, aclara su pensamiento al respec to: “He introdueida limitaciones que me. parecen necest- Fins. La palabra, sea técnica 0 no, puede emplearse im- propiamente en una ley, sobre todo por falta de conoci Imientos especiales de sus autores, {Serta racional tomar Ia palabra en diferente sentido que el legisiador?” Corresponderd al intérprete determinar si Ia palabra se haa utilizado en su sentido téenico 0 vulgar, y, en el primer caso, determinar cul es ese significado téenico. Para terminar el andlisis def método gramatical es preciso destacar que Jas dificltades pueden no ser sicm- pre de orden seméintico, sino referirse a problemas de sintaxl ‘Basta recordar agus, por ejemplo, las opiniones encon- ttadas a que ha dado lugar el establecer si la condicién a que se refiere el art, 1554 del Codigo Civil, referente al Contrato de promesa, debe ser necesariameate una condi- ‘ign determinada, o'si puede ser indeterminada, Tgualmente, las discusiones a que dio lugar el alcance de In expresién “asi mismo” que contenia el incio final Gel art, 1061 del Cédigo Civil, antes de ser modificado por la ley 10.271. ‘La necesidad de un andliss de Ia sintaxis de ta ley to hha sefialado Ta jurisprudencia al resolver que “el sentido de Ia Iey no puede buscarse aislando wna disposicién de ‘tras, ni un inciso de un mismo articulo de otros, ni =mu- tho menos~ traténdose de una sola regla, separando una frase de las otras (RD. 61, 5. 2, p. 24). Por otra parte no siempre coinciden 1a correecién gra- matical y la clatidad del fentido de la norma. Como dice tuna sentencia: “las proposiciones pueden hallarse correcta orrectamente formuladas y ser més oscura una nor ma construida con todas las reglas de Ia gromética que 0 ‘CARLOS DUCCK CLARO fotra formads por oraciones mal construidas pero euyo sentido es claro. El cardcter normativo de las proposicio. znes no depende de su forma gramatical sino de la indole de os juicios que encierran y de su contenido objetivo” (RDS. t. 61, #2, p. 24), 78, El inciso 2° del art. 19 del Cédigo Civil establece: “Pero bien se puede, para interpretar Una expresién of cura de Ia ley, recurrir a su intencién o espirity,claramen te manifestados en ella misma, o en la historia fidedigna de su establecimiento”. Este inciso fue tomado por Andrés Bello del art. 18 del Cédigo de la Luisiana que dispone: “El medio més universal y eficaz para descubrir el verdadero sentido de luna ley, cuando sus expresiones son dudosas, es conside- rar la razén y el espirity de esta ley o la causa que de- terminé a la Legislatura a dictarla” * Esta disposicién, a diferencia de las otras en esta ma- teria del Cédigo de Ia Luisiana, es original; no tiene an- fecedentes en los proyectos que precsdieron al Cédigo be Napoteén. ‘Aunque el legislador de Ja Luisiana abandona el falso criterio de Ia voluntad de} legisiador su férmula leva una alternativa indeterminade. En efecto, para buscar el sen tido de Ia ley puede considerarse su razén 0 espiritu, es ecir, realizar una interpretacién teleolégica buscando 1a finalidad de la ley, 0 sea, Ia ratio iurs, Al mismo tiempo permite que se busque la causa que determing su dicta ida. Son dos conceptos muy distntos establecer la fina lidad de la ley que investigar la causa © motivo de elle, 0 sea, In ceassio legis La claridad de pensamiento de Andrés Bello hace de- saparecer ea 1a redaceién de nuestro Cédigo esta dual dad, ya que se refiere exclusivamente a la raz6n 0 esp itu’ de ta ley. ‘La intencién de Isley 6s a de determinaci6n de su volun: tad en orden a un fin, ‘Como explica Emilio Beti, frente a la correlacién que Constr Arad. Ja norma establece entre un caso concreto y determinado tratamiento juridico, el intérprete debe preguntarse no sélo “cémo” sino tarbiéa “por qué” debe funcionar esa correlacién. En otros términos, junto al momento 1égico debo tenerse presente el momento teleolégico de la norma juridica; conjuntamente con el contenido légico de la fr ‘mula legislativa se debe indagar In ratio iuris, que deter- mina su valor normativo™. Debemos dejar en clazo que esta finalided es la finali- dad objetiva de la ley; "su" intencién o espirita, como expresamente To dice el inc. 2° del art. 19. Mis adelante vvolveremos sobre esto punto. 79. EI inciso 2° del art. 19, que analizamos, emplea cl término “expresiOn”. Algunos autores y sentencias han considerado que estéi usado en el sentido de “‘término” 0 “palabra”. No lo consideramos asi. El articulo del Cédigo de Ie LLuisiana del que fue tomado el prevepto, use Ta frase en plural “sus expresiones",indicando claramente que se re: fiere al contenido conceptual de la disposicién. Este es evidentemente el alcance que también tiene en el ine. 2" el articalo 19. En primer término, resultaria absurdo {que para un problema de semntica hubiera que recurrir & Ts dos métodos alternativos que contempla la disposicién ‘para fijar la intenci6n o espiritu de la Jey. Esta intencién © espiritu determina el sentido global de una disposicién, lo que los autores aman el discurso, Los medios referidos son inadecuados y,en todo caso, no se jusifcarfan, para cel solo objeto de fijar el significado de una palabra sisada. Desde otro punto de vista, este alcance restringido sig. nificaria que el método histérico, a diferencia del légico y sistemitico, slo podria emplearse para fjar el signifi ‘eado de un término y no el sentido de la disposicion Por Jo demés, cuando se trata de fijar cémo deben en: tenderse las palabras de la ley, Cédigo to hace con lati tud en los dos articulos siguientes, 20 y 21, que ya hemos analizado a ellos, por otra parte, el Cédigo para referirse a las palabras emplea precisamente ese trmino “palabras” y no 1 téemino “expresiones” Por estas consideraciones no dudamos que el téemitio ‘expresiOn” que utiliza el inciso 2° del art. 19 se refiere al contenido conceptual, al sentido de Ia disposicibn. 80. EI precepto que analizamos autoriza frente @ un sentido oscuro dela ley, a recurrir a sv intencion o esptit, ‘Ya vimos que la intencién es la determinacién de su volunted con relacién a un fin, ‘Como decia Rudolph von Theting, el derecho no es un criterio absoluto de verdad, sino que es un criterio relativo de finalidad, no hay norma juridica que no debe su origen 1 un fin a un propésito, esto es, a un motivo préctico ™. ‘La jurispradencia de intereses amplié esta nocin de fi- wala de ney, pus ets gue ering no habia aad todas las consecuencias implicitas en ella, ya que Akimo de toda legisacién consiste en regular de modo apropiado las relaciones interhumanas "*. Esta aplicacién teleol6gica conduce a una valoracién comparativa de los intereses en juego. Para esta valorizaciGn el juez, sin ser ‘por es0 un autOmata, esté obligado a obedecer el derecho postive y 2 aplicar el eriterio valorativo establecido por Ia Tegislacibn vigente, 81, Bata intencién o esplity, esta fnalidad de Ia ley ¢, dentro de le norma que analizamos, un conczpto ab Solutaments objetivo. Lo que debe buscarse es la final dad maniestada claramente en la propia ly. "No tene cabida agut —como lo volveremas a analizar— 1 subjetvismo que resutaria de buscar una supuesta vo. luntad del legislador; no Gene cabida tampoco el subjt smo del intépret, al que toca s6lo reconsrar el sen tido de la ley, trea en que no deben tener influencia referencias personales de earécter contingents © arbitra: ‘Esta objetvidad est reiteradamente manifestada en todo el art. 19. "En ambos incsos se habla de “su” espitu, “su” inten : ' : | ida 0 espit Ia ky. Este concepto es atin mucho més evidente si considera- mos la frase que Andeés Bello agreg6 a la disposicién y ‘que no existia en ol Cédigo de la Luisiana: “elaraments manifestados en ella misma”. Es dificil imaginar una re- ‘dacci6n mis definitiva al respecto. Es pues, dentro de propia ley, donde el intérprete debe buscar ia intencir © espiritu de la misma con el objeto de fijar su claro sen- tide. Andrés Bello introdujo aqui un concepto nuevo y per sonal, la I6gica de cuya aplicaclin es precisa, pero que, or su total originalidad, crea algunas dudas. | método 0 criterio interpretativo que el Cédigo se- fala agus no es indudablemente el elemento gramatical, ya que éste estd considerado en el inc. 1%, y el que ana. fizamos esté claramente diferenciado dentro de Ja dispo- ficién, No es tampoco el elemento histérico que el inc. 2° propone como alteativo, La intenciéa o esptitu de Ja Jey se busca en ella misma, para ver si esté claramente manifestada; en defecto de ello, y para el mismo objeto, fe puede recurrir a su fistoria fidedigna, Nos encontra: mos entonces frente a un método légico, que est cons- dorado ademés en el inc. 1° del art. 22. Se podria sostener que Bello ha establecido aqui un rmétodo nuevo y original de interpretacién quo queda fue- ra de los reconocidos histricamente. [No nos parece asf. Esimamos que al establecer en este precepto el legislador la bisqueda intra legem del sentido e Ia Tey, lo hace para eofatizar el eardcier objetivo de Ia interpretaci6a y, en cuanto método, establece ya aqul el elemento l6gico’para realizrla. Se trata de encontrar el seatido de la ley buscéndolo en ella misma. Una gua seré determinar las relaciones l6gicas que deben unir sus distintas partes. En otros términos, el inc. 1° del art. 22 seflala un eriterio para aplicar la ‘norma del inc, 2° del art. 19. Esta parece ser Ia opinién de Alessandri y Somattiva, ,€8 decir, Jos objetivamente contenidos en

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