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Carpeta 88 11 PERSONA Y SOCIEDAD Univemisad Jasuita Aborto Hertado Tratiuo Latnoamereand de Dactins y Estudios Scales ATES conservacién y el desarrollo. Ese tipo de con- cepciones calaron muy hondo en Amérioa Lati- ‘83. Por ejemplo, la CEPAL en 1992 mantenia la vision del “cuasi-organismo” con una suce~ sién ecolégica, sosteniendo que existe un or- den en si mismo en la naturaleza que brinde referentes para evaiuar los impactos humanos, Ee importante notar que esta vision fue cuestionada por otras mas recientes que sos- tienen que no existen comunidades ni eoosis- {temas reales en si mismos, y que la dinamica de los ecosistemas no esté en el equilbrio, sino en continuo cambio, sin un orden’ pre- establecido (Botkin, 1990). Bajo esta visién ta naturaleza seria un gran desorden, y 18 ecolo- gia pierde asi su capacidad para determinar pardmettos incuestionables sobre como volver ‘Bun estado natural La Naturaleza como capital Un nuevo giro en tas concepciones de a naturaloza se inicia en la década de 1980 con una perspectiva originada en ia economia Esta vision se presenta en corrientes que man- tienen diferencias de importancia en ottos as- pectos, y que van desde posturas liberales, neoliberales a otras ancladas en el keynessia- niismo, pero han apelado a considerar a la natu- releza como una forma de capital. De esta ma- nera, fa omisién de haberla reducido al “factor de produccién tierra" podria ser subsanada, integrandola a las herramientas y conceplos a disposicién de los economistas (véase por ejemplo a Anderson y Leal, 1991), Este intento es una "economizacion’ de a naturaloza, on el sentido de ampliar el con cepto de capital hasta englobaria. Existe una prolfica discusion si esa equiparacién es valida ‘0 no, en tanto no es lo mismo el capital de or- ‘gen humano (como puede ser una maquinaria) ‘con otro de origen natural (como son especies de arboles y animales). Mas alla de esa discusi6n, ef hecho no- table ha sido la intensidad con que estas postu- ras se han difundido en América Latina. Sus promotores engloban varios pensadores desde tlendas neolberales:y economistas neoclési- cos. Incluso la CEPAL en su "transformacion productiva con equidad’, destaca que esa ‘ransformacién productiva’ debe servir al desa- rrollo sustentable, entendido camo un equiliio entre. formas de capital, entre eos el capital natural (CEPAL, 1991). Al considerar el am- biento como una forma de capital es posible promover la “intemalizacién’ de. esos recursos alg economia Estas, posturas expanden la racionali- {dad econémica manteniendo el mismo propési- to de instrumentalizacion y manipulacién, asi ‘como ef antropocéntrismo, donde et valor de ta nolurateza esté dado por los valores de uso y cambio asignados por el ser humano. La natu- raleza se podria contabilzar en dinero, y por fo tanio fa proteccién del ambiente en realidad ‘seria una forma de inversién La propuesta cepalina considera inciu- so que se deberia calcular la "dopreciacién' del capital natural, y agrega que “ios recursos natu rales y ambiontales son formas de capital y que, como tales, son objelo de inversion” (CEPAL, 1991). A'su vez, os ciclos ecolégicos {como del aqua o regeneracién del suelo) pa- san a ser considerados “servicios” que pueden ser también ingresados al mercado. Bajo esta posture, Ia conservacion abandona sus objet: wos primarios y queda al servicio de las postu- ras. de desarrollo tradicional. Nuevamente los ciilerios de eficiencia y beneficio se imponen, mas alld de los problemas formidables que Imolica intentar asignar precios a los recursos naturales, como reconoce la’ propia CEPAL (1991). La conservaciin de la naturaleza tarn- poco se hace aqui en atencién a valores ecols- 120 U de obo tipo, sino en funcién de su inc

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