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Eficiencia energética

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Para otros usos de este término, véase Rendimiento (física).

La casa pasiva, ejemplo de eficiencia energética

La eficiencia energética es una práctica que tiene como objetivo reducir el consumo de energía. La
eficiencia energética es el uso eficiente de la energía, de manera de optimizar los procesos productivos y
el empleo de la energía, utilizando lo mismo o menos para producir más bienes y servicios. Dicho de otra
manera, producir más con menos energía. No se trata de ahorrar luz, sino de por ejemplo, iluminar mejor
consumiendo menos electricidad.
Los individuos y las organizaciones que son consumidores directos de la energía pueden reducir el
consumo energético para disminuir costos y promover sustentabilidad económica, política y ambiental. Los
usuarios industriales y comerciales pueden desear aumentar eficacia y maximizar así su beneficio. El
consumo de la energía está directamente relacionado con la situación económica y los ciclos económicos,
por lo que es necesaria una aproximación global que permita el diseño de políticas de eficiencia
energética. A partir de 2008 la ralentización del crecimiento económico significó una reducción del
consumo a nivel global que tuvo su efecto sobre la emisión de gases de efecto invernadero (GEI).1 Entre
las preocupaciones actuales está el ahorro de energía y el efecto medioambiental de la generación de
energía eléctrica, buscando la generación a partir de energías renovables y una mayor eficiencia en la
producción y el consumo, que también se denomina ahorro de energía.

Diseñar y construir una pieza arquitectónica requerirá mucha inspiración y creatividad. A


ese proceso de creación hay que sumarle nuevas perspectivas.
Pero el pragmatismo arquitectónico muchas veces no ha tenido en cuenta el medio ambiente
donde se ubicará esa edificación.
La sostenibilidad es la palabra clave a la hora de analizar la relación entre la arquitectura y el
medio ambiente.
La arquitectura bioclimática es un tipo de diseño que aprovecha al máximo los materiales
naturales junto con las condiciones climáticas para reducir el uso de energía para alimenar
mecanismos como los de calefacción, refrigeración o bombs de agua.
La utilización de materiales de construcción sustentables es la clave de la arquitectura
bioclimática.
En las universidades de Australia, Reino Unido y Estados Unidos y los programas de carrera
incluyen aplicaciones con energías renovables, el uso de materiales de construcción en forma
responsable, el diseño solar pasivo y numerosos conceptos para crear no sólo construcciones
amigables con el medio ambiente sino centros urbanos sostenibles.
Frente a los desafíos de crear un nuevo proyecto, si no hay una exigencia estatal que muchas
veces no la hay o es muy débil, pocos arquitectos ponen el foco en el cuidado medio ambiental.
La sostenibilidad en arquitectura plantea que una vez finalizada la obra y cuando inicie su
funcionamiento el daño o perjuicio al medio ambiente debe ser el menor posible.
Numerosos conceptos como contaminación a causa de los desechos de la obra, la
contaminación visual de la obra que quizás roba la vista que la comunidad tenía hacia un lago o
un río, la contaminación sonora durante la obra, la tala de árboles, la extirpación de árboles o
plantaciones locales y la replantación de especies foráneas, entre otros aspectos no amigables
con el medio ambiente, jamás son tenidos en cuenta.
El arquitecto responsable con el medio ambiente debe ponderar estos aspectos con la misma
importancia que evalúa presupuestos, rendiciones contables o la contratación de trabajadores.
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