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CUANDO PALABES CANT © A. Murray ; 3 Schater RICORDI feocupar a todos los maestros”.(*) ' oe de los libros “pedagdgicos” de Schafer consiste en jente, el lector tiene la oportunidad de recorrer, palmo a palmo, el 0 vivo de la ensefianza-aprendizaje de la musica y puede llegar hasta n las entrelineas la vibracion y el entusiasmo que cada nuevo des- produce tanto en el maestro como en sus alumnos. ros resultan asi cronicas de vida musical, de cuestionamientos, meditaciones compartidas. En suma, un excelente y necesario de lo que podrfamos llamar el método creativo y experimental en gogia musical actual. Violeta Hemsy de Gainza *) “Hear and now”. Universal Edition, Londres, 1972. bis y, par abe ms t pean tlds [apali: ee Br yt tb si Introducci6n Este es el libro de un artista. Siempre inquieto e interesado frente a la realidad sonora, para Murray Schafer cualquier propuesta es valida para echar a volar el pensamiento y la imaginacién: sobre todo cuando se tra- ta de estimular a los nifios y a los jovenes a vincularse con la musica yel arte en general. Entonces, el movimiento se desencadena y crece en é1 co- mo una gran bola de nieve que s6lo culmina cuando estalla en el acto crea- tivo de la comunicacién humana. Este constituye tal vez uno de los rasgos principales y el mayor mérito de su obra pedagégica en la que el entusiasmo, la fantasia y la inteligencia pa- recen disputarse a cada momento la primacia. En la mayor parte de las experiencias y proyectos que propone a sus alum- nos —y desde ya, a sus lectores— el lenguaje aparece como un elemento sumamente valioso y por momentos insoslayable en la factura musical, desde la antigiiedad pasta la época contempordnea. Schafer pasa con una naturalidad increible y con sensible erudicién de los textos de Shakespea- re a los de Séfocles, de la musica de la India a la de la Patagonia, de las consideraciones estad{sticas y el cdlculo de probabilidades a la reflexion etimoldgica, de Leonardo da Vinci a la escritura cuneiforme de Babilonia, a la poesfa antigua del Jap6n o a Las Mil y Una Noches. El canto gregoria- no, el lenguaje de los pajaros, los principios estéticos de Schénberg y de Alban Berg, junto a muchas otras interesantes propuestas, se integran en esta obra breve aunque de sorprendente densidad. A veces entrega generosamente la experiencia total a manera de crénica “fotografica” de su quehacer pedagogico. En otros momentos, se detiene —{0 se contiene?— para no seguir proporcionando los detalles y los estf- mulos que cada grupo particular (maestro y alumnos) deberd encontrar y resolver a su manera y por su propia cuenta. La amplitud y universalidad del enfoque denotan a Murray Schafer como un genuino ejemplo de artista, de musico, de intelectual —y, jpor qué no?— de pedagogo contemporaneo. Sin temor a caer en exageraciones, nos atrevemos a afirmar que es ésta la primera vez en la historia de la pedago- gia musical en que el lenguaje es tan creativa y musicalmente explorado, descubierto, explotado. . . Violeta Hemsy de Gainza PREFACIO Este es el cuarto libro de la serie. El primero, El Compositor en el Aula present6é a la musica como materia de creacién y no de mera re-creacion. El segundo, Limpieza de Oidos, se ocup6 de la sensibilidad auditiva. Lue- go, El nuevo Paisaje Sonoro nos indujo a escuchar el universo de sonidos, algunos bellos, otros no, que nos rodea. Sugeri entonces que importantes sonidos de intensidad media, como por ejemplo la voz humana, se verfan de alguna manera amenazados por la explosién tecnoldgica de sonidos de alta intensidad en el medio ambiente. Asf como el arquitecto obtiene la escala de sus estructuras de vivienda a partir de las dimensiones del cuerpo humano, también la voz y el ofdo hu- manos deben darnos los niveles de referencia cada vez que se hable de un entorno acustico salubre para la vida humana. Trdgicamente, esto es algo que todavia no hemos advertido. Los investigadores han notado que los pueblos primitivos modulan mucho mas coloridamente sus voces que nosotros. Aun durante la Edad Media la voz era un instrumento fundamental. La lectura se realizaba entonces en alta voz, uno podia sentir cémo la lengua modelaba cada palabra. En el Renacimiento todos cantaban como ciertamente lo hacen hoy en todas las culturas poco “desarrolladas”. No necesitamos que McLuhan nos diga que asi como “la maquina de coser . . . dio origen a las vestimentas de largas li- neas rectas. . . la linotipo achat el estilo vocal hymano”. Durante siglos no hemos escuchado mas que murmullos indiferenciados. Este libro trata acerca de las voces —voces humanas— voces humanas au- dibles. Lo escribo jubiloso y desesperado. En él registro experiencias que tuve con nifios y adultos en numerosas ocasiones y diferentes lugares. El unico instrumento utilizado fue la voz. La voz humana cantando, recitan- do, tarareandu, entonando, a veces en las formas mas inverosimiles, pero” siempre de manera vivida y enfatica, superando poco a poco una inhibi cion tras otra para encontrar as{ la personalidad de cada voz individual. No he comenzado con el canto tradicional. Mas bien, finalizamos cerca del punto en que aquél se inicia. (El docente calificado podra continuar a par- tir de ahi con bastante facilidad). Mi propésito fue trabajar con el sonido de vocablos en bruto, para volver a empezar, como el aborigen que ni siquiera conoce la diferencia entre el habla y el canto, entre el significado y la soncridall De (a poder cantar este libro, tararearlo, susurrarlo, vociferarlo, Quiero sacarlo de su sarcéfa- ged ' — ail 7 go impreso. Necesita ser tocado en el instrumento humano. En la ] Media no hubiera hecho falta esta exhortacion, hoy sf lo es, y por eso pido ejecutar este libro con su voz. 4 Alta y sonora.

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