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Martinet,.André. ]991 (1984).

12 Elementos de lingüística general Elementos de lingüística general.


Capítulo 1.
Esta puesta al dia no ha l/evado a modificar la economia ,
de la obra. Solamente un párrafo (4.39) no conserva nada de \..
-'
su contenido inicial. Pero las novedades que el respeto al cua-
dro original no ha permitido introducir en los seis capítulos
de la obra, se encuentran en adelante agrupadas en los com-
plementos al final del volumen. Las nociones que se presen-
tan en estos complementos figuran en el índice terminológico.
Por otra parte, se ha puesto al día y, sobre todo, se ha alige-
Capítulo 1
rado la bibliografía. No es dificil hoy en dia documentarse
acerca de las diferentes corrientes de la lingüística contempo- LA LINGÜÍSTICA, ELiLENGUAJE y LA LENGUA
ránea y es posible contentarse aquí con remitir a las publica-
.ciones y a los trabajos dedicados a la lingüística funcional.
Para los lectores que han usado las edicioneS anteriores 1 - 1. La lingüística, disciplina no prescriptiva
de la presente obra tiene interés consultar, además de los com-
plementos del final del volumen (están numerados de C1 a La lingüística es el e s t u dio c i e n t í f i c o del lengua-
CJ3), los siguientes párrafos: de 1-8 a 1-11, 2-12, 2-28, 3-35, 3-40 je humano.
Y el conjunto del capítulo IV, en particular de 4-13 a 4-22, 4-26 Un estudio se llama científico cuando se funda sobre la
Y de 4-32 a 4-47. observación de los hechos y se abstiene de proponer una se-
lección entre estos hechos en nombre de ciertos principios
estéticos o morales. «Científico» se opone, pues, a «prescrip-
tivo». En el caso de la lingüística es particularmente impor-
tante insistir sobre el carácter científico y no prescriptivo
de su estudio. Al ser el objeto de esta ciencia una actividad
humana. hay una gran tentación de abandonar el dominio de
la observación imparcial para recomendar un determinado
comportamiento, no anotar lo que realmente se dice, sino de .'
',:
dictar lo que es preciso decir. La dificultad que existe para
separar la lingüística ciemífica de la gramática normativá re-
cuerda la que existe para separar de la moral una verdadera
ciencia de las costumbres. La historia nos muestra que, hasta
una fecha muy reciente, la mayor parte de los que se han
ocupado del lenguaje o de las lenguas lo han hecho con inten-
ciones prescriptivas, proclamadas o evidentes. Todavía hoy,
14 Elementos de li>lgüística general La lingüística, el lenguaje y la lengua 15

la mayor parte de la gente, incluso la culta, ignora casi la o papel, y los rasgos dejados sobre este soporte por el buril,
existencia de una ciencia del lenguaje distinta de la gramáti- el estilo o la pluma. Es lo que se resumía por medio del pro-
ca escolar y de la actividad normativa de escritores y perio- verbio verba volant, scripta manent. Este carácter definitivo
distas. Pero el lingüista contemporáneo, ante expresiones co- de cosa escrita ha dado a ésta un prestigio considerable. Bajo
mo te pido lo hagas pronto, el negocio que te he hablado, es la forma escrita se transmiten hasta nuestros días las obras
por eso que decimos, se aparta tanto de la virtuosa indigna- literarias (por otra parte así llamadas precisamente por esta
ción del purista como de la alegría no contenida del icono- forma escrita) que constituyen aún la base de nuestra cultu-
clasta. Ve ahí simplemente hechos que debe anotar y explicar ra. Las escrituras alfabéticas ofrecen para cada signo una su-
en el cuadro de los usos en que ellos aparecen. No se saldrá cesión de letras, bien separadas en los textos impresos, que
de su papel si señala las protes tas o las burlas de ciertos la escuela ha enseñado a reconocer; cualquier español ins-
auditorios y la indiferencia de otros, pero, por su parte, se truido sabe cuáles son los componentes del signo escrito ca-
abstendrá de tomar partido. ballo, pero le costaría esfuerzo distinguir los componentes
del signo vocal correspondiente. De hecho, todo concurre pa-
ra que se identifiquen en el espíritu de las gentes instruidas
1 - 2. Carácter vocal del lenguaje el signo vocal y su equivalente gráfico y para que este último
se imponga como el único representante válido del complejo.
El lenguaje que estudia el lingüista es el del hombre. No Esto no debe hacer olvidar que los signos del lenguaje hu-
habría necesídad de precisar esto, porque los otros empleos mano son con prioridad vocales, que, durante centenas de
que se hacen de la palabra «lenguaje» Son casi siempre meta- miles de años, estos signos han sido exclusivamente vocales,
fóricos: el «lenguaje de los animales» es una invención de los y que todavía hoy la mayoría de los seres humanos saben
fabulistas, el «lenguaje de las hormigas» supone más bien una hablar sin saber leer. Se aprende a hablar antes de aprender
hipótesis que un dato de observación, el ,<lenguaje de las flo- a leer; la lectura viene a doblar la palabra, jamás al contra-
res» es un código como tantos otros. En el hablar corriente, rio. El estudio de la escritura representa una disciplina dis-
«el lenguaje» designa propiamente la facultad que tienen los tinta de la lingüística, aunque, prácticamente, es uno de sus
hombres de entenderse por medio de signos vocales. Merece anexos. Así, pues, el lingüista hace abstracción, por princi-
la pena detenerse en este c a r á c ter v o cal del lenguaje. pio, de los hechos de grafía. No los tiene en cuenta más que
En los países civilizados, desde hace algunos milenios se ha- en la medida, en total restringida, en que los hechos de gra-
ce uso con mucha frecuencia de signos pictóricos o gráficos fía influyen en la forma de los signos vocales.
que corresponden a los signos vocales del lenguaje. Esto es
lo que se llama escritura. Hasta la invención del fonógrafo,
1 - 3. El lenguaje, instiILlciÓ>l humana
todo signo vocal emitido era percibido inmediatamente o que-
daba perdido para siempre. Por el contrario, un signo escrito Con frecuencia se habla del lenguaje como de una facul-
duraba tanto cuanto durara su soporte: piedra, pergamino tad humana. Nosotros mismos hemos empleado este término

..,
16 Elementos de lingüística general La lingüística, el lenguaje y la lengua 17

más arriba, pero sin concederle un valor riguroso. Es proba- paces de cambiar por la presión de necesidades diversas y
ble que las relaciones del hombre y de su lenguaje sean de por la influencia de otras comunidades. Pues bien, veremos
naturaleza demasiado particular para que se pueda delibera- que las diferentes modalidades del lenguaje que son las len-
damente colocar a este último en un tipo más amplio de fun- guas no se comportan de otro modo.
ciones determinadas. No se podría afirmar que el lenguaje
sea el resultado de la actividad natural de algún órgano, co-
mo lo son la respiración o el andar, que constituyen, por así 1 - 4. Las fu.nciones del lengu.aje
decirlo, la razón de ser de los pulmones y las piernas. Se
habla, es cierto, de órganos de la palabra, pero se añade, en Sin embargo, decir que el lenguaje es una institución es
general, que la primera función de cada uno de estos órganos algo que sólo informa imperfectamente sobre la naturaleza
es otra cualquiera: la boca sirve para la ingestión de los ali- de este fenómeno. Designar una lengua, aunque sea metafóri-
mentos, las fosas nasale's para la respiración, y así sucesiva- camente, como un instrumento llama la atención muy útil-
mente. La circunvolución del cerebro en que se ha querido mente sobre aquello que distingue la lengua de muchas otras
ver el asiento de la palabra, porque sus lesiones están fre- instituciones. La función esencial del i n s t r u m e n t o que
cuentemente unidas a la afasia, tiene algo que ver probable- es una lengua es la de la c o m u n i c a ció n. El francés,
mente con el ejercicio del lenguaje, pero nada prueba que por ejemplo, es, ante todo, el mecanismo que permite a las
ésa sea su función primera y esencial. personas «de lengua francesa» entrar en relación unas con
En esta situación se ha pensado en situar el lenguaje en- otras. Veremos que si todas las lenguas se modifican a través
tre las i n s t i t u c ion e s humanas, y esta manera de ver del tiempo, ello acontece esencialmente para adaptarse del
ofrece ventajas indudables, pues las instituciones humanas modo más económico posible a satisfacer las necesidades de
surgen de la vida en sociedad. Éste es precisamente el caso comunicación de las comunidades que las hablan.
del lenguaje, que se concibe esencialmente como un instru- No obstante, deberá tenerse en cuenta que el lenguaje ejer-
mento de comunicación. Las instituciones humanas suponen ce otras funciones que la de asegurar la mutua comprensión.
el ejercicio de las más diversas facultades. Pueden hallarse En primer lugar, el lenguaje sirve, por así decirlo, de soporte
muy extendidas o incluso ser universales, como el lenguaje, al pensamiento, hasta el punto de que es posible hacerse la
sin aparecer idénticas de una comunidad a otra. La' familia, pregunta de si una actividad mental a la que faltara el marco
por ejemplo, caracteriza tal vez a todos los grupos humanos, de una lengua merecería propiamente el nombre de pensa-
pero se manifiesta en diferentes partes bajo formas diversas. miento. Pero corresponde a los psicólogos, no a los lingüis-
Igualmente el lenguaje, idéntico en sus funciones, difiere de tas, dar su opinión sobre este punto. Por otra parte, el hom-
una comunidad a otra, de tal manera que no puede funcionar bre emplea con frecuencia su lengua para e x p r e s a r s e,
más que entre individuos de un grupo determinado. Como es decir, para analizar lo que siente sin ocuparse excesiva-
las instituciones no son en modo alguno datos previos, sino mente de las reacciones de eventuales oyentes. Encuentra en
productos de la vida en sociedad, no son inmutables. Son ca- ella, al mismo tiempo, el medio de afirmarse ante sí mismo

E. UNGülSTICA - 2
¡,
¡
!
18 Elementos de lingüística general La lingüística, el lenguaje y la lengua 19

y ante otros sin que en realidad tenga deseos'de comunicar paralelismo constituirían los "idiotismos». Las mismas pro-
nada. Se podría igualmente hablar de una función estética ducciones vocales estarían normalmente compuestas, en too
del lenguaje que sería difícil analizar, de tal manera que se das las lenguas, de los mismos sonidos; las únicas diferencias
entremezcla 'estrechamente esta función con las de comuni- de una lengua a otra consistirían en la elección y agrupa·
cación y expresión. En último análisis, es la comunicación, miento de esos sonidos para cada palabra. Esta concepción
es decir, la comprensión mutua, la que es preciso retener co- se' confirma cuando se piensa en la grafía más que en los
mo función central del instrumento que es la lengua. Es no- sonidos, en razón al empleo del mismo alfabeto para las len·
table, a este respecto, que las sociedades reprimen por medio guas más diversas; los rótulos cheval, horse,' Pferd utilizan,
de la burla el soliloquio, es decir, el empleo del lenguaje con efectivamente, las letras de un mismo alfabeto: la e en las
fines puramente expresivós. El que quiera expresarse sin te· tres palabras, la h en cheval y horse, la r en horse y Pferd,
mor a censura debe encontrar un público ante el cual repre· etc. Ciertamente es preciso establecer que para el oido no
sentar la comedia del intercambio lingüístico. Por otra parte, se reduce todo a diferencias en la elección y ordenación de
todo indica que la lengua de cada individuo se corrompería los mismos elementos; entonces se habla ingenuamente de
rápidamente si no existiera la necesidad de hacerse compren- «acento». Un' ((acento» representaría algo un tanto marginal
der. Esta necesidad permanente mantiene el mecanismo en que se sobreañade a la articulación normal de los sonidos
buen estado de funcionamiento. del lenguaje y que seria un poco ridículo y casi inconveniente
intentar imitar cuando se aprende una lengua distinta de la
i propia.
1·5. ¿Las lenguas son nomenclaturas?
I 1 ·6. El lenguaje no es un calco de la realidad
Según una concepción muy ingenua, pero bastante exten·
dida, una lengua sería un repertorio de palabras, es decir, . Esta noción de la lengua repertorio se funda en la idea
de producciones vocales (o gráficas), cada una de las cuales simplista de que el mundo en su totalidad se clasifica, con
correspondería a una cosa. A un determinado animal. el ca· anterioridad a la visión que de él tienen los hombres, en cate·
bailo, por ejemplo, el repertório particular conocido con el gorías de objetos perfectamente distintos, cada una de las cua-
nombre de lengua española haría corresponder una produc. les recibe necesariamente una designación en cada lengua.
ción vocal determinada que la ortografía representa por la Esto que, hasta cierto punto, es verdadero cuando se trata,
forma caballo; las difer~nCias entre las lenguas se reducirían por ejemplo, de especies de seres vivientes, no lo es en otros
a diferencias de designaciÓn; para caballo el francés tendría campos. Podemos considerar como natural la diferencia en-
cheval, el inglés horse y el alemán Plerd. Aprender una nueva tre el agua que fluye y la-que no fluye, pero dentro de estas
lengua consistiría simplemente en retener en la memoria una dos categorías, ¿quién no advierte lo arbitraria que es la sub·
nueva nomenclatura en todo paralela a la anterior. Los casos división en océanos, mares .. lagos y es tanques, o en ríos im·
aislados en los que es preciso establecer alteraciones en este portantes, afluentes, arroyos y torrentes? La comunidad de
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20 Elementos de lingüística general La lingüística, el lengua;e y la lengua 21

civilización produce, sin duda, el hecho de que para los occi- corresponden groseramente a las dos mitades del espectro.
dentales el Mar Muerto sea un mar y el Gran Lago Salado, Todo esto vale del mismo modo para aspectos más abstrac-
un lago, pero no impide que sólo los franceses distingan en- tos de la experiencia humana. Es sabido que palabras como
tre río que desemboca en el mar (tleuve), y afluente que lleva inglés wisttul, alemán gemütlich, ruso nichevó, no correspon-
sus aguas a otro río (riviere). En otro campo, el francés expre- den en español a nada determinado. Incluso palabras como
sa con el mismo término bois un lugar plantado de árboles, español tomar, francés prendre, inglés take, alemán nehmen,
la madera en general. la madera de construcción, la madera rusa brat', consideradas como equivalentes, no son emplea-
de quemar, aparte de usos más especiales del tipo bois de das siempre en las mismas circunstancias, o dicho de otro
cerj «cuernos de ciervo». El danés tiene una palabra, trIE, que modo, no cubren exactamente el mismo campo semántico. De
designa el árbol y la madera en general y, en concurrencia hecho, corresponde a cada lengua una o r g a n iza ció n
con tommer, la madera de construcción; pero no utiliza esta par tic u 1 a r del os da t o s del a e x p e r i e n cia.
palabra para un lugar plantado de árboles, que se dice skov, Aprender otra lengua no es poner nuevos rótulos a objetos
ni para la madera de quemar, que se dice brlEnde. Para los conocidos, sino acostull1brarse a analizar de otro modo aque-
principales sentidos de la palabra francesa bois, el español llo que constituye el objeto de comunicaciones lingüísticas.
distingue entre bosque, madera, leña; el italiano, entre bosco,
legno, legna, legname; el alemán, entre Wald, Geholz, Holz;
el ruso, entre les, dérevo, drová. Cada una de estas palabras 1 - 7. Cada lengua tiene sus tipos
es susceptible de aplicarse a cosas para las que el francés
usaría otra palabra distinta de «bois»; el alemán Wald es pre- Acontece lo mismo en el plano de los sonidos del lenguaje.
ferentemente «bosque •• ; el ruso dérevo, como el danés trIE, La vocal del inglés bait no es una é francesa pronunciada
corresponde normalmente al español árbol. En el espectro so- con acento inglés, ni la de bit una i deformada por las mis-
lar, un español, como la mayor parte de los occidentales, dis- mas razones. Es necesario darse cuenta de que, en la zona
tingue entre violeta, azul, verde, amarillo, naranja y rojo. Pe- articulatoria en la que el francés distingue entre i y é, el in-
ro estas distinciones no se encuentran en el espectro mismo glés opone tres tipos vocálicos, representados, respectivamen-
donde no hay más que un todo continuo del violeta al rojo. te, en las palabras beat, bit y bait, tipos perfectamente irre-
Este todo continuo se articula de modo diverso según las len- ductibles a i, é del francés. La consonante que la ortografía
guas. Sin salir de Europa, en bretón y en galés, una sola pala- española nota con s y que se pronuncia en Castilla de una
bra, glas, se aplica a una parte del espectro que cubre aproxi- manera que recuerda un poco la inicial del francés chien, no
madamente las zonas de azul y el verde. Es frecuente que es s ni tampoco eh francesas. De hecho, entre ciertas modali-
lo que nosotros llamamos verde, se halle dividido entre dos dades articulatorias, el francés retiene dos tipos, los de las
unidades, de las que una cubre una parte de lo que nosotros iniciales de sien y chien; el español no posee más que uno
designamos como azul y la otra lo esencial de nuestro amari- que no se podría identificar con la inicial de sien ni con la
llo. Ciertas lenguas se conforman con dos colores básicos que de chien. Lo que se llama «acento» extranjero proviene de
¡
1
22 Elementos de lingüística general ! La lingüística, el lenguaje y la lengua 23
la identificación abusiva de unidades fónicas de dos lenguas tro unidades sucesivas, me, duele, la, cabeza, corresponde a
diferentes. Ver en la inicial del español todo, francés tout, lo que tiene de específico mi dolor. Cada una de ellas puede
/
inglés tale, alemán Tat, ruso tuz, variantes de un mismo tipo; / encontrarse en cualquier otro contexto para comunicar otros
es tan peligroso y erróneo como considerar que español to- hechos de experiencia: duele, por ejemplo, en duele la ingrati-
mar, francés prendre, inglés take, alemán nehmen, ruso brat', tud, y cabeza, en se ha puesto a la cabeza. Es manifiesta la
responden a una misma realidad preexistente a estas de- economía que representa esta primera articulación. Se po-
signaciones. dría imaginar un sistema de comunicación en el que a una
situación determinada, a un hecho de experiencia dado co-
rrespondiera un grito particular. Pero basta pensar en la in-
1 - 8. La doble articulación del lenguaje
finita variedad de estas situaciones y de estos hechos de ex-
Se oye decir con frecuencia que el lenguaje humano es periencia para comprender que si semejante sistema debiera
articulado. Los que así se expresan tendrían probablemente rendir los mismos servicios que nuestras lenguas tendría que
dificultad para definir exactamen te lo que ellos entienden por comprender una cantidad de'signos distintos tan considera-
esto. Pero no hay duda de que este término responde a un ble que la memoria del hombre no podría almacenarlos. Al-
rasgo que caracteriza efectivamente a todas las lenguas. Con- gunos millares de unidades, como cabeza, duele, la, me, am-
viene, no obstante, precisar esta noción de articulación del pliamente combinables nos permiten hacer más comunicacio-
lenguaje y tener en cuenta que se manifiesta en dos planos nes que las que se podrían conseguir con millones de gritos
diferentes; cada una de las unidades que resultan de una pri- inarticulados diferentes.
mera articulación es a su vez articulada en unidades de otro -<,1 La primera articulación es la manera según la cual se dis-
tipo. pone la experiencia común a todos los miembros de una co-
L a p r i m e r a a r tic u I a ció n del lenguaje es aque- munidad lingüística determinada. Solamente hay comunica-
lla con arreglo a la cual todo hecho de experiencia que se ción lingüística en el cuadro de esta experiencia, limitada ne-
vaya a transmitir, toda necesidad que se desee hacer conocer cesariamente a aquello que es común a un número considera-
a otra persona, se analiza en una sucesión de unidades, dota- ble de individuos. La originalidad del pensamiento no se po-
das cada una de una forma vocal y de un sentido. Si sufro dni manifestar más que con una disposición inesperada de
dolores de cabeza, puedo manifestarlo por gritos. f.stos pue- las unidades. La experiencia personal, incomunicable en su
den ser involuntarios; en este caso corresponden a la fisiolo- unicidad, es analizada en una sucesión de unidades, cada una
gía. También pueden ser más o menos voluntarios y destina- de ellas de débil especificidad y conocida por todos los miem-
dos a hacer conocer mis sufrimientos a los que me rodean. bros de la comunidad. No se conseguirá una mayor especifi-
Pero esto no basta para hacer una comunicación lingüística. cidad más que añadiendo nuevas unidades, por ejemplo, ad-
Cada grito es inanalizable y corresponde al conjunto inanali- jetivos a un nombre, adverbios a un adjetivo, en "eneral de-
zable de la sensación dolorosa. La situación es distinta si pro- terminantes a un determinado. Este es el cuadro en el que
nuncio la frase me duele la cabeza. Aquí ninguna de las cua- se puede ejercer la creatividad del que habla.

s
24 Elementos de lingüística general La lingüística, el lenguaje y la lengua 25

Cada una de estas unidades de la primera articulación pre- le», «cabeza»), y de un s i g n i f i can t e, en virtud del cual
senta, como hemos visto, un sentido y una forma vocal (o fó- se manifiesta el signo, que se representará entre barr~~ obli-
nica). Pero no puede ser analizada en unidades sucesivas más cuas (/me dwele la kabeea/, /me dwele/, /kabeea/J.1En el
pequeñas dotadas de sentido. El conjunto cabeza quiere decir lenguaje corriente se reservaría el nombre de signo ahignifi-
«cabeza» y no se puede atribuir a ca-, a -be- ya-N, sentidos cante.fias unidades que ofrece la primera articulación, con
distintos cuya Suma sea equivalente a «cabeza». Pero la for- su sig-;:;-ificado y su significante, son Sign0i] mejor dicho, sig-
ma vocal es analizable en una sucesión de unidades, cada una nos mínimos, pues ninguno de ellos podría ser analizado en
de las cuales contribuye a distinguir cabeza de otras unida- una sucesión de signos. No existe un término universalmente
des como cabete, majeza o careza. Es a esto a lo que se desig- admitido para designar estas unidades. Emplearemos aquí el
nará como I a s e g u n d a a r tic u I a ció n del lenguaje. de m o n e m a.
En cabeza, estas unidades son seis; podemos representarlas Como todo cualquier otro signo, el monema,es una unidad
por medio de letras que, por acuerdo, son colocadas entre de dos caras;L~na cara significada, su sentid0~ su valor,y
barras oblicuas, esto es, /kabeea/. Es evidente la economía una cara significante, que reviste forma fónica y que está com-
que representa esta segunda articulación. Si tuviéramos que puesta de unidades de la segunda articulación. Estas últimas
hacer corresponder a cada unidad significativa mínima una son llamadas f o n e m a s. {
producción vocal específica e inanalizable, tendríamos nece- En el enunciado que veñimos utilizando hay cuatro mone-
sidad de distinguir millares, lo que sería incompatible con mas que coinciden con lo que en la lengua corriente se lla-
las posibilidades articulatorias y la sensibilidad auditiva del man palabras: me, duele, la, cabeza. Pero no se debe sacar
ser humano. Gracias a la segunda articulación, las lenguas de aquí la conclusión de que «monema» no es más que un
pueden limitarse a algunas decenas de producciones fónicas equivalente culto de «palabra». En la palabra como hay dos
distintas que se combinan para obtener la forma vocálica de monemas: com- /kom/, que designa cierto tipo de acción, y
las unidades de la primera articulación: casa, por ejemplo, -o / o/, que designa a la persona que habla.
utiliza dos veces la unidad fónica que representamos por me- No se consigue mayor precisión al distinguir entre los mo-
dio de / a/ y coloca delante de estas dos / a/ otras dos uni- nemas del tipo com- y los de tipo -o haciendo una oposición
dades que notamos: /k/ y / si. de «semantemas», que tendrían sentido, y de «morfemas» que
sólo tendrían forma, lo que es inexacto; o más aún designan-
do a los primeros como «lexemas», es decir monemas del lé-
1 - 9. Las unidades lingüísticas de base xico. Se verá más adelante (4-19) que la distinción fundafgen-
¡-o
tal no está entre los monemas del léxico y los de la gramáti-
--·1 '-. Un enunciado como me duele la cabeza o una parte de
dicho enunciado que tenga sentido, como me duele o cabeza,
ca, sino entre los monemas indicadores de relación y los otros
monemas.
se llama s i g n o lingüístico. Todo signo lingüístico se com-
Es mejor evitar el término ambiguo de «morfema» que en
'pone de un s i g n i f i cad o, que es su sentidolo su valor,
muchos autores designa el signo mínimo, nuestro monema,
que se notará entre comillas (<<me duele la cabeza», «me due-
26 Elementos de lingüística general
I
¡ La lingüística, el lenguaje y la lengua 27
¡
pero solamente cuando responde a condiciones particulares ciado está marcada bien por su sentido (ha habido un drama
que varían de un autor a otro. la noche pasada o la noche pasada ha habido un drama), bien
por uno de los monemas al que corresponde propiamente la
función (por la carretera es más corto o es más corto por la
I - 10. Forma.lineal y carácter vocal carretera).

Toda lengua se manifiesta en la forma lineal de enuncia-


1 - 11. La doble articulación y la economía del lenguaje
dos que represen tan lo que se llama frecuen temen te cadena
hablada. Esta f o r m a I i n e a I del lenguaje humano deri- [El tipo de organización. que acabamos de_¡sbozar existe
va en último análisis de su c a r á c ter v o cal; los enun- en todas las lenguas descntas hasta la fecha.!Parece que se
ciados vocales se desarrollan necesariamente en el tiempo y impone a las comunidades humanas como el mejor adaptado
el oído los percibe necesariamente como una sucesión. La si- a las necesidades y a los recursos del hombre. Sólo la econo-
tuación es diferente cuando la comunicación es de tipo pictó- mía que resulta de las dos articulaciones es capaz de obtener
rico y percibida por la vista. El pintor, en efecto, pinta los un instrumento de comunicación de empleo general que per-
elementos de su cuadro sucesivamen te, pero el espectador mite transmitir tanta información con tanta facilidad.
percibe el mensaje en su conjunto, o bien aplicando sucesiva- Si la. primera articulación, la de la experiencia en mone-
mente su atención a los elementos del mensaje siguiendo un mas sucesivos, no existiera, toda emisión correspondería a
orden cualquiera, sin que el valor del mensaje se vea afecta- un tipo definido de experiencia, de modo que una experiencia
do por ello. Un sistema visual de comunicación, como el que nueva, inesperada, sería incomunicable. La articulación en
. representa la señalización de carreteras, no es lineal, sino de monemas pennite formar una combinación inusitada para in-
dos dimensiones. El carácter lineal de los enunciados explica tentar comunicar una experiencia para la que la comunidad
la sucesividad de los monemas y de los fonemas. En esta su- no tenía un signo disponible. Es esto a lo que los poetas han
cesión, e lar den del o s f o n e m a s t i e n e valor recurrido constantemente y ahí se encuentra probablemente
d i s t i n t i va lo mismo que la elección de un fonema de- el punto de partida del destino particular de la especie hu-
terminado: el signo sal ! sal! contiene los mismos fonemas mana.
que el signo las / las 1. sin que se confunda con él. La situa- Además de la economía suplementaria que representa, la
ción es diferente para.los monemas.· En efecto, francés le chas- segunda articulación tiene· la ventaja de hacer la f o r m a
seur tue le lion tiene significación distinta de le lion tue le del significante independiente de la na-
chasseur, pero no es raro que un signo pueda cambiar de lu- t u r a I e z a del s i g n i f i cad o correspondiente y de es-
gar en un enunciado sin modificación apreciable de sentido: te modo asegurar una estabilidad mayor a la forma lingüísti-
estará allí el martes y el martes estará allí. Por otra parte, ca. Es evidente, en efecto, que en una lengua, en la que co-
es bastante frecuente que grupos de monemas tengan las mis- rrespondiera a cada palabra un gruñido particular e inanali-
mas posibilidades porque su relación con el resto del enun- zable, nada impediría a las personas modificar ese gruñido
28 Elementos de lingüística general I¡ La lingüística, el lenguaje y la lengua 29
en el sentido en el que a cada una de ellas le pareciera más es que, en una situación dada, el francés y el español habrán
descriptivo del objeto designado. Pero, como en este punto recurrido de una manera natural a dos análisis completamente
sería imposible alcanzar la unanimidad, se llegaría a una ines- diferentes. En el mismo orden de ideas, se pueden comparar
tabilidad crónica poco favorable al mantenimiento de la com- los equivalentes: latín poenas dabant y español eran castiga-
prensión. La exis tencia de una segunda articulación asegura dos; inglés smoking prohibited, ruso kurit' vospreshcháetsia
este mantenimiento uniendo la suerte de cada uno de los com- y francés défense de fumer; alemán er ist zuverliissig y fran-
ponentes del significante, por ejemplo, cada uno de los tra- cés on peut compter sur lui.
mos fónicos de sal/si, / al, /l/. no a la naturaleza del signi- Sabemos ya que las palabras de una lengua no tienen equi-
ficado correspondiente, aquí «saJ", sino al de los componen- valentes exactos en otra. Esto está, naturalmente, de acuerdo
tes de otros significantes de la lengua, la / s/ de / silla/. la con la variedad de análisis de los datos de la experiencia.
la I de / cabe/. la 111 de mole, etc. Esto no quiere decir que Es posible que las diferencias de análisis lleven consigo un
la / s/ o la /1/ de sal no pueda modificarse en el curso de modo diferente de considerar un fenómeno, o bien que una
los siglos, sino .que, en el 'caso de que cambie, no podrá ha- concepción diferente de un fenómeno produzca un análisis
cerlo sin que al mismo tiempo y en el mismo sentido cambie diferente de la situación. De hecho, no es posible hacer la
también la / s/ de / silla/ o la /1/ de / mole/. distinción entre uno y otro caso.
En lo que se refiere a la articulación de los significantes
hay que precaverse de juzgar los hechos tomando como base
1 - 12. Cada lengua tiene su propia articulación las grafías, incluso cuan,do se trata de transcripciones y no
,- de formas ortográficas'/Si se parte de I z e mal a la tetl y
... Si todas las lenguas coinciden en practicar la doble arti- I me dwele la kabe8a 1, ~ se debe pensar que la primera la I
culación, todas difieren en cuanto al modo como los usuarios de /kabe8al cubra la misma realidad lingüística que la I al
de cada una de ellas analizan los datos de la experiencia y de I mal l. En francés, donde la I al de mal se distingue de
en cuanto a la manera como aprovechan las posibilidades ofre- la I á I de male, la prímera no puede tener más que una ar-
cidas por los órganos de la palabra. En otros términos, cad a ticulación poco profunda, mientras que la la I de cabeza"
1 e n g u a a r tic u 1 a a s u m o d o tanto los enunciados única vocal abierta del español, tiene mucha más amplitud.!
como los significantes. En las circunstancias en que un espa- Razones de economía hacen que se transcriban por medio de
ñol dice me duele la cabeza, un francés dice j'ai mal a la té te. los mismos caracteres los fonemas de dos lenguas diferentes.
En el caso del francés, el. sujeto del enunciado será el que
habla; en español, la cabeza que sufre. La expresión del dolor
será nominal en francés, verbal en español, y la atribución 1 - 13. N úme ro de monemas y de fonemas
de este dolor se hará en el prilIl{'r caso a la cabeza; en el
segundo, a la persona indispuestaVmporta poco que el fran- El número de enunciados posibles en cada lengua es teó-
cés pudiera también decir la téle me fait mal. Lo decisivo ricamente infinito, porque no existe límite para el número de
30 Elementos de lingüística general La lingüística, el lenguaje y la lengua 31

monemas sucesivos que un enunciado puede contener. La lis-
ta de los monemas de una lengua es, en efecto, una 1 i s t a ,
1
, 1 - 14. ¿Qué es una lengua?
a b i e r t a. Es imposible determinar con precisión cuántos 1
monemas distintos presenta una lengua, porque en toda co- Podemos intentar ahora formular lo que entendemos por
munidad se manifiestan a cada instante nuevas necesidades <dengua».(Una lengua es un instrumento de
que hacen nacer nuevas designaciones. Las palabras que un comunrcaclon con arreglo al cual la ex pe-
civilizado de nuesta época es capaz de emplear o comprender r i e n c i a h u m a n a s e a n a 1 iza, d e m o d o d i fe -
se cuentan por decenas de millar. Pero muchas de estas pala- re n t e en cad a c o m u n ida d, e n un i d ad e s do-
bras están compuestas de monemas, bien susceptibles de apa- tadas de un contenido semántico y de una
recer como palabras independientes (por ej., sello-postal, auto- e x p r e s ión f ó n i c a, los m o n e m a s. E s t a e x -
pista), bien limitados a la composición (por ej., en termostato, presión fónica se articula a su vez en uni-
telégrafo). De ello resulta que los monemas, incluso con la d a d e s d i s t i n ti vas y s u c e s i vas, los f o n e -
ayuda de desinencias como -mas y de sufijos como -able, son m a s, e n n Ú m e r o de ter m i n a d o e n cad a 1 e n -
mucho menos numerosos que las palabras. g u a, c u y a n a t u r a 1 e z a y re I a c ion e s m u tu a s
La' lista de los fonemas de una lengua es una 1 i s t a d i f i e re n t a m b i é n d e u n a len g u a a o t r a. 'Esto
c e r r a d a. El castellano, por ejemplo, distingue 24 fonemas, implica: 1.°) que reservamos el término de lengua para~'desig­
ni más ni menos. Lo que hace con frecuencia delicada la res- nar un instrumento de comunicación doblemente articulado
puesta a la pregunta «¿cuantos fonemas tiene tal lengua?» y de manifestación vocal, y 2.°) que, aparte de esta base co-
es el hecho de que las lenguas de civilización, que se hablan mún, como lo indican las expresiones «de modo diferente»
en amplias zonas, no presentan una perfecta unidad y varían y «difieren» en la formulación precedente, no h a y na d a
algo de región a región, de una clase social a otra, de una propiamente lingüistico que no pueda di-
generación a otra generación. Estas variaciones no impiden, fe r i r d e u n a len g u a a o t r a. En este sentido es en
en general, la comprensión, pero pueden llevar consigo dife- el que se debe entender la afirmación de que los hechos de
rencias en el inventario de unidades, tanto distintivas (fone- lengua son «arbitrarios» o "convencionales)),
mas) como significativas (monemas o signos más amplios). Así,
el español hablado en América presenta frecuentemente 22
fonemas en lugar de 24. La variedad del francés utilizado por 1 - 15. Al margen de la doble articulación
el autor de esta obra contiene 34 fonemas. Pero entre los ha-
bitantes de París nacidos desde 1940 no es raro un sistema Todas las lenguas presen:tan el tipo de organización que
de 31 fonemas. Se utiliza este último, que es más simple, en se acaba de describir. Pero esto no quiere decir que las len-
la transcripción de los ejemplos franceses. guas no hayan recurrido a procedimientos que no entran en
el cuadro de la doble articulación. En francés, por ejemplo,
es frecuente que el carácter interrogativo del enunciado no
32 Elementos de lingiiística general La lingiiística, el lenguaje y la lengua 33

esté marcado más que por una elevación melódica de la voz de que no se ha termínado el enunciado, que requiere, por
en la última palabra. Así se distingue muy bien entre la afir- ejemplo, un complemento bajo la forma de una respuesta a
mación il pleut y la pregunta il pleut? Esta última es el equi- una pregunta. Esto es lo que se aprovecha para hacer de il
valente de estoce qu'il pleut?, es decir, que la elevación' de pleut? el equivalente de estoce qu'il pleut? Pero no quiere de-
la voz en il pleut? desempeña el mismo papel que el signo cir que la elevación de la voz al fin de Un enunciado tenga
I eskl en la forma ortográfica estoce que. Se puede entonces un valor bien determinado que se opone a otro valor bien
decir que esta curva melódica es un signo, exactamente igual determinado del descenso de la voz. La significación exacta
que est~ce que, con un significado: «interrogación», y un sig- del enunciado variara según el grado de.altura o de gravedad
nificante perceptible: la elevación de la voz. Pero, en tanto alcanzado. Una nota muy baja implicará una afirmación enér-
que el significante de estoce que se conforma a la segunda gica; la aseveración se hará menos categórica a medida que
articulación con su sucesión de tres fonemas I e s k 1, y a la la caída melódica sea menos rápida. Al elevarse la curva, se
primera en el sentido que aparece en la sucesión de mone- pasará insensiblemente a afirmaciones matizadas de duda y
mas, el significante de la curva melódica no hace nada de por incremento de la duda, a preguntas cada vez más dubita-
esto. En efecto, no ocupa una posición particular en la cade- tivas. No se trata en modo alguno de una elevación por gra-
na hablada, sino que se superpone, por así decirlo, a las uni- dos determinados en la que la elección de un nivel llevaría
dades de las dos articulaciones y no se puede analizar en una a un enunciado radicalmente diferente, sino de una situación
sucesión de fonemas. A los hechos lingüísticos que no se con- en la que cualquier modificación de la curva melódica lleva
forman a la articulación en fonemas se les llama frecuente- consigo una modificación paralela y proporcional del sentido
mente «suprasegmentales» y constituyen un capítulo intitu- del enunciado.
lado pro s o d i a, distinto de la fa n e m á tic a en la que
se trata de unidades de la segunda articulación. 1 - 17. Las unidades discretas

Cuando se trata no de dos direcciones, diferentes de la


1 - 16. Carácter no discreto de la entonación curva de entonación, sino de dos fonemas, la situación es dis-
tinta. Las palabras pino I pinol y vino Ibinol no se distin-
Existe una oposición fundamental entre la diferencia me- guen más que por el empleo en una de ellas de I p I allí don-
lódica que distingue la afirmación il pleut de la pregunta il de la otra tiene lb/. Se puede pasar insensiblemente de la
pleut? y la diferencia entre dos fonemas. La fisiología de los articulación característioa de lb I a la de I p I reduciendo
órganos de la palabra produce normalmente al comienzo de progresivamente las vibraciones de las cuerdas vocales. Así,
un enunciado una elevación de la voz que corresponde a una pues, fisiológicamente encontramos aquí la misma continui-
tensión progresiva y, hacia el fin del enunciado, un descenso dad sin interrupción alguna que hemos establecido para la
de la voz que corresponde a un relajamiento progresivo. Si elevación de la voz. Pero mientras que todo cambio en la ele-
no se produce este descenso, el oyente tendrá la impresión vación de la voz lleva consigo una modificación quizá míni-
E. LL'IIcütSTlCA - 3
<
1

34 Elementos de lingüística general La lingüística, el lenguaje y la lengua 35

ma, pero real, del mensaje, nada parecido se produce en el es aquel en que las diferencias entre las a individuales suce-
caso de las vibraciones que caracterizan a Ibl con relación sivas son tan mínimas que no alteran en nada la identifica·
a Ip 1, En tanto que ellas permanecen perceptibles, la pala- ción de todas esas a como la misma unidad gráfica. Sucede
bra pronunciada será entendida como «vino», Pero se llega lo mismo con los enunciados y los fonemas. El enunciado se-
a alcanzar un umbral.. que puede variar con el contexto y la rá tanto más claro cuanto más identificables sean las realiza-
situación, en el que el oyente entiende «pino», es decir, que ciones sucesivas de un mismo fonema como una misma uni-
la inicial no es ya in.terpretada como lb I sino como I p l. El dad fónica. Esto enlaza con lo que se ha dicho antes sobre
sentido del mensaje, por tanto, cambiará enteramente. Si el la solidaridad que une la I s I de silla con la I s I de sal. Se
que habla articula mal, o si hay un ruido y la situación no trata, en efecto, de la misma unidad, como lo señala la trans-
facilita mi función de oír, podría vacilar en interpretar lo cripción idéntica, unidad que los hablantes tienen interés en
que oigo, como es un buen vino, o bien es un buen pino. Pero realizar del mismo modo, si desean facilitar la comprensión
necesariamente deber~a elegir entre una u otra interpretación. de lo que dicen.
La noción de un mensaje intermedio no tiene sentido. Del Las unidades discretas son, pues, aquellas cuyo valor lin-
mismo modo que no se puede concebir nada que sea un poco güístico no resulta afectado en nada por variaciones de deta-
menos «vino» y un poco más «pino», no.se podría hallar una lle determinadas por el contexto o por circunstancias diver-
realidad lingüística que no fuera del todo lb I o fuera casi sas. Son indispensables para el funcionamiento de todas las
I pI. Todo segmento de un enunciado que sea reconocido co- lenguas. Los fonemas son unidades discretas. No son unida-
mo español ha de ser necesariamente identificable bien como des discretas rasgos prosódicos como los hechos de entona-
Ibl: bien como Ip/, bien como uno de los 24 fonemas res- ción indicados más arriba. En cambio, otros hechos prosódi-
tantes de la lengua. Se resume todo esto diciendo que los cos, caracterizados como tales porque no se integr~n en la
fonemas son unidades d i s e re t a s: Este carácter discreto segmentación fonemática, son discretos como los fonemas.
de los fonemas estaba naturalmente implícito en la indicación Se trata de los ton o S, que se encuentran en un número
dada más arriba de que los fonemas están en número fijo determinado en cada lengua. No existen en español ni en la
en cada lengua. Nuestra grafía alfabética, que es en su origen mayor parte de las lenguas europeas; hay dos en sueco, cua-
un calco de la articulación fonemática, ha conservado bien tro en chino' del norte, seis en vietnamita.
el carácter discreto. En un texto manuscrito se puede vacilar
al interpretar algún rasgo bien como u, bien como n, pero
se sabe que necesariamente se trata de u o de n. La lectura 1 - 18. Lengua y habla, código y mensaje
implica la identificación de cada letra como una unidad entre
un número determinado de unidades, para cada una de las Cuando se dice que una~lengua tiene 24 fonemas, se quie-
cuales el cajista de imprenta tiene una caja distinta, pero de re decir que, en cada momento de su enunciado, el que habla
ningún modo implica la interpretación subjetiva del detalle debe elegir entre 24 unidades de la segunda articulación para
de la forma de cada letra individual. Un texto bien impreso producir el significante que corresponda al mensaje que quiere
36 Elementos de lingüística general La lingüísticQ, el lenguaje y la lengua 37

transmillr: lb I y no I p I o I tia cualquier otro fonema es- lengua. Esta lengua, en efecto, no manifiesta su existencia
pañol en la inicial de vino si quiero decir es un buen vino. más que por el discurso o, si se prefiere, por actos del habla.
Pero cuando se dice que un enunciado contiene 24 fonemas, pero el discurso, los actos del habla, no son la lengua. La
se quiere decir que presenta 24 partes sucesivas, cada una oposición, que es tradicional, entre 1 e n g u a y h a b 1 a, pue-
de las cuales es identificable como un fonema determinado de expresarse también en términos de c ó d i g o y m e n -
sin que esto implique que las 24 unidades sucesivas sean to- s aje. El código es la organización que permite la redacción
das unidades diferentes: el enunciado es una buena niña con- del mensaje y con el que se confronta cada elemento de un
tiene 14 fonemas en el sentido de que presenta 14 partes su- mensaje para obtener el sentido.
cesivas, identificables cada una de ellas como un fonema de- Esta distinción muy útil, entre lengua y habla, puede lle-
terminado. Sin embargo, utiliza tres veces el fonema In I y var a creer que el habla posee una organización independien-
el fonema Ial, y no utiliza más que ocho fonemas diferen- te de la organización de la lengua, de manera que se podría,
tes. Lo que aquí se dice para los fonemas vale igualmente por ejemplo, considerar la existencia de una lingüística del
para unidades lingüísticas más complejas, con la diferencia habla frente a la lingüística de la lengua. Ahora bien, es nece-
de que no se puede decir cuántos monemas o cuántas pala- sario convencerse de que el habla no hace más que concretar
bras tiene una lengua. En el mozo lleva el vaso hay cinco la organización de la lengua. Sólo por el examen del habla
monernas sucesivos, pero solamente cuatro monemas dife- y del comportamiento que determina en los oyentes podemos
rentes. alcanzar un conocimiento de la lengua. Para conseguirlo será
Es indispensable distinguir cuidadosamente entre, por una necesario que hagamos abstracción de lo que en el habla es
parte, los hechos lingüísticos de todas clases, tales cuales apa- no lingüístico, como el timbre de voz propio de un.individuo,
recen en los enunciados, y, por otra parte, los hechos lingüís- ,. es decir, lo que no forma parte de los hábitos colectivos ad-
ticos en tanto que pertenecen a un repertorio del que dispone quiridos durante el aprendizaje de la lengua.
la persona que intenta comunicar. No corresponde allingüis-
ta, como tal lingüista, precisar dónde se hallan disponibles
en el hablante estos hechos lingüísticos, ni tampoco por qué 1 - 19. Cada unidad supone una elección
procedimiento este hablante ha sido llevado a hacer una elec-
ción conforme a sus necesidades comunicativas. Pero le es Entre los hechos lingüísticos hay algunos que Se manifies-
imprescindible suponer la existencia de una organización tan por simple examen de un enunciado y otros que no se
psico-fisiológica que durante el aprendizaje de la lengua por identifican más que por la comparación de enunciados dife-
el niño, o más tarde si se trata de una segunda lengua, está rentes. Unos y otros son hechos de lengua. Sea un enunciado
acondicionada para permitir el análisis, según las normas de como es un buen vino / es un bwen bino/; si suponemos ya
esta lengua, de la experiencia que se va a comunicar y para realizado el análisis en monemas y en fonemas que reprodu-
ofrecer en cada punto del enunciado las elecciones necesa- ce la transeripción, este enunciado nos informa sobre cier-
rias. Este acondicionamiento es lo que se llama propiamente tos rasgos no despreciables de la estructura de la lengua:
---------~-.~.,

38 Elementos de lingüística general La lingüística, el lenguaje y la lengua 39


/bwen/ puede aparecer después de /un/ y antes de /bino/; hubiera dado / tino /, / s / que hubiera dado / sino /, /1/ que
en /bino/ el fonema / o/ puede aparecer al final del enun- hubiera dado / lino / o / d / que hubiera dado el pronuncia-
ciado y el fonema / b / en inicial de un monema, etc. Todas ble pero inexistente / dino /.
estas posibilidades forman parte de las reglas con arreglo a Es cosa clara que todas las elecciones que hace el hablan-
las cuales se analiza en español la experiencia humana y per- te en cada punto de su discurso no son elecciones gratuitas.
tenecen a la lengua. Para el lingüista, estos rasgos tienen so- Evidentemente, la naturaleza de la experiencia que va a co-
bre todo la ventaja d" que se manifiestan al simple examen municar le lleva a preferir buen a mal, vino a limonada. Por-
de la repartición respectiva de las unidades en un enunciado. que el sentido reclama vino tiene que elegir en la inicial /b/
No obstante, si estamos en condiciones de decir algo sobre en lugar de / t /, / s / o /1/. Pero ¿ existen elecciones que no
las posibilidades combinátorias de /bwen/, es que este seg- estén determinadas? No hay que pensar que la elección de
mento del enunciado ha sido reconocido como una unidad mancmas sea más <dibrcl) que la de fonemas.
particular distinta de / un/ y de /bino/. Para llegar a ese re-
sultado ha sido necesario establecer que /bwen/ en este
contex.to correspondía a una e 1 e e ció n específica entre un 1 - 20. Contrastes y oposiciones
cierto número de adjetivos posibles. La comparación de otros
enunciados españoles ha mostrado que en los contextos en Se ve que las unidades lingüísticas, ya sean signos O fone-
que figura /bwen/ aparece también excelente, mal, etc. Es- mas, se hallan entre sí en dos tipos distintos de relaciones.
to indica que el hablante, más o menos conscientemente, ha Están por una parte, las relacíones en el enunciado que se
descartado todos los competidores que hubieran podido figu- llaman sintagmáticas y son observables directamente. Son,
rar entre / un / y / bino /, pero que no resultaban convenien- por ejemplo, las relaciones de /bwen/ con sus vecinos / un/
tes en este caso. Decir que un oyente entiende el español im- y /bino/ y las de / n/ con / o/ que sigue y con / i/ que pre-
plica que identifica por experiencia las elecciones sucesivas cede en vino. Interesa reservar el término e o n t r a s t e s
que ha debido hacer el hablante, que reconoce / bwen / co- para designar estas relaciones. Por otra parte, se hallan las
mo una elección distinta de la de / un/ y de la de /bino/, relaciones que se conciben entre unidades que pueden figu-
y que no queda excluido que la elección de / bwen / en lu- rar en un mismo contexto y que, en ese contexto por lo me-
gar de / mal/influya en su actitud. nos, se excluyen mutuamente. Estas relaciones se llaman
Sucede lo mismo en lo que concierne a los fonemas. Lo par a d i g m á tic a s y se les da el nombre de o p o si-
que podemos decir sobreJas posibilidades combinatorias de e ion e s; buen, excelente, mal, que pueden figurar en los
/b/ en /bino! (vino) es que /b/ ha sido reconocida como mismos contextos, están en relación de oposición; sucede lo
una unidad distintiva particular, notablemente diferente de mismo con los adjetivos que expresan colores que pueden apa-
la / i/ que le sigue en /bino/. Se ha establecido también que recer todos entre el libro ... y ... ha desaparecido. Hay oposi-
/ b / corresponde a una elección específica en la que el ha- ción entre /b/, / sI, /1/ que pueden aparecer en la inicial an-
blante ha descartado, sin duda inconscientemente, / t/ que tes de / -ino /.

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