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Universidad Tecnológica Indoamerica

Facultad de Jurisprudencia

Carrera de Derecho

Nombres: Sara Aguas; Pablo Lascano; Andrés Mayorga; Andrés Muñoz

Materia: Derechos colectivos de los trabajadores

Tema: El sindicalismo en el Ecuador

Fecha: 19/10/2018
El sindicalismo en el Ecuador

Orígenes.- Al hablar del sindicalismo en el Ecuador es necesario primero remontarse a los


orígenes de estos movimientos sociales para tener una óptica general de todo lo relativo al tema.
Los movimientos sindicalistas surgen en Europa durante la Revolución Industrial en el siglo
XIX y se habla de un contexto en el que los trabajadores se veían expuestos a distintos abusos
por parte de la clase neoliberal burguesa; frente a los despidos, jornadas laborales con
demasiadas horas de trabajo y falta de seguridad en las condiciones de trabajo, aparece una
conciencia de grupo que permite a los trabajadores darse cuenta que es necesario agruparse para
formar una sola fuerza que luche por sus intereses.

Por lo que surgen los sindicatos como asociaciones voluntarias de trabajadores que se reúnen
con la finalidad de defender sus intereses laborales, es decir, resguardar y defender los derechos
que les corresponden como trabajadores, derechos tanto sociales, económicos, políticos y los
propios del trabajo. En los inicios del sindicalismo existieron dos tipos de organizaciones
laborales: por un lado, los sindicatos; y por otro lado las mutualistas.

De las mutualistas.- A partir de la tercera década del siglo XIX los trabajadores se percataron
de que era necesario unirse para formar organizaciones que lucharan por la mejora de sus
condiciones laborales y vitales. Lo que se pone en marcha a partir de entonces son agrupaciones
de obreros estables, es decir pensadas para luchar por sus derechos a largo plazo y dotadas
además de los instrumentos para llevar a cabo su lucha.

Los obreros, a través de una serie de cuotas aportaban dinero a la mutua, de tal manera que esta
tenía una cantidad de fondos que se invertía en necesidades de la propia clase obrera. Por
ejemplo, un mutualista que se ha quedado sin empleo va a recibir una cantidad de dinero durante
un tiempo por la mutua para que pueda subsistir. Lo mismo sucede con los trabajadores que no
pueden ir a trabajar por unos días; ellos dejaban de recibir salario en esos días pero la mutua se
encargaba de que ellos puedan subsistir gracias a una aportación. Se encuentran situaciones
análogas en los casos de orfandad y viudez, es decir, cuando fallecía un trabajador y dejaba
mujer e hijos.

Y finalmente, si las mutuas tenían capacidad económica después de cubrir las necesidades de
los mutualistas, podían dedicar sus fondos también para organizar huelgas y manifestaciones,
y todo esto con el dinero que habían aportado de manera voluntaria y solidaria, los propios
trabajadores mutualistas.
De los sindicatos.- Los sindicatos surgieron en Inglaterra a partir de 1825, fecha en la que fueron
derogadas las leyes anti asociativas, es decir, normas que prohibían que trabajadores de un
mismo oficio o de una misma fabrica se agruparan formando asociaciones. En principio estaba
pensando fundamentalmente para evitar el resurgimiento de los gremios, que eran igualmente
agrupaciones de trabajadores de un mismo oficio. Sin embargo a comienzos del siglo XIX las
leyes anti asociativas se utilizaron fundamentalmente para detener a los trabajadores en su lucha
por mejorar sus condiciones de vida y de trabajo. Es decir, para evitar que se agruparan y que
el movimiento obrero cogiera fuerza.

Del sindicalismo en Ecuador.- El crecimiento y sólido inicio de las asociaciones laborales se


da con la conformación de Sociedades de Ayuda Mutua, fenómeno que se venía dando durante
el siglo XIX, no sólo en Inglaterra, sino también en el Ecuador. El contexto de entonces hacía
ver un país que se encontraba influenciado por un sinnúmero de cambios sociales, políticos y
económicos.

La clase obrera estaba sometida a: opresión de raza y opresión económica. Bajo esta doble
opresión, los trabajadores del Ecuador toman poco a poco conciencia de sus distintos intereses
de clase. El proletariado se encuentra, particularmente concentrado en las dos provincias donde
la industria está más desarrollada. El proletariado de las otras provincias y ciudades, con una
vida económica más atrasada, comienza apenas a salir de la masa predominante de los
artesanos.

La ubicación geográfica fue un factor de gran influencia en el surgimiento y desarrollo de las


distintas formas de organización de la clase obrera. Por un lado, Guayaquil como el principal
puerto marítimo y centro económico en la región costa; y por otro lado, la ciudad de Quito en
la región sierra como centro económico y administrativo de todo el país, dieron lugar a que se
formaran organizaciones sindicales de diferentes índoles desde las distintas latitudes
geográficas y regionales del Ecuador.

Con la presencia de Ignacio de Veintimilla desde el año 1880 hasta 1895 se consolidó una unión
regional enfocando al movimiento obrero a la idea de modernización y unión nacional. En esa
década surge un movimiento en contra de los gobiernos radicales, impulsado por el General
Eloy Alfaro. El descontento social y la crisis económica que se vivía en la época fueron algunas
de las razones para que estalle en Guayaquil el 5 de junio de 1895 la revolución liberal.
En el año de 1892 se funda la Sociedad Artística e Industrial de Pichincha con el objetivo de
asociar a los trabajadores en una especie de central obrera. Por aquellos años también se
constituye la Sociedad de Tipógrafos. En el año de 1896, pidiendo que se reduzca la jornada
laboral a nueve horas aparece la “Sociedad de Sastres de Pichincha y la Sociedad de
Carpinteros”, en la ciudad de Guayaquil.

En el año de 1905 aparece la Confederación Obrera del Guayas y en el año de 1906 se crea el
Centro Católico de Obreros en Quito. En el año de 1910 los trabajadores se reúnen en el segundo
congreso nacional de los trabajadores y discuten para lo que más tarde esas ideas se plasmarían
en el nacimiento de la Confederación Obrera Ecuatoriana

En el año 1922 a causa de los estragos que dejó la I Guerra Mundial, la economía mundial entró
en recesión y en el Estado Ecuatoriano también se podían sentir los efectos post guerra. El
pueblo demandaba al Gobierno que se rectifiquen las medidas financieras en pro de una mejora
económica, pero no hubo ningún cambio favorable.

Se iniciaron movilizaciones en octubre del mismo año en la ciudad de Guayaquil y fue en la


primera semana de noviembre que se llegó al punto más crítico, cuando trabajadores de las
Empresas de Luz y Fuerza Eléctrica y de Carros Urbanos exigieron solución a sus demandas.
De tal modo las manifestaciones se volvieron permanentes, con el puerto principal
desabastecido de energía eléctrica y de todo tipo de provisiones. La huelga alcanzó su auge el
13 de noviembre.

Fue entonces cuando los oficiales de la Zona Militar de esa plaza deciden aplacar los reclamos
sin órdenes del Gobierno Central. De ese modo se agravó la situación de protestas y degeneró
en un pretexto para que la Fuerza Pública abriera fuego contra trabajadores que pedían la
libertad de sus líderes gremiales y sindicales detenidos. Los uniformados no cesaban el fuego
y reinaba la anarquía, pues un gran número de desadaptados aprovecharon la causa obrera para
cometer desafueros y fomentar otro pretexto a los militares para continuar con la masacre.

Cientos de personas murieron durante la revolución obrera del año 1922, algunos cadáveres
fueron sepultados en fosas comunes y otros fueron arrojados al río Guayas, el cual,
metafóricamente se convirtió en su última morada y por ello surge la costumbre de la gente del
pueblo que en peregrinación anual lanza cruces y coronas sobre esas aguas para conmemorar
la lucha obrera.
El 9 de julio de 1925 mediante golpe de Estado se da inicio a la Revolución Juliana, estalló en
Guayaquil una sublevación de militares jóvenes quienes, bajo la jefatura del Myr. Idelfonso
Mendoza Vera, apresaron a las autoridades y constituyeron una Junta Militar de Gobierno. No
se derramó ni una sola gota de sangre, pues los generales y oficiales mayores no opusieron
resistencia y el pueblo, entusiasmado, se lanzó a las calles para aplaudir y respaldar
ruidosamente a los ideólogos de dicho movimiento. Se pone fin a las políticas existentes y el 1
de abril del año1926 el ejército nombra al Dr. Isidro Ayora como Presidente provisional; en su
gobierno se dan cambios sociales profundos. Se establece la creación del Seguro Social y una
ley que legalice las asociaciones de trabajadores.

En el año de 1929 se proclama en la Constitución por primera vez derechos importantes para el
sector laboral, como es: la garantía para libremente asociarse sindicalmente, se crean tribunales
de conciliación y arbitraje para la solución de conflictos, y legalmente se reconocen el derecho
a la huelga y al paro.

En el año 1938 se expide el Código de Trabajo en el Gobierno de Guillermo Enríquez Gallo,


y toma más fuerza en la Constitución de 1945 cuando se instauraron derechos como: la
organización sindical para empleadores y trabajadores, la contratación colectiva, se reconocen
los principios de irrenunciabilidad e intangibilidad, y se prohíbe el despido intempestivo.

El derecho de organizarse sindicalmente para los trabajadores del sector público se consolida
con la Constitución del año de 1967. Finalmente, en la Constitución del año 2008, en su artículo
326, numeral 7 se garantiza el derecho a organizarse sindicalmente bajo el principio de la
libertad sindical.

Para concluir, el derecho de organización sindical es uno de los principales pilares jurídicos
para garantizar el cumplimiento de los derechos laborales, no solo colectivos, sino también
individuales. Pues sin este derecho tan fundamental en el área laboral sería imposible lograr
contrataciones colectivas y a su vez tener una garantía de interés colectivo en el cumplimiento
de derechos del trabajo.

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