You are on page 1of 5

ENSAYO

“CUATRO FILOSOFÍAS DE LA EDUCACIÓN”


Para comenzar iniciaré explicando ¿Qué es la Filosofía? La Filosofía
Educativa, también llamada Filosofía Pedagógica y Filosofía de la Educación tiene
sus manifestaciones en las formas y en los niveles con que los educadores,
tratadistas y demás personas interesadas en la educación, enfocan y aplican las
diversas disciplinas, siendo notorios los casos de la antropología, la psicología, la
historia y la sociología, por los altos niveles de afinidad y la interacción que
presentan con importantes aspectos de la realidad educativa.

“La filosofía se alimenta fundamentalmente de su pasado, a tal punto que podemos


decir que los verdaderos problemas en filosofía no tienen solución sino historia”
(Xolocotzi, 2009: 61). 1

En torno a esto, Romano insistía que tal peculiar relación con la tradición no debe
ser vista como si el trabajo del filósofo consistiera en embalsamar ideas, sino en
construir un puente hermenéutico entre la tradición filosófica y nuestro horizonte
contemporáneo de vida.

J. Giarelli y J. Chambliss (2009) hacen una reseña de los cincuenta años de la


Sociedad de Filosofía de la Educación y a través de la misma señalan los hitos
principales en el enfoque de la filosofía de la educación; su naturaleza y su ubicación
en el campo del saber.2

En cuanto a las cuatro filosofías de la educación; comenzaré con Nietzsche.

Nietzsche nos dice que toda educación es manipulación, se basa una concepción
muy elitista de la educación. Educación sería para los muy pocos que tienen la
valentía de admitir que la existencia no tiene en sí misma valor, que nada hay bueno

1
Romano, C. y Fernández, J. (2011) FILOSOFÍA Y EDUCACIÓN Perspectivas y Propuestas. México: Dirección
De Fomento Editorial.
2
Maris, E. (2012) LA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN Estado de la cuestión y líneas esenciales. Argentina:
CIAFIC ediciones.
ni malo más de lo que cualquier persona decida en cada momento y que no se deja
construir de acuerdo a ninguna idea.

Nos dice que somos solo el fruto del entorno y de la sociedad que nos moldea de la
nada, también que el hombre no tiene una esencia. Es nada y esta para nada. Tras
las apariencias no hay nada y nosotros no somos nada la pedagogía tiene que
mostrarnos esa nada. contemplar los pensamientos sin identificarnos a ellos.

Sin embargo, creo que esta concepción es de difícil aplicación en la práctica, ya que
la no intervención es también una forma de manipulación o de abandono.

Tampoco es aceptable que toda educación sea manipulación o que la mejor


educación sea la que no existe

En cuanto a los aspectos positivos, puedo decir que el protagonista primero y último
de la educación es uno mismo y por lo tanto todo individuo que la sienta como
coercitiva, es muy difícil que esté justificada, aunque todos seamos de la misma
especie y eso nos permite suponer que tenemos mucho en común.

Si es verdad que tenemos una naturaleza que dejar aflorar eso, debe de hacerse
sin violentarla.

Educarse debe de ser un juego lo más libre posible, sin más fines que el mismo
juego en el propio instante, si creemos que el individuo tiene una naturaleza libre
capaz de sufrir y ser dañado y que le debe de ser respetada.

Por su parte Stuart Mill nos dice que el hombre está en búsqueda de la felicidad y
emotivismo.

El objetivo final de la Pedagogía es conseguir personas felices. Una administración


bien medida de placeres y dolores, premios y castigos es la única manera de
conducir a alguien hacia donde queremos que vaya, lo que se suele llamar
inadecuadamente conductismo.

Mencionaba también que el refuerzo positivo es más útil que el castigo con miedo y
auto desconfianza.
Kant, nos menciona que la tercera filosofía es la voluntad y educación en el deber.

Esta es a capacidad más autónoma para decidir nuestros actos. No implica negar
que los sentimientos o la razón tengan un fuerte peso en nuestras decisiones, pero
al fin y al cabo, pese a todas las razones que nos pueda ofrecer nuestro
entendimiento y frente a todas las motivaciones emocionales que tengamos, al fin
hacemos lo que queremos, lo que nuestra voluntad

Kant decía que “no hay nada bueno que una buena voluntad”.

Schopenhauer: Todo es voluntad y su representación.3

¿Qué es lo correcto? Kant rechaza que lo correcto tenga que ver con la felicidad, la
felicidad no pertenece a la ética sino a la psicología, es decir, que la felicidad no nos
dice que debemos hacer. Lo correcto no consiste en conseguir la felicidad de uno,
ni del mayor número e incluso de todos. Lo correcto consiste simplemente en
respetar la ley que una conciencia moral tiene inscripta. No puedo querer para sí
mismo algo que no quiera a la vez para cualquier ser racional que se encuentre en
mi situación. Kant llama a este principio: imperativo categórico o regla de oro en la
tradición ética.

La pedagogía voluntarista se pregunta ¿cómo deberíamos educar a un hombre?


Ahora no es lo más importante la educación emocional, sino la de la conciencia
moral. No hay que fomentar que las cosas se hagan por empatía, por miedo o
cualquier otro sentimiento, sino por el deber mismo.

Kant sostiene que no se puede educar mediante premios y castigos, porque sería
adiestrar a un ser servil, al contrario, a veces hay que enseñar a sobreponerse a los
sentimientos por muy compasivos que sean sino responden a lo justo.

Lo positivo de estas afirmaciones sería que el voluntarismo Kantiano, desde una


visión optimista tiene grandes virtudes, en especial porque nos recuerda nuestra
naturaleza moral, nuestro sentido de la justicia y dignidad inalienables. La educación

3
Negrete, J. (2015) CUATRO FILOSOFÍAS DE LA EDUCACIÓN. España: Psicocuadernos. Recuperado de:
http://psicocuadernos.blogspot.com/2015/10/cuatro-filofofias-de-la-educacion.html
no debe consiste en un amaestramiento o adiestramiento emocional. Tampoco
cualquier satisfacción es adecuada, sino aquellas que se apoyan en el sentido de la
libertad y la justicia.

Mientras que las objeciones a la antropología y pedagogía voluntarista es que una


persona puede elegir el mal sabiéndolo, cuando se elige lo injusto el sujeto sabe
que debería querer lo contrario, esto es lo que hace que tenga sentido los conceptos
de mérito y culpa.

Por último, se encuentra la concepción socrática o cocrático-platónica.

Coloca el núcleo de la personalidad en la razón, pero no como la razón que entiende


la ciencia, la razón instrumental o calculadora, sino en el sentido de la capacidad de
intuir o ver la esencia y el valor de las cosas, la razón como comprensión o gnosis

Nos dice que: Lo que comprendo lo quiero. Lo que quiero me hace feliz. El hombre
es un ser espiritual capaz de comprender, en cierto modo las ideas eternas, que son
la esencia de las cosas. La realidad auténtica. La naturaleza material o corpórea del
hombre no es más que una imagen de su esencia, inaccesible a los ojos de la carne.
Pero el hombre en su caída, ignora su propia naturaleza y se identifica con un trozo
de carne mortal, desatendiendo lo más importante que hay en él: la verdad y la
justicia.

Menciona que la labor del educador consiste en ayudar a cada persona a que
descubra ese conocimiento esencial que posee en sí mismo de manera innata. No
se trata introducir en su mente vacía y por la fuerza cosas ajenas que no estaban,
sino más bien limpiar de escorias una mente inconsciente de su propia sabiduría.

Esto implica la necesidad de un diálogo amistoso o amoroso en el que el educando,


que es el principal protagonista, tiene que estar comprendiendo la visión y su
importancia vital y asintiendo cuando entiende o preguntando cuando duda. Solo
bajo un estado de amor, de amor por el saber, puede haber verdadera educación.
Y esto es así, aunque sea un diálogo con uno mismo.

En mi opinión las distintas filosofías de la educación tienen la misma finalidad,


la de llevar al hombre a su realización personal y lograr su propósito que es el de
ser feliz. Ahora se hace una pregunta ¿Quiénes somos y para qué estamos?, esa
respuesta no es sencilla responder, ya que debemos conocernos nosotros mismos
y esa no es una tarea sencilla. Hay que recalcar que de todas las filosofías se puede
rescatar aspectos positivos que nos ayudaran en la comprensión, libertad y
felicidad. Por otra parte, me ayudó a comprender mejor la diferencia entre estas
filosofías, algunas se basan más en la razón, otros a los sentimientos, también
existe quien se enfoca más en la voluntad humana para descubrir su esencia, pero
creo que debemos balancearlo como lo propone Sócrates y ajustar a las
necesidades que nos falta cubrir y obtener así un mejor resultado o respuesta. No
hay una regla para encontrar la felicidad, para responder a todas las interrogantes
de la existencia, lo que entendemos es que con la comprensión podemos lograr una
vida mejor y lograr ser felices con nosotros mismos y con nuestro alrededor,
respetándonos y valorándonos unos a otros.

La educación debe de servir para que el hombre tenga una vida auténtica, buena y
feliz, y esto puede hacerse mediante una educación que trate al alumno como una
persona basada en el respeto y no en una relación coercitiva o en una disciplina no
deseada.

Elaborado por: Jorge Alberto Chávez Sierra

You might also like