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Y SOLUCIONES
El agua es uno de los elementos naturales que se encuentra en mayor cantidad en el planeta
Tierra. También es gran responsable de la posibilidad de desarrollo de las distintas formas de vida:
vegetales, animales y el ser humano. Los organismos de todos los seres vivos están compuestos de
agua en una alta proporción, siendo que ésta es la que compone los músculos, órganos y los
diferentes tejidos. Por esto, sin agua no es posible la vida.
Contexto actual
Uno de los mayores problemas mundiales en la actualidad es la falta de acceso de agua dulce y
potable por saneamiento. Si, además, le sumamos el problema de la contaminación del agua, se
empeora el panorama. La contaminación se produce por los residuos vertidos, los fertilizantes,
pesticidas o químicos que desembocan en las aguas dulces y que acaban por contaminar también
el agua salada. Sobre este problema, la ONG InpirAction dice: “Más de 1.000 millones de personas
sufrirán en el futuro la escasez de agua a causa de la contaminación, la superpoblación y el cambio
climático, que afectan a las fuentes de este recurso esencial”.
A su vez, según el informe de 2016 de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos
hídricos en el mundo, casi el 80% de los puestos de trabajo que constituyen la fuerza laboral
mundial dependen del acceso a un suministro adecuado de agua y servicios relacionados con el
agua, incluyendo el saneamiento.
El agua es necesaria para cultivar y procesar alimentos, también brinda energía a la industria con
el objeto de satisfacer a una población en constante crecimiento. La gestión inadecuada de las
aguas residuales urbanas, industriales y agrícolas, conlleva a que el agua que beben cientos de
millones de personas se vea peligrosamente contaminada o polucionada químicamente. La
contaminación del agua también provoca que parte de los ecosistemas acuáticos terminen
desapareciendo por la rápida proliferación de algas invasoras que se nutren de todos los
nutrientes que les proporcionan los residuos.
La contaminación de agua se genera por diferentes tipos de vertidos: aguas de proceso, aguas
fecales y aguas blancas. El primero es un vertido del proceso productivo, con lo que su carga
contaminante va a depender de la actividad industrial. El segundo es generado en los aseos y
asimilables a aguas residuales domésticas. Y el último, se les suele llamar “aguas crudas” por su
carácter previo a la potabilización. Su importancia está en que son la base de la producción de
agua para el consumo humano masivo.
Según un artículo de Responsabilidad Socio Sanitaria en octubre de 2016, se calcula que unas
842.000 personas mueren cada año de diarrea como consecuencia de la contaminación del agua,
de un saneamiento insuficiente o de una mala higiene de las manos. Esta infección es altamente
prevenible, pero sigue siendo responsable de la muerte de 361.000 niños menores de cinco años,
muertes que se podrían evitar si se abordaran estos factores de riesgo.
En los lugares donde el agua no es fácilmente accesible, las personas pueden considerar que
lavarse las manos no es una prioridad, lo que aumenta la probabilidad de propagación de la
diarrea y otras enfermedades. La diarrea es la enfermedad más conocida que guarda relación con
el consumo de alimentos o de la contaminación del agua. Sin embargo, hay también otros
peligros: casi 240 millones de personas se ven afectadas por esquistosomiasis, una enfermedad
grave y crónica provocada por lombrices parasitarias contraídas por exposición a agua infestada.
Además, en muchas partes del mundo, los insectos que viven o se crían en el agua son portadores
y transmisores de enfermedades como el dengue. Algunos de estos insectos, denominados
vectores, crecen en el agua limpia, y los contenedores domésticos de agua para bebida pueden
servir como lugares de cría. Tan solo con cubrir estos contenedores es posible reducir la cría de
vectores y reducir también la contaminación fecal del agua en el ámbito doméstico.
Otra de las causas de la contaminación del agua es la deforestación en las zonas costeras y la
creciente demanda de la construcción de gigantescos edificios. Esto produce que los suelos en
esas zonas se vuelvan vulnerables. A su vez, si le agregamos que la pavimentación no permite el
paso a las filtraciones de aguas fluviales cuando llueve, el ecosistema se ve seriamente
perjudicado. Esto favorece que las aguas saladas se filtren por debajo contaminando las aguas
dulces.
Estas son algunas posibles soluciones para el problema de la contaminación del agua:
3) Usar la bicicleta
La mejor manera de reducir la contaminación del agua es disminuyendo el uso de combustibles
fósiles y la mejor manera es hacerlo en bicicleta. A su vez, es una medida que beneficia a nuestra
economía porque reducimos los costos asociados a combustible, estacionamiento y el movernos
en bicicleta resulta entre 50 a 100 veces más barato que movernos en un automóvil.
Los primeros son sustancias de origen biológico que promueven el desarrollo de las planta y
mejoran su metabolismo. Esto último hace que las plantas sean más resistentes ante condiciones
adversas, como sequías o las plagas. Los segundos son empleados principalmente para el control
de plagas en agricultura. La bacteria del biopesticida provoca una enfermedad en los insectos y
destaca por apenas tener efectos en otros organismos y por ser respetuoso con el
medioambiente. Los últimos estimulan el metabolismo secundario de las plantas y está
íntimamente relacionado con la protección del cultivo y la productividad.
Un segundo paso sería recircular el agua de los circuitos de refrigeración, previo enfriamiento, en
torres de refrigeración o intercambiadores de calor. A su vez, separar las aguas residuales que
contengan contaminantes tóxicos y/u orgánicos de aquellas aguas no contaminadas.
Un tercer paso sería realizar inspecciones de la red hidráulica y colectores y establecer planes de
mantenimiento y desinfección de las instalaciones y equipos. Asimismo, establecer un sistema de
recogida de lixiviados que impida el vertido incontrolado de los mismos hasta suelos
desprotegidos.
Un último paso sería introducir bandejas, canaletas para la recogida de derrames y goteos en las
bocas de los tanques de trasiego y la línea de envasado. Además, recoger los goteos de lubricante
de cadenas y almacenar las tierras gastadas separadamente del resto de residuos orgánicos
generados durante la vendimia.
Como es evidente, la única forma de solucionar el problema de la contaminación del agua viene de
dos lados: no contaminarla y limpiar la que ya está contaminada. De este modo, se puede evitar y
minimizar la contaminación que termina destruyendo tanto acuíferos como reservas hídricas de
otro tipo, por lo que se trata de una batalla que debe librarse al mismo tiempo en todos los
frentes. Algunas de las acciones más importantes que se pueden llevar a cabo al respecto son las
siguientes:
Los fertilizantes y pesticidas químicos son dos de los elementos que más contaminan el agua
cuando se usan en la agricultura intensiva. Estos productos químicos terminan en la tierra y pasan
a los acuíferos, lo que conlleva la contaminación de una de las fuentes de agua más importantes
de las que disponemos. En su lugar, basta con hacer uso de nutrientes y plaguicidas naturales, lo
que permite el desarrollo de una agricultura ecológica y sostenible. Así mismo, en el caso de que
no se pueda optar plenamente por productos naturales, la mejor opción será minimizar el daño de
estos químicos prescindiendo al menos de los más dañinos para los recursos hídricos.
Por otro lado, una de las principales fuentes de contaminación del agua viene de que las aguas
residuales sean vertidas en ríos y mares sin tratar correctamente. Este es uno de los mayores
problemas que presenta la contaminación del agua, ya que las aguas residuales conllevan una alta
contaminación física del agua (un buen ejemplo son las toallitas de inodoro), así como una altísima
contaminación química derivada de todos los productos químicos y biológicos que arrastran estas
aguas consigo. La mejor forma de reducir estas aguas residuales es hacer un uso eficiente del
agua, reducir lo más posible el uso de productos químicos que puedan contaminarla y, lo más
importante de todo, que las Administraciones públicas implementen las infraestructuras
necesarias para que estas aguas sean devueltas al medio ambiente habiendo sido depuradas
previamente. Estas son algunas estrategias eficientes de captación de agua ambiental.
Reducir la deforestación
Uno de los elementos más importantes a la hora de reducir la contaminación del agua es evitar los
procesos de deforestación. Esto se debe a que los bosques son uno de los principales almacenes
de agua, tanto a nivel de atmósfera como de subsuelo. Al aumentar las masas forestales se
consigue mayor presencia de agua dulce en estos entornos, lo que aumentan las reservas de agua
de los acuíferos. Además, los bosques actúan como depuradores de muchos de los contaminantes
que vertemos al medio ambiente, por lo que su presencia ayuda a contrarrestar la contaminación
química en su conjunto.
La agricultura y la industria son dos de las actividades humanas que más agua consumen en su
desarrollo. Ambos sectores son fundamentales para la vida humana. De este modo, como no se
puede prescindir de ellos, lo que hace falta es implementar acciones que aumenten la eficiencia
del uso de sus recursos, incluida el agua. En este sentido, una buena opción es el uso de aguas
grises depuradas para la agricultura. Estas aguas no valen para el consumo humano al no ser
potables, pero sí que son útiles a la hora de regar cultivos. En el caso de la industria, maquinarias
más eficientes, así como procesos que no requieran del uso de tanta agua permiten reducir la
contaminación de la misma, ya que el volumen de agua contaminada es menor. Así mismo,
también es fundamental que las aguas residuales de la industria sean depuradas antes de ser
devueltas al medio ambiente.
Otro de los sectores que más contamina el agua es el transporte. Un buen ejemplo de este
problema lo tenemos en la lluvia ácida presente en la mayoría de las ciudades, cuya
contaminación procede en su mayoría de la quema de combustibles fósiles. Optando por
versiones de transporte sostenible, reducimos la contaminación que se vierte al medio ambiente y
que, de forma inevitable, acaba contaminando el agua. En este sentido, la mejor opción
disponible es el transporte público, ya que minimiza la contaminación al ser un transporte que da
respuesta a muchas personas al mismo tiempo.
Por otro lado, no debemos olvidarnos de las basuras que se producen diariamente tanto en los
trabajos como en los hogares. En este sentido, optar por productos con pocos envoltorios, así
como llevar a cabo una correcta clasificación y reciclaje de los residuos es uno de los elementos
que más puede ayudar a reducir la contaminación.
Aunque este aspecto entraría dentro de la reducción de las basuras en general, se trata de dos de
los agentes contaminantes del agua más dañinos, por lo que merecen un espacio aparte. Los
aceites contaminan el agua de muchas maneras pero, entre ellas, al evitar la correcta oxigenación
de los ríos, conlleva un daño para la biodiversidad especialmente importante. Lo correcto para
evitarlo será ir almacenando el aceite usado y llevarlo a un punto limpio cuando el recipiente esté
lleno. Así mismo, las baterías y las pilas están fabricadas con muchos minerales pesados que son
especialmente contaminantes del agua. De hecho, metales pesados como el cromo y el mercurio,
actualmente presentes en muchos de los pescados que se consumen habitualmente proceden de
estos residuos. Por ello, es fundamental llevarlos a un punto limpio donde puedan ser gestionados
de forma adecuada.
Por último, no podemos pasar por alto la importancia que tienen los órganos legislativosen
materia de prevención de contaminación de todo tipo, incluida la que afecta al agua. En este
sentido, leyes más restrictivas que prohíban el uso de agentes contaminantes (pesticidas como el
glifosato, uso de toallitas de inodoro, cuberterías de plástico, etc.), así como leyes que obliguen a
que las aguas residuales de cada sector sean depuradas antes de ser devueltas al medio ambiente,
son fundamentales a la hora de evitar la contaminación del agua. En el siguiente artículo puedes
ver los efectos negativos del herbicida glifosato.