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Carpeta 88 11
PERSONA Y SOCIEDAD
LUnlversisad Jecuita Aborto Hurtado
Tretia Lainoamarieane ds Decitnay Feld Socials LADES
‘Marglin (1986) invocando una relacién dislogica
y equilibrada con el ambiente, ejempliican ta
feivindicacion de ciertos aspectos cufturales
que sirven a las metas del discurso-ambienta-
lista, pero que olvida otras manifestaciones que
son contradictorias con esos propésites. Estas
posiciones contribuyen @ generar lo que Soule
(1998) ha denominado el "mito de Ia inferior
dad moral occidental’, donde se presupone que
todas las concopciones originalmente europeas
de relacién con ia naturaleza son las responsa-
bles de la destruccién ecolbgica del Nuevo
Mundo, y en coniraste con ellas, los grupos
indigenas y campesinos (junto’a las culturas
ofientales) serian ejemplos de: coexiatencias
armoniosas,
No puede olvidarse que la cultura andi-
na apunta a intervenir el entomo y reducir al
inimo el azar. Esto se expresa en el sistema
de creencias con la dualidad del mundo entre el
ambito de! malz (sara) o el espacio de la male-
za (cora), uno e¢ ol orden que asegura el ali-
mento, el otto es ef desorden natural que pue-
de llevar al hambre. Es el ser humano quien
Intenta forzar los destinos, siempre hacia e|
‘espacio del sara (Kusch, 1986).
Por cierto que la apelacién a conceptos
como Pacha Mama u olfos similares, posee
importantes valores para ayudar a la busqueda
de altemativas, pero eso no puede justficar
caer en reduccioniamos del mismo tipo que s¢
criican en las actitudes occidentales,
La naturaleza como organismo
En otros casos se ha generado una vi-
sion organicista de la naturaleza, Existen vatios
ejemplos 9 nivel do grupos indigonas, pero
tambien en Ia tradicién occidental, tal como lo
jlustra la hipétesis de Gaia de J. Lovelock
(1983),
Esta idea sostiene que todo o! planeta
constituye un sistoma que se auto-regula, con
Propiedades emergentes que recuerdan a un
cuastorganismo de nivel superior. La vida
misma, como un conjunto, no sélo se adapta a
las condiciones del entomo, sino que es capac
de generar sus propios ambientes.
Este concepto posee algunas conver-
genclas con el de: bidslera, y el de cua
‘arganismo en la ecologia vegetal de principios
de siglo. Ha tenido un reducido impacto en
América’ Latina; @ pesar de la.gran ciscusién
académica qué se. sucede en el hemisfenio
norte. Pero es importante en: tanto también
contribuye a reconacer valores intrinsecos en el
ambiente.
Los valores propios ett la naturaleza
Varias concepciones comentadas arti=
ba, junto a'otras, promueven ta idea de valores
propios en ta naturaieze, independientes de los
valores de uso 0: cambio que puedan asianar
los’ seres humanos. En ese caso se trata de
romper con-el antropocentrismo, y generar un
biocentrismo, En esta tinea, fos aportes mas
relevantes y especificos son los de Akio Leo-
ppold, un ingeniero forestal que rompi6 con pos-
{uras ullitaristas clasicas de las décadas de
4920 a 1940, hacia un sentido de empatia y
pertenencia con la natureleza. Otros aportes
recientes, mas elaborados, se ejemplifcan con
{a llamada "ecologia profunda’, liderada por el
filésofo noruego Ame Naess (véase especial-
mente su texto de 1989).
Los intentos de reconocer valores pro-
pios en el ambiente se repitieron en fa historia
de la eoologia, como formas de abandonar (a
razén instrumental y realizar un transito hacia la
consideracion de los fines (Worster, 1985). El
biocentrismo busca romper con el uso instru
menial del entomo, y reconace la existencia de
valores propios’ més alla de los que puede
‘otorgar el ser humano, con fo que se abren
‘nuevos caminos para una ética ambiental (un
terra muy vasto para analizar aqui en detalle;
‘véase por ejemplo a Hargrove, 1985).
En América Latina esta dliscusion todavia
‘95 muy recienie: Pero asi como en el hemisterio
norte se ha rescaiado la posicin de pensadores
del sigio XIX (por ejempio, H.D. Thoreau) e inicios
del siglo XX (por ejemplo, Leopold), otvo tanto
doberfa hacerse en nuestros paises. En ese son-
tido es importante rescatar I figura del argentino
Rodolfo. -Kusch. Sus preocupaciones se
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